AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Te debo una {Magnolia}
2 participantes
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
Te debo una {Magnolia}
Mis ojos se entrecerraron mientras a lo lejos escuchaba la sensual música que solían tocar en las noches del burdel. No tenía ganas de ver a nadie esta ocasión así que me deje caer en la cama con la mirada perdida ¿Alguna vez tendría descanso? ¿Cuándo acabaría esto para mí? Estaba cansada muy cansada pero lo mismo que me cansaba me impulsaba para seguir adelante, no podía quedarme en ese maldito lugar que tanto odiaba y al cual mi madre me había condenado. Escuche mi nombre a lo lejos pero lo ignore cerrando los ojos pero solo logre que la voz se hiciera más y más fuerte-No puede ser-susurre entre dientes mientras me reincorporaba y veía a la Madame en el marco de la puerta. Su mirada era apremiante casi tormentosa como si lo que viera enfrente de ella le desagradara tanto como una mosca en la comida-Ya voy-mis dientes rechinaron mientras me levantaba de mala gana y mis hombros apenas rozaban su cuerpo cuando pasé a su lado.
Respire hondo antes de sumergirme a ese mundo de perdición que ya me era tan familiar como desagradable. Alguien me había pedido, eso era obvio pero mi sorpresa fue cuando vi quien me había llamado, era el tipo acosador de aspecto tenebroso que si me veía por la calle se la pasaba rogándome. Gire los ojos mientras me acomodaba el cabello que me caí en cascada por la espalda, mi odio y repugnancia eran notorios a mil kilómetros pero trate de esconderlo cuando vi la aterciopelada caja de color negro. Mi labio inferior se curvo a la vez que me encorvaba para tomar la caja que contenía un colgante de oro, lo contemple varios segundos después de convencerme a mí misma de que ese obsequio era bonito.
Me di valor mientras me sentaba en una de las mesitas a lado del tipejo ese. Sonreí forzadamente-Y bien…-comencé a decir cuando una voz me interrumpió, pude sentir la presencia de esa persona pues la piel de mi espalda reaccionó ¿Alguien había llegado a salvarme? Gire la cabeza y vi una figura familiar. No podía expresar que ten feliz estaba de que me estuviera sacando de ese apuro aunque claro, me quedaría con el regalo-Lo siento mucho…tal vez, otra noche-sonreí ocultando la exaltación de tener que irme de ahí-
Respire hondo antes de sumergirme a ese mundo de perdición que ya me era tan familiar como desagradable. Alguien me había pedido, eso era obvio pero mi sorpresa fue cuando vi quien me había llamado, era el tipo acosador de aspecto tenebroso que si me veía por la calle se la pasaba rogándome. Gire los ojos mientras me acomodaba el cabello que me caí en cascada por la espalda, mi odio y repugnancia eran notorios a mil kilómetros pero trate de esconderlo cuando vi la aterciopelada caja de color negro. Mi labio inferior se curvo a la vez que me encorvaba para tomar la caja que contenía un colgante de oro, lo contemple varios segundos después de convencerme a mí misma de que ese obsequio era bonito.
Me di valor mientras me sentaba en una de las mesitas a lado del tipejo ese. Sonreí forzadamente-Y bien…-comencé a decir cuando una voz me interrumpió, pude sentir la presencia de esa persona pues la piel de mi espalda reaccionó ¿Alguien había llegado a salvarme? Gire la cabeza y vi una figura familiar. No podía expresar que ten feliz estaba de que me estuviera sacando de ese apuro aunque claro, me quedaría con el regalo-Lo siento mucho…tal vez, otra noche-sonreí ocultando la exaltación de tener que irme de ahí-
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
Localización : Fuera de tu presupuesto...OBVIO
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
A pesar del frío que hacía esa noche, me envolví en una chalina para poder mantenerme al menos un poco más cálida que si hubiera ido con los hombros descubiertos. Aún así, dejaba ver el escote prominente de mi escote que con el corset hacía que mis pequeños pechos resaltaran un poco más. Encaje y volantes de color negro y rojo que crujían a cada paso que daba. Sin embargo, y a pesar de que estaba cansada, levanté la barbilla, orgullosa y sensual despidiendo un aroma a canela combinado con tabaco y la loción de mi último cliente, combinación que ni siquiera el viento que azotaba fuera pudo quitarme de encima. Al menos aquí dentro hay calor de... humano Hago una mueca de asco porque probablemente ese calor humano sea precisamente de todos los pensamientos sucios de los clientes que al final era lo que me daba de comer.
Sigo caminando esquivando las mesas, las sillas y la gente notando las miradas de los clientes del burdel posarse en mi, cosa a la que yo ya estoy acostumbrada así que no me inmuto y prosigo con mi camino. ¿Ahora dónde la encuentro? Paseo mi mirada dedicándole una que otra sonrisa coqueta a los hombres que me miran dejando muy en claro con mi gesto que ahora mismo no estoy en servicio y por encima de todo, que yo no trabajo en el burdel. Lo mismo si consigo a alguien, me demandan por robarme a los clientes. Suspiro porque eso no es precisamente lo que quiero y es cuando vuelvo a pasear la vista por el lugar cuando logro divisar a Arianne alegrándome de que esté de servicio aunque preocupándome por su expresión de hastío apresurando el paso nada más ver la cara con la que recibe al cliente y pensando rápidamente en alguna excusa que podría usar para que el chico se fuera ocurriéndoseme solamente la única forma que yo me sé desde hace mucho y acercándome a él al principio sin mirar a Arianne para dedicarme por completo a acercarme a su espalda, pegar la punta de mi nariz en su mejilla y acariciarla hacia arriba soltando una risita Ya la escuchaste, encanto. Otra noche. Y si te vas ahora mismo... Hago una pausa sugerente irguiéndome para que me mire de cuerpo entero cuando ya he acaparado su atención sacando los labios como para hacer el amago de lanzarle un beso y me paso el dedo índice despacito por mi cuello y bajando hasta donde empieza la tela de mi vestido justo en medio de los pechos. Luego puedo compensarte yo también Aunque supongo que esto será peor de lo que pensé
Sigo caminando esquivando las mesas, las sillas y la gente notando las miradas de los clientes del burdel posarse en mi, cosa a la que yo ya estoy acostumbrada así que no me inmuto y prosigo con mi camino. ¿Ahora dónde la encuentro? Paseo mi mirada dedicándole una que otra sonrisa coqueta a los hombres que me miran dejando muy en claro con mi gesto que ahora mismo no estoy en servicio y por encima de todo, que yo no trabajo en el burdel. Lo mismo si consigo a alguien, me demandan por robarme a los clientes. Suspiro porque eso no es precisamente lo que quiero y es cuando vuelvo a pasear la vista por el lugar cuando logro divisar a Arianne alegrándome de que esté de servicio aunque preocupándome por su expresión de hastío apresurando el paso nada más ver la cara con la que recibe al cliente y pensando rápidamente en alguna excusa que podría usar para que el chico se fuera ocurriéndoseme solamente la única forma que yo me sé desde hace mucho y acercándome a él al principio sin mirar a Arianne para dedicarme por completo a acercarme a su espalda, pegar la punta de mi nariz en su mejilla y acariciarla hacia arriba soltando una risita Ya la escuchaste, encanto. Otra noche. Y si te vas ahora mismo... Hago una pausa sugerente irguiéndome para que me mire de cuerpo entero cuando ya he acaparado su atención sacando los labios como para hacer el amago de lanzarle un beso y me paso el dedo índice despacito por mi cuello y bajando hasta donde empieza la tela de mi vestido justo en medio de los pechos. Luego puedo compensarte yo también Aunque supongo que esto será peor de lo que pensé
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Mire toda la parafernalia de Magnolia con atención, no pude dejar ocultar una sonrisa de complicidad e incluso lobuna a mi compañera. Podía escuchar los pensamientos del tipo, podía escuchar cómo se canalizaban en mi corazón retumbando como pisadas de elefantes, aquel acto tan natural como tocar el canalillo del escote hacia que todos los hombres pero en especial él se sintieran los más afortunados. Deslicé mis dedos por la mesa hasta acercar la caja negra a mi cuerpo, abrazándola como si de un bebé se tratara. Mis ojos se encontraron con los de Magnolia, hice un rápido movimiento con los mismos para que saliéramos de ahí cuanto antes-Gracias por el obsequio-dije tal vez muy impertinentemente pero el susodicho estaba tan absorto que ni siquiera puso objeción en que yo me largara con el colgante.
Camine sin mirar a nadie hasta el rincón más escondido de la barra ese en donde la penumbra apenas iluminaba mis ojos azulados. Uno de mis dedos se coló entre mis dientes los cuales daban mordidas sobre el como si las de un gatito se tratara, estaba segura de que Magnolia quería hablar de algo pero no estaba segura de que ¿Se habría enterado ella del golpe que me proporcionado hace dos semanas? Esperaba que no pues las pláticas estilo madre e hijas no eran lo mío. Me gustaba mi trabajo aunque a veces tuviera que sufrir. La mejor forma de salir de prostituta era seguir siendo una hasta que un buen hombre decidiera tomarme como su protegida y sacarme de ahí. Enarque una ceja mientras recorría la cara de Magnolia-Gracias…tendré que compartir uno de mis premios contigo-susurre con cautela. Mis dedos bajaron hacia la parte superior de mi escote, jugando y paseándose por mi piel que se movía al ritmo de mis respiraciones acompasadas.
-¿Por qué lo hiciste?-no era un reproche, simplemente una pregunta. Aunque yo seguramente ya sabía la respuesta, Magnolia sabía que me gustaba el dinero y más aún si venia de hombres guapos el cual no era el caso esta ocasión pero si la vida te daba limones tenías que hacer limonada aun cuando se te hiciera demasiado agrio el sabor-Sabes que no tengo problema con acostarme con ese tipo-mis ojos se entrecerraron, a veces era tan difícil saber a qué quería llegar ella con esa actitud que si bien agradecía muchas otras veces me resultaba algo loca. Muchas eran las veces en que Magnolia trataba de llegar a esa parte de mí en donde yo le contaba todo y aceptaba dejar el burdel pero simplemente mi barrera era mucho más fuerte que eso-No puedes seguir alejándome de mis clientes querida-me mordí el labio escrutando la situación.
Aunque era joven la vida me había enseñado muchas pero muchas cosas.
Camine sin mirar a nadie hasta el rincón más escondido de la barra ese en donde la penumbra apenas iluminaba mis ojos azulados. Uno de mis dedos se coló entre mis dientes los cuales daban mordidas sobre el como si las de un gatito se tratara, estaba segura de que Magnolia quería hablar de algo pero no estaba segura de que ¿Se habría enterado ella del golpe que me proporcionado hace dos semanas? Esperaba que no pues las pláticas estilo madre e hijas no eran lo mío. Me gustaba mi trabajo aunque a veces tuviera que sufrir. La mejor forma de salir de prostituta era seguir siendo una hasta que un buen hombre decidiera tomarme como su protegida y sacarme de ahí. Enarque una ceja mientras recorría la cara de Magnolia-Gracias…tendré que compartir uno de mis premios contigo-susurre con cautela. Mis dedos bajaron hacia la parte superior de mi escote, jugando y paseándose por mi piel que se movía al ritmo de mis respiraciones acompasadas.
-¿Por qué lo hiciste?-no era un reproche, simplemente una pregunta. Aunque yo seguramente ya sabía la respuesta, Magnolia sabía que me gustaba el dinero y más aún si venia de hombres guapos el cual no era el caso esta ocasión pero si la vida te daba limones tenías que hacer limonada aun cuando se te hiciera demasiado agrio el sabor-Sabes que no tengo problema con acostarme con ese tipo-mis ojos se entrecerraron, a veces era tan difícil saber a qué quería llegar ella con esa actitud que si bien agradecía muchas otras veces me resultaba algo loca. Muchas eran las veces en que Magnolia trataba de llegar a esa parte de mí en donde yo le contaba todo y aceptaba dejar el burdel pero simplemente mi barrera era mucho más fuerte que eso-No puedes seguir alejándome de mis clientes querida-me mordí el labio escrutando la situación.
