Perdiendo la inocencia... (Libre)

por **Ethan Butler** Mar Feb 01, 2011 11:37 am

Ethan nunca pensó que algún día se encontraría en un lugar como ese. De hecho era su primera vez, cuando vivía en la granja tenía pocas posibilidades de visitar el pueblo y sólo lo hacía cuando iba a vender las cosechas o las gallinas con su padre. Ethan sabía muy bien como criar cerdos gordos, entrenar potros para convertirlos en dóciles corceles, también ordeñar vacas y hacer que las plantas dieran más frutos.

Pero no sabía nada de mujeres. Más específicamente no de 'ese' tipo de mujeres. Porque si bien había tenido una novia a los 18 con la que había durado dos años, una prostituta era otra cosa completamente diferente, había escuchado que esas mujeres, hacían todo lo que querías si les pagabas lo suficiente. ¿No era increible? Ethan no quiso creerlo, hasta que luego de tanto escuchar una y otra vez comentarios de compañeros de trabajo o hombres que trataba en las sucias calles Parisinas, se animó a comprobarlo por si mismo.

Moría de curiosidad. Esa era la mejor expresión que podría definir su estado en esos momentos, curiosidad y nerviosismo. ¿Que debía hacer primero? Se preguntaba mientras caminaba por el burdel, con la mirada baja sin saber donde sería apropiado mirar y que estaba permitido, pues en ese contexto, de repente le parecía como si el mundo tal y como lo conocía fuera sólo una ilusión.

Se había vestido con su mejor ropa, que no era más que un pantalón oscuro y unas botas de cuero desgastadas, un saco castaño y raído por el tiempo y guantes de lana con agujeros en los dedos, el sombrero se lo había quitado nada más entrar y lo traía entre las manos jugando con él nerviosamente. Decidió entonces sentarse en una de las mesas cercanas a la tarima donde presumía habría algún tipo de espectáculo.

( Libre )

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por **Lais Antzas** Mar Feb 01, 2011 1:08 pm

(Espero que esté todo a tu gusto ^^ Es la primera vez que escribo en tercera persona, es todo un reto para mi, asi que quer no te extrañe si no es nada espectacular ^^)

Una día mas de duro, durísimo trabajo en el burdel. Las sábanas antes limpias estaban ahora impregnadas del olor a cuerpos desnudos y fluidos corporales, producto del deseo. Las muchachas trabajaban sin parar en un ambiente cargado, donde se mezclaban las risas y los gemidos.

En aquel preciso instante salió de uno de los reservados una chica falsamente sonriente. Era joven pero se notaba el gran peso que soportaba a sus espaldas. Su piel contaba su historia, tostada por el intenso sol de su Grecia natal, aderezada con pecas para acentuar la inocencia que su profesión no le pudo arrebatar, con morados en sus piernas dada su torpeza.

Se volvió de nuevo, haciendo un último esfuerzo para conseguir el dinero por los servicios prestados. El cliente que había salido tras ella la besó en los labios provocando una mueca de asco en su bonita cara, rápidamente reprimida al recibir su pago. El hombre acarició sus cabellos rubios por última vez y se marchó por donde había venido dejando a la chica pensando en lo que haría al encontrar a su primo.

Mientras tanto, sus ojos verdosos observaban a los clientes, muchos de ellos borrachos toqueteando a sus compañeras de profesión, como si fueran ganado en lugar de seres humanos. Aquello le dolió en lo mas profundo de su ser, un dolor que se borró de inmediato cuando la jefa la llevó a la parte trasera de la tarima donde le explicó lo sucedido, Nicola se había hecho daño en un tobillo y ella debía sustituirla.

Con los ojos abiertos por la sorpresa dejó que la vistiera con un traje demasiado seductor para el gusto de la chica, una simple tira de tela para tapar el pecho y una falda con aberturas a los lados para dejar ver sus piernas. Ella se sentía demasiado expuesta, y por mucho que gesticuló tratando de llamar la atención de la mujer que la vestía no lo consiguió. Se maldijo a si misma por no poder hablar, y mucho peor, no poder escuchar... ¿De que forma seguiría el ritmo de la música? Sabía bailar danza del vientre pero no como llevar el ritmo siendo sorda.

