X+Nuit l'enfer+X (+18) {Libre}

por **Odette Rozen** Dom Ene 23, 2011 10:07 pm

"Cierra la tienda y lárgate a trabajar. Si no llegas a tiempo te quedarás toda la noche"

Esa había sido la órden que le había dictado su madre, antes de vestirse el mejor traje a la venta y salir hacia los clandestinos mini casinos de los gitanos, donde seguramente perdería todo lo entrado ese día.

Aún así, debía ser acatado, y tras sellar con cerrojos el establecimiento cruzó la ciudad en medio de la noche oculto bajo una capa, hasta llegar al burdel donde su verdadero trabajo comenzaría. Subió a la habitación que le correspondía ese día, y con paciencia desabotonó cada uno de los hojales en su espalda, desde el cuello hasta la parte baja de la cintura, desprendiéndose de aquel vestido beige de bordado en flores de liz y perlas. Lo colgó cuidadosamente en el armario, oculto de las miradas indiscretas; se bajó las medias con cuidado de no roerlas y descalzó las finas zapatillas sin tacón, retirándose también los aretes y el collar de perlas y camafeo. Lo último eran los guantes, dejando ver esas marcas que tanto odiaba.

Llenó con todo esto una bolsa y lo ocultó debajo de la cama, vistiéndose con el unirofme dispuesto para esa noche: Corsette rojo de encajes negros, medias con liguero y una ligera capa de tela aterciopelada para cubrir eso que sólo el tenía de entre todas sus compañeras trabajadoras. Una gargantilla de encaje y sujetar todo su cabello con un par de plumas que atenuaran la belleza de sus caereles. Delineador negro, labios rojos. Toda su infantil y dulce presencia oculta en una máscara para que la Odette de la clase alta no fuese reconocida como igual a Odette la cortesana.

Del único cajón en el nochero sacó unos largos guantes negros que se sentó, antes de tenderse en cama a esperar a su cliente de la noche

-Que el telón sea levantado- Susurró con su voz ordinaria, sintiéndose intranquilo al escuchar los pasos acercarse. -Adelante- Indicó, retomando esa voz de mujer

por **Louis J. Bouquet** Dom Ene 23, 2011 11:36 pm

Había estado ensayando hasta tarde, charlando con aquella muchacha agradable, que parecía ser mi hermana, o algún pariente muy cercano. Pero le había dejado anteriormente, y, la verdad, que no me apetecía irme a casa. Donde estaba más solo que un barco a la deriva.

Así que, tras caminar por las heladas calles, y empezar a sentir como mis extremidades se resentían, busqué el cobijo de algún lugar. Entré a una de esas tantas tabernas atiborradas de hombres sucios y perdidos de alcohol. El humo de los cigarrillos, apenas me permitía ver con claridad.

Me acerqué hasta la barra, y tras unos minutos que se me hicieron eternos, logré hacerme con una botella de bourbon, seguramente clandestino. Salí de nuevo a la calle, caminando lentamente por entre aquellas oscuras calles, bebiendo a ratos, buscando con ello entrar en calor.
Pero no surtía el efecto rapido que yo deseaba, solo me hacía sentir un poco atontado. Nunca había sido bueno para esto de las bebidas. Así, que, se me ocurrió recurrir al calor humano.

Y era, asi, como ahora, me hallaba en un burdel. Usando mis dotes de convencimiento, así como pagando inmediatamente a la dependienta,con una medalla dorado que había "llegado" a mis manos de manera casi providencial, me permitió entrar de una buena vez. Me había dicho que la joven era preciosa. Y más le valia que fuera cierto!
Hasta mis oídos llego una simple palabra, que por el ruido y las paredes, no me llegó con la claridad que deseaba- eso, o el alcohol realmente me ponía mal- pero que al instante obedecí

por **Odette Rozen** Lun Ene 24, 2011 12:20 am

Con sigilo había cruzado sólo un poco las piernas, esperando a quien se llevaría su tranquilidad esa noche. Tumbado en medio de las roídas sábanas su presencia deslumbraba, tímida pese a su apariencia de dama sensual.

