Una nevada plagada de luces magistrales (Privado)

por **Zaskya Cassabel** Miér Mar 16, 2011 1:06 am

"Vuestra alma entintará hasta los más bellos rincones si sabéis como convertir vuestros sueños en realidades" murmuré en voz baja mientras caminaba sobre el norte de París tomándome el tiempo necesario de recolectar aromas, conocer gente dedicando sonrisas por dónde pasaba. Mi andar era lento bailando un vals propiamente sobre mi cabeza moviendo los pies al compás andariegos de un violín enzarzándose entre mis piernas y brazos haciéndose cada vez más plausible. Esuchaba la melodía moviendo la cabeza imaginándomela nota por nota, sintiéndola con el corazón puesto en las manos.

Siendo un tanto tachada de locura, no importaba pues era feliz hasta con mi indecisión existencial sobre seguir siendo una humana o convertirme para pasar eternidades a lado de mi padre; el día de hoy no quería preocuparme por nada de ello estaba embelesada por escuchar ese hermoso verso compuesto por pequeños susurros instrumentales. Abrí los ojos de par en par situada en la cima de una pequeña colina pues miles de luces coloridas arrasaban con el paisaje, admiré cada giro que daba la rueda de la fortuna, contemplé las risas a lo lejos y a los niños corriendo de las manos de sus padres.

Ante tal evento, me acerqué un poco más andando despacio sobre el césped tal fue mi sorpresa que a punto de llegar, envuelta entre abrigo y vestido grueso un copo cayó sobre mi guante, levanté la mano para mirarlo de cerca, era un pequeño algodón esponjado, y pronto cayeron más y más. Comencé a girar como niña conforme la nevada fue aumentando de ritmo, caminpe hasta el parque empapada del cabello, me dijeron que no había servicio por la nieve, negando con la cabeza sólo pedí al vigilante me dejara admirar tal cosa. Se había puesto algo dubitatuvo más al final había cedido a mi petición, la rueda seguía moviéndose lentamente y a sus alrededores un carrusel andante giraba, al norte unos columpios dejaban de moverse pues la nieve estaba impidiendo continuar; no me importó, tomé asiento sobre una de las banquitas congelándome pero estupefacta con tal paraje. Entonces, alguien habló a mis espaldas...

por **Vinicius-Valentin Ivasaki** Mar Mar 29, 2011 3:40 pm

¿Qué demonios había pensado Vinicius en arrastrar a Valentin en aquel parque de distracciones?. Intentaba abrir un negocios que requería mucha atención por su parte, sus riquezas iban a aumentar e iban a ser mucho mas respetados que antes. Pero solo para dejar de discutir hizo acto de presencia en aquel parque de diversiones o lo que fuera. Vinicius parecía un crío. Intentaba ligarse, seducir a las mujeres solas o con algún enano de la mano y como todo idiota tiene suerte, lograba hacerse con el número de sus residencias. Eso era algo inmaduro. Demasiado. Valentin no querría formar parte de los idiotas ,como lo era su hermano, por lo tanto lo dejó por cuenta sola. Solo le había comunicado que se verían en casa. Iba a dar unas vueltas y luego pensaba irse a la mansión. Sus pasos masculinos, elegantes y aquella fragancia tan fuerte solía captar las miradas de varias mujeres, chicas o simplemente adolescentes. Pero el no era como su gemelo, no hacía caso a sus miradas y simplemente se limitaba en dirigir sus pasos hacía ninguna parte. Sus ojos, de un color marrón miel , observaban aquellos juegos. Eran divertidos, aunque a el le parecía mucho mas divertido otras cosas diferentes a esas. En la punta de la nariz ,algo minúsculo y frío se posó en la perfecta nariz del ruso. Este con un dedo la tomó, mirándola con una sonrisa amable. Nieve. La amaba. No sentía el frío porque su cuerpo estaba a una temperatura elevada, pero le gustaba jugar con ella.
Justo en el momento que quiso observarla mejor, esta se descompuso de una manera triste. Siguió su camino metiendo ambas manos en los bolsillos de su abrigo, observando como la gente se divertía con aquella nevada.
Se preguntaba donde estaba su hermano. Tal vez había entrado en alguna taberna cercana , sabía de sobras que detestaba todo lo que se llamaba invierno. En su caminata a casa, vio a una chica sola. Sentada , parecía disfrutar de la nieve tanto como el. Con unos pasos silenciosos, se acercó donde estaba , con aquella sonrisa tan dulce en su rostro de facciones masculinas.
Por lo que veo ama la nieve tanto como yo..
Su voz había sonado tranquila , totalmente relajada. Esos eran los pocos efectos que la nieve solía desgastar en el lobo.

