Escapando [Libre]

por **Gabriella Di Vicenzo** Mar Ene 18, 2011 12:17 pm

No paraba de correr, había perdido toda noción del tiempo, únicamente alcanzo a reaccionar cuando el dolor en sus pies comenzó a hacerse mas que insoportable.
Lanzo un leve gemido de molestia y se adentro en uno de los callejones mas cercanos dejándose caer de lleno sobre el suelo, hacia horas que era perseguida por los vendedores de una tienda y de alguna manera u otra siempre lograban encontrarla sin importar el camino que tomara, por suerte parecía que eso ya había terminado, al menos por hoy.
Dejo escapar un largo suspiro y se dispuso a comer las manzanas que había conseguido robar, cuando de repente escucho unos pasos aproximarse, lo que la hizo levantarse nuevamente alerta.

- ¿Quien es? - pregunto sin mostrar miedo, alrededor estaba bastante oscuro por lo que le costaba ver con claridad.

por **Clémence Montesquieu** Mar Ene 18, 2011 1:45 pm

Llevaba unas horas caminando sin rumbo. Los malditos callejones eran laberintos sin fin, no había sido muy buena ir a conocerlos tan tarde. Se sobresaltaba cada vez que un grito retumbaba en las paredes descascaradas por la humedad y el tiempo, volteaba esperando encontrar a alguien siguiéndola, pero descubría que las voces provenían de las calles principales... que aún no podía encontrar y que no había nadie detrás de ella.

Siguió caminando por unos minutos más siguiendo los gritos, sin embargo era incapaz de salir de los callejones. Al dar la vuelta en uno, vio como unos hombres perseguían a una chica. La verdad, no era de su incumbencia que le pasara a la joven, pero no podía evitar recordar lo que le había pasado en una situación parecida, así que caminó sin hacer ruido detrás de ella y sus atacantes. No tenía idea de qué iba a hacer cuando intentasen hacerle algo, pero confiaba en que se le ocurriría algo.

Durante unos minutos los hombres se quedaron parados y luego de una pequeña discusión voltearon para regresar a sus hogares o a donde sea que fueran, dejando a la chica escapar. Clémence alcanzó a esconderse detrás de unas cajas y evitó que la descubrieran, esperó que desaparecieran y salió en busca de la joven... que debía seguir corriendo sin sentido.

- ¿Quién es?.- Preguntó la chica sin temor en su voz cuando Clémence hizo ruido cerca de ella.
- Tranquila, estoy aquí para ayudarte... y para que me ayudes.- En principio no lo había pensado, pero quizá la niña podía ayudarla a salir de los malditos callejones de una vez.

por **Gabriella Di Vicenzo** Mar Ene 18, 2011 3:07 pm

Sintio un gran alivio al comprobar que aquella voz no le pertenecía a ninguno de los vendedores que la andaban persiguiendo, ya que no le quedaban fuerzas para seguir huyendo.

- No te das una idea de la alegría que acabas de darme - guardo con cuidado las manzanas en su cartera y se aproximo a la mujer, aunque manteniendo las distancias, todavía no estaba en condiciones de confiarse por completo.

- Explícate mejor, si con ayudarte te refieres a que te preste dinero, has elegido a la persona equivocada - miro alrededor, los callejones en donde se encontraban parecían no tener salida por ninguna parte, lo que le hizo pensar que tal vez estaba perdida.

por **Clémence Montesquieu** Mar Ene 18, 2011 3:37 pm

Según la chica estaba feliz de verla. Se acercó a Clémence, pero fue cauta y mantuvo una distancia apropiada para tratar con ella, más que mal era una completa desconocida.
Vale, puede que la chica no anduviera con un elegante y fino vestido el día que iba a pasear por los callejones, pero se podía observar que no andaba en necesidad de dinero. Sin embargo Clémence no quiso ponerla nerviosa y menos hacerla enojar, así que no dijo alguna pesadez como normalmente lo habría hecho de no estar desesperada por salir de ahí.

