Aroma a mar (Privado)

por **Nimue Bellamy** Vie Abr 01, 2011 3:47 pm

El cielo estaba teñido de un naranja intenso, muy parecido al de mis cabellos. La noche estaba a punto de caer sobre la ciudad, pero ese detalle a mi no me importaba demasiado, es más estaba acostumbrada a vagar por la ya conocida ciudad, en la noche más solitaria. aquel día lo necesitaba, necesitaba pensar en todo lo ocurrido en los últimos días. ¿Y qué mejor lugar que el puerto? a veces solía ir allí cuando me enfadaba, cuando intentaba buscarme a mi misma. El olor a salitre me tranquilizaba. Me gustaba ver como las pescaderas esperaban a los barcos en el puerto, esperando a los marineros, a sus maridos, hijos o hermanos. Me gustaba ver como llegaban barcos lujosos a puerto y como gente de lo más variopinta bajaba de ellos con los baúles cargados de ropas lujosas.

Quería viajar, escapar de París, aun que sabía que iba a ser imposible, pues allí se encontraba lo único que me importaba en el mundo, era el único lugar donde podía sobrevivir día tras día, conocía a su gente, conocía los lugares donde podía dormir por las noches. La sola idea de dejar París me aterraba por el miedo a lo desconocido, pero al mismo tiempo me encantaba.

Caminé entre las personas que regresaban a sus hogares, con aquel olor a mar entre sus ropas. hasta que encontré un pequeño montón de redes y me senté entre ellas mirando directamente hacia el mar. Observando como los barcos se acercaban o se alejaban, viendo como las gaviotas sobrevolaban en el cielo anaranjado. suspiré mucho más tranquila y cerré los ojos para intentar saborear aquella paz momentánea de la que gozaba en aquel momento. otros hubiera huido del lugar debido al olor fuerte del pescado, de sal, del olor a mar...pero cuando creces entre basura eso no importaba mucho. sonreí feliz al pensar en Emhyr y también en pensar que no estaba tan mal después de todo, que había gente que lo tenía mucho peor.

por **Elodie M. Dupont** Vie Abr 01, 2011 4:05 pm

Sonreí para mis adentros mientras caminaba en dirección al puerto de manera tranquila, sin prisas.
Hacía apenes unas horas que me había despertado y ya volvía a ser de noche para mi. Últimamente mi vida era así, la vivía de noche. En parte lo prefería, pues me daba más libertad de movimiento a la hora de poder salir de aquella casa sin que nadie se diese cuenta y poder hacer mi escapadas al bosque o cualquier otro lugar.

Me gustaba ver como la gente cambiaba por la noche, fingiendo ser otras de día. Ante el resto del mundo eran personas educadas, amables, y al caer la noche cambiaban como si se quitasen una máscara.

Inspiré aire profundamente, cosa un poco difícil de hacer puesto que esa noche llevaba puesto el traje con su debido corsé, apreciando el olor del mar. Hacía tiempo no me pasaba por ese lugar, sobre todo para buscar algún que otro buen pescado fresco.
Quizás me llevase uno... Me detuve a mirar a las mujeres que allí se encontraban, buscando a la que me los solía dar pero no la encontré. Vi a una joven sentada sobre unas redes lo bastante cerca y me acerqué a ella.

- Disculpad, por casualidad no trabajáis aquí,¿no? -Pregunté amablemente, sonriendo un poco.

por **Nimue Bellamy** Sáb Abr 02, 2011 6:07 am

Mis ojos se abrieron de repente al escuchar una voz amable de una mujer. allí se encontraba ella, con el rostro afable y despreocupado. Era la clase de mujer que aun que no la conocieses sabía que tenía mucho más dinero que cualquier otro, su vestimenta lo había delatado. Miré mi pobre vestido y sonreí. Era lógico que me confundiera con una pescadera dada la curiosa situación.

Me apresuré a levantarme, más por educación que por ganas y sacudí las faldas del vestido, sonriendo. Observé nuevamente a aquella joven, no podía ser mucho más mayor que yo, pero quien sabía, la gente últimamente se estaba conservando en muy buen estado. Quise tener una respuesta adecuada sin que se notase que yo en realidad no trabajaba en nada, pues seguramente se iría de allí pensado que la iba a robar. No quería que se marchara, necesitaba en aquel momento alguien con quien hablar, aun que fuera de cosas tan triviales como la compra del pescado en la longa a última hora de la tarde, que era , en efecto, cuando los barcos cargados de mercancías entraban en el puerto.

Extendí mi mano pero a la vista de que estaba algo ennegrecida por culpa de las redes la retiré de seguida. Miré con un poco de vergüenza a la joven por mi mal estado y mi torpeza pero intenté ocultar dicha verguenza con una sonrisa en los labios.

-Pues verá...no, no trabajo aquí. - hice una pausa.-pero conozco esto como la palma de mi mano, si quiere puede decirme que anda buscando. Seguramente no nos lleve mucho encontrar lo que busca.-¿y si volvía a las andadas y le robaba? ¿que más daba ya? al fin y al cabo siempre había sido una ladrona, pero no, no me sentía con ánimos de robar en ese moemnto.- Mi nombre es Nimue, un placer.

