Las desventajas de un omega (LIBRE)

por **Eslatan Pilligram** Lun Ago 29, 2016 10:55 am

Después de esa larga travesía, al fin había llegado a tierra otra vez. Estaba en Francia, pero como polizón que era, y en un país desconocido, temeroso de estar sin nada, me quede vagando por el puerto. Lo conocido, hacia un poco más llevadera la situación.
Con el tiempo conseguí un trabajo en un local de tragos, para marineros. De a poco iba ganando seguridad y descifrando el idioma, hablando de vez en cuando con algunos clientes y con mis colegas.
Sin embargo estaba solo, y la maldición que pesa sobre mí, es una carga pesada. El aislamiento solo contribuía a volver más fiera a mi bestia interior. Al principio, sin saber de lo que era capaz, dejaba que la luna me encontrara en el puerto, pero los incidentes empezaron a remover el avispero y la gente buscaba a “la bestia come hombres”, que los rumores decían que por aquí vagaba. Eran rumores basadas en huellas y las cicatrices violentas que el encuentro dejaba, eso me protegió de mis primeros errores. Al menos me protegió de las consecuencias físicas…mi conciencia no estaba tranquila, ni bien con esa situación
Al final tuve que reconocer, que yo era esa bestia y empecé a alejarme hacia el bosque cuando llegaba la luna. Eso refreno y disipo las pistas, y estaba un poco más tranquilo. Los incidentes por encontrar a quien no debía, ya eran menos comunes por suerte.
Cada conversión, cada vez, era más violenta. Estar solo, me tenía triste y desganado, lo que me hacía más temerario y descuidado. Probablemente estaba cavando mi propia tumba.
Hoy, con semanas para la próxima luna, me encontraba trapeando el piso, a primera hora del día. El puerto en general estaba calmado, sin ningún gran ferry cercano, por lo que había pocos cliente, ya que los asiduos estarían en la mar, ganándose la vida.
La puerta rechino justo cuando yo estaba de espalda a ella, trapeando. Alguien estaba entrando y mi faena camuflaba el ruido de las pisadas, así que me tímidamente me gire, con curiosidad, para ver al recién llegado.

por **Azlyn Kelly** Sáb Sep 03, 2016 7:18 pm

Aquella mañana había decidido pasear por el puerto, buscando alguna pista que me llevase hasta uno de esos seres a los que daba caza; llevaba casi una semana en París, y apenas había tenido algún encuentro con un adversario digno. Llevaba toda la noche en busca de alguna huella, un patrón..pero nada. Absolutamente nada. El puerto sería mi última parada antes de retirarme al hostal para dormir unas horas.

Pensé en buscar por los entresijos del muelle, por las partes menos transitadas del puerto y en las que normalmente siempre solía dar con la pista de alguna desaparición o asesinato camuflado ante los ojos de los menos experimentados. Pero aquella mañana no parecía que la suerte me sonriese de frente, y decidí tomarme un descanso y por la noche divagar por los bosques, mientras mi contacto en la catedral se ponía en contacto conmigo.

Hacía días que habíamos llegado a un acuerdo laboral, pero todavía no había recibido misiva a alguna; por lo que mi paciencia empezaba a agotarse y con aquello mi buen humor.
Opté por tomarme una copa en una taberna un tanto mugrienta a la que solían acudir marineros, pero que por la hora del día que era se encontraba vacía.
La puerta del local crujió al abrirse, y cuando mis ojos se acostumbraron a la penumbra del lugar, localicé al camarero que afanosamente se ocupaba de limpiar el suelo.

- Buenos días, ¿está abierto?- pregunté observando al joven muchacho que me miraba todavía con el trapo en la mano mientras avanzaba unos pasos hacia el interior. El silencio envolvía el lugar, y se me antojó un lugar tranquilo donde poder descansar antes de volver al hostal.

por **Eslatan Pilligram** Sáb Sep 03, 2016 9:55 pm

Ante mis ojos, una imponente rubia entra al bar. No pude evitar darme el gusto de recorrer su silueta con la mirada. Por suerte, parece que el haber caminado al sol, la tenía medio encandilada, y no se percató de mi actitud poco decorosa.

siori...

ejem ejem, me aclaro la garganta, ante el hilo de voz que me surgió. Cuando creí que mi voz estaría clara y firme, lo intento devuelta.

Señorita. Si, por favor. Tome asiento, ya estoy con usted.

Digo enderezándome en toda mi altura. Algo que sería imponente si al menos mi físico me acompañara. Era un muchacho escuálido y aún conservaba rastros juveniles en mi rostro. Me seque las manos en el delantal y deje en precario equilibrio, el trapeador, contra una silla.