Aunque era joven la vida me había enseñado muchas pero muchas cosas.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
Localización : Fuera de tu presupuesto...OBVIO
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Dejé que el sujeto me mirara con sus más oscuros deseos a flor de pien y totalmente tangibles a mi experimentada mirada y ladeé la cabeza pestañeando un par de veces para hacer mas intensa mi mirada. Miré de reojo los movimientos de Arianne hasta que se levantó y le guiñé un ojo al que la había pedido seguramente girándome para darle la espalda pero deteniéndome a los dos pasos para mirarlo por encima del hombro, sonreír de lado y lanzarle un beso volado. Mira que son tan fáciles Contoneé las caderas sensualmente conforme caminaba porque sabía que el sujeto nos seguía con la mirada. No le dije dónde podía encontrarme así que me había librado de él. Desde siempre había sabido que la mejor forma de hablar con los hombres es de manera ambigua para que nunca sepan qué pueden esperar de ti. Sonreí satisfecha mirando apenas a los que me comían con los ojos hasta alcanzar a Arianne suspirando teatralmente antes de sonreirle y hacer un gesto con la mano moviéndola de lado a lado para que deje ese tipo de cosas. Sólo si el premio incluye una esmeralda Sinceramente soy adicta a esas gemas verdes tan luminosas y especiales
Bajo la mirada hacia el gesto que hace con su dedo en el escote escuchando su pregunta sin saber cómo tomármelo. Me quedo en silencio pensando seriamente que cada vez que la veo pienso precisamente lo mismo de ella: "No tendría que estar haciendo esto" pero dejándolo pasar porque no tengo energías para ponerme a discutir. Paseo mis dedos enguantados en negro por la orilla de la barra dedicándole mi mirada a este simple gesto un momento mientras me paso la lengua por el colmillo izquierdo sin abrir la boca todavía. Tal vez debería de conseguirle un protector que no esté metido en la misma suciedad. Como yo Porque desde la entrada, aún con el humo, la oscuridad y el tiempo que me tomó acostumbrarme al nivel de luz del lugar, pude ver que estabas por vomitar de tan sólo pensar en acostarte con esa... Hago una pausa arrugando la nariz y girando la cabeza hacia donde estaba el sujeto que para entonces ya estaba entretenido con alguna otra de las chicas. ...cosa Me río dejando de verlo para dedicarle nuevamente toda mi atención a Arianne negando a lo siguiente que menciona porque no es precisamente esa la razón por la que la salvé de acabar revolcándose con él. Encojo solamente un hombro sin perder la coquetería incluso cuando estoy con una mujer porque estoy demasiado acostumbrada a ser así para cambiarlo dependiendo del interlocutor abriendo la boca para contestar pero pensándomelo mejor. No es por eso, simplemente... Simplemente no me parecía correcto No te alejo de tus clientes, te quito de encima parásitos sin valor Miro fijamente a la chica de los ojos azules intentando suavizar tanto mi tono de voz que había ido mutando hasta parecer un regaño, como mi expresión que se desfiguraba mínimamente con el asco que me producía el sujeto en cuestión. Sigo moviendo mis dedos de lado a lado en la orilla de la barra de manera casi hipnotizante hasta que me calmo lo suficiente como para poder hablarle de nuevo. Ahora dime, ¿Quién fue el bastardo que te golpeó?
Bajo la mirada hacia el gesto que hace con su dedo en el escote escuchando su pregunta sin saber cómo tomármelo. Me quedo en silencio pensando seriamente que cada vez que la veo pienso precisamente lo mismo de ella: "No tendría que estar haciendo esto" pero dejándolo pasar porque no tengo energías para ponerme a discutir. Paseo mis dedos enguantados en negro por la orilla de la barra dedicándole mi mirada a este simple gesto un momento mientras me paso la lengua por el colmillo izquierdo sin abrir la boca todavía. Tal vez debería de conseguirle un protector que no esté metido en la misma suciedad. Como yo Porque desde la entrada, aún con el humo, la oscuridad y el tiempo que me tomó acostumbrarme al nivel de luz del lugar, pude ver que estabas por vomitar de tan sólo pensar en acostarte con esa... Hago una pausa arrugando la nariz y girando la cabeza hacia donde estaba el sujeto que para entonces ya estaba entretenido con alguna otra de las chicas. ...cosa Me río dejando de verlo para dedicarle nuevamente toda mi atención a Arianne negando a lo siguiente que menciona porque no es precisamente esa la razón por la que la salvé de acabar revolcándose con él. Encojo solamente un hombro sin perder la coquetería incluso cuando estoy con una mujer porque estoy demasiado acostumbrada a ser así para cambiarlo dependiendo del interlocutor abriendo la boca para contestar pero pensándomelo mejor. No es por eso, simplemente... Simplemente no me parecía correcto No te alejo de tus clientes, te quito de encima parásitos sin valor Miro fijamente a la chica de los ojos azules intentando suavizar tanto mi tono de voz que había ido mutando hasta parecer un regaño, como mi expresión que se desfiguraba mínimamente con el asco que me producía el sujeto en cuestión. Sigo moviendo mis dedos de lado a lado en la orilla de la barra de manera casi hipnotizante hasta que me calmo lo suficiente como para poder hablarle de nuevo. Ahora dime, ¿Quién fue el bastardo que te golpeó?
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
-Tengo muchas de esas querida-dije refiriéndome a las esmeraldas-Te puedo dar cinco en un mismo regalo si así lo deseas-era verdad, sabia de la fascinación de Magnolia por las esmeraldas y a mí también me gustaban pero no en un grado tan elevado como el de ella y por supuesto que tenía miles de joyas de las cuales darle a escoger, con miles de piedras verdades incrustadas pero yo prefería algo más rojo, tal vez más claro…un rubí o un diamante era lo que a mí me llamaba. Entrecerré los ojos con suspicacia mientras hablaba, ella quería hacerme creer a mí que solo era simple camaradería el hecho de que me salvara y yo le hacía creer como que en verdad le creía pero ambas en el fondo sabíamos que no nos podíamos engañar. Ella quería que yo saliera de ahí y yo por el contrario quería quedarme hasta que alguien decidiera que era lo suficientemente buena para el mundo de alta sociedad. Todo un dilema.
Apenas y solté una risita con una mueca sarcástica cuando llamo “cosa” al tipo que me perseguía. Eso me lo había recordado, mire por sobre su hombro hacia la mesa en donde segundo antes yo tenía ganas de cortarle la garganta al desdichado ¡Ya no estaba! Me mordí el labio triunfante, ahora si la noche podría ser mía y de cualquier hombre que en verdad me interesara-Dinero es dinero…a cosas como esas sabes que no puedo decirles que no, aun cuando el dueño de dicho bien sea un completo asco-mi mano ágilmente recorrió el regalo y presiono uno de los broche. El ya conocido “click” hizo que una sonrisa de satisfacción se me dibujara en el rostro, introduje dos dedos en la caja y tome el colgante con sumo cuidado. Mis ojos inmediatamente se posaron en la cosa brillante que ahora pendía entre mis largos y blancos dedos-Lindo ¿No?-lo examine como una experta haciendo caso omiso a lo que decía Magnolia aunque en verdad ponía atención a cada una de sus palabras.
Jugué con mi nueva posesión un rato de forma coqueta, como un gato que juega con su ratón antes de ingerirlo un simple mecanismo para omitir las partes del discurso de Magnolia que no me agradaban. A veces sentía que la madre que perdí la fui a encontrar con Magnolia. Pude escuchar su respiración entre el barullo, se había quedado en silencio al igual que yo, tantas veces intentaba y yo tantas veces me salía con un tema diferente. Baje el rostro para ver moverse la cadena de oro hasta que menciono el golpe. Mis ojos furtivos se encontraron con los de ella, casi como obligándola a callar-Fue…-suspire profunda y altivamente-Uno de esos, en realidad no fue nada solo que…se salió de control ¿Tranquila?-mi cabeza se ladeo mientras la miraba. Tendría que inventarme algo más, ella no se quedaría solo con eso.
Apenas y solté una risita con una mueca sarcástica cuando llamo “cosa” al tipo que me perseguía. Eso me lo había recordado, mire por sobre su hombro hacia la mesa en donde segundo antes yo tenía ganas de cortarle la garganta al desdichado ¡Ya no estaba! Me mordí el labio triunfante, ahora si la noche podría ser mía y de cualquier hombre que en verdad me interesara-Dinero es dinero…a cosas como esas sabes que no puedo decirles que no, aun cuando el dueño de dicho bien sea un completo asco-mi mano ágilmente recorrió el regalo y presiono uno de los broche. El ya conocido “click” hizo que una sonrisa de satisfacción se me dibujara en el rostro, introduje dos dedos en la caja y tome el colgante con sumo cuidado. Mis ojos inmediatamente se posaron en la cosa brillante que ahora pendía entre mis largos y blancos dedos-Lindo ¿No?-lo examine como una experta haciendo caso omiso a lo que decía Magnolia aunque en verdad ponía atención a cada una de sus palabras.
Jugué con mi nueva posesión un rato de forma coqueta, como un gato que juega con su ratón antes de ingerirlo un simple mecanismo para omitir las partes del discurso de Magnolia que no me agradaban. A veces sentía que la madre que perdí la fui a encontrar con Magnolia. Pude escuchar su respiración entre el barullo, se había quedado en silencio al igual que yo, tantas veces intentaba y yo tantas veces me salía con un tema diferente. Baje el rostro para ver moverse la cadena de oro hasta que menciono el golpe. Mis ojos furtivos se encontraron con los de ella, casi como obligándola a callar-Fue…-suspire profunda y altivamente-Uno de esos, en realidad no fue nada solo que…se salió de control ¿Tranquila?-mi cabeza se ladeo mientras la miraba. Tendría que inventarme algo más, ella no se quedaría solo con eso.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
Localización : Fuera de tu presupuesto...OBVIO
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Sonreí emocionada al escuchar que tenía muchas esmeraldas y la cantidad que podía darme en un mismo regalo. Incluso llegué a adoptar una expresión un tanto infantil porque hablando de joyas, y en especial esmeraldas, no me podía contener. Intento por todos los medios recomponerme para no parecer demasiado interesada en el regalo que acabo de rechazar mirando al techo solamente con los ojos, es decir, sin mover la cabeza. Mira que puede sobornarme con ese tipo de cosas Bajo la mirada a la silla que tengo detrás y me siento elegantemente cruzando una pierna sobre la otra haciendo que la falda suba y me deje al descubierto un poco de piel de la pierna pensando en si debería arrepentirme o no de haberme negado a su regalo. -Basta, vas a hacer que me retracte y acepte tu regalo- [color=gray]Tengo un vestido nuevo al que le quedarían pintadas.[/b]
No me pasó desapercibido tampoco la mirada que lanzó hacia el lugar donde se encontraba el sujeto no estando tan de acuerdo con su mentalidad de acostarse con lo primero que pasara enfrente sólo para tener dinero para comer. Alzo una ceja mirando el regalo y admitiendo internamente que era un bonito detalle, al fin y al cabo, un regalo no era cosa que llegara a diario, y sobretodo, no sin que una diera algo a cambio por ello. Algo que valía mucho. -Dinero es dinero, tienes toda la razón pero hay montones de hombres que estarían dispuestos a pagarte mejor sin que se les acumule la saliva en la comisura de los labios- Hago un gesto de asco que dura apenas unos segundos asintiendo simplemente con la cabeza para admitirle ahora abiertamente que el regalo era de verdad muy lindo tan sólo fijándome en sus movimientos y levantando la mano cuando de reojo pillo a un hombre que viene hacia nosotras. Definitivamente ahora mismo no estaba yo de humor y aunque probablemente cuando terminara de hablar con Arianne, fuera a buscar a alguien que me invitara la cena, en este momento no agradecía las distracciones. Giro la cabeza delicadamente al sentir que fui demasiado ruda para con el chico y le dedico una sonrisa de las mías pegando mi dedo índice y el medio a mis labios antes de mandarle un beso. Regreso mi vista a mi protegida cuando decide que es momento de hablar sobre el golpe asintiendo nuevamente a su respuesta.
Me quedé callada un segundo. No era una persona que se pusiera histérica ni que gritara, ni tampoco que obligara a alguien más a ver todo desde su propia perspectiva. Sonreí cuando preguntó si me encontraba tranquila sabiendo que no estaba del todo tranquila y decidiendo por primera vez en mi vida que debía utilizar otra estrategia con ella para que al menos, dejara de aceptar cualquier cosa. -Querida, te estás olvidando de unas cuantas cosas- Empecé enumerando las cosas y voy levantando mis dedos para hacer más énfasis en lo que hago. Primero que nada, una chica golpeada, no es bonita, segundo, el que estés trabajando en un burdel, no te hace mercedora de cualquier tipo de insulto, y tercero, ¿Porqué no le rompiste la cara? Pierdo un momento la compostura pensando seriamente en que si vuelven a tocarla, entonces se van a meter directamente conmigo y no se van a ir limpios agitando mi mano frente al rostro para abanicarme unas cuantas veces y volviendo a sonreírle.
