Healing company {Lais}

por **Cassandra Tsitak** Vie Feb 04, 2011 5:06 pm

Suspire mientras me hacia la idea de cómo sería mi nueva casa. Aun no estaba ocupada cuando arribe a Paris pero ahora todo parecía estar disponible para mí, mis padres la habían comprado para tenerme vigilada mientras yo estuviera en el internado, era extraño pensar que yo había llegado de forma oportunista a esa casa. Sentí como el vehículo se detuvo pero no me atreví a asomar la cabeza para ver la fachada del lugar, quería esperar, era una mezcla extraña entre miedo y nerviosismo. La puerta se abrió dejando ver una parte de un jardín, le tendí la mano al chofer y me apoye en ella con cuidado mientras que con la otra tomaba la cola de mi vestido y ponía un pie en el primer escalón para bajar-благодарение-le dije a mi chofer y mire al frente temiendo que no me gustara la casa.

Pero lo que vi fue todo lo contrario, no solo me gustaba si no que creía que era un poco exagerado para que yo viviera sola. Hice un gesto de desaprobación mientras con dos dedos sacaba las llaves de la reja delantera para poder abrirla y dejar entrar en carruaje. Las flores y muebles ya debían estar ahí así que primero tendría que checar los alrededores no quería tener problemas en el primer día. Si desde que llegue me había sentido sola me sentiría aun peor en esa casa con miles de habitaciones y puertas, gire la cabeza cuando escuche la voz de mi chofer hablarle a alguien, parecía desesperado así que me aproxime a salvar la situación. Una chica de cabellos rubios y rostro angelical estaba en el paso del vehículo-Disculpa-grite mientras me acercaba-Es propiedad privada-me quede a una distancia considerable mientras ladeaba la cabeza y entrecerraba los ojos. La chica parecía perdida y confundida, tal vez porque la mansion estab algo alejada, no creía que fuera una ladrona o algo así aparte era demasiado hermosa.

por **Lais Antzas** Sáb Feb 05, 2011 5:22 am

Las cosas para Lais aquella noche no habían ido demasiado bien. Desde la actuación en sustitución de su compañera de profesión, había estado demasiado solicitada para acudir a fiestas privadas. Realmente no se lo esperaba ni mucho menos, pero su jefa le dijo que era una gran oportunidad para ella, pues muchas cortesanas habían sido mantenidas por grandes señores gracias a sus servicios.

Sin embargo, la noche anterior había sido de todo menos divertida para la chica. Tan solo había hombres en aquella fiesta, los cuales la fueron utilizando como si se tratase de un animal, para después echarla a la calle con la basura. La chica estaba entre confundida por los hechos acaecidos, y comenzaba a mostrar ya los signos de aquella mala experiencia, unos moratones de tamaño considerable se podían ver alrrededor de sus finas muñecas.

Pasó toda la noche deambulando entre grandes y lujosas mansiones, hasta que agotada se hechó a dormir ante uno de ellos. La vibración del suelo consiguió despertarla. Era su oportunidad para pedir ayuda. Un hombre bajó de un lujosos carruaje y comenzó a gritarle, o eso le pareció a ella por el gesto de su cara y el ceño fruncido. Ella trató de disculparse como pudo, pero aquel hombre no atendía a razones. Comenzaba a temer que se la llevasen ante la justicia por ladrona o algo peor. Lais mordía su labio desesperadamente, mientras pensaba como hacerse entender, puesto que no tenía encima su pequeña libreta.

Estaba bastante claro para ella que no la querían alli, pero necesitaba que al menos lae indicasen el camino para llegar al centro de París, a partir de donde ya sabría como orientarse y llegar al burdel. No escuchó a la chica que le hablaba desde una distancia considerable, como tampoco los gritos que aquel hombre le estaba dando.

por **Cassandra Tsitak** Sáb Feb 05, 2011 7:26 pm

Levante una mano para mandar callar a mi chofer, seguía gritando y yo no podía pensar con claridad. Cualquier otra persona hubiera sacado a la chica rubia de su propiedad en menos de lo que cantaba un gallo pero yo no era ora persona, era Karolina y si no hubiera sido por que la examine de pies a cabeza no me hubiera dado cuenta de los grandes cardenales que tenía en las muñecas y de la ropa sucia que llevaba y no precisamente por ser una chica de bajos recursos, parecía haberse revolcado en la tierra durante toda la noche-Dios-logre susurra cuando las ideas se ordenaron en mi cabeza. Me acerque a la chica lentamente para no asustarla, era obvio que había pasado una mala noche pero ¿Por qué? La respuesta que me llego a la mente primero fue que le habían quitado todo y después la habían dejado ahí. No encontraba otra forma de explicar los moretones y su aspecto de cansancio.