Una de sus compañeras la asió del brazo y la subió a aquella tarima. Debía fiarse de la chica que aseguraba haber encontrado un modo de hacer que ella "sintiera" la música. Cerró los ojos y esperó un milagro, esperó que Dios le abriera los oidos aunque fuera solo por unos instantes. En un primer momento no notó nada, pero pronto comenzó a sentir una vibración bajo sus pies. Era lo que esperaba.

Con una seguridad que no sentía realmente, comenzó a moverse al ritmo que aquella pulsación constante, deseando que fuera bien. La chica sonrió a los presentes y tomó contacto visual con uno de ellos, hacia el que se dirigió lenta pero inexorablemente mientras movía brazos y caderas de un modo que muchos considerarían sensual. El chico retorcía su sombrero como si estuviera matando a una gallina, cosa que le hizo mucha gracia a la muchacha que bailaba. Volvió a su lugar al centro de la tarima para terminar, con una sonrisa igual que había empezado. Agathe la presentó, por si alguno de los presentes quería su compañía:
-Señores ¡Lais Antzas!

por **Ethan Butler** Mar Feb 01, 2011 7:06 pm

Ethan levantó el rostro cuando escuchó la ovación del público a su alrededor y la música alegre hizo temblar el lugar, un par de mujeres con cuerpos muy bien formados y rostros atractivos aparecieron en la tarima, vestidas a penas con unos pequeños trapos. El rostro del humano se sonrojó hasta su límite al ver las contorneadas piernas de ambas féminas y como los redondos senos literalmente parecían brincar y salirse de las cortas ropas que los cubrían.

Ethan parpadeó una y otra vez sin creer que estuviese realmente viendo a una mujer vestida de ese modo y bailando así, su cadera se movía con tal agilidad y elasticidad que la imagen de sus 8 gatos en la granja llegó a su cabeza para hacerlo sentir tonto. ¿Porque estaba pensando en gatos justo ahora? Debía ser el único pensando en eso, pues al echar una mirada de reojo a los otros hombres en las mesas, notó sus lujuriosas expresiones y sus deseos marcados en sus pantalones.

Y no era para menos. Ethan comenzaba a sentir el calor subiéndole y bajándole desvergonzadamente por todo el cuero, pronto sus pantalones se sintieron apretados y si era posible se aferró con más fuerza a su sombrero. Otra mujer presentó a la bailarina como “Lais Antzas” y el sólo nombre se le antojó deliciosamente extraño.

-¿Tomarás a Lais está noche?- Dijo una voz cercana, un hombre alto y delgado hablaba con otro de pronunciada panza en una mesa continua a la suya.
-No, es un fiasco total – Se quejó el otro dándole un sorbo a su cerveza.
-¿Que dices? ¿Es mala en la cama? - Preguntó el hombre alto sin podérselo creer.
-No, no es eso – Respondió el otro dejando escapar una risa que más parecía una trompeta desafinada – ¡Es que es sorda y muda! Al parecer Dios la castigó por sus pecados -

Ethan no quiso seguir escuchando la conversación, ahora su mirada y su interés estaban fijos en la mujer del nombre exótico. ¿No escuchaba ni hablaba? Ethan nunca había conocido a alguien con ese problema, no supo porque, pero se encontró alzando su brazo para dar a entender que él quería la compañía de ella para esa noche.

por **Lais Antzas** Miér Feb 02, 2011 9:53 am

Cuando la música hubo parado Lais se imaginó a si misma siendo vitoreada y frecuentada por hombres realmente guapos, no como sus habituales clientes gordos y sudorosos. Llegaba el momento de la verdad para la griega, era ahora cuando alguno de aquellos hombres pedía un reservado para gozar de su cuerpo, si bien lo mas habitual para ella era que la enviaran a servir copas en la barra.

