AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Con sabor a sangre [Viola]
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Con sabor a sangre [Viola]
El constante tintineo de la lámpara que había sobre la mesita a lado de la cama ocasionado por la brisa que se colaba por la ventana ya deteriorada por el tiempo hizo que me dieran escalofríos que me recorrieron desde la parte alta de la nuca hasta donde la espalda perdía su nombre, me revolví entre las sabanas tratando así de evitar el frío que chocaba contra mi pálido cuerpo que justo en ese momento se encontraba desnudo. Aún tenía la sensación de dolor en la quijada y en el labio inferior, seguramente la sangre ya se baria secado pero como todo era simplemente una máscara, ya que si me quitaba la sangre seca de seguro el líquido rojo que yo tanto odiaba saldría de nuevo. Me incorpore para quedar sentada y poder contar lo que había ganado en aquella noche, no había estado mal pero nada compraba el golpe que me dieron para tenerme sodomizada e una forma u otra, como yo me había negado…
Suspire pesadamente, mientras buscaba con los ojos mi ropa, no me había dado cuenta de cuanta hambre tenía hasta que sentí algo parecido al acido en mis en estómago. Me levante con un paso cansado evitando mirarme en el espejo, no quería ver sangre, ni seca ni en forma de líquido mis movimientos a la hora de vestirme eran torpes ya que la escasa luz no me servía de mucho, tenía los ojos llorosos, simplemente de recordar la brutalidad de aquel golpe lograba que mis ojos se inundaran de lágrimas ¡Pero no! No lloraría por eso, algún día dejaría esta situación precaria, los dedos de mis manos se encajaron en mi melena castaña que me caía hasta la cintura para así darle un poco más de forma.
No era de las que avisaba si iba a salir o no simplemente lo hacía. Camine sin decir palabra alguna por el lúgubre pasillo del burdel, oí que me gritaron algo pero no hice por girar la cabeza, simplemente crucé la puerta. El aire choco contra mi rostro de forma violenta, fue como si los pulmones se me abrieran de nuevo para dar paso a un aire fresco y no a uno lleno calor y alcohol. Sentía un terrible malestar en el rostro, para ser más exacta en la zona cercana a la boca y la quijada, me lleve una mano lentamente subiéndola por mi cuello hasta situarla en donde sentí el dolor, restregué mi mano violentamente para quitar la sangre que tenía, lo único que logre fue que el labio volviera a teñirse de rojo, succione el líquido caliente aguantado las ganas de vomitar y desmayarme. Incluso sentía la comisura de la boca hinchada-Malditos-pensé hacia mi fuero interno obviamente refiriéndome a los clientes que cada vez llegaban más agresivos.
Me quede parada un momento decidiendo a donde entraría esta vez, no tenía dinero para entrar a un lugar caro así que mis ojos se posaron en un lugar modesto, no se veía mal, gire los ojos maldiciendo mi fortuna pero no tenia de otra. Entre al lugar en silencio, acomodándome en una mesa que había en el rincón, nadie parecía querer hablar y en realidad no me molestaba, igual ya era algo tarde.
Suspire pesadamente, mientras buscaba con los ojos mi ropa, no me había dado cuenta de cuanta hambre tenía hasta que sentí algo parecido al acido en mis en estómago. Me levante con un paso cansado evitando mirarme en el espejo, no quería ver sangre, ni seca ni en forma de líquido mis movimientos a la hora de vestirme eran torpes ya que la escasa luz no me servía de mucho, tenía los ojos llorosos, simplemente de recordar la brutalidad de aquel golpe lograba que mis ojos se inundaran de lágrimas ¡Pero no! No lloraría por eso, algún día dejaría esta situación precaria, los dedos de mis manos se encajaron en mi melena castaña que me caía hasta la cintura para así darle un poco más de forma.
No era de las que avisaba si iba a salir o no simplemente lo hacía. Camine sin decir palabra alguna por el lúgubre pasillo del burdel, oí que me gritaron algo pero no hice por girar la cabeza, simplemente crucé la puerta. El aire choco contra mi rostro de forma violenta, fue como si los pulmones se me abrieran de nuevo para dar paso a un aire fresco y no a uno lleno calor y alcohol. Sentía un terrible malestar en el rostro, para ser más exacta en la zona cercana a la boca y la quijada, me lleve una mano lentamente subiéndola por mi cuello hasta situarla en donde sentí el dolor, restregué mi mano violentamente para quitar la sangre que tenía, lo único que logre fue que el labio volviera a teñirse de rojo, succione el líquido caliente aguantado las ganas de vomitar y desmayarme. Incluso sentía la comisura de la boca hinchada-Malditos-pensé hacia mi fuero interno obviamente refiriéndome a los clientes que cada vez llegaban más agresivos.
Me quede parada un momento decidiendo a donde entraría esta vez, no tenía dinero para entrar a un lugar caro así que mis ojos se posaron en un lugar modesto, no se veía mal, gire los ojos maldiciendo mi fortuna pero no tenia de otra. Entre al lugar en silencio, acomodándome en una mesa que había en el rincón, nadie parecía querer hablar y en realidad no me molestaba, igual ya era algo tarde.
Última edición por Arianne C. Wickham el Mar Ene 18, 2011 10:41 pm, editado 1 vez
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
Había momentos en que la vida nos daba alegrías, tristezas, emociones fuertes y cólera en nuestro interior, asi lo veía yo el mundo no era color de rosas pero sabia que si uno ponía de lo suyo si se lograba de alguna forma y otra. El frió comienzo a penetrar en el laboratorio, eso era indicio que era mas tarde de lo que pensaba, otra vez se me había pasado la hora, suspire y tome mi abrigo, mire el laboratorio que tanta felicidad me traía y un nombre se me venia en mente el nombre de aquel gitano de cabellera negra Lionel, sonreír tontamente ante aquel recuerdo mas ultimamente la suerte andaba de mi lado.
Abrí la puerta del laboratorio y llegue a la perfumeria que descansada en penumbras, di una vuelta con la mirada para que todo estuviera en orden, recogí un pañuelo de seda que yacía en el suelo lo tome e inspire el olor que depositado había en el, y el recuerdo de aquel joven de ojos claros se poso en mi memoria, una cena, un baile, un cisne y un cazador... Dorian, suspire y deposite el pañuelo en mi bolso, abrí la puerta con cuidado y el frió invernal recorrió mi cuerpo de pies a cabeza - Este frió de seguro matara a alguien - me queje mientras dejaba todo cerrado para que no robaran nada, los faroles estaban prendidos y una que otra persona caminaba por la calle, me aferre a mi bolso y acomode mi largo abrigo, de seguro si venia mi chofer y no me encontraba iría a buscarme al restaurante. Camine algo apresurada sabia que no podía andar sola y menos a esas horas, camine y camine hasta ver la luz del interior de aquel restaurante que a mi parecer tenia el mejor menú de París.
Me lleve una gran sorpresa al entrar ya que estaba a su máxima capacidad uno de los mesero me quedo mirando y se acerco a mi lado - Mademoiselle De Lesseps, creo que tendrá que esperar a que una mesa se desocupe, pero puede ir a la barra y beber lo de costumbre para que la espera sea mas amena - le sonreí agradecida, ya me conocían y eso tenia sus lujos y prioridades, aquel joven tomo mi abrigo y se lo llevo, mire mesa por mesa buscando algún rostro conocido pero nadie, ningún cliente ni nada, me adentre entre las mesas y el gentío que ahí había y me senté en una silla algo alta y pedí un martini seco, enseguida me lo sirvieron y bebí un poco, para deleitarme de aquel aroma mas el sabor envolvente me fascinaba de aquella bebida. En la ultima mesa de aquel lugar vi a una joven con un rostro encantador, se parecía a una de mis clientes frecuentes pero en realidad no era ella, me lamente por aquello, mas una cosa llamo mi atención de la dama que ahí se encontraba, parecía triste y muy solitaria.