Acomódese, acá en la barra.
Le digo con una sonrisa, mientras le hago un gesto hacia la barra. Al estar el bar vacío, no quedaría bien ni cómodo para ella, y menos para mí, que este en una de las mesas dispersas por el salón.
Acelero el paso, para pasar detrás de la barra por la izquierda y para cortar con el silencio pregunto.

¿Preparándose para un viaje? aunque no veo valijas.

Pregunto con curiosidad.

¿Que desea tomar señorita...?

Pregunto, enfatizando el silencio, como invitando a presentarse.

por **Azlyn Kelly** Mar Sep 06, 2016 5:37 am

No pude evitar que una sonrisa se dibujara en mis labios cuando aquel joven camarero se puso en pie, invitándome a pasar al vacío local y sentarme junto a la barra, lo cual me pareció una buena idea teniendo en cuenta que no quería demorar mucho mi tiempo en aquella taberna, al menos si quería dormir algo antes de ponerme de nuevo en marcha esa noche.

Con premura se secó las manos y dejando aquello con lo que estaba limpiando el suelo apoyado en una silla, caminó hasta colocarse detrás de la barra para servirme lo que quería tomar. Me resultaba graciosa la forma en la que aquel muchacho se comportaba; al parecer estaba más acostumbrado a atender marineros y pescadores que a cazadoras a esas horas de la mañana.

- Llegué a París hace unos días, hoy solo estaba de paseo por estos lares.- contesté ante su curiosidad, percatándome de que parecía bastante espabilado por la apreciación de que no llevaba equipaje. Si le decía que me recogía ahora después de una noche de trabajo, lo único que podría pasarsele por la cabeza era que era un prostituta, nada más lejos de la realidad, así que preferí edulcorar un poco mi verdad.

- Azlyn Kelly.- respondí mientras estiraba mi mano para presentarme ante aquel joven que parecía ansioso de devorar la información que yo le podía ofrecer.- Y, me gustaría tomar un whisky de malta doble....una mañana complicada.

Reconozco que no era muy común desayunar dicho licor a esas horas, pero teniendo en cuenta de que todavía no había dormido y que el cansancio se apoderaba de mi cuerpo, no se me ocurría otra forma mejor de acabar aquella infructuosa jornada en busca de sobrenaturales a los que dar caza.

por **Eslatan Pilligram** Lun Sep 12, 2016 10:34 am

Algo me daba una mala vibra, no sabía bien que, algo que los sentidos de mi bestia interior llegaban a captar quizás, pero no amigado con ellos, y como hacia normalmente, no les di importancia

Curioso destino, el que usted eligio para pasear.

Yo hubiera ido a visitar la ciudad, aunque a decir verdad, todavia no la conozco y hace ya algunas semas que llegue.

Había una sonrisa autentica en mi cara, que no podía reprimir. Acostumbrado a los oscos marineros, el trato con una dama, era un placer poco dado. Una conversación más amena, temas diversos y quizás un "algo en común" al ser 2 extranjeros en estas tierras.
Espere un momento, mirándola, como invitándola a decir algo mas.

Ante su presentación, me descoloca un poco. En mis tierras, las jóvenes no daban la mano, pero enseguida le estreche la mía, con un afable apretón.

Azz lyn?
repito con cuidado, tratando de pronunciar ese raro nombre.

De donde es señorita? Yo soy Eslatan. Un placer conocerla
Puse un vaso de Whisky sobre la mesa, me voltee para mirar las botellas que se exhibían en la estantería que tenía detrás, mientras escucho su comentario. Busco la botella de un tal “Tellamore Dew”. Era el que tomaban los capitanes, aunque con poca cultura alcohólica, no sabía si era bueno realmente.
Y le sirvo el vaso, dejando la botella aun lado, por si desea más y me apoyo en la barra, esperando poder seguir la conversación.

por **Azlyn Kelly** Jue Sep 15, 2016 1:49 pm

El joven camarero parecía ser un muchacho avispado, pues no tardó en reconocer que había algo raro en la razón de mi presencia por aquellos lares. Generalmente cuando la gente te preguntaba no se complicaba pensando si lo que decías era lógico o no, pero sin embargo aquel muchacho parecía razonar las cosas.
Era cierto que no era la hora indicada en que los barcos con pasajeros llegaban al puerto, que pasear por ese entorno era extraño, pero ¿acaso no sería más extraño explicarle que era cazadora y que mataba vampiros? Si le hubiese dicho eso me hubiese tomado por loca.