-Bienvenido- Musitó apenas en un hilillo de voz -Por favor, cierre la puerta al pasar-

Él apagó uno de los mecheros para atenuar la iluminación al tiempo que se incorporaba

-Dígame qué fantasía sueña, y la volveré realidad- Sus enormes ojos esmeralda destellaban en el claroscuro de la habitación, fijos con cierta timidez en el visitante, y un vacío propio del cristal en las muñecas de porcelana

por **Louis J. Bouquet** Lun Ene 24, 2011 12:35 am

Entré, guiado por su voz. Vaya, asi que no era mentira, y en verdad, las descripciones se quedaban cortas. Con un gesto medio torpe, hice caso a lo que me pedía. La puerta se cerró con un quedo golpe. Y la habitación me pareció pequeña, pero inmensa como el océano.

Cautivado por su voz, me acerqué despacio. Y no pude evitar que el aliento se me fuera. Sus ojos, eran preciosos. No sé, pero yo tenía cierta debilidad por las pupilas de ese color.
Me senté a su lado, y esbocé una sonrisa.

-Vaya, asi, que eres como un hada de cuento, criatura. Espero, tu magia alcancé para satisfacer las necesidades de una mente fantasiosa y algo perdida...Me aproximé aún más, rozando su mejilla con mi dedo- Eres como un angel salido de un cuadro...

por **Odette Rozen** Lun Ene 24, 2011 12:46 am

Odette cerró los ojos al contacto frío de las manos ajenas, permitiéndose percibir su aroma. No era desagradable, al menos este, eso ya era un avance. Tenía que admitir que tampoco era de mal ver, sino más bien lo contrario... Pero en trabajos como estos todos terminaban siendo igual de bellos e igual de hórridos a la par.

-Siempre y cuando su dinero alcance para satisfacer las fantasías de Madamme- refirió a la matrona del lugar.

Al escuchar lo siguiente entró la mano en su corset y sacó una seda negra que guardaba siempre para cubrirles los ojos.

-Será entonces mejor que su vista cegue, así la neblina de sus ojos cubrirá el pecado-

Deslizó los dedos por su nuca, su cuello y sus hombros. Tomó sus manos y las condujo hasta las delgadas piernas que había pagado, haciéndole recorrerlas hasta los muslos por la parte trasera donde, sabía bien, no había peligro de que descubriesen su trampa

por **Louis J. Bouquet** Lun Ene 24, 2011 1:02 am

-Creo que he pagado lo suficiente, pequeña...- Reí para mis adentros. Aquella medalla, la había sustraido del bolsillo de un noble hacía algunas noches, al cual había seguido, y, quien ilusamente, no había desconfiado del pequeño gato de mirada celeste.

Miré inquisitivamente aquel trozo de tela. No me gustaba mucho la idea. Pero, quizás, ella se sintiera más cómoda. Que curiosa palabra, pecado. ¿Quien decía que era algo malo?
El contacto de su piel suave, me hizo sentir un estremecimiento. Se notaba que tenía sus mañas, y estas me parecían peculiares, para que negarlo. El no poder ver, me ponía muy inquieto, aunque, aún tenia mis demás sentidos, y era capaz de percibir e sonido de su respiración, y el olor de la cera.

Apreté, reconociendo, grabando todo aquello, intentando crearme una imagen de aquello que tocaba.

Te seré sincero, preferiría no tener mis ojos vedados, y poder disfrutar de tus hermosas facciones.... Te molestarías, si, misteriosamente, el velo cae?Esbocé una sonrisa gatuna, traviesa...

por **Odette Rozen** Lun Ene 24, 2011 1:19 am

-¿Y perder así la diversión?-

Habló sobre sus labios, bañándole en aliento, pero antes de que el beso fuera dado desvió el curso hasta su cuello, posándose solamente, con los labios mojados y tiernos.
Los rodó por su piel mientras llevaba sus manos al corset, invitándolo a desprenderle

-Lo que se toca no tiene caso verse... y lo que se ve, no se desea tocar- Con afinado instinto abrió su camisa con los dientes, botón tras botón.

En la recámara hacía también frío, pero él ya estaba acostumbrado a ello; a los gritos en las otras habitaciones, al barullo de la música afuera, al pestilente aroma a sexo por doquier... Ahogado en su colonia fina a rosas, y en su voz de ocarina

por **Louis J. Bouquet** Lun Ene 24, 2011 10:19 am

Sonreí y no dije nada. Se notaba que le gustaba el misticismo, y aquello me agradó. Su tibio aliento, me envolvió, pero no me dejó probar sus pequeños belfos. La piel de mi cuello donde ahora estaba era sensible, y un ola cálida, subió por mi vientre.

