Sombras entre luces +18 (PRIVADO)

por **Isis Osweder** Vie Jul 12, 2013 7:12 pm

Las rosas son rojas…y el corazón de un vampiro es negro
Como polvo del desierto, que el sol calienta a fuego lento.

La noche llega lenta muy lenta casi como si aquel al que los mortales veneran les evitase cruzarse con los hijos de los infiernos y su pecados ¡ay de esta corrupta vida de seres que buscan satisfacer los bajos instintos! Que pleitesía se rinde a los hijos de la oscuridad que con un solo guiño o sonrisa van dejando tras su paso un apila de asaltos y sin vida. El sol se extingue en el horizonte, la oscuridad comienza a abrir la ciudad preparando a su paso el despertar a cada hora de aquellos seres sin vida y sin luz, aquellos seres amados y temidos a la vez, amados por su eterna belleza y temidos por aquellos colmillos que causan dolencias y excitaciones impúdicas.

Hombres y mujeres engalanan los delitos más atroces, mortales que buscan un ápice cambiar sus patéticas vidas por unas más excitantes… ¿Qué es más excitante? Lo prohibido, lo forzoso, lo cruel…eso es lo que hace a un ser de la noche que su sangre hierva con fervor ¡ambrosía divina de pecado déjame tocar tus puertas!
Arrebatar la vida de alguien o hacer que alguien sea un muñeco asido a la diversión pecaminosa es la llama de cualquier pasión, y esas pasiones desatas se pueden volver un peligro en cierto punto…Entre un largo letargo de sueño diurno una mujer cubierta con finas telas y un cuerpo digno de tentaciones profanas, se levanta, pero su despertar es diferente, pues aquellas telas tienen manchas de sangre y al pie de la cama un cuerpo semi desnudo de un hombre yace frio y con los ojos en blanco, sus finas piernas casi lo tocan pero a penas, cuando se levanta y dirige al cuarto de baño, con una mirada anuncia a su criado sobre el occiso, el cual desaparece cuando la mujer sale de su baño con aroma a flores de loto dejando la muerte de lado.

El vuelo de un vestido negro algo descotado y unos tacones el mismo color pero con unos labios carmesíes y esos ojos grises, la dama se dirige a su carruaje para salir. Llega a la ciudad y en vez de tomar un rumbo prefiere caminar por la plaza, a ver que placeres se pueden encontrar, al final nunca se sabe cómo se termina algo que comienza con la expectativa baja.

Una pareja, dos, o tres…por ahí van las mujeres con sus amistades y los chismes del momento, cada mente muestra algo delicioso para torturarles, al cerrar los ojos la mujer escucha aquellas mentes y deseos ocultos y perversos con matices pervertidos ¡si eso está bien, un humano bajo mis manos y sobre todo bajo mis habilidades! Ese pensamiento fugaz y la mirada alrededor de las presas, cada una más accesible a la otra, pero eh ahí el dilema, para que buscar una presa fácil si lo que se necesita es sangre excitada y extasiada y esa son las presas difíciles.

Clase alta, baja o media, una idea cruza, buscar esas hombres o mujeres fáciles de la vida y explotar sus instintos, será su experimento y de paso será una nueva sensación para ambas, pero ¿quién podría aceptar aquel reto de juegos mentales y macabros de una mente oscura?

por **Aemon** Sáb Ene 04, 2014 12:18 pm

De nuevo la luna coronaba la ciudad de París. Tan redonda, brillante y mágica como la noche anterior. Era la hora de las bestias, como solía decirse, aunque en esta ciudad aquello tenía un significado bastante más real. Vampiros, licántropos y mentes perversas se movían por los callejones de la ciudad en busca de saciar sus más bajos instintos y yo no era menos. Esta noche necesitaba algo, aparte del simple sexo, necesitaba jugar y divertirme, follar sin ser por trabajo. Sí, en cierto modo buscaba un rollo de una noche... o dos.

Buscaba a alguien que no pareciese dispuesto a aceptarme en un primer momento. Evitaba a aquellos vampiros que se pavoneaban de ello y a los humanos, como yo, en los que la lujuria bailaba en sus pupilas. Vi llegar un carruaje y de él bajar a una preciosa mujer vestida de negro. Tenía un buen escote y unos tacones negros, como el vestido, que realzaban su figura. No negaré que se me puso dura solo con verla pero supe que ella buscaba algo y precisamente eso no era lo que quería, aunque había algo en ella que me gustaba, algo que me decía que esa noche, u otra, acabaría entre sus manos... o sus piernas.

