AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Laberinto de incertidumbres (Privado)
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Laberinto de incertidumbres (Privado)
Habían pasado 173 años y dos meses desde que volvieron a caer en el pecado de su existencia. Los fuegos de la venganza habían avivado en demasía su pasión en ese momento de su historia, pero la irrupción de Yared y Assur casi le costó la vida, o mejor dicho la no-vida. En su último encuentro Ferox tuvo que elegir entre "familia" y "amor", si eso se podía catalogar así, para simplificarlo. Entre la espada y la pared, sucumbió a su debilidad impidiendo que sus hermanos mataran a Asura en una emboscada, acarreando el peso de esa decisión, pues los Black no eran precisamente comprensivos.
Sabía que le debía a Ferox una muy grande, pero de la misma forma sabía que en esta ocasión sufriría el precio de esa oportunidad, tenía preparada la emboscada en el Cabaret L'Enfer donde podría liquidar a Raziel y a Lucien si todo iba a pedir de boca, pero de algún modo se lo debía. Odiaba la deuda, odiaba estar a mercer de la justicia divina en ese punto, pero sus rígidos principios le impedían aprovechar esa ventaja al completo. Tras enviar a sus "hijos" los soldados de Dios, los integrantes de la Orden de Set, se sumió en el más completo silencio en su cuarto a unos metros de donde sucedería la masacre. Dibujó un pentagrama en el suelo con su propia sangre, depositó en el centro unas velas y se sumió en el un trance brumoso. No era sólo una cainita, era la hija de la gran Azura, la primera hechicera de la historia, esposa de su padre, las fuerzas ocultas no le eran ajenas, pero no dominaba el arte de la magia al completo, aunque sí lo suficiente como para usar ciertos trucos.
Ferox se hallaba en su mansión en mitad de una reunión con unos socios cuando sintió el leve temblor del suelo y supo que algo sucedía. Despidió a los hombres y cuando se quedó a solas en su biblioteca en los maderos del suelo comenzaron a aparecer unas letras dibujadas en sangre, el sonido era como cuando las uñas de un licano rozaban el suelo, cortando el aire con un chirrido molesto.
"L'enfer arde. A"
Ese era su aviso, la forma en la que saldaba la deuda por su vida y volvían a comenzar la partida tras las tablas. En su siguiente encuentro no habrían treguas y nada estaría supeditado a viejos reproches. Acababa de traicionar a los suyos por avisar a Ferox, los había mandando a una muerte segura y eso pesaría sobre su alma tanto como un bloque de acero en el agua, pero había devuelto la moneda al cainita y ahora ya podía odiarlo de nuevo por ello.
Sabía que le debía a Ferox una muy grande, pero de la misma forma sabía que en esta ocasión sufriría el precio de esa oportunidad, tenía preparada la emboscada en el Cabaret L'Enfer donde podría liquidar a Raziel y a Lucien si todo iba a pedir de boca, pero de algún modo se lo debía. Odiaba la deuda, odiaba estar a mercer de la justicia divina en ese punto, pero sus rígidos principios le impedían aprovechar esa ventaja al completo. Tras enviar a sus "hijos" los soldados de Dios, los integrantes de la Orden de Set, se sumió en el más completo silencio en su cuarto a unos metros de donde sucedería la masacre. Dibujó un pentagrama en el suelo con su propia sangre, depositó en el centro unas velas y se sumió en el un trance brumoso. No era sólo una cainita, era la hija de la gran Azura, la primera hechicera de la historia, esposa de su padre, las fuerzas ocultas no le eran ajenas, pero no dominaba el arte de la magia al completo, aunque sí lo suficiente como para usar ciertos trucos.
Ferox se hallaba en su mansión en mitad de una reunión con unos socios cuando sintió el leve temblor del suelo y supo que algo sucedía. Despidió a los hombres y cuando se quedó a solas en su biblioteca en los maderos del suelo comenzaron a aparecer unas letras dibujadas en sangre, el sonido era como cuando las uñas de un licano rozaban el suelo, cortando el aire con un chirrido molesto.
"L'enfer arde. A"
Ese era su aviso, la forma en la que saldaba la deuda por su vida y volvían a comenzar la partida tras las tablas. En su siguiente encuentro no habrían treguas y nada estaría supeditado a viejos reproches. Acababa de traicionar a los suyos por avisar a Ferox, los había mandando a una muerte segura y eso pesaría sobre su alma tanto como un bloque de acero en el agua, pero había devuelto la moneda al cainita y ahora ya podía odiarlo de nuevo por ello.
Asura- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 21/08/2018
Re: Laberinto de incertidumbres (Privado)
La tierra tembló como mi mundo había ardido miles de veces por ella. Asura mi enemiga, mi amor, mi perdición..mucho había pasado desde que le pedí olvidar nuestros apellidos, si eramos hijos de Cain y Seth ¿y que? Cuando la besaba no me sentía diferente a cualquier hombre terreno, la forma en la que la miraba me delataba y mis hermanos me aseguraron que ella sería mi sentencia a muerte, era cuestión de tiempo que esta se dictara y ejecutara.
