AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
2 participantes
Página 1 de 1.
In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
Desembarcamos en el puerto con las brillantes armaduras, las capas granas y aquellas cruces que nuestros pechos atravesaban.
Un único objetivo nos había llevado hasta allí, uno que debía ser cumplido por el bien de los hombres, dios marcaba nuestro camino y París se había convertido en nuestro destino.
Una guerra estaba a punto de producirse, los Black , Hijos de Cain traerían al mundo el caos, necesitábamos dar con el arma del pecado antes de que cayera en sus manos.
Hijos de Seth, descendientes de las 12 tribus, dimos nuestra palabra de que mantendríamos la paz en el mundo equilibrando fuerzas, así con el firme propósito de cumplir con nuestra obligación atravesamos las aduanas con la facilidad de ser hombres de André, el mariscal, él nos daría cobijo y un salvoconducto en la ciudad.
Los caminos del señor eran inexcusables y nuestra orden que se mantenía en la sombra tenia infinitas extensiones.
Los cascos de los caballos se perdieron por la adoquinada ciudad rumbo a las afueras, todo estaba listo para nuestra llegada y en la mansión fuimos alojados en los sótanos como habíamos solicitado.
André se ocupaba esa noche de unos problemas en la catedral, se juzgaba a una mujer por adulterio, brujería, lo de siempre cuando de la inquisición se trataba.
Salimos a tomar algo ,el viaje había sido largo y de vez en cuando era necesario liberar la mente para mantener el espíritu intacto.
Entre rondas, risas y alguna broma que otra la noche se fue animando, mañana emprenderíamos la búsqueda pero esta noche escuchar y fundirnos con aquella sociedad era primordial, era curioso descubrir todo lo que los borrachos de bastón y traje podían llegar a decir, peor entre las “grandes fiestas sociales” la del compromiso Black era de las mas memorables.
Un único objetivo nos había llevado hasta allí, uno que debía ser cumplido por el bien de los hombres, dios marcaba nuestro camino y París se había convertido en nuestro destino.
Una guerra estaba a punto de producirse, los Black , Hijos de Cain traerían al mundo el caos, necesitábamos dar con el arma del pecado antes de que cayera en sus manos.
Hijos de Seth, descendientes de las 12 tribus, dimos nuestra palabra de que mantendríamos la paz en el mundo equilibrando fuerzas, así con el firme propósito de cumplir con nuestra obligación atravesamos las aduanas con la facilidad de ser hombres de André, el mariscal, él nos daría cobijo y un salvoconducto en la ciudad.
Los caminos del señor eran inexcusables y nuestra orden que se mantenía en la sombra tenia infinitas extensiones.
Los cascos de los caballos se perdieron por la adoquinada ciudad rumbo a las afueras, todo estaba listo para nuestra llegada y en la mansión fuimos alojados en los sótanos como habíamos solicitado.
André se ocupaba esa noche de unos problemas en la catedral, se juzgaba a una mujer por adulterio, brujería, lo de siempre cuando de la inquisición se trataba.
Salimos a tomar algo ,el viaje había sido largo y de vez en cuando era necesario liberar la mente para mantener el espíritu intacto.
Entre rondas, risas y alguna broma que otra la noche se fue animando, mañana emprenderíamos la búsqueda pero esta noche escuchar y fundirnos con aquella sociedad era primordial, era curioso descubrir todo lo que los borrachos de bastón y traje podían llegar a decir, peor entre las “grandes fiestas sociales” la del compromiso Black era de las mas memorables.
Landry- Humano Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 30/07/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
Era la primera vez que había hecho el salto a un cuerpo ya adulto, por lo que la adaptación había sido bastante complicada. Trasladar su alma a una embarazada era sencillo, hasta que no nacía, el cuerpo carecía de espíritu y, sin embargo, a esta joven que había permanecido en coma durante largas semanas, su ánima parecía haberse anclado incluso cuando ya no se podía hacer nada. Sacarla del mundo físico y mandarla a ser juzgada por quien tocara no resultó nada fácil, pero ella no era una saltadora, no podía instalarse en otra figura y, al mismo tiempo, era incapaz de resucitar el que ocupaba. La vieja había sido la mejor solución para ambas, así ella tenía un lugar que poseer y el alma de la muchacha, liberado para descansar, al fin, en paz.
Habían transcurrido varios días desde ese momento, horas que había dedicado a adaptarse, a hacerse a ese cuerpo, a esa mente a esos recuerdos que habían quedado grabados en el cerebro. El alma tiene memoria, pero también la figura que ocupa y ahora convivían ambos. Obviamente la reina gitana podría haberlos borrados usando su poder para indagar en los recuerdos, pero consideró que era un justo pago por lo que ella recibía a cambio. Así que, tras creerse ya capaz de manejarse bien en su nueva “casa”, Esmeralda decidió salir a dar una vuelta. No había mejor modo de descubrir si todo funcionaba como debía que probándolo.
Se dejó llevar por la brisa nocturna, por los susurros de la noche, por el brillo de la luna. Los gitanos comulgaban de un modo extraño con la naturaleza, especialmente con los animales, no en vano tenían los mejores espectáculos de circo. No era porque domaran a las bestias con látigo, sino que conversaban con ellas, las cuidaban y las querían. No era extraño verlos siempre con toda clase de alimañas o reptiles como compañeros de viaje, lo que los payos solían llamar mascotas. Ella tenía una compañera muy especial a través de la que canalizaba a veces su poder o con la que impulsaba su energía. Llevaba ya muchos años con ella pues la tenía desde que era una mera cría y ahora que ya era toda una adulta, le resultaba mucho más útil que cuando a penas tenía unos meses. Una preciosa parda siria que había metido en la ciudad con la excusa del circo, pero que no participaba en exhibiciones de ningún tipo. Estaba pensando en ella cuando sus pies se detuvieron junto a un local y decidió que pasaría a tomar algo. En París la sociedad era aún bastante misógina y ver a una mujer joven, sola y de noche no estaba bien visto, pero esas eran cosas que a Esmeralda le daban absolutamente lo mismo.
