Purple Pants (Privado)

Bajamos del coche y le pedí que esperara, la bruja había elegido esa noche para ir a tatuarse, así que bueno, pues iríamos, le daría mi sangre y adiós muy buenas.
-¿esto no suele hacerse borrachos?*

—Eso estaría bien. ¿Puedes ir a por unas botellas?.— ella ascendió la escalera y llamó a la puerta del alemán que se dedicaba a la tinta. Cuando vio a la bruja la hizo pasar, estaba acabando unos dibujos pero no tenía ningún cliente así que Elora le explicó lo que sucedía y el hombre asintió, podía hacerlo, sería complejo porque eran dos letras muy distintas, pero podía cubrirlo y dejarle algo bonito en su lugar. Se tumbó en la camilla sólo con la ropa interior y dejó que las manos del artista fueran dibujando en su piel el boceto. Cuando la aguja comenzó a inyectar tinta el dolor comenzó a morderla, quizás a fin de cuentas sí necesitase ese chute para no comenzar a ponerse con los ojos negros y el pelo electrizado en plan Elora espeluznante.*

Dos cuadras mas allá había una especie de comercio nocturno abierto, no me costó demasiado conseguir un par de botellas de mala calidad peor bueno, a estas horas, en un barrio de mierda ¿que se podía esperar? Y con ellas regresé al antro donde me había llevado la bruja.
Un hombre gordo, con barba y con la piel completamente llena de tinta me abrió la puerta indicándome con la cabeza donde estaba mi amiga mientras recargaba los utensilios para seguir trabajando en el dibujo que al parecer iba a hacer para ocultar la vieja letra de su amor perdido y sustituirla por la de su hija.
-chin, chin -dije pasándole una de las botellas mientras yo llevaba a mis labios la mía y tomaba asiento en una vieja silla carcomida frente a ella -¿como va el placentero dolor? -pregunté en tono jocoso.*

Por respuesta le contestó un gruñido y le dio un trago a la botella que había traído el cainita. La última vez que estuvo allí fue de la mano de Xar, completamente enamorada, feliz, pensando que su vida no podía ser mejor. Y ahora estaba allí borrando un recuerdo en compañía de un vampiro que tenía la sana costumbre de burlarse de ella. Mejor, así no le cogería cariño.

— No es el primer dolor que enfrento. Soy una mala hierba, cuanto más fuerte me pisotean, con más fuerza renazco. ¿Y el tuyo? Porque ser un cafre y un amargado lo puedo entender, va con el carnet de vampiro, pero tú es que pareces disfrutar de ello. ¿Un viejo corazón roto? ¿Una familia trágicamente asesinada allá por el 200 antes de Cristo? Quizás no te atreves a salir del armario y llevas milenios ocultándolo?.— la lengua viperina de la bruja se soltaba cuando el alcohol hacía de las suyas, su veneno no era la sangre, eran las palabras.*

-Ni será el ultimo -atajé alzando la botella hacia ella -brindo por las causas perdidas.
Era cierto, ella podía ser una mala hierba, caerse y levantarse, mas parecía dispuesta a seguir buscando algo a lo que aferrarse, otro trágico golpe del destino que pensaría significaba rozar el cielo con los dedos hasta que solo viera fuego y humo uy se diera cuenta que el infierno siempre llega cuando hablamos de sentimientos y sentimentalismos.

Ladeé la sonrisa dando un profundo trago al escuchar sus preguntas.
-Estoy muerto, no siento ni padezco y si una vez lo hice fue ya hace demasiado tiempo.
Quizás eso no era del todo cierto, peor ella no necesitaba saber mas, ante sus ojo era una rata de alcantarilla, aquello que su ex novia cazaba y que ella detestaba, un vampiro con el que había hecho un trato para salvar a un niño...para que cambiar su visión sobre mi mismo.
-El tiempo pasa Elora y si algo aprendes a lo largo de los milenios es que hay dos cosas que nunca olvidas, el odio y la venganza...lo demás cicatriza, cierra y aprendes una valiosa lección, si no palpita tu corazón, es mejor.*

En realidad no era cierto que odiase a a los vampiros, sólo los odiaba cuando Xar iba a cazarlos y se exponía al peligro, pero en sí mismos no le parecían ni mejores ni peores que un licántropo, un brujo o un humano. Ella no catalogaba a la gente por su raza, oficio o poder, sino por si estaban de su parte o en su contra. El mundo era sencillo con esa regla de vida.

— Ya obtuve mi venganza, y la sigo sintiendo dulce. El odio movía a Xar y yo no quiero sucumbir a esa oscuridad, todo el mundo espera que sea una bruja oscura y sin sentimientos, una zorra cabrona que se dedique a sembrar el mal. Pues lo siento, pero no voy a daros ese gusto. Seré lo que me dé la gana ser, y quizás para ti sea complicado entenderlo, pero esa niña que salió de mis entrañas no se merece a una madre así, oscura y tenebrosa. Aunque sea sólo con ella, seguiré sintiendo y pensando que vale la pena hacerlo.