Mire al mesero y le sonreí, avance con mi copa de martini y mi bolso a un lado, - Disculpe Mademoiselle,¿pero le importaría si le hiciera compañía esta noche?, pasa que el lugar esta repleto y usted esta tan solitaria - dije en mi tono mas suave como si de alguna cliente se tratara, pero en realidad no quería comer sola.
Abrí la puerta del laboratorio y llegue a la perfumeria que descansada en penumbras, di una vuelta con la mirada para que todo estuviera en orden, recogí un pañuelo de seda que yacía en el suelo lo tome e inspire el olor que depositado había en el, y el recuerdo de aquel joven de ojos claros se poso en mi memoria, una cena, un baile, un cisne y un cazador... Dorian, suspire y deposite el pañuelo en mi bolso, abrí la puerta con cuidado y el frió invernal recorrió mi cuerpo de pies a cabeza - Este frió de seguro matara a alguien - me queje mientras dejaba todo cerrado para que no robaran nada, los faroles estaban prendidos y una que otra persona caminaba por la calle, me aferre a mi bolso y acomode mi largo abrigo, de seguro si venia mi chofer y no me encontraba iría a buscarme al restaurante. Camine algo apresurada sabia que no podía andar sola y menos a esas horas, camine y camine hasta ver la luz del interior de aquel restaurante que a mi parecer tenia el mejor menú de París.
Me lleve una gran sorpresa al entrar ya que estaba a su máxima capacidad uno de los mesero me quedo mirando y se acerco a mi lado - Mademoiselle De Lesseps, creo que tendrá que esperar a que una mesa se desocupe, pero puede ir a la barra y beber lo de costumbre para que la espera sea mas amena - le sonreí agradecida, ya me conocían y eso tenia sus lujos y prioridades, aquel joven tomo mi abrigo y se lo llevo, mire mesa por mesa buscando algún rostro conocido pero nadie, ningún cliente ni nada, me adentre entre las mesas y el gentío que ahí había y me senté en una silla algo alta y pedí un martini seco, enseguida me lo sirvieron y bebí un poco, para deleitarme de aquel aroma mas el sabor envolvente me fascinaba de aquella bebida. En la ultima mesa de aquel lugar vi a una joven con un rostro encantador, se parecía a una de mis clientes frecuentes pero en realidad no era ella, me lamente por aquello, mas una cosa llamo mi atención de la dama que ahí se encontraba, parecía triste y muy solitaria.
Mire al mesero y le sonreí, avance con mi copa de martini y mi bolso a un lado, - Disculpe Mademoiselle,¿pero le importaría si le hiciera compañía esta noche?, pasa que el lugar esta repleto y usted esta tan solitaria - dije en mi tono mas suave como si de alguna cliente se tratara, pero en realidad no quería comer sola.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 17/06/2010
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
Tenía los ojos clavados en una de las ventanas que daban hacia la calle, estaba enojada con el mundo y conmigo ¿Por qué había nacido así? Parpadee varias veces cuando sentí una mano en mi hombro, el mesero me tendía la carta, la coloco sobre la mesa y la empujo hasta dejarla cerca de mí, asentí ligeramente sin girarme a verlo, el lugar no era muy caro pues no podía pagarlo pero no estaba mal, me tenía que medir con lo que podía y no podía gastar. Escudriñe la lista de alimentos en la carta, que inferior me sentía simplemente al hacer eso, el tener que retenerme a la hora de pedir algo para sobrevivir era demasiado bajo-Pero un día…-susurre escupiendo las palabras, renegando de lo que era. Me relamí los labios sintiendo una repentina punzada de dolor en la herida que seguramente estaría tan hinchada que muchos creerían que tengo alguna alergia, y si la tengo pero no en esos momentos.
Pude escuchar murmullos detrás de mí, mis pestañas aletearon a la hora que quise escuchar más como si estas fueran un sensor que pudiera amplificar los sonidos pero aunque no escuchara lo que decían me lo podía imaginar. Estuve a punto de irme pero abandone esa idea, no le daría el gusto a nadie, a nadie de que me hicieran menos y me obligaran a abandonar el lugar pero al final de cuentas era algo incomoda la situación. Llame al mesero levantando mi mano y le señale que quería el segundo platillo de la carta, no tan caro pero a la vez no tan mediocre, este desapareció ante mis ojos en cuento termine de hablar. Era una noche fría para cualquiera pero la que las llevábamos de perder éramos nosotros, los pobres; ,las personas con grandes lujos no se preocupaban de amanecer al día siguiente pero alguien como yo, alguien que no tenía casa propia debía rezar, aunque yo era atea, para abrir los ojos a la mañana siguiente. Muchas ya habían muerto de frio.
Apreté entre mis manos los bordes del saco que llevaba, tratando de cubrirme el pecho lo más que podía pero llego un momento en que fue inútil, el saco no llegaba más allá de la clavícula. Trague saliva, el frio me mataría si la gente seguía entrando, gente que con solo el hecho de abrir la puerta dejaba mezclar el aire helado que ahora ya no parecía tan fresco como cuando salí del burdel con el delicioso aroma que provenía de la cocina y de los platos carísimos de los otros comensales-Gracias-susurre al mesero cuando llevo mi plato…Carne con verduras, suspire jocosamente, no podía pagar más, tome los cubiertos cortando así un pedazo pequeño de carne el cual me lleve a la boca. No sabía mal, en un principio la carne que toco mi lengua me supo deliciosa pero después de unos segundos tuve nauseas. No sabía que había tragado sangre de aquel golpe y ahora el sabor a metal estaba en mi comida.
Me lo trague a regañadientes, ya se me había quitado el hambre así que comencé a juguetear con la comida dando mordiscos a las verduras parecidos a los de un gatito, ya no había sangre pero solo el hecho de recordarme ese sabor me ponía la piel de gallina. Una vez más la puerta se abrió, una melena roja como el fuego fue danzando hasta la barra, era una mujer de clase alta, todo en ella me lo decía. Tal vez yo un día podría ser como ella, mis divagaciones mentales comenzaron de nuevo apartándome del mundo pero no fue hasta que una voz femenina y cálida llamo mi atención que me gire a ver de quien se trataba. Era la pelirroja que me preguntaba si podía sentarse conmigo.
Tuve que girar la cabeza varias veces para corroborar que se trataba de mí, ojala hubiera llevado algo más propio en ese momento, que una dama de tan alto rango se sentara a cenar conmigo no era como para llevar un saco feo como el que en ese momento portaba-Sería un honor, por favor-señale la silla que tenía enfrente mientras mi voz saltarina retumbaba con el cristal de los vasos-Es una noche fría y en esta clase de noches todos necesitamos compañía-le sonreí con total respeto, era lo menos que podía hacer. Habiendo tantas personas en el lugar ella tuvo que venir conmigo y eso me alagaba por cualquier razón que fuera.
Pude escuchar murmullos detrás de mí, mis pestañas aletearon a la hora que quise escuchar más como si estas fueran un sensor que pudiera amplificar los sonidos pero aunque no escuchara lo que decían me lo podía imaginar. Estuve a punto de irme pero abandone esa idea, no le daría el gusto a nadie, a nadie de que me hicieran menos y me obligaran a abandonar el lugar pero al final de cuentas era algo incomoda la situación. Llame al mesero levantando mi mano y le señale que quería el segundo platillo de la carta, no tan caro pero a la vez no tan mediocre, este desapareció ante mis ojos en cuento termine de hablar. Era una noche fría para cualquiera pero la que las llevábamos de perder éramos nosotros, los pobres; ,las personas con grandes lujos no se preocupaban de amanecer al día siguiente pero alguien como yo, alguien que no tenía casa propia debía rezar, aunque yo era atea, para abrir los ojos a la mañana siguiente. Muchas ya habían muerto de frio.