Se aproximó a la barra y pidió un Floc de Gascuña rosado. Podía ser de clase baja, pero tenía, de vez en cuando, gustos caros. Los de su asentamiento no disfrutaban de los lujos típicos de la clase alta y no presumían de sus posesiones, pero eso no significaba que fueran pobres. En cuanto tuvo su copa en la mano, tomó asiento en un taburete y se colocó de medio lado, observando a los soldados que allí estaban aposentados. Se fijó en su vestimenta, una que no había visto desde hacía muchos siglos, saltos atrás en el tiempo. Le resultó curioso, ¿qué hacían templarios en la capital francesa? ¿Buscarían el santo grial? Sonrió ante la absurdidad de aquella idea, pero se los quedó estudiando mientras daba breve y silenciosos sorbos a su licor.
Habían transcurrido varios días desde ese momento, horas que había dedicado a adaptarse, a hacerse a ese cuerpo, a esa mente a esos recuerdos que habían quedado grabados en el cerebro. El alma tiene memoria, pero también la figura que ocupa y ahora convivían ambos. Obviamente la reina gitana podría haberlos borrados usando su poder para indagar en los recuerdos, pero consideró que era un justo pago por lo que ella recibía a cambio. Así que, tras creerse ya capaz de manejarse bien en su nueva “casa”, Esmeralda decidió salir a dar una vuelta. No había mejor modo de descubrir si todo funcionaba como debía que probándolo.
Se dejó llevar por la brisa nocturna, por los susurros de la noche, por el brillo de la luna. Los gitanos comulgaban de un modo extraño con la naturaleza, especialmente con los animales, no en vano tenían los mejores espectáculos de circo. No era porque domaran a las bestias con látigo, sino que conversaban con ellas, las cuidaban y las querían. No era extraño verlos siempre con toda clase de alimañas o reptiles como compañeros de viaje, lo que los payos solían llamar mascotas. Ella tenía una compañera muy especial a través de la que canalizaba a veces su poder o con la que impulsaba su energía. Llevaba ya muchos años con ella pues la tenía desde que era una mera cría y ahora que ya era toda una adulta, le resultaba mucho más útil que cuando a penas tenía unos meses. Una preciosa parda siria que había metido en la ciudad con la excusa del circo, pero que no participaba en exhibiciones de ningún tipo. Estaba pensando en ella cuando sus pies se detuvieron junto a un local y decidió que pasaría a tomar algo. En París la sociedad era aún bastante misógina y ver a una mujer joven, sola y de noche no estaba bien visto, pero esas eran cosas que a Esmeralda le daban absolutamente lo mismo.
Se aproximó a la barra y pidió un Floc de Gascuña rosado. Podía ser de clase baja, pero tenía, de vez en cuando, gustos caros. Los de su asentamiento no disfrutaban de los lujos típicos de la clase alta y no presumían de sus posesiones, pero eso no significaba que fueran pobres. En cuanto tuvo su copa en la mano, tomó asiento en un taburete y se colocó de medio lado, observando a los soldados que allí estaban aposentados. Se fijó en su vestimenta, una que no había visto desde hacía muchos siglos, saltos atrás en el tiempo. Le resultó curioso, ¿qué hacían templarios en la capital francesa? ¿Buscarían el santo grial? Sonrió ante la absurdidad de aquella idea, pero se los quedó estudiando mientras daba breve y silenciosos sorbos a su licor.
Esmeralda- Gitano
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 23/06/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
Pocas eran las féminas de aquel local, las mujeres de lata alcurnia se mantenían en casa esperando pacientes a sus ebrios maridos que tras coquetear con otras de no tan buena casa volvían satisfechos.
Ante los ojos de la gitana que acaba de tomar asiento, nosotros podíamos ser unos meros hombres mas, aunque si se fijara descubriría que ninguno llevaba mas de una jarra y que bebíamos con sumo cuidado pasando desapercibidos porque no estábamos allí para ser vistos.
Uno de los borracho hizo caer sobre sus rodillas a una de las cantineras, sus pechos eran abultados y sus ojos verdes casi felinos, la chica no muy de acuerdo forcejeó, mi segundo, mas joven e impulsivo fue a ponerse en pie, mas mi diestra se interpuso y con un gestó pedí que recuperara su asiento, no veníamos a impartir justicia, eso ya lo hacían los soldados del rey, nosotros atendíamos a un ser supremo, dios y aunque de seguro no le gustaría la situación, nuestra misión era demasiado importante como para intervenir en un mero lio de faldas.
Como supuse muchos fueron los envalentonados caballeros que se metieron por medio para rescatarla, ladeé la sonrisa ante lo previsible que eramos los hombres.
-¡Nos marchamos! -sentencié dejando caer unas monedas sobre la mesa rasa que bien pagarían lo dispuesto.
Ya habíamos descubierto lo necesario, al parecer los Black no se escondían, muy propio de esos monstruos, no así de todos los cainitas.
Joe se casaba y ademas tenía una sobrina en edad casadera, quizás me presentara voluntario para cortejarla.
Mis hombres se alzaron, sus capas ondearon y así comenzaron a abandonar aquel antro, fueron los ojos de la gitana los que se hundieron un instante en los míos ¿la conocía? Imposible.
Giré el rostro y salí tras mis hombres como si el diablo no susurrara en mi oído que descubriera mas de aquella mujer que de forma meticulosa nos había estado analizando.
Ante los ojos de la gitana que acaba de tomar asiento, nosotros podíamos ser unos meros hombres mas, aunque si se fijara descubriría que ninguno llevaba mas de una jarra y que bebíamos con sumo cuidado pasando desapercibidos porque no estábamos allí para ser vistos.
Uno de los borracho hizo caer sobre sus rodillas a una de las cantineras, sus pechos eran abultados y sus ojos verdes casi felinos, la chica no muy de acuerdo forcejeó, mi segundo, mas joven e impulsivo fue a ponerse en pie, mas mi diestra se interpuso y con un gestó pedí que recuperara su asiento, no veníamos a impartir justicia, eso ya lo hacían los soldados del rey, nosotros atendíamos a un ser supremo, dios y aunque de seguro no le gustaría la situación, nuestra misión era demasiado importante como para intervenir en un mero lio de faldas.
Como supuse muchos fueron los envalentonados caballeros que se metieron por medio para rescatarla, ladeé la sonrisa ante lo previsible que eramos los hombres.
-¡Nos marchamos! -sentencié dejando caer unas monedas sobre la mesa rasa que bien pagarían lo dispuesto.
Ya habíamos descubierto lo necesario, al parecer los Black no se escondían, muy propio de esos monstruos, no así de todos los cainitas.