Tal vez pudo morir en la noche. Mire a mi chofer para que nos dejara solas, con sus miradas de preocupación no podría hacer mucho, una vez que estuve sola en el jardín frontal con ella pude hablar con tranquilidad-Hola-comencé-¿Estas bien? ¿Qué te pasó?-levante un brazo hacia ella, no sabía si me daría permiso pero esas marcas en su fina piel no me gustaban. Tome su brazo y examine cuidadosamente las heridas, parecían recientes pues tenían un color rojo tirando al vino, aun no eran moradas como para decir que llevaba tiempo con ellas-¿Cómo te llamas?-deje caer su brazo con cuidado a uno de sus costados, lo último que quería era asustarla. Pero ella me estaba asustando a mí.

No me respondía, parecía perdida en otro mundo. ¿Cómo saber si le habían hecho más cosas si no me hablaba? Camine pasándola de largo para cerrar las rejas que daban al jardín, fuera cual fuera la razón de esas cicatrices no la dejaría irse hasta que estuviera accesible para poder decirme con exactitud que le había pasado, sabía que cuando te agredían desarrollabas una clase de trauma y tal vez ella solamente trataba de asimilarlo-No te voy a hacer daño...Ven-le asegure con una sonrisa que ponía de escudo para no dejar ver la preocupación de mi rostro.

por **Lais Antzas** Lun Feb 07, 2011 9:38 am

Fdr: Perdon por haber tardado tanto y la cutreza del post TT.TT

Y aquel hombre seguía y seguía gritando a la pobre Lais, por lo que por una vez en su vida dió gracias a Dios porhaberle arrebatado su capacidad para oir. Trató de calmarle pero le resultaba imposible, sabe el Señor lo que estaba pensando de ella. Hubo un momento en el que pareció que su ira se evaporaba, producto quizás de una de las miradas de una chica que había aparecido por alli, posiblemente la dueña de todo esto.

Lais alzó una mano y esbozó una sonrisa a modo de saludo, y apresuró a asegurar por todos los medios posibles que estaba bien y que no le pasaba nada. No quería hacer nada malo, pero no sabía como llegar de nuevo hasta el burdel, asi que supuso que la amable chica podría ayudarla. Pero antes su nombre si. ¿Como hacer para decirselo? Tras pensar unos instantes encontró la solución en un palo que alli había, y en el suelo de tierra blanda que se hallaba alli. Con reslución escribió "Soy Lais Antzas, encantada"

Lais siguió a la chica con curiosidad, pues era igualque un ángel... de pronto se sintió intimidada por su interlocutora. Pensó que cualquiera que la viera al lado de aquella chica creería que era un auténtico monstruo ¿Sería un efecto secundario de lo acaecido la noche anterior? Al recordar la violencia de uno de los momentos un escalofrio recorrió su espalda y contuvo las lágrimas lo mejor que pudo, pues no quería que la chica pensase que quería darle pena y que luego no la ayudas a volver.

por **Cassandra Tsitak** Mar Feb 08, 2011 2:07 pm

No pronunciaba palabra alguna y yo no sabía qué hacer. Me sentía bastante tonta e ignorante no poder entender en realidad lo que le pasaba y hubiera seguido en mi ignorancia si ella no hubiera realizado ese acto que me dejo casi tan sorprendida como si hubiera escuchado alguna noticia sobre un monstruo. Si le había pasado algo, pero el trauma no existía y mucho menos los efecto secundarios de este, ella era sordomuda y no parecía importarle mucho su condición lo cual era bueno pero yo seguía sin creérmelo. Esbocé una sonrisa tras leer lo que había escrito sobre la tierra del jardín con aquel palo, parecía ser una chica bastante noble. Si todo eso no era un producto de mi imaginación tendría que encontrar una forma de comunicarme con ella. Levante un dedo y apunte hacia mi pecho-Soy Karolina-dije en un tono algo quedo, no estaba seguro de que hablar fuera factible con ella, me sentí muy tonta cuando la mire esperando haberlo hecho bien.

Mire alrededor buscando alguna señal de ayuda. Normalmente las personas no se topan con chicas sordomudas mientras van llegando a su nueva casa, hice un gesto raro con las manos, no sabía que hacer después, quien me viera se reiría de mí pero mi prioridad en ese momento era saber ¿Qué le había pasado? Mostrándole el dorso de la mano y sintiéndome más tonta que nunca le hice señas para que me acompañara pero tal ella no quería entrar así que una vez más me plantee la idea de hacer algo que no haría normalmente. Estire una mano hacia ella-Ven, vamos a ponerte otra cosa-articule en silencio-No te voy a hacer daño-asentí con la cabeza sonriendo una vez más.

Me acerque a ella para quitar de sus manos ese palito con el que antes había escrito su nombre y tirarlo cerca de unos arbustos. Después podríamos ver como la llevábamos a su hogar pero primero quería asegurarme de que no estaba herida y de ponerle algo más limpio, tal vez estaba siendo muy confiada pero quien me decía que después yo necesitaría algo y por no ayudarla nadie me ayudaría. Era muy bonita, sin tanta tierra encima estaba segura de que lo sería aún más, no todas las mujeres parisinas eran arrogantes aunque ella precisamente no tenía rasgos franceses.

Off: No te preocupes (=

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