Volví a mirar a la chica, había algo extraño en aquella situación y no era por mi. Más bien por ella.¿Que hacía una dama tan elegante en el puerto cuando la noche estaba al caer? Siempre había visto a los criados de los más ricos a aquellas horas por el puerto para buscar el pescado fresco para cena, pero ¿a ellos mismos? siempre solían pensar que aquello era trabajo para los criados, para seres inferiores y sin dinero, para gente pobre. Y eso era lo que más me repugnaba en aquella vida. Pero ¿Podía haber gente diferente en la alta sociedad? Lo dudaba.

por **Elodie M. Dupont** Sáb Abr 02, 2011 6:22 am

La observé levantarse y sacudirse las faldas en silencio, intentando adivinar el qué pensaría de verme por allí.
Quise aceptar su mano aunque estuviese algo sucia, eso no me importaba, pero la quitó antes de tiempo algo avergonzada.
En todo momento le sonreí con amabilidad, pues ella al igual que yo era una persona y aunque no fuésemos de la misma clase social de seguro no eramos tan distintas.

Pude advertir por su manera de mirarme que realmente si se extrañaba de que alguien como yo estuviese a esas horas en dicho lugar, más aún preguntando si eran trabajadores o no.
Pero como siempre, en todo lo que había hecho, yo hacía lo que menos se esperaba. ¿Por qué mandar a otros a algo que puedes hacer tu? Siempre me había parecido del todo ilógico.
Por ello, en mi casa no había sirvientes que me atendiesen solo a mi. Estaban los de mis padres y nada más. Así lo había pedido desde que cumplí los quince.

Asentí cuando comentó que no trabaja en aquel lugar, pero que me ayudaría a buscar lo que necesitaba. En realidad no es que me hiciese falta, pero la dejaría ayudarme igualmente.

- Si os soy sincera el mero hecho de preguntaros si trabajáis aquí fue más por curiosidad que por querer pediros algo. -Dije riendo suavemente, apoyando una de mis manos sobre mi vientre de forma cómoda.

Hice una leve inclinación de cabeza cuando se presentó y extendí mi mano hacia ella ahora yo, dándole a entender que no tenía ningún problema.

- Bonito nombre Nimue, puedes llamarme Elodie.

por **Nimue Bellamy** Mar Abr 05, 2011 9:30 am

Con aquel gesto por parte de la chica extendía mi mano, no sin vergüenza y estreché la suya, el tiempo suficiente como para no ser descortés pero separando ambas manos demasiado rápido como para ensuciar sus manos de princesa.

Medité sus palabras, a veces la curiosidad llevaba a la persona menos indicada a descubrir cosas que incluso cambiaban su forma de verse a si misma. Dudaba que ella estuviera buscando un motivo para dudar de una existencia rica y cálida entre oros y diamantes, es más, nadie querría descubrir la verdad de esa condición, se conformaban con saber que no iban a perderla.

-Es un placer Elodie.Y no te preocupes, es normal con estas vestimentas que me confundan. Pero dime, si no busca nada en particular.¿Que hace por estos lugares cuando está a punto de caer la noche? No quiero parecer indiscreta, y que me libren de serlo, pero no es un lugar muy adecuado para una chica de su clase.

Si, había empezado mal la conversación pero a veces no podía evitar dejar salir a flote aquel odio a las personas pertenecientes de la clase alta, aun que desde que supe la verdadera historia de Emhyr intentaba dejar de lado el estatus social, pero me era muy difícil no clasificar a las personas en dos grupos: pobre y ricos, y más me costaba aún no juzgarlas por serlo.

-Aun que , no es que se diga una pregunta que necesite respuesta. Al fin y al cabo, yo podía preguntarme a mi misma lo mismo y no tener una respuesta convincente para autoresponderme.- añadí intentando arreglar aquella gran metedura de pata, aun que no me arrepentía ni lo más mínimo de pensar mal respecto a los ricos, pero si de juzgar indebidamente a la muchcacha que se hacía llamar Elodie.

por **Elodie M. Dupont** Mar Abr 05, 2011 3:26 pm

Miré nuestras manos estrechadas en cuanto la aceptó y suspiré con anhelo. Sus manos estaban un tanto sucias debido a las redes, y eso era algo que yo echaba de menos.
Los días en los que decidía olvidar mi maravillosa vida a ojos de otros y vivirla como si fuese cualquier persona que pasase desapercibida.

Suspiré ligeramente cuando soltó mi mano y la miré hasta casi divertida cuando habló.
Su pregunta había sido una pregunta bastante normal que haría cualquier persona, incluso yo.
Es más, la estaba esperando desde el primer momento en el que habíamos comenzado a hablar.

- No te preocupes Nimue, no has indiscreta ni mucho menos. -Le dije con una pequeña sonrisa.- La verdad es que estoy aquí por puro placer. Digamos que en mi familia soy la oveja negra.

Solté una breve carcajada dirigiendo la vista hacia el mar, y cogí aire. El traje no me era demasiado cómodo y se notaba a la hora de respirar.
Agarré la parte de arriba del traje y tiré de ella un poco, como si la fuese a separar de mi pecho.