Joe se casaba y ademas tenía una sobrina en edad casadera, quizás me presentara voluntario para cortejarla.
Mis hombres se alzaron, sus capas ondearon y así comenzaron a abandonar aquel antro, fueron los ojos de la gitana los que se hundieron un instante en los míos ¿la conocía? Imposible.
Giré el rostro y salí tras mis hombres como si el diablo no susurrara en mi oído que descubriera mas de aquella mujer que de forma meticulosa nos había estado analizando.
Landry- Humano Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 30/07/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
Aquellos soldados a penas tocaron sus jarras como si las hubiesen pedido únicamente para aparentar mientras estudiaban, igual que hacía ella, aunque la gitana sí se llevaba la copa a los labios de vez en cuando, pues el alcohol a ella no le nublaba el pensamiento, al contrario, muchas veces lo utilizaba para aumentar su poder, ya que era un buen modo de desinhibir la mente y el cuerpo.
Se armó un poco de revuelo cuando un hombre intentó propasarse con una de las meseras y la morena pudo ver como uno de los partidarios de Dios se levantaba para intentar impartir algún tipo de justicia, mas otro de los suyos le detuvo, uno que pronto demostró ser el mandamás del grupo, pues de una orden hizo que todos se alzaran y emprendieran rumbo a la salida. Esmeralda fijó sus orbes pardos con un ínfimo halo dorado en los ojos de aquel que comandaba a los soldados. No necesitaba ocultar su interés, ella no era ese tipo de persona que se molestaba en teñir de coincidencia el destino. Algo la había llevado a aquella taberna en esa precisa noche y sabía que era para encontrarse con ese desconocido, fuera quien fuere. Hizo un gesto con la cabeza, saludándole, antes de que éste desapareciera por la puerta. Una ladina sonrisa asomó a sus labios mientras daba otro trago. No iba a salir corriendo tras él, dejaría pasar unos largos segundos, unos minutos tal vez. No apuraría la copa con rapidez, se tomaría su tiempo, saborearía el licor, lo paladearía con gusto. Pagó su bebida al terminar y con calma salió del local.
Aquellos hombres no se encontraban a la vista, pero podía ver las estelas de sus auras. Podría haberles seguido, indagar a dónde se dirigían, cuál era su misión en la ciudad y qué pretendían fingiendo beber en el bar. ¿A quién buscaban? ¿Por qué lo buscaban? ¿Habían encontrado la información que necesitaban? Eran muchas las preguntas que se podían contestar si la mujer iba tras los pasos de los templarios, pero había algo más interesante que conseguir respuestas rápidas y es que la reina gitana había plantado una semilla. Aquel cruce de miradas había sembrado una duda, algo pequeño, ínfimo, a penas perceptible y menos aún sospechoso, pero allí estaba, dando vueltas ahora en la cabeza del hombre de barba tupida “¿Quién es esa mujer que me ha saludado?”.
Desató el pañuelo de su cintura y con él se rodeó el cuello, se había levantado un poco de aire y no era ninguna necia como para exponerse a las enfermedades que corrían por las calles de París como la sangre lo hacía por sus propias venas. Cerró los ojos y emprendió camino sin mirar, sin contar adoquines, sin palpar muros con las manos. Sólo su oído y el instinto que se gastaba guiarían su camino aquella noche.
Se armó un poco de revuelo cuando un hombre intentó propasarse con una de las meseras y la morena pudo ver como uno de los partidarios de Dios se levantaba para intentar impartir algún tipo de justicia, mas otro de los suyos le detuvo, uno que pronto demostró ser el mandamás del grupo, pues de una orden hizo que todos se alzaran y emprendieran rumbo a la salida. Esmeralda fijó sus orbes pardos con un ínfimo halo dorado en los ojos de aquel que comandaba a los soldados. No necesitaba ocultar su interés, ella no era ese tipo de persona que se molestaba en teñir de coincidencia el destino. Algo la había llevado a aquella taberna en esa precisa noche y sabía que era para encontrarse con ese desconocido, fuera quien fuere. Hizo un gesto con la cabeza, saludándole, antes de que éste desapareciera por la puerta. Una ladina sonrisa asomó a sus labios mientras daba otro trago. No iba a salir corriendo tras él, dejaría pasar unos largos segundos, unos minutos tal vez. No apuraría la copa con rapidez, se tomaría su tiempo, saborearía el licor, lo paladearía con gusto. Pagó su bebida al terminar y con calma salió del local.
Aquellos hombres no se encontraban a la vista, pero podía ver las estelas de sus auras. Podría haberles seguido, indagar a dónde se dirigían, cuál era su misión en la ciudad y qué pretendían fingiendo beber en el bar. ¿A quién buscaban? ¿Por qué lo buscaban? ¿Habían encontrado la información que necesitaban? Eran muchas las preguntas que se podían contestar si la mujer iba tras los pasos de los templarios, pero había algo más interesante que conseguir respuestas rápidas y es que la reina gitana había plantado una semilla. Aquel cruce de miradas había sembrado una duda, algo pequeño, ínfimo, a penas perceptible y menos aún sospechoso, pero allí estaba, dando vueltas ahora en la cabeza del hombre de barba tupida “¿Quién es esa mujer que me ha saludado?”.
Desató el pañuelo de su cintura y con él se rodeó el cuello, se había levantado un poco de aire y no era ninguna necia como para exponerse a las enfermedades que corrían por las calles de París como la sangre lo hacía por sus propias venas. Cerró los ojos y emprendió camino sin mirar, sin contar adoquines, sin palpar muros con las manos. Sólo su oído y el instinto que se gastaba guiarían su camino aquella noche.
Esmeralda- Gitano
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 23/06/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
La gitana no tardó en seguirnos, no me equivocaba, esa mujer quería lago de nosotros, mis hombres salieron al galope rumbo a las afueras, André nos alojaba en su casa y debíamos pasar desapercibidos.
Por contra yo me quedé rezagado apoyado en la pared entre las sombras de una farola que se encendía y apagaba, ladeé la sonrisa al verla aparecer en escena.
-Debo haberos causado una gran impresión para acabar siguiéndome bajo la oscuridad de la noche -apunté despegando mi espalda de la rugosa pared mientras me acercaba a la dama.
Me detuve a escasa distancia de su cuerpo, mis ojos se hundieron en los de la morena que deslizaba su mirada perspicaz por mi cuerpo.
