Te debo una {Magnolia}

Mis ojos se entrecerraron mientras a lo lejos escuchaba la sensual música que solían tocar en las noches del burdel. No tenía ganas de ver a nadie esta ocasión así que me deje caer en la cama con la mirada perdida ¿Alguna vez tendría descanso? ¿Cuándo acabaría esto para mí? Estaba cansada muy cansada pero lo mismo que me cansaba me impulsaba para seguir adelante, no podía quedarme en ese maldito lugar que tanto odiaba y al cual mi madre me había condenado. Escuche mi nombre a lo lejos pero lo ignore cerrando los ojos pero solo logre que la voz se hiciera más y más fuerte-No puede ser-susurre entre dientes mientras me reincorporaba y veía a la Madame en el marco de la puerta. Su mirada era apremiante casi tormentosa como si lo que viera enfrente de ella le desagradara tanto como una mosca en la comida-Ya voy-mis dientes rechinaron mientras me levantaba de mala gana y mis hombros apenas rozaban su cuerpo cuando pasé a su lado.

Respire hondo antes de sumergirme a ese mundo de perdición que ya me era tan familiar como desagradable. Alguien me había pedido, eso era obvio pero mi sorpresa fue cuando vi quien me había llamado, era el tipo acosador de aspecto tenebroso que si me veía por la calle se la pasaba rogándome. Gire los ojos mientras me acomodaba el cabello que me caí en cascada por la espalda, mi odio y repugnancia eran notorios a mil kilómetros pero trate de esconderlo cuando vi la aterciopelada caja de color negro. Mi labio inferior se curvo a la vez que me encorvaba para tomar la caja que contenía un colgante de oro, lo contemple varios segundos después de convencerme a mí misma de que ese obsequio era bonito.

Me di valor mientras me sentaba en una de las mesitas a lado del tipejo ese. Sonreí forzadamente-Y bien…-comencé a decir cuando una voz me interrumpió, pude sentir la presencia de esa persona pues la piel de mi espalda reaccionó ¿Alguien había llegado a salvarme? Gire la cabeza y vi una figura familiar. No podía expresar que ten feliz estaba de que me estuviera sacando de ese apuro aunque claro, me quedaría con el regalo-Lo siento mucho…tal vez, otra noche-sonreí ocultando la exaltación de tener que irme de ahí-

La filosofía de Magnolia siempre me dejaba pensando dos cosas o posibilidades que nunca antes hubieran cruzado por mi cabeza, esas mismas salían por la puerta de atrás porque era demasiado cobarde e incluso precipitada en acciones como para ponerme a pensar mucho tiempo, no quería seguir en la pobreza del burdel mientras más rápido saliera sería un gran logro para mi sobre todo si salía con un gran fondo de dinero. Apreté los labios al juntarlo y formar una perfecta línea recta con ellos, lo de mostrar emociones no era bueno en un negocio como la prostitución y con una meta como la mía-Por suerte te tengo a ti-me encogí de hombros para después adoptar de nuevo ese aire de superioridad que me caracterizaba. Uno que le había copiado, por decirlo de una forma, a Magnolia. Siempre me había parecido que dentro de toda la inmundicia que podía llegar a tener el negocio del sexo había algo o alguien que brillaba, en este caso era mi protectora, mentora, mi hermana, tenía lo que las demás prostitutas no tenían: clase.

Era una niña cuando llegue al burdel y la encontré. De hecho lo seguía siendo pero a base de mirar y examinar todo lo que ella hacia había logrado subir de nivel, de ser una prostituta infantil que se acostaba con todos a una prostituta extrañamente bella a la que todos querían en su cama pero que pocos, hablando de dos o tres personas en verdad influyentes podían tener. Mi éxito en buena parte se lo debía a Magnolia que también gozaba de una excelente reputación, contadas prostitutas, a lo mucho cinco y entre ellas yo, podían tener la fortuna de hablar sobre dinero bien remunerado, clientes fijos y regalos extras. Las demás pobres se la pasaban mendigando un poco de atención por parte de borrachos que les pagan a lo mucho cien francos, eso en verdad era humillante y lo peor de todo era que no eran lo suficientemente interesante, bonitas, bonitas no bellas, como para escalar al nivel en que nosotras dos estábamos, podíamos rechazar a quien quisiéramos y regar nuestras sobras para otras-Lo sé y sabes que sin ti yo no estaría aquí, no estaría viva-señale el hinchado labio de hace unas semanas que había sido causado por un cliente borracho que me tomo a la fuerza-Y esto no importa porque ahora tengo quien se las apañe por mí y no Magnolia no eres tú-sonreí dejando que las pocas huellas de tristeza de algunos minutos acabaran por irse.

