Los basicos placeres [Priv.]

por **Lydia Sforza** Lun Ene 31, 2011 7:51 pm

Había sido un día bastante divertido, en realidad. ¿Qué pico en la conciencia de los soberanos que abrieron las puertas de forma indiscriminada a trovadores, bailarinas y actores para entretenerme a mí y a la comidilla de la realeza? Justo ahora estaba caminando rumbo a los jardines, donde se había colocado un improvisado escenario a la puesta de sol para despedir el día con los sonetos elocuentes de alguna comedia de Moliere.

Saludando a algún conde, sonriéndole a cada princesa de sangre que se detenía a entablar una ligera charla. Era hasta agradable toparse con tantas caras nuevas, al parecer no solo los viejos residentes de Versalles estaban ahí, sino también los embajadores, gente de clases muy altas y en posiciones beneficiosas. Sea lo que sea no era eso lo que me interesaba, estaba emocionada por el show a finalizar.

Gustaba más de los dramas, pero las comedias eran como alimentos del ánimo. Ni el ser mas misero sobre la tierra podria evitar esbozar una minima sonrisa de vapor ante las ocurrencias de Moliere.

por **Cassandra Tsitak** Lun Ene 31, 2011 8:16 pm

Mi consejero antes de partir a Paris me había dicho que en el Palacio de la familia real francesa daban excelentes espectáculos a los mismos y que si tenías influencias podría acceder a uno de los tantos espectáculos de entretenimiento. Ese día estaba tan aburrida que no dude ni un momento en alistarme para salir y encontrarme rodeado de gente francesa de la corte. Era gracioso que para acceder a la corte tenías que ser por lo menos del agrado de la princesa, las cosas era tan diferentes que no paraba de soñarlo. En Macedonia solo porque mi padre estaba metido en los temas de política yo ya podría aspirar al trono después de 17 personas, y aun después de su muerte podía seguir haciéndolo.

Baje del carruaje mirando atentamente al piso y acomodando la red de perlas que solo me cubría un ojo, miraba la gente ir y venir, seguramente gente con sangre francesa real. Todos parecían divertirse y yo parecía tan absorta que estaba segura no podrían confundirme con alguien del lugar, estaba actuando de forma demasiado extranjera que incluso yo sentí pena de mi misma. Seguí a la gente mientras caminaba sosteniendo en una mano la cola de color rosa de mi vestido, todos se dirigían al jardín en donde había un extrañamente bien estructurado escenarios, podía escuchar los murmullos de la gente mientras pasaba pero no prestaba atención pues estaba muy concentrada en buscar un lugar adecuado en donde situarme. Moliere. Siempre tenía algo que ironizar, busque con la mirada a alguien de la familia real pero mis ojos con tanto murmullo no podían concentrarse en nada particularmente.

por **Lydia Sforza** Lun Ene 31, 2011 9:52 pm

--- Madame Fontaine, cuanto tiempo! No le había reconocido --- Dijo una dama de edad avanzada y mucho colorete en las mejillas. Le sonreí con la misma ligereza con la que le sonreía a cualquiera ¿debía reconocerla yo?---. ¿No bajaran alguno de los soberanos a la exquisita velada?, ¿ni siquiera el delfín?... Mi esposo el Embajador de… --- mi sonrisa se mantuvo igual, un tanto impaciente mientras me preguntaba como es que podría ella creer que me interesaba aunque sea un poco de su vida. Con desdén note como se acercaba otro individuo… quizás el mentado embajador. Y luego con terror vi como se reunía otras personas, Usualmente la atención hacia mi persona me encantaba, pero aquellos nobles burdos que solo estaban ahí para atrapar la primera oportunidad de enterarse sobre cualquier novedad o usarme para escalar algún escalón. Que idiotez, yo al menos sabia disimular mejor.