Me quedé mirándola unos segundos, esperando, incosncientemente, que se fijara en mí antes de seguir mi camino. Tenía claro que en la calle solo encontraría en cada callejón a un ser cada mes más perverso y lujurioso así que caminé por el centro de la calle en busca de algún alma perdida y no tardé en encontrarla. Era una mujer perfecta y parecía poseer un aura alrededor que la hacía especial a pesar del ambiente sórdido de alrededor. No sé si lo hice por follar, por protegerla o porque la noche me lo ordenó, pero me acerqué a ella con paso rápido.

Sin querer queriendo choqué contra ella por detrás, tratando de no hacerle ningún daño, siquiera hacerle perder el equilibrio, pero para tener una excusa para hablar con ella.- "Perdón, debería ir con más cuidado. ¿Se encuentra bien?" -La miré e hice como que le quitaba polvo de los hombros y le colocaba un poco la ropa.- "Espero no haberle causado ninguna molestia. Me llamó Aemon. Si puedo hacer algo por compensarle..." -Dije agachándome para coger una bolsa que se le había caido por el leve empujón metiendo todo dentro.

por **Julyne/Sebak Worthing** Jue Feb 13, 2014 4:09 am

Una noche más entre tantas a las que tenía que hacer lo que mi hermano Sebak quería, el estar en los negocios de nuestro padre, tenía que viajar a Londres para estar a su lado mientras el se divertía en Paris ¡já ni soñando eso!, convencí a mi padre de que la mejor ayuda sería mi bastardo hermano como “hombre de la casa” luego de unos meses fue enviado a Londres, ahora que me he quedado sola en Francia comienza mi diversión.

Salgo aquella noche sola, sin acompañante ni nada esperando tener algo de diversión mal sana por el lugar, la mirada iba y venía a hombres y mujeres, no soy de escoger un lado ¿para qué? Si se puede disfrutar de los dos a la vez, entre mis pasos me llevan al centro de la ciudad, quizás en un bar o restaurante algo se pueda levantar, uno nunca sabe que se puede topar a la vuelta de la esquina. Con una sonrisita voy caminando lento, una mujer me llama la atención, cabellos castaños y una mirada algo diferente, verla me envuelve tanto que no controlo mis pasos llevándome a tropezar con alguien ¡tonta de mí! Mi mente me castiga, un joven atractivo de mirada seductora y una presencia muy lujuriosa, la pregunta era sería la misma Juls de siempre o me dejaría como una doncella ¿por qué no las dos?.

Dejé que limpiara mi vestido acercándome más a él sonriéndole –Vaya que caballeroso, aunque creo que el que debería tener cuidado es otro, no es así- estiré mi mano delicadamente para que el la tomara, todo el gesto de educación de la clase alta –Mucho gusto Aemon, Julyne Worthing pero puedes decirme Juls si gustas claro- aquellas palabras las deje en un tono muy sensual y coqueto seguido con un guiño, mi zurda recorrió el escote de mi vestido lentamente tocando a duras penas la piel de mis pechos expuestos por la ceñida tela que hacía que se notaran más.

-Bueno quizás si puedas ayudarme, ando algo aburrida esta noche, tu sabes una dama se aburre fácilmente de compras extrañas y bueno compré una lencería que no sé cómo me queda y me gustaría que alguien me dijese si me realza y favorece a mi figura esta lencería, y que mejor que la opinión imparcial de un hombre como tú- la sonrisita típica de todo coqueteo pero esta vez con un matiz de diversión mal sana oculta tras los ojos, mientras alejo mis pasos de él –A menos que tengas algo mejor que hacer o a alguien que ver, claro eso es discutible, tienes algún lugar donde pueda mostrarte la lencería, porque no creo que aquí en la calle deba hacerlo, donde quedaría mi reputación de lady- una risa algo jocosa deja en tono la diversión que me estaba pasando con aquel sujeto que al parecer no era inmune a los encantos de la mujer

Off: disculpa la tardanza, y será con Juls hasta que vea como meter de nuevo a Isis Razz

por **Aemon** Mar Feb 18, 2014 12:01 pm

No pude sino besar su mano aguantando la risa como pudiese. Besé el dorso de tan delicada mano, mirándola a los ojos.- "Un placer, señorita Worthing, y no dudaré en llamarla Juls si así me lo permite." -Aquellas palabras salieron de mis labios mientras mi espalda volvía a ponerse derecha. Era una belleza de mujer y encima parecía buscar guerra. Esos guiños, esa sensualidad de acto y palabra, no eran normales en una joven normal y corriente. Casi me esperaba un sopapo o un tímido "gracias" antes de verla desaparecer en la noche. Lo que ocurrió, o lo que escuché, mejor dicho, me dejó en el sitio con una enorme sonrisa. ¿Me estaría metiendo en la boca del lobo o era mi noche de suerte?

