Cítara con Manzanas. (Privado Louis J. Bouquet)

por **Uruha Kouyou** Miér Feb 23, 2011 1:11 pm

De sus primeros meses de permanencia en Francia, Uruha recordaba las calles con sus olores potentes, que bajaban del mercado y llegaban al boulevard donde los comerciantes apuraban y buscaban su espacio para descargar su mercancía y unirse a los que llegaron temprano y se quedaron con los mejores lugares, recordaba los empujones y la gritería, la unificación de necesidades y búsqueda de productos. Recordaba la esencia de los carísimos perfumes y colonias que adornaban la presencia de la realeza mientras daban ordenes calles arriba, esperando porque sus sirvientes les llevasen el mandado ya enlistado con anterioridad. Uruha se sentía bien entre todo esto, donde era un ente ausente y podía hacer y comportarse como deseara, pues nadie se fijaba en él. Casi nunca compraba nada, pero la sola imagen del lugar le alimentaba ese pequeño espíritu curioso que iba creciendo conforme más cosas experimentaban.

Esta mañana había llegado un poco más temprano de lo habitual, aburrido del encierro que le recordaba a las paredes estrechas de su casa. Se vistió rápido y decido comer en el trayecto, comportándose como alguien que iba tarde para una cita, pese a que no pretendía entablar conversación ni conocer a nadie por ese día. Más que por la soledad, era el trabajo de forjar amistades y las consecuencias de estas, lo que le producía miedo. Sus pasos lo dejaron en una de las entradas simuladas del mercado, donde comer no se le antojaba en absoluto para nada, pero su estomago no admitía negativa alguna, así que continuo e ingreso. Era un vago en cuestiones de alimentación y sin una nana que le dijera como alimentarse y a qué hora, pues en realidad comía cuando recordaba que debía darle alimento a su cuerpo para seguir viviendo. Solo se compro un par de manzanas y salió a campo abierto, alejándose de la zona de maricos y pescados de los que no soportaba su olor.

Se aparto lo suficiente para vislumbrar el alrededor pero no estorbar el paso y mordisqueando la piel de la manzana verde que yacía en su mano, paseo la vista por el lugar, observando a los peatones que peleaban por baratas, mirando, quizás, a otros que observaban como él pero los cuales no habían prestado cuenta de que eran observados. En ese desliz de descanso mental, renació en su cabeza la sensación de soledad, corrompiendo su dulce desayuno que pronto tuvo un sabor amargo. Bajo la manzana a sus piernas, mirándola como si las respuestas yacieran allí mismo. ¿Era el único que podría cambiar así? No, esperaba que no, pero tampoco tenía como averiguarlo si, los otros que fueran como él, terminaban escondiéndose de la misma forma. Se regaño mentalmente; si no comía se desmayaría seguro, así que se puso manos a la obra, con la obligación de desaparecer esa manzana de su mano.

por **Louis J. Bouquet** Miér Feb 23, 2011 2:00 pm

Para cuando abrí los ojos esa mañana, noté cierto cambio en mí, me sentía mucho mejor, tanto, anímicamente, como física. Con los cuidados tanto propios como de aquellas dos jóvenes damas, la herida que me habia provocado por una de ellas, ya estaba prácticamente sanada. Me quité aquel vendaje, como cada mañana, y miré críticamente.
Sobre el vientre plano, delgado y de ese color claro, se destacaba una linea rosada, un poco abultada, que tardaría algunos días más en desaparecer. Pasé los dedos distraído. Miré mi mano, se veía más delgada y pequeña que antes. Ahora, tenía que volver a mi rutina normal. Ni siquiera me habia pasado por el teatro, de tan mal que me llegué a sentir, además, temía que alguien se diera cuenta y… ¿En verdad, alguien más se hubiera preocupado?

Mi estomago rugió levemente, como si el instinto gatuno que habia dentro, reclamara su ración de comida diaria. Tendría que volver al mercado, y esta vez, era temprano. Podía hacer mis compras con más calma. Aún recordaba ese encuentro que podría haber resultado en algo poco normal… No, Louis, no pienses en el pasado, vive el momento, el ahora. Eso es, toma la camisa blanca y sal a la calle, que te dé el sol, que buena falta te hace. No regreses a tu casa, piérdete, y encuentra algo digno de atención. Algo que escape a la cotidianidad de la vida.