- Me gusta la tranquilidad que me brinda el puerto a estas horas; lo cierto es que disfruto más de los paseos solitarios que de las abarrotadas calles parisinas.- contesté mientras observaba un brillo especial en sus ojos. Quizás no tenía muchos clientes con los que hablar; la mayoría serían pescadores que buscarían en la taberna un descanso al final de la jornada, sin ganas de entablar conversación ni hacer nuevas amistades.- ¿De dónde sois?

Estaba claro que si llevaba apenas unas semanas en la ciudad era porque no era de allí, había venido de lejos, pues su acento tampoco me era conocido. Observé como me servía una copa con un buen whisky, al tiempo que seguía queriendo complacer a su curiosidad preguntando más cosas sobre mí.

- Vengo de un pequeño pueblo de Irlanda del Norte.- contesté no queriendo dar muchas explicaciones del propósito de mi llegada a Paris. Escuché su curioso nombre, y me sorprendió sobremanera que me estrechase la mano. Desde luego no era de aquí.- Encantada Eslatan, el placer es mutuo.

Cogí el vaso de licor, bebiendo despacio, sintiendo como su líquido abrasaba mi garganta, y esperando que el joven camarero me contase parte de su vida. Prefería escuchar a los demás, que tener que explicar la mía.

por **Eslatan Pilligram** Dom Sep 18, 2016 5:47 pm

Yo soy...ERA, de las américas. No fue un gran viaje hasta aquí, pero ahora que vuelvo a estar en tierra, creo que prefiero no viajar por mucho tiempo

Sonrió, buscando algo que hacer. Vasos que limpiar, botellas que ordenar. Cualquier cosa, con tal de mantener mis manos ocupadas.
Entonces comenta lo de caminar a solas, que el puerto le parece un lugar agradable. Y no puedo evitar un pequeño bufido.

¿Tranquilo dice? jaja. Puede ser, yo hubiera dicho... ¿cómo se dice?... essto... ah sí, deprimente. Y cuando grandes barcos paran, es un terrible trajinar.

Sonrió evocando algunos recuerdos, de mis primeros días por el lugar. Y luego mis ojos se detienen en el vaso, justo cuando la muchacha da un trago.

No me suele gustar el whisky. Muy fuerte para mí. Soy más del agua.
Yo hoy tendré la tarde-noche libre, y ya que usted está en la ciudad, ¿qué me recomendaría ir a ver? Un trabajador como yo, no puede costearse muchos lugares, pero al menos quiero conocer algo, así si aparece otro cliente interesante como usted, podría tener algo más para decir

Digo bajando la vista y ruborizándome. Estaba pasando un momento ameno y agradable. ¿Quién lo iría a pensar? disfrutando en el trabajo. Menuda suerte la mía.
Generalmente cuando un cliente quería conversar, era el quien hablaba y solo se precisaba asentir. Esta chica era diferente, pero el habito era fuerte en mí y guarde un poco de silencio, viendo si se soltaba más, si decía algo.

por **Azlyn Kelly** Mar Sep 20, 2016 2:36 am

Sonreí al pensar que con aquel joven camarero los silencios iban a ser imposibles, como sus ideas se sucedían una tras otras sin mucha relación entre ellas.
Negué con la cabeza mientras miraba mi copa cuando escuché de donde era; quizás había sido un largo viaje para alguien tan joven, pero desde luego, él siempre pertenecería a las américas, al igual que yo siempre pertenecería a aquel pequeño pueblo irlandés en el que había nacido y crecido; aquel pueblo que jamás pensé que añoraría, y cuya lejanía comenzaba a pasarme factura.

- No conozco esa vida en el puerto de la que me habláis; solo vengo por la noche, y parto antes de que amanezca.- contesté tratando de no dar más pistas sobre el verdadero motivo de mis paseos nocturnos.- A esas horas todo el lugar suele estar bastante tranquilo.

Sonreí de medio lado cuando me confirmó que él no tomaba alcohol, caso extraño en los hombres de aquella sociedad en los que las bebidas alcohólicas comenzaban a formar parte de su vida a muy corta edad. En mi caso había sido distinto, no es que las mujeres habituasen servirse copas a no ser que fuesen acompañadas por sus maridos, pero el hecho de haber sido herida en varias ocasiones por sobrenaturales me había empujado a buscar en el whisky el aturdimiento necesario para mitigar el dolor de las incisiones. Me retiré la capa que cubría mis katanas, pues la temperatura en el local comenzaba a aumentar con el alzamiento del sol, que caldeaba el ambiente.

