Los recuerdos me invaden [Silvia]

por **Stefany Ane Richards** Sáb Ene 22, 2011 9:51 am

Una tarde como otras el viento acariciaba mi cabello y dejaba al descubierto mi cara, me gustaba esa sensación, quería pasear por aquellas calles sin rumbo, algún lugar acabaría.

Sonreía a los pequeños que pasaban por mi lado y jugaban alegres, a la vez tambien observaba a mi alrededor y veía las caras de las personas, había de todo, algunos iban con prisas, otros parecían preocupados y algunos habían que miraban a mil lugares sin saber su rumbo como yo. Me gustaba estar así, me hacía pensar en muchas cosas. Todo había pasado tan rápido que no lo terminaba de asumir, pero aquellos días de llanto habían pasado y debía intentar ser una nueva Stefany, o la de siempre.

Me recordé de aquella nana y la canté en voz baja miré a mi alrededor y la gente estaba con sus cosas así que cerré los ojos y segía cantando alegremente y subí el volumen, en ese momento me daba igual pero tampoco quería molestar a la gente.

por Invitado Sáb Ene 22, 2011 10:41 am

Era una bonita tarde. Fría y hermosa, como todas las de invierno en París. Ese cielo encapotado y brillante, hacía que al mirarlo diera la sensación de un infinito con destino incierto. Surcaba ese mismo cielo con gran elegancia, observándolo todo con precisión, y al mismo tiempo, sin memorizar absolutamente nada. Batía sus alas suavemente, no queriendo cansarse más. Ya llevaba un rato volando. Buscaba algo para comer, porque siempre lo mismo o poca variedad le cansaban el paladar.

Divisó un alféizar de piedra y descendió hasta él, notando con las patitas que estaba frío. Lo picoteó instintivamente y luego pió, decepcionada por no encontrara nada. Luego divisó un carro con fruta, y lo miró interesada. Aunque, un águila con frutas… Era al aberrante para su especie. Peeeero… Miró que no hubiera nadie cerca, eso sí, porque la prevención era una de sus filosofías. Planeó suavemente y se posó sobre el montón de fruta, tratando de no dañarlas todas. Eligió una manzana roja que hacía contraste con su plumaje, e incrustó el pico en ella, para después volar de nuevo hacia un lugar escondido, y acabó posándose detrás de un arbusto, a comer tranquila. Empezó a picotearla y agradeció el haberse podido llevar eso al estómago.

por **Stefany Ane Richards** Sáb Ene 22, 2011 3:04 pm

Caminaba y segía caminando y al mirar vió a un pajarito comer una gran manzana, la comía animadamente, se le notaba esa ansia y yo me puse a su lado sonríendo -Come tranquilo, yo no te haré nada -lo observé sonriendo, parecía estúpida hablandole a un pequeño pajarito que se encontraba ahí solo intentado comer tranquilamente y yo lo interrumpo y me lo quedo observando.

Me parecía gracioso ver eso, un pequeño pajaro comiendo una gran manzana. Le acaricié su pequeña cabezita con sumo cuidado y cuando terminó lo coguí intentando que no me picara en la mano. Me encantaban los animales y ese era muy bonito.

Lo dejé donde estaba y me senté en una pequeña piedra, intentando no manchar el vestido nuevo. Apoyé mi barbilla en mi mano y me quedé observando a un punto fijo pensativa.

por Invitado Dom Ene 23, 2011 6:58 am

No recordaba un bocado tan delicioso desde hacía tiempo. Seguramente unos días, pero… De repente un voz llamó su atención, estaba muy cerca, casi a su lado. Efectivamente, levantó la cabeza y allí de pie, después sentándose, se encontraba una muchacha que le decía que comiera tranquila. ¿Se habría dado cuenta de su condición? No lo creía probable… la chica era una simple humana, sin nada que le permitiese percibir aquellos detalles como su olor o su expresión.