- Lo siento, me resulta un tanto asfixiante. -Me disculpé puesto que el escote había quedado demasiado abajo y no era algo muy bien visto, aunque no me importase.- Como os iba diciendo, me gusta hacer las cosas por mí misma. En mi casa por ejemplo, no hay nadie que me sirva solo a mí.

Volví a mirarla esta vez sin sonreír, dado que ese tema era algo serio para mí.

- Si las cosas puedo hacerlas yo, ¿para qué tener a nadie que las haga? Aun siendo de clase alta Nimue, digamos que no soy muy bien vista. Mis actitudes para con el resto de los míos no suelen pasar desapercibidas. Pienso que las distinciones de clases sociales son una pérdida de tiempo y que todos deberíamos ser iguales..

Me encogí un poco de hombros cuando terminé de hablar y le guiñé un ojo como tenía por costumbre hacer. Mi intención no había sido hablarle tanto de golpe, si no solo explicarme dado la pregunta que había echo, pero cuando se trataba de ese tema no podía evitar el hablar de ese modo.

por **Nimue Bellamy** Sáb Abr 09, 2011 5:46 am

Cierto era lo que la chica decía, yo si me tuviera que poner en el lugar de ella tampoco dejaría que las riquezas se me subieran a la cabeza, ante todo yo era una chica capaz de hacer las cosas por mi misma y me sentiría inútil si algo que pudiera hacer encargo que lo hicieran otros. aun que también sabía de sobra que era más fácil dar ordenes que tomar la iniciativa de hacer algo por ti mismo.

Observé el gesto que Elodie hizo con el vestido, no parecía estar muy cómoda con el, aun que podía entenderla, era como estar dentro de una cárcel, no poder ser realmente quien te gustaría ser, te tienes que dejar guiar guiar por tu condición social, aparentar ser lo que todos esperan de ti. Enfundarte en vestidos incómodos y dibujar una sonrisa falsa en los labios. ¿Era mejor eso que tener que robar para para comer? En aquel momento la chica me planteó serias dudas, siempre había detestado a las personas ricas, siempre había envidiado la forma de vivir de aquellas chias que más que chicas parecían princesas. Pero...¿Y si había prejuzgado de una forma incorrecta? Sonreí ante sus palabras y ante la idea de que por una vez en mi vida no sentí odio hacia una persona de clase superior.

-Debe de ser incomodo, no lo niego, ahora que ya es primavera deberá y comienza el calor deberá ser incluso más asfixiante que invierno. Incluso debería dar gracias por no tener que ponerme esos vestidos tan ostentosos, aun que si te sirve de algo, me parecen unos vestidos preciosos. y realzan la belleza de una mujer.- hice una pausa y suspiré, siempre había soñado con tener un vestido y saber que se siente al llevarlo puesto.- Y tienes toda la razón, pero he de decirte también respecto a lo segundo que ha comentado que ser de clase baja no cambian las cosas, ser mujer, es en si, un inconveniente, te tratan como si te fueras a romper de un momento a otro, independientemente de la clase social a la que pertenezcas, yo por mi parte hace tiempo que peferí vivir sola y poder valerme por mi misma a depender siempre de un hombre. Quizás no sea la misma situación en su caso y el mio, pero el sentimiento de sentirte inultil de sentirte...como un adorno creo que está presente en ambas.

Me quedé mirando como uno de los barcos entraba a puerto, era uno de aquellos cargados de pescado, muchas mujeres recibieron a sus maridos desde tierra y tanto hombres como mujeres, cuando el barco estuvo preparado, comenzaron a descargar la mercancía.

-Puede que no sea muy buena idea. ¿Pero te apetece cambiarte ese vestido asfixiante y ayudar a los marineros a descargar el pescado? yo lo suelo hacer, siempre te dan a cambio unas cuantas piezas. Se que no es una cosa muy limpia, ni muy atractiva, pero te puedo asegurar que arriba en el barco se pasan unos buenos momentos. Y mirándolo por el lado positivo te quitarás las ataduras de tu clase, podrás respirar plenamente y disfrutar del aroma del mar.

por **Elodie M. Dupont** Dom Abr 17, 2011 8:18 pm

Off: Perdón por tardar tanto, y escribir tan poco. Falta de inspiración y problemas Razz

Asentí a sus palabras cuando dijo que el ser mujer impedía ciertas cosas.
No podía tener más razón aunque lo intentase.

Por mi mente rondaban varias cosas que decirle sobre eso cuando mencionó el ayudar a desembarcar la mercancía de uno de los barcos.
Miré primero para ella y luego al barco, para mirarla a ella de nuevo con una sonrisa resplandeciente.

- Créeme que nada me gustaría más que eso. -Asentí quitándome el pequeño chal que cubría mis hombros.- Pero te pido paciencia, pues no se qué es lo que debo hacer.

La miré con la disculpa escrita en la cara. Aunque me gustase hacer las cosas por mí misma no sabía desenvolverme muy bien en ese tema.

- Serás mi profesora, por así decirlo. -Dije riendo un poco.

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