Preludio || Privé +18

por **Nyra/Nathaniel Slamdong** Vie Mayo 22, 2015 3:58 pm

Había llevado a la joven a un hogar de inquisidores donde sabía que estaría protegida por los cofrades, al rato de unos minutos salió con la otra mujer tomándola del brazo con fuerza, no decía nada incluso cuando ella trataba de protestar él solo le sujetaba con más firmeza y tiraba de ella para que no se le ocurra alejarse. El frío otoñal de la noche mezclada con los peligros que se ciernen en la oscuridad de la ciudad lo obligaba a tener los sentidos en alerta, cualquier ruido o cambio en el ambiente que señalara peligro y él combatiría, aunque cuando tenga que develar a su amada lo que él realmente era.

Para suerte de él, aquella noche durante su trayecto a su pequeño hogar no paso mayores peligros que un vago que saltó de un callejón asustando a Amberie, él sabía que ese tipo estaba por ahí pero dejó que la asustará solo para sentirla más cerca de él. Cuando llegaron a la propiedad, ahí, fue ahí cuando la tomó de las mejillas y comenzó a besarla como si la vida se le fuera en hacerlo, primero fue despacio, un beso calmado con pequeños tientos y medida que avanzaban por la pequeña salita comenzó a chuparle el labio inferior para que ella abra la boca y así poder introducirse en ella, su lengua recorrió por completo la boca, un sabor dulce y exótico lo embriagó que sin pensarlo la ropa le comenzó a molestar; bajó las manos hasta la cintura de ella y la atrajo a su cuerpo restregándola contra su fornido cuerpo. Esta hermosa sonrojada y olía delicioso ella, el ambiente se inundó a sexo y el erotismo despertó en él. La alejó solo para verla y devorarla con la mirada.

–Amberie, mi bambie soy un egoísta, debo dejar que te alejes de mi porque siempre estarías en peligro pero, no, no puedo, ni siquiera puedo imaginarte en brazos de otro hombre siendo besada o tocada y menos en la cama con otro sujeto que no sea yo, sé que no te merezco Amberie pero no puedo. Te amo, te amo tanto y hasta más que aquel día que te vi por primera vez, tanto así que me duele y deseo arrancarme el corazón y los ojos para no verte con nadie más– entonces la tomó de las caderas atrayéndola hacia él moviendo su pelvis contra ella para que vea lo que provocaba a su cuerpo, sus dedos subían la tela del vestido mostrando sus piernas blancas y bien torneadas, sus dedos se posaron sobre la piel de las caderas de ella atrayéndola más a su cuerpo, sus labios bajaron en besos a su cuello y entonces atrapo el lóbulo en un mordisco para susurrarle –Dijiste en el parque que algo querías hacerme solo a mí, yo también quiero hacértelo, saborearte y sentir tu aroma, lo bien que hueles, Amberie mira como me tienes ahora voy a explotar si no te poseo esta noche, dime que sí, dime que si quieres estar conmigo aquí y ahora o juro por dios que no responderé por lo que haga si me niegas lo que más he querido contigo– muerde el cuello delicado pasando la punta de su lengua para erizar su cuerpo.

por **Amberié** Miér Jun 10, 2015 7:06 pm

Siempre estaba o había estado con el anciano, llevando recados de un lado a otro, su vida había sido demasiado lineal y sin ninguna alteración. Había sido demasiado aburrida como para poder seguir adelante y encima ella sabía que a lo mejor no saldría bien parada. Ahora estaba con Nathaniel quien supuestamente le conocía, su corazón sabía que le conocía y se sentía más en sintonía con Nathaniel, pero ¿Por qué no actuaba al ataque de besos? Cuando le pregunto sobre lo que le dijo en el parque antes de huir a ver si su padre estaba en condiciones, lo recordó pero a pesar de ser gitana y llevar ropa encima de extrema ligereza, aparto como pudo a Nathaniel.

– No quiero hacerlo ahora. Quiero casarme contigo Nathaniel o si no, no habrá ningún soldado en mi cueva –murmuro bastante sonrojada pero es que era la verdad – No quiero que me veas como una cortesana que dice si al primer roce, quiero saber que me lo dices de verdad y que no es para una noche ya que –suspiro –Te quiero Nathaniel. Quiero tener mis hijos contigo y estas ropas –se levantó poco señalando sus ropas – son muy de furcia pero he vivido como gitana para al parecer, librarme aun de algo que no sé lo que es… ¿Acaso tu sabes lo que es o de quien he estado escondida? –murmuro sentándose en un sofá que había en una sala por la que entro, no subió los pies de los sucios que los llevaba.

