Los puentes del Sena (Libre)

por **Carolina Van de Valley** Mar Feb 08, 2011 5:01 am

¿En qué momento decidí morir? ¿Por qué lo hice? ¿Cómo se me ocurrió tan sólo pensarlo? Pero el hecho es que, aquí estoy...Más muerta que viva y lamentándome por algo que ya no puedo cambiar.
Caminaba por el puente del Sena y la luna se reflejaba, como una gran calavera, en las aguas del conocido río parisino.

Últimamente añoraba Viena, mi ciudad natal. Incluso había sopesado la idea de mudarme de nuevo allí. Pero algo me decía que iba a ser lo mismo. Nada cambiaría. Pues en Viena no tengo nada al igual que tampoco lo tengo aquí. Supongo que me lo merezco. Condenada a vagar por el mundo, siglo tras siglo tras siglo mientras tus seres mueren y tú permaneces joven por siempre...¿hay algo más cruel que eso?

Claro que todo este dolor podría acabar. Tan sólo tendría que quedarme hasta que los primeros rayos del Sol se descubriesen por el horizonte. Y lo último que vería sería su luz, de la que tanto tiempo he sido privada...Qué muerte más poética. Supongo. Pero no iba a hacer eso. ¿Por qué? Puede ser porque soy demasiado cobarde como para quitarme la vida. O puede ser porque merezco este castigo.

Quedé apoyada en la barandilla de hierro del puente. Observando cómo las aguas se balanceaban sigilosas, dibujando pequeñas olas. ¿Qué hacer? ¿Volver a Viena, quedarme en París...Visitar alguna otra capital europea? Estaba confusa. Pero un cambio de aires tampoco iba a hacer desaparecer esta pena. Sí, ella ya estaría conmigo para siempre. Durase lo que durase mi existencia.

Nunca debería haber aceptado su proposición. Nunca debería haberme convertido en su compañera. Debería haber huído cuando tuve ocasión. Y aunque me hubiera asesinado en el acto, hubiera sido lo mejor. ¿Por qué me condenaste a ésto, Maestro? ¿Por qué no podías, simplemente, haberme arrebatado la vida?

por **Helena Kraven** Mar Mar 22, 2011 6:30 pm

Era una noche tranquila, caminaba por las calles parisinas viendo diferentes rostros y expresiones. Eso era uno de mis pasatiempos últimamente, observar a las personas. Humanos de alta sociedad cegados por el dinero y con un gran ego, sus pensamientos de "no me veas, dañas mi rostro".

Al pasar por la ventana de cristal de un café pude observar a una familia feliz, sonriendo, tal vez no tenían mucho dinero pero eso no lo valía ya que la pequeña niña de rizos dorados sonreía a cualquiera que desfilaba por la ventana. Al otro lado una pareja de dos jóvenes amantes hundidos la pasión, sus ojos lo decían todo, al final del café unos ancianos, el anciano abrazando a su querida esposa.
Parecía un cuadro el cual pasmaba el ciclo de la vida.

"Yo no seré eso" ya no era humana, esa era una vieja pagina de mi existencia.

Al llegar a la esquina iba a girar sin embargo sentí una advertencia, a lo lejos estaban unos tipos fumando y riendo en una calle sombría y oscura. Dos de ellos no eran humanos, podía sentir su presencia así que decidí seguir derecho, la verdad esa noche no tenia ganas de tener algún enfrentamiento, solo quería estar tranquila, no por miedo , era lo mejor para todos. Llegue hasta el puente del Sena, la luna se reflejaba sobre sus aguas durmientes, había poco viento, algunas brisas causaban pequeñas olas las cuales deformaban al reflejo de la luna.

Entonces vi una figura en la barandilla observando el río, pero su mente estaba lejos, sus ojos parecían perderse como si planease saltar al agua y hundirse en su oscuridad. Al acercarme mas pude notar que no era humana, era una caminante nocturna. "¿Sera recién nacida?" me pregunte, tal vez tenga poco de transformarse y no sabe que camino seguir, eso pasa con algunos vampiros o tal vez llevaba muchos años deambulando en este mundo ya que el tiempo no era capaz de llenar el vació.

"Se que no debo ser curiosa, espero que no se de cuenta" Se detuvo a unos cuantos metros y se quedo observando a la vampiresa. Usando su control mental pudo acceder a los últimos pensamientos.

"¿Por qué me condenaste a ésto, Maestro? ¿Por qué no podías, simplemente, haberme arrebatado la vida?"

Me acerque mas, a esa distancia ella ya debió haberse dando cuenta de mi presencia.

-¿ Así que no deseas ser vampiro?- esa fue una pregunta atrevida. Me quede atenta a la respuesta de la vampira.

por **Kei Koizumi** Dom Mar 27, 2011 5:43 pm

Se había detenido en aquel sitio al sentirse atraído por el sonido del agua. No había podido evitarlo. Pero había interrumpido sus pasos antes de estar suficientemente cerca. Había una persona allí y no quería interrumpir sus pensamientos.

No necesitaba aproximarse para saber que también era un ser como él. Estaba a punto de dar media vuelta e irse cuando apareció una segunda figura que se acercó a la que había visto antes. Otro vampiro.

Curiosa escena... pensó mientras decidía qué haría.
No podía quedarse de pie solo observando. Si quería marcharse era justo el momento para hacerlo.

Aunque estaba lejos y el sonido llegó casi imperceptible, pudo escuchar lo que la mujer le había preguntado y eso no hizo sino despertar su interés.

Hasta ahora, nunca se había detenido a pensar en su propia existencia. Había avanzado con paso seguro por lo que se cruzaba ante su camino. Por eso, no podía evitar sentir curiosidad por los demás que sufrían de la misma condición.
Pero estaba el hecho que incluso siendo un mortal, parecía que sus pensamientos se alejaban de lo que se consideraría normal.
No sentía la soledad ni la necesidad de estar acompañado y por lo que sabía, la mayoría de los vampiros sufría justamente por ese hecho. Eso despertaba su curiosidad de una manera insospechada y no pudo más que pensar en avanzar a hacia ese par de vampiresas.

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