Un nuevo sabor. [LIBRE]

por **Catherina Lewell** Vie Ene 28, 2011 12:22 pm

Un ráfaga de viento frió impactó con el cuerpo de Catherina. Ella cerró los ojos por un momento, suspiró y, después de maldecir al invierno, miró al cielo con la esperanza de que saliera el sol.

-Me parece que va a llover. ¡Genial! Con lo que me apetecía tomarme un café… ¿Qué hago vuelvo al hotel o me arriesgo? ¡Bah! Si llueve ya me arrepentiré luego... Además, tengo que empezar a moverme o me gastaré todo el dinero que he ahorrado en el hotel. Tengo que encontrar una casa donde poder quedarme… ¡Puf..! Aún me queda mucho por hacer… ¡Y pensar que en Londres lo tenía todo resuelto! Londres… No puedo dejar de pensar en la ciudad… Es tan diferente a París… -

Movió la cabeza para apartar esos pensamientos de su cabeza. Volvió a suspirar y empezó a caminar por la calle llena de gente hacía su destino: una cafetería. Catherina nunca había tomado café pero le habían recomendado que lo probará porqué, según los rumores, era mucho más exquisito que el té.

por **Ayris C. Richards** Vie Ene 28, 2011 1:47 pm

Ese día había ido a probar suerte. Necesitaba un trabajo y una vivienda en condiciones, y ya, de tanto caminar, acabé cansada. Decidí ir a tomarme un café. Mientras buscaba un posible habitaje, había descubierto una cafetería bastante refinada, así que decidí entrar allí. Avancé a paso ligero, pero algo me distrajo y me hizo voltear la cabeza. Un chico, de apenas seis años, supuse, había salido corriendo, y detrás de él, un hombre com un periódico en la mano, persiguiéndole mientras le gritaba algo así como: "¡Devuélveme mi cartera, muchacho!". Sonreí, levantando ligeramente las comisuras de los labios, pero esa sonrisa se borró al yo chocar contra una chica. Me puse muy nerviosa, no sabía que pasaba aquí en casos como estos. -Ah, yo... em.. lo siento, perdóneme milady.- miré a la dama y al ver que no tenía cara de ser malvada, le sonreí, lenta y pausadamente. -Lo siento.- respetí. Algo en ella despertó mi curiosidad, tenía algo... se parecía a mmi en un cierto aspecto. Dejé la idea en el aire, no sería importante.

por **Catherina Lewell** Vie Ene 28, 2011 3:30 pm

Después de adentrarse en la calle por la cual transitaba, Catherina entró en una cafetería Saludó en francés al caballero que le abrió la puerta y entró. Miró a su alrededor y solo vio una mesa libre. Suspiro de alivio y se acercó a la mesa. Cuando ya solo le quedaban unos pasos, oyó unos gritos y se giró para ver qué pasaba. Al parecer un niño intentaba robar. –“Vaya, eso no ha cambiado aunque la ciudad sea diferen…”- En ese momento, alguien interrumpió sus pensamientos. Se giró y vio que una mujer había chocado con ella. Al principio puso cara de sorprendida pero más tarde le sonrió amablemente y dijo: -“No pasa nada. Todo el mundo se tropieza alguna vez.”

En ese momento, Catherina sintió que Ayris le era familiar pero no sabía de dónde provenía esa sensación… ¿Quizás la había visto en algún lugar? La observó más atentamente y se dio cuenta de que la mujer o, mejor dicho, la joven tenía aproximadamente su mista edad, su piel también tenía un tono parecido al suyo y… lo que más resaltaba de su cara eran sus grandes ojos de color chocolate. No, definitivamente no la había visto en ningún lugar sino sus ojos le hubieran resultado familiares; unos ojos así no se olvidaban fácilmente.

Mientras Catherina se volvía a dar la vuelta para dirigirse a la mesa se dio cuenta que la joven había entrado en la cafetería detrás de ella. Quizás era una locura pero… ¿Por qué no?

-“Perdone, pero… acaba de entrar en el café, ¿no? No sé si resultará atrevido pero… Esa es la última mesa que queda libre si no ha quedado con nadie… Quizás podríamos compartirla.” Dijo Catherina amablemente.

por **Ayris C. Richards** Sáb Ene 29, 2011 1:35 pm

La chica se giró al yo chocarme sin querer, al principio pareció sorprendida, pero luego sonrió y no le dio importancia a ese hecho, alegando que todo el mundo se tropieza alguna vez.