Me guió hasta el corset, del cual acaricié los bordes, y poco a poco, desaté las lazadas, mientras ella hacía lo propio con mi camisa
Te diré que siempre he sido curioso... Y tu me estás intrigando...
comenté, a modo respuesta ante su frase anterior. Quizás el alcohol en mis venas, me atontaba, y me me ponía así. No lo sé, pero yo solo quería disfrutar aquel momento. Era mejor, ya después, podría arrepentirme si quería. No era muy dado a estos lugares, desde que ella había dejado Londres...

Deslicé mi mano por el largo de su espalda, mientras me pegaba más a su cuerpo, no fuera a desaparecer mieteriosamente, privándome del cobijo que mi solitaria alma buscaba esa noche. Mientras el corset iba quedando fuera, liberandole, me contenté con tocar sus hombros, buscando besarlos, morderlos... degustar aquella piel de porcelana.

por **Odette Rozen** Mar Ene 25, 2011 12:16 am

Antepuso sus brazos ante el impulso de aquel que le atraía, ocultando así sus inexistentes pechos. Le dejó ser levemente, poco o nada interesado en sus actos.

Bajó las sutiles y ardientes yemas de los dedos por todo su torso, volviendo a subir para tocar un pezón con el índice, y jugar con él en una dulce tortura.

-Quizás sea yo, quizás sólo el alcohol- Posó los labios en la tetilla dispuesta, y derramando humedad le succionó despacio, sin prisas... Entre más tiempo extra se quedara el invitado, mas cobro podrían hacerle y menos molesta su madre estaría esa noche.

Deslizó la pierna derecha por sobre su regazo, permitiendo que el muslo se rozara descaradamente con intimidades censuradas por el pantalón, un fino movimiento que parecía acomodo inocente, cargado de voluptuosidad

por **Louis J. Bouquet** Mar Ene 25, 2011 11:52 am

Estaba algo desilusionado. Me hubiera gustado pegar mi pecho al suyo, para sentir el palpitar de su corazón junto al mio. Y en cambio,el contacto era con sus brazos. Aquello de tener yo los ojos cubiertos, le daba ventaja. Pero, extrañamente, me provocaba una reacción diferente de deseo.
Me hacian sentir en un estado de duermevela.

-Digamos, que bien, podrían ser ambas, tampoco es que me esté cayendo por culpa del elixir de Baco...- Sonreí un poco, sintiendo sus labios por una de mis tetillas. Una pequeña sensación placentera, empezaba a hacerse mas latente. Y luego aquel bendito roce!. Muy pronto mi pantalón apretaría....
Pero ella llevaba un ritmo lento, casi agónico. Era realmente una chiquilla perversa!

Logré quitar, todas las lazadas, y descendí aún más, acariciando lo bien formado de su trasero, con una mano apreté con suavidad aquella zona, mientras la otra se perdía en su cabello, impidiéndole alejarse de aquella zona que atendía.

por **Odette Rozen** Mar Ene 25, 2011 1:50 pm

Sabía que ya estaba en su poder. No se podría decir que le enorgulleciera, pero le calmaba saberlo: todo sería así más sencillo.

Bajó sus labios por el vientre expuesto, entró la lengua en el ombligo que bajo espasmos temblaba, y recorrió con ella la línea que el pantalón limitaba.

-Ah, un poeta- se retiró un poco -En un lugar que se burla del romanticismo... Que romántico- Paseó la lengua por encima de los pantaloncillos, con descaro sobre su intimidad.

Su ironía era incisiva, pero difícil ser distinguida tras la monótona entonación que sobrellevaba

por **Louis J. Bouquet** Mar Ene 25, 2011 2:10 pm

Ahogué una exclamación en mi garganta, algo natural al sentir su lengua por aquella zona tan peligrosamente baja. Estaba empezando a notar un cambio en mi interior y aquella zona mía. Podría sacar una navaja y matarme alli mismo, y no me daría ni por enterado.
Fue por eso que no puse ni siquiera mi cara de ofendido cuando dijo aquellas palabras con la voz de un angel y el filo de una cuchilla.

