Todo Para Olvidarte [Privado Arianne, + 18]

por **Christian Taylor** Miér Feb 09, 2011 8:15 pm

Podía tener todas las comodidades de la época para paliar el monstruoso frío que hacía esa vez en Paris, pero nada servía. El frío me calaba los huesos y el alma, y yo estaba mirando por una ventana el supuesto paraíso blanco que adornaba la ciudad desde hace unos meses. Se parecía mucho a mi Inglaterra natal, y eso, inesperadamente, mermó mis ánimos...ya que te recordé. Sí, a tí, la cobarde que arruinó mi vida para siempre. Mis sirvientes se dieron cuenta de aquello y buscaban con insistencia devolver la sonrisa a mis labios, pero no había caso. Comí unas cuantas cosas y luego tomé mi abrigo gris como mi corazón y salí.

Con las manos en los bolsillos me vi llevado por mis piernas a un lugar ya visitado: el Burdel. Me quedé mirando la puerta como un perro esperando comida, escuchando sin problemas la fuerte música que venía de adentro y el murmullo de la gente. Se notaba que la pasaban bien, y yo necesitaba de aquello...así que entré sin llamar demasiado la atención, ni siquiera pedí trago y busqué un sillón en donde apoyar la espalda y olvidarme del maldito mundo por un rato.

por **Arianne C. Wickham** Miér Feb 09, 2011 8:42 pm

Otro día en el burdel. Necesitaba dinero, tenía que comprarle algo a….no podía hablar ni pensar sobre él mientras estaba en ese lugar, simplemente era como traición. Hice un gesto frente a él espejo, mi rostro seguía agradándome mucho pero no estaba segura de que ponerme en la fila como solía hacer Madame con las nuevas fuera lo mío pero al estar ausente era lo que me merecía, suspire aventando un mechón de cabello lejos de mi frente y baje al lujoso salón en donde varias de mis colegas se encontraban, no me gustaba nada la idea de que me vieran como pescado en el mercado pero si eso quería Madame eso tenía que hacer. Le sonreí a Magnolia y le levante la mano a Alai como saludo, había algo en ese ambiente que cada vez que lo pisaba me olvidaba de todo lo que no quería hacer. Escuche la música que nos indicaba la entrada a todos esos ojos lujurioso que nos veían, algunos más atractivos que otros pero seguían siendo igual de molestos verlos tan desesperados. Las pocas ropas que nos cubrían igual no servían de mucho así que comencé a hacer lo mío, si por lo menos esa noche no me llevaba a alguien arriba no sé qué pasaría conmigo. El haber llegado tarde la otra noche me había costado un regaño y estar ahora entre esas chicas novatas que esperaban que un hombre calvo o gordo les quitara la virginidad.

Cuando dijeron mi nombre tuve que pasar al rente y simplemente dar una vuelta sobre mi propio eje de forma que todo lo que no estaba tapado se viera al descubierto. Una vez que todas pasmas debíamos esperar para ver quien se atrevía a pagar por nosotras-Vamos, vamos-canturree en voz tan baja que era apagada por la música del local, no me importaba irme con un viejo, quería dinero.

por **Christian Taylor** Miér Feb 09, 2011 9:36 pm

La atención se centró por parte de la gran mayoría a una especie de desfile de mujeres, las cuales eran observadas por auténticos animales salvajes con forma humana, que desembolsaban billetes como locos para luego ir a acostarse con ellas y recrear fantasías macabras...macabras para mí. ¿Cómo diablos podían las pobres dejarse estar con gente tan horrible?

Desde mi posición podía observar, pero no perfectamente, así que me levanté y me dirigí a una de las primeras ubicaciones, para que las chicas me vieran. Pero a fin de cuentas yo no era el "objeto" en cuestión, sino que eran las féminas que habían al frente. Y una de ellas me llamó particularmente la atención. Se veía mejor que las demás...ojalá que la apariencia no engañara. Le hice un leve gesto con la cabeza moviéndola rápidamente a un lado para que me siguiera y pudieramos conversar lejos de la algarabía, devolviéndome al sillón que me había albergado, tratando de no verme tan deprimido....pero costaba mucho.