Me perdí en muchos cuerpos, distintas pieles, me embriague de labios y sin embargo en cada uno de ellos la busque, era como la comida, sabía a ceniza, Asura era sangre, vida.
Entré en la biblioteca tras despedirme de todos, fruncí el ceño al leer aquel mensaje, apreté los dientes y rugí airado.
Iba a destrozar a esos malditos templarios, bajé a las mazmorras, Beist y Kiva estaban encadenados, ansiosos se alzaron cuando les di la orden y los grilletes cayeron al suelo entre una maraña de insectos.
Beist ladeo su sonrisa moviendo los dedos para que la plaga le marcara el camino. Kiva aullaba a la luna crujiendo los huesos de su cuello, gruñía mostrando sus colmillos, esa noche las calles se teñirían de muerte.
Salimos de la mansión rumbo a Lenfern, allí nuestros neófitos estaban dando una fiesta, divirtiéndose, entre ellos estaba Lucien. La inquisidora debía protegerlo, Lucien no solo era mi “hijo” era importante, era el último descendiente de Abel y esperaba que ese secreto Asura no lo hubiera descubierto todavía pues este aviso solo nos dejaba nuevamente en punto muerto, la guerra continuaría entre ambos, y Lucien podía ser un arma afilada con al que matarnos.
Al llegar los templarios esgrimían las espadas con tino, pero los neófitos aun ebrios y drogados como jovenes estúpidos luchaban con saña.
El zumbido de las avispas gobernadas por Beist masacraron a uno de los templarios, inútil luchar con acero contra seres tan pequeños, pero fui yo y no otro el que viendo a Lucien a puto de ser empalado arranque de un zarpazo la cabeza de uno de esos templarios, rápido introduje la mano en el pecho de otro de ellos, separé las costillas y arranque el órgano que eleve en dirección a la ventana desde donde Asura observaba la masacre producida.
Había traicionado a los suyos y ahora estábamos en paz, siempre supe que en ella había oscuridad y quizás, solo quizás en mi ella veía un ápice de luz.
Me perdí en muchos cuerpos, distintas pieles, me embriague de labios y sin embargo en cada uno de ellos la busque, era como la comida, sabía a ceniza, Asura era sangre, vida.
Entré en la biblioteca tras despedirme de todos, fruncí el ceño al leer aquel mensaje, apreté los dientes y rugí airado.
Iba a destrozar a esos malditos templarios, bajé a las mazmorras, Beist y Kiva estaban encadenados, ansiosos se alzaron cuando les di la orden y los grilletes cayeron al suelo entre una maraña de insectos.
Beist ladeo su sonrisa moviendo los dedos para que la plaga le marcara el camino. Kiva aullaba a la luna crujiendo los huesos de su cuello, gruñía mostrando sus colmillos, esa noche las calles se teñirían de muerte.
Salimos de la mansión rumbo a Lenfern, allí nuestros neófitos estaban dando una fiesta, divirtiéndose, entre ellos estaba Lucien. La inquisidora debía protegerlo, Lucien no solo era mi “hijo” era importante, era el último descendiente de Abel y esperaba que ese secreto Asura no lo hubiera descubierto todavía pues este aviso solo nos dejaba nuevamente en punto muerto, la guerra continuaría entre ambos, y Lucien podía ser un arma afilada con al que matarnos.
Al llegar los templarios esgrimían las espadas con tino, pero los neófitos aun ebrios y drogados como jovenes estúpidos luchaban con saña.
El zumbido de las avispas gobernadas por Beist masacraron a uno de los templarios, inútil luchar con acero contra seres tan pequeños, pero fui yo y no otro el que viendo a Lucien a puto de ser empalado arranque de un zarpazo la cabeza de uno de esos templarios, rápido introduje la mano en el pecho de otro de ellos, separé las costillas y arranque el órgano que eleve en dirección a la ventana desde donde Asura observaba la masacre producida.
Había traicionado a los suyos y ahora estábamos en paz, siempre supe que en ella había oscuridad y quizás, solo quizás en mi ella veía un ápice de luz.
Ferox Black- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 25/06/2018
Re: Laberinto de incertidumbres (Privado)
Los Black siempre serían monstruos, no vacilaría en matar a ninguno de ellos salvo a Ferox, y sabía que el día que acabase con alguno de sus hermanos sería el principio del fin, porque esa sangre jamás sería perdonada, sería el momento en el que la cuenta atrás comenzaría hasta quedar sólo ellos, frente a frente para aniquilarse y dejar para siempre este mundo.