- No llevo mucho tiempo en la ciudad, y quizás sea la menos indicada para aconsejaros que visitar durante vuestro tiempo libre. Puede visitar el jardín botánico si le gustar disfrutar de la soledad, o el parque de atracciones si lo que desea es divertirse una rato.- apunté pensando que tal vez yo también tendría que tomarme algún día de descanso y visitar aquella ciudad que se había convertido en mi hogar y de la que desde luego conocía bien poco.- Seguro que si le pregunta a los pescadores que vienen por aquí saben indicarle mejor que yo los lugares idóneos que busca.- ¿Y ha venido a este continente solo o con su familia?

Por lo que había podido sopesar con sus palabras no parecía haber viajado con nadie más, exceptuando la tripulación del barco. En ningún momento mencionó su viaje en plural, y por lo que parecía, también iba a recorrer la ciudad solo. Algo extraño en alguien de su edad.

por **Eslatan Pilligram** Mar Sep 20, 2016 11:41 am

Interesante y valiente. Déjeme advertirle que el puerto es bastante peligroso. Los criminales suelen viajar y vagar por los puertos. No debería andar en lugares como este, sola.

Le digo, buscando sus ojos, para demostrarle mi sincera preocupación ante tan descuidado acto, en especial para una señorita. Con delicadeza, tratando de ser disimulado, mire sus manos en busca de anillos o algo, pero sus mensajes parecían decir que era alguien libre. Sino...¿por qué pasearía sola?
Entonces la muchacha se quitó su abrigo, al parecer se iba a quedar un rato por acá, quizás estaría cansada. Detrás del mostrador, no podía mirarla sin ser indiscreto, aunque sentía la tentación. Sonreí, mirando para otro lado, ya sin gran cosa que hacer. Pero este día estaba siendo especial, y muy agradable. Pensar que me desperté con un mal presentimiento.
Y fue ante su comentario de los marineros, que una carcajada espontanea salió de mí.

Los marineros? jaja, sabe, para ellos un excelente lugar es este, donde puede beber hasta la inconciencia, y los burdeles donde calmar sus apetitos carnales, antes de otro largo viaje. No, a ellos no podría preguntarles donde ir.
El parque de diversiones suena interesante, ¿ha estado allí? Debe ser todo un mundo en sí mismo.

Comento, tratando de imaginar las curiosidades que alli se exhibirían. Aunque en mi mente, ese era un lugar a donde alguien iría acompañado. ¿Yo a quien podría invitar? si no conocía a nadie... Mis ojos fueron a ella, un momento, mientras estiraba la mano para volver a tomar la botella.
Aguarde un momento, dejando un silencio latente. Dejándola saborear la bebida. ¿En que pensaría? Me sentía atraído e interesado por ella, pero estaba en mi trabajo. Tenía que ser profesional.
a tomar la botella.

por **Azlyn Kelly** Miér Sep 21, 2016 2:42 am

No pude evitar una sonrisa de medio lado cuando me informó de los peligros que envolvían pasear por aquellos lugares tan solitarios; quizás debía haber puntualizado que en este caso quien no estaban a salvo eran todas aquellas bestias a las que yo daba caza, y que por ende, cualquier desgraciado que tuviese la osadía de enfrentarse conmigo no encontraría mayor recompensa que el filo de mi espada hundiéndose en su cuello.

Pasé la yema de mi dedo por el borde el vaso, sumiéndome durante unos segundos en mis pensamientos. Los últimos días de caza no habían dado sus frutos; tal vez fuese la elección del lugar por donde buscaba a mis presas lo que estaba equivocada, y en lugar de merodear por los bosques y lugares apartados, debería comenzar mis rondas por las calles parisinas.

-Lo lamento, pero no puedo decirle mucho más del parque de atracciones. Digamos que mi vida diaria se limita poco más que a mis obligaciones laborales, y dispongo de poco tiempo libre.- contesté percatándome de que mi juventud se escapaba de entre mis dedos; donde lo único que hacía era dormir durante el día para matar sobrenaturales por la noche. Sonreí con dulzura tratando de animar a aquel muchacho a salir para conocer mundo, en lugar de limitarse solo a cumplir con sus obligaciones.- Pero seguro que tenéis razón y que es un mundo en sí mismo. No se me ocurre mejor lugar donde pasar una jornada colmada de diversión.