Los presentes podían observar como el pelo rubio de Lais lanzaba destellos al moverse hacia el borde de la tarima, mordiendose el labio en un gesto universal de nerviosismo. No era que la chica ni mucho menos quisiese ser tan popular como otras de sus compañeras, pero si que el que tuviera menos clientes que el resto la hacía sentirse poco valorada. Un nuevo vistazo a su público con la mano de su jefa en el hombro y comprendió que debía irse entre bastidores.

Lo que no se esperaban ni ella ni el resto de personas del local fue que un hombre, en el que ella se había fijado mientras bailaba, el que retorcía el sombrero, alzase la mano para pedir pasar la noche con ella. Lais no supo si tomarselo como una broma o enfadarse con el chico ¿Es que acaso se creía que estabamos en una feria de ganado y era a ella lo que subastaban?

Afortunadamente, Lais nunca había sido capaz de enfadarse con alguien sin conocerle, y muchos menos por una tontería tan grnde como aquella, la cual quizá se debiera a que fuera su primera vez en el burdel. La chica bajó de la tarima y tomó al chico de la mano. Pensó en que era mas apuesto de lo que ella esperaba, algo que era de agradecer. Lo condujo en el mas absoluto de los silencios hacia el reservado del que había salido antes, para cerrar la puerta y esperar con la cabeza gacha a que él le dijera que quería hacer.

por **Ethan Butler** Miér Feb 02, 2011 11:35 am

Todo pasó más rápido de lo que esperaba Ethan, cuando reaccionó la mujer le había tomado de la mano y le conducía a algún lugar en completo silencio. Entonces Ethan fue consciente de lo que iba a pasar allí esta noche, él la había elegido a ella al levantar su mano y ahora debía... tener sexo con esa mujer que apenas conocía.

Sintió una extraña contradicción justo en ese momento. Algo en su cuerpo se dividió, una parte, la que todos los hombres tenían en su interior, controlada por la testosterona, le excitó frente a la idea de que esa preciosa muñeca fuera a obedecer en todas las fantasías por más depravadas y retorcidas que fueran que se le ocurrieran y otra parte de si mismo, una que más bien pocos hombres tenían, pero que Ethan había desarrollado a lo largo de su vida gracias a vivir con 4 mujeres en casa y a su religiosa educación, se aterró frente a la visión de usar una mujer como un mero instrumento de placer carnal.

-Estoy muy nervioso... - Comentó cuando estuvieron alejados de la tarima – No... se que deba hacer – Agregó bajando la cabeza tímidamente, pero entonces se encontró con los senos de ella casi desnudos y se vio obligado a girarla hacía otro lado, al fondo el bullicio de los hombres conforme otras prostitutas salían a bailar se escuchaba como el poderoso rugido ensordecedor de un dragón.

-Oh... perdona... ¿Es cierto que no puedes escuchar? - Preguntó avergonzado, aquella era definitivamente una situación incómoda, Ethan comenzó a preguntarse como podía comunicarse con alguien que no entendía su idioma, entonces se le ocurrió que debía ser como tratando a los potros, ellos tampoco entendían el lenguaje humano, pero el poder de las señas y los gestos les hacía entender lo que él quería.

Entonces Ethan le sonrió con calidez, de esas sonrisas que reservaba para sus adorados animales y para sus mascotas, se señaló así mismo y luego giró las manos y alzó los hombros en un gesto universal de 'No se que hacer'. Se quedó pensando otros segundos y pareció caer en cuenta de otra cosa, la señaló a ella y luego con la otra mano se señaló su propia cara, en un movimiento giratorio murmurando – Bonita... -

por **Lais Antzas** Jue Feb 03, 2011 5:57 am

Lais pensó que tal vez se había precipitado un poco, y había sido demasiado brusca con el chico. En el fondo sabía que debía ser mas amable con sus clientes, tal y como le repetía su jefa en incontables ocasiones, tantas como clientes insatisfechos por sus desaires.

En el corto trayecto que les separaba de la tarima a aquel reservado en el que se encontraban ahora, Lais se llegó a cuestionar si realmente valía la pena hacer esto por unas cuantas monedas y alojamiento. Al fin y al cabo había sobrevivido durante casi los seis meses de viaje que separaban el lugar en el que ahora se encontraba y donde había nacido... Sacudió su cabeza tratando de quitarse de encima todos esos malos pensamientos.