Eso siempre y cuando no la matasen a ella primero, ellos eran siete y ella sólo una, pero tenía muchos ases en la manga y si había prevalecido durante milenios, seguiría haciéndolo. Observó a Ferox desde la ventana, la intensa mirada que se dirigieron calcinó cualquier palabra que podría ser expresada, además de una advertencia ahora en el aire flotaba una promesa. Esa era la última vez que lo avisaba porque estaban en paz, a partir de ahora comenzaba de nuevo el juego y la próxima vez que viera la oportunidad de acabar con Raziel, Lucien o cualquiera de sus cachorros, podía dar por sentado que serían ceniza antes de acabar la noche.
Cerró las cortinas y se retiró a sus aposentos. ¿Se arrepentía de lo hecho? no. Pero las vidas de sus fieles habían acabado por su mano, no por la de los vampiros y eso escocía, aunque con los años había perdido la mayor parte de los remordimientos, un buen general sabe que en la guerra mueren soldados by que a veces hace falta un sacrificio aparentemente "inútil" para conseguir un bien mayor.
En los siguientes días L’Enfer se llenó de gendarmes, los altercados del callejón llegaron a oídos de las autoridades humanas y durante una semana el vicio y la perversión tuvo que posponerse un poco en pos del disimulo. Asura aprovechó para establecer contactos con los nuevos Obispos de la Inquisición, hacía 150 años que no pisaba París y aquellos que fueron sus aliados ya no se encontraban por allí. Quizás algún condenado pudiera reconocerla, pero en ese caso, manipulaba su mente para borrar esos recuerdos y de nuevo su identidad quedaba protegida. Para la Santa Sede ella era la descendiente de una larga saga familiar que siempre había estado de lado de la Iglesia, y su fortuna garantizaba más soldados y más medios a la lucha contra las abominaciones.
El Obispo Renaud la puso al día de los últimos movimientos, estaban reuniendo efectivos para tratar de capturar algunos vampiros, peces gordos, entre los que se hallaban los Black y algunos miembros del Consejo, eso no tenía mucho sentido, la verdadera amenaza eran los Black pero supuso que para ellos no había diferencia, y que daba igual qué vampiro quedase en pie, al final sería una amenaza como cualquier otro… y en eso no le faltaba razón. En breve se celebraría la Navidad, la ciudad recibiría a muchos turistas, mucha gente que peregrinaría hasta la capital para asistir a los actos de Notre Dame, a casa de sus familiares y seres queridos. Cuanta más gente, más actos atroces se cometerían.
El dispositivo de control sería amplio, tenían espías en casi todos los locales de lujo donde solían ir los vampiros, y también informantes de la calle en los burdeles más sórdidos. Sin duda la gala estrella sería el baile de Navidad que se celebraría en el Palacio Royal y el banquete de año nuevo en Varsailles.
Por supuesto Asura estaría invitada, como todos aquellos influyentes y adinerados. Con los siglos había adquirido títulos de la nobleza aquí y allá, su red comercial le proporcionaba infinitos recursos y su astucia la situaba en todos los grandes acontecimientos donde quería estar.
Eso siempre y cuando no la matasen a ella primero, ellos eran siete y ella sólo una, pero tenía muchos ases en la manga y si había prevalecido durante milenios, seguiría haciéndolo. Observó a Ferox desde la ventana, la intensa mirada que se dirigieron calcinó cualquier palabra que podría ser expresada, además de una advertencia ahora en el aire flotaba una promesa. Esa era la última vez que lo avisaba porque estaban en paz, a partir de ahora comenzaba de nuevo el juego y la próxima vez que viera la oportunidad de acabar con Raziel, Lucien o cualquiera de sus cachorros, podía dar por sentado que serían ceniza antes de acabar la noche.
Cerró las cortinas y se retiró a sus aposentos. ¿Se arrepentía de lo hecho? no. Pero las vidas de sus fieles habían acabado por su mano, no por la de los vampiros y eso escocía, aunque con los años había perdido la mayor parte de los remordimientos, un buen general sabe que en la guerra mueren soldados by que a veces hace falta un sacrificio aparentemente "inútil" para conseguir un bien mayor.
En los siguientes días L’Enfer se llenó de gendarmes, los altercados del callejón llegaron a oídos de las autoridades humanas y durante una semana el vicio y la perversión tuvo que posponerse un poco en pos del disimulo. Asura aprovechó para establecer contactos con los nuevos Obispos de la Inquisición, hacía 150 años que no pisaba París y aquellos que fueron sus aliados ya no se encontraban por allí. Quizás algún condenado pudiera reconocerla, pero en ese caso, manipulaba su mente para borrar esos recuerdos y de nuevo su identidad quedaba protegida. Para la Santa Sede ella era la descendiente de una larga saga familiar que siempre había estado de lado de la Iglesia, y su fortuna garantizaba más soldados y más medios a la lucha contra las abominaciones.
