El sabor de mi piel... [Libre]

por **Asagi Dunkelheit** Lun Feb 07, 2011 3:09 am

Había bebido demasiado aquella noche, yo necesitaba despejar mi mente, reír como un demente… cantar entre las calles de parís como si de un pobre se tratara y sin darme cuenta me introduje en uno de los lugares con más “fama” que todo parís…

Mi caminar, el bamboleo de mi cuerpo, hacían que me fuera de pared en pared, con esa mirada penetrante que me caracterizaba, empecé a leer dos palabras… “Burdel”…

Solté un bufido, tenía mucho tiempo… no, ahora que me pongo a pensar era una de mis primeras experiencias, por fin podría encontrarme con alguna mujer, ya llamada por el resto de la gente “cortesana”

Yo era un tipo pacifico… sin embargo por lo mismo… por ser lo que era… no deseaba tocar siquiera los misterios que envolvían la piel… de alguna bella ninfa.

Terminaría por ponerle una gran mordida…

 Los placeres, como adoraba estar detrás de ellos, como el cálido café… como el embriagante vino, como el seductor aroma de una mujer… como la pasión que se desborda… al unir los cuerpos en una mágica noche no solo de Sexo… era tal vez un poco mejor que el desenfrenado caos de beber sangre… quería tocar la delicadeza… quería que alguien… fuera quien fuera, acariciara este pálido e insignificante cuerpo, tal vez solo me quedaría observando como un estúpido ebrio, mientras esas hermosas muñecas paseaban en mis narices con todo tipo de hombres interesantes—
Así que decidí entrar por otra copa más…. Solo para matar el tiempo, para deleitarme una vez más con ese exquisito sabor de alguna bebida alcohólica.

- Sírvame el mejor vino de la casa – exprese al llegar y tomar asiento en la barra.
¡Ah!... como desfilaban bellas damas… ahora si me había dado por vencido… ¿Quién se figaría en ebrio como yo?... ¿en una criatura tan aberrante?... era mejor esperar lo que fuera… ahora si no me importaba si era mujer… hombre… o de la raza que fuera…

El hombre que me atendía me observaba mientras arqueaba una ceja, tranquilamente mirando aquel panorama… pronto tuve aquella copa en mis manos y con suavidad moje mis labios….
¿Qué limites tiene el amor?... me preguntaba mientras… esperaba…

por **Alai** Mar Feb 08, 2011 1:46 am

Estaba aburrida de los típicos hombres que concurrían el lugar, y aquella noche sus ojos paseaban por la concurrencia en forma desganada. Sentada en la escalera, los observaba con desagrado, sabía que por uno de ellos debería aventurarse, o perdería la noche... pero su cuerpo parecía negarse...

El escote de su vestido, mostraba sus curvas de modo imprudente, así como el alto tajo en su falda. El color rosa la favorecía, dando a su imagen aún más delicadeza de la que ya poseía.

Un hombre, entonces, tomó asiento en la barra. Parecía haber estado bebiendo previamente y estar dispuesto a seguir haciéndolo. La cortesana sonrió, segura de que no lograría demasiado en su cuerpo si estaba ebrio... Se incorporó y caminó con tranquilidad hacia él, dibujando una sonrisa en su rostro, provocativa.

Llegó a él, cruzando con su mirada de frente, tal vez estaba más sobrio de lo que parecía desde lejos, sin embargo no retrocedió.

- Buenas noches- susurró ubicándose frente a él en forma despreocupada, acercándose hasta casi rozarlo- Le ofrezco mis servicios caballero, si es que desea tomarlos...- su voz era seductora, irresistible para cualquiera.

por **Asagi Dunkelheit** Mar Feb 08, 2011 3:29 pm

Todo esto siempre era igual, yo de espectador, recordé que era mejor regresar a casa… pero apenas empezaba “mi amanecer” en esta noche, era demasiado temprano, aun seguía deseando conocer y tener la esperanza de danzar entre sabanas con una buen cortesana.

Y de pronto, como si de un sueño se tratara, como si de una ilusión creada por estas lagunas mentales, que solo el alcohol hace…. Una hermosa dama, se acercaba a mí, no exprese emoción, no exprese felicidad, ni tampoco sorpresa, solo me quede en calma, porque seguro que me estaba confundiendo, pero su mirada, se clavaba en mis ojos… color lluvia.

