Thortenrías-privé

por **Hiver** Dom Jun 24, 2018 4:55 am

Akershus, se convirtió en su segundo hogar. París lo adoraba pero no era lo mismo correr por un infinito bosque y sentirte libre. Conocía los alrededores de la fortaleza de Akershus como la palma de su mano, dónde ni tan siquiera pensar en ir y bordear los límites para no buscarse más líos que los jóvenes Cannif y cia estaban acostumbrados. Solía correr sola antes de que el sol saliese en el horizonte, ver amanecer con la respiración agitada y terminar zambulléndose en las aguas de algún lago o riachuelo.

Las reglas estaban más que claras pero ¿a quién iba a engañar? El hecho de ser prohibido la llamaba a gritos ¿qué habría más allá de la línea? Hombres malos y seres repugnantes que sólo deseaban ver muertos a cada uno de los habitantes de la fortaleza ¿cómo serían? ¿por qué se hacía esas preguntas? Se rió por lo bajo, deteniendo sus pasos en un claro, unos kilómetros la separaban del “bien y del mal”. ¡Menuda tontería! Ni que no pudiese dar un simple paseo por la misma tierra sólo que cambiaban los nombres...mucho lío para tanta historia.

-Menos mal que no me he ...-tan ensimismada en mirar a su alrededor que no se percató de un pequeño detalle, una trampa para ¿osos? ¿en serio? sí...y cayó como la más ingenua. Un grito que seguro habría oído el dueño de dicha trampa ¿quién ponía a estas alturas esas redes metálicas imposibles de morder, porque sí... barajó la opción de arrancarla con los dientes y lo intentó cual roedor, separando la red y empezar a dar tirones...sin éxito -¡No me fastidies! -ofuscada, miró hacia el cielo... ¿en qué dichoso momento tomó la opción de escoger un camino que no era el habitual? Así le pasaban luego estas cosas.

-¿Hola? ¿señor …..? ¡las trampas no se ponen solas así que da la cara! Si no, pues espero ...total, no tengo otra cosa que hacer...-cerró un ojo, mirando de reojo por si alguien acudía... sin éxito -¡Oh vamos! Si seguro estoy asquerosa, quiero decir...¿sabrosa? ¡para nada! Soy un encanto pero no tanto...y... ¿es que nadie me oye? A quién pretendo engañar, aparte de imprudente ahora me tacharán de loca ¿puede ir peor? Seguro que sí -no se callaba ni debajo del agua, murmuró para sí misma alguna que otra cosa por lo bajo... si ese era el fin ¿por qué no pasárselo bien?.

-Dominique, nique, nique s'en allait tout simplement
Routier pauvre et chantant
En tous chemins, en tous lieux, il ne parle que do bon Dieu
Il ne parle que do bon Dieu
A l'e poque ou Jean-sans-Terre de' Angleterre etait Roi
Dominique, notre Pere, combattit les Albigeois
Repeat first 4 lines: Chorus
Ni chameau, ni diligence il parcout l'Europe a pied
Scandinavie ou Provence dans la sainte pauvrete
Refrain
Enflamma de toute ecole filles et garcons pleins d'ardeur
Et pour semer la Parole inventa les Freres-Precheurs
Refrain
Chez Dominique et ses freres le pain s'en vint a manquer
Et deux anges se presenterent portant de grands pains dores
Refrain
Dominique vit en reve les precheurs do monde entier
Sous le manteau de la Vierge en grand nombre rassembles
Refrain
Dominique, mon bon Pere, garde-nous simples et gais
Pour annoncer a nos freres la Vie et la Verite
Refrain
-si al menos cantase bien... pero no, las aves alzaron su vuelo, abandonando el lugar, quien fuese el dueño de dicha red...sí, acababa de cazar y algo muy gordo, pesado, muy pesado.

por **Thorsteinn** Miér Jul 04, 2018 11:16 am

A veces los humanos eran estupidos, otras eran egoístas, algunos realmente eran valientes y honraban a sus dioses. Pero la mayoría acababan siendo absurdos, simples peones sin seso que transitaban por la vida sin saber ni cuál era su función. En eso andaba pensando mientras paseaba por los frondosos bosques de Akershus y escuchó una cancioncilla tarareada por alguien que además hablaba al aire, pues allí no había nadie más, su radar divino no detectaba ni un alma.

Se aproximó caminando de forma indolente, con su martillo colgado de la espalda y media sonrisa entre los labios. Se detuvo frente a la trampa mirando hacia arriba y silbando.

