Fuera de la rutina del trabajo [Libre]

por **Patrice des Champs** Dom Feb 20, 2011 2:17 pm

Llegué a la taberna una tarde de lluvia, cansada del trabajo en el burdel. Ya volvería por la noche. Por suerte, acababa de estar con un cliente, y me había pagado. Entré y observé que el bar estaba bastante lleno. Me arreglé el cabello, que estaba un poco despeinado y mojado por la lluvia. Estaba muy cansada, y me fui directamente a la barra. Una vez allí pedí al mesonero un poco de whisky, para entrar en calor. Bebía a pequeños sorbos, saboreando la bebida que tan pocas veces tomaba.

Ah, el dinero. Y la dulce sensación de las monedas en la mano.

Suspiré. Anhelaba algo de conversación fuera del burdel, y que sólo me tomaran por una mujer pobre. No por una prostituta.

por **Belladonna A. Cattivelo** Lun Feb 21, 2011 7:29 am

Hacía apenas unas cuantas horas que había llegado a la ciudad de París, montada en mi lujoso carromato... algo a lo que todavía no me había terminado de acostumbrar. Toda mi infancia y adolescencia, había sido una muchacha pobre más, sin una gran fortuna pero con lo suficiente para llevarme un mendrugo de pan a la boca. Resultaba curioso que el mismo día que había encontrado a mi padre, lo había perdido y había visto morir a mi madre, un pequeño pedazo de la fortuna de mi progenitor hubiese terminado acabando en mis manos.
Los lujos, las comodidades... todo se había sucedido de forma tan rápida y alterada como mi propia conversión. Esperaba que al menos en París, encontrase el modo de dejar a un lado ese pasado tan sombrío que amenazaba con ahogarme en sus opacas aguas. Mi primer paso, había sido acomodar todas las cosas en el que sería mi nuevo hogar, después un relajante baño, un poco de tabaco... y en cuanto la luz del sol había comenzado a extinguirse al otro lado de la ventana, había escapado por la puerta principal.
París me gustaba. Era una ciudad con mucha actividad, carromatos yendo de un lugar a otro, gente trajeada y gente pobre que se relacionaba entre sí... Y lo mejor de todo, era que nadie me conocía. Nadie sabía quién era, qué me había pasado o en qué clase de ser me había convertido siglos atrás. Era un bonito comienzo para una nueva historia que yo misma quería forjarme.
Después de un rato deambulando por las concurridas calles de la capital francesa, llegué a una taberna, al parecer bastante visitada. No me importaba que no fuese el tipo de locales que solía frecuentar, o que simplemente había demasiada gente en el interior... Atravesé las puertas, y me lancé caminando elegantemente hasta la barra, en la cual pedí como si nada una cerveza. Una bebida muy poco refinada... pero tan deliciosa que bien merecía sacrificar un poco de reputación.

por **Patrice des Champs** Lun Feb 21, 2011 7:42 am

Dirigí mi mirada a la puerta de la taberna, que se abrió dejando paso a una mujer bastate bella, vestida con ropas caras y elegantes. Se movía como una persona bastante importante, elegantemente, y con una agilidad increíble. Me pareció bastante segura de sí misma. Se sentó a mi lado en la barra, y la observé unos segundos. Luego pidió una cerveza y reí en mi interior. Aunque parecía importante, no actuaba como si lo fuera. Di un trago a mi vaso de whisky. La verdad es que estaba muchísimo más bueno que la cerveza, aunque costara un poco más de dinero.

por **Belladonna A. Cattivelo** Lun Feb 21, 2011 7:52 am

El camarero no tardó demasiado en llevarme mi pedido, con una sonrisa amable tras cuya fachada simpática yo sabía que se escondía un profundo deseo. Solía tener ese efecto en la mayoría de los humanos de género masculino... quizás por ello al final había terminado emocionándome más mediante relaciones de mi mismo sexo. Los hombres no me aportaban nada novedoso, suponían la típica historia de "chica conoce a chico y se quieren con pasión durante toda la noche".
Con una mujer era distinto. Por un lado, estaba ese deseo privado, ese morbo que una situación prohibida producía en cualquier persona con un mínimo de lujuria. Ignorando por completo al muchacho, le pagué con una buena cantidad de propina, y tomé el vaso entre mis delgados dedos, llevándolo a mis labios y dándole un sorbo. El líquido refrescante descendió a través de mi garganta, aliviando la sequedad de esta. Me encantaba la sensación... a pesar de que estábamos en invierno. Nunca era mal momento para disfrutar de una cerveza en condiciones.
Me sentí entonces observada. Miré a un lado y otro, sobre todo al chico de detrás de la barra, pensando que quizás podía ser él... Pero no. De repente, me di cuenta de que había una muchacha a mi lado, y de que ella había sido quien me había mirado. Era bonita, sencilla... no parecía tener mucho dinero, pero eso no hacía que su belleza disminuyese. Esbocé una media sonrisa, dirigida hacia ella.