Termine de beber el contenido de mi copa, mojaba mis labios, como si deseara algo… y ahí estaba, podía sentir su presencia, olfatear su olor, ver su piel, contemplar tan fino y bello rostro que solo dios creo y escuchar esa voz tan sensual, que me hizo despertar del trance del alcohol.

Me arrodille sin tambalear, saque una rosa, la que ponía cada noche dentro de mi abrigo, por si alguna buena compañía podía encontrar, le bese la mano, pero de una manera diferente a la que acostumbraba, como si mis labios le acariciaran con deseo.

Le ofrecí la rosa y me puse de pie, para tan solo seguir viendo aquellas hermosas cortinas rubias tan hermosas como los rayos que acarician la piel al despertar, esos labios carnudos que poseían una voz que podría hipnotizar al más educado caballero.

- Sería una grosería de mi parte sí dijera que no, su belleza es única, que he sido afortunado de encontrarla en esta noche… quiero que me enseñe los secretos que posee usted hermosa ninfa de mis ojos.

Le corteje un poco, tratando de no ser grosero, hasta hice una pequeña reverencia, además mis modales como caballero nunca desaparecían, yo era igual estuviera, donde estuviera.

por **Alai** Mar Feb 15, 2011 2:15 am

El caballero se arrodilló, evidentemente el alcohol no lo había embriagado tanto como la cortesana esperaba, pero ya no había tiempo de arrepentirse. Sintió aquel beso en su mano, al tiempo que una ardor nacía en aquella zona, el deseo del hombre pareció hacerse presente en aquel roce tibio, y la cortesana no pudo más que sentirse alagada.

Tomó con delicadeza la rosa, sonriendo con serenidad, su mirada lo mostraba absorto en sus pensamientos. El recorrido de aquellos ojos por sus rasgos la complacía, sabía que no escaparía de ella aquella noche...

Oyó sus palabras, complacida, y tomó su rostro entre ambas manos, acercando su rostro hasta quedar a pocos centímetros. Quería quitarle tanta formalidad al trato entre ambos. Sonríe, rozando sus labios con tranquilidad.

- Prometo que le dejaré conocer mis secretos uno a uno, prometo no descansar hasta verte complacido por completo...- susurró, antes de tomarlo por el cuello de su prenda superior y comenzar a caminar hacia atrás, rumbo a las escaleras que conducían hacia las habitaciones.

Se detuvo, antes de comenzar el ascenso, para atraerlo hacia sus labios, para besarlos con intensidad. Subieron con periódicas pausas, en que la cortesana lo besaba o simplemente aguardaba oír su voluntad...

por **Asagi Dunkelheit** Miér Feb 16, 2011 7:16 pm

Sin darme cuenta las vibraciones de mi cuerpo se agitaban en nuevas emociones, al ser arrastrado por aquella dama, con rostro de ángel y labios seductores, al menos supe que así se me quito lo borracho.

- Es usted muy hermosa y no espero el mismo trato que sus demás clientes.

Respondí mientras nos besábamos intensamente, yo arrancando pequeñas y suaves mordidas de su labio inferior.

Sin querer tomaba su fino y hermoso rostro entre mis manos, las yemas de mis dedos se deleitaban con cada centímetro de aquella piel tersa y blanca.

Tal vez estaba ansioso de ya probar aquellas mieles de su cuerpo, pero esto iba demasiado rápido como para poder “Hacer bien el acto de amor”

Nos adentramos por numerosas habitaciones, la nuestra en un rincón, ella le abrió perfectamente mientras me ponía detrás besándole el cuello, oliendo sus cabellos, pasando el roce de mi nariz sobre su piel, mientras maniobraba con la llave.

La puerta revelo entonces una gran habitación, no muy elegante, la cama llena de cojines que pronto acabarían regados a su alrededor, las sabanas de seda, alguno que otro ramo de rosas envolviendo el lugar en misticismo. Unas botellas de vino, la vista de la ciudad por una ventana, que jugueteaba con la cortina haciéndola danzar.

