Imogen Reuss-Ebersdorf

Culta, educada y de modales refinados. Desde la primera vez que vio la luz del día, Imogen estuvo destinada a convertirse en lo que la sociedad esperaba de ella : Una dama, de esas que se comportan siempre a la altura de las circunstancias, de esas que no emiten palabra alguna si no se les pide o no tienen nada importante que decir. Puede incluso, que llegué un punto en que Imogen deje de ser ella, guiándose por las expectativas de sus cercanos, convirtiéndose en el retrato vivo de lo que ellos desean. Hace mucho tiempo, Imogen dejó de lado sus sueños, sus expectativas. Se resigno a siempre ser gobernada por otra persona, su padre y después su esposo. A que fuese un hombre quien guiará siempre sus pasos, pensamientos, ideas. A reprimir cualquier deseo que inundará su cabeza y fuese más allá de lo que otros, pensaban para ella. Se volvió con ello una persona solitaria y bastante callada, esclava de sus silencios que muchas veces finalizan con simple monosílabo. Imogen sólo habla de forma extendida cuando tiene algún tema importante por el cual hacerlo y cuando, además, se siente en confianza con las personas con quienes está, confianza que solo logra con quienes siente aprecio y a ellos les cuenta, con los dedos de su mano. No es una persona que catalogue a cualquiera como su amigo, menos lanza un te quiero al aire en vano. Imogen los ocupa con fundamento y total sentimiento, sólo cuando esta completamente segura de que quiere hacerlo.

Contrario a lo que se puede pensar hasta ahora, no es Imogen una persona fría y sin sentimientos, por mucho que en ocasiones si aparente serlo o que su comportamiento sea tan parecido a una hermosa estatua de mármol. Es mucho más sentimental y humanitaria de lo que puedes llegar a creer hasta ahora. Bastante fácil de emocionar y sorprender, con pequeñas cosas tan básicas y banales para otros, como no serlo, cuando durante toda la vida se ha vivido en una burbuja de cristal. Cuando durante toda la vida se le han negado las mayores aventuras. Un simple paseo por el bosque, un ramo de flores silvestres, son recuerdos que jamás se olvidarán de la memoria de la joven. Se siente prisionera, esclava de su faceta de dama respetable y ansía sentirse libre, ansía perder el miedo a lo que otros piensen de ella, necesita e implora por alguien que sea capas de devolverse su libertad. Camuflarse entre la multitud, correr descalza por el bosque, caminar bajo la lluvia sin que nadie cubra su cabeza con una sombrilla. Son aventuras que su corazón anhela, grita e implora, mas su mente se encarga cada día de recordarle, que aquello, jamás sucederá.

Se debe saber también que es la joven una persona caritativa, no dudará nunca en ser mediadora para que esposo done alguna importante cantidad de dinero a cualquier obra benéfica que lo necesite. Es, además, la joven una excelente consejera, no dudará en dar una palabra de aliento si ve que alguno de sus cercanos la necesita. Intentará siempre guiarles, lo mejor posible, en el camino a seguir. Lástima que pareciese que para ella no rige el mismo principio. Todos aquellos buenos consejos que su boca emite para los otros, todos aquellos consejos que muchas veces son tan útiles para solucionar los problemas de otros, que les hacen ver la realidad, que les hacen cambiar la perspectiva de su vida, casi siempre, no rigen igual para ella. Idealista, soñadora, muchas veces vaga por las nubes olvidándose de tener los pies puestos en la tierra. Viaja con su pensamiento a lugares lejanos, crea en su mente historias de amores imposibles, de princesas y dragones. Al despertar se da cuenta que debe conformarse con la vida que le ha tocado.