El chico comenzó a hablarle, ella se imaginó que su voz sería parecida a la de su padre, amable, profunda y cariñosa; cosa que le hizo reir. No había atendido a lo que el chico había tratado de comunicarle por lo que siguió sonriendo hasta que formuló la pregunta del millón. A modo de respuesta Lais asintió con una sonrisa, pues para ella no había sido nunca un problema grave el no poder comunicarse como la mayor parte de las personas.

La griega estaba realmente divertida por el chico, que debía creerse que ademas de sorda y muda era tonta, porque no parab de hacer gestos como si fuese él mismo el impedido y no ella. Esto hizo que la chica comenzra a reirse mas, para proceder luego a explicarse. Primero se señaló a si misma, y luego tocó los labios del chico tocandose tras ello su cabeza con pequeños golpecitos "Yo leo los labios, te entiendo"

por **Ethan Butler** Jue Feb 03, 2011 4:47 pm

La chica comenzó a reír una risa que se le antojó extraña, una persona que no habla pero que puede reír, el sonido de su risa era el sonido de un tono de voz que no era usado con frecuencia y a pesar del ruido del lugar llegó hasta sus oídos juguetonamente. Ethan también rió, no muy seguro de comprender la gracia o el chiste, se sentía nervioso y así fue como salió su risa, una risa nerviosa muy acorde a su inexperiencia.

-¿Puedes entender lo que digo? - Exclamó gratamente sorprendido, cuando la chica había asentido a su pregunta y se había dado a entender con señas - ¡Que inteligente eres! - Agregó en su asombro. Él no podría leer los labios de una persona, ni siquiera en su idioma natal, valla criatura más increíble tenía frente a él.

-Yo... yo no se leer – Confesó avergonzado, pero el saber que ella podía hacer algo tan increíble aún teniendo un impedimento físico, le dio fuerzas para aceptar su propia ignorancia – Tampoco se escribir Frances... a veces no entiendo muy bien cuando alguien habla rápido, porque mi idioma nativo es el inglés – Le explicó procurando hablar despacio y modulando sus labios correctamente con cada sonido de consonantes y vocales.

Ethan sabía la angustia que se sentía al no entender a la gente, porque hacía poco que había llegado de américa y las primeras semanas habían sido terribles – Aprendí Frances de mi madre, pero un Francés básico... como hace poco que llegué de América... aún me cuesta entender – Agregó y entonces se dio cuenta de que hablaba demasiado, pero con una mujer que de ante mano se sabía no iba a contestar ¿Que más podía hacer sino hablar como un loro? - Emm... ¿Como prefieres que te llamé? Señorita Lais, Madame Lais...Lais es un nombre exótico...es bonito- Ahora la cara se le ponía colorada – Como tú -

por **Lais Antzas** Vie Feb 04, 2011 4:02 am

Lais estaba completamente maravillada ante el chico que tenía delante. Era guapo y ademas aceptaba que no era un dios, si no un ser humano como los demas, marcando diferencia con sus otros clientes, para los cuales la palabra perfecto no les servía para describirse a ellos mismos en su total esplendor.

Preferiría haberlo conocido en otras circunstancias pero ya se sabe, el trabajo es el trabajo, y Lais tenía que cumplirlo si quería conseguir el dinero suficiente para independizarse y tal vez incluso montar su propio negocio. Se preguntó en que trabajaría aquel chico, del cual todavía no sabía el nombre. Con una sonrisa inmensa en la cara, se las ingenió para preguntarselo. Primero le señaló y después hizo un gesto como si estuviera arando la tierra, encogió sus hombros para darle énfasis a aquella pregunta"¿En que trabajas?"

Lo que no sabía era como hacer para que aquel hombre entendiese la otra pregunta que le rondaba la cabeza, asi que pasó a "escuchar" lo que aquel muchacho le contaba. Era américano y no sabía leer, pero poco le importó a ella, pues tampoco lo hubiera sabido hacer de no ser por la suerte que tuvo al ser encontrada por aquella monja, que la acogió en aquel convento y le enseñaron a escribir y leer en francés.