No me pasó desapercibido tampoco la mirada que lanzó hacia el lugar donde se encontraba el sujeto no estando tan de acuerdo con su mentalidad de acostarse con lo primero que pasara enfrente sólo para tener dinero para comer. Alzo una ceja mirando el regalo y admitiendo internamente que era un bonito detalle, al fin y al cabo, un regalo no era cosa que llegara a diario, y sobretodo, no sin que una diera algo a cambio por ello. Algo que valía mucho. -Dinero es dinero, tienes toda la razón pero hay montones de hombres que estarían dispuestos a pagarte mejor sin que se les acumule la saliva en la comisura de los labios- Hago un gesto de asco que dura apenas unos segundos asintiendo simplemente con la cabeza para admitirle ahora abiertamente que el regalo era de verdad muy lindo tan sólo fijándome en sus movimientos y levantando la mano cuando de reojo pillo a un hombre que viene hacia nosotras. Definitivamente ahora mismo no estaba yo de humor y aunque probablemente cuando terminara de hablar con Arianne, fuera a buscar a alguien que me invitara la cena, en este momento no agradecía las distracciones. Giro la cabeza delicadamente al sentir que fui demasiado ruda para con el chico y le dedico una sonrisa de las mías pegando mi dedo índice y el medio a mis labios antes de mandarle un beso. Regreso mi vista a mi protegida cuando decide que es momento de hablar sobre el golpe asintiendo nuevamente a su respuesta.
Me quedé callada un segundo. No era una persona que se pusiera histérica ni que gritara, ni tampoco que obligara a alguien más a ver todo desde su propia perspectiva. Sonreí cuando preguntó si me encontraba tranquila sabiendo que no estaba del todo tranquila y decidiendo por primera vez en mi vida que debía utilizar otra estrategia con ella para que al menos, dejara de aceptar cualquier cosa. -Querida, te estás olvidando de unas cuantas cosas- Empecé enumerando las cosas y voy levantando mis dedos para hacer más énfasis en lo que hago. Primero que nada, una chica golpeada, no es bonita, segundo, el que estés trabajando en un burdel, no te hace mercedora de cualquier tipo de insulto, y tercero, ¿Porqué no le rompiste la cara? Pierdo un momento la compostura pensando seriamente en que si vuelven a tocarla, entonces se van a meter directamente conmigo y no se van a ir limpios agitando mi mano frente al rostro para abanicarme unas cuantas veces y volviendo a sonreírle.
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
-Soy buena negociando-dije con picardía haciendo referencia a que sabía que Magnolia no dejaría pasar un regalo como esos y menos si este regalo contenía una piedra verde y cristalina-No les puedes decir que no a esas pequeñas-mi oz era incitadora casi obligándola a que dijera en ese momento que si. No me importaba mucho que se emocionara sobre eso, la mayoría de las personas se emocionaban conmigo por una simple razón ¡Mi cuerpo! Y que estuviera interesada por mis regalos me hacía sentir un poco mejor así que en verdad no tenía mucha importancia. Gire la cabeza en dirección de la barra, golpee levemente con los dedos lo suficientemente fuerte para que el que atendía se acercara a nosotras-Dame agua ¿Quieres algo?-dije guiñándole un ojo. No me gustaba tomar en horas de trabajo, en realidad si llegaba a tomar era para crear ambiente pero jamás llegaba arrastrándome porque el licor me salía por la nariz aparte me gustaba hacer mi trabajo consciente.
-Magnolia, no entiendes, justo ahora necesito el dinero…La mayoría de los hombres aquí presentes no aceptarían pagar más que esto-levente el colgante hasta la altura de mi cara. Notando como la cadena divida el bonito rostro de Magnolia, suspire después de un rato de tenerlo en el aire para dejarlo caer en la mesa derrotada-Supongo que tienes razón pero odio, odio ser pobre, quiero salir de aquí cuanto antes-mis palabras salieron con odio puro pero es que me sentía tan desafortunada de haber tenido esa vida que simplemente pensar en estar más tiempo ahí me hacía un dolor de cabeza insoportable. Mi agua llevo así que lo primero que hice fue llevarme el vaso a la boca para tomar un poco y calmarme. Esperaba que Magnolia no me malentendiera pero quería salir de pobre cuanto antes.
Ambas estábamos cansadas de esa situación en donde ella me convencía y yo la ignoraba aunque para ser honesta muchas veces me había planteado la idea de hacerle caso pero siempre había algo que me hacía retractarme. Gire los ojos aun con los labios en el vaso, ya no tomaba pero buscaba una distracción para todo aquello me que me decía. Porque mi consciencia hasta esos momentos escondida recia en Magnolia, cualquier pecado aparte de el de tener sexo con extraños que pude tener lo venía pagando con ella-¡Ya se!-le dije azotando en la barra de madera el vaso de cristal-Pero Magnolia…-me quede callada pensando en la mejor manera de decirle lo que en verdad había ocurrido o por lo menos decirle una parte de todo aquello que parecía sin entrar en detalle como que yo me había dejado-No estas captando…es que, el tipo venia borracho, me golpeo tan fuerte que yo ya no pude-el silencio que provoque se volvió incomodo aun cuando se respiraba el deseo en donde estábamos.
-Igual no se fue sin una botella de cristal rota en la cara-me mordí el labio como apenada-Tal vez es por eso por lo que no ha venido-mi voz sonó desinteresada y era como me encontraba, no pensaba si podía herir a alguien o no, yo lo que quería era dinero y salir del burdel para tener una vida de reina como se supone que debí de haber nacido.
-Magnolia, no entiendes, justo ahora necesito el dinero…La mayoría de los hombres aquí presentes no aceptarían pagar más que esto-levente el colgante hasta la altura de mi cara. Notando como la cadena divida el bonito rostro de Magnolia, suspire después de un rato de tenerlo en el aire para dejarlo caer en la mesa derrotada-Supongo que tienes razón pero odio, odio ser pobre, quiero salir de aquí cuanto antes-mis palabras salieron con odio puro pero es que me sentía tan desafortunada de haber tenido esa vida que simplemente pensar en estar más tiempo ahí me hacía un dolor de cabeza insoportable. Mi agua llevo así que lo primero que hice fue llevarme el vaso a la boca para tomar un poco y calmarme. Esperaba que Magnolia no me malentendiera pero quería salir de pobre cuanto antes.
Ambas estábamos cansadas de esa situación en donde ella me convencía y yo la ignoraba aunque para ser honesta muchas veces me había planteado la idea de hacerle caso pero siempre había algo que me hacía retractarme. Gire los ojos aun con los labios en el vaso, ya no tomaba pero buscaba una distracción para todo aquello me que me decía. Porque mi consciencia hasta esos momentos escondida recia en Magnolia, cualquier pecado aparte de el de tener sexo con extraños que pude tener lo venía pagando con ella-¡Ya se!-le dije azotando en la barra de madera el vaso de cristal-Pero Magnolia…-me quede callada pensando en la mejor manera de decirle lo que en verdad había ocurrido o por lo menos decirle una parte de todo aquello que parecía sin entrar en detalle como que yo me había dejado-No estas captando…es que, el tipo venia borracho, me golpeo tan fuerte que yo ya no pude-el silencio que provoque se volvió incomodo aun cuando se respiraba el deseo en donde estábamos.
-Igual no se fue sin una botella de cristal rota en la cara-me mordí el labio como apenada-Tal vez es por eso por lo que no ha venido-mi voz sonó desinteresada y era como me encontraba, no pensaba si podía herir a alguien o no, yo lo que quería era dinero y salir del burdel para tener una vida de reina como se supone que debí de haber nacido.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
Localización : Fuera de tu presupuesto...OBVIO
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Me quedo mirando fijamente el collar de esmeraldas mientras ella habla sobre las joyas sabiendo perfectamente que son de esas cosas que no podría evitar suspirando al fin y encogiendo un hombro coquetamente para darle a entender que acepto el regalo de buena gana, tampoco es como que ella fuera ignorante de mi bsesión por las joyas verdes. Sonrío de lado sin mostrar los dientes levantando la vista cuando el mesero se acerca a nosotros. -Licor de cereza, por favor- De todas maneras yo no estaba en servicio ahora mismo. Claro que nunca negaba ningún tipo de buen negocio en cualquier lugar en el que me encontrara. Es decir, en cualquier lugar menos en un burdel donde yo no trabajaba. -Sin hielo- Aclaro firmemente porque con este frío no se me antoja para nada tener un dolor de garganta que me impida dormir las pocas horas que tengo para mi.
La miro sin inmutarme cuando habla del dinero asintiendo, de todas maneras yo sabía lo que significaba eso de necesitar el dinero y tener que vivir al día, sin nada qué ponerte en la boca para terminar con ese vacío en tu estómago. Ladeo la cabeza a modo de estarla escuchando muy bien mirando a través de la cadena porque entiendo perfectamente a qué se refiere con pagarle solo con eso. Hago una mueca moviendo una mano para no darle tanta importancia al asunto. Al menos para mí, no lo tenía. -Puedes vender tus regalos y tendrías dinero. Y no estoy hablando de que dejes de acostarte con hombres por dinero. Aclaré levantando el dedo índice mientras sigo con la mirada al mesero que pone el vaso de licor sobre la mesa frente a mí y le dedico una sonrisa dejando mi conversación en pausa. Cómo odiaba que la gente escuchara conversaciones que no le importaban. Cómo odiaba que después tu nombre estuviera de boca en boca por un indiscreto mesero que había escuchado parte de una conversación. Esperé a que se fuera para volverme hacia Arianne continuando con mi frase donde la había dejado. Te estoy recomendando que escojas mejor a tus clientes. Hay ricos y podersosos que te tratan bien, no te digo que te ponen un departamento y te piden exclusividad, pero al menos se dedican a hacer lo suyo, pagarte e irse.
No dejo que me amedrente cuando golpea la madera con el vaso tan sólo mirándola sin cambiar mi expresión. Alzo las cejas cuando parece no querer terminar la frase que tiene pensado decir para que continúe, porque si de algo estoy segura es de que todo eso que ella está sintiendo ahora, yo ya lo he sentido antes y muchas veces. Meto mi dedo índice en el licor de cerezas para después lamerlo saboreando el sabor que deja en mi lengua y el leve quemor que me provoca escuchando. Apreté el puño cuando habla de que la golpeó tan fuerte que no pudo devolverle el golpe sin cambiar la expresión y volviendo mi dedo índice al licor para repetir el proceso de llevarme una gota a los labios. Sonrío mínimamente alegrándome, aún contra mi voluntad, de lo desfigurado y adolorido que debió haber quedado asintiendo y de alguna manera sintiéndome realmente orgullosa de que no se haya dejado. -Pues mejor que no haya venido, si viene es porque quiere vengarse. Pero eso ya lo arreglaremos. Si me dices el nombre, yo puedo encargarme de que no te busque más- Bajo la voz a un susurro al decir lo último porque yo tenía recursos de los que nadie sabía. Usaba mi belleza para obtener dinero pero también para embaucar y no me tentaba el corazón si se trataba de librar al mundo de escoria como los hombres que golpean a las mujeres.
La miro sin inmutarme cuando habla del dinero asintiendo, de todas maneras yo sabía lo que significaba eso de necesitar el dinero y tener que vivir al día, sin nada qué ponerte en la boca para terminar con ese vacío en tu estómago. Ladeo la cabeza a modo de estarla escuchando muy bien mirando a través de la cadena porque entiendo perfectamente a qué se refiere con pagarle solo con eso. Hago una mueca moviendo una mano para no darle tanta importancia al asunto. Al menos para mí, no lo tenía. -Puedes vender tus regalos y tendrías dinero. Y no estoy hablando de que dejes de acostarte con hombres por dinero. Aclaré levantando el dedo índice mientras sigo con la mirada al mesero que pone el vaso de licor sobre la mesa frente a mí y le dedico una sonrisa dejando mi conversación en pausa. Cómo odiaba que la gente escuchara conversaciones que no le importaban. Cómo odiaba que después tu nombre estuviera de boca en boca por un indiscreto mesero que había escuchado parte de una conversación. Esperé a que se fuera para volverme hacia Arianne continuando con mi frase donde la había dejado. Te estoy recomendando que escojas mejor a tus clientes. Hay ricos y podersosos que te tratan bien, no te digo que te ponen un departamento y te piden exclusividad, pero al menos se dedican a hacer lo suyo, pagarte e irse.