- Oh no, Mon Cheri. No ando en busca de dinero.- Dijo tratando de ser amable, pero con ese tono un tanto antipático que la caracterizaba.- Sólo la seguí a usted y a sus perseguidores porque pensé que quizá necesitaría mi ayuda. Ya he pasado por situaciones como esta anteriormente. Pero luego se me ocurrió que usted también podría ayudarme. Verá, necesito encontrar la salida de estos oscuros y peligrosos callejones.

por **Gabriella Di Vicenzo** Mar Ene 18, 2011 4:14 pm

Gabriella pudo notar que su comentario no le había caído muy en gracia a la mujer, lo que le hizo descartar rápidamente la idea de que venia en busca de dinero.
Su tono de voz era raro, parecía estar esforzándose por ser amable, cuando la verdad es que no tenia que serlo, después de todo solo debía ayudarla y ya luego no volverían a cruzarse.

- Así que alcanzaste a verlo - trago saliva, no pensó que podría llamar tanto la atención - creí que jamas me dejarían en paz, te agradezco el haber intentado ayudarme - una pequeña sonrisa se formo en sus labios - pero siéndote sincera no he pasado por aquí muy a menudo, si estas de acuerdo al menos puedo acompañarte a buscar la salida y de esa manera no te sentirás tan desprotegida

por **Clémence Montesquieu** Mar Ene 18, 2011 4:39 pm

Mientras la chica hablaba, Clémence se imaginaba como sería su vida. La joven aparentaba, claramente, menos de 20 años y las ropas sueltas características de las gitanas la hacían ver aún más delgada de lo que debía ser, ya que debían ser unas cuantas tallas más grandes que la que ella necesitaba. Luego se preguntó cuantas veces pasaría la chica por situaciones como esta.

Lástimadamente la joven no parecía saber mucho de ese lugar en particular, ya que le ofreció su compañía para buscar la salida en vez de guiarla directamente hacia ella. De todas formas, eso era mucho mejor que vagar sola por los oscuros callejones.- Se lo agradecería mucho, mademoiselle.- Contestó con emoción. Era posible que entre las dos tardaran poco en encontrar alguna calle principal.- Disculpe, no me he presentado. Clémence Montesquieu, mucho gusto.- Agregó cordialmente con una pequeña reverencia. Sabía que la chica no sabría mucho de etiqueta, pero desde niña le habían enseñado que siempre debía seguirla.

por **Gabriella Di Vicenzo** Mar Ene 18, 2011 5:38 pm

La joven rubia no pudo evitar observarla con curiosidad, por sus acciones anteriores y su forma de presentarse tanto como la elegante ropa que al contrario de ella vestía, no era muy difícil adivinar que pertenecía a un importante nivel social, no podía imaginarse que hacia alguien como ella a estas horas andando por los callejones.

- No quiero sonar irrespetuosa, pero olvida por el momento toda esa formalidad, no es necesario usarla conmigo - la situación se le hacia bastante cómica, no podía evitarlo.

- Mi nombre es Gabriella Di Vicenzo - dijo imitando su pequeña reverencia de hace unos minutos, solo por que quería acabar con el mal concepto que se tenia de los gitanos, ella no podría ser rica pero había sido bien educada.

- Bien ¿lista? cuidado al caminar, hay muchas piedras en el suelo - se cruzo de brazos sin borrar su típica sonrisa y comenzó a caminar como si aquel lugar no le incomodara en lo mas mínimo.

por **Clémence Montesquieu** Mar Ene 18, 2011 6:43 pm

La chica tenía razón. ¿Usar toda esa formalidad con una gitana?... era un poco estúpido e innecesario, pero no por la situación, sino que por pensar que ella también la usaría. Se notaba que para Gabriella, así se había presentado, la situación era un tanto cómica, sin embargo Clémence estaba tan preocupada por salir de allí, que lo dejó pasar aunque le apestara parecer un chiste.
Gabriella le advirtió de las piedras en el suelo... como si no hubiera caminado durante horas por los callejones. La joven se cruzó de brazos sin quitar la sonrisa en sus labios y empezó a caminar cómodamente por el lugar.