por **Patrice des Champs** Lun Feb 21, 2011 8:00 am

Observé con los ojos muy abiertos la cantidad de dinero que tenía la mujer. Me quedé boqueabierta. Nunca me habían pagado a mí tanto por un servicio. Luego la miré a ella y vi como me sonrió. Sonreí yo también. Decidí presentarme, y parecerle una mujer menos pobre de lo que era.

- Buenas tardes señorita -hice una inclinación de cabeza como una reverencia- Mi nombre es Patrice, encantada de conocerla. Si no le importara decirme su nombre...-dije cortesmente.

La observé unos instantes, a ver cómo reaccionaba.

por **Belladonna A. Cattivelo** Lun Feb 21, 2011 10:12 am

Al principio pensé que la había intimidado, y que por ello esa muchacha no iba a dirigirme la palabra, o peor aún: saldría de la taberna, huyendo de una mujer que simplemente la abrumaba sin conocer realmente el motivo. Pero una vez, el ser humano demostró ser todo un misterio para mí. Ella misma se presentó de forma amable, abierta... sociable. Quizás demasiado teniendo en cuenta que yo me trataba de una completa desconocida desde su punto de vista.

-Me llamo Belladonna... Lo sé, un nombre curioso para una niña pero... No tengo por qué quejarme. La Belladonna es una planta que además de matar puede tener muchos otros usos curiosos-me reí suavemente, mientras me aparté el cabello del rostro. A nuestro alrededor, los consumidores asiduos de alcohol y algunos amigos que estaban de reunión, realizaban su vida habitual, con una normalidad tan agobiante como la que me invadía a mí de vez en cuando.

Devolví mi atención al vaso de cerveza y le di otro trago. Con un poco de suerte, esa noche sería entretenida y no como todas las demás...

por **Patrice des Champs** Lun Feb 21, 2011 10:40 am

Di un trago al whisky mientras escuchaba. Belladonna.. Nombre extraño, sin duda, pero elegante. La verdad es que le quedaba muy bien. Me extrañó la manera de la que mencionó a la planta. Me pareció que no tenía ningún miedo a nada. En ese momento me dio envidia. Ella era una mujer rica, vestía bien y además, para qué negarlo, era muy hermosa. Al apartarse el cabello de su rostro lo pude observar mejor y era... precioso.

Aparté esos pensamientos de mi cabeza. Ella era rica, yo era pobre. Sencillamente no encajábamos. Además era una mujer.

Suspiré y eché una mirada a unos hombres que ya estaban muy ebrios y hablaban dando voces. Un rompió un vaso de cerveza y reí.

- Parece que se divierten -comenté.

por **Belladonna A. Cattivelo** Lun Feb 21, 2011 11:08 am

Al escuchar sus palabras, me giré para mirar donde ella tenía clavada su vista. Un grupo de hombres bastante borrachos, reían sin parar, haciendo malos chistes y comentando perversiones sobre las pocas mujeres que nos encontrábamos en el local. En cualquier otro momento me habría resultado exasperante y les habría gritado tres o cuatro veces. Pero quería tener una noche tranquila, interesante pero sin peleas.

Devolví mi vista hacia la chica con la cual estaba hablando, la tal Patrice, que no dejaba de observarme con un notorio interés. De nuevo, mi líbido ascendió por las nubes de forma casi instantánea, reaccionando ante la atracción evidente que demostraba la muchacha. No pude evitar que una media sonrisa satisfecha y misteriosa al mismo tiempo, se adueñase de la expresión de mi rostro.

-Parece que sí-dije encogiéndome de hombros, como si lo que hiciesen esos bebedores no me importase lo más mínimo-. No entiendo qué encuentran de divertido en ponerse de alcohol hasta las orejas y decir una estupidez tras otra...-solté una suave carcajada-. Creo que soy... una mujer muy complicada como para deleitarme con semejante actitud.

por **Patrice des Champs** Lun Feb 21, 2011 11:21 am

La observé y sonreí. Escuché sus palabras con atención, pero no pude evitar perderme en su mirada un par de veces. Y tenía una sonrisa seductora que me excitaba...