No dejo que me amedrente cuando golpea la madera con el vaso tan sólo mirándola sin cambiar mi expresión. Alzo las cejas cuando parece no querer terminar la frase que tiene pensado decir para que continúe, porque si de algo estoy segura es de que todo eso que ella está sintiendo ahora, yo ya lo he sentido antes y muchas veces. Meto mi dedo índice en el licor de cerezas para después lamerlo saboreando el sabor que deja en mi lengua y el leve quemor que me provoca escuchando. Apreté el puño cuando habla de que la golpeó tan fuerte que no pudo devolverle el golpe sin cambiar la expresión y volviendo mi dedo índice al licor para repetir el proceso de llevarme una gota a los labios. Sonrío mínimamente alegrándome, aún contra mi voluntad, de lo desfigurado y adolorido que debió haber quedado asintiendo y de alguna manera sintiéndome realmente orgullosa de que no se haya dejado. -Pues mejor que no haya venido, si viene es porque quiere vengarse. Pero eso ya lo arreglaremos. Si me dices el nombre, yo puedo encargarme de que no te busque más- Bajo la voz a un susurro al decir lo último porque yo tenía recursos de los que nadie sabía. Usaba mi belleza para obtener dinero pero también para embaucar y no me tentaba el corazón si se trataba de librar al mundo de escoria como los hombres que golpean a las mujeres.
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
-Yo no quiero simplemente vender mis regalos, quiero más que eso-apreté los puños como si en la manos tuvieran monedas que escapaban cuanto más quería tenerlas entre mis dedos-Supongo que tienes razón pero yo busco más Magnolia-muchas veces y casi siempre yo estaba cegada por la ambición hacia cosas que no debería de hacer por lo mismo, renunciaba a cosas que las personas normales pondrían primero. Primero estaba yo y después yo, así sería siempre y en realidad no me importaba que tan asquerosos pudieran ser los clientes, mientras me dieran mucho dinero y si podía sacarles un poco más yo era feliz. Tan feliz como una prostituta podría serlo. Mire a Magnolia esperando una piza de su entendimiento y sabía que era difícil que me entendiera pero por lo menos lo intentaba.
Tome el vaso con una mano y lo hice girar mirando con cara de pocos amigos al mesero que se había quedado para ver que podía sacar de nuestra pequeña conversación. Pero a mí era muy difícil que me chantajearan, no tenía nada malo aparte de mi profesión con lo que podrían sobornarme en cambio yo tenía muchas formas de arruinarle la vida a cualquiera-Tengo que agradecer esto-señale en torno a mi rostro, era prácticamente lo que me daba de comer aparte de mi cuerpo, si no tenían un rostro bonito no servías prácticamente para nada a pesar de que a algunos borrachos les daba igual como tenías la cara-Y creo que es por eso que tengo problemas aunque últimamente me han tocado mejores-apreté los labios mientras miraba alrededor y analizaba las actitudes de nuestras compañeras que se desvivían en risas y coqueteos para hombres que en realidad no les hacían caso. Pocas éramos las que en verdad sobresalíamos en ese negocio de vicios.
Desde que conocí a Magnolia siempre la vi como un ídolo, quería ser como ella y la admiraba, suponía que ella lo sabía. Igual con todo eso ella no sabía muchas cosas de mi ¿Cómo había llegado ahí? ¿Quiénes eran mis padres? ¿Por qué hacía eso? Eran preguntas demasiado fuertes para responderlas. Tome un sorbo de agua para hidratarme la garganta, no me había percatado que tanta emoción en el ambiente me había resecado los labios-Da igual-dije ya desinteresada y de forma fría-No creo que se vuelva a aparecer por aquí, no le convendría de ninguna forma-crucé una pierna sobre la otra y volvía mi mirada a Magnolia, unos segundos de silencio reinaron en ese pequeño espacio que habíamos construido-Basta de hablar de mi ¿Cómo vas tú?-empuje lejos de mí el vaso de agua, yo era de las que se fastidiaban rápido con las cosas.
Tome el vaso con una mano y lo hice girar mirando con cara de pocos amigos al mesero que se había quedado para ver que podía sacar de nuestra pequeña conversación. Pero a mí era muy difícil que me chantajearan, no tenía nada malo aparte de mi profesión con lo que podrían sobornarme en cambio yo tenía muchas formas de arruinarle la vida a cualquiera-Tengo que agradecer esto-señale en torno a mi rostro, era prácticamente lo que me daba de comer aparte de mi cuerpo, si no tenían un rostro bonito no servías prácticamente para nada a pesar de que a algunos borrachos les daba igual como tenías la cara-Y creo que es por eso que tengo problemas aunque últimamente me han tocado mejores-apreté los labios mientras miraba alrededor y analizaba las actitudes de nuestras compañeras que se desvivían en risas y coqueteos para hombres que en realidad no les hacían caso. Pocas éramos las que en verdad sobresalíamos en ese negocio de vicios.
Desde que conocí a Magnolia siempre la vi como un ídolo, quería ser como ella y la admiraba, suponía que ella lo sabía. Igual con todo eso ella no sabía muchas cosas de mi ¿Cómo había llegado ahí? ¿Quiénes eran mis padres? ¿Por qué hacía eso? Eran preguntas demasiado fuertes para responderlas. Tome un sorbo de agua para hidratarme la garganta, no me había percatado que tanta emoción en el ambiente me había resecado los labios-Da igual-dije ya desinteresada y de forma fría-No creo que se vuelva a aparecer por aquí, no le convendría de ninguna forma-crucé una pierna sobre la otra y volvía mi mirada a Magnolia, unos segundos de silencio reinaron en ese pequeño espacio que habíamos construido-Basta de hablar de mi ¿Cómo vas tú?-empuje lejos de mí el vaso de agua, yo era de las que se fastidiaban rápido con las cosas.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
Localización : Fuera de tu presupuesto...OBVIO
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Me quedé mirándola mientras tomaba mi vaso para beber como persona normal un sorbo del licor sintiendo el leve quemor en mi garganta. Asentí con la cabeza relamiéndome el labio inferior bajando mi mirada hacia sus manos sabiendo lo que sentía pero absteniéndome de hacer o comentar absolutamente nada más, después de todo, este tipo de pelea ya las habíamos tenido en incontables ocasiones y con el mismo final. -Ya lo sé, y te entiendo aunque tu creas que no lo hago. Era difícil admitir que yo ya había pasado por todos esos sentimientos, de siempre querer más y de no poder ahorrar ni un céntimo que me sacara de esa situación. La impotencia, la rabia, la desesperación que sólo una persona pobre puede entender.
Personalmente no estaba de acuerdo con que alguien me golpeara para poder obtener dinero, yo podía contar con los dedos de una sola mano las veces que algún hombre osó ponerme la mano encima, en primera porque yo nunca lo había permitido, en segunda porque gracias a mi mentora sabía escoger a mis clientes y en tercera porque todos aquellos que tuvieron la fuerza para ponerse violentos y dejarme alguna marca, no vivieron lo suficiente ni para repetirlo, ni para contarlo. -Precisamente por eso tienes que cuidar tu instrumento de trabajo, Arianne. No es tan difícil darse cuenta de que si dejas que cualquiera te ponga la mano encima, vas a terminar sin clientes y por ende, sin dinero también.- Adiviné su expresión cuando miró a sus demás compañeras, y es que había muchas que pensaban que la profesión era fácil porque lo único que tenías que hacer era cooperar. No sabían que hay muchos factores que influyen en esto y que la mayor parte de estos factores están por lo general, fuera de tu alcance.
Paso mi dedo índice por el borde del vaso para acariciarlo lentamente haciendo círculos pensando en que una vez más estaba en un callejón sin salida pero mirándola con cariño una vez que se me ha pasado el mal rollo. Asentí confiando plenamente en que el sujeto en cuestión no regresaría y me encojo de hombros soltando una risa porque sinceramente no era que hubiera tenido muchas cosa qué hacer últimamente. -Bien, uno que otro problema con clientes que no saben aceptar un 'no' como respuesta pero sabes que puedo manejarlos.
Personalmente no estaba de acuerdo con que alguien me golpeara para poder obtener dinero, yo podía contar con los dedos de una sola mano las veces que algún hombre osó ponerme la mano encima, en primera porque yo nunca lo había permitido, en segunda porque gracias a mi mentora sabía escoger a mis clientes y en tercera porque todos aquellos que tuvieron la fuerza para ponerse violentos y dejarme alguna marca, no vivieron lo suficiente ni para repetirlo, ni para contarlo. -Precisamente por eso tienes que cuidar tu instrumento de trabajo, Arianne. No es tan difícil darse cuenta de que si dejas que cualquiera te ponga la mano encima, vas a terminar sin clientes y por ende, sin dinero también.- Adiviné su expresión cuando miró a sus demás compañeras, y es que había muchas que pensaban que la profesión era fácil porque lo único que tenías que hacer era cooperar. No sabían que hay muchos factores que influyen en esto y que la mayor parte de estos factores están por lo general, fuera de tu alcance.
Paso mi dedo índice por el borde del vaso para acariciarlo lentamente haciendo círculos pensando en que una vez más estaba en un callejón sin salida pero mirándola con cariño una vez que se me ha pasado el mal rollo. Asentí confiando plenamente en que el sujeto en cuestión no regresaría y me encojo de hombros soltando una risa porque sinceramente no era que hubiera tenido muchas cosa qué hacer últimamente. -Bien, uno que otro problema con clientes que no saben aceptar un 'no' como respuesta pero sabes que puedo manejarlos.
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Entendía a Magnolia, en verdad lo hacía o por lo menos trataba, cuatro años de diferencia eran cuatro y claro ella sabía mucho más de todo eso. Baje la cabeza mientras respiraba lentamente, dándome un tiempo para reconocer los olores que rondaban aquel salón, el típico olor a cigarro, a licor y a mezclas extrañas de opio con otras cosas. Volví a mirar y sonreí ligeramente cuando me dijo lo de sus clientes, era verdad que mucho podían ser un verdadero dolor de cabeza-Es verdad, muchos son insoportables-dije notablemente desanimada, otra vez Magnolia me hacía replantearme la idea sobre dejar el burdel o por lo menos tener pocos clientes ricos-No sé cómo lo haces-me reí sincera,si hubiera tenido a mi madre, aunque fuera prostituta me hubiera gustado que se pareciera a Magnolia, pero ella no era mi madre y jamás tendría una esos momentos para mí ya habían pasado y nunca los aproveche. Si tan solo mi madre no hubiera estado la mayor parte del tiempo en la cama con otros hombres nada de lo que habíamos vivido nos hubiera pasado.
Tal vez todo lo que me había pasado era solamente una respuesta a la recién llegada de esa persona que ponía mi mente como un torbellino. Me era fácil ahora negarme a todos los hombres que se presentaban en el burdel solo porque siempre su rostro llegaba ante mi como un viento fuerte y frio que me azotaba con todas sus fuerzas. En ese momento no era honesta ni conmigo ni con nadie, ni siquiera con él-Magnolia…-volví a hablar pero me quede callada pensando mis palabras cuidadosamente, no podía simplemente decir ¡Hey, un chico regreso y creo que lo quiero! No sonaba como algo que yo dijera y menos porque no tenía claro lo que en verdad sentía, tal vez eran celos, rencor, odio.
-Cuando…cuando ¿Tú has sentido que debes de ser la primera en todo y que si no lo eres muchas cosas pasan dentro de ti?-eso era confuso pero era lo que me pasaba, si Louis se hubiera fijado en mi desde un principio yo no estaría pensando en hacerle pagar. Me acomode en la silla y la mire fijamente a los ojos, no me había percatado de que eran muchas las veces en que yo los encontraba de un color verde aceitunado o miel, dependiendo de cómo la luz le diera en el rostro o como estuviera mi percepción ese día. Tuve que buscar mi vaso de agua a tientas, el tema me ponía nerviosa, sacudí la melena coquetamente sin intención alguna y de forma mecánica, ese negocio era casi como jugar a ser muñecas, todo estaba prefabricado-¿Entonces?-inquirí enarcando una ceja casi de forma preocupada, temía volverme loca o algo por estilo pero odiaba que no me tomaran en cuenta después de haber tenido a cuanto hombre quería pues yo lo podía todo lo humanamente posible y hablando del género masculino.
Tal vez todo lo que me había pasado era solamente una respuesta a la recién llegada de esa persona que ponía mi mente como un torbellino. Me era fácil ahora negarme a todos los hombres que se presentaban en el burdel solo porque siempre su rostro llegaba ante mi como un viento fuerte y frio que me azotaba con todas sus fuerzas. En ese momento no era honesta ni conmigo ni con nadie, ni siquiera con él-Magnolia…-volví a hablar pero me quede callada pensando mis palabras cuidadosamente, no podía simplemente decir ¡Hey, un chico regreso y creo que lo quiero! No sonaba como algo que yo dijera y menos porque no tenía claro lo que en verdad sentía, tal vez eran celos, rencor, odio.