Nos fuimos introduciendo con los besos más intensos, con ese cosquilleo que recorría mi cuerpo y le hacía excitar, le mire fijamente antes de llevarla a la cama… mirando sus ojos, su rostro y de pronto no sabía cómo actuar…
¿Era yo quien le tenía que complacer?

por **Alai** Jue Feb 17, 2011 6:27 pm

Oyó sus palabras y sonrió, nunca daba el mismo trato a más de un cliente, su servicio era único, sea quien fuere con quién se hallaba.

- Te trataré como a nadie he tratado antes…- le aseguró con sensualidad, lamiendo sus labios mientras recibía suaves mordidas- Le aseguro que valdrá cada centavo y más…

Se estremecía ante cada roce, logrando reacciones nuevas a cada segundo, no sabía por qué el deseo había nacido en ella, pero se alegraba de que así fuera… le resultaba más fácil complacer cuando también ella se sentía complacida.

Llegaron al cuarto que les aguardaba, y le dio la espalda un segundo, para abrir la puerta con la llave que colgaba de una fina cadena en su cuello. Sintiendo la respiración de su cliente muy cerca, como intentando captar su aroma, al tiempo que sus labios resbalaban por su cuello.

Le costó lograr abrir aquella cerradura, estremecida como se hallaba por los suaves roces en su cuello, pero finalmente lo logró, adentrándose ambos en el cuarto. Los besos volvieron a fluir en un ida y vuelta que nunca acabaría, caminando con torpeza hacia la cama, sin separarse y apenas preocupándose por cerrar la puerta.

Cayó sobre el colchón, con él encima ¿Era normal que él mandase? ¿Correspondía que así fuera? No importaba, ella asumiría el rol que él le permitiese. Lo miró tranquilamente, en aquel instante de duda, intentando tranquilizarlo o, más bien, animarlo a continuar.

- No pienses, solo déjate llevar…- susurró y lamió sus labios, antes de morder su propio labio, haciendo que un hilo de sangre se deslizase por ellos, y besándolo con suavidad.

Sabía que aquel era un vampiro, y que no solo con su piel lograría calmar sus pasiones…

por **Asagi Dunkelheit** Jue Feb 17, 2011 10:37 pm

Al oler su sangre, aquel hilillo que bajaba por sus sensuales labios, la tímida se esfumo, le lamí los labios, tal vez mi lengua estaba introduciéndose en su boca, jalando aquella pequeña herida para sacar un poco más de aquel néctar.

Bese su rostro con sensualidad y cariño, bese sus labios arrancándole pasiones, quería que se desnudara ante ellas, pero era yo quien debía hacerlo, le bese el mentón, mientras mis manos jugueteaban por encima de su ropa con sus pechos.

Mi elegancia se esfumaba, recorriendo mis manos con caricias sobre aquellas bien formadas curvas, pasando por su decorado vientre, por su torso, ese olor genuino de la sangre me había indicado que ella ya sabía quién era yo.

De tanta excitación no pude evitar que los ojos se me tornaran en un rojo más intenso que aquella llama que estaba por estallar dentro de mí por lujuria e indecencia, quería descubrir el “sabor de su piel”
Quería hacerle mil locuras de mujer, despojarla ante mis pasiones solo ella y yo descubriendo el misterio de su piel.

Penetrar y violar su intimidad, tomar por asalto su privacidad, mis manos buscando esa desnudes por encima de la ropa que trataban de bajarle el escote con caricias tersas como si de una rosa le estuviera rosando la piel, mis labios besaban su pecho descubierto, en lo que mis manos le desnudaban, le besaba los hombros con cautela con deseo.

Sus piernas llamaban a mi sexo, me susurraban, y este no dejaba de atraerse con su voz.

El momento del éxtasis empezaba cuando las ropas dejaron revelados aquellos dulces duraznos que adornaban su piel y que no tarde en probar, bajaba por su pecho con pequeñas mordidas y grandes caricias, hasta llegar a probar por completo uno de sus senos, mi boca estaba saciada en placer, mientras quería sus manos recorrían mi cabello, y yo desnudándole casi por completo, con la misma intensidad, había deseado arrancarle la ropa, pero solo dejándole una pieza, pude continuar deleitándome con las mieles que su seno me ofrecía.
Su esencia amarra mi piel…

por **Alai** Sáb Feb 19, 2011 9:23 am

La pasión con que sus labios juguetearon con aquella herida, y su lengua se introdujo en su boca para extraer cuanta sangre pudo emanar, fueron éctasis para la cortesana. Sus manos recorrían con tal afán su cuerpo, que deseaba que su ropa simplemente desapareciera, para darle vía libre a sus caricias.

