Comiendo con una moneda [Libre]

por **Jazhara Elsbeth** Jue Mar 10, 2011 10:20 pm

Hacía ya tres días que mis tripas resonaban con un eco ensordecedor dentro de mi cuerpo y apenas hacía unos veinte minutos que había tenido la energía para bailar un poco entre mi enfermedad y obtener unas cuantas monedas para comprar algo de comer. Había salido corriendo del campamento de gitanos apretando mis monedas en una de mis manos y con Honey siguiéndome a toda pastilla detrás de mí, estaba consciente de que tenía que comprar algo que fuera lo suficientemente grande para los dos. Tal vez una hogaza de pan calientito o tal vez un par de manzanas. Se me hacía agua la boca tan sólo de pensar en el sabor del pan y el alivio que sentiría mi estómago cuando lo terminara. Tal vez incluso guardara un poco de éste para otro día.

Me detuve al llegar al mercado y dejé que mi cuerpo se abandonara a un ataque de toses que parecía que querían hacer que escupiera mi esqueleto por la boca mientras lloraba del esfuerzo y cuando terminé miré alrededor sintiendo las garritas de Honey en mi pierna para pedirme que lo alzara en brazos, me agaché distraídamente y lo levanté para tomarlo con el brazo de la mano libre y seguí caminando buscando alguien que me vendiera pan o algo de comer sustancioso que pudiera compartir con mi mascota y que además pudiera guardar en una manta para poder comer después. Me dediqué a vagar entre los puestos y la gente esquivando golpes y empujones mientras en mi palma sudada se mantenían las tres monedas que comprarían mi sustento de los próximos tres días. Ya quería que se terminara el invierno, ya quería que se me curara esta tos y ya quería que el sol saliera para poder bailar, ganar dinero y comer todos los días.

por **Ildiko T. Stoner** Vie Mar 11, 2011 4:10 pm

Como todos los días de mercado mis padres me habían enviado a vender los excedentes que habíamos recogido en el campo, pasteles de la mejor calidad posible para una familia de nuestras posibilidades e incluso alguna que otra ropa cosida por mi madre. Estaba ya colocado todo, y comencé a mirar a los posibles clientes que se agolmeraban toqueteando el género.

Gente adinerada en puesto de buena calidad y el pueblo llano en los puesto humildes como el mio. El pan todavía conservaba algo de calor, había venido corriendo todo lo rápido que mis piernas podían a colocarme en el lugar habitual. Siempre me había gustado aquel mercado, era un estallido de olores y colores, sensaciones nuevas y gente muy interesante. Con mis ojos azules recorría la multitud hata que pararon en una pequeña niña de cabellos pelirrojos y acompañada por un gatito. Me acerqué lentamente a ella para que no se asustara, por si acaso y le pregunté con una sonrisa:

- ¿Estás bien pequeña?-me puse de cuclillas y traté de acariciar la cabeza del gato- No tienes muy buena cara...

por **Jazhara Elsbeth** Sáb Mar 12, 2011 4:05 pm

Me hice pequeñita para meterme entre la gente y acercarme rápidamente a los puestos humildes, donde era más probable que alguien como yo pudiera comprar a un buen precio. No buscaba lástima, buscaba un precio justo y comida para echarme al estómago. Iba buscando no sólo con los ojos sino también con el olfato, algo que oliera delicioso y que me durara más de un día, si no era así, sería demasiado placer que se esfumaba demasiado rápido. Me detuve en una encrucijada sintiendo no sólo mis tripas rugir sino también las de Honey e iba a decirle cualquier cosa cuando vi que una persona se acercó a mi. Al principio pensé que no era conmigo pero después, cuando habló, me di cuenta de que si era conmigo. DI un respingo por instinto pero no eché a correr por los pelos, dejé que acariciara a Honey y con la mano cerrada en un puño me quité un mechón de cabello del rostro.