“¿Cuándo sabremos sobre la identidad de la delfina?, ¿Por qué es seguro que ella ya ha sido seleccionada, verdad?”., “Acabamos de abrir toda una cadena de…”, “Podría interesarle, princesa…”, “Tengo una hija casi de su edad, es hermosa y…” Por encima de sus hombros y sus preguntas buscaba a alguna de mis damas, pero no reconocí a ninguna, solo una joven de aspecto impecable y rubios cabellos caminaba en solitario. No tenia la menor idea de quien era, y por lo que parecía ella tampoco sabia muy bien donde estaba.

--- Es un placer escucharles, pero me temo que la conversación será en otra ocasión. Con su permiso --- me despedí atenta y breve, pasándolos de largo para acercarme a esa dama rubia---. Querida! --- Salude con la mejor de las sonrisas y la tome del brazo, caminando con cierto apuro --- 100 euros por cada cuervo que espantes --- le susurre con una sonrisa sarcástica, mirando de reojo por si alguien mas me seguía.

por **Cassandra Tsitak** Lun Ene 31, 2011 11:34 pm

Me sentí sobresaltada cuando una mano femenina me tomo del brazo con la fuerza suficiente como para echarme a andar con ella a paso apresurado. Al principio pensé en soltarme y mirarla de mal modo pero me detuve el ver su cabellera negra decorada con una tiara que perfectamente combinaba con el vestido, no era cualquier princesa y ni siquiera se podía decir que era una favorita de la reina, era la princesa de Francia, escuche lo que decía, no pensaba en interrumpirla y menos mientras caminaba, aminore el paso al captar su idea de desaparecer del escrutinio público. Una vez que dejamos atrás la formalidad que implicaba tener enfrente a la princesa de Francia pude girarme y hacer una reverencia ante ella-Su alteza-levante la mirada para toparme con sus orbes azules.

-No creo que en mi país un euro me sirva pero dado que estoy en Francia creo que ya me debe muchos-dije con respeto y dándole la razón sobre que mi actitud no era la apropiada. En Paris todo parecía ser fiesta, diversión y pasiones desenfrenadas, los europeos del este solíamos ser más fríos y aunque yo no era la típica chica de Macedonia sabía que igual mi comportamiento era diferente, ante una corte no podía más que mostrar respeto como mis padres me habían enseñado-Karolina Karpova-me presente articulando mi nombre de forma tan francesa como pude, incluso el hablar era diferente y los sonidos eran diferentes. No todo se pronunciaba igual. Mire por arriba de su hombro, la princesa era buena escapando-Las personas estarán preguntando por usted muy pronto-dije volviendo a dirigir mi mirada a la suya.

por **Lydia Sforza** Mar Feb 01, 2011 12:37 am

En realidad ya no me seguían, pero miraban con mucha valoración a la chica que había tomado por compañera. Me carcajeé sin poder evitarlo, probablemente ellos tenían una idea de su identidad, me volví hacia la mujer analizando su rostro de niña. Parecía una de esas muñequitas que usaba de niña, con la boca pequeña y los ojos muy abiertos.

Pese a que seguramente no comprendía la situación supo seguirme el juego muy bien. La guie hacia unos rosales y me cruce de brazos, notando como ella también me analizaba y hacia las debidas reverencias. La pronunciación de su francés la delataba, una extranjera… Inglesa. “Otro Ingles” pensé con cierta sospecha, ladeando un poco la cabeza mientras le evaluaba.

--- Completamente nueva por aquí, ¿Verdad, Mademoiselle Karpova? --- pregunte ligeramente burlona, indiferente a su advertencia---. No se preocupe, los franceses somos como una composición de Mozart ---me reí--- Todo lo que le lleguemos a hacer, le agradara --- mire por encima de su hombro a los actores que se apresuraban a su posición detrás del telón--- Mirad, están a punto de comenzar. Debemos ir, te gustara---Comente haciendo un ademan para que me siguiera y caminando a paso lento para esperarle.