Estaba siendo quizás ¿muy monja? Posiblemente que quería hacer las cosas bien, seguramente quería hacer las cosas bien con el hombre que amaba. Miraba a Nathaniel desde el sofá y esta resoplo – dime algo Nathaniel, al menos, dime aquello que me querías decir en el bosque, aquella vez, antes de que vinieran los Caruso –Recordó a Nathaniel la conversación pendiente que se quedó – parecías urgente al querer decirme lo que me tenías que decir –murmuro nuevamente con lo que espero sentada en el sofá obediente a escuchar alguna respuesta que provenga de Nathaniel, pero enseguida escucho la puerta abrirse y cerrarse, con curiosidad se levantó y estando al lado de Nathaniel, observo a una muchacha de cabellos oscuros o en realidad eran de color rojo como el fuego, hermosamente suelto y en camisón con capa.

Le extraño su presencia hasta que recordó que era la hermana de Nathaniel – ¿Nini? –Pregunto por el nombre que llamaba en el pasado a la joven, agarrándose temerosa a los brazos de Nathaniel, poniéndose detrás por si no era la joven que conocía desde tiempo atrás.

por **Nyra/Nathaniel Slamdong** Lun Jun 22, 2015 7:10 pm

Aquella mujer había rociado una balde a agua fría sobre el cuerpo de él, un cuerpo que no se enfriaba si no que más se calentaba ante aquella pose de su mujer, sonrió mientras se acercaba a ella de rodillas frente a la mujer, sus manos tomando las de ella entrelazándolas y dejar un beso en el dorso de cada una, dejando besos sobre los dedos con leves mordiscos para probar la piel de aquella que sería suya de ahora en más, chupó y tiró de los dedos hasta que su hermana los interrumpió.

–Iros a un hostal o a un burdel a follar, Nath, por favor no en la sala, llévatela a tu habitación– se reía Nyra acercándose a la pareja, viendo como su hermano se incorpora hasta sentarse junto a la gitana abrazándola de la cintura para atraerla a su cuerpo, Nyra les mira silbándole y tomando asiento, llevaba un vestido muy provocativo donde mostraba el inicio de los pechos y las medias unidas a ligueros, zapatos con tacones altos y una peluca rubia, miró a la gitana y se reía con mayor gusto –Hola Amber, ¿ya te ha dado ese hombre el anillo que llevaba consigo todo el tiempo?, hay querida no digas que esas ropas son de furcia si no lo son, mira las mías, estas sin son de furcia y bien pagada cariño– miró a su hermano y le guiñó el ojo levantándose cuando un carruaje llegó a la puerta de la casa de ellos –Amber no temas estar con mi hermano, ese hombre no ha dejado de pensar en ti desde, uff, desde años y estoy segura que tú tampoco has podido estar con otro hombre y si lo estuviste, bueno eso es otra cosa pero no creo que sea bueno que dejes a si mi hermano o quieres que se vaya a un burdel a que otra le quite lo virgen– Nathaniel le mira con seriedad –Nini, creo te esperan, ¿verdad?– ella marcha solo con una risa, pero antes de desaparecer por la puerta se gira mirando a Amber –Si, Amberie, mi hermano no se ha revolcado con ninguna mujer, sigue virgen aguardando solo para ti ¿crees que eso haría alguien que te ve cómo furcia?– sale de la casa dejando a su hermano en silencio.

Nathaniel se puso de pie extendiendo la mano hacia ella –Puedes darte un baño en una de las habitaciones extras que tenemos Amberie, buscaré unos vestidos de Nini para que puedas usar, tranquila no son de su trabajo si no de su diario vestir, no son tan llamativos y más bien son muy humildes y recatados– tose sin poder mirarle de la vergüenza que siente ante la confesión que su hermana había dejado entre la pareja. Él sabía que no podía escapar de las confesiones que había querido hacer y de las que ahora se han hecho así que optó por voltearlas a su favor –Esa noche quise decirte que te amaba y te había esperado para poder proponerte ser mi esposa, no le hagas caso a Nini, no sabe lo que dice y a veces es tan boca floja que se meterá en un problema algún día– ríe con ese comentario porque aunque eso pasara él nunca dejaría que algo malo le ocurra a su hermana; enfrenta con la mirada a su amor sonriéndole pero con algo de recelo, producto de su vergüenza.

Él no sabía cómo ella tomaría aquellas confesiones de su hermana, si se burlaría de él y lo humillaría por su hombría que no ha sido probado por mujer alguna, o lo vería como alguien débil de carácter indigno de poder protegerla a ella.

por **Amberié** Vie Jul 10, 2015 10:47 pm

De inmediato se desnudó en lo que Nathaniel le hablaba – Nathaniel, quiero ser tu esposa y este cuerpo que es mío tuyo es ahora si quieres tomarlo en este instante. Te quiero con locura y quiero que seamos una pareja y no me importa si eres virgen o no lo eres. Yo te quiero a ti…si aún me quieres contigo –dijo acercándose a su amado y comenzó a desnudarle, para estar igual que ella – Son muchas cicatrices voy a curártelas con el tiempo, con mi amor y mis besos, aquí y ahora juro que te cuidare Nathaniel –Posiblemente fuera demasiado atrevido el estar ahora desnudo ambos y en el salón de la mansión. Se agarró a su cuello – llévame hasta tu cama Nathaniel o te tirare to de las orejas.