-No tienes por qué poner tu vida en riesgo-me acerque a paso lento hasta donde era mi lugar y una vez que estuve a escasos centímetros de su rostro la mire dejándole claro que tenía un gran secreto y que quería hacerla participe del mismo-Pero yo puedo matar por ti, porque eres muy especial en mi vida y no me gustaría que te pasara algo malo-sentencie enarcando una ceja y tocando con las yemas de los dedos la barra de madera en donde varios hombres habían llegado para obviamente acercarse a Magnolia-Y si alguien te llega a tocar un solo cabello tengo el poder y la protección para cortar gargantas-sonreí confiada en mis palabras-Con esto solo quiero que sepas que siempre serás importante para mí-mientras tuviera al día la atención de Marko y con eso su fortuna podría extenderla a lo que era Magnolia, de alguna forma tenía que agradecerle.

Me aleje de su rostro después de darle pequeños indicios de mi juego y sonreí dulcemente, como si fuera la hermana pequeña que nunca rompía un plato-Pero ese es nuestro secreto-tome el vaso en el que nos volvían servir líquido, lo levante solo un poco y asintiendo con la cabeza me lo lleve a los labios apenas sorbiendo-Brindemos por nuestra…fortuna para que siga creciendo-bebí otro poco sintiéndome ligeramente culpable por haberle robado la noche a Magni-Ven, te quiero mostrar algo-me levante del banco esperando a que me siguiera. Los hombres que la miraban eran bastante muertos de hambre y ella no tenía por qué despertar con ellos, era mucho mejor lo que yo tenía que enseñarle, le convenía y mi culpa se iría.

La mire por encima del hombro con una complicidad casi siniestra mientras avanzaba un poco más lento de lo normal, ya no tenía que caso que estuviéramos huyendo de los clientes tenía a Magnolia demasiado lejos como para que se atrevieran a ir a buscarla-Shhh-me lleve un dedo a la boca para que no preguntará más de la cuenta las compañeras solían ser quisquillosas al momento de averiguar como les iba a las demás, sobre todo a las que ganaban cantidades que se podían consideraban grosería simplemente al brindar sus prestigiados servicios…como Magnolia y yo. Gire la manija de la puerta que daba el paso a mi cuarto y colgué mi peso un poco para que no hiciera mucho ruido pero daba igual ese ruido no era tan fuerte como él que provenía de otras habitaciones-Cierra la puerta y apaga una de las velas por favor-le hable bajito haciéndole señas con las manos para que después de que nos enclaustrara se fuera a acomodar en la acolchonada cama. Tenía la idea de que con una luz tenue las joyas lucían mucho más.

Mis pasos se apresuraron hasta el guardarropa que contenía los mejores vestidos que pude obtener de mis antiguos clientes, agradecía esos regalos pero tenía unos mucho mejores. Debajo de toda esa organza, chiffon y seda que muchas veces pesaban demás por as piedras que les eran bordadas había un baúl de tamaño considerable que a simple vista no parecía costoso pero si alguien supiera de los tesoros que tenía ahí dentro muchos morirán por obtenerlo. Tome el aza para jalarlo por entre la habitación, no quería arriesgarme a quedar lastimada-Te dije que compartiría mis obsequios-camine hasta el tocador y pase los dedos por el borde que dejaba un espacio perfecto para esconder una llave, cuando mis falanges tocaron el metal frío di un brinco y salte con afán hacia el baúl-Y no pienso compartirlos con nadie que no seas tú-la mire y después de dos segundos mire la abertura que daba paso a la llave. Estaba segura de que le encantaría lo que tenía para ella.

Introduje la llave y gire lentamente, un click me aviso que mi secreto pronto sería develado a mi querida hermana-Puedes escoger los que quieras-empuje con una mano la tapa del baúl. Me mordí el labio de lo extasiada que me encontraba, casi me sentía opacada por la belleza de tantas gemas y piedras preciosas que tenía en mi poder-Personalmente me inclino por…este-me ayude con mis dos manos para tomar una collar de oro blanco, con grandes cuadros de esmeraldas que eran adornadas por diamantes parecidos a estrellas encapsuladas y perfectamente cortadas para hacer de esa pieza única-Es muy Magnolia…no lo siento, es muy Olivia o tal vez vez una mezcla de las dos-salte en la cama con el collar entre las manos y lo sobrepuse en su cuello para que pudiera admirarlo en el espejo, sabía cuánto le gustaban las esmeraldas y también sabía que les daría un excelente uso-No se compara con todo lo que haces por mí-presione el pequeño broche que servía como seguro. Sentí un nudo en el estómago, siempre me hizo falta –aunque no lo admitiera- una figura femenina y el ver a Magnolia portando ese collar sobre su estilizado cuello hizo que incluso el cariño e idolatría que sentir por ella se acrecentara, ella era como la mayoría de las mujeres, prostitutas o no debían ser.

Rodee los ojos divertida. No podía creer que siguiera hablando después de lo que acaba de mostrarle-Y yo te quiero a ti. Por favor Magnolia déjame pagarte con esto…cuando era nada me ayudaste incluso con esto me ayudas-señale el golpe que él cliente borracho me había dejado-Por ti aspiro a más-Magnolia no se daba cuenta de que mis planes iban más allá de ser una prostituta, no quería serlo toda mi vida, no quería tener que soportar golpes de borrachos cliente que no aceptaba un no como respuesta. Quería más, necesitaba más, siempre lo necesite porque el dios de los puritanos equivocaba mi camino al hacerme nacer de una puta, siempre me abandono pero ya no dependía de él. A pesar de todos mis planes quería seguir teniendo a Magnolia cerca, para que me acompañara en el camino de sobresalir por mi propia cuenta, no por un esposo rico, esas historias de amor eran de las que menos quería sostenerme-Es tuyo, lúcelo y no quiero un no-me desplacé hasta sentarme a su lado.

Ella no veia de cómo la veía ¿Y si hubiéramos sido hermanas? Si nuestros caminos hubieran estado juntos desde el nacimiento estaba segura de que prostitutas no seriamos. La mire y sonreí-Luce muy bien en ti aunque eso ya lo sabes, todo el mundo te lo dice “Una gran belleza merece grandes tratos” Te quiero eres lo único que conozco como familia-no sabía cómo es que Magnolia podía despertar tantos sentimientos genuinos en mí, nada era falso cuando estaba con ella, las palabras eran reales, yo lo asociaba con que ambas compartíamos muchas cosas, ella me ayudo cuando llegue al burdel y aunque no sabía todo sobre todo, refiriéndome con esto a la forma de obtener las cosas, podía asegurar de que se daba una idea.

-Si no te gusta del todo puedes tomar cualquier otro-volví a sonreí y me levante, camine con cuidado hasta donde tenía el tocador con el espejo ¿Cuándo sería el día en todo eso acabaría? Ganaba bien, no me quejaba excepto cuando se tenían percances pero estaba cansada. Saque el cepillo y un listón de color blanco. La mirada se suavizo mientras pasaba por los rizos apenas marcados las cerdas, tocándolas por el lado opuesto del cabello-¿Me ayudas?-le pedí señalando de una forma un tanto extraña la parte trasera del corsé. Resulto difícil decidir mantener quieta en ese lugar, camine alrededor de la habitación en busca de la ropa de dormir, había resultado una noche productiva a pesar de no haber hecho absolutamente nada de lo que suponía, era incluso muchos más agotador tener que abrirte a una persona de una forma sentimental que abrir las piernas para una cuestión meramente carnal.

-Este ahm…Magni ¿Qué piensas sobre mí?-claro que aunque dijera era una desgraciada no iba a detener mis planes, por nadie, pero quería que me dieran un luz la cual atisbar antes de comenzar con esa idea macabra de poseer todo lo que no había podido desde que nací, ese mundo de lujos era al que pertenecía y nadie me lo iba a quitar. Pediría porque eliminaran a los estorbos de mi camino, principalmente los sentimientos que no servían de nada si es que quería llegar a estar en lo más alto dela escala social y me faltaba poco pero ese poco podría aventarme abajo, con un poco no podía tenerlo todo.

Una mueca de desagrado se posó en mis labios. No estaba acostumbrada a hablar sobre sentimientos pero esta plática se había tardado en llegar, tanto así que ni siquiera yo me creía que en verdad estaba pasando y que mis labios se habían tensado gracias a la misma incomodidad y nostalgia. Sonreí como muestra de agradecimiento y aproveche el momento en que su lindo reflejos volvió a capturarla para ponerle el vestido holgado que se sintió totalmente bien a diferencia de las ajustadas varillas que forjaban el corsé. Me giré después de escucharla en silencio. Al parecer me conocía muy bien y no la culpaba, yo aprendí e ella, yo quería ser de alguna forma como ella o de otra manera jamás me hubiera ido a refugiar a su regazo-¿Sabes Mags?-no entendía porque a pesar de que me costaba contestar lo demandado todo salía con naturalidad-Eso es exactamente a lo que me refiero, tú eres mi familia, tú eres lo único que conozco y sé cuáles son mis limites o más bien conozco mis supuestos limites-mojé mis labios para seguir hablando pues llevaba un rato torturándolos sin agua u otra clase de líquido.

-No quiero lastimarte porque eres la mujer más valiente y fuerte que he conocido, eres una luchadora Magni y no estoy viendo a la prostituta si no a mi hermana, no quiero echar esto a perder-me aproximé a ella de nuevo y tome una de sus manos-Porque…porque simplemente eres maravillosa y quiero que me perdones si alguna vez le faltó a tu persona de cualquier forma-respiré hondo, lastimándomelos pulmones y la garganta. Contuve el aire tanto tiempo que comenzaba a dolerme y a marearme pero era la mejor forma de contener el llanto. Abracé a Magnolia tan fuerte como pude, alargando el tiempo de ese pequeño afecto para que el efecto del agua en mis ojos se desvaneciera. Solo cuando estuve totalmente segura de que o volvería a llorar me separe de ella-No estoy embarazada si es que esto se te hace raro-bromee para liberar la melancolía.

Magnolia había hurgado en una fibra sensible de mí ser. En esa que tal vez todos conocían porque eran obvias mis ganas de salir adelante pero que en realidad tenían mucho detrás. Yo quería algo en específico, no solo ser la esposa, la madre o la mantenida, quería incursionar en la vida con lo aprendido durante siete años y tenía la fortuna de no ser fea ni mal pagada ni común. Todo a lo que aspiraba lo había visto de Magnolia y aceptarlo para alguien como yo era…difícil, pero ahí estaba-Y me sigo sintiendo mal por haberte quitado tu tiempo pero lo bueno es que tienes algo que podrás lucir cuando te lleven a un baile porque sé que lo harán-cerré mi pequeño cofre del tesoro y con el mismo trabajo que me costó sacarlo de su agujero lo volví a meter. Lo sepulté de nuevo entre la seda y organza de los pomposos vestidos-Y ahora…puedes causar envidia, ninguna cortesana lo tienes es un regalo único-de un portazo cerré las puertas.

Un fuerte golpe, dos fuertes golpes e incluso tres hicieron que caminara a la puerta con un gesto molesto. Una mujer o algo por el estilo –en realidad era una prostituta-,con tan poca ropa que podría ser descuartizada y vendida en el peor mercado de Paris, se acero en actitud mandona para preguntar por Magnolia-No está disponible y deberías saber con quién hablas, así que deberías cambiar de actitud-cerré la puerta con cuidado sin detenerme a decir nada más-Esas son mis últimas palabras a esa mujer-sonreí autosuficiente pues jamás me había detenido a hablar con alguien que no fuera Magnolia.

Off: Siento la demora y el terrible post u.u también siento traerte ya casi un año con este tema T_T