por **Cassandra Tsitak** Mar Feb 01, 2011 1:40 am

Lo que todos decían sobre los franceses me venía a la mente al escucharla hablar, libertinos y tremendamente presumidos tanto así que me recordaba una frase sobre ellos Dios hizo Francia y para compensar creo a los franceses, muy cierto, malo que yo no era muy devota y si lo era, más bien se debía a una obligación aun así ellos se lo creían. Me trague una carcajada y seguí con el rostro pacifico casi como el de una pequeña muñeca de caja de música-Su respuesta no pudo ser más acertada alteza-le dije sonriendo ligeramente, todo la educación que se nos inculcaban a de pequeños venía a dar en momentos así en donde ignorar y sonreí a cualquier acto en verdad funcionaba. Sin duda la corte francesa era peculiar, su ballet era diferente, nosotros con la técnica rusa, muy común en los Balcanes, nunca hacíamos un passé sin antes ejecutar un couppé, daba igual ellos no veían la perfección de los pasos-No dudo que sean una obra de arte y tampoco dudo de su hospitalidad, desde que llegue del este me han tratado muy bien-eso en cierto modo era mentira, te trataban bien por el dinero que tenías por lo menos eso me había pasado desde que Paris me abrió los brazos.

Me apresure a caminar a su lado recogiendo de nuevo la cola de mi vestido, era mucho más fácil caminar sin ella, era un estorbo pero como decían en mi natal país “Si no dolía, apretaba o lastimaba no se veía bien” entonces yo me aguantaba a las miles de agujetas que servían para ajustar el corsé y dejar que se entreviera una parte de mi canalillo-Eso espero alteza, escuche por mucho tiempo la magnificencia de sus espectáculos-eso era totalmente verdad tanto que me embriagaba el solo hecho de estar ahí, caminando junto a la princesa. Pude ver a los actores correr a nuestro lado, no se detuvieron ante la princesa lo cual me pareció grosero pero el show debía de empezar, me lleve una mano a la cabeza para acomodar la horquilla de oro que tenía encajada en los rizos con tanto ir y venir temía que se cayera.

por **Lydia Sforza** Mar Feb 01, 2011 11:48 pm

Sabia que nada comenzaría nada hasta que tomara asiento, pero mi premura se debía a la obra que iban a presentar. Tartufo era de mis obras favoritas, y ahora realizarían una adaptación con actores extranjeros que prometían un show aun mejor que el representado en el teatro de Paris, o eso me había dicho el director después del almuerzo. Camine a la par de la joven inglesa, se veía un tanto incomoda aunque se esforzaba por aparentarse afable, lanzando lisonjas cada que abría los labios. Me pregunte entonces como seria viajar a algún país con festividades y costumbres distintas, nunca había tenido necesidad de ello… era la nobleza extranjera la que soñaba con tocar Versalles.

Con entusiasmo llegue con los demás, el escenario no era mas que una tarima y un marco lo suficientemente grande para sostener a través de poleas el telón de terciopelo rojo, frente a el habían colocado un centenar de sillas cubiertas por forros de seda y rosas blancas en sus respaldos. De pronto el excesivo adorno de mi vestido y el de todos los demás me pareció exagerado para un espacio de belleza tan sencillo.
Mis doncellas estaban de pie a unos metros, esperándome y escudriñando a mi acompañante. Me volví hacia ella.

--- Mademoiselle Karpova, ¿ve a aquellas damas de alla? --- Pregunte con una especial sonrisa inclinándome a su oido---. Son familiares directos míos y por ende princesas de sangre, con derecho y debería decir “obligación” de estar conmigo a todos lados--- Explique---. Sentarse aun lado de mi, despertarme cada mañana, arreglarme… --- entorne la mirada, deteniéndome frente a las sillas directas al espectaculo--- ¿No le parecen excéntricas las costumbres sociales?, ¿de donde es usted también es asi?