Tomé mi vaso de nuevo, saboreando aquel líquido amargo que abrasaba mi garganta con su paso. Desde luego no era el desayuno más apropiado, pero sin duda el que mejor anunciaba el comienzo de mi jornada de descanso.

por **Eslatan Pilligram** Vie Sep 23, 2016 4:47 pm

Algún día, sí. Algún día.

Respondo, mirando el vaso de la muchacha que iba bajando de a pequeños sorbos, como lo suelen hacer las personas que podían apreciar la bebida, y no, como los marinos que lo usaban como "cura mágica".
Los pocos días libres que tuve, los solía pasar solos, y salvo por descansar un poco más, solía extrañar estar ocupado. Estar solo no era algo que disfrutara demasiado, al menos después de tanto tiempo en soledad. Pero esta vez podía ser distinto.
Tenía que juntar valor, tenía que elegir las palabras adecuadas, y quizás, y solo quizás, podría tener a alguien más. Alguien por lo que valiera la pena no dejarme gobernar por la bestia, por el deseo de carne humana.
Sacudí la cabeza, ante tal declaración. No podía aceptar, que esos deseos estuvieran en mi como persona. Yo era un buen hombre, un hombre decente.
Si consiguiera pasear con ella, ya no en el ámbito bar, podríamos llegar a ser algo más que solo desconocidos.
Acompañarla al salir del puerto, para que pueda ir mas segura, parecía una proposición adecuada, pero no parecía temerosa aun. Entonces se me ocurrió una movida vil. Recordé aquel cuento de los marinos y decidí comentarlo, para “preparar el terreno" para mi caballeroso ofrecimiento de acompañarla por su seguridad. Me felicité por el plan.

Sabe, no hace mucho hubo un crimen, de lo que aún se habla entre los marinos. Ocurrió cerca de los depósitos, 3 niñas y su madre fueron encontradas desnudas y brutalmente golpeadas, sin vida. La más pequeña, de unos 9 años quizás, tenía en su puñezito, una tela colorida, nada usual en estos lares, que no era de la ropa de ninguna de ellas. Según los rumores, una persona de una feria ambulante, que había frenado en parís era el culpable más probable... Esos recuerdos hacen que el parque de diversiones, no me parezca tan atractivo. Estaría dándole sustento a un ser tan despreciable, como para hacer eso.

Termino la historia, mirando las facciones de la chica, esperando alguna impresión, algo.

Yo estoy por terminar mi turno, y me sentiría mucho mejor, si me deja acompañarla, para que no le pase algo tan lamentable.

por **Azlyn Kelly** Sáb Sep 24, 2016 10:26 am

Nos envolvieron unos minutos de sepulcral silencio, donde cada uno se encontraba sumido en sus propios pensamientos, aunque siendo sincera, era más bien el cansancio que comenzaba a hacer mella en mí y no otra inquietud la que me mantenía en un estado sosegado y distraído.

Había dejado a un lado la planificación sobre mi próxima partida de caza, asunto que podría esperar a que hubiese dormido unas horas y mi mente estuviese totalmente despejada; pues el abatimiento y la impotencia que sentía en esos momentos por llevar días sin cumplir con mi obligación no eran ayuda para pensar en nuevas estrategias.

La voz del joven camarero me sacó de mi ensimismamiento, y a medida que avanzaba en su historia, una lucecilla en mi cabeza se iluminó. ¿Cabría la posibilidad de que un lugar tan inocente como un parque de atracciones fuese el escondite de uno de esos monstruos a los que yo daba caza?
Me apoyé sobre la barra, tratando de recordar cada uno de los detalles de la historia, anotando mentalmente los cabos sueltos que quedaban, y pensando en como resolver aquel terrible asesinato.

Sonreí ante su propuesta, divertida al pensar que el joven quería protegerme del mismo mal con el que yo buscaba enfrentarme cada noche para darle muerte.

- Está bien, esperaré a que termine su turno, quizás así pueda acompañarme al lugar donde se produjeron dichos crímenes.- apunté dando un nuevo trago a mi bebida, observando con curiosidad el gesto de aquel muchacho que no parecía esperar aquella respuesta. Necesitaba ver el lugar donde habían encontrado los cuerpos, buscar por si habían pasado por alto alguna pista.- Y quien sabe, tal vez luego podamos dar una vuelta por el parque de atracciones, a ver si encontramos el rastro de dicho criminal.