Quizás a la noche, será mejor que vayas a una de esas casas en las que eres… si, dilo, no te avergüences, pues asi lo elegiste. Si, eres mascota de una humana y un vampiro. ¿Y que? Al menos, no te sientes solo, y a cambio, recibes cariños y palabras dulces…

Compré algo de pan, el cual fui mordisqueando en el camino, irónicamente, buscando algo de leche con que acompañarla, como si fuera un niño y no un hombre ya. Pero no podía evitarlo. En verdad, siempre era así, demasiado poco duro para una sociedad competitiva. Realmente, no me veia como alguien especial, aunque mas de una persona me lo hubiera dicho. Yo solo era un gato a la deriva.

Seguí caminando, con cuidado para no tropezarme en el suelo húmedo, mirando de aquí para allá, en busca de mi ansiada bebida.
Y vi sus cabellos rebeldes, de ese tono castaño claro. ¿Era solo me imaginación, o tenía un semblante melancólico? Comía algo, ¿una manzana? ¿Qué le tenía asi? Sin poder evitarlo, corté la distancia que me separaba de aquel hombre, y me agache, quedando de cuclillas frente a él.
-¿Estás bien? ¿puedo ayudarte?

por **Uruha Kouyou** Miér Feb 23, 2011 10:07 pm

Probablemente hubiese sido capaz de comerse el corazón de aquella manzana de no haberla dejado caer y que girara hasta un charco de un color nada agradable. No se dio cuenta que había alguien tan cerca de él sino hasta que le hubo hablando. ¿Dónde tenía la cabeza? Demonios. Se auto regaño porque esto demostraba que de igual modo era una persona apta para que le robasen o cosas peores. Se fijo en las facciones de aquel que de manera indulgente había acudido a su llamado mudo para poder salir de ese infierno en el que se asfixiaba él solo. De primera instancia, reconoció las facciones orientales como las suyas, los rasgos finos, los cabellos claros y otra cosa que no supo describir pero que le pareció más instintivo que humano. Le acababa de preguntar algo ¿Cierto? ¿Qué era? Por andar vagando en su cabeza no podía recordar su pregunta, pero su cara le decía algo y se guio un poco por eso.

- Lo siento… - ¿Por qué parecía preocupado? Definitivamente no comprendía esta clase de amabilidad. Pero, peor aún ¿Por qué se estaba disculpando? Uruha no le llamo, por lo que no existía motivo para pedir perdón. Carraspeo, sintiéndose de repente vulnerable, nada acostumbrado a que se le acercaran con esas maneras tan expresivas. Si, esto era una exageración, lo sabía, pero sentía que era como un farol en medio de una noche negra. El lugar que todos buscarían, que todos mirarían, sería ese, donde la luz destellaba y ofrecía un auxilio a los terrores de la noche. – No tengo nada. Gracias por su preocupación… -esperaba estar respondiendo correctamente a las preguntas que apenas ofrecían un soslayo de letras de su realidad total-.

Recargando su espalda contra el árbol bajo el cual estaba protegiéndose del sol matutino, el chico hizo un poco de distancia de ese rostro que consideraba demasiado cercano al suyo. No le corrió, pues eso hubiese sido de un pésimo gusto y podría ser reservado y hasta solitario, pero nunca seco, cortante o grosero, sabía de modales y estaba orgulloso de aplicarlos en su vida diaria. Con un ademan elegante, ofreció asiento a su “visita” pero como el apetito era grande, no espero ni a que le respondiera, alzó su segunda y ultima manzana y le dio una mordida; estaba jugosa, olía delicioso y su néctar era tan dulce como podría serlo el de una manzana en su punto prefecto de maduración. Le supo mejor que la primera y la degusto con calma y paciencia, agradeciendo cada mordisco dado, cada olorcillo dulzón que llegaba a su nariz, cada gota de jugo que bajaba por su garganta.

por **Louis J. Bouquet** Miér Mar 02, 2011 4:36 pm

Por como me miró, temí haber cometido una tontería, quizás, el quería estar solo. Y alli iba yo a molestarlo. ¿Cuando dejaría de ser tan curioso? Pero... no podía evitarlo. Por que nunca dejaría de tener al gato en mi interior, asi de simple. Cuando alzó la vista, pude ver con sorpresa, que él provenía de las mismas tierras que yo. Habia que ver que pequeño es el mundo!
-No, no te disculpes, lamento yo si te interrumpí... o asusté...
Aunque el era más alto, y posiblemente, con más fuerza, me miraba con algo de ¿temor? Si, como si estuviera en otro lugar y no alli conmigo-No agradezcas, estoy seguro que si estuvieras en mi lugar, te acercarías como he hecho yo contigo....