por **Cassandra Tsitak** Miér Feb 02, 2011 12:32 am

El escenario debía decir que me encantaba. Tal vez porque lo extravagante no era lo mío o lo que acostumbraba a ver y sentir, nada de emociones desbordadas, ni de bordados muy complicados, nada de eso era lo que yo veía en mi país. Al parecer tenía que empezar a sentirme francesa dentro de poco si quería durar mucho tiempo ahí lo cual era por mi bien y para abandonar todos los malos recuerdo de antes. Desvié la mirada ligeramente del escenario para posar mi mirada a las damas de las que hablaba, muchas de ellas parecían que no había visto un extranjero en su vida lo cual me pareció gracioso y al mismo tiempo halagador, si te empeñabas a hablar sobre alguien era porque lo considerabas una amenaza y te importaba de más. Asentí mientras la princesa me explicaba todo sobre la corte en Versalles.

-Lo tenía claro incluso sabía que a la Delfina la apartan de sus hijos y los familiares son los que se encargan-repase mientras dejaba atrás las miradas de las damas de la princesa y ponía atención en las sillas con funda se seda y flores con las que todo estaba arreglado-Debe estar cansada de ver los mismos rostros todos los días-ladee la cabeza ligeramente mientras trataba de enfocar un letrero que se encontraba más allá que rezaba algo que no distinguía muy bien ya que las letras se me movían ligeramente. Deje de intentar y volví mi mirada a la princesa negando con la cabeza ligeramente y moviendo un poco la red que me caía en el ojo para verla mejor-Son distintas Alteza, todo es mucho más embriagante aquí incluso el aire-acepte-En Macedonia es diferente, los placeres son mucho más simples, disfrutamos con poco y nos llena de la misma manera-por un momento crei escuchar música familiar pero no era así solo era un producto de mis deseos de volver a ver las montañas y sentir al aire pegarte en la cara-La vida es menos emocionante-dije con una sonrisa tierna.

por **Lydia Sforza** Miér Feb 02, 2011 2:31 pm

--- Así es. Antes del deber de madre está el deber de Reina --- Me encogí de hombros acostumbrada a la idea, aunque si lo pensaba bien… mi madre nunca fue un “ente” ausente, siempre estuvo por ahí, dispuesta a abrir sus puertas o cancelar una comida con algún embajador con tal de recibir algún llamado nuestro. Me lleve las manos a las caderas, adoptando un gesto algo pensativo---. No cansada de los rostros precisamente… en las celebraciones ordinarias siempre hay gente que viaja de muy lejos para venir, como tú. Invariablemente se encuentra a alguien nuevo si prestas atención.

Por la mirada desdeñosa de una de mis primas, supuse que no le agradaba en lo absoluto que me deslizara hasta la silla central, que le hiciera un gentil gesto a Karolina para que tomara asiento a mi lado izquierdo y así poder continuar con nuestra charla. Lástima que esa era la idea, simular como que acababa de toparme con una gran amiga y que no prestaría atención a nadie más. Además había que admitir que la chica era la ventanita a la cultura de macedonia, era interesante saber de esas cosas con ciudadanos que con los libros.

--- Tu descripción rompe con mis fantasías --- Hice un mohín de decepción a manera de broma ---, haces sonar a Macedonia muy aburrida, y aun así sonríes llena de nostalgia por ella.

por **Cassandra Tsitak** Miér Feb 02, 2011 8:17 pm

Arrugue la nariz en forma de desagrado aunque en mi rostro se vea más bien como un tic. No me gustaría de ninguna forma que todos me hicieran todo, que no me dejaran ni siquiera respirar ni tener un momento a solas. De niña amaba escuchar historias sobre la corte en Versalles, me encantaba escuchar toda la atención a la familia real pero conforme fui creciendo y fui volviendo independiente decidí que jamás me agradaría eso de estar rodeada de halagos falsos que seguramente eran más puñaladas que otra cosa. En Macedonia las cosas eran diferentes, te dejaban ser, eras tan libre como puedes ser mientras cumplas con las reglas. Suspire con algo de nostalgia notando otras vez lo cuchicheos a mi alrededor, sintiendo como el rubor subía a mis mejillas, me sentía tan feliz de que hicieran eso que no pude evitar sonreír llena de satisfacción.