Apreté entre mis manos los bordes del saco que llevaba, tratando de cubrirme el pecho lo más que podía pero llego un momento en que fue inútil, el saco no llegaba más allá de la clavícula. Trague saliva, el frio me mataría si la gente seguía entrando, gente que con solo el hecho de abrir la puerta dejaba mezclar el aire helado que ahora ya no parecía tan fresco como cuando salí del burdel con el delicioso aroma que provenía de la cocina y de los platos carísimos de los otros comensales-Gracias-susurre al mesero cuando llevo mi plato…Carne con verduras, suspire jocosamente, no podía pagar más, tome los cubiertos cortando así un pedazo pequeño de carne el cual me lleve a la boca. No sabía mal, en un principio la carne que toco mi lengua me supo deliciosa pero después de unos segundos tuve nauseas. No sabía que había tragado sangre de aquel golpe y ahora el sabor a metal estaba en mi comida.
Me lo trague a regañadientes, ya se me había quitado el hambre así que comencé a juguetear con la comida dando mordiscos a las verduras parecidos a los de un gatito, ya no había sangre pero solo el hecho de recordarme ese sabor me ponía la piel de gallina. Una vez más la puerta se abrió, una melena roja como el fuego fue danzando hasta la barra, era una mujer de clase alta, todo en ella me lo decía. Tal vez yo un día podría ser como ella, mis divagaciones mentales comenzaron de nuevo apartándome del mundo pero no fue hasta que una voz femenina y cálida llamo mi atención que me gire a ver de quien se trataba. Era la pelirroja que me preguntaba si podía sentarse conmigo.
Tuve que girar la cabeza varias veces para corroborar que se trataba de mí, ojala hubiera llevado algo más propio en ese momento, que una dama de tan alto rango se sentara a cenar conmigo no era como para llevar un saco feo como el que en ese momento portaba-Sería un honor, por favor-señale la silla que tenía enfrente mientras mi voz saltarina retumbaba con el cristal de los vasos-Es una noche fría y en esta clase de noches todos necesitamos compañía-le sonreí con total respeto, era lo menos que podía hacer. Habiendo tantas personas en el lugar ella tuvo que venir conmigo y eso me alagaba por cualquier razón que fuera.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
Muy pocas veces este restaurante estaba en su máxima capacidad, pero al parecer el frió espantaba a los Parisinos de las calles buscando como refugio los pocos locales que aun estaban abiertos a estas horas, le dedique una sonrisa amplia a aquella dama que muy amablemente me había aceptado en su mesa, corrí cuidadosamente la silla y tome asiento dejando sobre la mesa el martini - Soy Viola De Lesseps, Mucho gusto - Estire mi mano para saludarle. Sin reparo vi su rostro, detenidamente y me fije en que cerca de su labio había una herida, no era el momento de preguntar nada mas la noche aun es larga y teníamos una cena por terminar.
Sus ropas eran lo de menos, no era de las personas que se fijaban de lo exterior, la mejor forma de conocer era con una buena conversacion, ella era tan igual como yo quizá el destino le había jugado en contra y le había tocado ver la parte dura de la vida; pero en algo tenia fe cuando uno esta dispuesto a cambiar es posible hacerlo. El mesero me me quedo viendo algo extrañado, si acostumbraba a cenar sola pero hoy era la excepción, suspire y mire la carta, vi el plato de mi acompañante y pedí lo mismo - ¿Te gustaría tomar algo? para digerir de mejor forma la comida, yo invito - le cerré un ojo para que así tomara confianza, no quería que fuéramos unas extrañas si mas podíamos ser amigas.
Mi circulo de amigos era muy cerrado y no por que yo fuera una antisocial, si no que todas mis amistades estaban en Londres, levante mis hombros suavemente pensando en aquellas amistades que hacia mucho tiempo no veía. Acomode mis cabellos rojizos sobre uno de mis hombros, al hacer aquello pude sentir el aroma de mi perfume que tanto me gustaba, me embriago por unos instantes y quede mirando a la Dama que estaba enfrente mio, después de tanto pensar repare que podría ser una cortesana o una persona de un estrato social muy bajo. Pero eso que importaba uno de mis mas cercanos era un gitano y siempre he pensado que importa lo que yo piense y lo de nadie mas.
El frio se hacia presente cada vez con mas ímpetu, un escalofríos recorrió por mi cuerpo y me estremecí por completo, mire a la mademoiselle y al parecer ella también tenia frió y era de esperarse aquellas prendas que tenia eran muy simples y el frió de seguro le calaba por todas partes, pero aun lo que mas me preocupaba era el color morado de su labio que con el paso de los segundo hacia notar un golpe de aquello estaba segura.
Sus ropas eran lo de menos, no era de las personas que se fijaban de lo exterior, la mejor forma de conocer era con una buena conversacion, ella era tan igual como yo quizá el destino le había jugado en contra y le había tocado ver la parte dura de la vida; pero en algo tenia fe cuando uno esta dispuesto a cambiar es posible hacerlo. El mesero me me quedo viendo algo extrañado, si acostumbraba a cenar sola pero hoy era la excepción, suspire y mire la carta, vi el plato de mi acompañante y pedí lo mismo - ¿Te gustaría tomar algo? para digerir de mejor forma la comida, yo invito - le cerré un ojo para que así tomara confianza, no quería que fuéramos unas extrañas si mas podíamos ser amigas.
Mi circulo de amigos era muy cerrado y no por que yo fuera una antisocial, si no que todas mis amistades estaban en Londres, levante mis hombros suavemente pensando en aquellas amistades que hacia mucho tiempo no veía. Acomode mis cabellos rojizos sobre uno de mis hombros, al hacer aquello pude sentir el aroma de mi perfume que tanto me gustaba, me embriago por unos instantes y quede mirando a la Dama que estaba enfrente mio, después de tanto pensar repare que podría ser una cortesana o una persona de un estrato social muy bajo. Pero eso que importaba uno de mis mas cercanos era un gitano y siempre he pensado que importa lo que yo piense y lo de nadie mas.
El frio se hacia presente cada vez con mas ímpetu, un escalofríos recorrió por mi cuerpo y me estremecí por completo, mire a la mademoiselle y al parecer ella también tenia frió y era de esperarse aquellas prendas que tenia eran muy simples y el frió de seguro le calaba por todas partes, pero aun lo que mas me preocupaba era el color morado de su labio que con el paso de los segundo hacia notar un golpe de aquello estaba segura.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
Mire hacia ambos lados, escuchando los murmullos cada vez menos discretos de los comensales recelosos cuando la joven de cabello pelirrojo se presentó y poso su esbelta figura justo enfrente de mí. Aunque trataba de que las voces no penetraran en mi cabeza era casi imposible no escuchar sus comentarios como “Arribista” o cosas por el estilo, si bien yo al ser lo que era no tenía buena fama nadie tenía derecho a llamarme así pero no pensaba hacer un escándalo así que trate de bloquear mis sentidos del mundo para solo enfocarme en mi acompañante-Arianne…-por un momento estuve segura de que mentir sobre mi nombre pero después creí que no era buena forma de empezar con alguien que tuvo un poco de compasión por mi-Wickham-aspire el aire ahora un poco endulzado a perfume, olía demasiado bien, era fresco y frutal-Es un placer conocerla señorita-admití sincera mientras extendía mi mano para estrechar la suya, tome el tenedor y hacia como que iba a comer aunque en realidad el sabor a sangre me había quitado el apetito.