— ¿Qué tal las vistas ahi arriba? muchos dicen que cuanto más arriba, más cerca de los dioses...— se carcajeó entre dientes por una broma que sólo él entendía. Decidió hacerse pasar por un humano normal, a ver qué sucedía.— Hum... mal asunto, esa red es complicada de burlar. Vamos a ver...

Sacó un cuchillo del cinto, podría haber chamuscado la cuerda con un rayo, o includo haber volatilizado el arbol, pero iba a experimentar qué sucedía al hacer las cosas como un humano. Trepó por el tronco y alcanzó el lugar donde estaba anclada la trampa, la serró con el filo dentado de su acero y cuando iba a romperse la cuerda le dijo a la mujer.

— Cuidado te vas a... Ops!! demasiado tarde..— la licántropa ya había dado con sus huesos en el suelo. Se quedó sentado en la rama alta balanceando los pies y mirándola con esa sonrisa socarrona que se gastaba.— de nada... tienes hojas en el pelo.

Porque claro, lo que a uno más le preocupa cuando se estrella de esa altura contra el suelo es estar divino y perfectamente peinado. Aunque era obvia la pregunta la interpeló igualmente mientras con cierta remolonería bajaba al suelo de un grácil salto.

—¿Qué hacías ahí dentro? ¿no la viste?

por **Hiver** Jue Jul 05, 2018 1:47 pm

Aunque la voz le interrumpió su impecable e insoportable, actuación, siguió cantando a pleno pulmón, cuando la lican se evadía en su mundo no importaba lo demás, incluso si había quedado suspendida en la rama del árbol sin salida y podía ser su fin. Menuda tontería, si se encontraba tan cerca de los dioses ¿por qué no hacían nada al respecto con su captura?.

-Un mono que habla -bromeó entre dientes al comprobar que intentaba vete a saber qué conseguir, la red no era fácil pero tampoco imposible...y ella mucho menos. Parpadeó al comprobar lo sumamente lento que era el mono cuando... no pudo ni tan siquiera reaccionar, cayó al suelo...sin red, golpe terrible.

-¡AUH! -gritó con el cabello revuelto, tapándole el rostro, bufaba y poco a poco iba creando una especie de cortina en donde sólo se podían apreciar sus ojos castaños enfurecidos, en un tono ambarino -Y tú una mierda de caballo en la suela de los zapatos, ah y ...aquí se señaló a sí misma el cabello -Ah...no¡qué despiste! Es tu pelo, la caída me ha dejado trastocada... o no, quién sabe -se encogió de hombros, incorporándose y sacudirse la ropa de cuero, dándole la espalda como si él acabase de desaparecer y ella seguir a su ritmo, como si allí no hubiese pasado nada.

-¿Crees que si la hubiese visto habría pisado la red, mono? no... a no ser que la hayas puesto tú y... -se giró, colocándose la maraña de pelo como buenamente pudo -¿Querías enredarme en tu red, monito? -lo señaló desconfiada, lejos de atacarle, se echó a reír sonriendo de oreja a oreja -Hacerte el héroe al salvar a la frágil doncella, los cuentos esos de hadas que se le cuenta a los niños antes de dormir, en vez de con una espada...un martillo ¿arreglas cosas? ¿de dónde vienes? ¿a dónde vas? Sigues teniendo mierda de ...no sé exactamente qué en las botas, te lo digo en serio...¡ah no puedo ser yo! Venía tan despistada que...espera , espera -hablaba deprisa y un torbellino, sin más se miró las botas... como si acabase de descubrir las américas -¡¡Ahhhhhhhhhhh gracias!! por dejarme caer y darme la hostia de mi vida, muy agradecida. Ahora en serio ¿qué hace un mono como tú con un martillo como este?

por **Thorsteinn** Miér Jul 25, 2018 11:36 am

¿Pero qué demonios? la chica hablaba por los codos como si ectuviera desquiciada. Nada de lo que decía tenía mucho sentido para él. ¿Cómo iba a tener mierda de animal en el pelo? instintivamente se pasó los dedos por la melena, en Asgard siempre le decían que gozaba de una buena pelambrera. Luego levantó el pie mirando la suela y ahí sí que tenía razón, habría pisado algun excremento mientras caminaba por el bosque, cosas que era bastante normal en los animales y humanos, él no sabía lo que era plantar un pino divino porque no hacían esas cosas, del mismo modo que no necesitaba comida humana para sostenerse.

