¿Una señorita? (Uriel)

por **Duna Di Bello** Mar Mar 22, 2011 5:55 pm

Otra noche en la que me escapaba del castillo para pasear por los lugares más transitados de la ciudad. Para mí la diversión no estaba en los sitios de encuentro de la alta sociedad si no en los lugares de clase baja y media. Donde la gente danzaba, bebía y jugaba. Donde los placeres más ocultos se desvelaban como la luna en una noche despejada.
Con mi atuendo para pasar desapercibida ( un vestido viejo y una capa que cubría mi cabeza) cabalgué hasta la taberna donde entré con una sonrisa.
Sabía que era distinta a la gente de mi categoría a ellos les parecería vergonzoso mezclarse con la gente que yo admiraba pero poco me importaba lo que pensasen. Ya en Milán me gané una mala reputación , posiblemente fuese casi imposible no seguir el mismo camino.
Un hombre estaba importunando a una señorita que parecía prostituta , otros jugaban a algún tipo de juego en una mesa y muchos bebía entre risas y bailes.
Me senté en uno de los taburetes y pedí a la camarera robusta y con rostro seco lo que deseaba.
- Un ron, por favor.- la señora alzó una ceja mirándome con desprecio pero un rato después volvió con mi botella. Bueno, no es que no acostumbrara a beber pero con menos de la mitad de aquella botella perdería la coherencia que tenía.
Suspiré mientras observaba a esa gente. A veces tenía la sensación de que ellos eran mas felices que cualquier conde o Lady.

por Invitado Mar Mar 22, 2011 7:11 pm

Una noche despejada y tranquila, aún así, el frío amenazaba las calles de la bella París, por lo que Uriel tomó cartas en el asunto adentrándose en una taberna que por aquellos lugares se solían frecuentar por todo tipo de personas. Al entrar el chico observó la gente que se ubicaban en aquel establecimiento, gente riendo, bebiendo, bailando y jugando. Una sonrisa se escapó de los labios del chico cuando se sentó apartado de la gente, en un rincón, solo, habiendo pedido ya un tequila. Todo seguía tranquilo, hasta que algo había llamado la atención del cambia-formas, una muchacha con una vestimenta oscura y con la cabeza tapada, quedó mirándola cuando ella se giró y lo miró de paso, éste apartó su mirada rápidamente sin posibilidad que ella sospechara de que el muchacho la había estado observando, pero de vez en cuando, él la miraba de reojo entre trago y trago.

por **Duna Di Bello** Miér Mar 23, 2011 2:16 am

Tenía la sensación de que alguien me observaba desde algún punto en esa atestada taberna. Me volví incomodada por aquella sensación buscando a la persona que me observaba dándome cuenta de que dos personas estaban manteniendo sexo encima de una de las mesas de la taberna como si ésta fuese un burdel. Aparté la mirada con rapidez un poco incómoda por la situación.
Un grupo de hombres ya mayores cuchilleaban algo sobre mí entre risas, se podía notar que iban más bebidos de lo normal. Suspiré y miré en otra dirección.
Un apuesto joven se sentaba en un ricón de aquella taberna, solitario.
El misterio de aquel joven me hacían desear saber qué hacía en una taberna a esas horas de la noche y sólo. Aunque cualquiera que frecuentase ese lugar podría preguntarse lo mismo de mí.
Retiré la capucha de la capa que cubría parcialmente mi rostro debatiéndome en provocar un encuentro o no.

por Invitado Miér Mar 23, 2011 8:02 am

El muchacho, con la mirada perdida, observaba de vez en cuando a dos personas que realizaban acciones sexuales, por lo que éste negó con la cabeza con cierta mueca de asco, ¿cómo podían estar haciendo eso en un lugar público?. El chico miró al camarero con una ceja levantada indicando su descontento, pero lo ignoró haciendo que el Cambia-formas bufara sobre un suspiro. Dió un trago más sobre su tequila terminándoselo, levantándose posteriormente para hacercarse a las butacas y sentarse al lado de la muchacha, ya una vez quitada su capucha. Miró al camarero y le pidió otro tequila. Giró el rostro y miró a los hombres que frecuentaban risas entre ellos mirando a la chica, éste alzó la ceja cínico sin saber de que se reían. Segundos después, el tequila fué a las manos de Uriel, girando su mirada hacia la muchacha que casualmente lo miraba, éste la sonrió y volvió la mirada al frente haciendo dar un trago a su tequila.

