El encuentro indeseado (Privado)

por **Darius Von Hauf** Miér Jun 27, 2018 7:01 pm

- ¡A LA IZQUIERDA! ¡DARIUS! ¡A LA IZQUIERDA!

Mientras Darius conjuraba uno de sus hechizos de ataque uno de sus compañeros le decía por dónde tirar, pero teniendo una intuición él tiro por la derecha y acertó en tres objetivos de golpe. Darius siguió luchando ahora con una espada que tenía envainado contra uno que se resistía, un vampiro que estaba causando demasiados problemas y estaba llamando demasiado la atención entre los humanos. Era ese vampiro unido de otros más, cada vez eran más y los soldados de los inquisidores que andaban por ahí luchando tuvieron que retirarse un poco hasta que por fin vinieron más refuerzos en su rescate. Darius descanso en un rincón, bebió de una petaca algo de alcohol para poder reponer fuerzas.

La noche estaba siendo demasiado larga para lo que estaba acostumbrado y como si fuera algo mágico, todos los vampiros estaban siendo reunidos en un solo grupo del cual estaban siendo apiñados en un rincón. Darius vio que otro grupo estaba organizando una pila de muebles de madera abandonados para seguramente incendiarlos en una hoguera para poder quemar a los vampiros. Darius supuso eso. Entonces fue cuando ya tenía un descanso saco su libreta de notas en donde iba anotando lo que hacía en cada misión y por si eso le llegaba o le daba alguna misión extra o alguna pista sobre el paradero del asesino de su casi esposa.

Darius terminaba de escribir cuando vio por su lado pasar un carruaje. Alzo la mirada hacia arriba, la noche estaba preciosa y el carruaje paró cerca de su persona. Fue cuando entonces vio bajar a una persona que no se esperaba ver en muchos años. Salió corriendo, bueno, no corriendo por patas pero si salió andando como con muchísima prisa, como si de verdad estuviera escondiéndose, huyendo de alguien a quien no quería ver en realidad, a quien no quería ver nunca en su vida, a quien creía desaparecida y que pensó que no la volvería a ver en su vida o en lo que le quedaba de vida.

Llegó a una calle abierta en la que no parecía haber señal de ESA persona. Sin embargo se sentó en una banca que había cerca, se dispuso a liar un poco de opio dentro de un papelillo para después encenderlo con su propia magia. Estuvo fumando poco a poco, de manera relajada. Estaba estresado si se encontraba a esa persona de nuevo. No sabía porque no podía estar cerca de esa persona. En realidad, NO PODIA.

por **Morgan Fliórov** Lun Jul 09, 2018 10:29 pm

Morgan siempre sabía perfectamente lo que quería y como hacer para conseguirlo, por eso era que aún no le cabía en la cabeza que Darius siguiera resintiéndose a ella y es que… ¿Qué más podía desear él? Sus familias se conocían y sería benéfico una unión entre ellas, las habilidades mágicas de ambos eran asombrosas, sobre todo las de ella, que podría llevar al inquisidor a la gloria eterna y aún así, él estaba empeñado en vengar la muerte de la inútil humana de la que se enamoro. Frustrada al recordar lo que entregó a cambio de la muerte de aquella mujer, Morgan tiro los frascos de perfumes sobre su tocador los cuales se destruyeron en miles de fragmentos al tocar el piso de madera de la mansión Fliórov y un gritó que alarmo a toda la servidumbre salió de sus perfectos labios. A la bruja no le sorprendió que de manera veloz llegará hasta su recamara el ama de llaves de la casa, a quien le pidió que preparase el carruaje pues necesitaba salir y cazar lo que fuera; así que usando ropa negra para montar, la que usualmente llevaba de cacería y cargando la ballesta que le regalara su padre, la heredera Fliórov salió a las calles de París.

El conductor del carruaje condujo los caballos en dirección a la zona sur de la ciudad, zona en la que ya en otras ocasiones la bruja había pedido ir, pues por ese rumbo existía un gran numero de cambiantes, mismos que podían ser usados para hechizos oscuros, la especialidad de Morgan; sin embargo, conforme más se internaban en aquella zona, más extraño parecía tornarse el ambiente, demasiado solitario y cargado de muerte. Preocupado por la soledad de las calles que transitaban, el cochero le pidió volver, algo a lo que Morgan accedió, no sin antes decirle que ella se quedaría en el lugar.