-¿Y bien a que debo el honor de su compañía? -pregunté sin dejar de mirar su mirada felina.
Los gitanos era una raza antigua, en su mayoría vivían en asentamientos, nunca con un hogar definitivo, eran trotamundos y eso los convertía en seres peligrosos y útiles, no sabía cuantos ojos tenían los Black en esta ciudad pero algo me decía que los de esa mujer eran unos de ellos.
Tomé las riendas de mi montura cuando emergió del callejón rumbo a mi posición, mi mano se deslizó por su hocico con suavidad.
-¿Necesita quizás la lleve a algún lugar? ¿O me has perseguido hasta aquí por otro tipo de motivación?
Sus silencios eran muy expresivos, mas respuestas encontraba en ellos que en sus actos...no me había seguido allí con el afán de encontrar una noche de lujuria, ni hubiera seguido a un hombre de espada para arrancarle el saco de monedas del cinto.
Por contra yo me quedé rezagado apoyado en la pared entre las sombras de una farola que se encendía y apagaba, ladeé la sonrisa al verla aparecer en escena.
-Debo haberos causado una gran impresión para acabar siguiéndome bajo la oscuridad de la noche -apunté despegando mi espalda de la rugosa pared mientras me acercaba a la dama.
Me detuve a escasa distancia de su cuerpo, mis ojos se hundieron en los de la morena que deslizaba su mirada perspicaz por mi cuerpo.
-¿Y bien a que debo el honor de su compañía? -pregunté sin dejar de mirar su mirada felina.
Los gitanos era una raza antigua, en su mayoría vivían en asentamientos, nunca con un hogar definitivo, eran trotamundos y eso los convertía en seres peligrosos y útiles, no sabía cuantos ojos tenían los Black en esta ciudad pero algo me decía que los de esa mujer eran unos de ellos.
Tomé las riendas de mi montura cuando emergió del callejón rumbo a mi posición, mi mano se deslizó por su hocico con suavidad.
-¿Necesita quizás la lleve a algún lugar? ¿O me has perseguido hasta aquí por otro tipo de motivación?
Sus silencios eran muy expresivos, mas respuestas encontraba en ellos que en sus actos...no me había seguido allí con el afán de encontrar una noche de lujuria, ni hubiera seguido a un hombre de espada para arrancarle el saco de monedas del cinto.
Landry- Humano Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 30/07/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
La voz del hombre resonó en sus oídos mientras la gitana permanecía con los párpados caídos, sin ver nada. Una sonrisa se dibujó en sus labios, ladeándose al cabo de unos instantes, mas no dijo ni una palabra, permaneció en silencio mientras el soldado hablaba, la estudiaba, la interrogaba. Abrió los ojos, despacio y permitió que sus brillantes pardos de pupilas ligeramente dilatadas, adaptándose a la oscuridad, se fijaran en los orbes ajenos de un tono azul con matices grisáceos.
Rio bajo, de manera audible, dejando claro que no era muda, que sencillamente no hablaba porque no quería hacerlo. Siempre había sido una mujer sabia y no una charlatana gitana. Entreabrió, finalmente, la boca, dejando escapar un poco de aire que acarició sus belfos y se pasó la lengua por la comisura izquierda, no la deslizó, únicamente rozó aquel punto en concreto, antes de esconderla con la misma parsimonia que había asomado. -Disculpa que rompa tus ilusiones, pero no te estaba siguiendo.- Ladeó ligeramente la cabeza al dar un paso al frente, permitiendo así que la lumbre se reflejara mejor en su rostro, a pesar de que aquella tea parecía tener algún tipo de problema ya que titilaba más que las estrellas. -Sólo daba un paseo, tranquilo y descalza.- Amplió la sonrisa, mostrando sus dientes y bajó un poco la cabeza, mirándose sus propios pies, cuyos dedos se movieron de manera graciosa y juguetona. -¿Eres de los que juzga un libro por su cubierta o de los que se lee al menos las primeras cincuenta páginas antes de opinar?- Aquel interrogante ocultaba muchas intenciones y hacía referencia a mucho más que ella misma. El moreno que se plantaba frente a ella con las riendas de la montura en la mano, parecía ser alguien culto, inteligente y habituado a la estrategia. Él había dado la voz en la taberna y todos le habían obedecido sin rechistar, lo que le convertía en el líder del grupo o, al menos, en el portavoz, la mano derecha del mandamás.
La nómada quería saber cuál era el propósito de su visita, de su presencia en París, concretamente. Las jarras de aquellos hombres habían quedado llenas, intactas, al partir y ningún caballero hubiese hecho tal cosa de manera deliberada. Eran abstemios o, por lo pronto, su trabajo les impedía dar sorbo alguno, pero les obligaba a aparentar que lo hacían. Era todo demasiado rebuscado y si algo le gustaba a Esmeralda eran los extraños y complejos rompecabezas. -¿Y hasta dónde podrías acercarme?- Ella no trataba de usted a nadie, ni a los clientes siquiera que buscaban sus predicciones o extrañas pociones para la estimulación sexual o la fertilidad. Menos aún aquellos que la iban a encontrar para maldiciones gitanas. El respeto no se demostraba con palabras a su parecer, sino con actos.
Rio bajo, de manera audible, dejando claro que no era muda, que sencillamente no hablaba porque no quería hacerlo. Siempre había sido una mujer sabia y no una charlatana gitana. Entreabrió, finalmente, la boca, dejando escapar un poco de aire que acarició sus belfos y se pasó la lengua por la comisura izquierda, no la deslizó, únicamente rozó aquel punto en concreto, antes de esconderla con la misma parsimonia que había asomado. -Disculpa que rompa tus ilusiones, pero no te estaba siguiendo.- Ladeó ligeramente la cabeza al dar un paso al frente, permitiendo así que la lumbre se reflejara mejor en su rostro, a pesar de que aquella tea parecía tener algún tipo de problema ya que titilaba más que las estrellas. -Sólo daba un paseo, tranquilo y descalza.- Amplió la sonrisa, mostrando sus dientes y bajó un poco la cabeza, mirándose sus propios pies, cuyos dedos se movieron de manera graciosa y juguetona. -¿Eres de los que juzga un libro por su cubierta o de los que se lee al menos las primeras cincuenta páginas antes de opinar?- Aquel interrogante ocultaba muchas intenciones y hacía referencia a mucho más que ella misma. El moreno que se plantaba frente a ella con las riendas de la montura en la mano, parecía ser alguien culto, inteligente y habituado a la estrategia. Él había dado la voz en la taberna y todos le habían obedecido sin rechistar, lo que le convertía en el líder del grupo o, al menos, en el portavoz, la mano derecha del mandamás.
