[Seúl /Corea del Sur - 2011 - 00:01] Happy New Year {Andrè Leroy}

Tres....Dos...Uno!...Felíz Año Nuevo!!!!

Era lo último que escuchó antes de salir de aquella disco. Se habían reunido muchos artistas de su sello discográfico además de gente influyente en el medio musical. El 2010 había sido un buen año para él y su carrera musical. Hasta un cambio de look se había hecho. Aquel cabello negro ahora estaba completamente blanco, algo grisáceo y lo traía peinado en un mohawk.

La noche estaba fría, pero aquello no parecía importarle mucho a la gente pues todo celebraban, se abrazaban, brindaban con copas de champagne y lanzaban confeti por todos lados. En muchos locales y lugares abiertos habían personas celebrando, pero a él poco le importaba. Por algo había escapado de la fiesta V.I.P. de la cual había participado. ¿Y por qué escapó? Por que él quería algo mas. Habría dado cualquier cosa por pasar el año nuevo al lado de su familia, o quizás con alguien especial, pero no tenía ni lo uno ni lo otro. Dentro del sello habían amigos, pero parecía que todos estaban mas concentrados en celebrar y él? Pues él no quería ser un aguafiestas.

Caminó unas cuantas calles y supuso que ya estaba alejado. Traía una chaqueta morada de satín, y encima un abrigo negro largo abierto. Lo usaba con el cuello levantado para intentar cubrir su rostro y pasar desapercibido. Sobre su cabello un gorro negro que le tapaba hasta las orejas y en su rostro unos anteojos negros con marco negro y cuadrados. Y había algo mas que llevaba: Una botella de champagne.

Se quedó en un parque, al parecer en ese lugar no había mucha gente. Se sentó en una banca, cruzó sus piernas y quitó el papel de aluminio que cubría la botella. Giró el alambre y finalmente quitó el corcho el cual salió disparado quizás donde. De la botella salía espuma y cuando ésta dejó de salir bebió un trago- Seh heh bok mani bat uh seyo! -Se deseo así mismo un feliz año nuevo tomando otro trago. Poco le importaba si venía la policía, pues con su capacidad de cambiaforma solo se transformaría en gato y saldría huyendo de ahí ¿Quien iba a creer que Kim Min Ho, el famoso cantante, había estado bebiendo y que huyó convertido en un gato? Por supuesto que nadie.

Spoiler:

Cuando los fuegos artificiales iluminaron la ya de por si brillante noche de Seúl, el francés supo que el año viejo había terminado y el 2011 estaba ya allí.

Por todas partes alrededor la gente se deseaba Feliz Año Nuevo, el alcohol estaba en las mayorías de las manos de la gente por las calles (contradiciendo sus clases de historia) y la música se escuchaba muy fuerte en todos los locales.

Sus pasos le habían llevado realmente lejos del hotel donde su curso estaba haciendo su fiesta y lamentablemente creía que ya no podría regresar. Oh si, perdido en su segundo día en Corea, debía ser alguna clase de record personal, creía. Cuando fueron a Estados Unidos a conocer a la familia del novio de su padre se había perdido al cuarto día. Si, definitivamente era un record.

El joven de 18 años se llevó los lentes violetas de marcos dorados hacia sus cabellos, mirando alrededor. Su curso se había ido de gira de estudio a Corea. Era un largo viaje desde París, definitivamente, pero para un colegio de tan 'alta alcurnia' como el suyo, no era demasiado. A él no le había importado, mientras pudiese viajar lejos y conocer hermosos lugares, estaba bien por él.

El primer día había sido muy divertido con sus compañeros. Había mucho que ver y habían mandado por el retrete el horario de su profesora al primer momento; pero ya ese día había comenzado a decaer. Sus compañeros preferían pasar el día en el hotel, bebiendo y bañándose en las piscinas que salir a recorrer la ciudad, así que cuando ya eran las nueve de la noche y la mitad de sus compañeros de curso ya estaban en un estado etílico lamentable, decidió abandonarlos.

Y, así, se había perdido. Su billetera tenía poco dinero coreano, teniendo más dólares, y su inglés a pesar de ser muy bueno al parecer era poco entendido, así que decidió simplemente entrar a alguna parte a sentarse, ya que sus piernas ya le reclamaban por el cansancio de las dos horas vagando.

El ruido y el confetí de Año Nuevo le alejó de las calles y antes de notarlo ya estaba en un pequeño parque algo solitario, y viendo como habían unos columpios sintió una oleada de nostalgia, controlándose para no correr a ellos.

Tan solo un minuto columpiándose suavemente (no quería romperlos por su peso) ya estaba completamente relajado y se había olvidado de su temor a no poder encontrar hasta el día siguiente su hotel. Era cierto que su celular funcionaba, pero no iba a llamar al histérico de su padre solo para que este tomase el primer vuelo a Seúl para 'rescatarle'. No, por una vez solucionaría sus propios problemas.

Y fue entonces cuando escuchó un ruido ligeramente familiar para luego sentir un golpe en la mejilla derecha y maldecir a viva voz - ¡Sacreblu! - se quejó llevándose una mano a la zona golpeada mirando hacia el suelo viendo un corcho plástico de champagne, frunciendo el ceño y mirando directamente hacia un hombre sentado en una banca con una botella en la mano.

Tomó el objeto y se levantó, acercándose a él y mirándole con el ceño fruncido - Hey, you! Be careful! That hurts! - lanzándole el corcho y mirándole de arriba a abajo un momento, pero luego suspiro - ... no, it's okay, doesn't matter... happy new year - era tonto igual enojarse simplemente porque te llegase un corchazo en la cara, al menos no fue un ojo, pensó mientras se giraba, tocándose la cara.

Aunque sentía la piel a fuego vivo y algo delicado, quizás le había pasado a raspar. Eso era por ya no hacer los corchos de corcho real, su padre siempre se quejaba de eso.

Spoiler:

Y otro trago mas iba a su boca, esta vez tomó mas cantidad empinándose la botella con la cabeza hacia atrás. Tal parce que fue grande el trago pues un hilo de champagne corrió por la comisura de su boca, amenazando con bajar por el cuello. Mientras bebía le pareció escuchar a alguien quejándose a los lejos. Dejó de beber y pasó el antebrazo izquierdo por sus labios, secando el alcohol de ellos. En ese momento sintió como algo le daba en el pecho, pero solo le causo risa. Era el corcho plástico de su botella y con la fuerza que fue lanzado ni siquiera le había causado cosquillas. Levantó la vista topándose con el autor de tal "barbárico" acto, escuchándole reclamar y reclamar.

-Es extranjero y parece que aún no me reconoce...o bien ni siquiera me conoce- Pensó y aunque el semblante del jovencito frente a él había cambiado, su 'maldad' interna salió a flote. Rápidamente se puso de pie y recogió el corcho volviendo a lanzarlo, pero con fuerza y a la nuca del castaño. ¿Y para qué era todo esto? Pues solo quería jugar un rato. Digamos que el chiquillo no era un prospecto de matón al cual tenerle miedo, es más, cuando mostró su ira se disculpó al instante y era mucho mas bajo que él.

Minho había aceptado hace poco un papel en un dorama donde haría de un joven conflictivo. Ahora pondría en práctica lo que había estado ensayando y de paso sus clases de inglés.


- Hey! What's wrong with you? Do you wanna die? - Gritó con tono de voz grave y molestó. Estiró su mano solo para tomarle del brazo y girarle. Teniéndole frente a él se inclinó dejando su rostro pegado al del menor, y la botella en su mano se veía amenazante. Sus ojos se veían fieros, fúricos y enloquecidos. Le dio un pequeño empujón en el pecho para apartarse y le contestó en inglés- Eres muy valiente, no? ...-Volvió a acercar su rostro a unos diez centímetros de distancia del otro y de pronto sonrió y se relajo- Es una broma! Está bien...ahora estamos a mano y no digas que el corchazo que recibiste contaba, porque no fue intencional, en cambio el tuyo si.

Se quedó callado y observó la mejilla del castaño, se veía enrojecida. Estiró su mano y le cogió de ella pasando el pulgar por el lugar que había sido golpeado- ¿Te duele? Quizás te quede un moretón...disculpa de todas formas. -Mientras le sostenía se quedó mirando directo a sus ojos claros. A lo lejos se podía escuchar música que provenía de algún automóvil que se había estacionado cerca del parque.


Resonaba la canción y no solo en el lugar, sino en los oídos del coreano. Sacudió su cabeza y le soltó- Me llamo Minho y tu? -Preguntó estirando su mano, aún sintiéndose como dentro de un dorama, donde ambos protagonistas se encuentran, suena la canción perfecta para ese momento y simplemente los ojos no se apartan del otro, tal como sucedía ahora.

Spoiler:

No quería, pero antes de que se diera cuenta ya estaba lamentándose de haberse ido solo del Hotel dejando a todos sus compañeros atrás. Se sentía ligeramente arrogante por creerse mejor que ellos tan solo por no beber hasta desmayarse y por mantener siempre la compostura. Bueno, al menos ellos no estaban perdidos en una ciudad desconocida sin conocer el idioma local.

E iba y más encima hacía enojar a un pandillero.

Sintió el golpe algo fuerte contra su nuca y se giró con sorpresa para ver al hombre sintiendo miedo por primera vez dándose cuenta de su estupidez. ¿Cómo se le ocurría haber hecho algo tan impulsivo? Ni siquiera sabía quien era el otro, como iba a reaccionar. ¿Y si no entendía inglés y no había captado sus disculpas?

Su rostro palideció retrocediendo un paso. ¿Qué pasaba si iba y le mataba allí mismo? Con tanto ruido por Año Nuevo nadie le escucharía, y a la mañana siguiente encontrarían su cadaver en el parque, si con suerte le identificaban, le mandarían en un ataúd de regreso a París para que su padre pudiese darle sepultura. Si es que ese hombre dejaba algo de él.

- Me estaría bien empleado - pensó sintiéndose helado, pero al escucharle hablar en inglés se sintió tan aliviado como se asustó nuevamente. Por un lado sabía que hablaba inglés así que al menos podrían comunicarse un poco y había entendido su disculpa, pero por otro verificaba que, como su apariencia lo indicaba (al menos su cabello), era un pandillero, y que probablemente no saldría vivo de allí.

No pudo evitar tartamudear mientras sentía la presión en su brazo mientras esos ojos se clavaban en los suyos violentamente. No pudo evitar pensar que eran unos ojos muy bonitos - Lo-Lo Siento... no era mi intención... - se disculpó nuevamente en inglés sintiendo sus ojos irritarse un poco. Oh, no, por favor Dios, que no permitiese que se pusiese a llorar ahí mismo.

Y entonces el terrorífico ambiente se difuminó. El otro seguía igual de cerca, pero esa linda sonrisa había hecho desaparecer del todo esa mirada aterradora dejando tan solo la mirada divertida de alguien que solo estaba bromeando. Solo una broma.

Sintió como le tomaba la mejilla y como se la acariciaba, reaccionado al fin - No.... no es nada... no duele, solo... - pero unas lágrimas cayeron por sus mejillas, haciendo que el francés se alejase un paso para limpiarse, en un intento de hacerlo disimulado, pero fallando. Se había asustado demasiado antes.

Aún algo temeroso escuchó la presentación y miró aquella mano, estirando su mano suavemente y estrechando la otra - Soy Andrè Leroy, mucho gusto en conocerle, Minho... disculpe lo de antes, de verdad no era mi intención... - apenado, haciendo una reverencia. No sabía si era correcto en Corea o solo se hacía en Japón y China, pero bueno, no hacía mal con intentarlo.

Su corazón aún no se calmaba del todo. No sabía si lo haría por el resto de la noche.

Cuando vio que unas lágrimas caían se sintió horrible. ¿Cómo había podido ser capaz de jugarle una broma como esa? Era extranjero y estaba solo en el parque, quizás estaba perdido y mas encima él iba y le asustaba así. Sintió una sensación fea en el estómago, algo que se llamaba 'culpa'.

Luego de presentarse, y aunque no solía dar la mano, esta vez lo hizo solo porque se había sentido 'capturado' de cierta forma por aquel jovencito. Estrechó su mano dándole un leve apretón mientras sonreía, pero esa fea sensación en su estómago aún no se iba.- No, a quien debes disculpar es a mi, no pretendía asustarte tanto, pero practico para un papel donde hago de pandillero. Lo siento...Andrè. -Sonrió ampliamente, viendose su alba sonrisa casi de oreja a oreja- Y no me trates de usted, me harás sentir como un viejo.

Miró la botella en su mano y se la ofreció- ¿Quieres hacer un brindis? Aunque...-Y la apartó por un momento, mirándole con una ceja alzada algo pensativo- ¿Qué edad tienes? Si eres menor no puedes beber...de hecho ¿Quién quiere seguir bebiendo de esta fea botella? -Preguntó casi al aire y solo vació el contenido de la botella (El cual parecía que le estaba haciendo algo de efecto pues parecía un poco alcoholizado) en el pasto dejando caer la botella después.

De pronto miró hacia un lado, hacia el lugar del cual venía la música y sonrió de lado, acercándose a Andrè- Shigani meomchu gil barae neoye jinshimeul marae -Cantó y se detuvo mirandole directamente a los ojos. Cuanto le habían fascinado esos ojos tan claros y sinceros. - ¿Quieres saber lo que dice? Uhmm veamos que tal me va con la adaptación -Se entonó un poco y comenzó a cantar junto a la música.- I hope time stops. Tell me your sincerity. I want you really badly. Nothing can stop me when I put my hand on your hips. I can't hear the surrounding sounds or anything at all, I can only see you

Terminó su entonada y grave canción, grave por su tono de voz en comparación al cantante original, y solo sonrió- ¿Te gustó? - Esperaba que si, pues prácticamente se la estaba dedicando. ¿Qué sería aquello? ¿El alcohol o la magia de un nuevo año y década? Cualquiera fuese, se sentía bien así, hablando con un extraño, pro no le importaba pues estaba mas cómodo que con cualquier otro que conocía.

-En este momento te podría preguntar mil cosas, por ejemplo de dónde vienes o por qué estás solo aquí, pero sabes? Lo quiero hacer compartiendo juntos un café o algo así ¿Vamos? -Preguntó aún con la sonrisa en sus labios.- Si me dices que no buscaré ese corcho y te lo arrojaré de nuevo -Fingió una expresión de enojo que desapareció con su risa.

¿Cómo había podido llorar frente a ese hombre por algo tan estúpido como una broma? Era cierto que había tenido el excedente de que de por si había estado asustado por el haberse perdido y ese coreano de verdad podía poner una cara que aterraba, pero eso no quitaba ni la vergüenza que tenía ni el ridículo que había hecho.

El estrecharle la mano trajo algo de realidad a su mente, ya que aún se sentía como la joven víctima apunto de ser asesinado por el psicópata de turno, sin embargo aquel joven parecía cualquier cosa menos un psicópata. No con esa voz tan agradable y unos ojos tan bonitos.

- Está bien, fui yo quien me equivoqué al comienzo, así que no pasa nada, perdóname - le sonrió el francés, archivando en su mente de que aquel joven debía ser una clase de actor, y uno muy bueno - Tengo la desventura de contarte, Minho, que haces muy bien el papel de panillero - le sonrió algo avergonzado - Casi haces que moje mis pantalones y comience a disculparme ante Dios por todos mis pecados - soltando una ligera risa. Definitivamente el otro era un muy buen actor.

Cuando le ofreció brindar con él no pudo evitar poner cara de circunstancias. En realidad no le agradaba mucho beber, puesto que prefería más las cosas dulces que el sabor del alcohol, en cualquiera de sus formas - Tengo diesciocho - dijo - Pero la verdad es que el alcohol no es de mi gus-.... oye, ¿qué haces? - viendo sorprendido como botaba el contenido, mirándole incrédulo. ¿Acaso había hecho eso solo porque había puesto mala cara ante la oferta?.

Entre sorprendido y aún ligeramente intimidado por lo de antes, el de ojos claros escuchó cantar al mayor en coreano, mirando hacia donde venía la música también. Se escuchaba que era una linda canción, pero naturalmente no podía entender ni una sola palabra. Parpadeó con algo de sorpresa ante la oferta, pero acabó asintiendo un poco - Bu-bueno... adelante - dijo ligeramente cohibido, pensando en lo extraño de la situación, pero cuando le escuchó cantarle, porque solo estaba cantado para él, en inglés, todos sus pensamientos se perdieron.

Solo podía pensar en esa voz, en esa letra que parecía tan sincera, como si el joven coreano de verdad estuviese sintiendo cada una de las palabras y no solo estuviese traduciendo para él una canción random que se escuchaba desde algún vehículo. Cuando acabó de cantar, la fuerza de la mirada del mayor había provocado que las mejillas del francés se colorearan, y solo pudo asentir ligeramente nervioso. ¿Si le había gustado? Jamás hubiese imaginado que alguien podía tener una voz como esa, cantar tan bien, dejándole con el deseo de poder escucharle más.

Se sentía extrañamente bien. Tímido, cohibido, sin embargo ya no estaba asustado. Aquel hombre le atraía como un imán. Se sentía tan intrigado por su personalidad como por su identidad. Quería saber tanto, pero sentía que ahora ya era el momento de simplemente desearse Feliz Año Nuevo y cada uno seguir por su lado.

Y no quería.

Por eso una hermosa sonrisa se posó en sus labios cuando escuchó la idea, brillando sus ojos ante unos últimos fuegos artificiales que se vieron sobre Namsan, asintiendo mientras reía un poco - Frente a esa amenaza no puedo hacer nada más que aceptar tu invitación, Minho - le sonrió y luego negó - No, aún sin invitación lo acepto... pero tú tendrás que traducir por mi, eres el primero que me responde en inglés desde que salí del hotel - uno pensaría que siendo dominado tanto tiempo por los gringos Corea del Sur se hablaría muchísimo más inglés, pero al parecer se había equivocado un poco.

Se sentía un poco irresponsable por simplemente partir con alguien desconocido en parte. Su padre si le viese le gritaría, probablemente. Sin embargo... sentía que con Minho no tenía nada que temer. Solo esperaba no equivocarse.

Aquella sonrisa solo le hizo prendarse mas de la imagen de Andrè...aunque ¿Había dicho que tenía diez y ocho años? Habría pensado que tenía unos veinte años, aunque con ese rostro adorable tal vez unos quince.

-Claro, ese corcho era muy poderoso...-Alzó su mano y le tocó tras la nuca con cuidado, como si quisiera reconfortarle luego del golpe que le había dado antes con el ya tan mencionado objeto- ¿Te dolió? Creo que lo lancé con mucha fuerza antes.-Quitó su mano de esos suaves cabellos y comenzó a caminar invitándole a que le siguiera a su lado.- Claro, yo traduciré todo por ti, no hay problema alguno...no es demasiado lo que sé de inglés, pero podrá ser de ayuda. Solo llevo unos meses aprendiendo, ya sabes, cosas del trabajo.

Entre su sonrisa, las risas de la gente, el ruido de las bocinas de los autos, de pronto paró su caminar y miró a Andrè como si algo se le ocurriera- Oye, es año nuevo y eres la primera persona que veo desde que hicieron el conteo...-Estiró sus brazos ampliamente para inclinarse y darle un abrazo fuerte- Feliz Año Nuevo, Andrè! Espero que todos tus deseos se cumplan que tengas salud, dinero y por supuesto...-Hablando a su oído con discreción- ...mucho amor.

Soltó el abrazo y metió la mano en su abrigo topándose con una bolsita de confeti metálico y multicolor. La sacó y la abrió sacando un poco y echándolo sobre el cabello del mas bajo mientras sonreía- Ya está! así parece que venimos de una fiesta...-Y así mismo también se echó confeti en su propia cabeza-

-Oye, ya sé que hablas inglés, tiene diez y ocho años, así que acá no eres mayor de edad...y que lanzas corchos cuando estás molesto -Apuntándole con el índice- Ah! y que tu nombre es Andrè ¿Eso de dónde es? Me suena como a Italiano...francés, algo así. ¿De dónde eres? -Preguntó mientras esperaban la luz verde para cruzar al otro lado de la calle.

El semáforo cambió y por reflejo, o quizás por gusto, tomo con su mano el antebrazo del menor, cruzando la calle- La seguridad es primordial -Se excusó y siguió caminando a su lado. Aún quedaba confeti en la bolsita y mientras caminaba arrojaba un poco.- ¿Y por qué motivo estás en Corea? ¿Son vacaciones tal vez? Aunque en un día como éste la gente la pasa con sus familias o en fiestas...no en parques...-Le miró de reojo y se detuvo luego cuando llegó a un Café. Este se veía concurrido, pero no muy lleno aún. Antes de entrar se acomodó la gorra que traía, pues no quería llamar mucho la atención. También tenía unas gafas puestas, pero no le ayudarían a disimular mucho quien era, por lo que se las quitó y se las pasó a Andrè tomando prestadas las gafas de sol del menor- Con permiso...quiero ver como me quedan...-Mintió con una sonrisa y se las colocó.

Ambos entraron al café y se sentaron en un rincón. A las espaldas de Minho había un televisor que exhibía algunos videos de cantantes y bandas de moda en el país.

Se les acercó una mesera y les entregó un menú a cada uno.

-¿Qué te gustaría pedir?...yo creo que tomaré un café cargado...-Suspiró y casi se recostó sobre la mesa. Los lentes cayeron un poco por su nariz y así Minho aprovechó de mirar a Andrè a la cara por encima de éstos.- Estaba en una fiesta y se volvió aburrido...pero no pensé que la noche tendría un giro tan sorprendentemente agradable -Comentó sin quitarle la vista fija en sus ojos.

No llevaba ni siquiera 24 horas en Corea y ya se estaba dando cuenta de que todas esas clases extras que le dieron en el colegio desde que habían decidido ir, sobre el país y sobre Seúl, eran completamente inútiles. No solo inútiles, eran erróneas y probablemente llenas de prejuicios.

Les habían indicado que no sería bueno estar hablando en voz alta en las calles, puesto que los coreanos conservaban la compostura hasta en las fiestas más entretenidas. Les habían dicho que todos los coreanos saludaban con inclinaciones y sin tocar ni las manos ni otra parte del cuerpo, por cultura.

Bueno, pues los gritos de las calles, los fuegos artificiales y la música de los autos negaban completamente la segunda afirmación. En cuanto a la segunda, aquellos dedos en su nuca la rompían en ciento de pedazos. Su mirada perseguía los ojos ajenos, pero tuvo que romper el contacto cuando comenzaron a caminar.

- No, está bien, no me dolió casi nada - negó mientras caminaba a su lado, sonriendo. ¿Qué clase de trabajo tendría el coreano? ¿Sería un actor de televisión? Quizás de teatro ¿Sería famoso? A cada posibilidad que llegaba más le miraba de reojo, sonriendo suavemente, pensando en qué dirían sus compañeras si se enteraban que se había encontrado con un actor famoso de teleseries coreanas en su primera noche en la ciudad - ¿Hum? - le miró con algo de sorpresa deteniéndose también, para luego parpadearon sorprendido - Oh, es cierto... Feliz A-... ¿eh? - el abrazo le tomó por sorpresa, provocando que sus mejillas se encendieran rápidamente.

No sabía que hacer, ¿tenía que corresponderle el abrazo? Se sentía tonto allí con los brazos laxos a los lados de su cuerpo, pero cuando le escuchó sus deseos sinceros no pudo más que elevarlos y sonreír, sintiendo cosquillas en el oído y cerrando sus ojos. Eso había sido... algo íntimo -Feliz Año Nuevo también para ti, Minho. Espero que el este sea mucho mejor que el año pasado para ti y tus deseos se hagan realidad también. Los buenos - le sonrió aún sonrojado, cuando se separaron.

La risa se escapó de su garganta cuando sintió aquel confetí en la cabeza, cerrando los ojos - Si, nadie diría que nos encontramos en el parque. Yo perdido y tú bebiendo - le sonrió, poniéndose de puntas para revolverle el cabello blanco para esparcir el confetí - Mucho mejor -.

Siguieron caminando unos pasos, mientras el francés miraba de lado sin dejar de sonreír al más alto, riendo un poco con una bajada de ojos humilde ante lo último, aún algo avergonzado - Ya me disculpé por lo del corcho - le miró de nuevo y asintió mientras se detenían - Tienes un buen oído. Son francés, proveniente de la bella ciudad de París. Aquí entre nos - se inclinó hacia él - No es la gran cosa - sonriéndole mientras daba un paso para cruzar, pero siendo tomado por el coreano.

¿Por qué lo hacía? Le hacía sentir como un niño pequeño, pero no de forma desagradable. ¿Qué sabía él de la actividad vehícular de Seúl la noche de Año Nuevo? El pensamiento, al imaginar algún posible conductor ebrio, le hizo apoyarse más en el mayor. Le brindaba seguridad, aunque ni él lo podía explicar del todo - Estoy de gira de estudios, con mi curso... para estas fechas estaban muy baratos los pasajes, así que decidimos pasar navidad en familia y Año Nuevo con los 'amigos' - se encogió de hombros un poco, esperando que no le preguntase, al menos no de inmediato.

Se sorprendió al ser cogidas sus gafas cogiendo las ajenas y parpadeando un poco. Acaso... hmm, era un pensamiento interesante.

Entraron en el local, Andrè con una sonrisa ligera y pronto se sentaron. Vio el menú en coreano y se lo tendió al mayor, algo apenado - Lo siento, pero no entiendo nada... pero tengo algo de sed y frío, ¿algo dulce? Chocolate caliente, o un té con azúcar - pidió sintiéndose algo infantil. El otro pedía un café como los hombres y él un chocolate, como un niño, humillante.

Sus mejillas ardieron otro poco ante el halago. Para él también había sido algo agradable en realidad - En nuestro hotel también estaban haciendo una fiesta, y también lo creí aburrido así que salí... pero creo que, bueno... me perdí - acabó en un tono más bajo algo avergonzado. Sin embargo el destino le había llevado a conocer a aquel hombre.

De reojo su mente captó una imagen. No le costó demasiado comprenderlo, ni menos unir los cabos sueltos, provocando que una sonrisa con ligeras malas intenciones se posase en sus labios. Clavó sus ojos claros en los bellos del otro y rió un poco - ¿Sabes? En París soy conocido por algunos buenos trucos de magia... por ejemplo, a veces puedo descubrir algunas cosas de la gente, cosas interesantes... ¿te gustaría que adivinase algo de ti? - preguntó algo divertido - Veamos... tengo algunas pistas: 1.- Tus dotes actorales, 2.- Tu buena voz, 3.- que me quitases mis anteojos y cubrieses tu cabello del todo con esa gorra, y 4.- la forma como estás intentando no destacar acostándote casi sobre la mesa - enumerando con los dedos mientras iba a puntando con la otra mano, sonriendo con diversión - Yo diría que... eres un cantante bastante famoso de música coreana, algo como pop-rock, y tratas de pasar desapercibido - satisfecho echándose hacia atrás en su asiento.

- Gracias, gracias, son todos muy amables - hizo el gesto de agradecer a un público imaginario, mirando luego a Minho divertido - Pero antes de que seas tú el que me pida un autógrafo debo reconocer que tuve una quinta pista - aceptó elevando el último dedo de su mano izquierda, mientras con la derecha apuntaba hacia el televisor que se veía justo a la espalda del de cabellos blanco - ...esa-.

Sobre la pantalla plana se veía un bastante destacado video del coreano cantando y bailando con un grupo de otras personas, en una noticia de promoción de un evento que realizaría pocos días después. Abajo salían palabras en coreano que naturalmente el francés no comprendió, pero que suponía decían el nombre de su acompañante.

-Diez y ocho años, ojos azules, quizás celestes, cabello castaño, francés, no le gustan los corchazos en la cara, le gustan las gafas con estilo y además francés...ah! y casi lo olvido, debe ser un niño de buenos recursos...no cualquiera se va de gira de estudios a otro país, menos tan lejano y costoso.- Pensaba Minho mientras le veía y escuchaba, quizás a medias porque se perdía un poco entre sus pensamientos.- Pediré un chocolate caliente para ti entonces -Se inclinó mas por la mesa hacia adelante, asomándose por el menú de Andrè- Apuesto que lo quieres acompañar con un pastel...-Miró como pudo el menú, aún cuando tenía el suyo en las manos. No entendía bien que le hacía estar así de hiperactivo, pero le agradaba. Aún cuando de seguro quedaría como un grandote inmaduro y alcohólico. Claro, el alcohol debía ser el culpable y por lo mismo pedía un café cargado para pasar un poco los efectos. Mala forma de presentarse ante alguien a quien quieres caer bien.

Prácticamente recostado sobre la mesa y mirando por sobre los lentes, elevó sus cejas al escucharle que se había perdido.- Pensé que dabas un paseo por tu cuenta...-La preocupación le hizo adoptar un semblante algo mas maduro, correcto o atento.- ¿Necesitas hacer alguna llamada? -Metió la mano a su bolsillo sacando su móvil y poniéndolo sobre la mesa- Puedes ocuparlo, también te puedo llevar de vuelta a tu hotel cuando terminemos aquí. -Sonrió de pronto cerrando sus ojos- Entonces...¿Qué hacías solo en un parque? Hay gente en las calles pero de todas formas es peligroso...imagina y te topabas con un pandillero de verdad...por favor Andrè, sé mas cuidadoso para la próxima vez -Abrió sus ojos, mirándole casi suplicante y brindándole una sonrisa-

Al parecer la atención no estaba muy buena, de todas formas había gente en el local y no muchos meseros. De pronto escuchó una melodía familiar, demasiado. Y como no reconocerla si era su propia canción, era su voz y de seguro pasaban un video. Se recostó mas en la mesa, pero el pensamiento de llegar a sentirse perseguido desapareció al escuchar al menor.- ¿Trucos de magia? Vaya, entonces adivinas la carta que escogí o algo así? -Preguntó divertido bromeando pero dejó los juegos y le escuchó bastante atento pues Andrè se veía serio.- Entonces eres algo así como un mentalista..

Frunció el ceño, pero no por enojo, si no en una expresión de atención completa, de verdad le intrigaba y asintió enérgico ante la propuesta de que adivinase algo de él. Pero en cuanto escuchó las pistas presintió a que iba. Cuando terminó con éstas pistas solo sonrió avergonzado y alzando sus manos- Esta bien, soy culpable! -Aplaudió luego mientras el otro agradecía y volvió a recostarse en la mesa- Eres muy bueno...¿Me podrías decir los números del próximo juego de la lotería?

Cuando mencionó la última pista se giró viéndose a sí mismo en la pantalla y volviendo a ver a Andrè- Vaya, no recordaba que tenía trabajo tan pronto...-Apoyó de pronto su rostro en su diestra y miró fijamente a Andrè a los ojos. Parecía que hasta con la mirada sonreía al igual que el francés.- ¿Entonces? No creo que vaya a ser relevante, de seguro tu no sabías de mi hasta ahora...así que sigamos como estábamos ¿Podemos? No me gustan los tratos especiales solo por ser un poco conocido...la verdad es que pensé que contigo iba a poder pasar una noche así.

De pronto sintió que alguien venía por lo que se cubrió un poco con el menú. Era el mesero y preguntaban que iban a desear- Un chocolate caliente y un pastel de...uhmm déjame adivinar que quiere mi amigo...¿Chocolate? -Sonrió- Y para mí un expresso doble cargado.- Ordenó y el mesero se fue dejándolos a solas otra vez.

¿Sabes Andrè? A ese Minho -Indicando hacia atrás, al monitor- Lo puedes ver cuando sea, solo pones su nombre en youtube y te saldrán varios videos, pero a éste -Indicándose a sí mismo- Solo lo ven algunos...todos aquellos que no quieren ver siempre al de la pantalla...-De pronto vio las manos del castaño en la mesa y estiró la suya, sin tomarla, pero si jugueteando con sus dedos, enganchando su índice con el del menor- ¿A quién te gustaría conocer? Si es al que está aquí, estaré encantado...además tengo tus anteojos, podría llevármelos y estarías en la obligación de verme nuevamente para que te los devuelva...-Mirando fijamente como sus dedos querían atrapar los otros-...bueno y...de todas formas fue bueno encontrarte conmigo y no con un psicópata...aunque...-Mirándole de reojo- Quizás si te quiero matar aún...un corcho puede ser un arma letal -Bromeó y soltó una carcajada- ...okey! dejaré de bromear con eso...pero bueno prometo que no te haré ningún mal y además pagaré la cuenta...¿Quieres, Andrè? -Preguntó y por fin enganchó sus dedos con los del menor.

El joven de ojos claros solo sonrió y asintió ante la idea de un chocolate caliente, sintiendo que sus mejillas se encendían ante el agregado - ¿Qué pasa? ¿Me crees algún tipo de obsesivo por las cosas dulces o algo así? - preguntó intentando parecer irritado, pero fallando, acabando por sonreírle suavemente - Me parece genial el pastel - asintió - Pero de verdad, no creas que soy un friki de los caramelos, ¿vale?... aunque si puede que lo sea un poco... - diciendo lo último en un susurro, como no queriendo que se enterase el resto.

su rostro se movió de forma negativa, pero no pudo evitar sonreír con agradecimiento ante su preocupación - No, está bien. No se preocuparán por mi hasta mañana, y el único número que recuerdo es el de mi padre y a él definitivamente no lo llamaré - le sonrió intentando ser tranquilizador - Y el hotel estaría bien... pero no ahora - pidió casi en una súplica. Estaba pasándolo muy bien y no quería que la noche terminase tan pronto.

Se movió ligeramente incómodo ante la pregunta y ante el regaño, pero sabiendo que el mayor tenía razón solo asintió - Me perdí y como notarás no hablo ni un poco de coreano, así que intenté comunicarme en inglés, pero como que no me prestaban mucha atención - encogiéndose de hombros - Comencé a vagar ya que si no podía volver al hotel no iba a perder mi noche... así llegué al parque... pero si, prometo no volver a hacerlo - sus mejillas encendidas eran un lindo espectáculo, sobre todo cuando devolvió la sonrisa, agradecido de toda esa preocupación que el mayor parecía tener hacia él. Era muy dulce, a pesar de que la primera impresión no fuese esa.

Una risa se escapó de su garganta al escucharle si era un tipo de mentalista, inevitablemente llegando a la serial yankee. No, definitivamente él no era nada como eso.

Sonrió satisfecho al otro reconocer la verdad de sus palabras y no molestarse por ser descubierto, para luego reír - Ahh, pero esos tienen un precio extra, no puedes comprarlo con un simple pastel y un chocolate - le guiñó el ojo risueño, sintiéndose realmente cómodo con él, sintiendo una sensación extraña al verle dos veces: una en la pantalla y la otra enfrente suyo. Sin embargo, por alguna razón no sentía que su impresión sobre el músico fuese distinta a la que tenía hace dos minutos, antes de saber quien era. Era el mismo. La sonrisa suave de sus labios no se quitó mientras le escuchaba y solo asintió suavemente - Por mi está bien seguir como antes - aceptó, pensando en lo extraño que era el mundo, y como había acabado en un café en Corea con algún tipo de estrella del rock.

Observó al mesero mientras tomaba la orden, no entendiendo absolutamente nada hasta escuchar como se repetía una palabra parecida a 'chocolate', sonriendo con algo de extrañeza - ¿Me pediste pastel de chocolate? - una risa suave se le escapó y le tiró la servilleta al pecho, en una burda parodia a cuando había tirado el corcho - ¡Te dije que no era un freak de los dulces!.... pero es mi pastel favorito, gracias - sus ojos resplandecían de una forma especial, pero de pronto se sintió algo avergonzado mientras se sonrojaba, bajando la mirada.

- ¿Hum? - no podía evitarlo, pero se sentía demasiado emocionado con el coreano al lado. Tanto que le hacía sentir avergonzado de si mismo, sin embargo no podía dejar de mirarle ni prestarle su total atención a cada palabra que decía, cada palabra que extrañamente se sentía llena de melancolía. ¿Por qué se escuchaba así? Andrè prefería al Minho que se burlaba de él y siempre tenía un tono de voz que indicaba que su apariencia feroz no tenía nada que ver con su interior preocupado por los demás. Sus manos se rozaron, más bien sus dedos, pero él no hizo nada por evitarlo. Sus mejillas ardían, pero sentía que era correcto, que estaba bien.

Una risa suave se le escapó ante el secuestro de sus lentes, sonriendo con ternura por lo del corcho para al final suspirar, acariciando los dedos ajenos y mirándole a los ojos - Para empezar, no soy tan pobre como para que tengas que pagarme la cuenta. Déjame aportar con algo - el sacó la lengua - Segundo, dijimos que dejaríamos el tema del corcho atrás! - pelliscándole el dorso de la mano que tenían tomadas con su mano libre, para luego finalizar desviando un poco la mirada - Y por último... - sus mejillas se colorearon un poco más al nivel que hasta sus blancas orejas se veían algo rojas - No necesitas secuestrar mis anteojos para que volvamos a vernos... sería un placer para mi... -.

Sus ojos se cruzaron y la vergüenza amenazó con hacerle temblar las manos, pero por suerte llegó el mesero con sus ordenes, así que el ambiente se rompió. Por suerte, sin embargo cuando sus manos se separaron una sensación de pérdida se instaló en el pecho del francés, y no se quitó por un buen rato.