El Obispo Renaud la puso al día de los últimos movimientos, estaban reuniendo efectivos para tratar de capturar algunos vampiros, peces gordos, entre los que se hallaban los Black y algunos miembros del Consejo, eso no tenía mucho sentido, la verdadera amenaza eran los Black pero supuso que para ellos no había diferencia, y que daba igual qué vampiro quedase en pie, al final sería una amenaza como cualquier otro… y en eso no le faltaba razón. En breve se celebraría la Navidad, la ciudad recibiría a muchos turistas, mucha gente que peregrinaría hasta la capital para asistir a los actos de Notre Dame, a casa de sus familiares y seres queridos. Cuanta más gente, más actos atroces se cometerían.
El dispositivo de control sería amplio, tenían espías en casi todos los locales de lujo donde solían ir los vampiros, y también informantes de la calle en los burdeles más sórdidos. Sin duda la gala estrella sería el baile de Navidad que se celebraría en el Palacio Royal y el banquete de año nuevo en Varsailles.
Por supuesto Asura estaría invitada, como todos aquellos influyentes y adinerados. Con los siglos había adquirido títulos de la nobleza aquí y allá, su red comercial le proporcionaba infinitos recursos y su astucia la situaba en todos los grandes acontecimientos donde quería estar.
Asura- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 21/08/2018
Re: Laberinto de incertidumbres (Privado)
El palacio roya estaba adornado con las mejores galas aquella noche en la que se celebraba la navidad, arboles llenos de decoraciones en oro, alfombras rojas y bellas guirnaldas en tonos plata llenaban aquel lugar de luz reflejando los velones de las lamparas de tela de araña que colgaban gráciles de los techos pese a que eran muy pesadas.
Había sido invitado junto a otros nobles estrictamente seleccionados por el mismo rey, esa noche portaba de mi brazo una acompañante joven, una esclava de sangre que trabajaba como modelo, era bella y tenía una conversación interesante cuando estaba callada.
Según tenía entendido Joe iba a acudir también a la fiesta, deducía que con una de sus amigas en,enmascaradas pues su mujer estaba en pie de guerra y su “prisionera” no lo aguantaba, mi hermano tenía un don para meterse en charcos de los que no sabía salir, pero no lo podía culpar yo llevaba metido demasiado tiempo en uno peligroso para mi.
Asura la había jodido con Utukki, este andaba en pie de guerra porque le había tocado a su pequeño eslabón perdido, así que había enviado a un buen ejercito de Ghoulds a descubrir donde se escondía nuestra prima, por lo que deduje que Asura que andaba jodiendo a mis hermanos se mantendría por unos meses en perfil bajo.
Aquella noche quería olvidar a Asura y empezaría por una buena copa de vodka, quería divertirme, hablar de negocios y porque no, perderme entre las piernas de mi acompañante emborrachándome de su sangre.
Las primeras notas empezaron a sonar llevadas de forma magistral por la filarmonica, apoyé la diestra en la diminuta cintura de la doncella que no podía parar de sonreír mirándome mientras danzaba pegada a mi cuerpo. El vestido que le había regalado la hacía parecer un angel, no necesitaba mucho
Había sido invitado junto a otros nobles estrictamente seleccionados por el mismo rey, esa noche portaba de mi brazo una acompañante joven, una esclava de sangre que trabajaba como modelo, era bella y tenía una conversación interesante cuando estaba callada.
Según tenía entendido Joe iba a acudir también a la fiesta, deducía que con una de sus amigas en,enmascaradas pues su mujer estaba en pie de guerra y su “prisionera” no lo aguantaba, mi hermano tenía un don para meterse en charcos de los que no sabía salir, pero no lo podía culpar yo llevaba metido demasiado tiempo en uno peligroso para mi.
Asura la había jodido con Utukki, este andaba en pie de guerra porque le había tocado a su pequeño eslabón perdido, así que había enviado a un buen ejercito de Ghoulds a descubrir donde se escondía nuestra prima, por lo que deduje que Asura que andaba jodiendo a mis hermanos se mantendría por unos meses en perfil bajo.
Aquella noche quería olvidar a Asura y empezaría por una buena copa de vodka, quería divertirme, hablar de negocios y porque no, perderme entre las piernas de mi acompañante emborrachándome de su sangre.
Las primeras notas empezaron a sonar llevadas de forma magistral por la filarmonica, apoyé la diestra en la diminuta cintura de la doncella que no podía parar de sonreír mirándome mientras danzaba pegada a mi cuerpo. El vestido que le había regalado la hacía parecer un angel, no necesitaba mucho
Ferox Black- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 25/06/2018
Re: Laberinto de incertidumbres (Privado)
Se bajó del carruaje portando un elegante vestido negro bordado de cuentas de cristal que refulgían como miles de lágrimas. Su cabello rubio estaba retorcido en un recogido alto que dejaba escapar una larga cola de bucles, en sus orejas unos pequeños diamantes, en su mano izquierda sobre los guantes negros, otro diamante gris brillaba rodeado de rubíes, todo ello contrastaba con la parquedad del colgante que portaba sobre el pecho, la pequeña esfera de ámbar engarzada en plata que contenía los colmillos de la serpiente que tentó a Eva.
