Entre bambalinas [Privado: Lily]

por **Caleb Hastings** Mar Abr 05, 2011 7:56 pm

-¿Cómo puedes ser tan sumamente malvado hijo mío?- Me hubiera dicho mi querida madre al verme en aquella situación en la que me encontraba. El viaje desde Inglaterra había sido bastante duro, el camino había sido muy lluvioso y había tardado un par de días más de lo normal en llegar a París. -Mi deseo ahora mismo no es esconderme como un fugitivo- Pensé para mí, mientras me sentaba en una de las butacas que tenía reservada en aquel teatro.

Al parecer, haber matado a mi amada, no me habia producido ningún tipo de remordimiento y eso se demostraba con mis ganas de seguir hacia delante mezclándome con la población parisina. Aquella obra que estaban representando me aburría sobre manera y decidí darme un respiro y bajar a curiosear el sitio.

No sé cómo acabé allí, pero me encontré envuelto entre suaves cortinas rojas que al parecer eran las del escenario: me había colado entre bambalinas. De repente mi atención se centro en una hermosa joven de cabellos dorados y bella al extremo, no había visto nada igual desde hacía tiempo. La chica tenía un aspecto regio y ,sobre todo, parecía muy segura de sí misma (aunque parecía distraída en ese momento). -Puede ser interesante- Pensé y me acerqué un poco más hasta donde ella estaba, embriagándome su perfume exquisito. Carraspeé un poco para ver si ella me veía y podía propiciar un encuentro, aunque fuera corto, pero al ver que no tenía éxito decidí abordarla yo mismo.

-Buenas noches, mademoiselle- Le dije clavando mi verde e intensa mirada en sus perfectos ojos, que podían arrebatar a cualquiera que los mirase.

por **Lily Cappelletti** Jue Abr 07, 2011 6:45 pm

Mis labios aún estaban ardiendo y mi lengua sentía el sabor dulce de la bailarina, ese cuerpo delgado como moldeado por mis manos me había entregado lo que creía necesitaba esa noche. Esa era la única razón por la que iba al teatro, sólo a buscarla a ella, poder ver sus mejillas sonrojadas cuando yo aparecía, esa reverencia estúpida que mil veces le dije que no hiciera, como su cuello parecía tener un imán que me atraía, tentándome pero no pudiendo tomarlo, tenía que ser en partes que no se vieran, lugares donde la ropa cubriera y donde ella no tuviera que dar explicaciones. A veces pensaba en ella, en como de a poco la ayudé a descubrir su gusto por las mujeres, creo que me ama, lástima que yo no a ella.

Una voz vino hasta mí, en realidad me hablaba a mí, de no ser porque pensaba en ella no habría estado tan distraída. Respiré profundo y su aroma vino a mi como si fuera una bofetada que me golpeaba duro, delicioso, simplemente delicioso, mi estómago gruñó ignorando que acababa de alimentarme y mis ojos se fijaron en la vena desnuda de su cuello, palpitaba casi diciendo mi nombre, recorrí con mi mirada su piel hasta encontrar la suya, - Buona notte, Signore... – intentaba sonreír sin que se notaran mis colmillos, pero su cercanía a mí me hacía desplegarlos sin querer.

Ojos verdes, malditos ojos verdes, demasiado parecidos a los del hombre que me había maldecido con esta condición, blasfemé en mi mente mientras seguía sonriéndole, como esperando a que él diera el siguiente paso. Una reverencia hacia mí nunca llegó y eso sólo despertó más hambre en mí, se rebelaba o no sabía quien yo era, ambas opciones me parecían incitantes, no quería juguetes que doblegar tan fácil, para eso podía usar un poquito de control mental y punto. El público hacía ruidos al otro lado de las cortinas. ¿Por qué él estaba aquí? ¿Sería un artista? Yo había visto aquella obra demasiadas veces, incluso sabía cuanto tiempo tendríamos hasta que aquel lugar se llenara de gente, era el tiempo suficiente.

por **Caleb Hastings** Vie Abr 08, 2011 6:32 pm

Disfruté por unos segundos viendo como su mirada se paseaba por mi piel, descubriendo cada centímetro hasta llegar a mi cuello, pero esa mujer me inquietaba bastante y no pude evitar preguntarme si había sido buena idea ese encuentro. Paseé mi mirada por su anatomía y la detuve en sus perfectos dientes, pero algo era raro, y es que tenía colmillos. - Yo pensaba que eso eran habladurías- Pensé, pero aún así me excitaba la idea de poder tener más que un encuentro con una supuesta chupa sangre, me volvía loco el peligro.

-Esta obra es demasiado aburrida para mí, supongo que no soy el único ¿No?- Le sonrío a la señorita y me quito el sombrero ante ella para presentarme. -Caleb Hastings,encantado de conocerla- Le digo seductor y a la vez atraído por su imponente presencia.

Sus cabellos dorados me recordaban a los de mi amada Elizabeth y eso me divertía aún más. La amaba, sí, pero no podía soportar que fuera una inepta. La mujer que se encontraba ante mí parecía lo suficientemente interesante como para querer conocerla. - Espero no haberla molestado- Le dije, aunque en realidad era pura cortesía, estaba acostumbrado a que las mujeres disfrutaran conmigo y ella no iba a ser menos, o eso creía yo.

por **Lily Cappelletti** Mar Abr 12, 2011 2:04 am

Tan de humanos, tan de hombres. No resoplé cansada en su cara sólo porque estaba acostumbrada a mantener las buenas costumbres frente a la gente y además, debo reconocerlo, porque él me parecía profundamente atractivo y esperaba conocer un poco más de aquel hombre. No iba a jugar con él, al menos no por ahora, pero sabía que sólo bastaba una orden mía para que estuviera a mis pies. A veces, como en este caso, no me gustaba tener el poder para controlar las mentes de otros, la tentación era demasiada y la recompensa muy poca, los atajos no siempre dejan la misma satisfacción que un camino largo recorrido.

Demasiada formalidad para mi gusto, pero así era como estaba formada esta sociedad, compuesta de buenas maneras públicamente y mentiras en su interior, - En mi caso… ya la he visto demasiadas veces, hoy vine en busca de otro tipo de diversión… - me giré como si algún punto en otro lado fuera más interesante que mirarlo a los ojos. Sólo asentí cuando reveló su nombre, sin molestarme en hacerle saber el mío, un poco misteriosa quizás, pero sólo porque quería comprobar cuan interesado estaba.

Sonreí, esta vez sin abrir mi boca, mirándolo de reojo, sintiéndolo demasiado cerca como para poder soportarlo más. – No me ha molestado Caleb, precisamente lo contrario… - volví a girarme pero ahora lo miraba directo a los ojos, - creo que usted ha venido a cambiar mi noche… ¿no le molestaría hacerme compañía unos minutos verdad? – entrecerré mis ojos mientras aumentaba la sonrisa, sólo leves gotas de persuasión parecían irse con mis palabras, no quería que esto fuera algo impuesto por mí, no por el momento.

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