Cuando le preguntó por como quería que la llamara, se encogió de hombros. Aquello era un gesto verdaderamente caballeroso por su parte, pues todos sus clientes la llamaban mudita o palabras obscenas y que supuestamente debían gustarle a la chica. Movió sus manos en horizontal, para indicarle que la llamase tan solo Lais. Se acercó un poco mas a él y se señaló a si misma, moviendo sus labios fomando claramente su nombre, luego señaló al hombre "¿Como te llamas?"

por **Ethan Butler** Vie Feb 04, 2011 11:07 am

Aquello era como un juego. Uno muy divertido e interesante pensaba Ethan, era como ir descubriendo poco a poco un acertijo, ella le lanzaba pistas y él debía organizarlas y captar el mensaje para continuar avanzando. Se imaginó así mismo por ese laberinto que por nombre tenía Lais. Voltea a la derecha y ¡Pum! Un enorme dragón de coloración rijosa le esperaba ¡Rayos, corredor equivocado! Y entonces giraba corriendo siguiendo las pistas para saber que encontrar en la nueva habitación.

-Entonces te llamaré Lady Lais – Concluyó al notar que a ella le daba igual como la llamase, lo siguiente lo comprendió rápido por el gesto que ella hizo – Soy campesino – Comentó una labor no muy noble para los ojos de muchos, pero era lo único que sabía hacer bien – Crecí en una granja y mi padre me ha enseñado como criar cerdos, domar potros y ordeñar vacas, es lo mejor que se hacer – De repente su pecho se infló con orgullo – Ahora trabajo en un viñedo Francés cuya dueña es Madame Belandi Sherant -

Y era precisamente ese trabajo el que le había dado la posibilidad de ir a ese lugar y poder pagar por los placeres que sólo una mujer podía ofrecer, de lo contrario no tendría ni para comer.

-Me llamo Ethan Butler – Comentó con expresión jovial, aún se sentía nervioso, pero algo de esos nervios se habían cambiado por fascinación – Oh... ya se como llamarte más apropiadamente – Exclamó cuando la idea se le cruzó por la mente – ¡La princesa del laberinto! The Maze Princess, ¿Suena bien eh? ¿Te gusta?-

por **Lais Antzas** Vie Feb 04, 2011 4:58 pm

Lais pensó que el tratamiento de Lady le sentaba de perlas a su nombre, a pesar de no merecer tal tratamiento ni por asomo. Le parecía un chico muy divertido y ademas educado, aunque algo extraño. Se decidió preguntarle al chico una duda que tenía desde que había visto su apuesta cara. Primero se encogió de hombros, para indicarle que era una pregunta; despues le señaló a él y terminó haciendo un gesto amplio con las manos "¿Porque estás aquí?"

La griega se abstuvo de añadir un parecer suyo, pues todos sus clientes eran feos y comprendía que necesitaban pagar para poder obtener sexo, pero el chico era mono y simpático, a buen seguro tenía muchas mujeres persiguiéndole asi pues ¿A que vendría a gastar el dinero? ¿Sería un guiño del destino para que la huerfana encontrara por fin a su principe azul? La idea no la disgustaba, pero no podía olvidar que él era un cliente y siempre la vería como una prostituta. Se dijo a si misma que podrían ser amigos, no tenía a nadie con quien compartir sus secretos desde hacía ya mucho tiempo.

Lais miró con sus ojos tremendamente abiertos en gesto de sorpresa al chico. ¡Asi que era campesino! Con razón tenía los brazos tan musculosos. Ella comenzó a hacer gests rápidamente, completamente entusiasmada por poder compartir algún recuerdo con él. Su mano voló hacia su cabeza y de alli hacia arriba, tras esto hizo como si estuviera ordeñando una vaca, recogía un cubo imaginario y lo vertía para darle forma a aquella leche imaginaria con delicadeza y mimo "Mis padres hacían queso"