Tomó la mano que el lobo le ofrecía, extraños compañeros de viaje para una velada así, donde todos los ricos y nobles acudirían al último baile del año. El rey en persona presidiría el acontecimiento y más de dos mil invitados llenarían su corte.
Normalmente Askar no se mezclaba con vampiros, pero era tan viejo como Asura y sabía que aunque tenía debilidades, jodía tanto como podía a los Black, y el enemigo de tu enemigo es tu amigo ¿no?. Si alguna vez se habían ayudado, no había sido nunca tan abiertamente como en esa ocasión, apareciendo juntos de forma intencionada. Sabía que Utukki la quería matar y que no perdería la ocasión si la encontraba. Tampoco sabía cuantos Black acudirían y llevar a Askar era un seguro.*
Un insulto, una sonora bofetada en mi rostro y el jaque de su partida, todo eso lo logró Asura nada mas cruzó el umbral del palacio con su sonrisa impuesta, su vestido caro y en compañía de nuestro peor enemigo, Askar.
Mis ojos se tornaron rubis, intensos, se acercaban a ese tono burdeos que como la ponzoña daba mas crédito a la bestia que anidaba en nosotros a ese vampiro primigenio y no al que durante los siglos habíamos pulido para poder vivir en "sociedad".
Mi pecho subía y bajaba enérgico, incluso mi cuerpo se tensó haciendo ademan de olvidarme no solo de mi compañera de baile, si no de hasta de donde estaba, ahora mismo mi única meta era matar a Askar y borrar de su cara la sonrisa de “te he ganado la partida, lo se, lo sabes y me gusta”.
Asura- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 21/08/2018
Re: Laberinto de incertidumbres (Privado)
¿Que me detuvo? El conde Reinold llevaba parte de la noche buscándome con claras intenciones de presentarme a su ultima hija, la pequeña, una joven agraciada que buscaba marido y veía en la familia Black un buen apellido con el que emparentar.
Sonreí forzado sin apartar mis ojos de los de la hija de Seth, no necesitaba palabras para saber que me había traicionado, ni a ella para saber que no iba a perdonárselo.*
Sabía el efecto que iba a provocar en Ferox ese insulto, pero llevaban milenios así y estaba preparada para su contraataque. Haría algo que la heriría enormemente, como casarse o pasar un siglo o dos alejado de ella disfrutando de otros placeres. No esperaba menos de un Black, pero a veces necesitaban recordarse que en verdad eran enemigos, que de poder, todos deberían morir a manos del otro y que esa guerra milenaria acabase ya.
Askar sonrió, ciertamente era el único que estaba disfrutando la velada, y Asura tomó una copa entre las manos, levantándola hacia Ferox, en señal de que sabia que ese jaque lo había ganado ella, pero también tenía la certeza de que el siguiente sería del vampiro.*
Me centré en la encantadora hija del conde, era joven, bella y solicita, parecía pura como una flor intacta, alguien a quien corromper hasta no dejar de ella nada, admito que fue odio, rabia o sendas cosas las que me impulsaron a ignorar a Asura de forma deliberada, seguramente porque para mi tras esa noche había muerto como otras miles de veces me había prometido y no cumplido.
Las horas fueron pasando, así como mis posibilidades ampliándose, no era un necio, ni tenía a Askar por uno, estaba seguro de que su manada andaba apostillada fuera para cubrir su retirada en el caso de que fuera necesaria y las cosas se complicaran y entre los invitados no necesitaba ver las corazas templarias para distinguir al mariscal André rodeado de sus “amigos”*
Sonreí forzado sin apartar mis ojos de los de la hija de Seth, no necesitaba palabras para saber que me había traicionado, ni a ella para saber que no iba a perdonárselo.*
Sabía el efecto que iba a provocar en Ferox ese insulto, pero llevaban milenios así y estaba preparada para su contraataque. Haría algo que la heriría enormemente, como casarse o pasar un siglo o dos alejado de ella disfrutando de otros placeres. No esperaba menos de un Black, pero a veces necesitaban recordarse que en verdad eran enemigos, que de poder, todos deberían morir a manos del otro y que esa guerra milenaria acabase ya.