Me lleve un bocado a la boca, masticando lentamente mostrando los modales que sencillamente no podía en un burdel porque ahí solo era un objeto. La gente tenía razón, había equivocado mi camino, no debí, jamás haber nacido pobre, yo no estaría vendiéndome.Casi puede ver colores y brillos mientras me imaginaba una vida con lujos, yo estaría rodeada con ellos, asistiendo a bailes importantes y codeándome con las mejores familias de Paris o incluso de Inglaterra, mi país natal pero no, al fin realidad ahí estaba yo-Solo agua, gracias-asentí con la cabeza con el rostro ligeramente crispado por los bueno momentos con los que soñaba. Sonreí ligeramente, con la boca entre abierta. Parecía una joven diferente a las demás, diferente a mí, podía ver que era sincera en todo lo que hacía y decía.
-No creo que los comentarios mañana por la mañana sean gratos Madame-deje el tenedor recargado en el plato blanco, escuchándose un débil “click” al juntarse ambos. La compañía de aquella señorita parecía intangible como muchos de los sueños que tenía, nadie se acerca a mi si no es porque quieren servicios o simplemente porque les parezco atractiva solo por eso, no había ningún otro sentimiento bondadoso en los acto de las personas. Ninguno.
Me lleve un bocado a la boca, masticando lentamente mostrando los modales que sencillamente no podía en un burdel porque ahí solo era un objeto. La gente tenía razón, había equivocado mi camino, no debí, jamás haber nacido pobre, yo no estaría vendiéndome.Casi puede ver colores y brillos mientras me imaginaba una vida con lujos, yo estaría rodeada con ellos, asistiendo a bailes importantes y codeándome con las mejores familias de Paris o incluso de Inglaterra, mi país natal pero no, al fin realidad ahí estaba yo-Solo agua, gracias-asentí con la cabeza con el rostro ligeramente crispado por los bueno momentos con los que soñaba. Sonreí ligeramente, con la boca entre abierta. Parecía una joven diferente a las demás, diferente a mí, podía ver que era sincera en todo lo que hacía y decía.
-No creo que los comentarios mañana por la mañana sean gratos Madame-deje el tenedor recargado en el plato blanco, escuchándose un débil “click” al juntarse ambos. La compañía de aquella señorita parecía intangible como muchos de los sueños que tenía, nadie se acerca a mi si no es porque quieren servicios o simplemente porque les parezco atractiva solo por eso, no había ningún otro sentimiento bondadoso en los acto de las personas. Ninguno.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
Acompañar a una persona a cenar siempre era un honor tanto para la visita como para el anfitrión, si bien mi anfitriona esta noche no era de mi clase eso al mundo no le importaba, suspire y mientras pensaba en sus palabras mas el mesero había escuchado y pronto traerían su agua. Este mundo nos había hecho así, sintiéndonos menos cuando alguien vestía mejor, moví la cabeza de lado a lado y mire a Arianne - Lo que digan las personas no me importa, nunca lo ha hecho yo vivo así, hablo con quien deseo, ceno con quien quiera y si aquellos - dije dirigiéndome a la gran parte del restaurante - si no les parece bien a mi me vale, mi opinión esta por sobre todo - termine diciendo.
El mesero se apronto a traer lo que había pedido, dejo el vaso de agua junto al plato de la dama que tenia enfrente y luego dejo el plato de carnes con verduras frente a mi, muy educadamente me pregunto si se me ofrecía algo, y en realidad no, no quería nada por ahora. Era el momento de conversar con la mademoiselle Wickham - No es por ser curiosa pero- hice una pequeña mueca y luego segui - en realidad si, soy muy curiosa ¿por casualidad usted es de Inglaterra? - su apellido me parecía familiar, o al menos alguna vez oí de aquel, mire mi plato la carne humeaba y la pinche con el tenedor para llevármela a la boca, mi día había sido largo y el hambre a estas hora ya se hacia notar. Me di el lujo de saborear, degustar y hasta intentar saber con que hierbas le habían adobado, tras unos segundos pinche las verduras y me las llevé a la boca. Luego deje todo en orden y quede algo pensativa con respecto a Arianne.
- Quizás crea que soy atrevida, pero si hay algo que no puedo dejar de hacer es hablar, y se que a veces puedo ser molesto mas si recién nos venimos conociendo - di un suspiro y mire a todos en el restaurante, la mayoría era de clase media, alta y luego mire aquella mujer de ojos tan celestes como el cielo y labios perfectamente delineados, mas con un hematoma que se hacia ver quizás un golpe - Hoy hubiera esperado a que una mesa se desocupara, o me hubiera sentado con aquel joven - dije señalando a un tipo de edad media, buen atuendo pero de mirada perdida y sin vida - pero la vi a usted, ¿y sabe lo que me llamo la atención?, es que usted es bella y estaba sola, una mujer sola siempre trae algo consigo, mas cuando me acerque vi su herida y me¿Quien le hizo aquella herida? - si estaba yendo demasiado lejos pero quería saber, conocer, mi curiosidad era algo que me superaba.
Mire su plato casi no había probado bocado, de seguro el sabor de distorsionaba con la sangre que había visto correr por sus labios, mire el mio y volví a comer pero solo algo muy pequeño, me quede en silencio por que o si no pensaría que soy una loca que no deja hablar.
El mesero se apronto a traer lo que había pedido, dejo el vaso de agua junto al plato de la dama que tenia enfrente y luego dejo el plato de carnes con verduras frente a mi, muy educadamente me pregunto si se me ofrecía algo, y en realidad no, no quería nada por ahora. Era el momento de conversar con la mademoiselle Wickham - No es por ser curiosa pero- hice una pequeña mueca y luego segui - en realidad si, soy muy curiosa ¿por casualidad usted es de Inglaterra? - su apellido me parecía familiar, o al menos alguna vez oí de aquel, mire mi plato la carne humeaba y la pinche con el tenedor para llevármela a la boca, mi día había sido largo y el hambre a estas hora ya se hacia notar. Me di el lujo de saborear, degustar y hasta intentar saber con que hierbas le habían adobado, tras unos segundos pinche las verduras y me las llevé a la boca. Luego deje todo en orden y quede algo pensativa con respecto a Arianne.
- Quizás crea que soy atrevida, pero si hay algo que no puedo dejar de hacer es hablar, y se que a veces puedo ser molesto mas si recién nos venimos conociendo - di un suspiro y mire a todos en el restaurante, la mayoría era de clase media, alta y luego mire aquella mujer de ojos tan celestes como el cielo y labios perfectamente delineados, mas con un hematoma que se hacia ver quizás un golpe - Hoy hubiera esperado a que una mesa se desocupara, o me hubiera sentado con aquel joven - dije señalando a un tipo de edad media, buen atuendo pero de mirada perdida y sin vida - pero la vi a usted, ¿y sabe lo que me llamo la atención?, es que usted es bella y estaba sola, una mujer sola siempre trae algo consigo, mas cuando me acerque vi su herida y me¿Quien le hizo aquella herida? - si estaba yendo demasiado lejos pero quería saber, conocer, mi curiosidad era algo que me superaba.
Mire su plato casi no había probado bocado, de seguro el sabor de distorsionaba con la sangre que había visto correr por sus labios, mire el mio y volví a comer pero solo algo muy pequeño, me quede en silencio por que o si no pensaría que soy una loca que no deja hablar.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
No era normal que alguien de la clase de la señorita Viola hablara con una prostituta como yo, no era nada normal pero debía admitir que de entre todos los sentimientos que pudieran existir en el mundo y que yo conocía, respeto y admiración era lo que emanaban de mí en ese momento, a pesar de lo que la gente pudiera hablar y mascullar en ese instante ella prefería seguir ahí, sentada en frente de mí. Eso hablaba de una gran voluntad, como la mía. Sentí como la vergüenza iba descendiendo por mi garganta como una cascada de agua fría y era remplazada por un sentimiento de alegría desmesurada-Es bueno saber que no le espantan ni le preocupan los comentarios de las personas-sonreí apretando los labios, ignorando el cosquilleo que me ocasionaba el reciente golpe. Recordaba como de niña jamás recibí un buen comentario de otras personas ni siquiera por ser un infante.