Mis manos se enterraban en su cabello, tan sedoso que no parecía ser de alguien terrenal.

-Todo yo, criatura, estoy ligado al romance. Pasaran más en tu cama, pero, te aseguro, que no me olvidarás...-respondí en un susurro aterciopelado

por **Odette Rozen** Mar Ene 25, 2011 4:01 pm

Una honesta risa salió de su garganta, posiblemente ni le había dado tiempo de tratar de contenerla. Había algo extraño en el sonido que había tomado su voz en aquel gesto, y es que no era tan delicada como la fingía comúnmente: Había soltado su risa natural, la de un hombre.

Suerte tenía que aún su voz original tenía un fuerte deje femenino, lo que confundía, pero no aclaraba su verdadero género

-Debes ser, realmente, la burla de todos tus compañeros- Volvió a reír, tratando de recuperar esa cordura fémina -Sé cuidadoso, tú, presuntuoso: No vaya a ser que el rey te tome de doncella, y descubriendo su velo en la cama, prefiera mandarte decapitar-

Que delicada forma aquella, de colocar en oraciones bellas las dos palabras que se cruzaban en su mente: "QUE GAAAAAAAAAY!"

por **Louis J. Bouquet** Mar Ene 25, 2011 4:42 pm

Aquel sonido que amenazaba con romper el momento ensoñado, me hizo moverme de golpe. Mi sistema auditivo era muy sensible al ser lo que era y el animal en el que podía convertirme. Y como tal, era medio desconfiando a veces.
Me puse serio, apretando un poco las mandibulas. Sentía mi cuerpo levemente excitado, si, pero no eso no me impedía poner replica.

Estaba realmente dolido,nunca nadie me había dicho aquello, pero no lo dejé ver en mi voz, que salió neutra.
-No soy ningún payaso, corazón. ¿Es acaso un pecado ser... ser como yo?La tentación de quitarme aquella tela y mirarle de frente, era mucha, pero no lo hice. Más bien recordé ciertas palabras que me había dicho Arianne... Volvía a reir, de nuevo con un timbre diferente al anterior, lo que me hizo dudar si realmente había escuchado lo anterior.

Llevé una mano a mis labios mientras apoyaba mi peso en la otra, quedando de costado, sintiéndole cerca. Necesitaba aclararme. Y ella solo me confundía.¿Estaría divirtiéndose a costa de un sujeto que no soportaba el alcohol de buena manera? Eso, era inadmisible, más, si la persona en cuestión, era yo.

-¿Siempre eres así con todos, niña?

por **Odette Rozen** Miér Ene 26, 2011 12:55 pm

Acarició con la yema de los dedos su mejilla como un acto conciliador

-Sólo con los ebrios... mon amí- Besó su pómulo y como compensación besó sus labios. Madamme estaría fúrica si aquel cliente se le escapara de las manos; tenía que aceptar el haber cometido un error y debía repararlo: Odette siempre era en su trabajo "la" mejor.

-Pero es atractivo tu ímpetu... y tu inocencia- Rodeó con los brazos su cintura, y llevó las manos donde el vientre pierde su nombre; mordió su cuello y con la nariz empujó lejos la camisa de sus hombros vehemente -Sólo con un corazón tan... especial deberías tener cuidado. Vivir en la pena es sólo perder el tiempo, y habrá quienes con facilidad lo lastimen-

por **Louis J. Bouquet** Miér Ene 26, 2011 3:53 pm

Aún a pesar de sus palabras y sus besos, no pude hacer que la espina en mi orgullo, se disolviera, pero, al menos, creo que si logro hacer el ardor un poco más leve. Tomé su mano, aquella que había rozando mi mejilla, y la apreté suavemente.
Volvía a encajar el golpe con esas palabras. ¿Le parecía yo un ebrio?. Podría levantarme e irme, pero no lo haría. La deseaba y la tendría, algo arrogante y poco falto de educación ese pensamiento, pero no me importó

-Vaya, ahora, hasta resulto ser inocente. Puede que tengas razón, y en el fondo, nunca he dejado de ser un niño. ¿Me quitaras tu esa inocencia?-Susurré, estremeciéndome con cada roce de sus manos. No más que la manera en que mi pecho quedó atravesado por esas palabras. No esperaba encontrarlas en un lugar como aquel. ¿por que todas las personas insistían en que mi corazón era débil? Es, que, solo veían un chico demasiado sensible como para ser verdad?

-Yo no vivo en ninguna pena, ni que fuese un fantasma, cielo....- Llevé esa mano y la bese con suavidad, como si fuésemos amantes, y no sexo ocasional..¿Que sabía esta cortesana de las heridas en mi corazón

por **Odette Rozen** Miér Ene 26, 2011 4:04 pm

-Sólo un fantasma me tendría hablando, cuando mi boca puede servir para tantas cosas más-

Louis pudo sentir cómo se separaba de él y el otro peso en la cama se disipaba. No pasó más de un minuto antes de sentir cómo finas manos le abrían las piernas. Un beso en el ombligo, otro un poco más abajo, los suficientes hasta llegar a los botones que deshizo con los dientes. La tela cedió entonces como cae la pluma en merced del viento: indefensa.

Le roció de aliento antes de lamerle despacio. Al principio se mantenía sólo en la planicie alta, pero poco a poco fue bajando hasta no dejar resquicio sin humedecer

por **Louis J. Bouquet** Miér Ene 26, 2011 5:05 pm

Una pequeña risita escapó de mis labios. En verdad, esta chiquilla solo se limitaba a hacer su trabajo, sin nada extra. como una marioneta perfecta. Un ser que dejaba sus emociones lejos de aquella cama. Eso era incluso triste.
Sentir aquellas acciones, me excitaban, si. Y pronto quizás, no pensaría con claridad. Atrapado por la bestia del deseo, dejaría de ser un ser racional, y solo mi cuerpo actuaría. Me dejé hacer.
Su aliento que rozaba partes tan mías, era cálido, como habia esperado y deseado antes de meterme allí. Llevé mis manos a donde suponía que su cabeza se encontraba, acariciando sus cabellos, sus hombros, su espalda, como si rozara lo más suave del mundo.

Mi espalda era recorrida por leves espasmos, mientras apoyaba mi cabeza en la almohada, mirando la nada, tras ese vendaje

Su saliva y su lengua, trazaban un camino que quemaba mi piel

por **Odette Rozen** Vie Ene 28, 2011 10:57 am

En su espalda, aunque bella y suave, se notaban de vez en vez las marcas que habían dejado noches y noches de latigazos, o quemaduras con hierros ardientes. Era hermosa por fuera, precioso el estuche con que se presentaba, pero él se sabía que en el fondo, en lo más dentro, todo era una falacia y sólo se hallaba un Quasimodo.

Abrió su boca para darle cabida a quien tanto clamaba por atención. Se golpeó hasta el fondo en un sólo movimiento rápido, sorpresivo e intenso, regresando a sacarle con tortuosa tranquilidad. Sus manos ayudaron a la tarea, fugándose de arriba a abajo donde su boca no podía palpar, jugando experimentadas para regalarle el mayor placer.

por **Louis J. Bouquet** Vie Ene 28, 2011 4:04 pm

Mis dedos poco a poco empezaron a notar algo extraño en su piel. Finísimas lineas que resaltaban, haciendo que aquella piel a ratos no se sintiera tan suave como la piel del durazno. No quise imaginar el por que. Si lo hacía, me pondría algo....
Ya recordaba el por qué de las pocas de veces que visitaba estos lugares, para este fin en particular. Quizás era un moralista o que se yo, pero suponía que el alcohol no me había dejado pensar muy bien.
Pero tampoco podía irme ahora.

Un sonido gutural escapo de lo más hondo de mi pecho, demasiado poco ronco en realidad, cuando me sentí dentro de su boca, dando realidad a sus palabras anteriores, sus manos con maestría se movían, y no podía pedir más de momento. Una de mis manos se aferro a las sabanas de aquella cama, mientras la otra apretaba con más fuerza su cabeza, su nuca, haciendo aquellos movimientos mucho más profundos.

Volví a llevar la mano a sus hombros, acariciando sus extensión, bajando poco a poco, esperando encontrar la suavidad de sus pechos

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