No sabía muy bien que le decía, pues me tenía atrapado, con esa aura extraña a su alrededor. Además, de tener ese halo de misterio, yo sabía que el era diferente. Si, a fuerza de toparme con alguien como yo anteriormente, pero no le pregunté. Quizás lo notara como una grosería o algo asi. Mientras el mordía su manzana- de tal manera, que, debo confesarlo, tuve ganas de una también, pero no comía manzanas desde ese día...- me senté a su lado, cruzando una pierna sobre otra, sin dejar de observarlo. Mordisquée el ultimo trozo de mi pan
-Espero, en serio, no estar molestandolo.... por cierto, me llamo Louis, un placer.-Incline mi cabeza un poco, y mis cabellos cayeron sobre mis ojos, pero le sonreí, y despues, estirpe mi mano, esperando que la tomara.

por **Uruha Kouyou** Vie Mar 04, 2011 5:50 pm

No, vete a saber que no seria así, estaba seguro. Uruha no sería capaz de acercarse a alguien que pareciera afligido o, en todo caso, cuando lo decidiese así, probablemente esa persona ya estaría recuperándose por sí misma y todo su esfuerzo sería completamente en vano. Era esa clase de persona, no tenía por qué decirse que era diferente y podría cambiar; pero aun así asintió, recogiendo un poco sus piernas, observando se reojo al joven con el que ahora compartía este pequeño espacio. Asintió porque esa clase de mentira siempre resultaba mucho mejor tanto para quien le miraba como para sí mismo. Engañarse era tonto, pero era muy tonto como para dejar de hacerlo.

Entonces afloro de nuevo aquel instinto que le decía que este sujeto se parecía demasiado a él pero que no tenía nada que ver con que ambos fueran orientales o con sus rasgos limpios y suaves. No, tenía que ver con algo profundo que ronroneaba en su interior esperando a salir a flote. Uruha siempre reprimía ese instinto, el dolor que sintió la ser rechazado, el miedo que vio en los ojos de si prometida hace ya tanto tiempo; todos esos horrores, no pensaba permitírselos de nuevo. Aquel monstruo que tenia dentro, no emergería de nuevo para echarle a perder su vida, el era un humano y así muriese intentándolo, moriría como uno. Súbitamente pareció concentrarse en su interlocutor y asintió a sus palabras, por que en este momento su compañía está bien, ya que se sentía capaz de distraerse por unos momentos de los miedos que le carcomían.

- Disculpadme, -pidió con una pena que rayaba en la vergüenza, dada su actitud temerosa. Bajo la mano de su boca un poco más para dirigirse a él directamente; la fruta iba siendo devorada poco a poco, desapareciendo dentro de su boca mientras a un estaba fresca y lo único que estaba pegajoso eran las puntas de los dedos de su mano izquierda, mientras sostenían el fruto para que su dueño lo devorase. Uruha extendió su mano derecha y estrechó, de forma firme y resuelta, la mano de Louis, saludándolo casi con reconcomio en la mirada. Su nombre, no le parecía nada oriental, puede que se equivocase.- El placer es mío, Louis, soy Uruha, encantado. – hablo con suavidad, pronunciando su nombre de una forma muy suelta y cordial-.

por **Louis J. Bouquet** Jue Mar 24, 2011 6:00 pm

Me sentí aliviado cuando tomo tomo mi mano. Sentir aquel contacto a pesar de aquella mirada, le hacia darse cuenta que aquel hombre era real, y no producto de su imaginación matutina.
De momento no logre entender el porque de esa disculpa. Ya decía yo que cada persona con la que me topaba era tan diferente una de otra, que parecía que buscaba aquellos encuentros selectivamente. Y nada de eso.
Desee saber que era lo que pasaba por sus pensamientos, el por que de esa actitud como si el mundo lo fuera devorar o algo asi,-esa impresión me daba- Fije mi vista un par de segundos en su manzana, en realidad, me gustaba toparme con los que eran como yo, para variar.
¿El sería mascota de alguien O, pensaba como yo lo habia hecho antes "soy humano, y jamás me someteria de tal forma a alguien"
En mi caso, ya no me molestaba en realidad. Es más, hasta disfrutaba siéndolo. Habia aprendido a llevar por veces una doble vida. Sin contar, que como gato, tenía una suerte realmente buena. Era mejor, para mi, estar en esa forma. Podía liberarme de mi yo humano por unos momentos,- fingir, al menos- y convertirme en alguien sin pasado, presente o futuro. Un felino que era y no.
-Que nombre tan lindo. Me gusta, lo recordaré, es diferente a los normales de por estas tierras.... Tienes mucho fuera de casa?
le pregunté, sabiendo que el era claramente de donde yo provenía. Mi nombre pero yo siempre me habia sentido de alli. -Yo nací en Kyoto... y me fui de esa hermosa capital hace ya más de diez años...
Comenté, como si quisiera sacarlo de aquella coraza en la que se metía por momentos