por **Zaskya Cassabel** Mar Abr 05, 2011 1:22 am

Los pequeños melocotones ahora caían con más fuerza sobre el parque causando estragos entre los civiles, parecía como si fuese un desastre natural al estar huyendo de un sitio a otro buscando refugio -Bola de....- me quedé callada cuando un copo cayó justamente en mis labios, lo tomé con los dedos admirándolo, sí, las neuronas las tenía completamente congeladas, el resto de mis extremidades estaban en estado catastrófico pues no se movían para ningún lado -Quiero verte parada sin estar morada- murmuró mi necia conciencia haciéndose presente como toda la vida, no me importó, realmente era algo imperdible ver eso. La rueda de la fortuna dio su última vuelta dejando sus luces prenddias alumbrando la mayor parte dle lugar, los amantes se bajaban más enmielados que nada, hice una mueca la respecto negando con la cabeza; me declaraba estar enamorada pero de la naturaleza. el aire libre y yo... podíamos llamarnos uno sólo.

Me distrajo la voz de un joven mientras hundía las botas en la nieve marcando al profundidad, su comentario llamó mi atención haciendo que volteara casi de inmediato, era alto, varonil, agraciado y... cubierto por puntitos blancos en todo su alrededor.

-La verdad, es que quien no la ama no ama al mundo- le dije girándome como pude pues estaba enterrada con los zapatos -Ahora ¿Cómo saldrás?- surgió esta pregunta porque al querer moverme resultó inútil, restándole importancia descubrí que apenas llevaba abrigo este sujeto, también carecía de sentido común ¿Cómo yo? o se le habría olvidado, si era así no tardaría en tartamudear, ponerse... raro en su aspecto justo como lo estaba haciendo yo.

-Me alegra encontrar a alguien compatible con nuestra amiga blanquecina, entinta haciendo un paraíso entre los terrenos más comunes- medité en voz alta tomando un puñito entre mis manos maleándola hasta darle una forma de bolita redonda -Lánzala, lánzala y apostamos por a ver a quién le cae!!!- exclamó mi mente maléfica, la acallé con un tarareo indulgente dedicando una leve sonrisa al hombre.

-Soy Kya- me presenté haciendo una pequeña reverencia con la cabeza, entonces me di cuenta de lo entumida que estaba, ya mis dedos engarrotados pedían auxilio junto con el resto de mi cuerpo.

-Monsieur, ¿Podéis ayudarme a levantar por favor?, la nieve tiene sus desventajas- reí quitándome el gorro para sacudirlo y soplándole viendo los copos integrarse a la naturaleza blanca...