La joven que me parecía familiar, me miró con el mismo aire que yo cuando pensaba en que podía serme conocida, quizás estuviera pensando lo mismo que yo. Tenía un cabello castaño y largo, más bien ondulado; el tono de piel, era ligeramente más claro que el mio; sus ojos eran marrones igual a los mios, pero... ¿por qué me resultaba tan familiar?

Entré en la cafetería, dio la casualidad que ella también lo iba a hacer, así que me aparté a un lado para dejarla pasar. La joven avanzó hacia una mesa, que, supuse, habría divisado antes. De repente, se giró y me habló educadamente, y me invitó a sentarme con ella en la mesa que había libre. Le sonreí amablemente. -Por supuesto, será todo un placer.- acepté con voz suave. Avancé con ella por el corredor que llevaba a la única mesa libre del lugar, estaba al fondo, poco lejos de la puerta de entrada. Tomé asiento y me acomodé bien el vestido, posandolo alrededor de mis finas piernas. Le sonreí a la chica, me presentaría en ese momento, no veía adecuado sentarme en su misma mesa sin saber como nos llamamos. -Gracias por invitarme. Mi nombre es Ayris Richards, encantada de conocerla.- formé una sonrisa de agradecimiento.

por **Catherina Lewell** Sáb Ene 29, 2011 2:33 pm

Catherina sonrío encantada de que esa chica hubiera aceptado la invitación. La siguió a la mesa y se sintió en frente de ella. –Ayris Richards, encantada de conocerla. Me llamo Catherina Lewell. Espero que no haya sido un atrevimiento invitarla a compartir la mesa pero no quería que se quedara sin tomar algo ya que me ha dejado pasar primero. Muy amable por su parte, por cierto.- Dijo Catherina mientras observaba por los cristales de la cafetería el cielo. –Si le digo la verdad. Es la primera vez que me voy a tomar un café. Soy nueva en la ciudad y... aunque había venido diversas veces nunca he tenido el placer de probarlo.”

En ese momento desvió la mirada de la chica hacía una mesa cercana y vio que unos hombres las observaban descaradamente. Catherina decidió ignorarlos y seguir con la charla pero antes de que pudiera pronunciar palabra y hacer un comentario gracioso acerca de eso, un camarero se acercó a ellas y les preguntó secamente que era lo que iban a tomar.

Catherina esperó unos segundos a que contestará Ayris pero al ver que la chica no lo hacía pensó que quizás no sabía lo que iba a tomar y contestó ella primero para darle unos momentos para decidirse.

-Tomaré un café y un croissant. Merci.

por **Ayris C. Richards** Miér Feb 02, 2011 11:15 am

Catherina Lewell. Eso provaba que no la conocía realmente, pero aun así... intenté mirarla bien, buscar algún rastro de algo conocido. Pero segguí sin encontrarlo y volví a restarle importancia. -Igualmente Catherina, ¿puedo tutearte?- le pregunté con una sonrisa en mis labios. -No, tranquila. Cualquiera hubiera hecho lo mismo, se llama "buena educación", algo de lo que algunos carecen.- les eché una mirada descarada a los que observan atentamenta cada movimiento de mi acompañante.

-¿La primera vez?- pregunté sorprendida. -Vaya, la verdad, esque algunos están realmente asquerosos,- le confié -otros deliciosos.- me reí un poco, contenta de poder entablar una conversación normal, aquí, en Francia. -Yo también soy nueva, es decir, vine hace muy poquito, aunque lo suficiente para recorrer algunos de los parajes de aquí.- añadí.

Vi que la chica se giraba, y descubrió a los hobres que antes la observaban, los miré de manera desagradable y volví a la conversación, pero justo llegó el camarero a pedirnos nota. Después de que yo no dijera nada, ya que no sabía por que decidirme, Catherina pidió lo suyo y me gustó su elección. -Para mi lo mismo que la dama.- pedí, con la barbilla apollada en las manos. -Merci- añadí con un perfecto acento francés, en el último momento en que el camarero asentía y se iba.

