Euphemia MacLeod

Siendo la menor, y la única hembra, entre los 5 hermanos, Euphemia tuvo que aprender a defenderse casi antes de aprender a hablar. El cuarteto de hombres, sin duda, la adoraban, pero eso no la libraba de las constantes travesuras de los mayores, quienes disfrutaban con su irritación. Su padre, jefe del clan escocés MacLeod, dadas las disputas con sus vecinos del clan Murray, decidió que a la niña no le haría daño aprender un poco de defensa personal e incluso manejar algunas armas. Fue así como entre él y sus hijos varones le enseñaron a manejar cuchillos incluso contra espadas y tiro con arco y flecha.

Cuando tenía 15 años, lo que siempre fueron disputas sin consecuencia entre los MacLeod y los Murray, se tornó en algo más. Los Murray los culpaban de haberles robado, y ellos se defendían, pero la verdad era que todos sabían que el robo entre ambos clanes era algo más que normal, ya fuera una simple vaca o algunos caballos, ninguno de los clanes estaba libre de culpa. Aún así, los Murray pidieron la cabeza de quien hubiera cometido el crimen, y los MacLeod se la negaron.

Desde entonces la tensión creció sin cesar durante los siguientes dos años. Hombres y mujeres de bando y bando vivían simplemente en espera del día en que alguno de ellos hiciera algo realmente estúpido y aquella rivalidad sin sentido se convirtiera en guerra, lo cual no tardó en suceder. Algo tan tonto como que un Murray miró lascivamente a una MacLeod, y estaban todos preparados para matarse mutuamente. Vaya estupidez, pensó Euphemia quien sólo tenía 17 años.

Al amanecer en el valle. Esas eran las indicaciones que tenían todos los hombres de ambos bandos, allí se cerraría aquel ilógico capítulo en las vidas de ambos clanes y quedarían plasmados en la historia por haber participado en la guerra más sin sentido de la humanidad. Pues bien, al amanecer en el valle, cuando los hombres se apresuraban a embestirse como bestias entre ellos, la pequeña Euphemia se metió en medio, como una amazona sobre su caballo y apuntando con el arco a cualquier hombre de cualquier clan que se atreviera a a respirar muy fuerte para su gusto.

Para entonces, la reputación de la puntería de la chica era conocida en todo el territorio, había participado y ganado en múltiples competencias desde que tenía 12, y no contra otras mujeres, codo a codo con los demás caballeros. Su padre y sus hermanos intentaron hacerla quitarse de en medio, pero se negó a hacerlo hasta que todos la escucharan. Incluso los Murray escucharon con atención, poco acostumbrados a ser amenazados por una mujer, mucho menos una niña.

Ese día Euphemia pasó a la historia por haber hecho que dos batallones de hombres salvajes se sentaran a hablar y llegaran a un acuerdo, el cual se selló con la unión de ambos clanes por medio de una boda. Su boda. Fue así como a los 18 años se casó con el jefe del clan vecino, un hombre 14 años mayor que ella, quien tenía una hija de 8.

Como matriarca del clan, incluso a su corta edad, Euphemia se ganó el respeto de todos los Murray, e incluso el cariño de su hijastra que bien podía ser su hermana menor. Por ello, cuando su esposo falleció 8 años más tarde, y dado que su propio clan estaba a solo media hora en caballo, decidió quedarse que en el que había sido su hogar durante todo ese tiempo. Para entonces la situación entre clanes había perdido toda tensión, e incluso podían considerarse amigos, por lo que no era extraño que participacen los unos en los eventos de los otros, y así veía con frencuencia a sus hermanos y sobrinos.

A poco menos de dos años de la pérdida de su marido, un hombre al que si bien no amó le tuvo mucho cariño y un gran respeto, determinadas circunstancias llevaron a su hijastra a convertirse en la prometida del recién coronado Rey, y a ella, en miembro de su consejo, en contra de su mejor juicio. Aunque no está de acuerdo con el compromiso, y lo ha discutido innumerables veces con el hermano de su difunto esposo, actualmente se encuentra en París con la joven en busca de su vestido de novia y el ajuar necesario para cuando finalmente se casara.

Así como tiene unos modales impecables, tiene un carácter del infierno. Puede ser la dama elegante que lleva conversaciones nimias con otras mujeres de la corte, y la guerrera que monta a caballo sin necesidad de silla; sabe cuándo guardar silencio, pero no teme interrumpir en conversaciones de hombres para dar su opinión, especialmente cuando sabe que tiene la razón; puede tomar el té con las más refinadas mujeres del país, y cerveza con los más brutos de los hombres.

No se alarma con las conversaciones picantes o subidas de todo, las encuentra de lo más entretenidas, en especial cuando los hombres están ebrios pues es cuando tienden a perder todo signo de caballerosidad y se muestran más honestos.

Aunque sabe dar un buen puñetazo cuando es necesario, prefiere evitar la violencia y resolver los conflictos de la manera pacífica, hablando y llegando a concesiones. Acostumbrada a tratar con hombres, no se siente intimidada por lo grande y fuertes que puedan verse, ni los títulos que puedan poseer; de chica, en más de una ocasión tuvo que halarle las orejas a sus hermanos mayores que bien podrían sacarle dos cabezas de estatura, y luego como matriarca de los Murray tuvo que hacer lo mismo incluso con los hombres de confianza de su marido cuando estaban siendo groseros o haciendo una estupidez.

Desde su interrupción en la continua pelea entre los Murray y los MacLeod, ambos clanes comenzaron a escuchar todas sus opiniones, y al llevarlas a la acción encontraron no sólo un poderoso aliado en el clan contrario, sino que ambos clanes alcanzaron un punto tal de prosperidad que clanes de todas las tierras altas comenzaron a imitarlos.

Su reputación es reconocida en todo el país, por ello su presencia inspira respeto allí donde se presenta. A pesar de ser relativamente joven, posee mucha sabiduría. Si alguien la escuchara hablar sin verla a la cara, pensaría que habla con una mujer mucho mayor de lo que realmente es, pero eso no le molesta, tuvo que madurar temprano y eso siempre ha jugado en su favor.

» Es considerada una de las mujeres más influyentes de Escocia, incluso sin títulos nobiliarios.
» Su esposo no era un hombre fértil, tuvo una hija con su primera esposa con mucho esfuerzo, pero Euphemia nunca logró quedar embarazada.
» Aunque su hijastra es sólo 10 años menor que ella, realmente la quiere como si fuera su propia hija, especialmente al no haber podido tener hijos propios. Tras la muerte de su esposo, y su reciente presentación en sociedad, ha tomado como principal misión el protegerla de mujeriegos y hombres con terrible reputación.