Mis sentidos estaban alerta y mi mente se despejaba por momentos. El simple hecho de poder andar tras una pista palpable hacía que mi cuerpo se activase, y que dormir se convirtiese en una debilidad. Si podía encontrar esa jornada lo que llevaba noches buscando, luego podría descansar un par de días, como premio merecido por mi obstinación en dar caza a esas abominaciones de la naturaleza.

por **Eslatan Pilligram** Jue Sep 29, 2016 10:33 am

No podia creer lo que escuchaba. Bueno si, me podia poner contento, por que habia aceptado que la acompañe, pero la idea no era acompañarla a una escena de un crimen.
La mire a la cara, a los ojos, a la boca. No parecia esa clase de chicas. Parecia una buena chica.
Tome aire, y respondi.

No se exactamente donde es, pero mas o menos podria llevarte. La verdad, no es algo que me resulte interesante, los lugares donde han matado a alguien. Un gusto particular el tuyo.

Le digo, tratando de componer una sonrisa. Las pistas que habia dejado sueltas, decian sobre una chica que le gusta el peligro. ¿Alguien asi podria llegar a ser ese buen amigo que necesitaba?

Te sirvo mas?

Pregunto agitando la botella delante de sus ojos. Bonitos ojos por cierto. Mal que mal, seguia siendo una mujer. Aunque le gustara el peligro, quizas le gusten mas, estando abrazada a algun hombre, y eso hombre podria llegar a ser yo

por **Azlyn Kelly** Sáb Oct 01, 2016 6:07 am

El joven camarero parecía preocupado ante mi propuesta de acudir al lugar donde habían sucedido esos crímenes, titubeó brevemente antes de expresar su confusión respecto a mis extraños gustos, más a mí me parecía un plan interesante y lleno de posibilidades.

- Dígamos que estoy interesada en resolver crímenes extraños y olvidados por los gendarmes franceses.- sonreí con dulzura para no asustar más al muchacho que me miraba estupefacto ante mi extraña afición, bebiendo de mi copa mientras lo observaba con detenimiento, preguntándome si quizás estuviese replanteándose acompañarme al lugar.

Desgraciadamente las autoridades de las grandes ciudades se preocupaban más de encubrir atroces asesinatos ante los que no tenían pruebas fehacientes de como había sucedido, en lugar de investigarlos como era su trabajo. Y aquí entraba la labor de los cazadores; el seguir y rastrear cada una de las pruebas que nos llevaban la mayoría de las veces hacia asesinos despiadados de diferente naturaleza de la humana; esos que aunque las autoridades sabían de sus existencia, eran incapaces de perseguir y detener.

- Si, por favor.- asentí cuando el joven me ofreció rellenarme la copa que sin darme cuenta había agotado.- ¿A qué hora termina vuestro turno?

Si no se demoraba mucho quizás podría esperarme en aquella taberna, aunque no me vendría mal descansar en el caso de que le quedasen unas horas de trabajo.

por **Eslatan Pilligram** Lun Oct 03, 2016 11:29 am

Miro hacia el reloj, en el lado opuesto a la puerta del baño. Eran cerca de las 18:26.

-mi turno es hasta las 19, pero no me puedo ir si mi reemplazo no llega. No podria confirmarte. Eh inlcuso quizas tenga que ayudar.

Comento, y luego fijo la vista en ella. ¿Se ocupaba? Seria realmente su trabajo o quizas solo de curiosa se meteria. Al menos me podria tranquilizar, eso paso hace algunos dias. Ya no deberia haber nadie por ahi, y ademas yo no era una niña...aunque quizas una joven tan bonita como ella, si seria un motivo para asesinar.
En si, el problema mio no era que me atacaran. Muy probablemente, en la proxima luna volveria, el problema era perder el control como aquella vez.

Tenemos unos comodos sillones, recostate ahi, que termino de pasar el trapo. Ya no queda mucho.

Digo, dandome la vuelta a la barra y señalandole el rincon de los reservados, para cuando habia bailes.
En ese rincon se veian 2 grupos de sillones, rodeando sus respectivas mesitas ratonas, y uno mas grande, solo, mirando hacia el centro del local. Eran de cuero y en ese momento se veian limpios. En las paredes habia colgado diversas estatuillas, algun que otro gran pez y dianas.
Me pongo a mis faenas, y para que el silencio no la aburra, le pregunto, levantando la voz.

¿Hay muchos crimenes aca en Paris? No me he enterado de muchos, y eso que los marineros suelen ser un poco...