-Cuando…cuando ¿Tú has sentido que debes de ser la primera en todo y que si no lo eres muchas cosas pasan dentro de ti?-eso era confuso pero era lo que me pasaba, si Louis se hubiera fijado en mi desde un principio yo no estaría pensando en hacerle pagar. Me acomode en la silla y la mire fijamente a los ojos, no me había percatado de que eran muchas las veces en que yo los encontraba de un color verde aceitunado o miel, dependiendo de cómo la luz le diera en el rostro o como estuviera mi percepción ese día. Tuve que buscar mi vaso de agua a tientas, el tema me ponía nerviosa, sacudí la melena coquetamente sin intención alguna y de forma mecánica, ese negocio era casi como jugar a ser muñecas, todo estaba prefabricado-¿Entonces?-inquirí enarcando una ceja casi de forma preocupada, temía volverme loca o algo por estilo pero odiaba que no me tomaran en cuenta después de haber tenido a cuanto hombre quería pues yo lo podía todo lo humanamente posible y hablando del género masculino.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
Localización : Fuera de tu presupuesto...OBVIO
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Rodé los ojos cuando empezó a hablar de los clientes que molestaban y que creían que el simple hecho de pagarnos los hacía dueños totales de nuestro cuerpo, mente y voluntad. Por lo que había pagado, se ganaba mi cuerpo. Mi mente y mi voluntad estaban muy lejos de su alcance y siempre lo estarían. Y lo peor del caso era que no podías simplemente darles un rodillazo en sus partes nobles para quitártelos de encima sino que tenías que usar toda la diplomacia con la que contabas para decirles amablemente que era más conveniente que hicieran otra cosa porque probablemente 'así lo disfrutarían más'. Mentira sobre mentira. Ese era nuestro trabajo. -Ni yo tampoco- Era la verdad, a veces cuando terminaba la noche y llegaba a mi casa a acostarme en mi cama y dejaba de pensar, me asaltaba la pregunta de si sería capaz de seguir así por mucho tiempo más y me daban ganas de llorar cuando un atisbo de respuesta se asomaba por algún resquicio de mi mente. -Pero supongo que la respuesta está por ahí en algún lado-
Seguí recorriendo el borde del vaso con mi dedo olvidándome por un buen rato que la bebida era para beberse. Me dediqué solamente a darle vueltas a lo que acababa de decir y sólo volví a levantar la mirada cuando dijo mi nombre. Alcé las cejas esperando a que continuara pensando que iba a dejarme con la duda de lo que quería decirme. No la culpaba, si yo contara las veces en que quería decir algo y una vez que empezaba me arrepentía, nunca terminaría. Intenté entender lo que me decía porque era algo importante. O al menos ella lo hacía parecer algo sumamente importante. Una mujer no ponía esa cara si estuviera jugando, ni siquiera una excelente actriz. Ladeé la cabeza un poco al haber entendido al menos un poco lo que quería decir asintiendo. -Supongo que si... Pensé que sabía de lo que hablaba. Era una ley que cuando trabajabas en nuestro trabajo sentías que eras la única mujer en el planeta capaz de tener a cualquier hombre que se te apareciera enfrente. Y cuando no lo eras, el dragón se volvía loco. -Creo que entiendo a lo que te refieres, y es completamente normal. Al menos yo, todavía no aguanto no ser el centro de atención de los hombres que me miran- Había bajado la voz hasta un susurro llevándome el dedo índice a los labios con una señal de silencio.
-Pero es un secreto- Porque los celos son enemigos de la belleza. Cuando una mujer está celosa, es peor que el peor de los demonios del infierno. Reí encogiéndome un poco pero dejando que se explayara en lo que quería decirme. La miré a los ojos esperando que continuara porque ahora sinceramente no podía quedarme así solamente. Asentí solemnemente moviendo una mano. -Cielos, si que lo he sentido... es como si te... decepcionaras tu misma... es terrible...- Era como si todos tus superpoderes de cortesana, si es que eso existía, se evaporaran en el aire y te sentías como si nunca te recuperaras de la vergüenza de no obtener lo que quieres.
Seguí recorriendo el borde del vaso con mi dedo olvidándome por un buen rato que la bebida era para beberse. Me dediqué solamente a darle vueltas a lo que acababa de decir y sólo volví a levantar la mirada cuando dijo mi nombre. Alcé las cejas esperando a que continuara pensando que iba a dejarme con la duda de lo que quería decirme. No la culpaba, si yo contara las veces en que quería decir algo y una vez que empezaba me arrepentía, nunca terminaría. Intenté entender lo que me decía porque era algo importante. O al menos ella lo hacía parecer algo sumamente importante. Una mujer no ponía esa cara si estuviera jugando, ni siquiera una excelente actriz. Ladeé la cabeza un poco al haber entendido al menos un poco lo que quería decir asintiendo. -Supongo que si... Pensé que sabía de lo que hablaba. Era una ley que cuando trabajabas en nuestro trabajo sentías que eras la única mujer en el planeta capaz de tener a cualquier hombre que se te apareciera enfrente. Y cuando no lo eras, el dragón se volvía loco. -Creo que entiendo a lo que te refieres, y es completamente normal. Al menos yo, todavía no aguanto no ser el centro de atención de los hombres que me miran- Había bajado la voz hasta un susurro llevándome el dedo índice a los labios con una señal de silencio.
-Pero es un secreto- Porque los celos son enemigos de la belleza. Cuando una mujer está celosa, es peor que el peor de los demonios del infierno. Reí encogiéndome un poco pero dejando que se explayara en lo que quería decirme. La miré a los ojos esperando que continuara porque ahora sinceramente no podía quedarme así solamente. Asentí solemnemente moviendo una mano. -Cielos, si que lo he sentido... es como si te... decepcionaras tu misma... es terrible...- Era como si todos tus superpoderes de cortesana, si es que eso existía, se evaporaran en el aire y te sentías como si nunca te recuperaras de la vergüenza de no obtener lo que quieres.
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
-Entonces ¿Crees que es normal la forma en la que soy?-me mordí el labio tratando de restar importancia a todo aquello que en verdad no quería decir ¿Cómo decirle que creía estar enamorada pero que esa persona no tenía todo a lo que yo aspiraba? Desde que mi madre había decidió meterse al burdel para buscar dinero para ambas siempre supe que no quería eso y que algún día las dos dejaríamos el lugar en donde las mujeres no somos más que objetos de placer, pero el destino tenía planeado algo para mí que al final de la historia solo se convirtió en un vicio. Al principio fue difícil tratar de acostumbrarte a que toda clase de hombres te tocaran pero después piensas que es la única forma de salir del agujero y acabas abrazando esa idea tan fuerte que incluso pierde sentido.
-Me refiero a que…-lo que iba a decir no sonaba nada modesto pero Magnolia me conocía y si había una mujer en el mundo a la cual debía de agradecer y envidiar de buena forma era ella. Desde que la conocí siempre supe que podía contar con alguien tal vez si no para llorar para efectuar preguntas como esta-Sé que soy bonita incluso soy más bonita que muchas de las que están aquí-mire alrededor para comprobar lo que decía, había chicas tan feas que no podía dejar de sentir pena por ellas-Pero a veces no parece ser suficiente-con las palmas de las manos hacia arriba hice un gesto parecido al de estrangular a alguien, yo era buena o eso quería creer solo que me costaba aceptarlo.
Bufé derrotada mientras me ponía a pensar en todo aquello que podía obtener con mi linda cara y lo que no podría obtener-Hay cosas que no sabes Magnolia-no era momento de abrirme, lo sabía pero no estaba muy segura de cómo expresar mi deseo y poder que tenía sobre mí el dinero a menos de que le dijera más cosas. Tal vez ella podría aconsejarme, aunque su consejo estaba seguro que me llevaría a la puerta de salida del burdel, creí que valía la pena. Una parte de mi quería quedarse y triunfar y la otra quería rendirse a ese sentimiento raro que nunca había sentido pero que sabía solo me estancaría y no me dejaría avanzar.
-Me refiero a que…-lo que iba a decir no sonaba nada modesto pero Magnolia me conocía y si había una mujer en el mundo a la cual debía de agradecer y envidiar de buena forma era ella. Desde que la conocí siempre supe que podía contar con alguien tal vez si no para llorar para efectuar preguntas como esta-Sé que soy bonita incluso soy más bonita que muchas de las que están aquí-mire alrededor para comprobar lo que decía, había chicas tan feas que no podía dejar de sentir pena por ellas-Pero a veces no parece ser suficiente-con las palmas de las manos hacia arriba hice un gesto parecido al de estrangular a alguien, yo era buena o eso quería creer solo que me costaba aceptarlo.
Bufé derrotada mientras me ponía a pensar en todo aquello que podía obtener con mi linda cara y lo que no podría obtener-Hay cosas que no sabes Magnolia-no era momento de abrirme, lo sabía pero no estaba muy segura de cómo expresar mi deseo y poder que tenía sobre mí el dinero a menos de que le dijera más cosas. Tal vez ella podría aconsejarme, aunque su consejo estaba seguro que me llevaría a la puerta de salida del burdel, creí que valía la pena. Una parte de mi quería quedarse y triunfar y la otra quería rendirse a ese sentimiento raro que nunca había sentido pero que sabía solo me estancaría y no me dejaría avanzar.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
Localización : Fuera de tu presupuesto...OBVIO
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Con tantas preguntas tan diferentes estaba perdiendo el hilo de la conversación, me mordí el labio intentando hilar una con la otra pero parecía que había algo que no quería decirme. No la culpaba, a veces las mujeres tenemos tantos secretos encima que nos cuesta deshacernos de uno que otro y los guardamos bajo llave en el alma. -¿La forma en la que eres? Esa era justamente la parte que me confundía, a estas alturas de la vida, ¿Existía alguien normal en el mundo? Intenté formular una respuesta coherente a lo que me pedía que le contestara pero es que cada quien es normal según lo que es. Abrí la boca justo cuando continuó hablando así que me evité la pena de equivocarme.
Asentí dándole la razón. Ella era muy bonita. Más incluso que cualquiera que quisiera competir contra ella, eso claro, si esto fuera una competencia. Aunque no entendía a qué se refería. Yo sabía que para ser lo que somos no era suficiente tener una cara bonita, hay muchos aspectos que necesitas tener para poder triunfar en esta profesión pero ella las tenía todas y con creces. No por nada era llamada constantemente por los clientes. -No entiendo, ¿Estamos hablando de ser suficiente para la profesión o ser suficiente para... alguien en especial? Sus gestos me decían que los tiros iban por otro lado y sonreí porque siempre había admitido que yo no sabía muchas cosas, era gracioso que lo dijera porque yo a veces me sentía bastante ignorante o ausente de lo que pasaba a mi alrededor.
Me quedé mirándola esperando a que terminara de decirlo pero al parecer esta iba a ser una conversación que no concluía y no iba a tener la suerte de enterarme de nada. No me preocupaba, como yo decía al principio, hay secretos que por más que lo intentas, no se deciden a formarse en palabras y salir de tu boca. Hay cosas que simplemente no puedes confiarle a nadie y con las que morirás sin decirlas en voz alta. Estiré la mano por encima de la mesa para tomar la suya y le dediqué un gesto de comprensión porque eso era precisamente lo que sentía en ese momento. -No tienes que contarme nada si no quieres, pero sabes que estoy aquí si me necesitas y que no le contaré a nadie más. Aunque supongo que lo que le preocupaba no era precisamente que le contara a alguien. ¿Entonces qué era lo que le preocupaba?
Asentí dándole la razón. Ella era muy bonita. Más incluso que cualquiera que quisiera competir contra ella, eso claro, si esto fuera una competencia. Aunque no entendía a qué se refería. Yo sabía que para ser lo que somos no era suficiente tener una cara bonita, hay muchos aspectos que necesitas tener para poder triunfar en esta profesión pero ella las tenía todas y con creces. No por nada era llamada constantemente por los clientes. -No entiendo, ¿Estamos hablando de ser suficiente para la profesión o ser suficiente para... alguien en especial? Sus gestos me decían que los tiros iban por otro lado y sonreí porque siempre había admitido que yo no sabía muchas cosas, era gracioso que lo dijera porque yo a veces me sentía bastante ignorante o ausente de lo que pasaba a mi alrededor.
Me quedé mirándola esperando a que terminara de decirlo pero al parecer esta iba a ser una conversación que no concluía y no iba a tener la suerte de enterarme de nada. No me preocupaba, como yo decía al principio, hay secretos que por más que lo intentas, no se deciden a formarse en palabras y salir de tu boca. Hay cosas que simplemente no puedes confiarle a nadie y con las que morirás sin decirlas en voz alta. Estiré la mano por encima de la mesa para tomar la suya y le dediqué un gesto de comprensión porque eso era precisamente lo que sentía en ese momento. -No tienes que contarme nada si no quieres, pero sabes que estoy aquí si me necesitas y que no le contaré a nadie más. Aunque supongo que lo que le preocupaba no era precisamente que le contara a alguien. ¿Entonces qué era lo que le preocupaba?
