Alec Emmanuel D' Lane

Alec ha sido y siempre será una persona de buen corazón, razón obvia por la cual se le otorgaron sus alas una vez finalizada su vida como mortal. Si bien no es un santo y jamás dirá serlo, al menos procura mantenerse bien firme en el lado que le corresponde, evitando cualquier desvío de esa línea recta que lo lleva por el buen camino y que el mismo se obliga a seguir. Hombre de fe, desde sus tiempos como humano hasta el último de sus días casi con total seguridad, nada ni nadie le hará renunciar a sus creencias y siempre está dispuesto a defenderlas, aunque tampoco va por ahí difundiendo la palabra del señor ya que es consciente de los tiempos que corren actualmente.

Cordial y educado como el que más, su vida en el siglo pasado entre personas de altos cargos además de su propia personalidad de caballero absoluto le hacen ser una persona de modales quizá anticuados pero totalmente perfectos y refinados. Diplomático hasta la saciedad, nunca se meterá en disputas que traten temas banales o que sean simples riñas ya sean conyugales, amistosas o familiares, el no se meterá de por medio jamás. Eso si, cuando las disputas pasan de castaño a oscuro no tarda un segundo en intervenir para calmar los ánimos y proteger a quien crea merecedor de ello. Posee un temperamento sumamente tranquilo y sereno, es muy difícil alterarle ya que además goza de una paciencia infinita, siempre se muestra como alguien pasivo y en calma.

Sin embargo eso no quita que tenga su carácter, uno de los fuertes además, así que cuando su eterna paciencia se colma nadie diría que es calmado o sereno, todo lo contrario, puede llegar a perder los estribos en determinados casos, aunque siempre procura contenerse. Cuando no goza de su habitual buen humor es un tanto cínico y sarcástico, su astucia no tiene límites y tal y como la usa para buenos propósitos también es capaz de emplearla contra quienes se aprovechen demasiado de su bondad y acaben por cansarle. Con sus seres queridos es tremendamente sobreprotector, a veces quizá demasiado, pero no puede evitarlo. Suele pecar de celos, eso si nunca admitirá tal cosa, e incluso a veces de posesivo pero procura que no se le note demasiado.

Como buen clásico es todo un romántico además de ser detallista y muy atento con aquellos a quien mas aprecia. Tiende a intentar llevar por el buen camino a todos sus conocidos, sean quienes sean y crean en lo que crean, es muy insistente cuando se lo propone y nunca se cansa de intentar bien encaminar a las personas de su entorno. Durante su alistamiento cosechó algunos puntos mas serios en su carácter, que aún persisten hoy en día, dicha educación militar puede hacer que cuando se lo proponga parezca de nuevo todo un soldado, completamente serio e imperturbable. Cabe mencionar también que aún siendo un total partidario del dialogo y odiar la violencia, cuando ha de defenderse o ha de defender a los suyos no duda en echar mano de sus conocimientos militares.

Como toda persona, suele enfadarse bastante con quien sea que lo saque de sus cabales, tornandose en una persona completamente distinta.