por **Duna Di Bello** Miér Mar 23, 2011 9:39 am

Parecía que el chico también dudaba en acercarse a mí o no, pero por fin lo hizo y se me quitaron las dudas. Había venido a divertirme y eso haría. ¿ O acaso temía la mirada de aquel hombre?
Volví a mirarle cuando se sentó a mi lado y me encontré con su mirada. Mi intención era apartarla con rapidez pero su sonrisa provocó la respuesta de otra sonrisa amplia por mi parte. El chico apartó la mirada y entonces volví a mirar al suelo.
Suspiré y me levanté para acercar mi taburete al suyo con la botella de ron en la mano, a la que di un trago.
Al final me decidí por hablarle haciendo que centrara de nuevo su atención en mí.
- Una fría noche...- comenté con una sonrisa nerviosa.
Odiaba empezar conversaciones pues no sabía que tema de conversación de sacar. Normalmente a la gente desconocida no le podía mostrar mi verdadero yo, pues solía chocar e incluso molestar mi efusividad por lo que tenía que hablar primero con ellas para saber qué tipo de persona eran y si les agradaría o no mi yo real al igual que a mí el suyo.

por Invitado Jue Mar 24, 2011 5:43 am

La muchacha parecía haberle devuelto la sonrisa, algo que a Uriel le había agradado en cierto modo. A parecer por su rostro, parecía una muchacha cuidada, una muchacha que parecía no vivir en malas condiciones a lo que hizo una mueca con una sonrisa irónica. ¿Asi que tenemos a una de clase alta en la taberna? Comenzó a pensar cuando notó que la rubia se había acercado al chico, haciendo que éste alzara una ceja sin comprender que estaba pretendiendo. Hasta que ella lo habló refiriéndose a la noche, éste miró por la ventana para poder afirmar o negar su comentario, volvió a dar un trago a su tequila y miró a la chica con una ligera sonrisa, asintió con la cabeza -Así es Madame, pero para eso están ésta clase de lugares, para que uno se caliente con un par de tragos- Dijo con una sonrisa con la garganta ardiendo por su tequila, haciendo que éste aclarara su garganta para poder volver a formular palabra alguna -Me llamo Uriel Müller, pero me puedes llamar Uri, no me gusta Uriel- Dijo con una sonrisa divertido y lo cierto, es que Uriel, como persona de clase baja, como la demás gente no solían besar las manos de las mujeres, y por lo tanto, el cambia-formas tampoco lo había hecho, aunque tampoco la conocía para realizar dicha hazaña.

por **Duna Di Bello** Jue Mar 24, 2011 6:28 am

Observé su forma de mirarme, probablemente mis vestiduras no llegaban a encajar en ese lugar Él parecía de clase baja por lo que posiblemente percibiese que mi pelo estaba demasiado impio o brillante o que mis uñas resplandecían y mi rostro estaba limpio. Algunas personas no se solían llevar demasiado bien con gente de distinto estatus , y aunque no era mi caso, sabía que muchos pensaban de esa manera.
Sonreí con agrado, me gustaba tratar con gente que no besuqueaba tu mano al presentarse o te hablaba con demasiada educación.
- A mi me puede llamar Duna, espero que sea un placer conocerle.- nunca había entendido por qué la gente siempre decía que era un placer conocer a alguien cuando ni siquiera sabías cómo era ¿ y si era un depravado? La gente estaría encantada después de haber compartido más de una frase con dicha persona, no antes.
- ¿ Suele venir aquí a menudo, Uri ? - le pregunté sin deseos de parecer entrometida, me apetecía mantener una conversación y comenzar a relacionarme con gente de París.
Le di un trago a la botella haciendo una leve mueca por el ardor que me provocaba a pesar de estar medio acostumbrada al alcohol.