por **Arianne C. Wickham** Miér Feb 09, 2011 9:51 pm

Entre el tumulto de hombres lujuriosos, una figura masculina se dejó ver entre el resto. Era atractivo pero lo que causo en mi impresión fue que su mirada no parecía desbordada por la lujuria, notaba un dejo de tristeza en sus pupilas que no pude dejar de ver mientras los otros clientes tomaban a sus susodichas para llevarlas arriba y poder hacer con ellas lo que querían. Les sonreí a las demás chicas que parecían felices por haber sido elegidas por aquellos hombres aunque mi sonrisa no era más que por simple cordialidad, estaba mucho más metida en aquel joven de semblante triste. Apenas y mis labios esbozaron sonrisa cuando vi su gesto con la cabeza, mire alrededor y no dude ni un momento en caminar detrás de él, seguí su figura abriéndome paso entre la multitud, escuche a un hombre que me llamaba pero levante la mano en señal de que alguien más me había requerido antes que él. Me quede parada por unos instantes ante el sofá de color rojo en el que mi nuevo cliente se encontraba, los inspeccione unos segundos y después deslice mi cuerpo hasta su lado.

Recargue mi peso en una pierna y me gire para ver su rostro de perfil-¿Por qué la cara? Se supone que vienes a divertirte con alguna de nosotras, en este caso yo-me mordí el labio, no quería que por mi impertinencia él se fuera pero no podía hacer un buen trabajo si el tenia aquel estado de ánimo. Primero tenía que ganármelo y hacer que se sintiera a gusto conmigo, aun cuando eso implicara platicar en vez de tener sexo lo cual estaba bien para mí.

por **Christian Taylor** Miér Feb 09, 2011 10:10 pm

- En efecto, le he escogido para que le levante el ánimo a este pobre perro - dije con un tono que se notaba desanimado, al igual que mi rostro. A pesar de eso miré a la chica con una falsa sonrisa y le acaricié el rostro con una mano, lentamente, percibiendo la suavidad de su piel. - Estoy dispuesto a pagar lo que sea...con tal de que haga que olvide lo que soy por esta noche.

Luego de eso, suspiré y me le acerqué, buscando más contacto que mi abrigo podía permitir. No me importaba ser un perro sumiso o llorón...haría lo que sea para olvidarte...asesina.

por **Arianne C. Wickham** Jue Feb 10, 2011 1:01 am

Se notaba extremadamente triste ¿Razón? No estaba segura de cual era pero había algo en sus ojos que me decía que por una mujer, igual no podía darme el lujo de decirle que no y tampoco podía ponerme a llorar a su lado como si fuera su hermana o su madre. Sonreí ligeramente cuando sentí su mano sobre mi mejilla, nosotras ya estábamos acostumbradas a esa clase de caricias falsas que nos proporcionaban los hombres-No hagas nada que no quieras solo por odio-dije como un aviso aunque en realidad él podía hacer lo que quisiera, si él quería ir arriba conmigo aun sintiendo así yo no podía decirle que no, menos cuando él me había elegido a mí para ser su acompañante esa noche. Lo vi acercarse si bien no decidido por lo menos dispuesto, acorte un poco más la distancia y apenas rocé sus labios, su aliento era cálido. Lo mire a los ojos antes de efectuar mis últimas palabras de esa noche-¿En realidad quieres esto?-me separe ligeramente para no saturar el ambiente y darle su tiempo para responder.

por **Christian Taylor** Jue Feb 10, 2011 8:24 am

Me tardé quizás más de lo esperado en responder. El sentir sus labios tan cerca me tentaba muchísimo, pero mi rostro no lo expresaba. La chispa de la pasión de mi alma estaba levemente encendida, como si un viento extremadamente gélido intentase apagarla, y de hecho, era el viento gélido de mi pasado; de esos ojos celestes a los que me entregué tantas veces y prometí tantas cosas, que al final dejaron a quien les habla sumido en la absoluta soledad, y cuando digo absoluta, créanmelo, de verdad fue tremendo. Pero ahora sólo tenía un deseo: olvidar todo, aunque fuera por esa mísera noche, entregándome a la belleza que tenía en frente.