— ¿me acabas de llamar mono?.— se cruzó de brazos poniendo gesto serio, pero por dentro le hacía gracia.— Vamos a ver...eres tú la que está sola en mitad del bosque, atrapada en una red hasta hace cinco segundos, lo cual me da a entender que eres un poco torpe. ¿Y te burlas de un tipo que lleva un martillo? no estás siendo muy sensata ¿no crees?

De hecho, si en vez de ser él fuera un soldado de Randulf podría haberse dado por muerta. No le gustaba tomar partido porque ambos adoraban a los dioses de Asgard, pero reconocía el engaño y la trampa en las filas de randulf y eso iba más con su hermano, no con él. Aún así, los dioses debían cuidar de todos sus vasallos por igual, o eso se suponía.

— ¿A dónde ibas? yo me vuelvo a Akershus, o quizás...— iba a decir que quizás cruzase el Bifröst y duermiese en casa, pero se calló, que la extraña cambiante descubriese por si misma que estaba llamandole mono al mismísimo dios del trueno.— quizás nada. A Akershus. ¿Vienes?

por **Hiver** Sáb Jul 28, 2018 11:16 am

Tan observadora, observó con detenimiento al desconocido quién sin duda alguna acababa de creerse todo ¿cómo iba a tener excremento en el pelo? Una risa escapó de sus labios, carcajada al comprobar que en efecto se miraba la suela del calzado, no era tan extraño en dicho lugar y el desconcierto de él, le hizo reír a carcajada limpia como hacía demasiado tiempo nadie conseguía hacerla reír ¡aún había personas ingenuas!

-Sí bueno, me han pasado cosas peores...por ejemplo, salvarle el trasero a esos truhanes ¡son imposibles! Se meten en cada jardín, y Hiver siempre está a su servicio, daría mi vida por cada uno de ellos pero no se lo digas -él quién iba a saber quiénes eran a quién se refería, los ojos de la licantropa centellearon por unos segundos, desviando la mirada al martillo que pendía en la espalda del hombre. La verdad era muy bonito, seguro pesaba una tonelada y aún así él parecía llevar una pluma.

-¿O quizás qué? -parpadeó sin comprender, si algo le llevaba los demonios era que dejasen las frases a media, frunció el ceño, entornando los ojos y dar por sentado que no le iba a dar ningún tipo de explicación -Oh vamos, no me dejes con la intriga...ni te hagas el interesante ¿te funciona a qué sí? Tienes tu preciosa melena dorada perfecta, ni un dios se asemejaría... -rió por lo bajo, acercándose a él y caminar a su lado, no le había contestado a si iba con él o no, lo acababa de dar por hecho -Sé dónde está Akershus, de sobra, es más iba hacia allí

Claro que no lo sabía, se había desorientado pensado en sus cosas y entre eso y el nerviosismo... se centró en el camino, en completo silencio, canturreando por lo bajo, mirándolo de reojo... no lo conocía de nada y con lo que preguntaba y curiosa que era...

-¿Para qué vas a Akershus? ¿Por qué un martillo? ¿por qué me has salvado? No era necesario... pero gracias, de verdad. ¿Cuál es tu nombre? Te puedo llamar el señor del martillo, es divertido , además te pega... -sonrió mirando al frente, dando pequeños saltitos cada cuatro pasos, esa chica... no, no era como cualquiera, era feliz en su mundo.

por **Thorsteinn** Sáb Ago 18, 2018 7:17 pm

Ciertamente sí tenía una preciosa melena dorada, eso estaba acostumbrado a que se lo dijeran en Asgard, pero no por eso no le gustaba y sonrió al escucharlo. Que te adulen cuando eres uhn dios es bastante normal, pero a él le sentaba bien, le ponía de mejor humor.

— Claro que la intriga funciona, si te lo cuento todo en seguida ya no tiene gracia. No, nada, iba a decir que no sabía si regresar a Akershus o a mi casa, Asgard, soy el dios del trueno.— Lo dijo con tal naturalidad que sonó a chaladura, probablemente Hiver pensase que estaba desvariando, que sería un loco que se creía Thor. Solía ocurrir, que si no hacía su magia la gente no se lo creía. Bueno, a veces era divertido ver sus caras de sorpresa al descubrirlo.

La verdad es que la loba iba adelantada y caminaba raro, como si estuviera brincando por las praderas.

