Chaque homme cauchemar ! (Alvaro Santillana)

Los días eran más largos, pero oscurecía antes... algo que beneficiaba en disfrutar de un "nuevo día" , podía despertar menos sospechas sobre su raza y por fin podía ir a aquellos lugares donde de noche estaban completamente cerrados. Como siempre, iba vestido de negro con una camisa impoluta blanca, haciendo resaltar sus facciones... se colocó bien el cuello de la camisa y listo.
Las calles no tenían descanso, viajeros a un lado y a otro... daban aquel toque encantador a la avenida que cruzaba directa a la zona comercial, observaba los escaparate sumido en sus pensamientos, pero siempre pendiente de su alrededor y todo lo que ello conllevaba, sus pasos pausados y sin prisa, sus manos en los bolsillos, como si se resguardase del frío existente en el ambiente, la verdad es que parecía todo lo humano que podía aparentar un vampiro…pero esa manera de desenvolverse en el mundo de los humanos era lo que le hacía parecerse más a uno de ellos.

En la zona comercial había aún más gente de la que se podía imaginar, y a pesar de ello no se chocaba con nadie, mantenía las distancias pero lo que no conseguía era pasar desapercibido, las miradas de las señoras sobre todo, se posaban en él como por instinto…hechizadas a lo que él tan solo mostraba una sonrisa casi tímida pero llena de picardía.

Se detuvo de golpe ante un escaparate en especial, alguien tras él parecía estar pasándolo bastante bien , la reconoció enseguida dibujando una sonrisa de medio lado… hacía mucho que no veía a la señorita Feuer, no desde aquella vez… había resultado mue interesante conocerla…y sí, había disfrutado de su compañía.
Una vez dentro del establecimiento, sus ojos pardos no se apartaban de ella… y de fondo los murmullos de la tendera le hicieron reír de forma leve, sí Antha Feuer era de lo más persistente, pero si no estaba segura de algo no lo daba por hecho, eso era algo que le llamaba la atención de la joven, lucía más hermosa que la primera vez y eso era imposible, en un par de zancajadas estaba justo a su espalda, la miraba tras el espejo esa sonrisa y esos ojos que brillaban un tanto le causaron una curiosidad tremenda, era muy sigiloso y muy suavemente susurró casi como si fuese acariciando su oído.

-Señorita Feuer, creo que ese tocado es el acertado, os queda bien… aunque seguramente todos os queden bien-era tan cumplido... y de nuevo aquella risita traviesa... pero lo hizo, apoyó la mano en la cintura de la joven, a la vez que se lo colocaba para que así le quedara aún mejor- Perfecto, hacía mucho que no os veía… ¿cómo habeis estado? Por vuestra mirada deduzco que mejor no os puede ir pero me equivoco también muchas veces, no soy perfecto…

Bajó la mano hasta acariciar con mucha suavidad el cabello castaño de la joven, apenas una caricia… hasta rozar de manera un poco más intensa el final de uno de sus mechones, mirándola de reojo acompañando como siempre aquella sonrisa desvergonzada…
Un encuentro inesperado… no podía haber mejor empezado aquella noche.

Se encogió de hombros, siempre aparecía en el momento adecuado y menos esperado, allí estaba admirándola, como si nada hubiese a su alrededor y solo la joven estuviese ante aquellos ojos pardos que solo ellos podían llegar a mirarte intensamente, se dejó llevar por aquel afectivo saludo, algunas miradas se posaron en ambos pero a él le daba igual... la tendera se quedó al margen colocando el nuevo tocado que le había traido encima de la mesa.
Rió por lo bajo al ver como la joven intentaba mantener la compostura, cosa imposible...pero aún así, mantenía aquella pequeña sonrisa que también le contagió a él, pero por lo que pudo observar, algo no andaba muy convencido... ¿irle bien? cuando dijo eso pudo notar por su voz que no había sido del todo correcto. Entrecerró los ojos, observándola tras el espejo , él quedó al margen... lo suficientemente cerca para infundirle que no iba a marcharse aún, apenas había dicho unas palabras pero tampoco hacía falta decir nada, con su sola presencia era más que obvio que sobraban las palabras.

-Estoy de acuerdo, te vendrá bien un cambio de hábitos, no pensar en lo que pasó y fue, vivir en el pasado no nos deja vivir el presente y por consiguiente el futuro, mmm creo que no me convence nada de lo que dices, lo siento, ya sabes como soy y no es fácil convencerme, por lo tanto tendré que convencerte a ti... -al notar el ligero roce en su mejilla, se pasó la lengua por los labios de forma inconsciente, en un gesto natural pero era tan difícil no fijarse en él.

-No soy un poco friolero... tengo frío todos los días del año, es uno de mis defectos, pero solo ese... y estoy bien, aunque se dice que podría estar mejor y creo que será así esta noche-le acercó el nuevo tocado para que se lo probase y así tener otro en tener en cuenta a la hora de su elección. Miró de reojo por la ventana, por fin se hizo completamente de noche y ya muchos estaban cerrando sus negocios, aunque claro aún faltaban algunas horas para el cierre total.