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Todo eso era muy confuso. Pero desde mi punto de vista todo formaba una larga cadena de sucesos que desencadenaban en ese preciso momento, en donde no sabía o no estaba totalmente de lo que me pesaba. Sin decir mucho Magnolia dio en el clavo, no era por la profesión que ejercía que me ponía así si no por alguien y ese alguien era Louis, simplemente no soportaba que el en vez de poner sus ojos en mi como la mayoría de los hombres hubiera preferido a quien quiera que fuera. Sentí como el labio inferior me tembló y mi cuerpo adopto una posición antinatural, muchas de las compañeras que se habían dado cuenta que estaba si por un “él” me habían dicho que no podía y hasta cierto punto me había sugestionado.
-Es que si quiero-añadí decidida, con un toque infantil en mi voz, muchas veces olvidaba que solo tenía diecisiete y que la mayor parte de mi vida si no es que toda me la había vivido en un burdel. Apreté su mano ligeramente en forma de agradecimiento, muchas veces Magnolia era lo único que en verdad consideraba como de confianza y con quien no debía aparentar o esconderme lo que sentía-Mi mamá era una prostituta-comencé con tono tranquilo, las palabras salían por mi boca rozando mis dientes-Cuando tenía 11 años…creo-hice una mueca mientras acomodaba los recuerdos en mi cabeza-Mi madre era una buena persona o algo así pero a las buenas personas las asesinan-me encogí de hombros en un gesto desinteresado como si hablar de asesinatos a prostitutas fueran cualquier cosa.
Por un momento creí que las orbes miel de Magnolia brillaron pero seguramente era un efecto de la luz, tuve que bajar la mirada a las pocas ropas que nos hacían llevar para volver a recobrar la narración-Uno de sus clientes frecuentes un día decidió que no la quería a ella pero como toda madre o tal vez por celos ella se opuso a que me hiciera algo y un accidente se convirtió en algo trágico-arrugue el ceño-Y pasó-exhale aire por la boca y solté su mano como si esa acción fuera a borrar todo lo que había pasado antes-Ahora estoy asustada de querer a alguien-me sentía contra la espada y la pared. Si renegaba de Louis renegaba de mis sentimientos y ya había hecho eso hace mucho pero si aceptaba todo lo que pasa adentro de mí me quedaba sin nada, sin los pocos lujos que pude haber tenido como la golfa que era.
-¿Qué se supone que haga?-pregunte esperanzada de una respuesta que me salvara del infierno que me encontraba. A veces abusaba de la buena voluntad de Magnolia y de su paciencia pero es que si no tenía a nadie, no podía recurría a nadie más que a ella.
Off: Perdón por tardar, la escuela u.u
-Es que si quiero-añadí decidida, con un toque infantil en mi voz, muchas veces olvidaba que solo tenía diecisiete y que la mayor parte de mi vida si no es que toda me la había vivido en un burdel. Apreté su mano ligeramente en forma de agradecimiento, muchas veces Magnolia era lo único que en verdad consideraba como de confianza y con quien no debía aparentar o esconderme lo que sentía-Mi mamá era una prostituta-comencé con tono tranquilo, las palabras salían por mi boca rozando mis dientes-Cuando tenía 11 años…creo-hice una mueca mientras acomodaba los recuerdos en mi cabeza-Mi madre era una buena persona o algo así pero a las buenas personas las asesinan-me encogí de hombros en un gesto desinteresado como si hablar de asesinatos a prostitutas fueran cualquier cosa.
Por un momento creí que las orbes miel de Magnolia brillaron pero seguramente era un efecto de la luz, tuve que bajar la mirada a las pocas ropas que nos hacían llevar para volver a recobrar la narración-Uno de sus clientes frecuentes un día decidió que no la quería a ella pero como toda madre o tal vez por celos ella se opuso a que me hiciera algo y un accidente se convirtió en algo trágico-arrugue el ceño-Y pasó-exhale aire por la boca y solté su mano como si esa acción fuera a borrar todo lo que había pasado antes-Ahora estoy asustada de querer a alguien-me sentía contra la espada y la pared. Si renegaba de Louis renegaba de mis sentimientos y ya había hecho eso hace mucho pero si aceptaba todo lo que pasa adentro de mí me quedaba sin nada, sin los pocos lujos que pude haber tenido como la golfa que era.
-¿Qué se supone que haga?-pregunte esperanzada de una respuesta que me salvara del infierno que me encontraba. A veces abusaba de la buena voluntad de Magnolia y de su paciencia pero es que si no tenía a nadie, no podía recurría a nadie más que a ella.
Off: Perdón por tardar, la escuela u.u
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
Localización : Fuera de tu presupuesto...OBVIO
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
No perdí de vista sus reacciones porque en este caso, en que no hacía más que darle la vuelta a las cosas necesitaba una cuerda de razonamiento que me mantuviera a flote para no hundirme en el mar de incertidumbre en el que estábamos navegando las dos desde el principio de la conversación. Bebí más licor dejando que su sabor me llenara la boca antes de pasarlo y disfrutar del calor que se extendía por mi garganta. Sonreí de lado ante el tono infantil que adoptó su voz pero sin añadir nada más. No quería presionarla, yo bien sabía que era difícil aceptar las cosas cuando llegaban a semejante situación , era el paso en el que te despeñabas hacia el abismo del amor, un sentimiento que todas nosotras teníamos vedado.
Bajé la mirada hacia su mano que apretaba la mía y sentí un hoyo en el estómago, no sólo por la complicidad que había entre ella y yo, ni tampoco por la situación que compartíamos en la que as dos sentíamos algo prohibido en esa profesión, sino porque yo siempre había pensado que si había alguien en todo el mundo que mereciera sentir amor y que fuera correspondido, y vivir una vida tan normal como la quisiera, era justamente Arianne. Por eso mismo yo luchaba por que dejara esta vida, luchaba porque abandonara el burdel y se volviera una persona normal, se volviera una chica de diecisiete años que pudiera buscar al amor de su vida y ser feliz con él. Quien quiera que fuera. Escuché sintiendo cómo el hoyo en el estómago se me transformaba en un nudo en la garganta. Hablar de su madre era algo que no hacía demasiado. -No a todas las malas personas, Arianne. Fue una desafortunada coincidencia pero no quiere decir que si eres buena te asesinarán- Suspiré para poner en orden lo que quería decirle y me enredé con las palabras que volaban por mi mente a rápidos espasmos.
Sabía que la había interrumpido así que dejé que terminara escuchando la triste historia de su madre. Lo que una madre hacía por sus hijos. Podía incluso llegar a morir sin saber que con ese simple gesto de amor absoluto e infinito, dejaba a la merced de cualquiera a esta personita tan querida por quien había dado la vida. En ese momento hice un pacto conmigo misma para que si algún día se me daba la oportunidad de tener un hijo, nunca lo dejara solo. Jamás. Yo no viviría en paz si lo dejara sola en este mundo tan irracional en donde el dinero que uno tiene dicta la forma en que te tratan, la forma en que te ven y el lugar donde trabajas. Lo que daría yo por sacar a Arianne de aquí. Sentí el aire helado de alrededor pegarle a mi mano cuando alejó la suya y negué con la cabeza. -Yo siempre he pensado que a las compañeras hay que cuidarlas con la vida, no puedes permitir que cualquiera le ponga la mano encima a tu hermana de profesión- Aunque fuera tu enemiga o la que te robaba a los clientes, en el momento en el que un cliente le levantaba la mano a alguien, entonces era personal.
Suspiré en un intento de empezar a consolarla y aconsejarla tomándome mi tiempo para hablarle sin dejar de mirarla fijamente. -No creo que el amor sea un sentimiento para tenerle miedo. Sobretodo si es correspondido. Es un sentimiento que puedes abrazar, que puedes disfrutar, pero nunca temerle. Sé que nosotras tenemos el fallo de nuestra profesión y cuando amas a alguien todo se vuelve más complicado pero nada es imposible- Jugué con el vaso girándolo entre mis manos para hacr tiempo, supongo que eso ya lo sabía pero la pregunta siguiente me turbó un poco. ¿Qué podía decirle yo? Yo que sufría de lo mismo y que no me decidía a dejar este mundo en el que sólo se vivía de noche, de cama en cama y de hombre en hombre. ¿Habría algún hombre enamorado en el mundo que viera más allá del burdel que llevábamos en la sangre para aceptar lo que teníamos que hacer? -¿Qué puedo decirte? ¿Que te rindas a tu sentimiento? Sería demasiado romántico. ¿Que te alejes de él porque te hará daño? Sería demasiado alarmista. Puedo decirte que hagas lo que he hecho yo y postponer la decisión hasta que tengas más ganas de tomarla pero eso sería cobarde- Sí, aceptémoslo, era una cobarde por no aceptar lo que sentía y ahora yo tenía que decirle a Arianne que fuera mejor que yo y se lanzara a la aventura del amor con quien fuera el afortunado. -Se supone que seas más valiente que yo y decidas vivir la experiencia. El burdel siempre estará aquí y si aquello no te gusta, siempre puedes volver acá. ¿O no? Y tal vez yo, debería seguir mis propios consejos.
Bajé la mirada hacia su mano que apretaba la mía y sentí un hoyo en el estómago, no sólo por la complicidad que había entre ella y yo, ni tampoco por la situación que compartíamos en la que as dos sentíamos algo prohibido en esa profesión, sino porque yo siempre había pensado que si había alguien en todo el mundo que mereciera sentir amor y que fuera correspondido, y vivir una vida tan normal como la quisiera, era justamente Arianne. Por eso mismo yo luchaba por que dejara esta vida, luchaba porque abandonara el burdel y se volviera una persona normal, se volviera una chica de diecisiete años que pudiera buscar al amor de su vida y ser feliz con él. Quien quiera que fuera. Escuché sintiendo cómo el hoyo en el estómago se me transformaba en un nudo en la garganta. Hablar de su madre era algo que no hacía demasiado. -No a todas las malas personas, Arianne. Fue una desafortunada coincidencia pero no quiere decir que si eres buena te asesinarán- Suspiré para poner en orden lo que quería decirle y me enredé con las palabras que volaban por mi mente a rápidos espasmos.
Sabía que la había interrumpido así que dejé que terminara escuchando la triste historia de su madre. Lo que una madre hacía por sus hijos. Podía incluso llegar a morir sin saber que con ese simple gesto de amor absoluto e infinito, dejaba a la merced de cualquiera a esta personita tan querida por quien había dado la vida. En ese momento hice un pacto conmigo misma para que si algún día se me daba la oportunidad de tener un hijo, nunca lo dejara solo. Jamás. Yo no viviría en paz si lo dejara sola en este mundo tan irracional en donde el dinero que uno tiene dicta la forma en que te tratan, la forma en que te ven y el lugar donde trabajas. Lo que daría yo por sacar a Arianne de aquí. Sentí el aire helado de alrededor pegarle a mi mano cuando alejó la suya y negué con la cabeza. -Yo siempre he pensado que a las compañeras hay que cuidarlas con la vida, no puedes permitir que cualquiera le ponga la mano encima a tu hermana de profesión- Aunque fuera tu enemiga o la que te robaba a los clientes, en el momento en el que un cliente le levantaba la mano a alguien, entonces era personal.
Suspiré en un intento de empezar a consolarla y aconsejarla tomándome mi tiempo para hablarle sin dejar de mirarla fijamente. -No creo que el amor sea un sentimiento para tenerle miedo. Sobretodo si es correspondido. Es un sentimiento que puedes abrazar, que puedes disfrutar, pero nunca temerle. Sé que nosotras tenemos el fallo de nuestra profesión y cuando amas a alguien todo se vuelve más complicado pero nada es imposible- Jugué con el vaso girándolo entre mis manos para hacr tiempo, supongo que eso ya lo sabía pero la pregunta siguiente me turbó un poco. ¿Qué podía decirle yo? Yo que sufría de lo mismo y que no me decidía a dejar este mundo en el que sólo se vivía de noche, de cama en cama y de hombre en hombre. ¿Habría algún hombre enamorado en el mundo que viera más allá del burdel que llevábamos en la sangre para aceptar lo que teníamos que hacer? -¿Qué puedo decirte? ¿Que te rindas a tu sentimiento? Sería demasiado romántico. ¿Que te alejes de él porque te hará daño? Sería demasiado alarmista. Puedo decirte que hagas lo que he hecho yo y postponer la decisión hasta que tengas más ganas de tomarla pero eso sería cobarde- Sí, aceptémoslo, era una cobarde por no aceptar lo que sentía y ahora yo tenía que decirle a Arianne que fuera mejor que yo y se lanzara a la aventura del amor con quien fuera el afortunado. -Se supone que seas más valiente que yo y decidas vivir la experiencia. El burdel siempre estará aquí y si aquello no te gusta, siempre puedes volver acá. ¿O no? Y tal vez yo, debería seguir mis propios consejos.
