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por **Yohann V.Wood** Jue Mar 17, 2011 2:11 pm

¿Es por aqui?

-Pregunto con mas tranquilidad que de costumbre pues para Yohann el estar con la naturaleza asi tambien como con quien deseaba era mas grato para el que si se hubiera tenido que quedar un minuto mas en el hervidero que era Paris, muchos le preguntaban que si no le gustaba Paris ¿que hacia alli? pero se equivocaban en una cosa, no era que odiase Paris sino que las personas no le eran del todo de su agrado como era ya habitual en él. Por eso habia escogido a Milenka como su unica sirviente porque ella era igual de independiente que lo era él, tenia respeto a los gitanos despues de todo ellos le acogieron en alguna que otra ocasion asi que convivian con tranquilidad.

Planeo mirar al sol pero sabia que era otra estupidez mas de la nostalgia humana que le recorria, despues de todo por mucho que odiase a los humanos, el tambien era uno de ellos...le habia pedido que le llevase a una zona boscosa que solo ella conociera aunque era mucho pedir pero por lo menos no tendria que encontrarse con las personas que menos le gustaban, los vagaundos eran como de su familia porque desde pequeño se habia casi criado con ellos pero despues empezo a simplemente odiarles por su debilidad.

Llevaba una camisa blanca, ancha que llegaba hasta sus caderas volviendo a potenciar el que sus 21 años pareciesen en verdad 19, incluso 18 si se le miraba de una perspectiva un tanto extraña...ahogo su siguiente frase en un momento de respiracion...la humedad de las hojas, el movimiento de los arboles que les advertian que entraban a un terreno hostil le estaba siendo del todo agradable incluso exponiendo en su interior una mezcla de emocion exotica que pocas veces habia llegado a conocer, queria salir del mundo sin salir de él ¿que mejor lugar existia para aquello que el bosque?-

por **Milenka V. Kircher** Sáb Mar 26, 2011 1:15 pm

El señor Wood había resultado ser un buen amo, hasta ahora me había tratado con respeto, cosa poca esperada tanto de mi parte como de la kampania, todos decían que me trataría como una mascota, alguien inferior por mi estatus social, pero realmente me sentía cómoda en el trabajo, ahora mas que una fuente de ingresos también lo sentía como una forma de despejarme de lo que conocía.

Aquel día el me pidió llevarlo a un lugar boscoso, alejado, yo conocía el lugar perfecto, un lugar al que usalmente utilizaba como refugio personal, consideré que mostrarle aquel lugar sería una especie de agradecimiento por haberme recibido, ¿Qué se le puede dar a un hombre que tiene todo cuanto desea? Un santuario, un poco de paz, eso no es algo que fácilmente se pueda comprar. -Sí señor, es por aquí.- Contesté con sumo respeto esperando no haber cometído ningún error linguistico en mi respuesta. Ultimamente debía intentar esconder mi idioma, pues me informaron de que proximamente podría ser castigado por la ley el hablar romaní en público e ir a la carcel era lo último que deseaba.

Caminaba detrás de mi amo, mirando el suelo y sin decir nada. Miraba al suelo porque una mujer de la kampania me indicó que nunca debo ver al amo a los ojos o sería considerado una falta de respeto, no sabía que tan cierto era eso pero preferí seguir el consejo para evitar problemas. Evitaba hablar por dos razones, una era el hecho de que no dominaba del todo el lenguaje y no podía habar el romaní por problemas legas y porque el no me comprendería y la otra razón era que no hacía ninguna falta el que yo hablara.

Lo miraba algunas veces sin que lo notara, lucía tan jóven, a pesar de ser un año mayor a mi, me daba la impresión de que el lucía en mejor estado que yo, cosa que inevitablemente hería mi vanidad como mujer.

Al estar en el lugar, yo mantuve mi postura detrás de el mientras el admiraba el panorama, yo hacía lo mismo con una sonrisa, y en una de mis discretas miradas a esu persona quise comprobar si la naturaleza que nos rodeaba era de su agrado, como alguien que espera la reacción de una persona al abrir el envoltorio del regalo que le han comprado.

por **Yohann V.Wood** Vie Abr 01, 2011 6:12 am

Yohann. Puedes llamarme Yohann ya te dije que no soy de los que tratan mal a las personas solamente porque son gitanos.

-Milenka desde un principio actuaba como alguien con un rango inferior al de Yohann era cierto que la mayor parte de los sirvientes de todo el mundo actuaba de ese modo especialmente los que eran gitanos pero a Yohann no le interesaban los modales o que se comportase de aquella manera, el queria alguien que no dudase de ser quien es, que en algun momento le replicase porque habia hecho algo mal pero especialmente que fuera independiente en todo momento.

La experiencia le habia mostrado que las sirvientas eran como un grano en el trasero, cuando estaba en las fiestas algunas mujeres le seguian mientras que otras le hablaban en todo momento del dolor que sentian al no poder ser libres, cosas de ese estilo que solo parecian suceder cuando estaba en aquel mundo pero ahora, el mundo habia desaparecido para dar lugar a una especie de agradable aroma. Continuó caminando dejando que su mirada se fuera al suelo y como sus zapatos se estaban ensiciando con el barro.