Me acomode un lugar a lado de la princesa, sabía que toco alrededor nada más eran apariencias por eso tampoco me molestaba en girar la cabeza. Mi persona estaba acostumbrado a otra forma de querer, vivir, relacionarse-Créame que mi visita no solo será eso-sentí una punzada en el estómago mientras advertía que las personas empezaban a hacer alboroto para poder sentarse en el lugar correcto y así apreciar la función. Si mis padres no hubieran fallecido yo no estaría pasando por esto pero todo en la vida se trataba sobre cambios, tal vez el cambio para salir de “la familia perfecta” era la muerte y que yo llegara a la otra Europa-Alteza-reí un poco aminorando la plática, era obvio que la princesa no debía salir mucho y tampoco parecía que entendiera mi forma de hablar que había sido más bien una especie de comparación-Amo a Macedonia, es parte de mi…No por nada pase hasta ahora mi vida allí-me relamí los labios mientras un acto de cuando era niña aparecía.

Me quede viendo la tela de mi vestido y con las manos comencé a alisar la seda poco a poco-Para usted que está acostumbrada a vivir rodeada de fiestas-me quede en silencio unos momentos-La vida balcánica seria aburrida pero lo que no sabe es que…nosotros vemos el arte en todas partes-me acerque a ella para susurrarle-Se dice que solo los que saben observar entenderían el significado de vivir en mi país sin tener que aburrirse ni un poco-hice un gesto con dos dedos simulando “ese poco” del que hablaba. No podía evitar sentir cariño hasta mi natal Macedonia, a pesar de todo , era como un lunar que llevaba en la espalda.

por **Lydia Sforza** Vie Feb 04, 2011 4:16 am

Acomode la caída de mi vestido en gesto medio ausente, mientras en una miraba de costado atendía al telón cerrado, la mera visión de aquel escenario en preparación me estremecía de placer. Pese a que mi devoción era la danza y la música, para ello me dedicaba y podía ser plenamente feliz ya sea viéndolo o ejecutando, sencillamente el teatro era el arte que de alguna manera me parecía supremo. El teatro abarcaba a todas las demás bellas artes para crear algo mucho mas grande: El arte plástico caía en sus escenografías, la música era manejada a través de sus coros, sus músicos o incluso las obras propiamente llamadas como “Musicales”, la danza se veía en los trazos escénicas… y además de todas esas cualidades, tener la capacidad de dejar de ser quien eres para convertirte en otro, para revivir a viejos héroes o charlatanes. Era fascinante ver como se deslindaban de su realidad dejando apenas un hilo fino para poder volver a ella y no perderse en la caótica e insustancial realidad a la que iban. Esa donde todo era posible, que no importaba ni el pasado, el presente o el futuro… solo el actuar. Incluso tampoco importaba el individuo propio pues dejaba su identidad muy atrás, un rey podía ser presentado por un vulgar mozo que supiera interpretar. Lo único verdaderamente importante, el quid de la sustancialidad era lo que ese individuo pudiera “crear”. Era la utopía por la que todos los intelectuales clase media aclamaban.

La risa ligera y cadenciosa de mi acompañante me distrajo, así que tuve que abandonar también mi ciudadela de pensamiento platónico para atender a aquellos ojos inquietos y humildes. Su comentario había sonado bastante romántico, y aunque me hizo sonreír irónica y curiosa, no pude evitar pensar que era el tipo de excusas mozas que se dan, como las típicas de “Lo que importa es el interior de la persona”.

--- ¿A que has venido a Paris? --- pregunte directamente---. Dices que no fue el ocio de Macedonia junto con la promesa festiva de Versalles. ¿Entonces? ---Arque una ceja en gesto analítico y me volví hacia aun lado, acababan de llegar mis demás que se sentaban al lado derecho, un tanto azoradas. Les sonreí amena y luego dirigí mi expresión de nueva cuenta al escenario---. Han venido muchas doncellas extranjeras… jóvenes… a veces me pregunto si creen que aun se esta en la búsqueda de alguna Delfina.