por **Catherina Lewell** Jue Feb 10, 2011 12:32 pm

-“¡Claro que puede tutearme! Espero que yo también a usted.” Comenta Catherina mientras se coloca bien el vestido –“Oh, espero que los cafés de esta cafetería sean de los que están deliciosos. – Añade guiñando un ojo la invitada. –“ Oh vaya, ¿De dónde vienes? Yo vengo de Inglaterra. Para ser exactos de la capital, Londres…”-

En ese momento llega el camarero que muy delicadamente deja los platos con lo que hemos pedido en la mesa y la cuenta. Catherina que ya tenía el dinero preparado deposita las monedas en la bandeja y se lo da al camarero. - “Bueno, como iba diciendo… Es una suerte que hayas podido visitar París. Yo aún no lo he hecho. Sólo llevó aquí tres días y únicamente estoy buscando trabajo y un lugar donde poder vivir tranquilamente.” Dice Catherina mientras pone dos terrones de azúcar en el café y se lo lleva a la boca. - “Huele muy bien…. Espero que también…” comenta mientras da un sorbo. “Um… ¡Esta delicioso! Pero… ¡Esta caliente! Ten cuidado o te quemaras la lengua… como yo.” Catherina se ríe mientras corta un trozo de croissant y se lo lleva a la boca.

por **Ayris C. Richards** Miér Mar 09, 2011 7:04 am

-¡Por supuesto!- exclamé con una sonrisa a modo de respuesta. -Oh, de verdad lo son. Por lo menos eso es lo que me han dicho- reí ante su guiño y me aparté el cabello de la cara, recogiéndomelo en un moño desaliñado, con una horquilla situada en la manga de mi traje. Se soltaron algunos mechones, pero apenas les di importancia y seguí dispuesta a escucharla. -¿De Londres? Dicen que es muy lindo, ¿no?, por lo menos es eso lo que tengo entendido.- añadí -Pues yo soy de Italia- informé -más concretamente, de Venecia. Que aunque es precioso, el olor es indescriptible, supongo que entendrás por qué- reí.

Observé como el camarero venía a traernos lo pedido y le sonreí agradecida. Lo colocó encima de la mesa y Catherina le dio unas monedas para la cuenta. -Bueno, no creas. Tan solo pude ver algunos lares.- Cogí el plato de encima de la bandeja y me acerqué el café. Corté con los dedos un pedazo de croissant, que tenía una pinta muy apetitosa y me lo llevé a la boca. Estaba delicioso, con su punto de azucar. Agarré dos terrones de azucar y los eché, con cuidado de no salpicar, al café. Observé como mi acompañante tomaba un sorbo del suyo y comentar que estaba delicioso. -¿Verdad?- tomé un sorbo del mio -Tienes razon, está recién hecho y bastante caliente.- afirmé dejando la taza a un lado. -Y dime, ¿que te ha traido por Paris?- pregunté mientras volvía a desmigajar un trozo de croissant.

Off: Perdón, perdón, perdón por la tardanza!!! Hacía mucho tiempo que no miraba post y tenía este olvidado Shocked

por **Catherina Lewell** Jue Mar 10, 2011 2:34 pm

-Es complicado… En realidad, no he venido por nada especial… Supongo que quería cambiar de aires... Recientemente se me murieron dos personas... Entre ellas mi marido y… necesitaba alejarme y empezar de nuevo. – Catherina sonrío pero sus ojos reflejaban la tristeza y el sufrimiento que sentía. –Pero bueno, no quiero hablar de cosas tristes. – Hizo una pausa y prosiguió. - ¿Cuál es la razón que te trajo a ti a París?- preguntó.

Catherina cogió un mechón de pelo y se lo colocó detrás de la oreja. Hablar de Londres la ponía nerviosa. No quería recordar. Aún no estaba preparada para enfrentarse a ello. Sabía que era inevitable que le preguntaran pero… dolía.

Le dio otro sorbo al café y al croissant. -Espero que a ti, al contrario que a mí, te haya dado de visitar París. Yo de momento no he tenido tiempo... Verás, es que estoy intentado encontrar trabajo y una casa… Pero es difícil encontrar una que sea adecuada… y económica. – Añadió Catherina.

por **Ayris C. Richards** Lun Mar 21, 2011 7:42 am

-Ah,- suspiré -lo siento mucho, Catherina.Se lo que se siente al perder a alguien a quien has querido mucho- añadí con pesadez. Me mordí el labio cuando ella pereguntó mis razones -La verdad, Catherina, es algo similar a lo tuyo. Mi padré murió. Lo retiro, alguien lo asesinó. Y...- regresó un suspiro a mis labios -quería cambiar de amistades, ¿sabes? Allí todo lo que tenía eran "perritos falderos", que esperaban que algún día cayera; salvo una o dos personas.- respondí, mirando fijamente y sin pestañear, la tenue bombilla que se hallaba justo encima de nuestar mesas, intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir.