Askar sonrió, ciertamente era el único que estaba disfrutando la velada, y Asura tomó una copa entre las manos, levantándola hacia Ferox, en señal de que sabia que ese jaque lo había ganado ella, pero también tenía la certeza de que el siguiente sería del vampiro.*
Me centré en la encantadora hija del conde, era joven, bella y solicita, parecía pura como una flor intacta, alguien a quien corromper hasta no dejar de ella nada, admito que fue odio, rabia o sendas cosas las que me impulsaron a ignorar a Asura de forma deliberada, seguramente porque para mi tras esa noche había muerto como otras miles de veces me había prometido y no cumplido.
Las horas fueron pasando, así como mis posibilidades ampliándose, no era un necio, ni tenía a Askar por uno, estaba seguro de que su manada andaba apostillada fuera para cubrir su retirada en el caso de que fuera necesaria y las cosas se complicaran y entre los invitados no necesitaba ver las corazas templarias para distinguir al mariscal André rodeado de sus “amigos”*
Ferox Black- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 25/06/2018
Re: Laberinto de incertidumbres (Privado)
La tensión entre las miradas que se dedicaban se podía cortar con un cuchillo, pero en algún momento Askar la sacó a bailar y no dijo que no.
— esto te debe estar sentando a gloria.— El lobo sabía que Ferox y Asura llevaban una relación “complicada” por catalogarlo de algún modo, pero aún así, se apuntó sin pensarlo dos veces, darles a los Black en toda la frente era un placer demasiado escaso.— Tú estás vivo…¿no tienes compañera ahora?.— Asura que no era tonta, controlaba las acciones de Askar mediante el espionaje y sabía que a veces, a lo largo de los siglos, el licano había tenido relaciones más o menos largas y contaba con bastante descendencia.*
-Tengo compañeras de viaje -respondió el lobo haciéndola girar entre sus brazos, este estaba disfrutando la situación, algo mas que evidente por como afilaba la mirada - soy un alfa, son muchas las hembras que me buscan, algunas me encuentran, pero el amor es complicado y los lobos nos emparentamos de por vida como sabes ¿que te voy a contar a ti Asura? respondió este con cierta mofa.
Askar siempre había visto a los vampiros como seres impíos, no dignos y Asura era una de ellos, solo que por esa noche, se acercaba a sus planes de venganza, así que disfruto de poder rozarla con cada movimiento, la "joven" hija de Seth no estaba nada mal de ver.*
La “joven” hija de Set era más vieja que Askar, pero no lo aparentaba. Ella había visto comenzar a la humanidad, vivió los principios del mundo y estaba ya muy lejos de ser humana, era tan monstruosa como los Black, sólo que su misión era acabar con ellos y proteger la humanidad, pese a que ya no albergase sentimiento alguno, al menos no de la forma que un humano podía entender. A ratos recobraba su humanidad y entonces volvía a creer un poco más en que aquello pudiera ser posible, cambiar las cosas, sanar al mundo… pero no, no lo era. El mundo se iba a la mierda, cada vez creían menos en Dios, cada vez más vampiros abrazaban la noche y ella sólo podía matar y destruir la oscuridad, porque era para lo que sacrificó su vida.
Terminaron un par de piezas y buscó con la mirada a Ferox que conversaba con la joven y parecía muy interesado. Genio del teatro. Se le daba tan bien, que a veces aún se la conseguía colar. Conocía su silueta a cada centímetro, su porte, el tacto de su pelo, el olor de su piel. Conocía el sabor de su sangre y el paraíso al que la llevaba, y como el monstruo que era, quería calcinarlo y destruirlo, como él a ella, antes que verlo con otra, aunque no significase nada.*
La entrada de un Joe despeinado, con el nudo de la corbata abierto y el gesto desesperado me hizo virar mi objetivo, sus ojos rozaban aquel mismo tono burdeos para mi bien conocido y aunque la mascarada no era lo que imperaba en nuestras vidas, romperla esa noche ante el rey era demasiado, llegaría le momento, mas no era este.
-Mi señora, admito vuestra compañía me esta resultando francamente deliciosa, mas mi hermano parece buscarme, espero sepáis disculparme y..queráis volver a verme ¿quizás pueda vuestro padre organizar algún paseo por los jardines con el ocaso? admito es cuando mas bella se encuentra la noche -besé su mejilla tras la palabraria estudiada que dejo a la doncella temblando y sin mas desaparecí de su lado para ir al encuentro de mi hermano que ya había fijado su objetivo en Askar y caminaba hacia él mas que dispuesto a arrancarle el corazón, la cabeza y hacerse un abrigo con sus pieles.