Antes de descender del carruaje y mientras escuchaba las replicas del cochero, la bruja finalmente se percato de lo que ocurría. Entre aquellas calles, se desarrollaba una batalla entre inquisidores y sobrenaturales. Lo más adecuado en esa situación hubiera sido desistir de su deseo de quedarse y partir a toda velocidad, más fue la visión de Darius en aquella calle en la que se detenía la que la hizo descender y perderse rápidamente de la vista del cochero pues su meta, era dar alcance a Darius, que parecía estar huyendo de ella, algo que Morgan, no pensaba permitir.

Durante varias calles le siguió de cerca y no fue sino hasta que el se detuvo, creyendo haberla perdido que la hechicera emergió de entre las sombras.
– Si no fuera porque se esta desarrollando una batalla que puede costarte la vida, creería que de lo que estas huyendo es de mi – habló en voz alta, sonriendo en dirección al hechicero que sabía, la estaba evadiendo realmente a ella.

por **Darius Von Hauf** Vie Jul 27, 2018 9:52 pm

-¡AAAHHGG! – La sorpresa que se llevó Darius fue aplastante tanto que se cayó al suelo y rodó un poco dejando de hacer lo que en realidad estaba haciendo en ese momento. Cuando se fijó en Morgan algo le sorprendió en ella. Había…cambiado de una niña que siempre se escondía tras su cabellera de fuego a ahora. Darius negó. No. Seguro que le había hechizado de nuevo para fastidiarle la vida.

- ¡Menudo susto! – Darius se levantaba del suelo poco a poco, se sacudió su ropa de inquisidor y estiró su cuerpo de lo cansado que estaba. La batalla había sido ardua y difícil contra aquel nido de vampiros y ahora se completaría por haberse encontrado con Morgan – Y yo ya he hecho mi parte del trato o sobre lo que me tocaba hacer esta noche. No creo que lo entiendas mucho, menos mal que eres guapa – Dijo a modo de rabieta, a modo de que no quería que Morgan le controlase ahora que se habían vuelto a reencontrar, era una completa locura.

Cuando se dispuso a recoger lo que le faltaba, en su cuerpo descubrió un corte en el costado que por razones desconocidas había pensado presentarse en ese mismo instante y no antes. Cuando se tocó el costado izquierdo vio que tenía un leve corte pero no era para nada un corte leve. Intentó sacar un pequeño kit que contenía vendajes y ungüentos para estos casos pero al estar sintiendo ya de por si el dolor, sus manos se estaban volviendo demasiado torpes que ya de por si no conseguía ponerse ninguna venda.

Fue entonces cuando aparecieron unos compañeros suyos que cuando le miraron solamente le silbaron por la compañía femenina que estaba obteniendo el brujo en aquel momento mientras pasaban de largo – Que no te extrañe. Hay mucho envidioso por el mundo y prefieren a que me muera para así probablemente tener todo aquello que pueda tener – Dijo un Darius molesto que por fin consiguió ponerse una de las vendas, mal, pero consiguió ponérsela al final y con ello, con su cinturón se lo quito de los pantalones y se ató la cintura para detener la sangre saliendo de su cuerpo.

Con ello puesto, solo se limitó a quedarse sentado sobre la banca y en donde observaba a Morgan – Dime Morgan, ¿Cuáles son tus motivos para presentarte aquí de repente? ¿Te has cansado de tu padre? – Pregunto a modo sarcástico y con mucha pasividad cosa que no quería que sonara así ya que sí, vale, él era algo especial y arrogante, MUY arrogante pero a veces tenía su momento de buen corazón, aún no estaba muerto en vida tras la muerte de aquella mujer que en un día hubiera sido su esposa.

Sin embargo, estaba viviendo en el pasado y tendría que vivir en el presente pero ¿cómo? Lo único que sabía hacer Darius era torturar gente por información y nada más.

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