¿A qué se refería con esa pregunta? ¿En serio me veía muy mal? Intenté sonreír pero entre dolor de garganta, dolor de cabeza y mucho frío, yo sólo quería comer algo calientito. Asentí a su pregunta alzando a Honey para que lo viera bien y jalé aire provocando un ataque de tos que duró un buen rato. -Estoy bien, sólo... voy a comprar comida- Era la verdad. Abrí la palma de mi mano frente a ella para que viera las monedas y la cerré casi de inmediato. -Tengo dinero- Lo aclaraba porque ya había escuchado eso de que parecía que iba a robar. Yo no robaba. Nunca había robado. No era algo que yo hiciera.

por **Ildiko T. Stoner** Dom Mar 13, 2011 6:23 am

Me quedé mirando a la pequeña niña que parecía estar asustada mientras acariciaba el suave pelaje de aquel gato que parecía tan hambriento como su pelirroja dueña. Sonreí a la niña sin saber que clase de palabras de aliento decirle, ya que debía ser huerfana, no creo que ninguna madre dejara que su hija tuviera ese aspecto demacrado y devalido que presentaba ella. Cuando fue a hablar un ataque de tos que parecía que fuera a partir su cuerpo la sacudió de arriba a abajo. Me estremecí solo de pensar en lo mal que podría haberlo pasado la niña. Al fin y al cabo yo tampoco podía presumir de poseer una gran fortuna, pero desde luego mis padres se quitarían de comer antes que tenerme a mi pasando hambre, pero no pasaba en todos los hogares, si es que esta niña tenía alguno.

-Ya veo que tienes dinero pequeña, no creí que fueras a robar.-le respondí con una inmensa sonrisa. Parecía ser muy desconfiada y estar muy hambrienta. Me quedé pensando un rato que hacer. Por una parte no quería que me diera ese dinero que posiblemente necesitara mas que mi familia, pero por otro no podía regalarle una de esas hogazas de pan asi por las buenas- Ya sé, ven por aquí pequeña-le dije levantándome y dirigiendome hacia la parte de detrás del pequeño puesto, esperando que me siguiera sin miedo alguno, no pensaba hacerle daño.

por **Jazhara Elsbeth** Lun Mar 14, 2011 6:30 pm

La gente a veces era muy rara, sin siquiera saber tus intenciones, daban por sentado que por tener ropas viejas y sucias y andar en sandalias en invierno eras un ladrón. Si te pones a pensar, ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Es por eso que cuando ella me sonrió y alcancé a ver un destello en los colores de su aura decidí tranquilizarme. Debía aprender a usar eso que podía hacer a mi favor pero siempre terminaba siendo víctima de mis propios impulsos y en el miedo de salir corriendo, se me olvidaba echar un vistazo más allá de las primeras intenciones de las personas. Bajé la vista hacia Honey que se acurrucaba adorablemente mientras lo acariciaban y pensé que cualquiera que fuera bueno con los animales, también debía serlo con los niños. Especialmente niños hambrientos y vestidos con harapos que no tenían mucha pinta de tener algo para comer.

-Buscaba hogazas de pan- Suelto en un pequeño susurro que no me queda demasiado claro si se escucha o no por el nivel de voz que utilicé y porque justo en ese momento me pedía que fuera con ella. ¿Ir con ella para qué? -¿Para cuánto me alcanza? Pregunté esperando que supiera cuánto dinero tenía en la palma de mi mano y que me alcanzara para un buen trozo. Eché un vistazo a sus colores pero todavía era yo una inexperta en esas artes, podía ser que estuviera viendo mal o que ella fuera muy buena en guardar sus sentimientos. Hice una mueca quedándome parada en el mismo lugar mientras ella entraba en el puesto y haciendo acopio de todo mi valor eché a andar tras ella.

Al entrar me impactó el olor a comida que me golpeó la cara, sentí que se me hacía agua la boca y escuché el maullido hambriento de Honey que movía sus patitas arriba y abajo mientras colgaba entre mi brazo y mi barriga. Me llevé una mano al cabello para llevar un mechón que me caía sobre los ojos detrás de la oreja derecha y la observé mientras caminaba. ¿Qué se supone que hacía?

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