Todo era malo con respecto a mí, lo único de lo que todo el mundo hablaba era de lo bonita que era y que seguramente mi madre me había quitado de la casa de algún noble, pero no, yo había nacido de ella, alguna vez la quise pero después de pensarlo mucho decidí también que la odiaba por darme la vida que me dio y por no querer salir a delante. Mire el vaso con agua, que deformaba la figuras que pasaban por detrás de este, lo tome y me lo lleve a los labios, el líquido sinsabor hizo que los rastros de sangre se fueran y que por fin me sintiera más o menos cómoda con ese golpe en el labio que a mi parecer estaba muy partido e inflamado, la garganta se me enfrió conforme tragaba al agua-Si, nací en Inglaterra-contuve una risita sincera, yo no era quien para decirle curiosa o no-¿Por qué pregunta? ¿Acaso muy acento es muy obvio?-en ese momento si reí pero me detuve cuando me quede examinando la carne que estaba a punto de ingerir-Si no me equivoco usted también es inglesa-clave mis ojos en los suyos, me quede observando su tono tan peculiar de ojos, no había caído en cuenta que resaltaban con el rojo de su cabello.
Di un mordisco al bocado de carne para después cortar un poco de verdura y llevármela a la boca, sentí casi como el estómago se me calentaba al entrar la comida por mi boca, ya no sentía más ese sabor horrendo a sangre, pude degustar bien el sabor y lo tierno del corte. Ronronee feliz de solo sentir la calidez en mi lengua. Escuche todo lo que decía mientras masticaba, mire en dirección de donde señalaba su dedo y vi a un joven parecido a un zombie, como si estuviera perdido. Volví a girarme cuando un rubor extraño me subió por las mejillas, era en extremo halagador que alguien me considerara bella pero más aún cuando esa persona era de clase alta pero de pronto mi sonrisa se borró del rostro.
-Muchas gracias por el cumplido, usted también es muy hermosa-dije con tono serio, no es que me incomodara la pregunta pero si le decía eso implicaría contarle lo que era, pestañee varias veces-Ahm…bueno fue…fue un hombre-dije tratando de sonar desinteresada en el tema pero solo recordar me hacia querer soltarme a llorar-Estaba borracho y bueno…me crucé en su camino pero ya sanara-lo que había dicho era verdad, hasta cierto punto.
Todo era malo con respecto a mí, lo único de lo que todo el mundo hablaba era de lo bonita que era y que seguramente mi madre me había quitado de la casa de algún noble, pero no, yo había nacido de ella, alguna vez la quise pero después de pensarlo mucho decidí también que la odiaba por darme la vida que me dio y por no querer salir a delante. Mire el vaso con agua, que deformaba la figuras que pasaban por detrás de este, lo tome y me lo lleve a los labios, el líquido sinsabor hizo que los rastros de sangre se fueran y que por fin me sintiera más o menos cómoda con ese golpe en el labio que a mi parecer estaba muy partido e inflamado, la garganta se me enfrió conforme tragaba al agua-Si, nací en Inglaterra-contuve una risita sincera, yo no era quien para decirle curiosa o no-¿Por qué pregunta? ¿Acaso muy acento es muy obvio?-en ese momento si reí pero me detuve cuando me quede examinando la carne que estaba a punto de ingerir-Si no me equivoco usted también es inglesa-clave mis ojos en los suyos, me quede observando su tono tan peculiar de ojos, no había caído en cuenta que resaltaban con el rojo de su cabello.
Di un mordisco al bocado de carne para después cortar un poco de verdura y llevármela a la boca, sentí casi como el estómago se me calentaba al entrar la comida por mi boca, ya no sentía más ese sabor horrendo a sangre, pude degustar bien el sabor y lo tierno del corte. Ronronee feliz de solo sentir la calidez en mi lengua. Escuche todo lo que decía mientras masticaba, mire en dirección de donde señalaba su dedo y vi a un joven parecido a un zombie, como si estuviera perdido. Volví a girarme cuando un rubor extraño me subió por las mejillas, era en extremo halagador que alguien me considerara bella pero más aún cuando esa persona era de clase alta pero de pronto mi sonrisa se borró del rostro.
-Muchas gracias por el cumplido, usted también es muy hermosa-dije con tono serio, no es que me incomodara la pregunta pero si le decía eso implicaría contarle lo que era, pestañee varias veces-Ahm…bueno fue…fue un hombre-dije tratando de sonar desinteresada en el tema pero solo recordar me hacia querer soltarme a llorar-Estaba borracho y bueno…me crucé en su camino pero ya sanara-lo que había dicho era verdad, hasta cierto punto.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
Escuchar las palabras de Arianne me estremecieron al menos las ultimas, pensé en mi vida, en todo lo que se me había dado fácil mas lo que se me había dado con gran dificultad pero nunca me había levantado la mano di un suspiro ahogado en mis pensamientos que divagaban de un lado hacia el otro, no podía dejar de observarle, de pensar como se había dejado. Por muy mujer que fuera no devia permitir aquello y yo no podía mantener mi boca cerrada - ¿Y usted se defendio? - no podía quedarme callada era mi gran problema. Mis pensamientos iban recapitulando todo lo que me había dicho mas si estaba en lo cierto, cada palabra era sincera y verdadera.
- Lo que diga la gente de mi o de usted no es el problema, el problema es que siempre se creen superiores que todos, y bueno yo... yo soy Viola y soy de igual forma con todos los que conozco - me lleve a la boca carne con verduras, las masque y trague como si nada, en realidad mis pensamientos me tienen bien preocupada y eso me hacia hacer cosas involuntariamente - ¡Inglaterra! si su acento la delata y al parecer el mio también, si nací en Londres y llevo mas menos 6 meses por estas tierras que me han sorprendido bastante - sonreí de lado ante mis ultimas palabras, hice una seña y llame al mesero, para que me trajera alguna bebida para así poder digerir mi comida.
Siempre había tenido el mismo pensamiento sobre la belleza era algo superficial que se opacaba con el tiempo - En realidad la belleza que importa es la de aquí - dije poniendo mi mano en el pecho - la de adentro, mas la belleza siempre es superficial y con el tiempo se opaca lentamente - dije hablando muy segura de cada una de mis palabras, siempre me daba el espacio para opinar de todo y esta vez de igual forma lo haría. - Yo creo algo para embellecer aun mas a las personas, tengo una perfumeria - dije levantando los hombros - quizás algún día me visites y te muestre aquellas fragancias que hacen que algunos recuerdos sean tan vividos como tan lejanos - ultima mente me había dispuesto hacerle fama a la perfumeria, no me iba mal pero siempre era bueno tener nuevos clientes, así lo decía mi padre y también lo diría yo.
Me quede en silencio mientras los murmullos en el restaurante comenzaban hacer mas ruidosos, y molestos a la vez, cerré los ojos y me concentre en aquella dama mientras tanto escuchaba a la lejanía una voz familiar, era mi chofer preguntando por mi, mire a Arianne y en realidad no quería dejarla ahí sola, pensé unos instantes antes de decir palabra alguna, el mesero vino hacia la mesa advirtiéndome de la llegada de August asentí con la cabeza y le dije que me esperara aun tenia mucho que hacer o al menos eso era lo que creía.
- Lo que diga la gente de mi o de usted no es el problema, el problema es que siempre se creen superiores que todos, y bueno yo... yo soy Viola y soy de igual forma con todos los que conozco - me lleve a la boca carne con verduras, las masque y trague como si nada, en realidad mis pensamientos me tienen bien preocupada y eso me hacia hacer cosas involuntariamente - ¡Inglaterra! si su acento la delata y al parecer el mio también, si nací en Londres y llevo mas menos 6 meses por estas tierras que me han sorprendido bastante - sonreí de lado ante mis ultimas palabras, hice una seña y llame al mesero, para que me trajera alguna bebida para así poder digerir mi comida.