off: lamento tardar la escuela no me dejaba pensarte una buena respuesta. Pero, bueno, aprovecho para decirte que no te preocupes, no te dejaré eltema tirado, tardaré en responder, por que me pones dificiles las cosas uwu! no te quiero responder cualquier cosa, aunque el de hoy me salio un poco corto, pero ya noqueria demorar más

por **Uruha Kouyou** Dom Abr 03, 2011 12:35 pm

Cuando le toco, aquel sentimiento extraño que aquel joven le profesaba se fue haciendo más y más intenso hasta provocarle unas nauseas suaves, pero que subieron por todo su cuerpo. Le soltó con una sutileza algo deferencial hacía él, hacia el momento que le cayó como un balde de agua fría. Acerco algo temeroso, su manzana a su boca y olfateo lo dulce de esta. Sonrió, mordiéndola como en una invitación a relajarse nuevamente. Ahora no podía dejar de verle, ahora solo guiado por el instinto que le invitaba a continuar allí, a averiguar por qué seria esto con el cuándo antes, habiéndose cruzado con un centenar de personas, ninguna le hizo querer detenerse y “observar” en concreto a alguien.

Le escucho y asintió sonrojado, a gusto con que le haya agradado su nombre, ese nombre extraño que no conocía en nadie más. Su procedencia le conf9rmo lo que sus rasgos le decían, peor no resolvían la duda sobre un nombre extranjero. ¿Se lo hubo cambiado? Si es así, debió haber tenido un motivo sumamente fuerte para que aquello ocurriese, dejando de lado su honor, quizás, por su propia vida. Algo muy razonable. La bella capital de Kyoto, el, en cambio, venía de un lugar no tan glorioso, aunque la cercanía con la familia del emperador puede que le diese unos privilegios, decidió abandonar todo para encontrarse a sí mismo.

— No, en realidad son solo unos pocos días lo que llevo fuera… — susurro observándole de reojo. In notarlo, sus labios se abrieron de nuevo, buscando soltar una nueva frase. — Tuve que irme, porque paso algo, que no fui capaz de remediar… — apenas lo soltó se vio el arrepentimiento en su rostro. Nunca hubo querido decir aquello, jamás, pero se aguantó y resistió el deseo de salir de allí de inmediato aunque la tensión se notó. — Soy de Kanagawa. —comento medio forzado, obligándose a hablar, a responderle cuando, sin que se le preguntara algo, se buscaba una información que solo él joven podría dar. Respiro hondo y termino su manzana, mirando a cualquiera que pasara caminando por ahí, solo como una mínima distracción. Estaba bien, se dijo continuamente—.

Spoiler:

por **Louis J. Bouquet** Lun Jun 13, 2011 10:35 pm

Realmente, iba con tiento, pues aquel joven delgado que le sacaba algunos centímetros, tenía un halo particular. Louis se sentía seguro con él, pero… de la misma forma, no sabia que ocurría con su interlocutor. Solo sabia, que su olfato captaba el aroma que despedía el alimento de este.

Se sintió algo más extraño y descolocado cuando notó ese rubor. No era común para el provocar esas expresiones, si no todo lo contrario. Asi mismo, no lo dejo traslucir, y con un pequeño atisbo de sonrisa, mientras acomodaba sus piernas una sobre la otra, atendió a las palabras del castaño. Alzó una ceja unos momentos, hubo querido decirle, que pronto se acostumbraría. Que si, los primeros días, pasan a ritmo aplastante, pero de manera agónicamente veloz, el mismo, se recordó cuando era un chiquillo, y se despertaba las primeras noches, creyendo que estaba en casa. Para descubrir, que su cuerpo tardaba en acostumbrarse a los cambios, y sus sentimientos. Pero no pudo hacerlo, por que el volvió a hablar, y lo que dijo, intrigo al minino que era Louis. Como el extremo escarlata de una bola de estambre.
- Todo… se puede solucionar. -Logró decir. Por que el rostro del chico volvió a sufrir un cambio que incluso lo asusto. Temió seguir indagando sobre aquello… y… ganarse la enemistad de aquel muchacho. Asi que paso saliva e intentó sacar esas palabras y su expresión, acomodando un mechón de cabello tras su oreja, en un gesto delicado, ayudado por sus largos dedos.