- Sí, lo quiero. - dije con más decisión en mi mirada, dispuesto a una buena noche de pasión.

por **Arianne C. Wickham** Vie Feb 11, 2011 11:23 am

Todo esto lo hacia por despecho, eso era obvio y yo hubiera hecho lo mismo. Tampoco era quien para darle un sermón simplemente era una cortesana y el me haba elegido, me había elegido a mí para gastar su dinero y no era quien para impedírselo. Entreabrí la boca para tomar aire y busque su mano a tientas, una vez que la tuve sostenida firmemente me levante e hice un poco de fuerza para que él hiciera lo mismo, lo guié entre las personas hasta las escaleras, le sonreí en el camino quería que se sintiera cómodo y que por esa noche dejara ir todo lo malo que le pudo haber pasado. Subí las escaleras con él de la mano y una vez que estuvimos en la puerta de mi habitación me gire y empuje con la espalda la puerta.

por **Christian Taylor** Vie Feb 11, 2011 12:25 pm

En aquel instante me sentía como una hoja que el viento llevaba a donde quisiera, sólo que esta vez ambos queríamos ir al mismo lugar. Me sostuve de ella con la suavidad y delicadeza que un hombre como yo conserva a pesar de todo y me dejé llevar, correspondiendo a su sonrisa sutilmente, para luego quedar encerrados en la habitación que nos albergaría esa noche. Escuché la puerta cerrarse y suspiré: era hora de olvidarlo todo, de olvidarte a ti y todo el dolor que me has causado. Tenía que animarme y ella me ayudaría, aunque sin iniciativa por mi parte no ocurriría nada; así que aproveché que nuestras manos seguían entrelazadas y la acerqué a mí con gracia y sutileza, mirándola a los ojos y abrazándola de la cintura con mi otra mano.

- ¿Comenzamos?

por **Arianne C. Wickham** Vie Feb 11, 2011 7:48 pm

Camine ciegamente hacia él cuando jalo con gentileza hacia su cuerpo, al parecer ya se había animado lo que obviamente me facilitaba las cosas. Sabia que un hombre al cual no tenia ganas ni de sonreír era muy difícil hacerlo entrar en ambiente, pase un brazo por su hombro y me acerqué a escasos milímetros de sus labios-¿Puedo saber tu nombre?-susurre sintiendo como la piel de sus labios rozaba con la mía-Pero si no quieres esta bien-le sonreí y di un beso rápidamente en su barbilla para después comenzar a marcar un camino de roces por su cuello hasta su oído, mordisquee el lóbulo de su oreja sin llegar a tocar con la lengua ese pedazo de carne. Era un hombre muy guapo, estaba agradecida de que me salvara.

por **Christian Taylor** Sáb Feb 12, 2011 12:39 pm

Definitivamente sabía hacer su trabajo, sobretodo por esa metodología tortuosa y tentadora al mismo tiempo que estaba haciendo. Dejé que paseara sus manos por mi cuerpo y me susurrara sin yo besarla en el momento, y parece que eso resultó de buena manera, ya que bajó por mi barbilla hasta iniciar un escalofriante (literalmente para mí, claro está) ruta de roces de mi cuello hasta la oreja, incitándome cada vez más a entregarme y obtener más de lo que tanto deseaba.

Mis manos traviesas se fueron a su esculpido cuerpo y lo acariciaron de una manera levemente impulsiva, deseosa y ansiosa de arriba a abajo queriendo que sintiera lo mismo que yo, aunque era algo complicado por motivos naturales. Finalmente mis manos se posaron en sus caderas y la abracé, apegándola a mí, para que me sintiera, para que sintiera al actor principal de esa noche.

por **Arianne C. Wickham** Mar Feb 22, 2011 9:11 pm

Lamí el lóbulo ligeramente, apretando con los dientes esa zona, no quería ser brusca ni mucho menos capaz que en algún momento o después de nuestro acto impuro el se iba a quejar y me volverían a subir a la tarima cosa que no quería y ni siquiera estaba dispuesta a ser. Baje las manos delicadamente hasta sus antebrazos haciendo presión mientras sentía su entrepierna ya abultada por el momento, escondí una sonrisa posando mis labios sobre su cuello, succionando como si de una clase de fruta extraña fuera-¿Que quieres? Puedes decírmelo-eso era obvio pero hacerlo más explicito siempre era mejor, yo tendría una idea de lo que le gustaba y de lo que no. Muchos pensaban que el trabajo de prostituta era fácil pero tenias que saber todo y nada a la vez, emplear roles a la hora de irte a la cama con un extraño era difícil y mucho pero no tenia porque serlo con él, tenia todo para que esa noche fuera si no linda por lo menos placentera.