- Yo creo que también... Pero nunca se sabe. Nunca he bebido lo suficiente hasta ponerme a su nivel -digo sinceramente

Di el último trago a lo que quedaba de mi whisky, y lo miré triste. Se había acabado. Quizá si pudiera tomarme otro vaso sí que acabaría como ellos esos borrachos. Nunca lo sabría... Ay el dinero, que dura tan poco. Bebí los restos del alcohol que quedaban en el fondo del vaso. Ser pobre daba verdadero asco.

Me pregunté entonces quien sería ella de verdad. Seguro que tenía marido. La envidié mucho en ese momento. Ella feliz junto a un hombre y yo pobre y sola. Apreté los puños.

por **Belladonna A. Cattivelo** Lun Feb 21, 2011 5:19 pm

De nuevo la miré unos segundos más, antes de girarme en dirección a los bebedores y contemplarlos a lo largo de un pequeño espacio de tiempo. Ellos reían, totalmente ajenos a la realidad que los rodeaba, y que cada día se volvía más y más inclemente. Eran felices usando el alcohol para poder alejarse de ese mundo pútrido que nos estaba consumiendo a todos, incluso a mí, una criatura de la noche con la vida entera por delante. Para mí eso, más que un don resultaba una condena. No podía soportar pensar que me quedaban siglos y siglos para poder librarme de la monotonía y el sufrimiento que suponía existir.

-A veces los envidio. Tiene una sencillez que resulta horrible y al mismo tiempo tentadora. Encuentran la salida en una simple botella, el fondo de una jarra... una litrona de vino. Mientras que la inmensa mayoría, nos pasamos la vida buscando la felicidad sin poder alcanzarla, sabiendo que es un sueño imposible, pero ilusionándonos como tontos ante la idea de poder vivir en armonía con nosotros mismos-susurré, volviendo mi mirada hacia Patrice-. Lo siento, a veces puedo llegar a sonar como una anciana sumida en la amargura...

Vi que su bebida se había terminado, al igual que la mía. Entre palabras y tragos habíamos llegado al final de nuestra consumición... y lo cierto era, que esa noche no deseaba que todo terminase tan deprisa. Hice un gesto al camarero, que vino de inmediato llevado por sus propias y exaltadas hormonas, y pedí en esta ocasión dos vodkas para ambas.

-No te preocupes, pago yo-le dije quitándole importancia.

por **Patrice des Champs** Mar Feb 22, 2011 7:37 am

Suspiré y miré al techo mientras Belladonna hablaba. Era cierto, parecía mucho más mayor de lo que aparentaba. Quizá no había tenido una buena infancia...

- La vida es corta... Pero seguro que todos acabamos por encontrar la felicidad. Sea lo que sea que esperemos encontrar -dije con un optimismo raro en mí.

Ella era más rica que yo, pero eso no la hacía feliz. Entonces... ¿qué? ¿Un hombre? Imposible. Con qué llenaría mi vida si lograba salir del burdel... No lo sabía.

En ese instante, Belladona hizo un gesto y el camarero llegó babeando hasta ella. Pidió dos vodkas y al principio enarqué una ceja, no sabía que bebiera tanto. Luego me di cuenta de que era también para mí y puse una expresión de horror. En mi cartera sólo llevaba unas pocas monedas para el whisky. Luego habló y me alivié por completo. Sabía que para parecer buena y considerada debía negarme aunque acabase pagando ella, pero no pude. Simplemente, me quedé muda, sonreí y asentí. Nunca había probado el vodka. Si era muy fuerte... No sabía que pasaría. Me mordí el labio y aguardé a que el chico nos pusiera las bebidas.

por **Belladonna A. Cattivelo** Mar Feb 22, 2011 10:23 am

La muchacha pese a ser humana hablaba con cierta sabiduría, como si realmente la fe en un futuro próspero pudiese llenarnos en el presente. Yo era una mujer de hechos, para mí el futuro estaba muy lejos... más todavía teniendo en cuenta que me quedaba toda una eternidad por delante para pensar y torturarme. Mi sonrisa se amplió de forma notable cuando vi el gesto asustado de ella. Eso de forma sorprendentemente paranormal, me hizo un poco más feliz. Yo no era de esas personas que iban dando limosna a los desamparados y ayudando a los amigos. Más bien... yo opinaba que cuando todo estuviese solucionado en mi vida, entonces me dedicaría o me plantearía ponerle solución a la de los demás. Pero obviamente... esa muchachita tenía cierto encanto.