Nunca estuve alli… es una pena, supongo. Pero… sé que regresaré. Espero no hacerlo solo… o quizás…. Si regreso, es por que…-Se detuvo. Asi como Uruha habia huido a saber de que de la tierra natal de ambos, el se iría de Europa… solo con el corazón destrozado. Algo cursi y pasteloso, sacado de algun drama, pero… era verdad. Y muy dentro, Louis lo sabia. De nuevo, se detuvo a mirarlo. Si poder evitarlo, posó su mano de manera firme sobre su hombro, acercandose un poco, sin malas intenciones
-oye… en… enserio…. E-estas bien?

por **Uruha Kouyou** Mar Jun 21, 2011 12:37 pm

— Pudiera ser que sí, pero soy yo el que no es capaz de encontrar solución a las cosas. — después de haber dicho aquello, solo le quedaba bajar la cabeza y admitir la derrota, quizás más adelante pudiera despedirse de todo lo negativos que conformaba su pasado y dedicarse nada más a lo bueno, para poder contarlo con alegría en los años venideros. Además, se dio cuenta de que estaba asustando a su compañero y aquello no le hizo mucha gracia. ¿Qué clase de agradecimiento era este si cuando el joven Louis hubo venido a darle un saludo, terminaba poniéndolo en aquel estado? — Lo lamento, te he puesto nervioso. — Se disculpó, observándole de reojo—.

Haciendo una pausa pequeña, recargo su cuerpo contra el tronco del árbol y flexiono las piernas, atrayéndolas para dejar sus brazos en medio, cómodamente sentado en ese pequeño hueco natural que formaba el suelo. El clima no estaba ni frio ni caluroso, se presentaba temblado y cómodo, ideal para llevar las prendas que uno deseara encima y no acalorarse con estas. Observo el paisaje con un aire medio ausente y el toque en su hombro le hizo reaccionar, siguiendo el trayecto del miembro hasta dar con la cara lisa y joven del rubio. El toque no le desagrado y permaneció relajado, volviendo la vista al paisaje poco cambiante.

— Me falta costumbre, supongo. Lo siento. — medio sonrió, intentando no ser apático, antipático o correrle sin querer. — Mi personalidad es así, aunque me gustaría que se asemejara más al yo que intento crearme en realidad. Creo que por eso fue que vine a esta ciudad, a “empezar de nuevo”, como dicen. — Estaba hablando por fin, eso siempre era una buena señal en Uruha, comunicarse le costaba mucho y el intentar hacerlo era como una animación así mismo para abrirse al mundo nuevo que se le presentaba. Y Louis le agradaba, le aprecia alguien sincero que, por ahora mostraba preocupación por él; era justo el responderle como se debía—.

por **Louis J. Bouquet** Mar Jul 05, 2011 12:11 pm

Eso… era verdad, aún cuando el chico se dejara a ese semblante, tan ¿derrotista? Que le daban ganas de rodearlo con sus brazos, y decirle que tuviera más animo, que no estaba mal. Pero seguía ligeramente nervioso, por que el otro constituía un enigma para el. Uno que tenía pensamientos profundos, y, al parecer, heridas por dentro, hondas. Si era el caso, Louis no podía hacer mucho, por que el mismo, no era alguien que, como dijera Uruha, buscara las soluciones por el mismo. El juraba que era por que siempre le salía todo mucho peor, siempre hundiéndose aún más.

Pasó saliva e hizo un movimiento tenue, de negación con su cabeza, sonriendo apenas, puesto que no habia esperado el otro notara esas reacciones. Maldijo ser tan transparente. -No, descuida, es… no tienes de que disculparte

El mundo vivia asi, la gran mayoria solo preocupándose por si mismos, y otros, como yo, daban todo, sin esperar nada a cambio. Aunque ese algo fuera desprecio, primero, por mi condición, segunda, por aquellos a quienes daba mi corazón y por ultimo, y casi risible, que me pisotearan por ser tan buena persona. Esperé que su reacción fuera tan tranquila como el clima que los dioses nos disponían ese día, de lo contrario, me hubiera… yo esperaba cualquier cosa, pero casi pude suspirar aliviado, cuando no se molesto, y por todo lo contrario, incluso, sus palabras eran casi como una pequeña disculpa a sus actos.

Ya, no hay problema. Comprendo lo que dices. Y, bueno, vamos, si lo que quieres es trazar un nuevo camino desde aquí, hazlo desde ahora, vamos, no te limites. Como has dicho. Uno mismo, es quien debe hacerlo. - Se puso de pie y se coloco frente a él, extendiéndole su mano.--Pero, no estas solo. Ven, demos una paseo, disfrutemos de este dia

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