No termino la frase, era mejor no decir nada. Quizas algun familiar sullo era de la profesion y ofendia.

por **Azlyn Kelly** Mar Oct 04, 2016 2:30 pm

Giré la cabeza en la misma dirección que enfocaba la mirada del muchacho, comprobando en aquel reloj de pared que era más tarde de lo que había imaginado y que poco dormiría hoy si es que lo hacía. Según sus palabras todavía le quedaba al menos media hora de trabajo, eso si no se retrasaba su compañero o bien no tenía que quedarse un rato más. Quizás la idea de descansar un poco en aquellos mullidos sillones no fuese tan descabellada. Necesitaba despejar la cabeza y dejar de pensar durante un rato.

Tomé mi vaso y me dirigí hacia aquella zona de relax que el joven camarero me había indicado, donde varios sillones invitaban a descansar. Tras sacar mis katanas de la espalda para no clavármelas en ésta, me senté en uno de ellos, colocando mi bebida sobre una de aquellas mesillas que acompañan el pequeño espacio que parecía desentonar con el resto de la taberna.

-Lo cierto es que no llevo mucho tiempo en París, pero sin duda hay muchos crímenes que quedan ocultos por las autoridades. Es algo que ocurre en todas partes, no solo aquí.- contesté recostándome en aquel cómodo sillón mientras el muchacho continuaba con sus quehaceres al frente de la taberna.- Pero no debe preocuparse, a mi lado no le sucederá nada; yo cuidaré de los dos.

Cerré los ojos tratando de relajarme un poco, mientras una sonrisa de medio lado se dibujaba en mi rostros. Sabía de sobra que a ningún hombre le gustaba que una dama dijese de defenderlo, pero a mí mencionarlo se me antojaba de lo más divertido. Casi podía escuchar su ritmo cardiaco alterándose al mismo tiempo que se ofendía por mis palabras.

por **Eslatan Pilligram** Sáb Oct 08, 2016 2:24 pm

Mientras estoy con lo mio, la joven va hacia uno de los sillones que le indique. Disimuladamente, la observio mejor. Era una muchacha de hermosca complección, lindas curvas y preciosa cara. Sin embargo, ahora que la barra no tapaba mi vista, descubro que lleva...¿espadas? 2, largas afiladas y peligrosas espadas.
Eso era algo preocupante, y mientras le doy vueltas a esa idea, con lo que yo interpretaba, un buen trabajo de limpieza, ella suelta una frase para nada oportunda. ¿Que ella me cuidaria? ¿Acaso di la impresión de ser un cobarde?
Me muerdo la lengua para no responder. El hecho de que llevara armas, y su atuendo "varonil", dejaba entrever la posibilidad de que realmente las sepa usar.
Fantasie con el hecho de si mi bestia interior podria hacer algo contra alguien armado asi.
Con una sonrisa, decidi jugarsela encontra,

Pues muchas gracias, amable caballero. Con ese cabello largo, la habia confundido con una muchacha. Excuseme mua

Intento provocarla un poquito. Mientras llevo al deposito, el trapo y el balde. Solo restaba esperar a mi colega.

Los borrachos y pendencieros, de la zona portuaria solian andar en grupetes. Por mas bien armada que anduviera, no creia que realmente sirviera mucho, pero no le diria nada.
Regreso, secandome las manos en el delantal, buscando su mirada, dispuesto a sostenersela.
¿Realmente seria una buena chica, esta?

por **Azlyn Kelly** Lun Oct 10, 2016 11:38 am

El joven camarero continuó con sus quehaceres laborales dejando así todo recogido para finalizar su turno, solo a la espera de que su compañero de relevo hiciese acto de presencia liberándolo así de su puesto. Seguía recostada en aquel cómodo sillón, abriendo disimuladamente un ojo para observar su reacción ante mi encantadora propuesta de protegerlo.

Se tensó levemente ante mi comentario, un gesto que aunque pasaría desapercibido para cualquiera, era más que evidente para mí. Había aprendido a interpretar las reacciones de los demás, previniendo así los posibles ataques y tomando decisiones con anticipación. Sonreí divertida cuando desapareció durante unos minutos para recoger los útiles que había usado para adecentar el local, y tras aparecer de nuevo ante mi campo de visión de sus labios se escucharon unas palabras que como flechas iban lanzadas a mi persona, eso sí, sin mucho atino, pues con lo que aquellas elocuentes afirmaciones había querido provocar en mí, muchos antes con anterioridad lo habían intentado.

- No se ofusque, joven amigo. No es tan malo que una dama cuide de un ser más débil que ella misma.- contesté manteniéndole esa mirada que él se empeñaba en fijar en la mía; ¿se pensaría que por ser mujer iba a acobardarme o a enojarme por gestos así? Había vivido muchas cosas como para dejarme avasallar por cualquiera.- Y no se preocupe, si en algún momento siente miedo, no se lo contaré a nadie.

