Along the lines. «Ji Hyun Goryeo»

por **Cameron D’ Lizoni** Mar Jul 10, 2018 11:34 am

Los errores parecían perseguirlos tal cual carne fresca, si bien el deseo de venganza afloraba en cada fibra de su piel, la mañana que salió del castillo donde la Baronesa Chavanell se escondía del sol con frecuencia, supo que el asesinato de su madre bien podría tratarse de algo más que una riña ancestral entre lobos y cazadores; algo más grande que él los acechaba y todo lo que tenía eran las suposiciones de una vampira que algunos años atrás acudió a su difunta madre por las mismas respuestas en las que él ahora navegaba.

Menos de dos semanas habían transcurrido desde que escapó una vez más de los deberes que aguardaban por él en Italia, no sabía como enfrentar a su mejor amigo y beta, mucho menos qué hacer si sus pasos se encontraban con la cazadora. Por lo que escuchó Amara se encontraba junto a otro lobo, media sonrisa amarga sorprendió sus labios, suponía entonces que lo que sea que se trajera con los lobos era algún pasatiempo que dotaba antes de conocerle.

Al no conseguir las palabras que deseaba de la vampira decidió buscar a su hermano gemelo, él sin duda le indicaría la dirección más certera, poco le importaba cualquier rastro de cariño que pudiera o pudo conservar en el pasado por su madre o la familia Santori. Ambos hermanos coincidieron en un dato que hasta el momento no solo era el único sino el más concreto: los demonios Seung. Recordó haber leído el nombre en uno de los tantos pergaminos que su madre solía guardar en su cofre pero ¿cómo dar con quienes no desean ser encontrados? Si lo poco que sabe era cierto, los hermanos Seung habían decidido hacer de su vida un infierno desde las sombras desde hace más de tres mil años ¿quién era él, entonces para dar con su paradero en tan poco tiempo? Bien podrían estar observandolo en aquel preciso instante.

Con pocas opciones a su disposición emprendió la marcha en busca de la única conocedora de los mitos y leyendas que rodeaban la basta cultura asiática: Ji Hyun. La conoció hace un buen tiempo, cuando apenas llegó a Francia y huir de su prometida y deber como heredero pasó a ser un pasatiempo que requería toda su atención. Quizás ella no supiera con exactitud donde se encontraban los Seung pero confiaba en que si pudiese apuntar en la dirección correcta.

La noche se imponía basta y formidable con su astro principal brillando en el firmamente. Indistintamente, le gustaba visitar la playa cuando el sol se ocultaba y los mortales se retiran. Allí podía ver la luna, sentía que era aquel el mejor asiento en todo la ciudad, a la distancia perfecta para apreciar la madre que aún le quedaba. Recordando la última vez que vio a Kai no muy lejos de aquel lugar, sacó un licor que se molestó en recoger de la casa del licano sin que lo notara y luego de un largo trago espero a que la licántropa apareciera.