La nómada quería saber cuál era el propósito de su visita, de su presencia en París, concretamente. Las jarras de aquellos hombres habían quedado llenas, intactas, al partir y ningún caballero hubiese hecho tal cosa de manera deliberada. Eran abstemios o, por lo pronto, su trabajo les impedía dar sorbo alguno, pero les obligaba a aparentar que lo hacían. Era todo demasiado rebuscado y si algo le gustaba a Esmeralda eran los extraños y complejos rompecabezas. -¿Y hasta dónde podrías acercarme?- Ella no trataba de usted a nadie, ni a los clientes siquiera que buscaban sus predicciones o extrañas pociones para la estimulación sexual o la fertilidad. Menos aún aquellos que la iban a encontrar para maldiciones gitanas. El respeto no se demostraba con palabras a su parecer, sino con actos.
Esmeralda- Gitano
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 23/06/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
La gitana no se amedrentó, sin duda era mucho mas de lo que se podía percibir a simple vista, las garras de los Black eran tan largas como sus propias sombras y sin duda esta mujer estaba relacionada con uno o mas de uno.
Ninguna gitana en su sano juicio perseguiría a un caballero de mi condición, los gitanos mas bien eran de escabullirse, hacer sus pequeñas travesuras pero en toda guerra jugaban su papel, lo habían hecho durante siglos y siempre ocultos entre las brumas.
-Claro, os custodiaré hasta vuestra casa, no podría dormir pensando que os puede pasar algo ¿es pro eso por lo que habéis venido hasta aquí? ¿por que necesitáis un hombre que os de cobijo bajo la fría noche? -pregunté haciéndome el tonto, algo que no era precisamente.
Tiré de las riendas de mi caballo hasta quedar frente a la dama y sin mediar palabra tomé su cintura con firmeza subiéndola sobre el lomo de mi montura.
-No quiero cojáis frio, que tipo de hombre sería dejando a una mujer descalza bajo el frio de la luna.
Me quité mi capa y se la coloqué sobre los hombros, la cruz templaria quedaba bien remarcada y ladeé la sonrisa al ver como sus dos esferas quedaban clavada en ella.
-Soy un hombre religioso -susurré aferrando las riendas con firmeza antes de comenzar a andar -¿el campamento gitano? -pregunté tratando de sacar información -me tendréis que guiar, tengo una vaga idea de por donde se encuentra, mas no certeza.
Elevé la mirada de nuevo girando el rostro para chocar oc sus dos intensas estrellas.
-¿estáis demasiado lejos de casa, habéis venido hasta aquí descalza? Sus ropas no eran precisamente de una mujer falta de dinero, así que … ¿a que se debía eso? -¿Creéis en dios? -pregunté con un deje de diversión en mi voz.
Muchos gitanos eran creyentes y otros paganos ¿de que lado estaba ella? Algo me decía que del del mismo demonio.
Ninguna gitana en su sano juicio perseguiría a un caballero de mi condición, los gitanos mas bien eran de escabullirse, hacer sus pequeñas travesuras pero en toda guerra jugaban su papel, lo habían hecho durante siglos y siempre ocultos entre las brumas.
-Claro, os custodiaré hasta vuestra casa, no podría dormir pensando que os puede pasar algo ¿es pro eso por lo que habéis venido hasta aquí? ¿por que necesitáis un hombre que os de cobijo bajo la fría noche? -pregunté haciéndome el tonto, algo que no era precisamente.
Tiré de las riendas de mi caballo hasta quedar frente a la dama y sin mediar palabra tomé su cintura con firmeza subiéndola sobre el lomo de mi montura.
-No quiero cojáis frio, que tipo de hombre sería dejando a una mujer descalza bajo el frio de la luna.
Me quité mi capa y se la coloqué sobre los hombros, la cruz templaria quedaba bien remarcada y ladeé la sonrisa al ver como sus dos esferas quedaban clavada en ella.
-Soy un hombre religioso -susurré aferrando las riendas con firmeza antes de comenzar a andar -¿el campamento gitano? -pregunté tratando de sacar información -me tendréis que guiar, tengo una vaga idea de por donde se encuentra, mas no certeza.
Elevé la mirada de nuevo girando el rostro para chocar oc sus dos intensas estrellas.
-¿estáis demasiado lejos de casa, habéis venido hasta aquí descalza? Sus ropas no eran precisamente de una mujer falta de dinero, así que … ¿a que se debía eso? -¿Creéis en dios? -pregunté con un deje de diversión en mi voz.
Muchos gitanos eran creyentes y otros paganos ¿de que lado estaba ella? Algo me decía que del del mismo demonio.
Landry- Humano Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 30/07/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
La gitana tenía claro el tipo de hombre que era aquel con el que se encontraba a solas. Él era un devoto de Dios, un templario, un soba rosarios, un besa cruces. Había conocido a unos cuantos a lo largo de sus muchas vidas, lo recordaba y una sonrisa asomó por ello a sus labios. La peligrosa de ambos era Esmeralda, aunque fuera el soldado del Señor el que portara una espada.
Dejó que la ayudara a subiré al animal y se acomodó, siendo, aparentemente, una dama, al colocarse de lado con ambas piernas del mismo costado del caballo. La vieja sabía montar, había cabalgado en innumerables ocasiones y siempre lo hacía a horcajadas y muchas, incluso, sin montura siquiera. Pero no deseaba escandalizar al siervo de Jesucristo tan pronto. Se encorvó un poco para que la tela de la capa pasara de un hombro al otro, cubriendo su espalda. Elevó sus dos pardos hasta toparse con los azules del emisario y volvió a sonreír. No iba a fingir sorpresa al ver la cruz roja, porque ya sabía sobradamente el tipo de individuo con el que estaba. -Ya había intuido vuestra devoción, señor...- Prolongó la última palabra, invitando al templario a presentarse, porque la estaba escoltando, pero no le había dicho aún su nombre. Toda una descortesía para un hombre tan dado al protocolo como estaba demostrando ser el desconocido. Y para dar señal de buena fe, ella dio el primer paso. -Mi nombre es Esmeralda y, al igual que usted, no tengo apellido, aunque los motivos sean muy distintos.- Los fieles de Dios de ese nivel se encomendaban tanto a su fe que perdían la identidad hasta cierto punto y únicamente conservaban los nombres por cuestiones prácticas. Porque no se iban a llamar con números, ¿cierto?