— ¿Y tú eres una loba? porque me pareces un pingüino dando esos saltos.— estaba claro que se veían las auras, así que no había por qué hacerse los tontos. No tenía ni idea de a que bribones se refería, lo cierto es que no había entendido casi nada de lo que le había dicho, pero tampoco es que se fijase mucho en la verborrea humana o munadana, a veces eran realmente cansinos, le rezaban para pedirle una infinidad de estupideces que él ignoraba miserablemente y cuando éstas por casualidad se cumplían, decían que había sido él... sí, ¡Ja! que risa.— el martillo me lo dio mi padre, es un arma divina que nadie salvo yo, puede usar. Y no, no sirve para clavar clavos, es algo que todos siendo niños os preguntáis.

La escena era un poco ridícula porque Thor iba en calzones y capa, con el martillo a la espalda, la loba despeinada y cubierta de hojas y ambos hablaban de cosas que el otro no comprendía del todo.

— Me llamo Thor como habrás supuesto, te salvé porque estabas ahi arriba y morirías de hambre o frío antes de que alguien te encontrase... pero claro, no era necesario, tú solita podías con esa red...— dijo sonriendo entre dientes porque estaba claro que no podía y neceisatab la ayuda que le brindó.— Y voy a Akershus porque tengo amigos allí. ¿Y tú quién eres, señorita pingüino?

por **Hiver** Jue Ago 23, 2018 4:55 pm

¡De verdad se creía era el dios del trueno! Pero un momento ¿y si lo era? Mil dudas afloraban en su cabeza, si al final resultaba que ese galán con melena de oro era el dios del trueno...seguramente habría hecho el ridículo más espantoso, aún así no podía evitar mirarle con una sonrisilla divertida.

-Eres Thor, dios del trueno. -asintió como si se lo creyese, oye a lo mejor era verdad, aún así lo miró de reojo, buscando algún tipo de señal pero ese tipo se lo estaba creyendo y ella al final pues terminaría dando la razón al desconocido. Si al final era Thor y lo había tomado por loco ¿en qué lugar quedaría? -Tu magia te hace brillar como el dios hermoso que eres, Thor -no lo dijo con ninguna intención, realmente lo veía lucir hermoso y brillante como su martillo, el cual era imposible no destacase tras su espalda.

La mirada de la loba no tenía otro destino que aquel arma, las leyendas en Akershus sobre Thor y su martillo eran más que conocidas por lo que o estaba totalmente loco o era el de verdad. No iba a pedirle que lo demostrase, Hiver siempre iba en su mundo y éste ahora se centraba en la fornida espalda del guerrero.

-Soy la mascota de una francesa que se casó con un norteño pero más bien soy la guardiana de que a la señora le pase nada, me llamo Hiver-mostró una sonrisa, ofreciéndole su mano, no estuvo muy segura de si sería estrechada por lo que parpadeó esperando su respuesta -Mi familia y amigos viven en Akershus...-se encogió de hombros, si un dios acudía a la llamada de la fortaleza...algo malo se cernía sobre esas tierras -¿Visita rutinaria o algo ocurre? ¡no me asustes! Mi familia. -se mordió el labio inferior sin dejar de caminar, fue involuntario, le tomó del brazo y acto seguido...sintió una descarga que le hizo gemir de dolor...una parte del vientre comenzó a quemarle, ese tatuaje de algún modo había despertado , para la loba parecía algo normal...y sin embargo, se le quedó mirando sin entender...

-Tu martillo vibra, me ha soltado una descarga... no iba a hacerte daño, hechicero...quiero decir, Thor. Vaya, no es por nada pero te imaginaba más apuesto, en un caballo blanco como Valeska solía soñar. ¿Por qué un dios se encuentra ahora entre los mortales? Algo ocurre y sólo de pensarlo... -se abrazó a sí misma, sólo era la mascota de la señora Cavey, poco podría hacer por ellos quiénes arriesgaban siempre la vida por los suyos -Yo no creo en dioses pero los respeto, no creo en Thor, ni Odín... y puedes lanzarme un rayo con el martillo de tu padre. Creo en lo que veo y desde que piso Akershus, han habido muchas desgracias, todos pedían a los dioses protección... ¿eres la respuesta a sus rezos? Sacar a una loca de una red...-sonaba tan estúpido y más de su voz...

por **Thorsteinn** Miér Sep 19, 2018 2:57 am

Caminaron hacia a Akershus y conforme más la escuchaba, más seguro estaba de que Odín había fallado en la fabricación de algunos midgardianos, porque esa chica no parecía muy en sus cabales, no decía más que tonterías.