No era de los que apreciaban mas sus ropas y sus bienes ante todo, preferia decir que la ropa podia limpiarse y que sino, se tiraba y se compraba otra aunque tambien le habia pedido a Milenka que si queria unos beneficios extra podria traerle ropa de sus mujeres gitanas o de quien conociese para darle el 50% y el 50% a las gitanas, Yohann sabia cocinar, coser, planchar, por eso se repartian las tareas con Milenka aunque en ocasiones varias le habia visto discutir acerca de ese modo de actuar que tenia Yohann-

No se que te habrán dicho de los amos, que tendremos tentaculos seguramente porque poco o nada te acercas a mi

-Se paro en seco ladeando el rostro cuando admiró a los ojos a la joven, justo cuando ella le estaba mirando a los ojos era como un encuentro en donde al principio no te dabas cuenta pero mas adelante al pasar de los segundos una mirada te sorprendia, en este caso le habia sorprendido pero para bien porque habia pensado que ella mantendria el rostro agachado como de costumbre, sonrió, tan suave que apenas se notaba pero podia asegurar que habia sido una sonrisa lo que habia entrado en su rostro para inclinar el rostro con una señal de aprecio mientras decia-

Es muy hermoso este lugar

por **Milenka V. Kircher** Dom Abr 24, 2011 5:20 pm

Me sentí bien en el interior, sentía que había hecho algo bueno por alguien, un pensamiento un poco ingenuo e infantil si se analiza bien, pero en el momento me sentía a gusto. Pocas veces recibía ese tipo de recomepnsas, con mi abuela, no importaba que tanto me esforzara, para ella nunca era suficiente, pedía mas, exigía, gritaba, me hacía sentir inferior.

Después de las últimas palabras del señor Wood, me invadió la confianza, el siempre me había intentado hacer sentir bien, incluso a su nivel, y a pesar de eso yo me mantenía con el perfil bajo, como una sombra que lo sigue a todas partes, un fantasma que aún no aprende a materializarse para ser visto o escuchado...

-Me han enseñado a ser casi invisible para los amos. Usted ha luchado para tener lo que tiene y por tener un lugar en la sociedad, tiene casi la misma edad que yo, lo que dice que yo no he hecho mucho por mi cuenta, por eso mi respeto hacia usted es, bolche...grande, eso, grande. Evito hablarle mucho ya que siento que debe tener la mente ocupada pensando en cosas mejores como para interrumpirlo con mis banalidades...-

Mi pequeño discurso salió mejor de lo esperado, hablé bastante lento, tomandome mi tiempo para encontrar las palabras adecuadas. Intenté mantener mi mirada fija sobre la suya, pero casi al comenzar a hablar nuevamente la posé sobre el suelo, solo para mirarlo de nuevo durante mis últimas seis palabras. Adopté una postura un poco nerviosa, le había, podía ver las miradas reprochadoras de las mujeres de la kampania que me habían advertido y enseñado como debía comportarme. Preferí expresarme antes de continuar viviendo en silencio.

por **Yohann V.Wood** Lun Mayo 02, 2011 6:31 am

-Mientras se dedicaba a mirar al cielo metia las manos en los bolsillos asegurandose que el frescos del bosque llegaba a sus sentidos, ella estaba hablando refiriendose a que Yohann era grande y habia luchado, no era del todo cierto pero tampoco era del todo mentira ya que él no habia luchado siquiera un poco por lograr lo que tenía habia sido la herencia de un asesino lo que tenia ahora entre sus garras gastándolo como a el le convenía, a la herencia del asesino se le sumaba la del pariente que habia intentado manejarle pero Yohann le dio tantos quebraderos de cabeza que murió de un ataque al corazón-

Si los grandes no pudieran hablar con alguien morirían, los humanos por naturaleza gustan de conversar y estar con otras personas, si un rey no tuviera a sus discipulos, consejeros e incluso a sus sirvientes seria solitario pero tu ya eres grande, eres mi sirvienta, eso te convierte automaticamente en alguien importante para la sociedad no solo en una mera gitana

-Le miró a los ojos acercandose a ella consiguiendo despeinar ligeramente sus cabellos con una suave sonrisa de sus labios, Yohann era uno de los demonios extranjeros de Paris que guardaban la posicion al margen tambien incluso tenia el rostro hieratico cuando se trataba de conocer a otras personas lo que obligaba a los demás a simplemente ignorarle, odiarle u a temerle debido a su fortuna, no se movia en los circulos sociales asi que la gente no podía presumir de que habia conseguido dinero prestado, no tenia deseos en ninguna niña rica que pasara por su lado lo que facilitaba que las madres que deseaban su fortuna le rechazasen como principal candidato. Tenia dinero porque daba favores a cambio de intereses, algunos no los cobraba otros no tardaba ni medio día en pedirlos asi era el caracter extraño de Yohann-

Debes aprender a vivir, debes aprender a ser tu misma y no como te digan los demás, las mentiras son escurridizas si te dicen una cosa haz otra pero finge que les has hecho caso

-Siguió caminando, volviendo a tener las manos trás la espalda mientras se encontró directamente con unas piedras y un campo de flores, antiguamente iria a el pisando las flores una a una apretandolas entre sus manos y matando a los insectos que habia por alli. Pero habia cambiado ahora lo suficiente como para fijarse un poco más en lo hermoso que era este campo de flores y para no dejarse engañar demasiado por los instintos del pasado-

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