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
¡Dios! ¿Por qué todo lo que salí de la boca de Magnolia tenía que hacer un gran hoyo en mi conciencia? Todas sus palabras daban paso a algo de razonamiento, ese que no tenía o que al menos si lo ocupaba no era para ver cosas buenas-No puedo dejar esto, esto es mi vida-me justifique, sabía que era lo peor que podía hacer pero simplemente no quería estar más lastimada de lo que ya me habían lastimado en la vida. Había soportado golpes, de los mejores clientes, de los que pagaban hasta lo que no tenían para tenerme pero un daño más a mi torturada alma y estaba segura de que no soportaría. Me escudaba en ser una prostituta y me había resultado en los años en que había comenzado a trabajar, no implicabas de ninguna forma tus sentimientos, simplemente dejabas que te tocaran, tocabas y listo, recibías una sustanciosa ganancia pero ahora que tenía algo nuevo frente a mí, me sentía desprotegida y con ganas de correr a esconderme.
-Y tampoco sé si esto que me está pasando es porque lo merezco, no creo que sea la mujer indicada para él-me encogí de hombros y salte del banquito en el que estaba sentada, recargando todo mi peso en una mano la cual estaba apoyada en la parte del asiento-No sé, dudo mucho que pueda salir de aquí…primero quiero-aspire aire mientras veía a una pared solitaria, imaginándome como esas mujeres elegantes y con grandes títulos, esas mujeres a las que respetaban simplemente por no abrir las piernas en la noche-Primero quiero…ser alguien, alguien importante-mi voz bajo de volumen y de entusiasmo, no me hacía nada feliz hablar así ahora que conocía a Louis pero tampoco me hacía del todo feliz hablar de Louis cuando la sociedad en el momento en que lo vieran conmigo los chismes y críticas no tardarían en llegar. Sonreí débilmente, me daba pena con Magnolia, yo aunque no se lo dijera, la quería mucho. Me había apoyado en todas las formas en que se puede ayudar a una colega.
-¿Te imaginas tu vida fuera de aquí?-la mayoría de nosotras ni siquiera lo pensábamos, porque ese lugar en donde el sexo era el principal actor era nuestro hogar, yo no conocía otra cosa y me costaba mucho imaginarme fuera de ese lugar. Suspire mientras me erguía y me llevaba una mano al pecho como si me preocupara algo y sí, me preocupaban muchas cosas-Tengo mucho que pensar-susurre mientras caminaba de un lado a otro y mordía mis labios frenéticamente. Pude ver de reojo a varios hombres que miraban a Magnolia, tal vez querían que les ofreciera de sus servicios pero yo, como la buena celosa que era los encare fulminándolos con la mirada-No está disponible por ahora ¿No lo ven?-les espete desde la distancia en que me encontraba, siempre me metía en problemas por mi bocota y acababan regañándome pero la verdad es que poco me importaba, ya había soportado mucho-L siento pero es que…justo ahora necesito…-y me quede callada como si con mi silencio se pudieran decir muchas cosas.
Estaba totalmente asustada, muchas cosas pasaban por mi cabeza y no estaba segura de nada, solo sabía que mi vida sería distinta si salía del burdel ¿Me casaría? ¿Sería feliz? ¿Tendría hijos? Trague saliva amargamente, aunque nadie lo sabía todos los días pensaban en ese angelito que no
-Y tampoco sé si esto que me está pasando es porque lo merezco, no creo que sea la mujer indicada para él-me encogí de hombros y salte del banquito en el que estaba sentada, recargando todo mi peso en una mano la cual estaba apoyada en la parte del asiento-No sé, dudo mucho que pueda salir de aquí…primero quiero-aspire aire mientras veía a una pared solitaria, imaginándome como esas mujeres elegantes y con grandes títulos, esas mujeres a las que respetaban simplemente por no abrir las piernas en la noche-Primero quiero…ser alguien, alguien importante-mi voz bajo de volumen y de entusiasmo, no me hacía nada feliz hablar así ahora que conocía a Louis pero tampoco me hacía del todo feliz hablar de Louis cuando la sociedad en el momento en que lo vieran conmigo los chismes y críticas no tardarían en llegar. Sonreí débilmente, me daba pena con Magnolia, yo aunque no se lo dijera, la quería mucho. Me había apoyado en todas las formas en que se puede ayudar a una colega.
-¿Te imaginas tu vida fuera de aquí?-la mayoría de nosotras ni siquiera lo pensábamos, porque ese lugar en donde el sexo era el principal actor era nuestro hogar, yo no conocía otra cosa y me costaba mucho imaginarme fuera de ese lugar. Suspire mientras me erguía y me llevaba una mano al pecho como si me preocupara algo y sí, me preocupaban muchas cosas-Tengo mucho que pensar-susurre mientras caminaba de un lado a otro y mordía mis labios frenéticamente. Pude ver de reojo a varios hombres que miraban a Magnolia, tal vez querían que les ofreciera de sus servicios pero yo, como la buena celosa que era los encare fulminándolos con la mirada-No está disponible por ahora ¿No lo ven?-les espete desde la distancia en que me encontraba, siempre me metía en problemas por mi bocota y acababan regañándome pero la verdad es que poco me importaba, ya había soportado mucho-L siento pero es que…justo ahora necesito…-y me quede callada como si con mi silencio se pudieran decir muchas cosas.
Estaba totalmente asustada, muchas cosas pasaban por mi cabeza y no estaba segura de nada, solo sabía que mi vida sería distinta si salía del burdel ¿Me casaría? ¿Sería feliz? ¿Tendría hijos? Trague saliva amargamente, aunque nadie lo sabía todos los días pensaban en ese angelito que no
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
Localización : Fuera de tu presupuesto...OBVIO
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Dejé que dijera lo que quisiera porque era siempre la misma reacción, de todas nosotras, o al menos tanto de ella como la mía. Incluso le dediqué una sonrisa para darle a entender que hasta yo hubiera contestado algo así, definitivamente era una forma de postponer cualquier decisión que concerniera al hecho de volverse una mujer más del montón. Al menos como cortesana, las personas te miraban mal pero dentro de ti, sabías que llegada la noche, podías conseguir a un cliente, acostarte con él, recibir una paga e irte a dormir con el corazón tranquilo y envuelto en su propia barrera de concreto. -Verás, el problema con ese tipo de afirmaciones es que nunca dejamos que sea él el que decida eso... puede que tu creas que no eres lo suficientemente buena para él pero no sabes si él piensa lo contrario- Me encogí de hombros. ¿Qué más podía yo hacer al respecto? -Deja que él decida eso.. preocúpate por si él es lo suficientemente bueno para ti- Y lo demás que no te importe.
Levanté la mirada cuando ella se levantó, no me moví porque yo estaba tranquila, bebí lo último que quedaba de mi licor de cerezas y pedí que rellenaran mi vaso. Uno más no me haría daño. Nunca me hacía daño. Entendía su posición. Quería de alguna forma ser alguien para no sentirse tan culpable por querer a un hombre normal. No a un cliente. Quería ser digna de que ese hombre la amara y no le importaba esperar hasta que eso sucediera. Asentí solamente porque entendía lo que quería decir, que no era la forma más correcta de hacer esto pero era la que nos quedaba. Cuando amabas a alguien tanto como alguien como nosotros amaba, no le importaba sacrificar un poco de tiempo con tal de ser alguien para esa persona. Porque esa persona, había logrado hacerle un hoyo a nuestra coraza y se había metido hasta dentro con tan sólo una sonrisa, o una caricia, un gesto que significaba más de los que recibías en una noche de trabajo agetreada. Y esa persona, por el simple hecho de amarnos de regreso, se merecía todo lo que pudiéramos entregarle. Sin importar el precio que nosotros tuviéramos que pagar.
Pensé la respuesta a su pregunta. ¿Me imaginaba mi vida fuera de aquí? Mi vida fuera de aquí significaba volver a los fantasmas de mi pasado, era doloroso, aun cuando había hablado millones de veces con Lucian de esto, había una pequeña parte de mi que se resistía a dejar ese mundo de placeres carnales y superficiales que nos llenaba el alma lo suficiente para seguir sobreviviendo. -Supongo que tendría que empezar a vivirla para poder imaginarla- Eso era un rotundo no. Y es que siempre que lo intentaba empezaba muy bien, amanecer en la cama. Sola o acompañada. Tomar un baño y un desayuno, salir... ¿A qué? ¿Tendría otro trabajo? Si yo no sabía hacer nada más que desvestir a los hombres y ofrecerles mi cuerpo como lo mejor que tenía. Chasqueé la lengua porque en ese punto éramos iguales Arianne y yo. -Es demasiado complicado pero si nos ponemos a pensar... ¿Qué puede ser peor que tener que aguantar clientes borrachos, con mal aliento y que además nos peguen a la menor provocación? Como si no valiéramos para nada más que para satisfacerlos pero eso era precisamente lo que era una prostituta. Una mujer que sólo servía para saciar los apetitos carnales de un hombre. De cualquier hombre que tuviera el suficiente dinero para comprar nuestros favores. -¿El amor? No creo-
Me quedé pensando en eso que acababa de decir. Muchas veces los consejos que le das a la gente son precisamente los consejos que tu misma deberías seguir pero siempre queda la misma excusa. Es diferente. Y puede que si fuera diferente, ella al menos sabía que la querían de regreso y que estaban dispuestos a cobijarla entre sus brazos. ¿Yo? Sonreí nostálgicamente mientras su voz me llamaba la atención y giraba un poco el cuerpo para mirar a los que me miraban lascivamente. Reí un poco dedicándoles a ellos un movimiento elegante que no le quedaba para nada a mi posición social y volviendo mi entera atención a Arianne negando con la cabeza. -No te disculpes, esta noche soy toda tuya-
La miré un momento y la escuché quedarse callada. No dije nada porque a veces, el silencio es un mejor consuelo que un montón de palabras vacías sin ningún significado. Me tomé mi tiempo para levantarme y me acerqué a ella para colocar mis brazos alrededor en un abrazo que probablemente diría más lo que ella significaba para mi que el hecho de que le dijera que se diera una oportunidad. Por mucho que yo se lo dijera, ella era la que debía tomar la decisión. Ella era la que tenía que romper la barrera del miedo y dar el paso que le faltaba dar para vivir una vida diferente y tal vez, con suerte, una vida feliz. -Sabes que siempre estoy para lo que necesites, ¿no?-
Levanté la mirada cuando ella se levantó, no me moví porque yo estaba tranquila, bebí lo último que quedaba de mi licor de cerezas y pedí que rellenaran mi vaso. Uno más no me haría daño. Nunca me hacía daño. Entendía su posición. Quería de alguna forma ser alguien para no sentirse tan culpable por querer a un hombre normal. No a un cliente. Quería ser digna de que ese hombre la amara y no le importaba esperar hasta que eso sucediera. Asentí solamente porque entendía lo que quería decir, que no era la forma más correcta de hacer esto pero era la que nos quedaba. Cuando amabas a alguien tanto como alguien como nosotros amaba, no le importaba sacrificar un poco de tiempo con tal de ser alguien para esa persona. Porque esa persona, había logrado hacerle un hoyo a nuestra coraza y se había metido hasta dentro con tan sólo una sonrisa, o una caricia, un gesto que significaba más de los que recibías en una noche de trabajo agetreada. Y esa persona, por el simple hecho de amarnos de regreso, se merecía todo lo que pudiéramos entregarle. Sin importar el precio que nosotros tuviéramos que pagar.