Apretó los dientes porque el tatuador estaba rascando en una zona delicada y su piel se quejaba enrojeciéndose.

Era su decisión y podía comprenderla, a fin de cunetas alguien dependía de ella, a diferencia mía ella tenía una hija, supongo que eso la empujaba a luchar por ser mejor persona. Yo veía oscuridad, su aura estaba repleta de ella, pero también luz, supongo que ella era el reflejo perfecto de una batalla que alimentaba a dos inmensos lobos, el del bien y el del mal ¿cual ganaría? era fácil la respuesta, el que alimentara mas.
-Bien, en ese caso, saborea tu venganza y se lo que quieras ser, yo se quien soy y no es el hombre que te gustaría tener cerca de tu pequeña hija.

De nuevo marqué distancia, estipulé con claridad el rumbo de lo nuestro, esa transacción se basaba en un trato,uno para matar un inquisidor, daba igual que estuviéramos allí emborrachándonos, daba igual que estuviera medio desnuda y que mis ojos la recorrieran con deseo, todo daba igual porque al final de la noche yo volvería solo a mi mansión para ser el monstruo que era y ella regresaría con su hija para ser la madre que era.*


Sonrió entre dientes, no solía subestimar a nadie, pero a ella siempre la subestimaban y eso le producía cierta diversión.

— Oh, claro que no. No quiero cafres y muermos amargados cerca de mi hija. ¿Y quién te crees tú que soy yo? Es decir… me ves como una bruja medio loca, histérica porque no tiene pareja o algo así. Ve con cuidado Varinäel, he viajado en el tiempo hacia delante y hacia atrás hasta de forma involuntaria. Quizás si te acercas mucho a mi pequeña acabes en la prehistoria cuando los humanos eran monos y tengas que alimentarte de monos, tú el rey pijo del vino.

La lengua de la bruja era legendaria, no tenía filtro y soltaba las cosas como se le ocurrían, ya había perdido mucho, no podía perder mucho más de sí misma que lo que ya le habían arrebatado, así que sobrevivía a su manera, la única que conocía.*

Curvé mis labios en una mueca divertida.
-No tengo ninguna intención de acercarme a tu hija y mucho menos a ti, así que puedes dormir tranquila -confesé antes de devolverle a mis labios la boquilla de la botella - solo pensaba darte un poco de mi sangre, si crees que otras oscuras intenciones me han llevado a acompañarte es porque no me conoces -apunté con ese escudo que tan bien se me daba anteponer -y tampoco es piedad, pensaba darte de mi vitae porque en la batalla que se nos viene encima la necesitaras y tu triunfo será el mío..no somos amigos, solo "compañeros" de trabajo -puntualicé.*

—Vale, lo que tú digas, socio. Está bien que marques las barreras porque estaba ya empezando a colarme por ti, perdiendo la cabeza, suspirando y deshojando margaritas.— El sarcasmo de Elora era duro como la coraza de piedra del vampiro. Era una clara alusión a “vale, los dos estamos jodidos, no hace falta que marques las distancias a todas horas, que no soy lerda”. El tatuador extendió un aceite calmante por la piel enrojecida y la bruja se levantó de la camilla, miró el resultado y deslizó los dedos por encima, donde antes habia una X ahora lucía una A y se cerraba otra etapa de su vida.— ¿No echas de menos que alguien se sienta orgulloso de ti? Saber que tu existencia tiene sentido para alguien… bah, es igual.— Pagó al tatuador y se vistió de nuevo, en breve saldrían por la puerta rumbo a…¿dónde? Seguramente cada cual a su cubil.— iba a decirte que mejor si te mordía en el coche.— soltó una carcajada.— debes ser el único vampiro al que le ha mordido un humano. Hubiera sido curioso que te volvieras humano por mi mordida… total, si puedo manipular el tiempo sin saber cómo… igual te hubiera cambiado a ti.*

Deslicé mis ojos por su piel admirando el resultado, el aceite impregnaba su dermis remarcando mas el tono negro de la tinta de bordes rojos por la irritación e inflamación de la piel.
- Es el efecto que causo en las mujeres, no has de preocuparte -dije con cierta indiferencia como respuesta a su ironía.
Pagó al hombre y antes de encaminarnos hacía el exterior me acerqué al mismo para cubrir mi rastro, olvidaría que había estado allí, porque eso era lo conveniente, habíamos hablado con libertad frente a este, así que en su cabeza metí nuevos recuerdos en los que la bruja había ido sola y le había hablado de cosas banales y sin ninguna importancia.
-No, no echo nada de menos Elora -eso no era verdad, ero ella no tenía porque saberlo y de cierto modo...me cuidaba bastante por convertir esa frase en la verdad mas prudente...