Regrese mis besos hasta su barbilla y fui subiendo poco a poco hasta sus labios. En ese momento no escatime de ninguna forma, simplemente pegue mis labios a los suyos, tomando su labio inferior y haciendo una pequeña succión. Mis manos se colaron hasta su pecho en donde comencé a quitar su camisa lentamente, incitándolo así a entrar en un momento mucho mas intimo y postergando lo que rápidamente podría terminar en treinta minutos, su piel era suave y exquisita al tacto me asombre del bien formado cuerpo que tenia. Me deshice de la parte superior de su ropa, dejando a mi total vista su torso, podía ver la forma en la que respiraba un poco agitado, supuse que el no seria el único que quería estar desnudo ahí.

Me aleje un poco para llevar las manos a mi espalda y poder jalar una de las cuerdas del corsé que llevaba puesto, en realidad era la única ropa decente que llevaba porque abajo simplemente la ropa era mínima. Puse sentir como mis pulmones se expendían cuando desate la mayor parte del corsé pero deje de hacerlo para poder acercarme de nuevo a él y mirarlo fijamente a los ojos-¿Me ayudas?-pregunte de una forma ingenua, deposite un beso fugaz en su cuello e hice que sus manos se posaran en la parte mas baja de mi espalda dándole una idea de que en realidad yo estaba ahí para complacerle.

Off: Siento la demora, la escuela me tiene algo cansada y ocupada u.u

por **Christian Taylor** Mar Mar 01, 2011 9:22 pm

FDR: No te preocupes ^^, yo he tardado porque mi user no se había inspirado u_ú

- Será un gran placer... - susurré en su oído entremedio de los jadeos que dificultaban mi respiración, y es que esa chica estaba haciéndome sentir de maravilla. Mis manos estaban en la parte baja de su espalda y no dudaron en bajar para "revisar la mercancía" con leves presiones por parte de mis dedos en su trasero.

Sí, era suave. Era perfecto.

Terminé de quitarle toda la ropa y/o accesorios que me limitaban de tenerla completamente desnuda y la abracé atrapándola entre mis brazos, mientras que mis piernas se movieron hasta que sus femeninas extremidades toparon con la cama y nos hicieron caer a ambos, quedando quien les narra sobre la belleza de rubios cabellos. Me acomodé entre sus piernas haciendo que en la tela del pantalón quedase aún más evidente mi deseo y me apegué a su cuerpo, dando suaves besos en su cuello mientras subía hasta su oreja para devorarla de nuevo. ¿Qué era lo que quería? Ahora se lo iba a responder.

- Quiero que tengamos un buen rato...quiero que me guíe por el mundo de los placeres vulgares y que no me saque de allí... - dije con notoria excitación y le lamí bajando nuevamente hasta su cuello, dando un leve mordisco.

por **Arianne C. Wickham** Jue Mar 03, 2011 9:47 pm

Jadee cuando bajo sus manos a mis glúteos e hizo presión con sus dedos. Por mucho que quería contenerme al final del día era humana y no podía evitar sentirme atraída por esos deseos carnales y tan bajos que nosotras las putas teníamos por el simple hecho de vivir ahí. Me deje quitar la ropa entre respiraciones agitadas y fuera de control, con la temperatura subiendo mientras pasaban los segundos, sentía que la piel me ardía y que para quitar esa sensación necesitaba la suya. Rodee el cuello del hombre con mis brazos, aprisionándolo mientras me guiaba de espaldas hacia la cama en la cual caímos, el obviamente sobre mí y yo abajo, aprisionada bajo su cuerpo. Reí pues la verdad a pesar de todo lo indecoroso que pudiera tener la situación ese acto se me había antojado travieso.

Se acomodó entre mis piernas que hasta ese momento se encontraba ligeramente abiertas pero cuando lo recibí de esa forma como un acto tan natural mis piernas se abrieron un poco más notando la excitación del chico, a mi pensar los dos estábamos igual y queríamos lo mismo ¿Entonces porque tardábamos tanto? Gemí involuntariamente sintiendo el bulto se du entrepierna que cada vez crecía más y más. Mi cuello se giró para disfrutar de sus besos y mordidas, escuche como niña a la que le leen un cuento lo que me decía. Sus palabras solo habían logrado excitarme más ¿Qué podía esperarse de una golfa? Si quería todo eso, eso tendría e incluso más. Acaricie sus cabellos y lo obligue a mirarme-Quítate la ropa-le pedí arrastrando las palabras de forma sensual-¿O te la debo quitar yo?-enarque una ceja y después de unos minutos me acerque a sus labios para besarlo sin repararme de nada, fue un beso largo y cargado de lujuria. Tal vez no era el beso más tierno pero no se podía quejar el había dicho “vulgar” y bueno eso era lo que todas nosotras podíamos ofrecer por la frase de “Al cliente lo que pida”.