Decidí seguir su juego con una sonrisa pícara y una mirada directa.- "Dudo que alguien se quejase de ver un cuerpo como el suyo en lencería, Juls." -En ese momento me di cuenta de que me estaba tuteando desde el principio y decidí tutearla también pues era más fácil para mí y más acorde a nuestras palabras.- "Un cuerpo así no debería ocultarse tras capas y capas de ropajes. Por otro lado, me considero un experto en como queda la lencería en el cuerpo femenino pero tampoco quiero que pienses que soy un aprovechado." -Aunque realmente daba igual debido a la forma con la que ella había "atacado".- "Te invito a un trago y luego podemos o pedir una habitación o ir a casa de uno de los dos para un desfile privado." -Sopesé la bolsa que le había recogido del suelo.- "No parece que aquí haya solo un modelito." -Reí guiñándole un ojo. Pintaba muy bien la noche.

Le ofrecí el brazo cargando yo con la bolsa.- "¿Y bien? ¿Qué me dices?" -Estaba deseando llegar a alguna habitación. Me daba igual que fuese de la taberna que había ante nosotros, de su casa/hotel o de la mía pero quería ver como le quedaba aquella lencería cuanto antes. De pronto recordé a aquella mujer del carruaje y deseé que se uniese a nosotros pero aquello ya era soñar demasiado... aunque quien sabe. Esa noche parecía que la suerte estaba de mi lado así que miré de reojo a ver si la veía. Volví a girarme hacia ella con una sonrisa.- "Prometo ser completamente crítico y decir lo que pienso. Aunque bueno, tengo una idea para que sepas que no miento." -Y esa idea estaba en mi entrepierna. Aquello no podía fallar. Si me gustaba ella podría verlo y sino también. Aunque echandole un par de miraditas sabía que me gustaría todo.- "Y por su reputación de lady tranquila. Soy... discreto para lo que me interesa." -Le susurré al oido antes de besar su mejilla, acompañándola hacia la taberna a no ser que ella quisiese ir a otro sitio.

Off: No te preocupes, más suelo tardar yo xD Y por lo de Isis tranquila, lo entiendo perfectamente Very Happy

por **Julyne/Sebak Worthing** Sáb Mar 15, 2014 1:33 am

Directo, no hay nada más que disfrute que las personas que son directas, para que andar con rodeos cuando la mirada dice todo lo que los cuerpos desean y eso es lo mejor, ya que así se evita las típicas frasecitas inocentonas y las actitudes mojigatas de cuentos de princesas que no van para nada en lo que se pinta en las oscuridades de la sociedad, así que hay que aprovechar el tiempo, gastarlo significar perder dinero y dinero es poder, el poder de los Worthing llegar al punto que le gustan con sus juegos de lujuria y perdición.

La Worthing miró al hombre descaradamente mordiéndose el labio, dejó que llevara su bolsa con ropa a lo que respondió con una sonrisa tomándole del brazo completamente haciendo que roce un poco la parte de su pecho pronunciado y realzado gracias a la magia de los corsés de la época, con una sonrisa sentenció que aceptaba caminar con él –Y donde podría ser, mi casa queda muy lejos y si te vieran llegar enseguida correrían chismes y más porque demorarías en mi habitación por días, así que lo dejaré en tu- bajo la mirada justo a la entrepierna del joven rozando la punta de su lengua a su labio superior, todo en un doble sentido –En tus manos, que estoy segura sabrás correctamente lo que hacen- caminó junto al joven mirando a la gente que los vea censuradamente y una mujer en un carruaje que llamó la atención de los dos, Juls solo respondió con una sonrisa enarcando una ceja, muy divertida y seductora como ella.

-Vaya no esperaba menos de un caballero como tú, que sea crítico y que le guste salvaguardar la reputación de una dama- en eso, se plantó encarando al joven, tomo entre sus manos el rostro de él y con un beso que hizo que las miradas de hombres y mujeres fueran a ellos en rechazo y admiración, persignándose como santurrones, la lengua de ella invadió la boca ajena entrando para buscar a su gemela tocándose, danzando lentamente, sus labios los separo de los de él pero su lengua seguía tocando la ajena, un deseo carnal, seductor y peligroso, se relamió los labios con lentitud probando el aliento del joven sobre los suyos, acercándose ahora al oído de él susurrando muy sugerentemente –Te confieso algo, me importa en lo más mínimo mi reputación, no me conocen y donde me conocen, ya saben de mí y no les importa, porque saben lo que pasaría- tomó con su lengua el lóbulo de él para tirar con sus dientes suavemente aquella carnosidad, se separó de él completamente simulando que se arreglaba el vestido caminando hasta el hotel, volviendo a recuperar su imagen de “lady de sociedad”.