En realidad solo era un comentario, no lo esperaba de esa chica perdida y sutil. Usualmente las que venían como ofrecimiento, traían a su cuervo atrás.

por **Cassandra Tsitak** Vie Feb 04, 2011 7:47 pm

-No serían tan tontas-solté mientras recorría el escenario de derecha a izquierda y regresaba para ejecutar la misma acción. Muchas de las chicas que conocía, esas que parecían tener solo el tocado en la cabeza en verdad podrían llegar a ser bastante tontas así que mi comentario era muy sarcástico, las personas si podían ser muy tontas pero eso nadie lo sabría. Por lo menos no de mí. Había un encanto extraño dentro de ese escenario que llama mi atención, me recordaba a cuando yo hacía presentaciones en la academia. Desde pequeña mi madre había insistido en que debía de aprender algunas de las bellas artes y vaya que no solo había aprendido una, el caso de todo eso era que pensar en lo que alguna vez aprendí y dejaría por estar aquí me hacía un nudo en el estómago puesto que no dejaría que se estropeara mi técnica con otra, muchos me había costado, sudor y lágrimas tener el nivel que tenía para que alguien más llegar a decirme que debía de cambiar todo lo aprendido por algo diferente y que para mi gusto no tenía ni pies ni cabeza.

¡Dios como amaba la danza! Podía expresarme y comunicar sentimientos sin necesidad de hablar, lástima que tenía una fuerte fuerza de voluntad como para quebrantarla y decidir que no dejaría de bailar. Me tendría que conformar con ver actores franceses en el palacio. La princesa me había sacado de mi debate conmigo misma cuando pregunto la verdad de mi residencia en Paris, miles de imágenes horrendas llegaron a mi cabeza suplantado la de las hermosas puntas de ballet. Mis ojos aletearon, agache un poco le cabeza mientras me relamía los labios y la veía por entre mis pestañas rubias, no dejaría que se me notara-Bueno-comencé-Mis padres murieron hace poco y tengo que arreglar todo lo que dejaron pendiente aquí pero supongo que no quiero volver a Macedonia-arrugue la nariz y volví a mirar el estrado. Había cosas que no quería tocar y no se las diría aunque fuera la princesa-Viviré aquí de ahora en adelante.-

La mayoría de los europeos pensaban que los eslavos éramos gente fría y si de cierto modo así era ¿Quién iba a una presentación poco tiempo de morir sus padres? Pero la cosa es que no éramos tan de piel como los españoles o derrochadores de placer como los franceses, sufríamos un momento y después lo superábamos o eso era lo que yo había visto con mis padres. Teníamos costumbres diferentes pero éramos mucho más festivos que cualquier otro país de Europa, teníamos cosas de las cuales presumir tal como las costumbres intercambiadas con Yugoslavia y Bulgaria.

por **Lydia Sforza** Sáb Feb 05, 2011 10:14 pm

--- Te sorprenderías--- Atendí a su sarcasmo. Entrelazando los dedos de mis manos para repasar mis brazos sobre el vestido. Hice una mueca ligera cuando note el cambio tan abrupto en Karolina. Sus ojos chispeantes e inquietos se congelaron a causa del frio de sus recuerdos. Al parecer mi inocente pregunta había tocado fibras sensibles en la doncella Macedonia… si, una muerte. La de los padres---. Oh, mis condolencias---. En cierta manera me desagradaban esos consuelos fríos. Porque sabia que nada significaban, “todo estará bien” sin saberlo, “ahora descansa en paz” como si fuera algo bueno. Sin embargo era casi un requisito, la primer palabra que los labios pueden formular cuando hay una pérdida de ese tipo ---. Ojala la excentricidad y belleza salvaje de Paris sean un buen sosiego para su alma, Madame.