-Bueno, es cierto que la vida pasa, no podemos pararla. Para bien o para mal, llegará el momento en el que de un cambio, un giro en el camino... puede ser para bien o para mal, pero tendremos que aceptarlo tal y como venga-sonreí una vez más, y entonces el amable camarero depositó ante nuestros ojos las nuevas consumiciones. Le pagué una vez más, y esperé a que se marchase para que continuásemos con nuesta amena charla.

por **Patrice des Champs** Mar Feb 22, 2011 10:58 am

- En eso tienes toda la razón

Llegó el camarero y nos sirvió los vodkas. Lo cogí y lo observé un momento. Era un líquido negro con un fuerte olor a alcohol. Antes de probarlo, miré a Belladona y dije sólo una palabra

- Salud

Sonreí y me llevé el vaso a los labios. Probé el líquido, sabía a alcohol, pero tenía un gusto diferente al whisky, o a la cerveza. Estaba bueno, nunca lo había probado y me gustaba. Lo saboreé un poco más en la boca y al final me lo tragué. Luego miré a Belladonna.

- ¿De donde has sacado esta bebida? El… Vodka. Nunca lo había probado –dije con una sonrisa.

por **Belladonna A. Cattivelo** Mar Feb 22, 2011 5:10 pm

La observé con mucha curiosidad, siendo incapaz de creer que no había probado nunca el vodka... pero pensándolo bien, me di cuenta de que seguramente no había tenido el dinero necesario como para pagar un vaso pequeño de esa bebida, así que en cierto modo pude comprenderla. Y de nuevo me sentí bien. No todos los días se enseñaba algo nuevo a una persona. La sociedad, insistía en asegurar que las diferencias económicas no suponían un gran obstáculo... pero yo era el claro ejemplo de que no era así... y en Patrice, había encontrado otra clara contrariedad a esa regla.

-La conozco desde hace tiempo... Cuando heredé mi fortuna, me dediqué a probar todo tipo de alimentos y bebidas, el vodka se convirtió en una de mis favoritas por ese sabor fuerte y al mismo tiempo tan dulce... que te dura de forma casi eterna en el paladar-le dije con una enorme sonrisa, esperando que no me tomase por una alcohólica ni nada que se le pareciese.

Tomé una vez más el vaso, y le di un largo trago, saboreando el dulce líquido con placer. Mis sentidos parecían reaccionar ante ese sabor que previamente le había descrito. Con una nueva sonrisa, dejé el vaso sobre la barra una vez más y continué mirándola.

por **Patrice des Champs** Miér Feb 23, 2011 7:15 am

La escuché con curiosidad. Yo jamás habría sido la heredera de nuestra poca fortuna aunque mi madre no hubiese muerto. Seguro que me habrían metido al convento, o casado con algún chico pobre, o como lo era yo antes. Al menos no hubiese sido la esclava sexual de cualquiera que se pase por el burdel, mi casa. Hubiese tenido dignidad.

Miré a Belladonna de nuevo. Parecía que había probado todas las delicias del universo. Desde las exóticas especias del lejano oriente hasta una simple bebida alcohólica como era el vodka. Di un trago más, estaba realmente bueno. Y sonreí, me alegré de poder probar esa bebida, aunque nunca más pudiera beber un solo trago.

por **Belladonna A. Cattivelo** Miér Feb 23, 2011 8:00 am

A medida que el vaso descendía, yo me sentía más abierta, más dispuesta a hablar con la muchacha que estaba sentada a mi lado compartiendo ese momento que podría catalogarse de... curioso. El camarero no dejaba de mirarme desde el otro lado de la barra, y a punto estuve de decirle tres o cuatro verdades poco agradables de escuchar... pero... No quería que me echasen tan rápido, aún quedaba mucha noche por delante. Tomé el vaso de forma rápida, y me terminé el excaso líquido que me quedaba, lanzando un suspiro. La bebida no era indispensable en mi vida, al contrario de los hombres que habíamos visto en la mesa de antes, pero sí que me agradaba y me ayudaba un poco a sobrellevar mi existencia.

Me giré para mirar a la chica, y le sonreí. Ella parecía tan sumida en sus pensamientos como yo, así que supuse que seguramente sería igual de reflexiva. Yo era una muchacha de impulsos, que hacía lo primero que se le pasaba por la cabeza... pero más tarde, daba vueltas en mi mente a las cosas, y razonaba sobre ellas. Incluso en ese aspecto, resultaba diferente de los demás.