Siempre había tenido el mismo pensamiento sobre la belleza era algo superficial que se opacaba con el tiempo - En realidad la belleza que importa es la de aquí - dije poniendo mi mano en el pecho - la de adentro, mas la belleza siempre es superficial y con el tiempo se opaca lentamente - dije hablando muy segura de cada una de mis palabras, siempre me daba el espacio para opinar de todo y esta vez de igual forma lo haría. - Yo creo algo para embellecer aun mas a las personas, tengo una perfumeria - dije levantando los hombros - quizás algún día me visites y te muestre aquellas fragancias que hacen que algunos recuerdos sean tan vividos como tan lejanos - ultima mente me había dispuesto hacerle fama a la perfumeria, no me iba mal pero siempre era bueno tener nuevos clientes, así lo decía mi padre y también lo diría yo.
Me quede en silencio mientras los murmullos en el restaurante comenzaban hacer mas ruidosos, y molestos a la vez, cerré los ojos y me concentre en aquella dama mientras tanto escuchaba a la lejanía una voz familiar, era mi chofer preguntando por mi, mire a Arianne y en realidad no quería dejarla ahí sola, pensé unos instantes antes de decir palabra alguna, el mesero vino hacia la mesa advirtiéndome de la llegada de August asentí con la cabeza y le dije que me esperara aun tenia mucho que hacer o al menos eso era lo que creía.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
La cara de preocupación de Viola hizo solo que el dolor fue más intenso aun cuando tenía una hora de haberse llevado acabo ese acto de violencia hacia mí. Sentí como si el cráneo me fuera taladrado sin ningún recato, mis ojos se cerraron con la suficiente fuerza para alejar aquel dolo tan desagradable y darme la suficiente fuerza para hablar sobre el tema-Si, si lo hice-trague saliva amargamente mientras giraba la cabeza de lado para que no viera que los ojos se me llenaban de lágrimas, aun cuando no era la primera vez que me golpeaban, agredían y abusaban de mi persona, se sentía como la primera vez-Pero…pero al final no pude hacer mucho, quede como…débil-mi corazón se aceleró al recordar con tanta precisión y las palabras de aquel tipo. Estaba furiosa, conmigo por no haber hecho más, nunca me dejaba humillar pero como en muchos momentos parecidos a ese los hombres con su fuerza y sus manos siempre lograban dejarme como un corderito recién nacido. Pero siempre existía la venganza.
-Yo también nací en Londres, pero cuando cumplí 16 llegue aquí-sonreí o más bien trate de hacerlo, aun cuando Viola cambio de tema ese no sé qué de rabia seguía en mi-Paris es una hermosa ciudad-asegure con los labios ligeramente apretados-A pesar de que no soy una mujer de mundo como usted, estar aquí me ha enseñado que existen cosas hermosas-la mujer de cabello rojo como el fuego me inspiraba confianza, demasiada diría yo, tal vez era su semblante tranquilo y las palabras que salían de su boca con tan seguridad que en verdad me hacían olvidar que yo era una prostituta y que no había clases sociales. Tome un poco de verduras y me las lleve a la boca, eran tan tiernas como la carne y tenían el gusto de la mantequilla pero con más sabor.
Todo iba bien hasta que menciono la ya afamada “Belleza Interior” no quería ser grosera pero simplemente ya había escuchado eso de muchas personas y no creí que fuera verdad, hasta cierto punto. Una prostituta fea jamás ganaría dinero pero hablando de mujeres de la realeza con el simple hecho de comprometerlas, feas o no ya tenían un patrimonio asegurado, me imagine por unos momento siento no tan bonita como lo era ahora ¡Fracaso! Eso sería de mí, cuando no tienes otra cosa más que tu belleza en realidad es lo único que te importa. Levante la mirada mientras salía de mi trance al escuchar que tenía una perfumería, era esa la razón por la cual ella despedía un aroma tan bonito-Sería un honor visitarla y no dude que lo haré, seguramente tiene muchos clientes-mire al mesero rápidamente, al parecer ya habían llegado por mi acompañante.
Hice un ligero puchero, no quería que se fuera. Era la primera que me trataba como lo que en verdad era…una persona. Mi espalda se apoyó en el respaldo de la silla con una sonrisa entre infantil y desilusionada.
-Yo también nací en Londres, pero cuando cumplí 16 llegue aquí-sonreí o más bien trate de hacerlo, aun cuando Viola cambio de tema ese no sé qué de rabia seguía en mi-Paris es una hermosa ciudad-asegure con los labios ligeramente apretados-A pesar de que no soy una mujer de mundo como usted, estar aquí me ha enseñado que existen cosas hermosas-la mujer de cabello rojo como el fuego me inspiraba confianza, demasiada diría yo, tal vez era su semblante tranquilo y las palabras que salían de su boca con tan seguridad que en verdad me hacían olvidar que yo era una prostituta y que no había clases sociales. Tome un poco de verduras y me las lleve a la boca, eran tan tiernas como la carne y tenían el gusto de la mantequilla pero con más sabor.
Todo iba bien hasta que menciono la ya afamada “Belleza Interior” no quería ser grosera pero simplemente ya había escuchado eso de muchas personas y no creí que fuera verdad, hasta cierto punto. Una prostituta fea jamás ganaría dinero pero hablando de mujeres de la realeza con el simple hecho de comprometerlas, feas o no ya tenían un patrimonio asegurado, me imagine por unos momento siento no tan bonita como lo era ahora ¡Fracaso! Eso sería de mí, cuando no tienes otra cosa más que tu belleza en realidad es lo único que te importa. Levante la mirada mientras salía de mi trance al escuchar que tenía una perfumería, era esa la razón por la cual ella despedía un aroma tan bonito-Sería un honor visitarla y no dude que lo haré, seguramente tiene muchos clientes-mire al mesero rápidamente, al parecer ya habían llegado por mi acompañante.
Hice un ligero puchero, no quería que se fuera. Era la primera que me trataba como lo que en verdad era…una persona. Mi espalda se apoyó en el respaldo de la silla con una sonrisa entre infantil y desilusionada.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
Escucharla hablar me hacía pensar en mi vida en las cosas que tenia, en lo que había logrado sin tanto esfuerzo, en lo fácil de cierta manera que se me habían dado las cosas, di un suspiro mirando a la chica y pasando mi mirada en todo aquel lugar, mis pensamientos volaban como el viento que había a esas hora fuera de la ciudad. Me lleve un trozo de carne a la boca, y lo saboree extrañamente ya no tenía el mismo sabor que el primer mordisco, en fin lo deje pasar por mi garganta mientras aun seguía inquieta tanto con su herida como con ella. Asentí cuando dijo que le había golpeado, era de esperarse; ninguna mujer debía dejar que un hombre le pegara, pensaba para mi poniéndome en aquella situación, cosa que enloqueció mi interior, y automáticamente bloqueo todo recuerdo, lejano recuerdo.
-Paris es una ciudad de la cual se puede aprender demasiado, es también un lugar acogedor para los extranjeros y a mi me ha enamorado esta ciudad – di un suspiro, y le dedique una suave sonrisa a Arianne, mi interior estaba inquieto mas mi exterior mostraba la calma que siempre me ha caracterizado, tome un poco de agua de un vaso que me había traído el mesero, intentando apagar los recuerdos y concentrarme en aquella tan particular cena. – Yo extraño Londres a veces me gustaría regresar, mas siento que hay algo que me ata a esta ciudad – levante mis hombros haciéndome algo así como la desentendida con mis últimas palabras. Miro el plato y definitivamente ya no podía seguir comiendo todo se me había pasado mas la compañía de aquella mujer era lo único que parecía tener, mi chofer aguardando afuera, y yo queriendo quedarme aun por más tiempo – La perfumería se llama “IL IMAGINE” queda en el centro de Paris, esperare tu visita ansiosa – sonreí ampliamente mostrando mis blanquecinos dientes.