-El campamento está nada más rebasar el límite de la ciudad. Y sí, he venido descalza, siempre voy a todas partes así. Me ayuda a conectar con mi parte más animal, una que muchos seres humanos hemos dejado atrás. Me siento una con la naturaleza si puedo sentir la humedad del suelo, los dedos hundirse en la tierra o la fría piedra doblegar mi carne para que ceda y rectifique su movimiento.- Durante unos instantes había estado mirando al horizonte, a la fina línea entre el mundo y el cielo, mas al escuchar aquella pregunta giró el rostro y volvió a enfrentar los ojos foráneos. -Creo en Dios y en el Demonio. Porque no pueden existir el uno sin el otro, ¿no creéis? Como no hay luz sin oscuridad ni blanco sin negro.- Aseguró la gitana, colocándose un par de mechones negros tras la oreja derecha.
Dejó que la ayudara a subiré al animal y se acomodó, siendo, aparentemente, una dama, al colocarse de lado con ambas piernas del mismo costado del caballo. La vieja sabía montar, había cabalgado en innumerables ocasiones y siempre lo hacía a horcajadas y muchas, incluso, sin montura siquiera. Pero no deseaba escandalizar al siervo de Jesucristo tan pronto. Se encorvó un poco para que la tela de la capa pasara de un hombro al otro, cubriendo su espalda. Elevó sus dos pardos hasta toparse con los azules del emisario y volvió a sonreír. No iba a fingir sorpresa al ver la cruz roja, porque ya sabía sobradamente el tipo de individuo con el que estaba. -Ya había intuido vuestra devoción, señor...- Prolongó la última palabra, invitando al templario a presentarse, porque la estaba escoltando, pero no le había dicho aún su nombre. Toda una descortesía para un hombre tan dado al protocolo como estaba demostrando ser el desconocido. Y para dar señal de buena fe, ella dio el primer paso. -Mi nombre es Esmeralda y, al igual que usted, no tengo apellido, aunque los motivos sean muy distintos.- Los fieles de Dios de ese nivel se encomendaban tanto a su fe que perdían la identidad hasta cierto punto y únicamente conservaban los nombres por cuestiones prácticas. Porque no se iban a llamar con números, ¿cierto?
-El campamento está nada más rebasar el límite de la ciudad. Y sí, he venido descalza, siempre voy a todas partes así. Me ayuda a conectar con mi parte más animal, una que muchos seres humanos hemos dejado atrás. Me siento una con la naturaleza si puedo sentir la humedad del suelo, los dedos hundirse en la tierra o la fría piedra doblegar mi carne para que ceda y rectifique su movimiento.- Durante unos instantes había estado mirando al horizonte, a la fina línea entre el mundo y el cielo, mas al escuchar aquella pregunta giró el rostro y volvió a enfrentar los ojos foráneos. -Creo en Dios y en el Demonio. Porque no pueden existir el uno sin el otro, ¿no creéis? Como no hay luz sin oscuridad ni blanco sin negro.- Aseguró la gitana, colocándose un par de mechones negros tras la oreja derecha.
Esmeralda- Gitano
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 23/06/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
Seguí las indicaciones de la bella gitana, esa raza era fascinante, siempre en el peligroso filo del bien y el mal, sobre la cuchilla entre la mortalidad y la inmortalidad.
Elevé la mirada cuando hablo sobre el bien y el mal, luz y oscuridad, peligroso tema cuando hablas de Dios y el Demonio.
-Como no creer en el Demonio cuando cada día veo su obra y me espanto, si creo en el mal ,en los monstruos que habitan la tierra ¿en que crees tu Esmeralda?
Se había presentado, aseguraba no tener apellido, tampoco yo pero por temas seguramente bien distintos, en mi orden todos eramos hijos de Seth de él descendíamos y nuestra misión era mantener a los cainitas a raya para que la humanidad representada por Abel, aquel que murió a manos de su propio hermano, no fuera cazada, aniquilada y oprimida.
Íbamos bosque a través cuando escuche el sonido inconfundible de la noche, elevé la mirada encontrándome los haces plata de la luna llena.
-Tiempo de bestias -aseguré acelerando el paso hacía el campamento gitano.
Pude vislumbrar una ladeada sonrisa por parte de la gitana, a estas alturas ambos sabíamos que representábamos una parte importante en la partida que en París iba a desarrollarse, pero ¿que pieza era ella?
Tras una hora en la que hablamos de todo y de nada, cosas banales, sin mas importancia el olor al fuego prendido, hogueras típicas de su campamento delató la cercanía del mismo.
-He cumplido mi palabra, os he traído sana y salva -aseguré bajándola de la montura una vez llegamos al circulo de carros de colores apostado alrededor del fuego.
Los hombres de piel oliva centraron sus ojos en mi persona, pero no tenían ápice de preocupación en su gesto, la dama era peligrosa, no temían al acero de mi espalda, ni caminar sola por el bosque en luna llena.
-¿quien sois? -pregunté hundiendo en ella mi clara mirada.
Elevé la mirada cuando hablo sobre el bien y el mal, luz y oscuridad, peligroso tema cuando hablas de Dios y el Demonio.
-Como no creer en el Demonio cuando cada día veo su obra y me espanto, si creo en el mal ,en los monstruos que habitan la tierra ¿en que crees tu Esmeralda?
Se había presentado, aseguraba no tener apellido, tampoco yo pero por temas seguramente bien distintos, en mi orden todos eramos hijos de Seth de él descendíamos y nuestra misión era mantener a los cainitas a raya para que la humanidad representada por Abel, aquel que murió a manos de su propio hermano, no fuera cazada, aniquilada y oprimida.
Íbamos bosque a través cuando escuche el sonido inconfundible de la noche, elevé la mirada encontrándome los haces plata de la luna llena.
-Tiempo de bestias -aseguré acelerando el paso hacía el campamento gitano.
Pude vislumbrar una ladeada sonrisa por parte de la gitana, a estas alturas ambos sabíamos que representábamos una parte importante en la partida que en París iba a desarrollarse, pero ¿que pieza era ella?