- Tienes razón, es ridículo preocuparse por la etiqueta en un lugar y momento como este.- Dijo Clémence sintiéndose culpable, ya que realmente no lo pensaba, la etiqueta siempre debía estar presente... pero bah!, ¿Qué se le iba a hacer?.- Di Vicenzo... ¿Italiano, verdad?.- Preguntó estando casi segura de la respuesta.

por **Gabriella Di Vicenzo** Mar Ene 18, 2011 7:26 pm

Desde chica su abuela le había enseñado que no debía de tenerle miedo a este tipo de lugares, sin importar lo sombríos que estos pudieran verse, el secreto estaba en mantener la calma y no dejar que los nervios te jugaran una mala pasada.
Escucho el comentario de Clémence sin darle demasiada importancia, nunca entendería todo ese complicado tema de las "etiquetas".

- Si, llegue de Italia hace como 1 año, pero debes admitir que aun así mi francés es bastante convincente - respondió con cierto orgullo, solo ella sabia por todas las dificultades que había pasado para poder entenderlo correctamente.

Su estomago comenzó a reaccionar ante el hambre y recordó las manzanas que todavía seguían guardadas, saco un par de la cartera y le extendió una a su compañera.

- ¿Quieres? esta vez me he esforzado al elegirlas, son de la mejor calidad - pregunto mientras le daba la primera mordida a la suya.

- Por cierto ¿puedo saber que era lo que hacías paseando por los callejones?

por **Clémence Montesquieu** Mar Ene 18, 2011 7:49 pm

Clémence había estado en lo correcto con lo del apellido. Gabriella había llegado a Francia hace a penas un año.- Es cierto, su francés es bastante convincente. No me había dado cuenta de que es extrajera hasta saber su apellido.- Y la verdad es que era admirable. Todos saben que el francés es un idioma muy especial y que se requiere de mucha paciencia y dedicación para aprender a hablarlo o escribirlo.

La joven le ofreció una manzana. La fruta se veía deliciosa y según Gabriella era de la mejor calidad, así que "¿Por qué no?", pensó Clémence, tomándola.- Gracias. No como nada desde hace unas cuantas horas y he estado caminando sin parar.- Dijo esbozando una sonrisa agradecida. Unos segundos después, la joven gitana le preguntó por qué andaba paseando por los callejones.- Bueno... llegué a París hace unos días y ando conociendo todos los rincones de la ciudad. Hoy era el turno de los callejones, quería venir temprano para que, justamente, no me pasara esto, pero tuve un atraso inesperado y salí tarde.

por **Gabriella Di Vicenzo** Mar Ene 18, 2011 9:11 pm

- Intenta ver el lado positivo, tendrás una buena anécdota que contar y podrás decir con orgullo que has sobrevivido a los terribles callejones de París - la italiana jamas se había caracterizado especialmente por mantener la seriedad durante mucho tiempo, incluso fuera una situación limite, no faltaban sus comentarios fuera de lugar.

Siguió caminando y un repentino ruido le hizo pegar un salto hacia atrás, pero se calmo al ver que solo era un pequeño gato negro pasando por ahí.

- Bueno, al final no resulte ser tan valiente como creía - una pequeña carcajada escapo de sus labios y se acerco para acariciar al pequeño animal y tomarlo entre sus brazos, tal vez debía estar tan perdido como ellas.

- No parece faltar mucho tiempo para que encontremos la salida, esta parte permanece mas iluminada que el resto del callejón - dijo la joven rubia con seguridad...y claro con un poco de la ayuda de su intuición gitana, que pocas veces le fallaba.

por **Clémence Montesquieu** Mar Ene 18, 2011 10:39 pm

Intentó ver el lado positivo como Gabriella le había recomendado con sentido de humor, y la verdad no era tan complicado hasta el momento porque nada malo le había pasado, pero aún no estaba totalmente a salvo, así que prefirió esperar a estar descansando en su cama en el hotel para poder recordar todo aquello como una anécdota.