Sus manos se centraban en sus pechos, para desde allí recorrer su torso y su vientre con pasionales roces. El dejo de locura que irradiaban sus movimientos, concentrado en sus besos y sus caricias, estaba llevando a la cortesana a enloquecerse también. Quería que aquel hombre siguiera aquel jugueteo a toda costa, ser víctima de su lujuria.

Aquella noche no sería solo una puta, sería su víctima, ultrajada, violada, desvirgada nuevamente, en brazos de aquel salvaje desenfreno. Estiraba el cuello, para dar vía libre a esos labios que se deslizaban por aquella zona de su piel, mientras sus manos batallaban con las prendas que la cubrían. Sus labios llegaban hasta su pecho, que poco a poco se iba revelando ante su insistencia.

Finalmente logró bajar su vestido, hasta descubrir uno de sus pechos, llevando a este sus besos y succiones, haciéndola estremecerse ante el contacto. Las manos de Alai viajaron a su cabello, jalándolo y enredando en él sus dedos, al tiempo que una de sus piernas jugaba a intentar alejar su virilidad de su pelvis, para luego volver a permitirle acercarse.

- Tómame por la fuerza, viólame…- susurró sonriendo, apartándolo de un empujón y levantándose de aquella cama, caminando de espaldas a la pared, para no perderlo de vista, sin preocuparse en acomodar el vestido para cubrir lo que sus manos habían logrado revelar.

por **Asagi Dunkelheit** Sáb Feb 19, 2011 7:23 pm

Quiero llevarte lejos, en aquellos recónditos lugares donde mis pasiones, lujurias y deseos más profundos residen, donde nace la pasión con la que me ínsitas a mas que un acto de amor, quiero llevarte al descanso de todas mis fantasías…

Verla ahí casi desnuda, esa Venus que mostraba parte de sus senos, una mujer que excitaba con aquellas palabras atrevidas no me pude contenerme, al verla levantarse de aquella cama, despertó en mi ciertas lujurias, ciertas pasiones desbordantes.

Caminaba de espaldas a la pared, con esa sonrisa, con esos ojos que no hacían más que desearme, <<Tomarla a la fuerza>> eso resonaba mas como una orden en mi cabeza, así que me levante, hasta donde estaba ella, la tome por la cintura y “bruscamente” la recargue en la pared.

- No puedo aguantar a solo mirar…

Desee contemplar su cuerpo, ese cuerpo que llenaba mi vientre de lujuria, con demasiada desesperación le arranque las ropas…

- ¿quieres que te viole no es así?

Le pregunte de manera sensual al oído para después tenerla desnuda a mi merced, para ponerla contra la pared, su delgado y pálido cuerpo era comprobado con mi mirada, pasando mis dedos como simples caricias, para que su piel se contrajera con ellos.

Mis manos se filtraban entre sus piernas, mientras mis labios besaban su espalda, casi todo el peso de mi cuerpo acorralándola, el toque de lujuria entre su sexo, mis manos recorriéndole en leves cosquilleos, encendiendo así aquella llama de pasión.

Era más que la gloria, era más que una amenaza para volverme loco, era más que un acto cualquiera de sexo ocasional, el calor le inundaba la piel, mis manos querían jugar un poco, deslizándose sobre sus nalgas.

Ni siquiera me di cuenta de cuando deje de estar vestido, pase entre sus piernas una vez más mi tacto, para después agarrarle de las caderas y pasar mi miembro entre aquellas bien torneadas piernas.

Mi lengua se deslizaba por su cuello, por sus oídos, por su espalda, mientras apenas me restregaba en ella, en sus muslos, con esa humedad de mi sexo.

Yo me estremecía con el simple rose de las partes intimas, hacia que me temblaran las ganas de tomarle ya, pero esto era un juego de resistencia para mí.