— Tengo asuntos que tratar con el conde y con otros viejos conocidos.— Se refería a Ulf, que en alguna ocasión había sido tocado por su gracia divina, como cuando le otorgó los rayos a su espada en el viaje a Svalbard y el cambiante estuvo más feliz que un niño la mañana de navidad.

Enarcó una ceja cuando le dijo que no lo veía muy apuesto ni montado en un caballo blanco.

— ¿Para qué quiero un caballo si puedo aparecer y desaparecer chasqueando los dedos? bueno, pues soy de lo mejor que hay en Asgard, aunque supongo que tú verás con mejores ojos a Fenris, la mascota de Freya.— rió entre dientes por el chiste, ya que Fenris era un lobo gigante.— El martillo no es de mi padre, es mio y sólo responde ante mi, me lo forjaron los enanos Brok y Sindri ganándole una apuesta a mi hermano Loki el embaucador. Por cierto ¿no lo habrás visto? a veces va por ahí con el aspecto de un anciano inofensivo.

Últimamente Loki se prodigaba mucho por Midgard controlando a Brökk, el hijo de Ulf, cuya magia negra estaba despertando y producía accidentes indeseados.

— Eres mortal, no puedes entender a los dioses, no lo intentes. En Akershus pedían protección, pero también en otros lugares...¿o es que crees que sólo los tuyos creen en mi y en los dioses? ahora ya puedes crees, me has visto en persona.

por **Hiver** Vie Sep 21, 2018 9:44 am

El hecho de nombrar al Conde, centró toda su atención en el supuesto dios, el gran Thor rey del trueno. Alguna que otra noche oyó alguna que otra anécdota, historias que traspasaban la realidad, las mellizas le habían contado las hazañas de los diferentes dioses y jamás se imaginó pudiese caminar al lado de uno, eso si no estaba completamente loco y al final lo tendría que encerrar en la misma red de dónde él mismo la rescató.

Para Hiver, el Conde Cannif suponía su salvador pues fue quien la encontró, si no hubiese sido por él , esa noche habría muerto de frío y sola. Le dio un hogar, la señora Cavey la acogió como una más entre los suyos, alguien de confianza a quien poner la vida en las manos de la joven lican. Sonrió con nostalgia, habían pasado muchos años desde entonces, vio a cada uno de los miembros de la familia crecer, Akershus era su segundo hogar a fin y al cabo.

-Fenrris tiene su encanto, quién sabe si todo en sí es igual de enorme -alzó una ceja, aguantando la risa y buscar su mirada, el hecho de hacer cumplidos a otras personas/cosas que no fuesen el dios, llevaba a éste a picarse y eso a Hiver le hacía especial gracia, sus exagerados gestos y cada palabra que salía de los labios de aquel tipo, le parecían de lo más divertido hasta que nombró a su hermano, ancianos había en todas partes, quizás sí que lo había visto o no -Ancianos hay por todas partes, a saber dónde se encuentre tu hermano… puedes buscar por Akershus, te ayudo si quieres si me das unas características más concretas porque con el simple hecho de decirme que es un anciano inofensivo… ¡a lo mejor eres tú esa persona y quieres engañarme! -lo señaló con el dedo índice, acababa de llamarle viejo e inofensivo, a él al gran Thor.

Negó con la cabeza, no creía en los dioses, sólo lo que veía…no era tan difícil de entender. Fue a detenerle y dejarle las cosas claras con respecto a sus creencias cuando apoyó la palma en el martillo y quedó petrificada, el martillo vibró tras su espalda y las cicatrices de la loba comenzaron a tomar vida propia, bullían causándole cosquillas, al estar bajo la ropa él no podía verlas. Los ojos en blanco, en completo trance, unas visiones nunca vistas y recordadas por la joven se sucedieron ante sus ojos como si realmente se encontrase allí, en escena.

Lobos negros en manada, sangre y muerte. Voces que se le antojaron de lo más familiares pero sin ser capaz de lograr recordar. Dos figuras humanas dándole la espalda,ella misma gritaba para que se girasen pero fue incapaz de ver sus rostros, apartó la mano, dejándose caer de rodillas en el suelo, la respiración entrecortada le impedía expresarse.

-Lobos negros ¿por qué tu martillo sabe eso? -se aferró a una de sus piernas, se encontraba mareada, perdida…en tanto tiempo no obtuvo una respuesta tan reveladora.

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