Pentu Omega

PSICOLOGÍA

A pesar de todo lo que ha estudiado a lo largo de su vida, de las enseñanzas que le han inculcado y de las experiencias vividas, Pentu se considera un ser incompleto. Cree que siempre le va a faltar algo por conocer, por experimentar, por aprender, para ser una persona entera y digna de Selkis.

Su carácter tranquilo y apacible, no es siempre una fachada, pero sí a veces. Intenta mantener la calma cuando la estupidez humana la enerva, pero no siempre logra controlar los impulsos de la fiera que habita en su interior. No suele ser impulsiva ni actuar por egoísmo. Procura razonar y meditar sus palabras o actos.

Los tres días en los que por la noche, la luna llena brilla en lo más alto del firmamento, su carácter se vuelve impredecible y confuso, a pesar de las runas que protegen su cuerpo. En esos momentos la oscuridad que habita en las profundidades de su ser, ofuscan su mente y espíritu, volviéndola inestable. Por ello cuando estaba en su país, solían encerrarla en una cripta durante dicha fase lunar.


HISTORIA

Pentu, hija de una sacerdotisa de Selkis, la Diosa protectora de la magia, fue engendrada por voluntad de los hechiceros del templo. Su nacimiento no fue una casualidad, sino una petición, una exigencia para con los poderosos. Una vez vio la luz, fue separada de su progenitora, a la que nunca podría conocer. Tras varios días de rituales de purificación, fue entregada a la sacerdotisa suprema del Dhib (Lobo). Un supuesto dios poderoso que se dice es capaz de controlar sus cambios a voluntad y ser consciente de todos y cada uno de sus actos en cualquier momento. Como en el que mordió a la niña, cuando ésta ya tenía siete años, y le otorgó el poder sobrehumano de la licantropía.

Desde su nacimiento, fue criada por los que encomendaron su llegada al mundo de los vivos, unos virtuosos de los hechizos que se rodeaban de deidades y espíritus. Le enseñaron desde muy menuda los valores de su cultura y la fuerza de animal interior. Le explicaron las diferencias entre el deseo y la necesidad, entre el bien y el mal, entre lo posible y lo que se debía lograr.

Se la instruyó en el arte del tatuaje desde que alcanzara la madurez suficiente como para comprender su complejidad. No sólo eran dibujos sobre la piel, sino talismanes. Podían proteger a la gente, otorgarles poder y libertad. Pero también podían significar una debilidad, una condena, una prisión permanente dentro de uno mismo. O eso era lo que se rumoreaba, atribuyéndole a esos dibujos un poder como el que se le daba a una simple pata de conejo al decir que traía surte. Mas el único "poder" que estos traían consigo era el de engañar a los supersticiosos.

Con los años llegó a dominar los utensilios, convirtiéndose en una habilidosa y reconocida tatuadora en su templo. Su nombre empezó a viajar con el viento, entre susurros, alcanzando oídos importantes que reclamaron pronto su presencia, su ayuda o su castigo. Pentu no tenía poderes de hechicería, pero su arte era único, inigualable y sumamente poderoso. Las ilustraciones que plasmaba sobre pieles como si fueran lienzos, se decía eran capaces de sanar enfermos, proteger a alguien de la locura o lograr que alguien supuestamente estéril, engendrara un hijo. También que podía lograr cosas horribles, pero no quiso usar más ese supuesto poder, y por ello terminó abandonando a su gente. Huyó, temiendo ser encontrada y regresadao a la fuerza. No quería condenar más vidas por el egoísmo de los ricos o la crueldad de las personas. Quería ser dueña de sus propias decisiones.

Anduvo viajando muchas leguas por mar y luego kilómetros por tierra. Visitó muchas ciudades y conoció decenas de culturas. En cada lugar en el que reposó, aprendió cosas nuevas, siempre dispuesta a absorber información.



PODERES

*Fortaleza

*Rastreo

*Bloqueo mental