Dijo con cierto humor en la voz, situándose detrás finalmente, acercando su desnudez hacia el otro, rozándose y subiendo las escaleras, no sabía dónde estaba su habitación pero dedujo que era la que estaba desordenada – Tu habitación? –Pregunto echándose en la cama, jadeo de lo cómoda que era -¡QUE COMODDA ES TU CAMA! –Y en efecto, sus armas se asomaban tímidas desde dentro de un pequeño armario de madera oscura, ella se alejó un poco pero comenzó a oler el aroma de su amado – Ven Nathaniel, quiero llenar de buenos recuerdos estas sabanas – Termino diciendo en cualquier caso que supuestamente quería haber dicho durante mucho tiempo.

Observaba a Nathaniel desde la cama - Vamos, ven, no va a pasar nada malo, solo buenas cosas amor –Dijo levantándose de la cama, sin la sabana y arrastrando a Nathaniel hacia sí misma, comenzando a besarlo lentamente – Tócame Nathaniel, soy completamente y enteramente tuya –Susurro ligeramente para poder mover una mano con timidez sobre el miembro aún bajo unos enormes gallumbos de invierno – Estemos igual, Nathaniel, quiero estar a la misma altura que tu..y no tengas miedo, conmigo estas a salvo….

por **Nyra/Nathaniel Slamdong** Miér Jul 22, 2015 11:28 pm

Luego de la confesión de su hermana, aquel hombre pensó que la mujer que era objeto de su devoción y amor saldría corriendo o se reiría por lo escuchado pero lo que vio o mejor dicho, lo que paso a continuación solo lo llenaron de una enorme dicha, jamás se había sentido tan feliz como aquel momento, tanto así que no supo que decir, quedó estoico frente a ella admirando la belleza de su amada, su gran amor. Su cuerpo brillaba antes sus ojos tan bella figura que tomaba en cada curvatura el toque de la perfección, ni mucho ni poco, todo era como él siempre imaginó que sería, una diosa.

Caminó con ella rumbo a su habitación sin dejar de ver los cabellos castaños cobrizos correr libremente por la piel de su espalda, quiso tocarlo, sus dedos se lo estaban pidiendo, pero solo se veía arrastrado por aquella mujer que ahora sería su mujer, para la eternidad. Al abrir la puerta observó que seguía el mismo desastre de la mañana, la ropa tirada, el ropero abierto y sus armas que se mostraban frente a su prometida que se recostaba en la cama mostrándose ante él completamente. Su voz lo calmo, lo trajo del sueño a la realidad, sus manos tomaron las caderas de ella acariciando la piel sensible viendo cómo se mordía el labio y jadeada levemente –Amberie, quiero que tu primera vez sea única y conmigo siempre– acerca los labios al cuello de ella lentamente regando pequeños besos mientras sus manos se deslizan por la espalda de ella subiendo y bajando, recorren luego su vientres subiendo a los senos a los cuales los acuna tomando sus pezones entre los dedos dando pequeños pellizcos, sus labios descienden por la clavícula hasta aquellos endurecidos pezones, es ahí que sus manos descienden hasta los muslos de ella subiendo lentamente esos dedos hasta alcanzar su sexo, lo abre con sus dedos cuando su boca toma el pezón a succionar, abre el sexo humedecido, aquellos pliegues acariciando los labios mayores de aquella intimidad que quería conquistar, el dedo del corazón hace el tiento de entrar en ella pero solo se queda en aquel botón, acariciándolo lentamente en forma circular, su lengua roza el pezón lamiéndola y jugando con este.

Rompe aquella intimidad cargándola y colocándola sobre las sábanas de su cama, se coloca entre las piernas de ella y coloca un dedo sobre los labios –Primero quiero que disfrutes amor mio, quiero que estés muy bien para poder recibirme porque lo que tengo no quiero que te lastime, déjame hacerte esto para tu disfrute y solo para tu deleite amor mio– descendió en besos por su vientre, lamiendo la piel, dejando un camino de besos húmedos hasta llegar a su sexo, ahí primero abrió aquellos pliegues y dejó que la lengua recorra, tomando el sabor salino de ella, una vez más y esta vez se concentró en su botón, que con la punta de su lengua comenzó a estimular, su mirada no paraba de observar cómo se retorcía bajo sus caricias que iban a más, su lengua jugueteaba con mayor fuerza sobre aquel botón, y cuando lo tuvo hinchado contra sí, lo tomó entre sus labios succionándolo.

Esta fuera de si, el aroma de excitación de su mujer lo llenaba y volvía loco al punto de que su miembro este palpitando buscando rasgar la ropa de su prenda íntima, hinchada y adolorida, gritando poder calmarse con ella en su interior.

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