Los gemidos suplicantes que de su boca emanaban, me impulsaron a penetrarla de golpe, adentrándome lo mas que podía y por completo en su cuerpo, la tome de las muñecas poniéndolas contra la pared, mientras ella apretaba el rostro, mientras mis embestidas eran deliciosas y mis caricias lujuriosas…

Aquel lugar era tan deseaba que empezaba a moverme en su interior, deseaba que se moviera en sincronía conmigo, tome después sus pechos ambos entre mis manos para tocarlos y erizarlos mientras mis labios besaban sus lóbulos.

por **Alai** Dom Feb 20, 2011 10:42 am

No tardó en incorporarse y apresarla con brusquedad contra la pared. Sus ropas se rompieron, en manos de aquel vampiro, cayendo al suelo sin mayor utilidad, dejando al descubierto su total desnudes y vulnerabilidad.

Su pregunta la hizo estremecerse, acercando al suyo su rostro, para hablar cerca de sus labios.

- Tú quieres violarme...- dijo como toda respuesta, antes de apartar el rostro, volviendo a verse pegada, en forma inevitable, a fría pared de roca.

Sus caricias la recorrían, con la confianza de un amante de toda la vida, haciéndola estremecerse, a cada roce. Sentía sus labios posarse en su espalda, y sus manos llegar con facilidad a su entrepierna. Sus manos en los muslos de la cortesana, la levantaron sin darle opción, mientras esta, como podía, le quitaba la ropa.

Su desnudez se hizo entonces partícipe de aquel encuentro, rozándola... su intimidad recorría la de la cortesana, obligándola a jadear de placer, al tiempo que su lengua y su caricia continuaban el recorrido.

Aquellos movimientos eran estimulantes, excitantes... al punto que su cuerpo parecía a gritos reclamar pertenecerle. Y no se hizo esperar, de un momento a otro, con brusquedad, fue penetrada por aquel vampiro, sintiéndose llena de él. Un grito salió de sus labios, ante tal brusca maniobra, antes de que sus muñecas se vieran apresadas por las manos del joven, que no tardó en liberarlas para apresar sus senos.

El vulnerable cuerpo de la cortesana se movió junto con el de su violador, sintiéndolo con intensidad en su interior, despertando sus placeres como pocos antes. Mordió los labios del caballero, lamiendo sus labios y jugando con su lengua en forma ansiosa, sin detener los movimientos, intentando que la unión de sus cuerpos sea para ambos igual de placentera.

Cuando supo que la excitación era la suficiente, lo empujó con decisión, bajando de su cuerpo y liberándose de él, riendo con tranquilidad, aunque agitada y deseosa de volver a pertenecerle.

- Que violador tan ingenuo, bajaste la guardia...- susurra caminando, de espaldas a la cama y dejándose caer de espaldas en la misma.

por **Asagi Dunkelheit** Dom Feb 20, 2011 6:45 pm

La deseo como un lobo en celo, desnuda sobre la cama, le beso antes, para que sienta mi boca, mi lengua en su boca y en su cuello, con málica, quiero escucho esos gemidos profundos, me excito, me excito tanto que provoca una erección muy dura, solo ella es quien me pone así, le succiono los pezones, se los muerdo, quiero ver la dureza de sus pezones al rose de mi lengua verlos crecer lentamente por la fuerza de mis mordidas, me subo de nuevo solo para besarle, mientras mis manos maniobran por debajo de sus piernas abriéndolas con brusquedad, la deseo, siento su húmeda intimidad, me la comería ahora mismo, me encantaría hacerla, pero solo le acaricio aquella parte.

La toco, rozo con mis dedos toda esa parte, mis dedos resbalan dentro de ella, haciendo que la entrada se dilate, sin embargo antes de penetrarla bruscamente, la subo por completo en la cama, la volteo para que se ponga de rodillas, con movimientos demasiados bruscos, buscos sus pechos, quiero retorcer sus pezones, siento que si la toco una vez más podría terminar mi orgasmo antes de estar dentro de ella.