por Invitado Jue Mar 24, 2011 8:53 am

Rotúndamente, Uriel supo que la chica que tenía a su lado, tenía un estatus elevado, pues las personas de clase baja no frecuentaba a hablar con muchos modales ni respeto, no era el caso de Uriel, el a sido muy bien criado, aunque en un estorno deprimente como lo era un orfanato, era triste ver como niños y niños llegaban cada día a aquel orfanato, y aunque Uriel hubiera hecho grandes amigos, irremplazables, también era cierto que no era un lugar para vivir, por ello, el felino decidió escaparse despidiéndose de todos. Los pensamientos recorrían la mente del muchacho, el pensando en como estarían ahora sus amigos, que estarían haciendo, que estarían pensando, el chico, inconscientemente sonrió mirando a su vaso de tequila, hasta que la voz de la muchacha que tenía al lado lo sacó de aquellos tristes pensamientos, haciendo que éste la mirara -Yo también lo espero señorita Duna- Dijo con una sonrisa sincera, escuchando después una pregunta, mi frecuencia en la taberna, éste hizo una mueca -De vez en cuando, cuando hacen días como éstos, tan fríos... si estuviera lloviendo, tal vez estaría afuera- Dijo soltando una leve risa -¿Y usted, que hace en un lugar como éste?- Dije refiriéndome a que sabía que no era una chica de clase baja, pues se notaba por su limpieza y belleza. Éste bebió un trago mirándola para conocer su respuesta.

por **Duna Di Bello** Jue Mar 24, 2011 9:17 am

Sonreí de lado mientras le miraba de reojo jugando con la botella.
Me había pillado. No era buena para ocultar identidades, estaba claro. Debería pedir ayuda a alguien para que me difrazara de una forma más creíble en mis escapadas nocturnas.
- Digamos que no soy como usted piensa que soy. - le dije en un juego de palabras.- No soy idiota, se que pensará que no es para mí lo de caminar sola por las caller o frecuentar lugares que jamás una dama pensaría pero a mí me gusta la realidad. Me gusta conocer cada rincón de esta ciudad sea o no sea culto o propio de gente adinerada.- solté esas palabras como si se las explicara al munco en general y no sólo a él. Estaba acostumbrada a que la gente pensara aquello y era algo que odiaba. Noté que mi tono natural dulce y melódico había degenerado en un tono fuerte y firme.
Suspiré dando un trago a mi botella. - Lamento, haberme excedido en mis comentarios, señor. .- me disculpé por mi comportamiento pues no tenía la culpa de nada aquel chico.

- ¿Entonces le gusta la lluvia? -pregunté desviando el tema anterior e intentando entablar un tipo de conversación menos polémica. Observé los rasgos de aquel chico, eran realmente atractivos y su mirada parecía propia de un gato salvaje imposible de domesticar.

por Invitado Mar Mar 29, 2011 5:35 am

Éste alzó una ceja de manera incrédula, pues no pensaba aquello que la chica estaba diciendo a lo que éste negó con la cabeza -Para nada señorita Duna. Usted s una persona libre de actos, y yo no soy nadie para juzgar sus acciones. Es más...- Se acercó para susurrarla -Me parece genial que alguien de clase.. alta.. tenga el valor, no, valor no, le guste frecuentar lugares de clase media-baja o pasear a solas. Nunca viene mal algo de diversidad, pues la monotonía se vuelve aburrida- A ésto el chico sonrió satisfecho por sus palabras, pues habían sido bastantes claras -Y tranquila, no tiene que disculparse, la mayoría de las personas suelen pensar lo que usted argumentó hace unos segundos- Dijo guiñándola el ojo dando un trago a su bebida. Y una vez habiendo escuchado su última pregunta, miró por la ventana, la cual estaba lejos, pero observaba como aun llegaba a hacer un frío espantoso. Luego miró a la chica y asintió lentamente -Sí, la lluvia junto a la soledad, son el modo perfecto de no pensar en nada, simplemente, disfrutar del momento con cierta nostalgia- Dijo soltando un suspiro ligero para volver a beber y preguntarla a la muchacha -¿Y a usted, le gusta la lluvia?- DIjo alzando una ceja como si fuera una incógnita.

por **Duna Di Bello** Mar Mar 29, 2011 5:56 am

Agradecí sus palabras con cierta admiración por la forma de pensar de áquel chico, al menos compartíamos eso. Era cierto que la mayoría de las personas lo pensaban sobre todo los de clase alta que se dedicaban a cuchicheara maldades sobre la gente que se dejaba ver con personas de una clase más baja a la suya o asistían a orfanatos a echar una mano como Lenneth y yo. Di gracias porque hubiese tenido la molestia de susurras sus palabras para que la gente no escuchara nuestra peculiar conversación.
Sonreí en forma de agradecimiento por su comprensión.