por **Vinicius-Valentin Ivasaki** Dom Abr 10, 2011 6:28 am

El ruso observaba la figura de la joven , analizando su rostro con curiosidad. Unas facciones femeninas, delicadas y tiernas. Al menos a el eso le parecía . Al contrario que su hermano, el no se fijaba en el cuerpo de la mujer tanto como el, desnudándolas con la mirada. Le parecía una falta de educación ante las mujeres que ellos amaban, mujeres que podía dar la vida a criaturas . Cosa que los hombres no podían hacer. Las encontraba fascinantes. No se imaginaba que iba a ser el mundo sin ellas, sinceramente, no sería mundo. Su comentario fue escuchado a la perfección por el ruso, el que esbozaba una sonrisa cómplice, amable , observando como sus pies estaban hundiéndose en la nieve espesa que se había expuesto en todo su resplandor como una alfombra recibiendo a la sociedad mas alta de Paris. No espero a que ella le pidiera ayuda, se había dado cuenta como sus pies estaban hundidos en la nieve, prohibiendo que su cuerpo se moviera .Dio unos pasos hacía ella , hasta estar cerca mientras escuchaba sus comentarios. Estiró sus fuertes brazos ,tomándola de la cadera y sonriendo la levantó con ligereza, como si se tratase de una escultura frágil y ligera. Aun con ella en brazos, comentó sonriendo de medio lado con la sensualidad característica del ruso.
-A mi también me alegra encontrar a alguien que de verdad preste atención a la maravilla blanca..-
Comentó dejándola con la misma suavidad a su lado, donde no había mucha nieve. En pocos minutos se presentó y como era algo normal, el ruso la siguió , presentándose.
-Valentin, Valentin Ivasaki ,un place conocerla Kya –
tomó la mano de la mujer, besando el dorso de la mano con caballerosidad , para luego soltar con ligereza y sonreír amablemente. Ahora, tenía un motivo por quedarse en aquel parque, los negocios podían esperar, una amistad debía de ser regada para crecer, al igual que las plantas. Tomó en sus manos un poco de nieve, moldeando hasta formas un bola redonda . Tal vez debía divertirse un rato y la mujer que apenas había conocido, demostraba un poco de locura. Lo que le faltaba en la vida del ruso sabio, un color mucho mas vivo . Lo lanzó con fuerza sin saber a donde había ido a parar. Solo había escuchado un quejido entre la gente que pasaba por sus lados. Rió divertido ante la situación para luego mirar las manos de la joven. Parecía tener una bola de nieve ,moldeada perfectamente y lista para tirarla hacía algún desconocido.
-Lánzala, haber a quien le cae..-
murmuro travieso con un destello en sus ojos. Un brillo que antes no había aparecido . Tal vez su vida en aquella ciudad iba a ser mucho mas interesante, había conocido personas que valían la pena sus amistades . Gizo un movimiento con la cabeza, en señal de que la lanzara y ver el resultado .

por **Zaskya Cassabel** Mar Abr 12, 2011 1:42 am

Cual pluma me sacó del embrollo "neval" en que estaba envuelta agradecí el hecho de poder sentir mis pies nuevamente al menos tenía esa idea en la cabeza -Ains... pero si no estoy tan esquelética, bueno, he comprobado que sí- se lamentó mi subconsiente escuchando el nombre del chico que se presentaba como Valentín, sus labios estaban bastante más tibios para esas temperaturas esquimales. Me vino a la mente por un momento la vida quizá en la Antártida plagadas de morsas, focas con los iglúes como una forma de vida cotidiana.

-Mucho gusto monseiur Valentin- argumenté haciendo una leve reverencia cuando mi mano regresó a lado de mi costado con suma educación -Esa ni tú te la crees- murmuró mi cabeza burlona, mientras recuperaba la compostura de sentir hasta la punta del cabello estar congelada. Mirando como tomaba una bola de nuestra compañera debatirse entre sus manos formando un círculo casi perfecto lanzándolo al aire libre nada más se escucharon los maldichos por la persona a quién le había caído, combinado con una expresión leve de dolor, no pude aguantarme soltando una pequeña risita.

Antojadiza, arremedé el acto del chico tomando entre mis manos sin guantes un montón de nieve, me apuré a amoldarla pues pronto terminaría con los dedos amoratados; miré a Valentín que me indicaba la lanzara a ver si algún desafortunado corría con la suerte de ser atacado por las bolas de nieves. Soplé deséandole suerte mirando a una pareja en pleno beso, calculé bien la distancia aventándola cayéndole exactamente a la chica.

-Si!- exclamé saltando con pequeños grititos de victoria, noté de nuevo y eran ellos encaminándose hasta dónde estábamos nosotros, me agaché jalando de la mano al hombre como niña pequeña después de haber hecho una travesura esperando no ser castigada.

-Hey, mira!- le incité mientras sacaba los guantes de mi bolso, ahora más protegida tomé un pedazo más grande lanzándolo a los dos que venían a nuestro encuentro, una nueva lista de palabrerías salíó a relucir, de mi lado una carcajada brotó haciendo que tapase mi estómago para calmarme; parándome casi de inmediato comencé a correr buscando algún sitio dónde pasáramos desapercibidos -¿Crees que con ese abrigo chillón saldrás invicta?- preguntó mi subconsiente viéndose estrafalaria pues mi tapador era de un color celeste notándose bastante entre la nieve.

-Oh, oh creo que tendremos problemas- le dije mirándolo sin parar de reír, tomé una nueva bola lanzándosela a la cabeza al hombre ya rojo de coraje -Vamos! no se ponga así mejor disfute!- le grité mirando una rampa formada por los copos, me dejé resbalar rodando cuan larga era hacia abajo hundiéndome cuando llegué al final, logré pararme toda cubierta ahora pero le hice la seña al chico para que pudiese el también desaparecer.

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