No era la primera vez ni la última que me había enfrentado no solo a seres sobrenaturales, sino a hombres de mi propia especie que en ocasiones podían ser mucho peores que las bestias a las que perseguía y daba caza. Y en mi defensa debo decir, que jamás ninguno olvidaría la lección gratuita que les ofrecí de como tratar a una dama.

Fue entonces cuando la puerta de la taberna se abrió, dejando pasar los pocos rayos de sol que quedaban y refrescando con un soplo de aire fresco el local. Un hombre del que no pude percibir sus facciones por el trasluz encaminó sus pasos al interior, y al percatarme de que el joven camarero lo observaba, presentí que se trataba de su relevo, que llegaba bastante puntual.

por **Eslatan Pilligram** Lun Oct 10, 2016 9:16 pm

Hola Homero.

Saludo al recien llegado, cuando logro distinguir quien es. El hombre, fiel a su estilo, saludo con una leve inclinación de cabeza, y fue al cambiador. Dentro de poco ya podria irme.
La oscuridad empezaba a incrementarse, con los ultimos y leves rayos del atardecer.
No tenia que dejarme afectar por los comentarios, pero el hecho de que los haga una muchacha, que recien me conocia, me tocaba mi fibra mas interna. Me costaba contener.

Gracias, pero no creo necesitarla

Es lo unico que se me ocurre responder.
Al parecer mi poco ocurrente replica no le afectaba en lo mas minimo, asi que desisti de decirle mas cosas. Nunca fue mi fuerte hablar con las mujeres. Mi karma, desde mi vida humana.

Ahora, cuando salga de cambiarse, podremos irnos. ¿Queres que tomar algo mas antes de irnos?

Invito, mientra miro alrededor por si habia dejado algo sin hacer, mientras me acercaba mas a ella.
La darsena, no era un lugar tenebroso, pero quizas la oscuridad inminente, hiciera mella en el valor de la joven, y se tragara sus propias palabras. Eso seria agradable.

por **Azlyn Kelly** Miér Oct 12, 2016 9:55 am

Escuché a Eslatan saludar de forma efímera al recién llegado, confirmando así mi suposición de que se trataba de su relevo y que gracias a los dioses podría disfrutar en breve del aire nocturno que refrescaría las calles de París en cuanto los últimos rayos de sol desapareciesen por el horizonte. Aquel hombre, recorrió raudo la distancia que lo separaba de una puerta de madera noble, donde deduje se encontrarían los vestuarios, sin emitir ni un solo sonido y saludando a su compañero con un ligero movimiento de cabeza. Menudo carácter.

Sin duda mi joven amigo parecía ofuscado por mis envenenadas palabras, esas que sin más objetivo que divertirme un poco a su costa, habían sido pronunciadas minutos antes. Las mismas que lo hacían vacilar entre mi posición y la suya, y tomarse su tiempo para contestar. Seguramente contando hasta cien para no mandarme a freír espárragos.

- No me apetece tomar nada más, gracias.- contesté al verlo acercarse unos pasos a mí, esperando impaciente la salida de su amigo que lo dejaría libre de responsabilidades durante unas horas.- Quizás vos deseé tomarse una tila antes de salir.

No pude evitar reír; su expresión atónita lo decía todo. Seguramente se estaba mordiendo la lengua para no soltarme algún improperio, y eso me divertía más si cabía.

-Disculpe, tengo un carácter un tanto complicado.- sonreí con picardía al tiempo que me ponía de nuevo en pie, y me sujetaba con fuerza de nuevo las katanas a la espalda, y echaba la capa por encima para ocultarlas al tiempo que seguía teniéndolas a mano en caso de necesitarlas.

La mirada de Eslatan siguió cada uno de mis aprendidos movimientos, esos que hacía varias veces al día. No sabía a ciencia cierta si lo que le llamaba la atención era mi atuendo, mis espadas o alguna otra cosa, pero sin duda había algo en mi que no le terminaba de cuadrar. Nuestras miradas se cruzaron, y fue entonces cuando un pequeño destello en sus ojos me dejó confundida, más la salida de su relevo del vestidor desvió nuestra atención, y no le di más importancia. Lo más seguro es que hubiese sido el reflejo de un despistado rayo solar filtrado a través de las vidrieras color mostaza.

Dirigí mis pasos hacia la puerta, esperando que Eslatan se despidiera de aquel hombre y nos embarcásemos en una nueva investigación. Al menos en su compañía tendría alguien con quien hablar, lo cual era de agradecer.

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