-Mi chofer a llegado a buscarme y en realidad no quiero irme, tu compañía es muy grata – añadí mientras hacia un gesto de preocupación en mi rostro, tenía mis dudas, mas mi instinto me daba la confianza necesaria - ¿En que lugar duermes? – aquella pregunta era demasiado directa pero según lo que pensaba podría ser o en el burdel o en un piso por el sector infortunado de la ciudad – bueno pregunto porque te quiero invitar a tomar algo caliente a mi casa, un te, un café, alguna infusión – dije esperando que no le molestara mi invitación y menos mi pregunta sobre su vivienda o su hogar.
Con mi mirada busque al mesero, levante una ceja y este casi de inmediato llego a mi pedido, mire a mi acompañante y le pague al mesero la cuenta total de lo que nos habíamos servidos, algo sorprendido el mesero se fue. – No te preocupes por la cuenta – dije dulcemente, eso era lo que menos importaba en ese momento – ¿Y bien que dices? Aceptas o te paso a dejar a tu hogar - el mesero llego a la mesa con mi abrigo dejándolo posado en una de las sillas. Mientras yo con la expectativa hacia un gesto a mi Chofer para que se acercara a nuestra mesa.
-Paris es una ciudad de la cual se puede aprender demasiado, es también un lugar acogedor para los extranjeros y a mi me ha enamorado esta ciudad – di un suspiro, y le dedique una suave sonrisa a Arianne, mi interior estaba inquieto mas mi exterior mostraba la calma que siempre me ha caracterizado, tome un poco de agua de un vaso que me había traído el mesero, intentando apagar los recuerdos y concentrarme en aquella tan particular cena. – Yo extraño Londres a veces me gustaría regresar, mas siento que hay algo que me ata a esta ciudad – levante mis hombros haciéndome algo así como la desentendida con mis últimas palabras. Miro el plato y definitivamente ya no podía seguir comiendo todo se me había pasado mas la compañía de aquella mujer era lo único que parecía tener, mi chofer aguardando afuera, y yo queriendo quedarme aun por más tiempo – La perfumería se llama “IL IMAGINE” queda en el centro de Paris, esperare tu visita ansiosa – sonreí ampliamente mostrando mis blanquecinos dientes.
-Mi chofer a llegado a buscarme y en realidad no quiero irme, tu compañía es muy grata – añadí mientras hacia un gesto de preocupación en mi rostro, tenía mis dudas, mas mi instinto me daba la confianza necesaria - ¿En que lugar duermes? – aquella pregunta era demasiado directa pero según lo que pensaba podría ser o en el burdel o en un piso por el sector infortunado de la ciudad – bueno pregunto porque te quiero invitar a tomar algo caliente a mi casa, un te, un café, alguna infusión – dije esperando que no le molestara mi invitación y menos mi pregunta sobre su vivienda o su hogar.
Con mi mirada busque al mesero, levante una ceja y este casi de inmediato llego a mi pedido, mire a mi acompañante y le pague al mesero la cuenta total de lo que nos habíamos servidos, algo sorprendido el mesero se fue. – No te preocupes por la cuenta – dije dulcemente, eso era lo que menos importaba en ese momento – ¿Y bien que dices? Aceptas o te paso a dejar a tu hogar - el mesero llego a la mesa con mi abrigo dejándolo posado en una de las sillas. Mientras yo con la expectativa hacia un gesto a mi Chofer para que se acercara a nuestra mesa.
Off: disculpa la demora pero he tenido unos dias muy ocupados
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
Estaba segura de lo que le había contado la había conmocionado de sobra y eso que solo había sido una pequeña parte de la historia. Era normal esperar una reacción así de una persona de clase alta, no era lo que estaban acostumbrados a escuchar o a platicar pero en un lugar en donde la pobreza estaba en tu puerta esperando el lugar correcto para entrar esas historias parecían de lo más normal. Varis recuerdos sobre Londres vinieron a mi cabeza unos buenos, otros regulares y el peor de todos…la muerte de mi madre. Deje que mi cuerpo abandonara el respaldo de la silla, un escalofrió me había puesto incomoda y simplemente me hacía recordar lo que decían por Londres en aquellos tiempos sobre que todo regalo tiene un castigo. Ahora comenzaba a entender el significado de eso pero ya la vida me había castigado demasiado y era mi turno de salir adelante.
-Yo a veces extraño Londres-dije amargamente-Pero sería difícil que dejara Paris, simplemente me ofrece cosas que Londres nunca me ofreció, suena mal decirlo de esa forma pero…alguien como yo vive al día-me encogí de hombro en un gesto natural, como si hablar de la muerte y de la vida tuvieran un significado tan pobre como yo. Muchas personas no lo veían así, para los demás yo era una prostituta que solo sabía tenderse en una cama y en cierta forma era verdad pero jamás había tal comentario con un extraño, esa Arianne que pensaba que morir era mejor no salía muy a menudo, ni siquiera la Arianne que sonreía porque si lo hacía pero con Viola parecía distinto como si yo pudiera abrirme y decirle lo que esperaba de la vida y lo que quería o no de ella.
Sonreí de forma casi infantil cuando dijo que me esperaría en su negocio. Yo nunca había pisado un lugar así más que nada porque no era bienvenida, los perfumes que tenía eran regalos de mis clientes que según ellos estaban convencidos de que me gustaría ese olor pero nada más. Asentí con la cabeza de forma tímida, nunca nadie me había invitado a algún lugar que no fuera su casa y por sexo así que el gesto de Viola me pareció de lo más sensato.
Tome un poco de agua mientras la miraba, abrí los ojos desmesuradamente cuando pregunto en donde dormía ¿Qué debía decirle? “Vivo en el burdel” no, no, no eso no. No podía decirle que vivía allí y menos obligarla a que me fuera a dejar, tal vez si decía una mentira piadosa sobre que tenía una casa ella no se sentiría tan asqueada o algo por el estilo. Revolví mi cabeza en busca de una respuesta mientras ella seguía hablando, deje el vaso de agua en la mesa con cierto apuro, la gente de clase alta era muy curiosa, eso me quedaba claro-Vivo en…-suspire mientras sopesaba las ideas sobre la mentira. Decidí que no era buena idea mentir, no podía mentirle a una persona tan linda como ella-Vivo en el burdel-dije rápidamente sintiendo como las palabras se me atoraban en la lengua. Baje la mirada espetando que la tierra se abriera y me tragara momentáneamente pero eso no pasó.
Mi mirada se perdió en sus actos cuando decidió pagar la cena, eso era lo peor que me podía pasar y estaba tan apenada pero mucho ya no podía hacer. Trate de razonar sus palabras de forma rápida pero mi boca se abrió tontamente sin que ningún sonido saliera de ella, me obligue a mí misma a salir del trance-¡Claro acepto!-dije entre cohibida y entusiasmada-Muchas gracias por lo de la cena, se lo pagare en serio yo…-me quede callada pues no tenía palabras para seguir diciendo. Mire como su chofer se acercaba quedándome de nuevo en una etapa de adormilamiento, jamás me habían tratado de esa forma pero por lógica era momento de irnos así que les sonreí a ambos espetando que Viola se levantara del lugar.
Off: No te preocupes
-Yo a veces extraño Londres-dije amargamente-Pero sería difícil que dejara Paris, simplemente me ofrece cosas que Londres nunca me ofreció, suena mal decirlo de esa forma pero…alguien como yo vive al día-me encogí de hombro en un gesto natural, como si hablar de la muerte y de la vida tuvieran un significado tan pobre como yo. Muchas personas no lo veían así, para los demás yo era una prostituta que solo sabía tenderse en una cama y en cierta forma era verdad pero jamás había tal comentario con un extraño, esa Arianne que pensaba que morir era mejor no salía muy a menudo, ni siquiera la Arianne que sonreía porque si lo hacía pero con Viola parecía distinto como si yo pudiera abrirme y decirle lo que esperaba de la vida y lo que quería o no de ella.