— esto te debe estar sentando a gloria.— El lobo sabía que Ferox y Asura llevaban una relación “complicada” por catalogarlo de algún modo, pero aún así, se apuntó sin pensarlo dos veces, darles a los Black en toda la frente era un placer demasiado escaso.— Tú estás vivo…¿no tienes compañera ahora?.— Asura que no era tonta, controlaba las acciones de Askar mediante el espionaje y sabía que a veces, a lo largo de los siglos, el licano había tenido relaciones más o menos largas y contaba con bastante descendencia.*
-Tengo compañeras de viaje -respondió el lobo haciéndola girar entre sus brazos, este estaba disfrutando la situación, algo mas que evidente por como afilaba la mirada - soy un alfa, son muchas las hembras que me buscan, algunas me encuentran, pero el amor es complicado y los lobos nos emparentamos de por vida como sabes ¿que te voy a contar a ti Asura? respondió este con cierta mofa.
Askar siempre había visto a los vampiros como seres impíos, no dignos y Asura era una de ellos, solo que por esa noche, se acercaba a sus planes de venganza, así que disfruto de poder rozarla con cada movimiento, la "joven" hija de Seth no estaba nada mal de ver.*
La “joven” hija de Set era más vieja que Askar, pero no lo aparentaba. Ella había visto comenzar a la humanidad, vivió los principios del mundo y estaba ya muy lejos de ser humana, era tan monstruosa como los Black, sólo que su misión era acabar con ellos y proteger la humanidad, pese a que ya no albergase sentimiento alguno, al menos no de la forma que un humano podía entender. A ratos recobraba su humanidad y entonces volvía a creer un poco más en que aquello pudiera ser posible, cambiar las cosas, sanar al mundo… pero no, no lo era. El mundo se iba a la mierda, cada vez creían menos en Dios, cada vez más vampiros abrazaban la noche y ella sólo podía matar y destruir la oscuridad, porque era para lo que sacrificó su vida.
Terminaron un par de piezas y buscó con la mirada a Ferox que conversaba con la joven y parecía muy interesado. Genio del teatro. Se le daba tan bien, que a veces aún se la conseguía colar. Conocía su silueta a cada centímetro, su porte, el tacto de su pelo, el olor de su piel. Conocía el sabor de su sangre y el paraíso al que la llevaba, y como el monstruo que era, quería calcinarlo y destruirlo, como él a ella, antes que verlo con otra, aunque no significase nada.*
La entrada de un Joe despeinado, con el nudo de la corbata abierto y el gesto desesperado me hizo virar mi objetivo, sus ojos rozaban aquel mismo tono burdeos para mi bien conocido y aunque la mascarada no era lo que imperaba en nuestras vidas, romperla esa noche ante el rey era demasiado, llegaría le momento, mas no era este.
-Mi señora, admito vuestra compañía me esta resultando francamente deliciosa, mas mi hermano parece buscarme, espero sepáis disculparme y..queráis volver a verme ¿quizás pueda vuestro padre organizar algún paseo por los jardines con el ocaso? admito es cuando mas bella se encuentra la noche -besé su mejilla tras la palabraria estudiada que dejo a la doncella temblando y sin mas desaparecí de su lado para ir al encuentro de mi hermano que ya había fijado su objetivo en Askar y caminaba hacia él mas que dispuesto a arrancarle el corazón, la cabeza y hacerse un abrigo con sus pieles.
Askar Wolf- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 17/09/2018
Re: Laberinto de incertidumbres (Privado)
-¿Donde crees que vas Joe? -lo detuve colándome en medio.
-¿te has comido a Assur y su cordura? -preguntó este empujándome a un lado .- ¿o es que la falta de honor y orgullo no te deja ver como se mofa de ti en la cara Ferox, él y la zorra de nuestra prima?
Algo le había pasado y no porque de normal no fuera vehemente en su forma de hablar o dirigirse a todos, si no porque se le notaba fuera de si aquella noche y dudaba que is problemas con Asura pudieran llevarlo a ese estado.*
La irrupción de Joe Black con su aura altamente alterada llamó la atención de Asura y Askar, algo había sucedido, si venía a buscarla a ella entonces ya tendría a tres Black muy cabreados a la vez, todo un record para la rubia. No sabía si Askar estaba al tanto de su última aventura, esa en la que convirtió al descendiente vivo de Utukki sólo por joderlo, porque ella no solía crear neófitos, pero por si las moscas no le dijo nada, tampoco era necesario.
— ¿Viene a por ti o a por mi? Joe siempre ha tenido tendencia a exagerar.— comentó irónicamente la babilonia sujetando la copa entre sus manos y preguntándole a Askar. El lobo se había batido con algunos de ellos, pero. Siempre por una cosa u otra acababan en tablas.*
Ferox lo sacó a empujones, algo francamente complicado dado el estado de un Joe que no perdía nunca la oportunidad de pelear, de implantar el caos, por él mataría al mismo rey y serviría su cabeza en una de esas bandejas de plata a la humanidad con una nota que pusiera "joderos rebaño, esto hago yo con vuestro pastor"
Una vez en la balconada, Joe se removió inquieto ante su hermano que observaba sus movimientos esperando o que lo apartara y se lanzara al ataque o que le explicara el motivo de aquello.