Siguieron caminando y un fuerte ruido hizo saltar a la chica, por lo que Clémence también saltó de miedo, mas resultó ser sólo un pequeño gatito que luego Gabriella tomó en sus brazos.
Según la joven faltaba poco para encontrar la salida, ya que se podía observar que el callejón por el que habían caminado durante los últimos minutos estaba mucho más luminoso que antes.- Espero que así sea, estoy cansadisima.- Definitivamente se quedaría todo el día siguiente descansando en su habitación del Hotel.

Caminaron por el pavimento cubierto de piedras y polvo por unos cuantos minutos más hasta que por fin llegaron a una calle grande e iluminada.- ¡Por fin!- La voz de Clémence no daba a más de emoción.- Y el Hotel está a dos cuadras de aquí, muchísimas gracias Gabriella. Sin ti nunca habría salido de estos malditos callejones... Sin ofender.- Más que mal, la chica vivía caminando y rondando por esas angostas calles oscuras casi todos los días.

por **Gabriella Di Vicenzo** Miér Ene 19, 2011 6:07 am

Gabriella hubiera querido saltar de emoción al verse nuevamente en la gran e iluminada calle, pero sentía que sus piernas terminarían por fallarle en cualquier momento.
Se fijo en su pie derecho y noto varias heridas en el, de haber sabido que pasaría por algo como lo anterior sin duda habría elegido otro tipo de calzado mas adecuado que unas simples zapatillas, pero no podía quejarse, al menos agradecía estar a salvo.

Se fijo en Clémence y no pudo hacer mas que reír ante su comentario, dejándose llevar por lo poco que la conocía, seguramente no volvería a abrir un ojo en todo el día de mañana.

- No me ofendes, pero no es que viva en una caja ¿sabes? - bromeo, a pesar del cansancio la rubia no perdía su humor - aunque si quieres agradecerme de alguna manera, no voy a oponer resistencia - dijo dirigiendo su mirada hasta uno de los bolsillos del abrigo que Clémence llevaba puesto, unos pocos billetes sobresalían de el.

por **Clémence Montesquieu** Miér Ene 19, 2011 4:40 pm

Por fin estaban ambas a salvo. Lo único que lamentaban era el horrible dolor causado por la larga caminata. Gabriella tenía algunas heridas en los pies y los zapatos de Clémence debían haberle hecho algunas a ella también, pero qué más daba... ya llegaría al hotel y podría dormir y holgazanear hasta cuando quisiera.

Aunque estaban en un estado parecido al de un zombie, Gabriella respondió a su comentario con sentido del humor y de pasada le informó que si quería agradecerle con algo, no sería obstinada en recibirlo. De seguro había visto algún billete sobresaliente en el bolsillo de su abrigo.- Me agrada, señorita.- Dijo Clémence con honestidad. La chica no aparentaba falsa humildad y había dicho lo que quería sin problemas, sin importarle lo que ella pensara. Así debían ser todas las personas.- Claro que le compensaré con algo. No cualquiera me hubiese ayudado como lo hizo.- Clémence sacó unos cuantos billetes de su abrigo y se los entregó.- Y otra vez, muchas gracias. Nos vemos por ahí, gitana.- La verdad dudada que volvieran a encontrarse, pero en "La vida todo puede pasar". Dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el Hotel y el descanso.

por **Gabriella Di Vicenzo** Miér Ene 19, 2011 5:29 pm

Por supuesto que no iba a quedarse de brazos cruzados, no era una persona falsa, su actitud podía caer mal o bien pero siempre estaba dispuesta a decir lo que sentía sin remordimientos y Clémence parecía haberlo entendido.

Cada vez hacia mas frió así que lo mejor seria irse pronto, acepto con una gran sonrisa los billetes y los guardo en su propio bolsillo, sabría sacarles provecho.

- No tienes nada que agradecer. Y si nos vemos por ahí, aunque esperemos en otras condiciones - se quedo en su lugar durante unos segundos viéndola alejarse, si el destino así lo decidía, volverían a cruzarse, estaba mas que segura.

Un bostezo escapo de sus labios y se retiro, ahora buscaría un lugar donde quedarse.

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