Sus palabras acerca de lo que le hacía sentir la lluvia y la soledad me hicieron mirarle con el ceño fruncido intentando imaginar más cosas sobre aquel misterioso muchacho que parecía demasiado melancólico o triste. Parecía que era a él a quién le hacía falta diversión pues no era normal no bueno ser tan profundo y melancólico a esa edad tan joven, ya habría tiempo para deprimirse cuando los años no pasaran en balde y las arrugas y los dolores pasaran a formar parte de nosotros.

- En realidad no , no me gusta o al menos no suele gustarme, prefiero los días soleados que me producen felicidad y ganas de disfrutar el momento. - le contesté haciendo ver la diferencia total de pensamientos que teníamos acerca de la lluvia. - Y tampoco la soledad la considero mi amiga más bien mi peor enemiga, señor. Creo que los hombres nacieron para vivir en sociedad y solos acabarían muriendo de pena. Sólo es buena cuando necesitas encontrarte ajena a los problemas o apartarte de la sociedad por un tiempo para recapacitar o disfrutar por un tiempo de te simple compañía, pero no por mucho tiempo. Adoro la compañía de la gente, el sonido de las risas y la gente u observar simplemente a una familia relacionarse caminando por el mercado. - me di cuenta de que hablaba demasiado y me callé al fin dedicándome a observar su expresión ladina intentando adivinar sus pensamientos inútilmente. - Perdóneme el atrevimiento pero me parece que tiene una forma de pensar muy triste, muy romántica. La vida es corta y merece ser vivida como tal. - acabé sin poder callar aquello que pensaba, como era de costumbre . Algo que me solía costar caro en algunas ocasiones.

Un perro de uno de los hombres que había en la taberna caminaba por alrededor y le llamé para acariciarle, era un perro grande de color canela con las orejas de punta y una mancha blanca en la frente y mientras le acariciaba miraba a Uri de una forma extraña. Fruncí el ceño evitando sonreir por la forma que tenía aquel perro de actuar.

por Invitado Lun Abr 25, 2011 12:24 pm

Al parecer la chica discrepaba de todos los argumentos que yo había formulado despues de hablar de lo que ella podía hacer, que era completamente todo, una mujer de clase alta, podía hacer lo que quisiera, sin embargo alguien de clase baja solo estaba invadido por la monotonía, ya que no estaban invitados a fiestas reales como si podían los de clase alta. Ellos, los de clase baja, solo vivían es una vida que era cuanto mas difícil a medida que pasaba el tiempo. El muchacho suspiró al escuchar sus argumentos, algunas cosas eran ciertas y la chica tenía toda la razón del mundo, en otras, la discrepancia amenazaba mis pensamiento haciendo que Uriel negara con la cabeza -La soledad no es un enemigo, es un sentimiento que permite a una persona conocerse así misma sin necesidad de que alguien te juzgue por ser como eres, o por querer intentar ser lo que quieres. Yo, jamás he vivido en compañía, yo he vivido siempre solo, el orfanato no era un lugar muy bonito, allí tenía amigos, sí... pero no es lo mismo que el poder tener una familia, una madre a quien contarle sus problemas, una madre a la que abrazar porque tienes miedo, unos padres con los que dormir por la noche cuando creías que había monstruos debajo de la cama o en el armario. No he podido tener ese sentimiento, yo siempre he estado solo emocionalmente, y mi forma de pensar, rara vez puede ser modificada. No tengo apenas para comer, y si estoy aquí, es por la delincuencia que cometo cada día para poder salir adelante, no tengo nada. Lo único que me queda, es mi vida mientras que muchos otros en mi situación, lo harían mas sencillo suicidándose y dejar de sufrir mientras que yo aprecio mi vida y todo lo que tengo, aunque sea poco -Dijo luego pensando en el discurso que había soltado en un momento, hizo una mueca pues la muchacha se podía haber aburrido por ello. Cuando de pronto un perro llegó y se colocó al lado de Duna mientras que lo acariciaba, el perro me había olfateado y sabía que podía ser, por lo que Uriel actuó un poco haciendo que su alma felina tuviera forma de Pantera, sí era raro, su alma felina se transformara, pero era así. Cuando el perro volvió a olfatearlo soltó un leve gemido de llanto, que dejó de emitir mientras se centraba en las caricias de Duna -Nunca me gustaron mucho estos animales- Dijo un tanto incómodo por aquella bestia del diablo. Uriel agarró su vaso y dió un largo trago mientras esperaba que no hubiera aburrido a la chica con su largo comentario.

por Contenido patrocinado

¿Una señorita? (Uriel)

¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)

Re: ¿Una señorita? (Uriel)