Tras una hora en la que hablamos de todo y de nada, cosas banales, sin mas importancia el olor al fuego prendido, hogueras típicas de su campamento delató la cercanía del mismo.
-He cumplido mi palabra, os he traído sana y salva -aseguré bajándola de la montura una vez llegamos al circulo de carros de colores apostado alrededor del fuego.
Los hombres de piel oliva centraron sus ojos en mi persona, pero no tenían ápice de preocupación en su gesto, la dama era peligrosa, no temían al acero de mi espalda, ni caminar sola por el bosque en luna llena.
-¿quien sois? -pregunté hundiendo en ella mi clara mirada.
Landry- Humano Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 30/07/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
La gitana no podía leer la mente, pero tenía un don para descifrar a las personas. Y, cuanto más intentaban ocultar lo que pensaban o sentían, cuanto más se aferraban a sus juramentos, creencias y secretos, más interesante resultaba descubrir aquello que escondían. Ella había mostrado una carta al asegurar no tener apellido como él, aunque el soldado de Dios ni siquiera se había presentado. Pero le dejaba entrever ligeramente lo que ella sabía y que muchos desconocían. Los templarios tenían fama de muchas cosas y había leyendas susurradas por las esquinas, sin embargo, pocos conocían la realidad de su historia. Por suerte, Esmeralda lo hacía, pues cargaba a sus espaldas con numerosas vidas, además de ser una mujer culta e ilustrada, a pesar de la clase social que ostentaba e iba apegada a su raza.
Sonrió al escucharle murmurar que era tiempo de bestias. Pronto alcanzaron su destino y la vieja se dejó ayudar a descender aunque no le hubiese resultado necesario. Los cuerpos de ambos, tras aquel gesto, quedaron cercanos y la morena aprovechó la proximidad para rozar la armadura del soldado por un costado con la yema de los dedos. Él no se percató, pero con aquel sencillo acto le había marcado y podría localizarle en el futuro cuando quisiera, siempre que llevara aquella prenda consigo.
Las miradas de su gente se posaron enseguida en ellos y, como ya había imaginado, llegó la pregunta de rigor que hizo que la mujer de piel aceituna ladeara una sonrisa mientras sus pardos se hundían en aquellos orbes claros que la observaban con intriga. -Yo soy la reina gitana.- Contestó Esmeralda al apartarse de la figura ajena y darse la vuelta. Se alejó un par de pasos, hundiendo sus pies descalzos en la arena húmeda del campamento. -Sé que no bebéis alcohol, ¿pero deseáis acompañarme con una taza de buen té? Tal vez pueda contestar a esas preguntas que ahora se arremolinan en vuestra cabeza, joven soldado.- El templario era mayor que ella en apariencia, pero con tantas vidas pasadas, la vieja acumulaba miles de años, tantos que había perdido ya la cuenta, mas no había olvidado las experiencias.
Sonrió al escucharle murmurar que era tiempo de bestias. Pronto alcanzaron su destino y la vieja se dejó ayudar a descender aunque no le hubiese resultado necesario. Los cuerpos de ambos, tras aquel gesto, quedaron cercanos y la morena aprovechó la proximidad para rozar la armadura del soldado por un costado con la yema de los dedos. Él no se percató, pero con aquel sencillo acto le había marcado y podría localizarle en el futuro cuando quisiera, siempre que llevara aquella prenda consigo.
Las miradas de su gente se posaron enseguida en ellos y, como ya había imaginado, llegó la pregunta de rigor que hizo que la mujer de piel aceituna ladeara una sonrisa mientras sus pardos se hundían en aquellos orbes claros que la observaban con intriga. -Yo soy la reina gitana.- Contestó Esmeralda al apartarse de la figura ajena y darse la vuelta. Se alejó un par de pasos, hundiendo sus pies descalzos en la arena húmeda del campamento. -Sé que no bebéis alcohol, ¿pero deseáis acompañarme con una taza de buen té? Tal vez pueda contestar a esas preguntas que ahora se arremolinan en vuestra cabeza, joven soldado.- El templario era mayor que ella en apariencia, pero con tantas vidas pasadas, la vieja acumulaba miles de años, tantos que había perdido ya la cuenta, mas no había olvidado las experiencias.
Esmeralda- Gitano
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 23/06/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
La reina de las gitanas, mi sonrisa se ladeó por ese juego de palabras, ella era la dueña de aquel campamento, la guiá de los hombres de piel oliva.
Me relamí los labios pensativo, su oferta era tentadora, pero acaso no lo fue la de la serpiente incitando a Eva a probar de la manzana.
La vida estaba llena de caminos, tomar uno u otro podía dar resultados distintos, mi fe era inquebrantable, admito que tenía preguntas y quizás esa mujer podría darme respuestas, pero el demonio es mentiroso, retuerce la verdad a su antojo.
Ladeé la cabeza ligeramente y caminé tras la mujer de oscuros cabellos dejando atrás a mi montura clara.
Me centré en cada detalle de aquel lugar, mi atuendo llamaba la atención de los allí presentes, pero creo que mas todavía que su reina me hubiera invitado a su caravana.
En el interior unas campanilla tintinearon, todo estaba lleno de luz, color, cristales y unos mullidos cojines en el suelo.
-¿vas a leer mi futuro? -pregunté centrando mi mirada en la ajena decidido a obtener respuestas – ¿o solo a darme medias verdades?
La bruja no me dio respuesta, se limitó a poner a calentar la tetera en los fogones y mientras el agua se calentaba fue colocando con calma los vasos acristalados frente a nosotros, el azúcar y unas pastas con formas distintas.
-Gracias -dije con educación sin dejar de mirarla.
No tardó en demasía en estar el té listo, así que la bruja lo sirvió calma antes de tomar asiento a mi lado.
-¿quien eres? -pregunté de nuevo -¿y de que conoces a los Black? -el baile de mascaras acaba de empezar.
.
Me relamí los labios pensativo, su oferta era tentadora, pero acaso no lo fue la de la serpiente incitando a Eva a probar de la manzana.
La vida estaba llena de caminos, tomar uno u otro podía dar resultados distintos, mi fe era inquebrantable, admito que tenía preguntas y quizás esa mujer podría darme respuestas, pero el demonio es mentiroso, retuerce la verdad a su antojo.
Ladeé la cabeza ligeramente y caminé tras la mujer de oscuros cabellos dejando atrás a mi montura clara.