Ethan Butler se llamaba el chico. Un nombre exótico como él mismo se habá referido al suyo hacía poco tiempo antes, le gustaba, sonaba bien. Y le gustó también mucho aquella expresión que utilizó para referirse a ella. La princesa del Laberinto, seguido de otra cosa que no entendió, pues Lais conocía el griego y el francés, mas no el idioma natal del chico. Aplaudió con una sonrisa ante aquello que le dijo, para abalanzarse después sobre él y cubrirle la cara de besos "Me encanta ese nombre"

por **Ethan Butler** Vie Feb 04, 2011 9:57 pm

Tardó unos segundos en comprender la siguiente pregunta pero cuando la entendió, sus mejillas se colorearon rápidamente y con más intensidad que antes, por un momento no supo como responder a eso – Este... yo – Murmuró desviando la mirada hacía el suelo – Es que... nunca había venido a un burdel – Confesó incómodo – Y he escuchado muchas historias de otros hombres en el viñedo y así... sentí mucha curiosidad y como gané algo de dinero quise venir y probar suerte -

Aquello sonaba extraño, es decir, era extraño decirle eso precisamente a la prostituta que él había escogido para pasar la noche. ¿En que momento debían tener el sexo? ¿Estaría bien pedírselo ya o debía hablar más con ella? Realmente no tenía idea del procedimiento.

-¡También sabes ordeñar! - Exclamó emocionado cuando captó lo que ella decía, entonces una pregunta se le cruzó por la mente, ¿Porque había terminado esa chica trabajando allí y no trabajando como campesina? Le pareció incómodo preguntar algo así, por lo que decidió callar ese asunto por ahora, podría ser que a la chica le molestase hablar de algo tan personal.

Los besos lo tomaron por sorpresa, fueron cortos y se sintieron como el picar de pequeños colibríes. Rió nerviosamente por la reacción de ella y tuvo el impulso de tomarla por la cintura y atraerla contra su cuerpo se contuvo – Oye... es mi primera vez en una situación así... ¿Que debería hacer primero?-

por **Lais Antzas** Sáb Feb 05, 2011 5:43 am

A la chica le extrañó mucho la reacción de Ethan ante la pregunta formulada. Hubo de cogerle por el ment´n y alzarle la cara, para poder ver como sus labios dibujaban las palabras que ella no podía escuchar. Clavó su profunda mirada en él, para volver a preguntarle aquello que ya antes no había comprendido. Le señaló a él y después recorrió su cara con las manos, alzó el pulgar y negó con la cabeza para despues señalarse a si misma "Eres un chico guapo, no necesitas una prostituta".

Es algo que ella no se explicaba, y hasta que él le respondiera seguiría siendo todo un misterio para la chica. Asintió algo colorada ante el entusiasmo que él demostraba ante lo de que sabía ordeñar... Tal vez no había expresado lo suficientemente bien lo que quería decirle, pero le dió igual, seguía siendo algo mas de lo que poder enamorarse de él. Por eso Lais era una prostituta algo especial, solía tratar de conocer a sus clientes un poco antes de hacer su trabajo, puesto que debía encontrar algo que amar en todos ellos. Su sonrisa, su amabilidad, sus manos, su trabajo... Había infinidad de cosas que poder amar en un hombre, y también por supuesto en una mujer.

Vió como Ethan parecía reirse de manera nerviosa algo que a ella le hizo sonreir de nuevo, de la manera mas dulce posible. Pero lo que vino a continuación la dejó completamente helada y con la boca ligeramente entreabierta. Se dió cuenta de su propio nerviosismo cuando comenzó a hacer varios gestos con las manos temblorosas para preguntarle algo que había temido desde un primer momento al ver como Ethan estaba inquieto. Le señaló y negó con la cabeza, para después con un ligero rubor en sus mejillas hacer un circulo con dos de sus dedos e introducir otro en el medio, en referencia al acto sexual "¿Nunca has estado con ninguna mujer?"

por **Ethan Butler** Sáb Feb 05, 2011 12:44 pm

Necesitar era una palabra complicada, porque un ser humano necesitaba muchas cosas, como la comida, la ropa, el apoyo de la familia... y el sexo. Ethan había aprendido que un hombre necesitaba también esa parte porque de lo contrario habían momentos en los que se tensionaba y se encontraba auto-satisfacciendose en soledad.