-Mi vida tan interesante como siempre, no pensaría nunca que te encontraría en París desde ese baile... la verdad el mundo es demasiado pequeño, me alegro que lo sea...-una nueva clienta entró en la tienda, el sonido de la campanita lo anunciaba por lo tanto aquella mujer fue a atenderla, lo que él aprovechó para hacer el mismo gesto que ella había tenido antes con él, se acercó lo suficiente como para notar el tacto de su mano en su cintura, observándola de más cerca... su mirada se encontraba en un punto del establecimiento sin mirarla directamente...era como si le contase un secreto y nadie podía enterarse de ello.

-Como veis yo también me alegro de veros- él fue más allá , sus labios rozaron un tanto la mejilla de la joven, terminando por dejar un suave beso fugaz en su mejilla y atraerla todo lo que pudo y más para que notase la presión de su cuerpo, como si no hubiese pasado nada...se apartó de ella con aquella sonrisa tan característica suya.

-Puedes elegir cual quieras, te regalo uno , tómalo como un presente de reencuentro...

Esperó a que la joven terminase aquella frase que a duras penas se pensó en contestar, le habría cogido aquel acercamiento por sorpresa, seguía allí perdiéndose en cada uno de sus movimientos, los cuales no podían ser más coquetos ,quizás no tan elegantes como esas señoritas tan refinadas pero solo podía tener un nombre, el de Antha Feuer.
Le brindó una nueva sonrisa, seguida de una breve afirmación con la cabeza, estaba de acuerdo en eso... ahora mismo no podía estar más que contento por aquel reencuentro, rió por aquello de la doncella en el balcón... no respondió enseguida, se tomó su tiempo, al ver como de nuevo se probaba aquel sombrero azul que resaltaba el azul profundo de los ojos de la joven.

-Mis planes... no tengo planes, simplemente pienso lo primero que me apetezca hacer y...no sabía que este lugar fuera un balcón ¿lo es? y lo mejor...¿eres una doncella en apuros? tendré que rescatarte y resguardarte entonces... siempre que quieras claro, si la pesadilla de todo hombre es observar lo bien que te ves con esos complementos, no sé cual puede ser el sueño de todo hombre entonces- le lanzó una mirada muy similar a la que ella le había brindado y llamó a la tendera de forma educada para que le envolviese lo que deseaba.

-Perfecta, como siempre... puedes dejártelo puesto, así ahorramos tiempo y...-se inclinó de nuevo a ella pero esta vez guardando las distancias- así disfruto más de la compañía de la doncella... ¿le apetece dar un paseo por esas ruidosas calles,señorita Feuer?-cuando se ponía en plan caballeroso y resplandeciente , daba mucho que desear al público masculino, aquella frescura que poseía era única, no tardó en pagarlo...
Al girarse, encontrándosela de golpe... su dedo índice se paseó por el borde del sombrero... terminando por bajar por la frente de la joven, un toque en su nariz y rozando apenas sus labios, dando a entender que ese iba a ser su próximo objetivo.

Ofreciéndole su brazo y despidiéndose de la tendera, le invitó a salir de allí... era hora de retomar donde lo dejaron, una noche no fue suficiente.

-¿Estarás mucho en París? Si tienes que volver a Italia... haré todo lo posible para que no te vayas... no me bastó una noche, quiero más de una... y espero que me las concedas, tendré que poner todo de mi parte para que así sea- sonrió juguetón, mirándola de reojo, solo fue una noche pero... algunas cosas no se olvidaban...y esperaba que esa noche, tampoco.

- Guau, con esa forma e hablar todas las chicas deben caer rendidas a tus pies!– le soltó entre risas con tono divertido. Se sentía profundamente alagada pero eso era algo que no estaba dispuesta a admitir.

Antha se miró en el espejo por última vez, satisfecha por la elección y agradeció a la mujer la atención prestada y la paciencia que había tenido para con ella. Luego si querer, o tal vez tras un movimiento predeterminado de Alvaro, terminó nuevamente a escasos centímetros del hombre quien de manera bastante osada recorrió todo un camino con uno de sus, desde el borde del tocado hasta sus labios.

Antha contuvo la respiración hasta que él alejo de nuevo la mano. No estaba muy segura de cómo reaccionar ante tal gesto. Se encontraba visiblemente dividida entre darle crédito a la razón o permitir que los instintos de los que tango había gozado en otras épocas salieran nuevamente a la luz.

-Solo si cuento con un caballero que me saque de apuros – contesto aún en broma mientras aceptaba el brazo que él le ofrecía e iniciaban el recorrido hacia la salida del local.

- De eso hablaremos más tarde – comento volviendo su tono un poco serio – pero por ahora puedo adelantarte que la respuesta indicada seria un no, no pienso volver a Italia. Estoy cómodamente instalada aquí, es mi país natal… y si mi refugio.- suavizando su expresión giró la cabeza para mirarle fijamente – ¿eso quiere decir que tú también te instalaste en Paris? – No hizo ningún comentario con respecto a lo dicho por él apropósito pero le regalo una deslumbrante e inocente sonrisa mientras esperaba su respuesta.

No tenía idea de a dónde irían pero la perspectiva de tener una agradable velada la emocionaba muchísimo más que el regresar sola a su hogar. Además seria una oportunidad perfecta para lucir su nueva adquisición.

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