por **Christian Taylor** Miér Mar 09, 2011 9:47 am

Esas tres palabras me estremecieron tanto que provocaron un nada frío escalofrío en mi espina dorsal. Me hizo desearla más, hizo que mi cuerpo deseara estar más tiempo junto al de ella en la unión más perfecta. La besé largamente, devorándole los labios y la boca con húmedos movimientos, arrancando de mi ser gemidos de conformidad y ansiedad mientras mi calor corporal se incrementaba cada vez más, haciendo que lentamente mis bajos instintos tomaran posesión de mi razón.

Una vez que me separé de ella le miré, agitado y transpirado como si ya hubiéramos terminado nuestro encuentro, pero realmente eso acababa de comenzar. Le regalé una sonrisa ladeada y acaricié su cuerpo de manera tortuosa, paseándome por sus senos y su cintura, hasta llegar a sus caderas. No podía aguantar más, pero fomenté un poco más mi impaciencia diciéndole en un susurro lleno de excitación...

- En efecto...quítemela...usted...

por **Arianne C. Wickham** Sáb Mar 12, 2011 3:54 pm

Sentía el calor de su cuerpo, sentía como traspasaba la tela de ropa. Me encantaba poner así a los hombres incluso a los que llegaban con cara de querer suicidarse como él, eso me demostraba que podía mover y controlar mi ambiente, así como cambiar el de los demás. Puse las manos en su pecho empujando solo un poco para que se levantara y me dejara desvestirlo-Levántate-le demande con tono serio y seguro, a la mayoría de los clientes les gustaban las prostitutas que eran sumisas y que se dejaran hacer de todo cuando ellos querían pero esta prostituta no era así, me gustan las cosas difíciles, salvajes y como el había dicho vulgares. Entre menos tierno fueran conmigo mucho mejor pero claro desde mi punto de vista de atención al cliente todo era reciproco. Me mordí el labio mientras lo obligaba a levantarse, aplicando toda mi fuerza para obligarlo, no era nada justo que la única persona desnuda en ese lugar fuera yo. Me quede sentada en la cara una vez que estuvo de pie, mi mirada se clavó en sus ojos de forma infantil pero al mismo tiempo con un dejo se sexualidad que no dejaba nada a la imaginación, le sonreí fingiendo ternura y me levante quedando mis ojos justo enfrente de su boca.

Me acerque a su cuello y lo olisquee mientras mis manos se entretenían y pasaban por debajo de su camisa, tocando su piel que sudaba gritando que la tocara. No tuve compasión y fui pasando los dedos por en donde estaban los botones, con la suficiente fuerza para desabrocharlos pero con un ritmo lento y tortuoso, de todas formas desabrochar una camisa con los dedos por adentro no era fácil. Una vez que la abrí completamente, sonreí complacida y me separe de él-¿Así está mejor no?-pregunte picara y baje mis labios por su pecho, dando pequeños besos que apenas rozaban su piel, me encargue de que la camisa cayera por el piso. Seguí bajando hasta besar su ombligo y me detuve posando mis manos en al borde de su pantalón-¿Puedo?-pregunte, ya sabia la respuesta pero me gustaba jugar.

por **Christian Taylor** Vie Mar 25, 2011 5:10 pm

Me levanté obedeciéndole, aunque yo era quien le había pedido primero que me quitase la ropa. Me incorporé y sufrí cada segundo de sus caricias tanto en mi pecho como mi cuello, haciéndome suspirar un poco de impaciencia con esas "olfateadas" en mi cuello, el cual era muy sensible, quizás demasiado. A pesar de aquello no me quedé sin hacer nada, sino que todo lo contrario: mis manos se dirigieron a aquellas masas de piel perfectas y contorneadas que tenían por nombre senos y se posaron allí, acariciándolos de manera intensa; mientras mi cuerpo era marcado por sus dedos, de arriba a abajo, hasta que llegó a mi pantalón, quien ya mostraba a quien generalmente se escondía pero aparecía en el burdel con bastante frecuencia. Le acaricié la cabeza y asentí, agitado, deseoso, maravillado. Ya era hora de que la verdadera diversión comenzara.

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