Ethan a veces se sentía culpable de masturbarse, porque Padre y Madre le habían enseñado las grandes verdades del buen Jesus, uno debía seguir un camino de santidad y rectitud, y el sexo debía solo darse con la esposa y para tener descendencia que cargaran el buen apellido.

-No...lo se – Murmuró ante eso, ¿Realmente necesitaba a una prostituta? ¿Debía esperar hasta conseguir una buena mujer y casarse? ¿Pero quien decía que aquella puta no era una mujer? A Ethan le parecía que esa mujer era simpática y agradable. ¿Su oficio podría juzgar su esencia como ser humano?.

- La verdad... es que no – Murmuró cada vez más colorado por la pregunta, tenía que aceptar que sólo había estado con una mujer en sus fantasías más oscuras. - Tuve una novia... duramos dos años pero nunca... bueno... nunca le perjudique... porque bueno, debía respetarla hasta el matrimonio – Explicó y aquello era cierto. - Así que...no se como... -

por **Lais Antzas** Lun Feb 07, 2011 10:09 am

Off: Siento haber tardado tanto y la poca calidad del post, no estoy demasiado bien TT.TT

Lais observó como Ethan le confesaba sus mas oscuros secretos, o al menos eso le parecía a ella y a él también, puesto que le delataban sus coloradas mejillas. Lais se había puesto nerviosa a su vez, nunca había estado con un hombre inexperto y se preguntó que se sentiría, ademas de si ella era la mas indicada para algo tan importante para alguien como creía ella que era la primera vez.

Lais indicó al chico que respirará hondo y que cerrase los ojos. Justo antes de que le chico hiciera eso hizo un gesto parecido a como si se estuviera dejando llevar por las olas, o por la corriente de un rio, para decirle que pasara lo que pasara a continuación, se relajase y se dejase llevar por sus sentidos. Lais respiró hondo a su vez y se miró las manos, esperando hasta que las mejillas de Ethan volvieran a su color original.

Cuando esto pasó, supo que había llegado el turno de actuar. Con pasos impreceptibles se situó detrás del chico, pegando su cuerpo al suyo, como si fuera dos partes de un mismo ser. Acercó sus labios al lóbulo de su oreja, mordisqueándolo suavemente. Sus besos continuaron por el cuello del chico. Lais se sentía algo acalorada, a pesar de llevar ropa mas bien escasa. Ethan debía estar sintiendo la calidez de su respiración en su piel, algo por lo que Lais enrojeció algo.

Sus manos acariciarion al chico por encima de sus ropas, con dulzura y lentitud. Su mano derecha pasó por la parte interior del muslo, rozando el miembro del chico por casualidad. Continuó subiendo hasta que llegó al borde inferior de la camisa, de la cual tiró hacia arriba para quitarsela, dejando al descubierto su musculado torso. Ahora era el momento de la verdad ¿Liberaría Ethan la bestia salvaje que todo hombre llevaba dentro o por el contrario la trataría con delicadeza como si de una muñeca de porcelana se tratase?

por **Ethan Butler** Miér Feb 09, 2011 11:03 pm

Comenzó a sentirse muy nervioso y no comprendió lo que ella decía. Entonces la mujer le bordeó por la espalda y Ethan contuvo la respiración, ella estaba demasiado cerca, podía percibir el calor de su cuerpo. Cerró los ojos cuando sintió la humedad de los labios de ella en su oreja y posteriormente en el cuello. Un escalofrió delicioso lo recorrió e inevitablemente su miembro se irguió dentro de sus pantalones.

Las mejillas se pusieron aún más rojas si eso era posible cuando ella le besaba el cuello, ella se agachó y entonces sintió una de sus manos en el muslo, tragó saliva, las cosas iban demasiado rápido, hace un momento hablaban y ahora ya no encontraba que decir como si se hubiera tragado una pelota de tennis. Cuando le quitó la camisa dejó escapar una exhalación y entonces fue consciente de que todo el tiempo aguantó la respiración.