-Vas a venir o te quedarás ahí- le guiña el ojo avanzando hacia la calle iluminada con sus ojos azules puestos en el Hotel de la ciudad –No me apetece que me aprendan, esta noche, quizás otra y en algo más acogedor e íntimo para que otra persona podría unirse- un susurro que Julyne estaba segura que la mujer del carruaje que paso mirándoles tomaría en cuenta, conocía bien a los de la clase de ella, muchos de los socios de su padre eran de esa clase y ella ya había tenido varios encuentros con ellos.

por **Aemon** Miér Mayo 28, 2014 10:52 am

Seguía con la bolsa al brazo, esa bolsa que contenía varias prendas que me hacían saber que no sería un mal día, o noche mejor dicho. No perdí detalle de sus palabras o de la forma en que miraba mi erección, ni siquiera en como se lamió los labios al hacerlo. ¿Cómo sería tener esos labios alrededor de la polla, subiendo y bajando al ritmo de mis caderas?. Y, ¿por qué preguntármelo si seguramente dentro de poco lo sabría tal y como avanzaba la noche? Solo tenía que dejarme llevar y descubrirlo. No sabría como decirlo pero sentía que esa noche noche iba a pasar algo bueno entre los dos; y donde caben dos, caben tres pues notaba un cosquilleo en la nuca que me hacía pensar en la mujer del carruaje. Quien sabe... quizás la noche acabase mejor de lo que había empezado.

Hasta hora todo era como me esperaba al verla pero lo que no me esperaba para nada fue lo que aconteció a continuación. Tardé un segundo en reaccionar a ese beso pero en cuanto lo hice no dudé en seguirlo con ganas, rodeándole la cintura con el brazo libre para profundizar el beso, deslizando la lengua dentro de su boca y mordisqueando sus labios cuando era oportuno. Esperaba que la mujer del carruaje lo viese, no sabía porque pensaba en ella ahora, pero así era. Solo podía pensar en que tener a aquellas dos mujeres en una sola noche debía de ser deseo de la mayoría de los hombres y muchas mujeres. Enredé la lengua alrededor de la suya cuando los labios se separaron y ni siquiera me fijé en las miradas y las palabras de los demás. Estaba acostumbrado a todo aquello y me resbalaba, había aprendido a apreciar lo que tenía delante y no lo que me rodeaba a no ser que fuese importante, y ahora solo me importaba esa mujer.- "Me gusta que sea así" -Confesé sobre su confesión, confesando que esa noche pensaba jugar con ella como dejar que ella jugase conmigo.

No tenía porque responder a su pregunta con palabras así que simplemente me puse en camino tras ella, con la bolsa en la mano y viendo hacia donde nos dirigía. Sin pensarlo mucho más, me acerqué a ella por detrás, rodeándole la cintura con los brazos y dejando que sintiese cierto bulto entre sus nalgas.- "Esta noche solo yo voy a apresarte entre mis brazos..." -Susurré a su oido antes de mirar hacia el carruaje sonriendo. La solté despacio para ponerme a su lado y sonreír.- "No sabes las ganas que tengo de que me hagas ese pase privado." -Le guiñé un ojo y dejé que me guiase por el Hotel hasta donde pensase llevarme.

Off: Perdona el retraso u.u

por **Julyne/Sebak Worthing** Miér Jul 16, 2014 11:35 pm

La mujer no se cortó al contrario al sentirse una presa, como ya hace años no se sentía así una presa dispuesta a dar pelea y dejarse devorar en el campo de batalla que era una cama con sábanas mojadas de tanto sudor y gritos dejando que todo crezca entre los dos, tal como algo que sentí entre sus nalgas lo que le llevo a pegar esas caderas a las de él moviéndolas como una serpiente tan sinuosamente que provocó un gemido en sus rosados labios y un creciente y acalorada sensación húmeda

Las palabras sobraban y ya era hora de mostrar los hechos y realidades, comprobar si todas las palabras valdrían al final hasta que el sol los tenga que apartar para siempre, aunque deseo que al menos en su noche una mujer también fuera su plato fuerte pero eso quizás fuera demasiado pedir al a providencia de los infiernos, aunque al menos se contentaría con dejar exhausto a aquel sujeto que tenía unos ojos que me enviciaban en lujurias nunca antes deseadas para Worthing, lo quería tener de todas las formas posibles pensadas y las menos pensadas.

Con las manos tomadas lo condujo hasta el hotel con la promesa de diversión pero antes de dejar aquel parque donde se conocieron la mirada de la mujer fue a un carruaje que había estado ahí parado toda la noche con las cortinillas medio cerradas como si alguien estuviera ahí admirando el paisaje o a las personas pasar algo que le hizo desear que fuera a ellos y que fuera una mujer para que así su mayor deseo se volviera realidad.

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