De pronto me produjo curiosidad el saber que pudiera provocar la liviandad de Paris en el temple recato de Karolina. Sonreí, solo el tiempo me lo diría. Alce la mirada al notar como uno de los sirvientes se detenía frente a mí, reverenciándome y después entregándome una cajita de terciopelo blanco que provenía de la corona. ¿Algún presente? Tome el objeto y lo deje sobre mi regazo, despachando al sirviente de un ademan de mi mano. Cuando abrí el misterioso obsequio me tope con el cumulo de cartas con el sello real. Eran las invitaciones que había pedido firmar, aquellas que no tenían escrito al invitado pues eran de mi particular y secreta decisión.

--- Y bueno, como un adelanto a los millares de Euros que le debo por el favor de hace rato, y una muestra de interés por parte de la familia real hacia sus nuevos proyectos de vida… --- Saque una de las invitaciones y se la extendí a Karolina---. Espero su asistencia.

De pronto el rumoreo de todo alrededor de mi se detuvo y… una figura en trajesillo amarillo apareció en el escenario. La función iba a comenzar.

por **Cassandra Tsitak** Dom Feb 06, 2011 5:01 pm

Entre dientes salió una risita, solo la familia real conocía a su pueblo y por el comentario de la princesa era obvio que mi sarcasmo había sido muy gentil con respecto a las damas de la corte que pensaban en la vida como Delfina de Francia. Yo no me imaginaba como reina o algo parecido y mucho menos en un país como Francia, si bien ama que la gente hablara de mí, que me rodearan no me gustaba el modo en el que lo hacían con la princesa, simplemente era abrumador y yo de cierto modo podía llegar a ser muy elitista y cruel si alguien no me agradaba, aunque claro yo nunca tenía enemigos, solo envidiosos de los cuales no sabía su nombre pero ellos si sabían el mío.-Gracias pero no se preocupe alteza seguramente mis padres están en un mejor lugar-eso ni siquiera yo lo creía, no sabía si había un cielo o un infierno, solo sabía que se habían ido ¿Por qué? No estaba segura pero de alguna forma todo pasaba por una razón y eso estaba bien para mí.

Si había sido un golpe duro lo de mis padres pero en realidad las falsas condolencias solo eran parte de un protocolo que no pedía. Las persona no tenían por qué sentirse mal por la pérdida de un ser querido de un ajeno-París de cierta forma tiene ese je ne sais quoi que hace que los extranjeros nos quedemos-suspire y sonreí hacia el frente, dejando que mis ojos se volvieran a sentir maravillados por el escenario. Note la presencia de alguien más a lado de la princesa pero no hice ningún movimiento para saber de quien se trataba, no era muy mío eso de averiguar que pasaba al alrededor de otra persona. Me volví a girar para prestar mayor atención a la princesa y observa la caja de terciopelo blanco que le acaban de traer, tenía cartas adentro pero de todo lo que me sorprendió fue que me entregara una, seguramente para una fiesta. Me encantaban las fiestas, aunque como siempre, las fiestas serian diferentes-Muchas gracias Alteza, no dude que ver a mi rostro-tome delicadamente la invitación y la admire por unos momentos, cuando acabara la función podría husmear un poco dentro de ella para ver los requisitos.

por **Lydia Sforza** Mar Feb 08, 2011 9:46 am

--- De eso no tengo duda --- asegure en un susurro fino, pero ya no me volví a verla. Estaba más distraída apreciando el principio del montaje. La escenografía manejaba un encanto de Ilusión, y los actores notados de una elocuencia bufonesca mantuvieron al público a carcajadas fáciles. Me gustó mucho el actor que interpretaba a Orgon, y la anciana que manejaba a Madame Pernelle fue quien más me provocaba sonrisas. El actor que hacía a Tartufo tenía un gran problema: lo interpretaba demasiado bien. Incluso mantenía ese aire siniestro y repulsivo que el personaje tenia. Por lo cual por muy fascinante que fuera la creación de su obra seguía viéndose repelente.