Fue su siguiente frase la que me hizo reir a carcajadas dando un nuevo trago, francamente nunca me había mordido una humana..no así al menos, no para hacerme daño como era su intención.
-¿así que vas a morderme en el coche? -pregunté muerto de la risa -ummmmm -apunté divertido caminando hacía donde habiamos dejado el carruaje.*

Al menos sabía reírse, eso era algo nuevo. La bruja se echó la capa por encima y se encaminó hasta el carruaje. Su humor era algo inoportuno y en ocasiones difícil de entender. Cuando subieron al coche y le dieron las instrucciones para arrancar lo miró y puso cara de mapache hambriento.

— mmmmm… no sé que parte del vampiro será más tierna…¿el cuello? El brazo no, lo tienes duro…¿el trasero? pffff…no tengo colmillos así que facilítame el proceso y muérdete tú mismo. Pero sólo porque esto ahora mismo es lo mejor que podemos hacer, en cuanto nos carguemos a Darkblade, me encargaré de esta adicción.*

Creo que habíamos bebido bastante pues cuando dijo que parte era la mas blanda estuve a nada de responder una obscenidad, la cosa es que me contuve aunque si me eche a reír sin poder parar. Negué finalmente con la cabeza aun con la sonrisa dibujada en mis labios mientras ella seguía dandole vueltas a que parte morder.
-Yo lo haré -atajé llevando mis colmillos a la muñeca para hacer un corte profundo por el que emanó una gran cantidad de vitae.
-Bebe -le ofrecí extendiendo el brazo -acabado el trabajo, no volverás a verme y podrás acabar con tu..pequeño problema de adicción, pero hasta entonces bebe -pedí nuevamente mientras el río carmesí escurría por mi piel goteando contra el suelo del carro hasta formar un pequeño charco.*

Elora frunció el ceño, la sangre no le gustaba especialmente, había curado mil veces a Xar pero la perspectiva de beberla no le gustó demasiado, sin embargo se le aceleró el pulso y comenzó a latirle en la sien, tomó la mano del vampiro, la giró y aplicó los labios bebiendo un sorbo, al notar la sangre del vampiro correr por su organismo el subidón no se hizo esperar, se le dilataron las pupilas y se estremeció dada la potencia de esa sangre. El mundo comenzó a dar vueltas y en vez de caer hacia atrás en el asiento se inclinó hacia delante apoyando la frente en su pecho, respirando con agitación.

— te odio..— murmuró con muy poca convicción, esa sangre era lo único que había conseguido que dejara de sentirse miserable.*

-No parece que me odies en este momento -susurré ladeando la sonrisa al sentir su frente contra mi frío e inerte pecho -pero no te preocupes, me odiaras tras el bajón y es algo que siempre llega, así que aprovecha este instante en el que todo lo olvidas y te sientes invencible.
Sabía lo que era, eso me enganchó a Indigo, aunque mi final fue...distinto al que la bruja sufriría de mi mano. Yo en aquella época tenía mucho que olvidar, demasiado poco que ofrecer y mi sire supo como hacer para envolverme en su red, muchos eran los siglos que habían pasado y sin embargo la madeja seguía bien anudada y yo luchaba por salir de la tela de la araña.

Alcé su rostro por el mentón hundiendo mis aceros en sus pardos.
-¿quieres que te lleve a algún sitio?¿ o prefieres ir a tu casa…?*

¿Qué? ¿qué le estaba preguntando? No estaba muy segura de qué le estaba diciendo Varinäel, lo veía mover los labios pero a su cerebro no llegaba la información sensorial, estaba mareada con los efectos de la sangre en su organismo, elevó la cara guiada por sus dedos para enfrentar sus ojos fríos como hielo. Ella era oscuridad, caos y destrucción, por eso se escondía del mundo en su mansión solitaria, tratando de fingir que era “normal” cuando era todo menos eso. Se acercó peligrosamente a los labios del cainita, finos, apretados, con un rictus severo. Tan diferentes de los de Xar, cálidos, llenos y acogedores.

— a.. casa.— Por un instante su aliento cálido humano chocó contra la piel inerte del vampiro, pero reaccionó a tiempo y volvió a bajar la cabeza cayendo sobre él, casi desplomada, como un fardo, sintiendo el cuerpo pesado y sin respuesta.*

Cuando elevó la cabeza su aliento impactó cálido contra mis labios, impulsó las palabras contra mi boca que se entreabrió por su cercanía dispuesta a acogerla, a enterrarse con un beso en ella. Fue un instante, un acto reflejo o quizás la estupidez de un necio pero por una milésima de segundo acerqué mis labios empujado por su humedad casi hasta rozar los ajenos. Por suerte, recobré el juicio a tiempo dando casi un brinco que me llevo a erguir la espalda como un animal asustado.
La bruja se desplomó entre mis brazos, como un saco , sin consciencia.
-¿Elora?.- la llamé preocupado rozando su brazo con mi diestra, sacudiendolo un poco.
¿que demonios pasaba, mi sangre, la de un vampiro, no causaba este efecto, debería sentir el subidón brutal, no desplomarse sin mas -vamos Elora, despierta -susurré golpeando su rostro con suavidad.
-¡A casa de la dama, rápido! -apremié al cochero.*