Sonreí de forma casi infantil cuando dijo que me esperaría en su negocio. Yo nunca había pisado un lugar así más que nada porque no era bienvenida, los perfumes que tenía eran regalos de mis clientes que según ellos estaban convencidos de que me gustaría ese olor pero nada más. Asentí con la cabeza de forma tímida, nunca nadie me había invitado a algún lugar que no fuera su casa y por sexo así que el gesto de Viola me pareció de lo más sensato.
Tome un poco de agua mientras la miraba, abrí los ojos desmesuradamente cuando pregunto en donde dormía ¿Qué debía decirle? “Vivo en el burdel” no, no, no eso no. No podía decirle que vivía allí y menos obligarla a que me fuera a dejar, tal vez si decía una mentira piadosa sobre que tenía una casa ella no se sentiría tan asqueada o algo por el estilo. Revolví mi cabeza en busca de una respuesta mientras ella seguía hablando, deje el vaso de agua en la mesa con cierto apuro, la gente de clase alta era muy curiosa, eso me quedaba claro-Vivo en…-suspire mientras sopesaba las ideas sobre la mentira. Decidí que no era buena idea mentir, no podía mentirle a una persona tan linda como ella-Vivo en el burdel-dije rápidamente sintiendo como las palabras se me atoraban en la lengua. Baje la mirada espetando que la tierra se abriera y me tragara momentáneamente pero eso no pasó.
Mi mirada se perdió en sus actos cuando decidió pagar la cena, eso era lo peor que me podía pasar y estaba tan apenada pero mucho ya no podía hacer. Trate de razonar sus palabras de forma rápida pero mi boca se abrió tontamente sin que ningún sonido saliera de ella, me obligue a mí misma a salir del trance-¡Claro acepto!-dije entre cohibida y entusiasmada-Muchas gracias por lo de la cena, se lo pagare en serio yo…-me quede callada pues no tenía palabras para seguir diciendo. Mire como su chofer se acercaba quedándome de nuevo en una etapa de adormilamiento, jamás me habían tratado de esa forma pero por lógica era momento de irnos así que les sonreí a ambos espetando que Viola se levantara del lugar.
Off: No te preocupes
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
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Re: Con sabor a sangre [Viola]
Solía sorprenderme con facilidad, quizás era demasiado ingenua para algunas cosas o simplemente me faltaba mucho por vivir, ni lo uno ni lo otro entraba en mi cabeza, yo era así tenía dinero, un estatus social y un negocio que lo manejaba a mi antojo, pero siempre había sido caritativa, tanto con la iglesia como con algunos orfanatos, me gustaba ayudar a las personas a mi pensar eso me hacía más humana me gustaba tener un bajo perfil, en fin di un suspiro y sonreí a mi nueva amiga, Arianne.
Me levante del lugar donde estaba dejando propina al mesero que siempre me atendía tan bien, le sonreí de costumbre y pronuncie tan solo para que el escuchara “Hasta mañana Lois”, muchos de la clase alta no tenían modales y algo que me habían inculcado y enseñado era siempre a respetar a todos por muy… muy diferentes que sean a mi persona. Tome mi abrigo entre mis manos y hice un gesto para que el chofer nos guiara, este me miro extrañado y solo pude decir – Ella es mi invitada, no te preocupes August – el me conocía desde que yo nací y sabía perfectamente como era con las personas, una confiada, por el contrario el desconfiaba de todo el mundo la vida le había enseñado mucho de eso, ya que de ser esclavo paso a servir a mi padre y ahora a mí, aunque a mi parecer con el paso de los años envejecía bien poco, levante mis hombros ante mis pensamientos y mire a mi invitada que avanzaba delante de mi atrayendo las miradas de varios en aquel lugar. Mire mi abrigo y se lo puse en sus hombros, andaba muy descubierta y no quería que las miradas la incomodaran – Métanse en sus asuntos – termine diciendo a los comensales que nos seguían mirando.
Ya afuera August nos dirigió hacia el coche que constaba de 4 caballos, y el carruaje negro reluciente por fuera con una flor de Cerezo en la puerta que indicaba una parte del escudo de la familia – Espero que esto se transforme en una gran amistad Arianne – rompí el silencio existente mientras mi chofer abría la puerta y nos ofrecía su mano de apoyo para subir a nuestro medio de transporte. – Adelante – musite a mi acompañante esperando a que subiera luego y se cubriera del frio que de a poco calaba en nuestros cuerpos. Antes de subir me dirigí a mi Chofer y le dije “directo a la Mansión”, al subir el cerro la puerta, me acomode frente a la mujer de ojos grisáceos y labios carnosos, cualquiera que nos hubiera visto hubiera pensado mal, pero ¿Qué le importa a la gente lo que haga con mi vida? Al pensar en aquello sonreí de sobre manera.
El carruaje comenzó andar, el frio en el interior no se sentía en lo absoluto y agradecía por eso, mas me preocupaba que tan abrigado estaría August no quería que enfermara más en la mansión encontraría el confort necesario junto a su esposa y mi gran y fiel amiga Darla, el ama de llaves.
Me levante del lugar donde estaba dejando propina al mesero que siempre me atendía tan bien, le sonreí de costumbre y pronuncie tan solo para que el escuchara “Hasta mañana Lois”, muchos de la clase alta no tenían modales y algo que me habían inculcado y enseñado era siempre a respetar a todos por muy… muy diferentes que sean a mi persona. Tome mi abrigo entre mis manos y hice un gesto para que el chofer nos guiara, este me miro extrañado y solo pude decir – Ella es mi invitada, no te preocupes August – el me conocía desde que yo nací y sabía perfectamente como era con las personas, una confiada, por el contrario el desconfiaba de todo el mundo la vida le había enseñado mucho de eso, ya que de ser esclavo paso a servir a mi padre y ahora a mí, aunque a mi parecer con el paso de los años envejecía bien poco, levante mis hombros ante mis pensamientos y mire a mi invitada que avanzaba delante de mi atrayendo las miradas de varios en aquel lugar. Mire mi abrigo y se lo puse en sus hombros, andaba muy descubierta y no quería que las miradas la incomodaran – Métanse en sus asuntos – termine diciendo a los comensales que nos seguían mirando.
Ya afuera August nos dirigió hacia el coche que constaba de 4 caballos, y el carruaje negro reluciente por fuera con una flor de Cerezo en la puerta que indicaba una parte del escudo de la familia – Espero que esto se transforme en una gran amistad Arianne – rompí el silencio existente mientras mi chofer abría la puerta y nos ofrecía su mano de apoyo para subir a nuestro medio de transporte. – Adelante – musite a mi acompañante esperando a que subiera luego y se cubriera del frio que de a poco calaba en nuestros cuerpos. Antes de subir me dirigí a mi Chofer y le dije “directo a la Mansión”, al subir el cerro la puerta, me acomode frente a la mujer de ojos grisáceos y labios carnosos, cualquiera que nos hubiera visto hubiera pensado mal, pero ¿Qué le importa a la gente lo que haga con mi vida? Al pensar en aquello sonreí de sobre manera.
El carruaje comenzó andar, el frio en el interior no se sentía en lo absoluto y agradecía por eso, mas me preocupaba que tan abrigado estaría August no quería que enfermara más en la mansión encontraría el confort necesario junto a su esposa y mi gran y fiel amiga Darla, el ama de llaves.
Off: no se si te llego el mensaje por msn, pero te dije "te propongo un trato, cierra este tema y yo abro en la mansion¿ te parece?
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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