-Aún no me has dicho a qué te dedicas, qué hacer esta noche por aquí sola, de dónde eres... Creo que ya nos podemos considerar amigas y contarnos alguna que otra cosa...-le sonreí más ampliamente si cabía. Esa noche estaba de buen humor y con ganas de pasar un rato estupendo.

por **Patrice des Champs** Miér Feb 23, 2011 8:17 am

Bebí el vaso lentamente, saboreando el delicioso interior. Mmm... Qué delicia. Noté que el alcohol corría por mis venas, ¿se me estaba subiendo a la cabeza? Ojalá que no, quería parecer una chica respetable a los ojos de Belladonna... Di otro trago, y se acabó la bebida. Me quedé quieta un momento. Todo empezaba a parecerme más gracioso, menos serio de lo que era en realidad. "¡Contrólate Patrice!", me dijo una voz interior. Me aparté el cabello de la cara y me puse a mirar las botellas de detrás de la barra.

La voz de Belladonna me sacó de mi sopor. Me giré hacia ella y la escuché mientras hablaba. Pero no pude evitar mirar sus pechos, que se asomaban por el escote del vestido. Aparté la mirada y escuché con más atención.

- Soy cor... -tardé en reaccionar, pero quise aparentar ser alguien respetable, por lo que mentí- camarera en una taberna parecida a esta. Y he salido de ella porque el propietario me ha dado la noche libre. Yo nací en un pueblo de Bretaña, huí de allí y me vine a vivir a París, la gran ciudad. -sonreí cuando dijo que nos podíamos considerar amigas. Yo no tenía amigas fuera del prostíbulo desde que vine del pueblo. Asentí- Claro. Cuando quieras. -hice una pausa. -¿Tú a qué te dedicas?

por **Belladonna A. Cattivelo** Sáb Feb 26, 2011 2:43 am

La contemplé de forma atenta mientras ella bebía del vaso al que yo la había invitado. Verla disfrutar con algo que para mí era bastante simple, hizo que sonriese una vez más. Definitivamente, en el mundo había personas que no eran capaces de apreciar los pequeños detalles que daban sentido a la vida... y yo era una de ellas. No sabía exactamente en qué momento de mi vida la niña pobre, inocente e ilusionada había dado paso a la vampira aristócrata aburrida del mundo y la sociedad.

Tragué saliva, y escuché sus respuestas... que no me sonaron demasiado convencidas, a decir verdad. No entendía el motivo de la duda que había podido percibir en su voz, pero tampoco sería yo la que la acosase a preguntas que no nos llevarían a ningún sitio. Ella sabía lo que quería responderme y lo que no, y al igual que yo tenía derecho a guardarse sus propios secretos. Yo tampoco iba a contarle nada acerca de mi vampirismo... no era seguro teniendo en cuenta que los humanos tenían aún la mente tan cerrada que no aceptaban la existencia de seres con más capacidades que ellos. Los temían por encima de todas las cosas, casi tanto como a la misma muerte.

-Bueno... yo soy miembro de la nobleza... Sí, se podría decir así. Tendría que estar ocupando un alto cargo ahora mismo, pero aquí me tienes. Disfrutando de la vida, es lo único que agradezco de mi gran fortuna familiar-me aparté el cabello del rostro, como siempre hacía.

por **Patrice des Champs** Sáb Feb 26, 2011 5:45 am

Esbozé una media sonrisa al escuharla hablar a sí de su vida. "Algunos tienen suerte", pensé, un poco apenada por mí misma pero alegre por ella. Al parecer, mis sosprechas acerca de lo que era habían acertado. Ella era elegante, definitivamente lo de ser de la nobleza lo llevaba en la sangre. Sonreí y la miré.

- Y... ¿Qué hace una noble aquí, en esta taberna de mala muerte? -miré al mesero que ahora estaba limpiando la barra no muy lejos de nosotras- No te ofendas... -miré a Belladonna de nuevo- Seguro que puedes permitirte estar en el palacio real, ¿no?

Sentía curiosidad, se veía poca gente importante en el bar, y conocer a una noble era algo realmente fascinante. Cuando estaba en el campo no era tan pobre como ahora, pero tampoco era rica, y me preguntaba como sería es vida, y si algún día la podría vivir. Parecía divertido, al margen de las obligaciones. Pero al fin y al cabo, mucha gente tenía y yo consideraba que las mías eran peores. Suspiré y dejé caer la cabeza sobre la barra.

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