Cuando supe que la sensación de lágrimas al caer se había desvanecido, decidí volver a mirar al frente mientras me llevaba la taza de café a los labios y la volvía a dejar en la mesa después de darle un pequeño sorbo. Cogí la servilleta de mi pequeño plato y me toqué con ella los labios, eliminando cualquier suciedad que pudiera yacer ahí. -Tienes razón, yo me alojo en un pequeño apartamento a las afueras, resulta económico, el fallo esque esté tan lejos de donde trabajo. -afirmé- Y respecto al trabajo, bueno, puedes conseguir un puesto de actriz en el teatro, yo compagino eso y uno de sirvienta que, aunque parezca bastante raro, me agrada mucho.- repuse, pensando en las tardes que pasaba ayudando a Léonard a deshacerse de sus queridas jovenes e ilusas muchachas.

por **Catherina Lewell** Lun Mar 21, 2011 2:36 pm

-“No pasa nada… No lo sabías…” – Dijo Catherina mientras su mirada se clavaba en el café. –“Oh, lo siento…” – Añadió en voz baja. –“Perdona… no quería que recordarás momentos tristes…”.- Catherina tenía un problema; nunca sabía que decir en aquellos momentos a pesar de tener empatía.

Acompañó a Ayris en su silencio y más tarde cuando esta empezó a hablar añadió: -“Vaya, parece que tenemos más cosas en común de lo que en un principio parecía... A ver, te explico… Mi padre me envía una cantidad de dinero mensual pero eso apenas me llega para comer todo el mes… Quiero encontrar un trabajo a media jornada… Aunque creo que me tengo que adaptar a lo que haya… Por suerte, tengo unos ahorros… y aún son suficientes para no tener que preocuparme de eso al menos en unos días. De todas formas, ya he visto una oferta esta mañana en el periódico que me interesa… El trabajo consiste en trabajar en unos viñedos embotellando el vino. “ –Catherina hizo una pausa y luego sonrió. –“¿Qué te parece? Yo creo que podría ser una experiencia muy interesante. ”- Añadió pensando que cambiar de tema había sido un buen plan.

-“¿En qué zona se encuentra tu casa? A lo mejor puedo mirarme por allí cerca una casita. De momento, no conozco muy bien París y no sé en qué lugares las viviendas son más caras y en cuales más baratas. “- Comentó mientras examinaba a un hombre que había entrada por la puerta y no paraba de mirar a Ayris. –“Escucha… No te asustes pero… Hay un hombre en la puerta que no para de mirarte…”-

(He pensado que podemos ponerle ahora más acción… Si te parece bien. Así el vinculo afectivo entre ellas será más fuerte.)

por **Ayris C. Richards** Sáb Abr 16, 2011 10:03 am

Negué ligeramente con la cabeza -No tienes por qué disculparte, lo que pasó pasó y es bueno hablarlo con alguien- respondí mientras las comisuras de mis labios se elevaban lo justo para formar una sonrisa y tomaba otro sorbo de café.

Escuché a Catherina con curiosidad. Apoyé el mentón en mi mano izquierda y con la otra cogí el croissant y me lo llevé a la boca, mordisqueándolo con cuidado y palpando con la lengua aquel dulce sabor que me embriagaba. -¿Embotellar el vino? No está mal teniendo en cuenta lo machistas que son los hombres, puede que el negocio lo dirija una mujer o alguien considerado para con las de nuestro sexo- comenté dándome toquecitos con un trocito de croissant en el labio. -Y supongo que podría ser divertido, la verdad, el olor del vino me hace estremecer de placer- me mordí un labio pensando en el Vino Magia Negra, hacía bastante tiempo que no había llevado una copa de él hacia mis labios, que lo deseaban y latían deseando ser acariciados.