Me centré en cada detalle de aquel lugar, mi atuendo llamaba la atención de los allí presentes, pero creo que mas todavía que su reina me hubiera invitado a su caravana.
En el interior unas campanilla tintinearon, todo estaba lleno de luz, color, cristales y unos mullidos cojines en el suelo.
-¿vas a leer mi futuro? -pregunté centrando mi mirada en la ajena decidido a obtener respuestas – ¿o solo a darme medias verdades?
La bruja no me dio respuesta, se limitó a poner a calentar la tetera en los fogones y mientras el agua se calentaba fue colocando con calma los vasos acristalados frente a nosotros, el azúcar y unas pastas con formas distintas.
-Gracias -dije con educación sin dejar de mirarla.
No tardó en demasía en estar el té listo, así que la bruja lo sirvió calma antes de tomar asiento a mi lado.
-¿quien eres? -pregunté de nuevo -¿y de que conoces a los Black? -el baile de mascaras acaba de empezar.
.
Landry- Humano Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 30/07/2018
Re: In nomine patris et filii et spiritus sancti (privado)
Sirvió el té en un par de vasos y le ofreció el suyo al templario. La mirada de la morena era intensa, penetrante, hasta el punto de llegar a leerte el alma. Una sonrisa se dibujó ladina en sus labios al sentarse sobre uno de los cojines con las piernas entrecruzadas. -Puedo leerlos los posos del té si eso es lo que os interesa, caballero, mas dudo mucho que hayáis accedido a acompañarme para eso.- Los párpados de la gitana cayeron despacio y sus pestañas parecieron acariciar el espacio frente a ellas, peinarlo incluso. Los de su raza podían llegar a ser muy hipnóticos y tenían siempre las mangas llenas de trucos sucios y baratos. Pero ella era la reina y sus dotes iban mucho más allá que los de la mayoría de su etnia.
Enseguida el soldado puso las cartas sobre la mesa lo que, lejos de alertar a Esmeralda, hizo que esta ampliara aún más su sonrisa. -Sois un hombre observador e inteligente, algo que no se suele decir con respecto a los de vuestra orden.- Alzó una mano, antes de que él la interrumpiera. -No os ofendáis, he conocido a muchos templarios como vos a lo largo de mis numerosas vidas y de lo único que podían presumir la mayoría era de su devoción.- Landry podría replicar, pero sólo se engañaría, pues las palabras de la morena eran ciertas y él bien lo sabía. -Sólo tengo tratos con uno de los Black, un buen amigo con el que llevo siglos en contacto. Él cuida de mi gente y yo le ayudo en lo que puedo.- Los orbes pardos que durante unos segundos habían estado observando los pequeños cercos que se formaban en su vaso de té, se alzaron hasta fijarse de nuevo en los azules mares del soldado. -Ahora decidme, ¿cuál es vuestra intención al pisar París? ¿Qué os ha traído hasta aquí?- Los gitanos eran curiosos por naturaleza pero el interés de la reina iba mucho más allá de saciar un breve cosquilleo en el intelecto. Como ya le había dicho a ese hombre, Joe Black era un buen amigo y si debía ponerse del lado de alguien, obviamente sería del lado del vampiro con el que llevaba codeándose todas las vidas.
Elevó la copa y le dio un breve sorbo ahora que el líquido se había templado ligeramente. Sus pupilas estaban dilatadas, acostumbradas a la tenue luz que iluminaba el interior de aquella caravana. -Aunque, tal vez, debería preguntar quién os ha traído.- Una nueva sonrisa asomó al rostro que, durante un rato, había permanecido serio. Esmeralda no se las daba de tonta, al contrario, siempre que podía dejaba entrever que ella era mucho más de lo que aparentaba y que si alguien se confiaba, podía estar metiendo muy hondo la pata. Su pueblo no era de fiar, pero la más traicionera de las serpientes era la madre siempre, que por sus crías haría cualquier cosa al precio que fuera.
Enseguida el soldado puso las cartas sobre la mesa lo que, lejos de alertar a Esmeralda, hizo que esta ampliara aún más su sonrisa. -Sois un hombre observador e inteligente, algo que no se suele decir con respecto a los de vuestra orden.- Alzó una mano, antes de que él la interrumpiera. -No os ofendáis, he conocido a muchos templarios como vos a lo largo de mis numerosas vidas y de lo único que podían presumir la mayoría era de su devoción.- Landry podría replicar, pero sólo se engañaría, pues las palabras de la morena eran ciertas y él bien lo sabía. -Sólo tengo tratos con uno de los Black, un buen amigo con el que llevo siglos en contacto. Él cuida de mi gente y yo le ayudo en lo que puedo.- Los orbes pardos que durante unos segundos habían estado observando los pequeños cercos que se formaban en su vaso de té, se alzaron hasta fijarse de nuevo en los azules mares del soldado. -Ahora decidme, ¿cuál es vuestra intención al pisar París? ¿Qué os ha traído hasta aquí?- Los gitanos eran curiosos por naturaleza pero el interés de la reina iba mucho más allá de saciar un breve cosquilleo en el intelecto. Como ya le había dicho a ese hombre, Joe Black era un buen amigo y si debía ponerse del lado de alguien, obviamente sería del lado del vampiro con el que llevaba codeándose todas las vidas.
Elevó la copa y le dio un breve sorbo ahora que el líquido se había templado ligeramente. Sus pupilas estaban dilatadas, acostumbradas a la tenue luz que iluminaba el interior de aquella caravana. -Aunque, tal vez, debería preguntar quién os ha traído.- Una nueva sonrisa asomó al rostro que, durante un rato, había permanecido serio. Esmeralda no se las daba de tonta, al contrario, siempre que podía dejaba entrever que ella era mucho más de lo que aparentaba y que si alguien se confiaba, podía estar metiendo muy hondo la pata. Su pueblo no era de fiar, pero la más traicionera de las serpientes era la madre siempre, que por sus crías haría cualquier cosa al precio que fuera.
Esmeralda- Gitano
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 23/06/2018
Temas similares
» Scream of Hope | Privado
» En nomine tenebrarum
» Marcel. In nomine...
» The bug [Privado]
» In nomine Satanis Magna Veritas +18 (Lakme)
» En nomine tenebrarum
» Marcel. In nomine...
» The bug [Privado]
» In nomine Satanis Magna Veritas +18 (Lakme)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour