Tejiendo costumbres de vida [Priv. Geraldine]

por **Lydia Sforza** Jue Ene 06, 2011 5:23 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Tejiendo costumbres de vida [Priv. Geraldine] - Página 2 Versailles_I_by_hannay

Un suspiro muy largo fue el aviso de que un ser viviente al fin irrumpía en aquel festival de silencios que se sucintaba en la estancia. Eran horas demasiado tempranas para que la gente comenzara a llegar y era por eso que yo estaba a mi, era mi lugar favorito del Palacio cuando estaba solo. Porque era el único lugar que, pese a su soledad, debido a la luz matinal de las enormes ventanas que se proyectaba en los brocados de oro de los pilares, el candelabro y la ornamenta de las cortinas, parecía lleno de vida. No necesitaba de nadie para estar en paz, tal y como me gustaba sentirme a mi.

Tome asiento en una de las sillas frente a la ventana y me dedique a mirar el exterior, donde el jardinero paseaba quizás planeando las labores por hacer ese día. Yo bien podía imaginar los míos, y casi predecir que aguardaría allí, algún sirviente me notaria y me ofrecería una taza de Té, Ear greal mi favorito, lo mas probable es que aceptara y bebería sola hasta que las condensas llegaran a hacer compañía. Desayunaríamos y quizas saludaría a mis padres, quizás a Jean, luego tendría que despedirlos para ir a la Misa de las 12 y así pasar la tarde en algún espectáculo que me traerían para amenizar la tarde. Siempre en compañía de jóvenes princesas.

Por alguna razón ese día no tenia ánimos de nada, quizás con suerte me escapaba a montar a caballo un rato o convencía a mis acompañantes de ir al Teatro. Quien sabe, ya hasta mis escapadas a la rutina... se habian vuelto rutina.

por **Lydia Sforza** Sáb Ene 15, 2011 2:51 pm

Sonrisas tiernas, caricias ligeras, quizas el susurar de un "Gracias" que siempre se da por inercia mas que por sentirlo realmente.... era el ritual de despedida de siempre. Me costaba ser mas dulce o empalagosa de lo que pudiera ser mi naturaleza afable. Nunca sabia como corresponder a los sentimientos que yo creia sinceros de mi madre, o los de Jean... era facil usar el antifaz de hipocresia con el mundo a excepcion de esas dos personitas encantadoras. Y asi por a la espontaneidad o la parquedad en algunos casos delatabn la sinceridad de mi sentimientos. Y seguramente atesoraban los requisios de sencilles y nobleza que pudieran quedarle a mi persona, solo asi podrian aferrarse a la imagen de la niña princesa que jugaba en los pasillos de Versalles.

Me hice aun lado para que mi madre pasara con el carrito de Té y volvi a prestar atencion a la ventana, y entonces las palabras gentiles de mi madre cayeron como agua fria en una mañana. Gire mi rostro para observarla mientras mi confesaba sus mas dulces sueños. Y tan verdadero y hermoso era su sentir que experimente una inusitada pena por ella.

Como una de las tantas estatuas en versalles, fria y inmovil, me quede pasmada en mi sitio frente a la ventana mientras ella se marchaba. Tuve un extraño presentimiento en cuestion a los sueños de Geraldine que presa del vertigo mis ojos se empeñaron sin entender aun muy bien el porque... el sonido de tacones acercarse me puso en alerta y limpiandome con cuidado cualquier prueba delatadora y dominando la expresion de mi rostro me gire para saludar a las princesas que llegaron al salon. Le sonrei a todas y hable con las nuevas buenas acerca del baile.

Y por mas risas, sonrisas y halagos que mis labios pudieron pronunciar, el hueco en el pecho perduro en su sitio.