-Isa, la muy idiota ha entrado en la habitación que tengo donde guardo algunos objetos milenarios, no se como cojones peor Maia ya no está en la esmeralda, ahora ocupa el cuerpo de Isa, y la viajera esta en la piedra, hay que devolver cada cosa a su lugar -rugió Joe como si eso fuera tan fácil.
-¿te has comido a Assur y su cordura? -preguntó este empujándome a un lado .- ¿o es que la falta de honor y orgullo no te deja ver como se mofa de ti en la cara Ferox, él y la zorra de nuestra prima?
Algo le había pasado y no porque de normal no fuera vehemente en su forma de hablar o dirigirse a todos, si no porque se le notaba fuera de si aquella noche y dudaba que is problemas con Asura pudieran llevarlo a ese estado.*
La irrupción de Joe Black con su aura altamente alterada llamó la atención de Asura y Askar, algo había sucedido, si venía a buscarla a ella entonces ya tendría a tres Black muy cabreados a la vez, todo un record para la rubia. No sabía si Askar estaba al tanto de su última aventura, esa en la que convirtió al descendiente vivo de Utukki sólo por joderlo, porque ella no solía crear neófitos, pero por si las moscas no le dijo nada, tampoco era necesario.
— ¿Viene a por ti o a por mi? Joe siempre ha tenido tendencia a exagerar.— comentó irónicamente la babilonia sujetando la copa entre sus manos y preguntándole a Askar. El lobo se había batido con algunos de ellos, pero. Siempre por una cosa u otra acababan en tablas.*
Ferox lo sacó a empujones, algo francamente complicado dado el estado de un Joe que no perdía nunca la oportunidad de pelear, de implantar el caos, por él mataría al mismo rey y serviría su cabeza en una de esas bandejas de plata a la humanidad con una nota que pusiera "joderos rebaño, esto hago yo con vuestro pastor"
Una vez en la balconada, Joe se removió inquieto ante su hermano que observaba sus movimientos esperando o que lo apartara y se lanzara al ataque o que le explicara el motivo de aquello.
-Isa, la muy idiota ha entrado en la habitación que tengo donde guardo algunos objetos milenarios, no se como cojones peor Maia ya no está en la esmeralda, ahora ocupa el cuerpo de Isa, y la viajera esta en la piedra, hay que devolver cada cosa a su lugar -rugió Joe como si eso fuera tan fácil.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 348
Fecha de inscripción : 16/06/2016
Re: Laberinto de incertidumbres (Privado)
Yo desconocía el como, no sabía si alguno de mis hermanos tenía algún tipo de noción sobre la magia que eclipsaba esa piedra, mas si no era así lo mas sensato sería destruir a Isa y a Maia junto a ella, si Askar descubría que esta era libre de nuevo tendríamos problemas y las cosas ya estaban siendo bastante complicadas.
-Deberiamos ir a casa de Assur, si alguien puede saber como hacerlo es él, se que estudió sobre la gema, pero no se hasta que punto podrá solucionar esto.*
Askar hizo una mueca, porque Ferox lo apartó de su vista, así que la respuesta a la pregunta de Asura no tendría una solución inmediata.
-qué más da, razones tiene con ambos.- contestó el lobo ladeando la sonrisa. Asura esgrimió una sonrisa malvada y se soltó de su brazo.
—Disculpame un momento, voy a por otra copa.— se paseó or la sala hasta coincidir con la muchacha que estaba hablando con Ferox e intercambió unas breves palabras con ella, la dominación era un truco muy útil que en este caso estaba muy justificado, pues estaba sacando a esa mujer de las garras de la muerte. La chica se levantó rauda y fue a por un caballero soltero, algo más bajo que Ferox pero también apuesto, al cual se abrazó y tras unos instantes besó, provocando la sorpresa del hombre, pero recibiendo con agrado la muestra, al parecer se escribían cartas a escondidas, pero el padre de la muchacha apostaba por el Black. Ya podía ir despidiéndose.*
Despedirse, eso es lo que no hicieron ninguno de los Black que salieron por la puerta como dos forajidos en busca de evitar una catástrofe mayor que la del fin del mundo. Ferox lo hizo con toda la intención, el vampiro era orgulloso y el gesto de Asura n ose lo iba a perdonar, puede que para ella fuera una bofetada sin mas, el modo de recordarle que eran enemigos ante todo y ante todos, mas Ferox había apostado demasiadas veces a su color traicionando incluso a sus hermanos como para ahora dejarse humillar de ese modo.
Askar era inteligente, no se le pasó por alto que lago urgente pasaba, así que puso en alerta a los licanos de fuera que se convirtieron en sus oídos cuando los hermanos salían escopetados rumbo a las caballerizas.*
Asura- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Fecha de inscripción : 21/08/2018
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