De repente, notó una caricia en la cabeza y acto seguido la chica la cogió y se la colocó en el regazo. Silvia no podía creerlo. Quería escapar, sus instintos la obligaban a volar, pero no lo hizo. Era un águila, le haría polvo las manos y todo lo que sus patas encontraran de por medio. Esperó. De todas formas no pasaría mucho hasta que la soltara, lo intuía. Pió suavemente, un quejido por instinto.

Cuando la chica la soltó, se apartó considerablemente. Pensaba en algo, eso era seguro. Pero a Silvia no es que le importara mucho. Alzó el vuelo y se posó sobre una barandilla que había allí cerca. Tampoco iba a irse así…

por **Stefany Ane Richards** Vie Ene 28, 2011 9:38 am

Miraba como se alejaba de mí aquel pajaro y sonreí, seguramente le estaba molestando pero solo quería acariciarle. Mis ojos estaban brillantes me picaban sería de agotamiento. Saqué mi cuaderno y dibujé a aquel pajaro, sus largas alas y hermosos pelaje, y su pico.

Era extraño que un águila estubiera por esos lares volando, pero que más daba todo era posible. El aire movía mi largo cabello y cerraba los ojos, estaba entretenida, una holor agradable llegaba a mí, no sabía de donde provenía, parecía un perfume o simplemente serían unas rosas que estaban detrás de mí, me levanté dejando sin querer mi libreta en aquel banco.

por Invitado Sáb Ene 29, 2011 4:37 am

Comenzó instintivamente a arreglarle las plumas del pecho y las alas, sin preocuparse de quién pudiera andar por ahí. Pió y observó su alrededor, sintiéndose libre una vez más y viendo a aquella muchacha hacer algo en lo que parecía un cuaderno. Sintió entonces curiosidad y comenzó a moverse de lado a lado sobre la barandilla, moviendo también la cabeza.

Sin embargo, la muchacha pareció aburrirse o simplemente sentirse incómoda en el lugar y se fue. No obstante, se dejó la libreta sobre el alféizar, y Silvia aprovechó para volar de nuevo hacia él. Era curiosa, pero en forma de ave la consideración parecía desvanecerse por completo.

Abrió el cuaderno como pudo, utilizando las patas y el pico, y por un momento, maldijo no poder usar las manos para hacer algo realmente sencillo como era abrir una libreta. Finalmente con un movimiento brusco de pico logró invadir el interior del cuaderno, y observó. El viento iba pasando páginas, y cuando llegó a la última, posó rápidamente la pata sobre ella para que el viento no se la llevara también. Y observó con cuidado, quedándose maravillada. ¿Era ella? ¿El águila del dibujo era ella? ¡Pero si era fantástico aquel dibujo! Silvia pió entusiasmada, pero entonces recordó que la muchacha se había ido. Afortunadamente, la vio a lo lejos. Cerró el cuaderno como pudo, lo tomó en su pico, y voló hasta llegar al hombro de la muchacha, donde se posó con cuidado, aunque sabía que ella se llevaría como mínimo un pequeño susto.

por **Stefany Ane Richards** Sáb Ene 29, 2011 4:22 pm

Estaba caminando decidida hacia una mujer que vendía un perfume, era extraño que por esos lares vendieran perfumes pero me dio igual, por preguntar nunca pasaba nada malo. La mujer era ya bastante mayor pero muy agradable, parecía gitana y sabía que debía andar con cuidado.

Algo posó en mi brazo y di un pequeño salto algo exaltada se por aquel animalejo. Era aquella linda águila que había dibujado minutos antes, pero lo que me llamó la atención fue que llevaba mi cuaderno rojo. Miré en mi bolsa, aquella bolsa que siempre llevaba conmigo a todos los lugares, por si acaso mi imaginación despegaba o veía algún hermoso paisaje para poder dibujarlo. Tenía los ojos como platos, no me lo podía creer, ese animal no era como otros, era extraño que te trajeran un cuaderno que te habías dejado en un banco.

Le acaricié su cabecita y se lo agradecí muy contenta –Gracias linda –aunque pareciese estúpido hablar con un animal yo lo estaba haciendo en ese instante y no me importaba en absoluto, además había traído mi preciado cuaderno- No eres como todas las águilas ¿verdad? –la examiné curiosa pero sonriendo, mientras me alejaba de aquel puesto de perfume con aquella extraña mujer que nos miraba fijamente y no hacía muy buena cara, algo que a mí no me hacía gracia por si me echaba algún maleficio.

por Invitado Dom Ene 30, 2011 7:20 am

Mira que era estúpida. ¿Cómo narices iba preservar su identidad si andaba haciendo recados? Silvia creyó por un instante que podría librarse, pero cuando aquella pregunta llegó a sus pequeños oídos no pudo evitar abrir los ojos y piar, disimulando. Se agarró con cuidado al hombro de aquella muchacha mientras la gente las miraba extrañada. Aunque, sinceramente, prefería ser un águila que un búho, y no sabía por qué.

Comenzaron a caminar por una transitada calle y Silvia comenzó a sentirse incómoda. Llegaron a un punto en el que la gente miraba demasiado, así que levantó el vuelo y ahora sí, se posó en un árbol que había cerca.

por **Stefany Ane Richards** Lun Feb 07, 2011 11:13 am

La miraba sonriente, era diferente, agradable y hermosa, en parte eso lo solía decir porque me encantaban los animales ¿pero que animal sería capaz de traerte un cuaderno? en ese momento ninguna me venía a mi cabeza.
Ella se agarró a mi hombro, sus uñas eran largas, lo común en un pajaro, se agarraba a mí fuerte pero no me molestaba.
Caminabamos por aquella calle, donde la gente miraba desacaradamente al animal y a mí, yo disimulaba sonriendo y saludando a todos con un Buenos días, siempre con educación ya que así me lo enseñaron mis padres.

Ella cogió el vuelo y se agarró a una rama, yo la miré con tristeza, pero al momento mis pensamientos se inundaron de absurdas ideas, o eso creía, pero prefería no darle importancia y caminar sin quitarle el ojo al pajaro.

por Invitado Jue Feb 17, 2011 10:31 am

Tal vez no debería haberle llevado el cuaderno. Si no lo hubiera hecho, ahora no tendría qué preguntarse qué hacer. Estaba en la rama de un árbol de una calle de una gran ciudad. ¿Pegaba ella en un contexto visual así? No podía suspirar, pero cerró los ojos un segundo y decidió que aquello no podía terminar de aquel modo, por lo que, con el pensamiento de volver a encontrársela algún día, levantó el vuelo de nuevo y se acercó a ella, planeando, y emitió a su lado un silbido largo y fuerte, como un “recuérdame”. Luego, se elevó sobre los tejados de los edificios y emprendió el vuelo hacia donde ni ella misma sabía.

por **Stefany Ane Richards** Miér Feb 23, 2011 10:46 am

Alcé mi vista asombrada aquel hermoso pájaro pasó por mi lado emitiendo un silbido, haciendo que recordara algo. La seguí perdiéndome por las calles y llegar a un pequeño bosque, no sabía si se encontraba ahí pero algo me lo indicaba.

Sabía que parecía estúpida siguiendo a un pájaro, pero soy así cuando tengo estos impulsos no me retengo y voy hacia donde creo que tengo que ir. Así llegué a Paris porque ¿quien me decía que tenia que venir? nadie, fue una corazonada, un impulso que me decía que todo aquí iría mejor, que peor no podía ser y de momento no me equivocaba así que me daba igual lo que pensaran.

Me senté en aquel suelo quitándole importancia si me manchaba, lo lavaría. Estaba lleno de hojas secas que hacían ese ruido cuando me iba sentando, notando como se aplastaban y partían en pequeños trozos, alcé mi vista y todo eran arboles altos y a lo lejos se podía apreciar aquellos rayos de claridad que pasaban entre los arboles.

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