Pensé la respuesta a su pregunta. ¿Me imaginaba mi vida fuera de aquí? Mi vida fuera de aquí significaba volver a los fantasmas de mi pasado, era doloroso, aun cuando había hablado millones de veces con Lucian de esto, había una pequeña parte de mi que se resistía a dejar ese mundo de placeres carnales y superficiales que nos llenaba el alma lo suficiente para seguir sobreviviendo. -Supongo que tendría que empezar a vivirla para poder imaginarla- Eso era un rotundo no. Y es que siempre que lo intentaba empezaba muy bien, amanecer en la cama. Sola o acompañada. Tomar un baño y un desayuno, salir... ¿A qué? ¿Tendría otro trabajo? Si yo no sabía hacer nada más que desvestir a los hombres y ofrecerles mi cuerpo como lo mejor que tenía. Chasqueé la lengua porque en ese punto éramos iguales Arianne y yo. -Es demasiado complicado pero si nos ponemos a pensar... ¿Qué puede ser peor que tener que aguantar clientes borrachos, con mal aliento y que además nos peguen a la menor provocación? Como si no valiéramos para nada más que para satisfacerlos pero eso era precisamente lo que era una prostituta. Una mujer que sólo servía para saciar los apetitos carnales de un hombre. De cualquier hombre que tuviera el suficiente dinero para comprar nuestros favores. -¿El amor? No creo-
Me quedé pensando en eso que acababa de decir. Muchas veces los consejos que le das a la gente son precisamente los consejos que tu misma deberías seguir pero siempre queda la misma excusa. Es diferente. Y puede que si fuera diferente, ella al menos sabía que la querían de regreso y que estaban dispuestos a cobijarla entre sus brazos. ¿Yo? Sonreí nostálgicamente mientras su voz me llamaba la atención y giraba un poco el cuerpo para mirar a los que me miraban lascivamente. Reí un poco dedicándoles a ellos un movimiento elegante que no le quedaba para nada a mi posición social y volviendo mi entera atención a Arianne negando con la cabeza. -No te disculpes, esta noche soy toda tuya-
La miré un momento y la escuché quedarse callada. No dije nada porque a veces, el silencio es un mejor consuelo que un montón de palabras vacías sin ningún significado. Me tomé mi tiempo para levantarme y me acerqué a ella para colocar mis brazos alrededor en un abrazo que probablemente diría más lo que ella significaba para mi que el hecho de que le dijera que se diera una oportunidad. Por mucho que yo se lo dijera, ella era la que debía tomar la decisión. Ella era la que tenía que romper la barrera del miedo y dar el paso que le faltaba dar para vivir una vida diferente y tal vez, con suerte, una vida feliz. -Sabes que siempre estoy para lo que necesites, ¿no?-
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Aunque no pareciera escuchar o apreciar las palabras de Magnolia en verdad lo hacía, desde que la conocí todas sus palabras las guardaba en un pequeño baúl invisible en mi mente y lo sellaba bien. Magnolia era lo único que conocía como familia en ese lugar en donde la lujuria despertaba a la pasión y nos habían perdernos en un mar de deseos que teníamos que satisfacer costara lo que costara. Magnolia en verdad me importaba y era la única que sabía cosas de mí que ni yo misma sabía, como por ejemplo que detrás de esa cara de niña orgullosa y altiva estaba solo una joven frágil y asustada por el mundo de afuera, todo eso era lo que ella me había ayudado a asimilar. Si lo escondía no era por otra cosa más que por pena. ¿Qué podía ser peor? Había miles de cosas peores que un cliente borracho…cómo perder a un bebé que ni siquiera había logrado vivir más de dos meses dentro de mí, seguramente era muy niña para lleva esa carga o mi cuerpo era muy debil.
Había tantas cosas que no recordaba porque no me servía de nada acordarme de ellas pero precisamente ese recuerdo siempre estaba presente en mí, cerca de mi oído susurrándome cosas que eran difíciles de descifrar-No sé si la vida de allá afuera, con alguien más sea para mí, no sé si el amor sea para mi-era tan difícil que no podía o no quería separarme de mi protección anti dolor. Tenía miedo y sabía que era mi decisión pero no estaba lista. Preferiría seguir viviendo de las riquezas de mis clientes y quedarme ahí. De cualquier forma, todas mis raíces estaban ahí, yo no conocía más vida que tenderme en una cama y esperar a que alguien me tocara. Respire profundo, una gran bocanada de aire entro a mi organismo y me hizo sentir más ligera y más limpia. Me tomo unos segundos entender que era lo que hacía Magnolia, era un abrazo. Nadie me abrazaba así que me costó un poco entender el significado del mismo.
Con delicadeza y temiendo no sé qué, la rodee apretando solo un poco como quien aprieta un muñeco de peluche o una almohada cuando duerme. Sentí que escurría agua, y no era el techo era yo. Las lágrimas salían silenciosas pero de todo ese momento y a pesar de las luces que te incitaban a los placeres carnales yo había descubierto algo nuevo. De felicidad también se podía llorar, y la felicidad que experimentaba no era como la que tenía cuando alguien me regalaba algo o como cuando estaba con Louis, que si era una felicidad profunda que se enterraba en mi piel como garras de animal, tampoco era como cuando estaba con Marko, no era una sensación tórrida, no, esta era diferente, tierna y casi invisible pero ahí estaba-Haces mucho por mi Magnolia y no sé porque pero te debo tanto-me limpie las lágrimas antes de separarme de ellas y sonreírle como un infante-Soy tan tonta-solté una risita mientras me quitaba el agua restante-Juro no volver a ponerme así-me encogí de hombros, ya habíamos hablado mucho de mi pero…¿Y ella? ¿Qué pasaba con su vida? A veces me preocupaba pero no quería ser una entrometida.
Había tantas cosas que no recordaba porque no me servía de nada acordarme de ellas pero precisamente ese recuerdo siempre estaba presente en mí, cerca de mi oído susurrándome cosas que eran difíciles de descifrar-No sé si la vida de allá afuera, con alguien más sea para mí, no sé si el amor sea para mi-era tan difícil que no podía o no quería separarme de mi protección anti dolor. Tenía miedo y sabía que era mi decisión pero no estaba lista. Preferiría seguir viviendo de las riquezas de mis clientes y quedarme ahí. De cualquier forma, todas mis raíces estaban ahí, yo no conocía más vida que tenderme en una cama y esperar a que alguien me tocara. Respire profundo, una gran bocanada de aire entro a mi organismo y me hizo sentir más ligera y más limpia. Me tomo unos segundos entender que era lo que hacía Magnolia, era un abrazo. Nadie me abrazaba así que me costó un poco entender el significado del mismo.
Con delicadeza y temiendo no sé qué, la rodee apretando solo un poco como quien aprieta un muñeco de peluche o una almohada cuando duerme. Sentí que escurría agua, y no era el techo era yo. Las lágrimas salían silenciosas pero de todo ese momento y a pesar de las luces que te incitaban a los placeres carnales yo había descubierto algo nuevo. De felicidad también se podía llorar, y la felicidad que experimentaba no era como la que tenía cuando alguien me regalaba algo o como cuando estaba con Louis, que si era una felicidad profunda que se enterraba en mi piel como garras de animal, tampoco era como cuando estaba con Marko, no era una sensación tórrida, no, esta era diferente, tierna y casi invisible pero ahí estaba-Haces mucho por mi Magnolia y no sé porque pero te debo tanto-me limpie las lágrimas antes de separarme de ellas y sonreírle como un infante-Soy tan tonta-solté una risita mientras me quitaba el agua restante-Juro no volver a ponerme así-me encogí de hombros, ya habíamos hablado mucho de mi pero…¿Y ella? ¿Qué pasaba con su vida? A veces me preocupaba pero no quería ser una entrometida.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
Localización : Fuera de tu presupuesto...OBVIO
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Te debo una {Magnolia}
Era complicado, en realidad todo era tan complicado que a veces no le encontraba absolutamente ningún sentido en seguir viviendo, tuve que aceptar que exactamente los mismos temores que ella sentía, yo los tenía guardados en lo más profundo de mi alma. ¿Cómo podía mandarla al ruedo si yo estaba en la misma situación? O más bien, casi en la misma situación porque no hay que olvidar que a diferencia de ella yo no tenía a nadie seguro que me sacara del burdel, no tenía novio, ni nadie que se interesara en mi genuinamente. ¿O si? Al menos lo que tenía en ese momento nunca había pasado de ser una amistad más allá de cualquier barrera pero... nada más. -A veces me encantaría tener todas las respuestas, te lo juro... Era cierto, a veces me daban tantas ganas de gritar preguntas al aire a ver si alguien las contestaba que incluso la voz me cosquilleaba en la garganta queriendo salir. -Desafortunadamente la vida no viene con manual de instrucciones-
La vida de allá afuera, sonaba incluso como otro mundo separado tan sólo por un par de puertas de madera y un montón de formas de pensar erróneas que en la mayoría provenían de nosotras mismas. Tal vez el verdadero secreto para salir de este lugar y de esta forma de vida era lanzarse al vacío sin mirar atrás y esperar fervientemente y con todo el corazón que alguien estuviera abajo esperando a aliviarte tu caída. ¿Y qué pasaba si no había nadie? Era mejor no pensar en eso porque entonces te acobardabas y ya no te lanzabas. Sin embargo seguía insistiendo en que el amor era para todos, no importaba si era el amor de un hombre, de un amante, de tu familia o de un hijo. Un hijo. Tema escabroso, mejor demos la vuelta. -Sabes que cualquier cosa que decidas yo estaré ahí para apoyarte, ¿no? Siempre, siempre...a la hora que sea, el día que sea, sabes dónde encontrarme. Era lo único que podía hacer en ese momento, me sentía un tanto inútil pero algo era algo.
Me separé cuando hubo terminado el momento del abrazo y miré sus lágrimas limpiándoselas con los pulgares, con delicadeza, tomándome todo el tiempo del mundo en dejarla tan bonita como era ella sin llorar, y no era que no quisiera que llorara, a veces era lo único que te limpiaba la vista lo suficiente como para ver con otros ojos todo a tu alrededor. Le sonreí y volví a sentarme en mi lugar chasqueando la lengua por eso de que me debía tanto. -No digas tonterías, mataría por ti- Y lo haría sin que me debiera absolutamente nada, lo hacía porque era mi amiga, mi protegida, la que era como yo hacía unos años, mi compañera de trabajo y eso formaba un lazo fuerte entre nosotras dos, no era cualquier cosa.
Esperaba que le hubiera servido mi consuelo / consejo / plática. A veces creía que no servía para estas cosas pero si alguien podía aprender de mis errores, yo estaba dispuesta a que los usaran como mal ejemplo, ya con que una de nosotras sufriera era más que suficiente. Llamé al mesero para que nos rellenara los vasos y levanté el mío. -Ahora fuera las melancolías y brindemos por nosotras.- De todas maneras la noche casi llegaba a su fin y con ella los clientes y la oportunidad de ganar algún dinero esta noche. Ya mañana sería otro día.
La vida de allá afuera, sonaba incluso como otro mundo separado tan sólo por un par de puertas de madera y un montón de formas de pensar erróneas que en la mayoría provenían de nosotras mismas. Tal vez el verdadero secreto para salir de este lugar y de esta forma de vida era lanzarse al vacío sin mirar atrás y esperar fervientemente y con todo el corazón que alguien estuviera abajo esperando a aliviarte tu caída. ¿Y qué pasaba si no había nadie? Era mejor no pensar en eso porque entonces te acobardabas y ya no te lanzabas. Sin embargo seguía insistiendo en que el amor era para todos, no importaba si era el amor de un hombre, de un amante, de tu familia o de un hijo. Un hijo. Tema escabroso, mejor demos la vuelta. -Sabes que cualquier cosa que decidas yo estaré ahí para apoyarte, ¿no? Siempre, siempre...a la hora que sea, el día que sea, sabes dónde encontrarme. Era lo único que podía hacer en ese momento, me sentía un tanto inútil pero algo era algo.
Me separé cuando hubo terminado el momento del abrazo y miré sus lágrimas limpiándoselas con los pulgares, con delicadeza, tomándome todo el tiempo del mundo en dejarla tan bonita como era ella sin llorar, y no era que no quisiera que llorara, a veces era lo único que te limpiaba la vista lo suficiente como para ver con otros ojos todo a tu alrededor. Le sonreí y volví a sentarme en mi lugar chasqueando la lengua por eso de que me debía tanto. -No digas tonterías, mataría por ti- Y lo haría sin que me debiera absolutamente nada, lo hacía porque era mi amiga, mi protegida, la que era como yo hacía unos años, mi compañera de trabajo y eso formaba un lazo fuerte entre nosotras dos, no era cualquier cosa.
Esperaba que le hubiera servido mi consuelo / consejo / plática. A veces creía que no servía para estas cosas pero si alguien podía aprender de mis errores, yo estaba dispuesta a que los usaran como mal ejemplo, ya con que una de nosotras sufriera era más que suficiente. Llamé al mesero para que nos rellenara los vasos y levanté el mío. -Ahora fuera las melancolías y brindemos por nosotras.- De todas maneras la noche casi llegaba a su fin y con ella los clientes y la oportunidad de ganar algún dinero esta noche. Ya mañana sería otro día.
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Debo conseguirlo, debo vencer [0/1]
» Debo de ser sincero, no podré hacerlo
» No quiero, pero debo [Ausencia]
» ¿Dónde debo estar? (Zéphyr)
» Por algo no debo querer recordarte [Privado]
» Debo de ser sincero, no podré hacerlo
» No quiero, pero debo [Ausencia]
» ¿Dónde debo estar? (Zéphyr)
» Por algo no debo querer recordarte [Privado]
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour