Misterio en el orfanato - Privado

por **Kim Hyuk** Mar Jun 19, 2018 7:07 pm

Cada semana, Kim tomaba un poco de su tiempo para pasar unas horas en el orfanato. No era un lugar agradable, pero, ¿como no ir a ese lugar e intentar dar a los niños un poco de amor y compañía. Cuando el invierno había llegado, Kim no dudó en pedir la lista de los niños y confeccionar abrigos para todos ellos. Ahora que la primavera había llegado, y tras comprobar que los vestidos de las niñas y la gran mayoría de los pantalones y camisas de los niños, se encontraban rotos, deslucidos y remendados una y otra vez en los mismos lugares, volvió a pedir la lista y se dispuso a buscar una modista que pudiera llevar acabo su encargo.

Al igual que la primera vez que llegara al orfanato, cuando quiso hablar con el director del lugar, la encargada le miró de pies a cabeza, pues sus facciones la delataban como extranjera y seguramente en la cabeza de aquella tosca mujer, el miedo a que aquella dama oriental tuviera aprecio por los pequeños, le llamaba poderosamente la atención, haciendo que hasta creyera que Kim, era capaz de hacerles daño a los niños. Kim sonrió divertida, cuando la mujer, tras contemplarla por un largo instante, le diera la espalda y le indicara que la siguiera, subiendo las escaleras, hasta el despacho en donde debería esperar al director. Mirando el peinado de la anciana, que parecía que en cualquier momento se desmoronaría, se sonrió de costado, pensando en como podría asustarla, solo para divertirse. Entonces hizo tronar sus dedos, mientras le preguntaba cuantos niños pequeños había en el hogar. La mujer tembló, giró su pesado cuerpo y clavó sus ojos sorprendidos en los ojos serenos de la asiática, - ¿Para que quiere saber? - preguntó mientras la voz le salía con un temblor casi imperceptible y tragaba con dificultad. Kim enarcó una ceja, y clavó su mirada en la ajena, - Porque si mal no recuerdo, a principios del invierno, el numero de pequeños recién nacidos era mayor... ¿acaso hubo adopciones? -, ella sabía que era común la práctica de vender bebes, por lo que aquel cambio en el numero de niños que le diera para realizar la confección de ropa, solo podía ser, o por muerte de enfermedades estacionales, adopciones o - lo mas seguro - contrabando de bebés. La mujer dio un respingo, no respondió, pero se apresuró a subir las escaleras, para dejarla en el despacho del director. Cuando la empleada se iba retirando Kim le llamó - Disculpe, pero no ha respondido a mi pregunta -, la mujer le miró con recelo, - No le puedo contestar, mejor pregunte al director... no es algo que le incumba tampoco - le espetó, cerrando la puerta con un golpe.

Kim suspiró, - Vaya, aquí hay gato encerrado, deberé vigilar éste lugar y buscar aliados que me ayuden a encontrar la forma de cuidar de los pequeños - caviló, mientras se acercaba a la ventana abierta que daba a la calle y dejaba que la suave briza acariciara su piel y sus cabellos.