Me sorprendió que la mayoría de Versalles riera tanto, incluso mi acompañante Karolina. Según su comentario de momentos antes acerca de sus padres “Están en un lugar mejor” daba pauta a entenderse que creía en un cielo, o algo semejante. No me extrañaba, mis padres eran individuos muy acérrimos a la Fe, mi madre una devota absoluta… por lo tanto la nación también lo era. Tartufo era una crítica muy directa a los falsos devotos y aunque no era una detracción a la religión el desprestigiar a sus ocupantes solía confundirse con desprestigiarla a ella.

--- No actúan mal… pero los actores extranjeros son un tanto arrogantes, no son en lo absoluto mejores con la compañía oficial parisina.

por **Cassandra Tsitak** Miér Feb 09, 2011 8:30 pm

Era extraño como la corte de Versalles se reía de la obra yo a diferencia de los que me rodeaban me reía de ellos, la presunción por arriba de sus cabezas que podían llegar a tener estas personas me dejaba casi con la boca abierta. No es que yo no fuera pero simplemente parecía que ellos se creían todo lo que les decían sobre su raza, lo que se tenía que entender con Tartufo es que no era una burla a los de clase alta en general si no a aquellos que eran hipócritas incluso con ellos mismos y seguramente no entendía que era un ataque más que obvio a la religión, a su religión, a la que profesaba tan fervorosamente. Yo en mi lugar si era católica y mi educación se basaba en eso era porque desde temprana edad a los infantes nos llevaban por el camino que nuestros padres creían el correcto, sin poder decidir ni mucho menos. Admitía internamente que solo buscaba a dios cuando lo necesitaba. Me quede encantada viendo el escenario, a los actores y al público que simple y sencillamente estaba fascinado y me fascinaba a mí por sus actitudes y costumbres-Oh alteza-dije aun mirando a los actores, trate de contener un risa pero fue inútil ya que trabajan tan bien que en realidad no parecía una puesta en escena-Yo no puedo opinar sobre eso, solo un actor puede criticar u opinar sobre el otro, sería una falta de parte mía si me pusiera a hablar sobre ellos-me acomode un mechón detrás de la oreja y me gire para decirle-No soy una actriz, no tengo los conocimientos y la educación necesarios sobre el tema para hablar de su actuación-sonreí y me volví a girar para ver la escena que seguía. Yo era una bailarina, actuar nunca me había llamado la atención pero adoraba ver a otros.

por **Lydia Sforza** Mar Feb 15, 2011 4:05 pm

--- No estoy de acuerdo --- Respondí al instante, sin apartar mis ojos del espectáculo, pero atendiendo en susurros a Karolina---. Un actor puede juzgar el esfuerzo del otro, si. Puede discernir cuanto trabajo para presentar una sonrisa, o cuanto estudio para comprender el simbolismo de las muecas, pero… el talento lo puede juzgar cualquier, porque es lo único que se ve a la hora de estar sobre el escenario. El público, es y será siempre… el tribunal principal.

Y estaba más que segura de ella, no por nada había dedicado mi vida al placer supremo que solo podía contribuirme el arte, sea cual fuere su forma. Ya íbamos por el quinto acto y tenían a todos entretenidos. Aquello le daba puntos muy positivos, los nobles eran una audiencia muy quisquillosa, no tardaban en perder el interés e impacientarse, no les gustaba sentarse a ver algún show cuando bien podía estar en alguna plática importante, entablando alguna relación. El tiempo era algo que no solían perderse. Y yo lo entendía… si yo no hubiera tenido ojos, oídos y corazón para atender a Mozart, o a Baudelaire, también hubiera pensando lo mismo.

La presentación dio su fin, y en medio de aplausos amables uno de los actores bajo del proscenio para extenderme una rosa, aquello fue un muy gentil detalle, lástima que desde hacía mucho que había aprendido a evaluar los “detalles gentiles”, rara vez surtían en mí el efecto que deberían surtir. Guarde la rosa en la cajita de invitaciones y me puse de pie, a lo lejos la música había comenzado a sonar. Un cuarteto de cuerdas bastante ligero.

--- Lindo espectáculo fue.

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