-A las afueras- conteste-, aunque tampoco está demasiado lejos, comparto casa con mi prima, se llama Stefany-hice una pequeña pausa para tomar otro sorbo de café- ; es bastante espaciosa, con tres habitaciones, cocina, cuarto de baño y trastero. Además, me salió a buen precio.- noté la mirada de Catherina clavada en algún punto por detrás mío, pero no le di importancia hasta que no escuché su último comentario. Según dijo, había un hombre en la puerta mirándome. Abrí los ojos con sorpresa y me desanudé un pañuelo que tenía atado al cuello y seguidamente lo tiré al suelo con discreción para poder comprobarlo. Me agaché ligeramente y ladeé la cabeza, lo justo para ver al hombre que me estaba mirando. No vestía mal, parecía de clase media, pero tenía sus ojos de loco fijados en cada uno de mis movimientos. Me levanté despacio, intentando aparenta tranquilidad y miré a Cath. -Por el Ángel- le susurré mirándola a los ojos -¿Que hacemos?- pregunté con nerviosismo.

por **Catherina Lewell** Miér Abr 20, 2011 9:45 am

-¿Eres adivina? Si, el negocio lo lleva una mujer. No conozco su historia ni tampoco los motivos por los que ella está al mando pero por el momento se ha mostrado muy amable conmigo aunque creo que también puede ser severa y estricta... aunque espero no tener que comprobarlo. – Dijo Catherina mientras pensaba en la extraña mujer que la había contratado. Todo en ella emanaba misterio... No sabía porque pero a pesar de que era muy simpática y comprensiva no se acababa de sentir cómoda en su presencia. – Se llama Sherant Beldandi… Quizás la conoces…- Añadió.

Catherina miró su café. Faltaba muy poco para acabarlo así que lo cogió y se lo bebió de un sorbo. –Um… delicioso…- Comentó mientras cogía una servilleta y escuchaba atentamente a Ayris C. Richards. –Entiendo… Ya había pensando en buscar a las afueras una casa… Tendré que tomar más en serio esa idea. –

Después de unos segundos Catherina observó como Ayris realizaba una maniobra para ver al hombre que la estaba mirando fijamente en la puerta. – No lo sé… Quizás deberíamos salir por la puerta trasera… Seguro que en cuanto nos levantemos nos abordará en la puerta o nos seguirá hasta que una de nosotras se quedé sola… - A medida que hablaba bajaba más la voz – Da miedo… - Comentó mientras observaba por el vidrio de los cristales el aspecto del hombre. - ¿Crees que si se lo pedimos al camarero nos dejará salir por la puerta trasera…? – Preguntó pensando en que quizás tendría que utilizar alguno de sus poderes.

por **Ayris C. Richards** Miér Mayo 25, 2011 10:59 am

Asentí conforme iba diciendo. - Me parece perfecto que una mujer sea poseedora de algo - comenté. - No, no la conozco, pero si ha llegado a poseer su propio negocio debe de ser invencible. - respondí con una sonrisa. Aquella mujer debía de tener poder y su presencia imponedora, ya que sino dudaba que la hubieran dejado governar ella solita un negocio. Tomé mi croissant y le di un último bocado, deleitándome con su dulce y ligeramente empalagoso sabor, que llegaba a mis papilas gustativas cuan cabello de ángel al cielo divino.

- Si, te lo recomiendo, además, si eliges bien te puede salir una casa bonita y a buen precio -añadí a su comentario-, yo la comparto con mi prima Stefany. La encontré hace ya algún tiempo y decidimos vivir juntas. - sonreí al recordar la mudanza, fue algo muy atareado y lioso. Pertenencias por aquí, pertenencia por allá. Esto de aquí es mio; no, es aquello, dámelo es mio... Suspiré con diversión. Peleas, aunque pequeñas abundaban cada día de nuestras vidas.

- ¿Tu crees...? -pregunté insegura al levantarme a mirarla asustada. Aquel hombre me daba mucha, pero mucha, mala espina. No me fiaba. - Sí que lo da, si. -afirmé en voz baja, lo suficiente para que el hombre no se diera cuenta de que lo habíamos pillado. - No lo se, puede que si se lo pedimos y le explicamos la situaación... Quizás... - susurré mirando la cristalera de detrás de Catherina para poder ver al hombre sin que el hiciera lo mismo conmigo. Ojalá no sucediese nada, aun no controlaba del todo sus poderes y no sabía lo grave que sería el daño si causara algún estrago.

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