Muerdo su cuello, como una advertencia para que siga de rodillas, y de golpe la penetro, sin importarme el dolor, solo la excitación, quiero que sienta mi sexo dentro de ella, que sienta la humedad que provoca, acaricio todo su cuerpo mientras me embisto dentro de ella con fuerza, mientras hundo su cabeza en la cama y tomo sus caderas a mi antojo, mientras las alzo con fuerza, con deseo, siento como sus gemidos son más intensos…

- Esta vez no escaparas…

Susurro entre suspiros cortados… mientras me muevo y meneo con brusquedad dentro de ella y le someto a mi.

por **Alai** Lun Feb 21, 2011 1:30 am

El vampiro no tardó en estar encima suyo, besando sus labios con intensidad, beso al cual la cortesana correspondió sin oponer resistencia. Sus lenguas se trenzaron en una batalla de caricias y ansiedad, antes de que la del hombre bajase por su cuello. Los gemidos escapan, incontenibles de su boca, cosa que parece provocar más al vampiro, que ataca sin piedad sus pechos.

Su espalda se curva, correspondiendo a los labios de aquel pretencioso cliente, al tiempo que el placer se extiende por su cuerpo a medida que siente la succión y las mordidas en sus pezones.

Nuevamente lo siente deslizarse, esta vez llevando sus manos hacia sus piernas, abriéndolas bruscamente. Esperaba ser penetrada en aquel instante, en forma violenta y sin aviso, pero fueron sus manos las que recorrieron su intimidad, llegando a entrar a su cuerpo. La excitación no menguaba, a medida que la mujer apenas podía gemir y aguardar a saber su voluntad.

Antes de que pudiera siquiera pensar, se vio de rodillas en aquella cama, obligada por aquel hombre a tal cambio de postura. Sus manos aferraron sus pechos en forma posesiva, antes de que una mordida en su cuello la haga gritar. Un hilo de sangre escapó desde el rasguño de aquellos dientes, antes de que el vampiro la penetrara con brusquedad.

El dolor se mezcló con el placer que aquella unión le producía, su parte íntima era embestida con brusquedad a la que no se acostumbraba. Apenas pudo sostenerse con sus brazos, pues la fuerza de sus penetraciones y las sensaciones mezcladas hacían que sus brazos flaqueara, haciéndola caer.

La sangre seguía escapando de aquel apenas perceptible rasguño, trazando un delgado camino desde su cuello hasta uno de sus pechos.

- No escaparé, me tienes... soy tu víctima...- jadea en forma entrecortada, completamente perdida en sus movimientos y la fiebre que su cuerpo experimentaba.

Se abandonaba a sus deseos, sabiéndose demasiado débil como para poder resistirse a lo que aquel cuerpo dictaminase.

por **Asagi Dunkelheit** Lun Feb 28, 2011 7:43 pm

“Quiero besarte, necesito besarte, necesito tu lengua y tu mirada”

Aquellos pensamientos no se podían borrar de su mente… mientras tenia presa a aquella cortesana, sus embestidas sobre su delicado cuerpo, ciertamente él no era él, jamás jugaría con una persona así.
Lamio su cuello tratando de gozar su sangre, ahí la respuesta… la sangre y el olor le transformaban, mordía su cuello, gozaba el hecho de hacerlo, de embestirla…

La subió encima de su abdomen para bajarla un poco y ponerla sobre su sexo, tomando sus caderas y a los pocos segundos se movía en perfecta sincronía con él, gimiendo de placer entre el beso,
apartándose fugazmente para respirar, apretando fuertemente las piernas en torno a la delgada cintura.
Ahora tenía el control, bajo lo más que pudo hasta sentirlo en lo más profundo, aferrándose con las diez uñas al pálido y sudoroso abdomen. Sus rizados y largos cabellos acariciaban con las ensortijadas puntas tanto su pecho.

Cuando encontró una postura adecuada empezó a moverse de nuevo sobre ella, arrancándole sonoros gemidos de placer por sus acelerados movimientos.

Después pudo sentir su cálido semen destilar por sus vientres, por el orgasmo contrajo bruscamente los músculos cerrándose fuertemente gritar por el dolor y el placer que esto le provoco.

- Lo siento… no debí tratarte así.

Musite mientras me tumbaba en la cama… después de aquel orgasmo.

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