Ethan generalmente se quitaba la camisa para trabajar bajo el ardiente sol de Georgia, durante las primaveras, veranos y otoños en la granja, por lo tanto había adquirido una suave coloración bronceada, a pesar de estar acostumbrado a estar sin camisa durante sus arduas jornadas, estarlo frente a una dama le causó mucha vergüenza y se cubrió inconscientemente con los brazos.

Sus mejillas se pusieron aún más rojas y lentamente bajó las manos, pensando en lo tonto que se debía de ver ante los ojos de ella por cubrirse. Rió nerviosamente desviando la mirada hacía el suelo – Que vergüenza...- Murmuró apenas – No se que debería hacer... así que... ¿podrías guiarme? - Le preguntó caminando hasta la cama de la habitación y se sentó en ella. - ¿Que debo hacer? -

por **Lais Antzas** Vie Feb 11, 2011 12:03 pm

Lais notó la excitación del chico a través de sus pantalones. Pero a pesar de eso el chico se había puesto nervioso y había controlado aquel ardor que estaba segura que llevaba dentro. La chica no entendía ese comportamiento por su parte, siempre había sido ella la que se dejaba llevar y a pesar de dejarse hacer, él no daa ningún paso por poseerla. Tal vez se debía a que como decía, no tenía experiencia o a que ella no era lo suficientemente hermosa como para hacer que el chico se dejara de hablar y de pensar.

Lais observó el torso desnudo de Ethan, el cual intentaba taparse infructuosamente. No tenía clientes tan musculosos y Lais sintió la punzada del deseo mientra pensaba como hacer para enseñarle al chico lo que la naturaleza debía haber puesto ya en su cabeza. Se acercó y se sentó junto a él en la amplia cama, mientras suspiraba. La chica primero negó para luego señalarse varias veces la cabeza, queriendo ponerle énfasis a lo que quería comuncarle al chico "No pienses". No sabía como decirle que tenía que relajarse y dejarse llevar, simplemente, el resto vendría sólo.

La chica le tomó de la barbilla e hizo que mirara directamente a sus ojos verde azulados. En ellos se reflejaba todo lo que había tenido que pasar hasta llegar hata donde se encontraba ahora, con él. No intentó besarle, pero si le incitó a hacerlo acercándo sus labios a los suyos y rozándolos con suavidad como prometiéndole el paraíso, según una expresión utilizada por un cliente suyo.

por **Ethan Butler** Dom Feb 13, 2011 6:37 pm

Por la expresión de ella Ethan dedujo que era la primera vez que se enfrentaba a un hombre como él que no supiera que hacer. Tradicionalmente eran los hombres quienes guiaban a las mujeres, de hecho era el hombre quien tenía el de tomar la iniciativa y pedir la mano de una mujer, esto le hizo sentir mal, estaba fallando en su primer tarea 'obvia' esa noche.

Ella se acercó a él de nuevo, pero no lo besó, sin embargo, Ethan cerró sus ojos y se acercó más hacía ella, posando sus labios sobre los de ella sin atreverse a molerlos aún. Pasados unos segundos cuando logró encontrar algo de auto-confianza, abrió los labios para intentar meter su lengua dentro de la boca ajena, comenzando así un beso que si bien no prometía ser muy apasionado al comienzo, se fue llenado de fuego conforme pasaban los segundos.

Las manos de Ethan viajaron temblorosas hacía el cuerpo de la cortesana, acariciando los hombros y dibujando su contorno, deslizándose luego hasta la cintura, que difícil resultaba ser suave y sutil cuando se estaba acostumbrado a ser tosco en el campo. Cortó el beso con gentileza, sintiendo el deseo apoderarse en todo su cuerpo, deseaba saltar sobre ella y poserla en un sólo movimiento, pero no tenía idea de como.

- ¿Puedo...acariciarte aquí? - Murmuró con las mejillas coloradas, sintiendo la cabeza roja como una cereza madura, subiendo con sus manos hasta los pechos de ella, posando ambas manos sobre ellos, sin saber si debía apretar o no - ¿Cómo te gusta? - Le preguntó avergonzado por su inexperticia.

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