Visita a oscuras.

por **Alvaro Santillana** Miér Abr 06, 2011 4:28 pm

A veces, un buen paseo a la luz de la misma luna... cuando las calles estaban desiertas y tan solo algunos se atrevían a salir a donde él mismo se encontraba ahora... realmente, necesitaba aquel paseo. Últimamente, habíta tenido ciertas noticias de aquella persona y para no enfurecerse más de lo que ya se había enfurecido... era mejor no encerrarse y lo mejor de todo:no pensar.
Gabardina gris oscura, dejaba ver un tanto el elegante traje de un tono gris más claro, era uno de sus nueva adquisiciones, pero de igual modo podía ponérselo perdido con el agua de aquel cesped tan bien cuidado.

Su paso era lento, pausado... estaba inmerso en su mundo, disfrutando de aquello... observando aquel cielo estrellado, de nuevo solo y en un jardín. ¿Se estaba escondiendo de ella? Podía ser, pero no tenía opción, ahora... si alguien le viese por aquellos jardines pensaría que no estaba muy bien de la cabeza pero acaso... ¿eso importaba? cuanto más relajado estaba aquel lugar era a esas horas y no, no se esperaba encontrar a nadie.

El olor de aquellas flores le hicieron cerrar los ojos, perdiéndose en aquel perfume un instante... cada vez parecía ser la primera la cual olía tal cosa, era embriagador... y sí, ayudaba bastante a no pensar más de lo que no debería. Se detuvo en seco al oír unos pasos que no eran los de sí mismo, girándose un tanto... observaba una figura en la oscuridad y como siempre estaba pendiente de todo.

-Buenas noches alma viajera...

Susurró bajito y con aquel tono atrayente... seguro que sería un igual, no se le ocurría otra cosa ahora mismo.

por Invitado Sáb Abr 09, 2011 11:29 pm

De nuevo se había escapado ¿cuántas veces iban ya?, las que fueran de seguro su padre las tenía muy contabilizadas y cuando alguno de sus hermanos la "encontrara" y la llevase a casa, o Janelle angustiada comenzara a llamarle por su nombre desde el porton de la mansión... seguro ahí le haría saber cuantas veces en la semana se había fugado ya; quería y respetaba mucho a su padre y odiaba a sobremanera hacerlo sentir preocupado, pero tambien odiaba el sentirse atada, maniatada y enjaulada, quería demostrarle lo independiente que era, lo libre que deseaba ser... quería tantas cosas que por el momento se conformaba con el aroma de aquel jardín.

La fresca brisa primaveral revoloteaba entre sus cabellos, se deshizo aquel chongo que aprisionaba su dorada melena permitiendo que el dulce aroma de arandano y jazmin se juntara con el perfume floral de rosas, claveles y violetas que tapizaban parte de las jardineras del lugar en donde estaba; se detuvo un instante apoyandose en un árbol cercano para despojarse de su calzado, permitiendose recorrer cada surco, arruga y beta de la madera con la yema de sus dedos y sonriendo levemente al sentir la aspereza de aquella gran figura.

Reanudó su caminata, embriagandose con el cantar de las cigarras, el croar de pequeñas ranas, el martillar de algunos pájaros él... se detuvo en seco, había algo en esa orquesta que no cuadraba, que no pertenecía y que le produjo miedo e inseguridad, alguien estaba ahí "¿A estas horas de la noche? ¡Por supuesto! solo a ti se te ocurre que la noche es buen momento para dar un paseo, y que los jardínes abiertos son lugares seguros Es solo..." Sus pensamientos se vieron interrumpidos al igual que su respiración, era cierto que no contaba con el don de la vista, pero por eso sus dempas sentidos se habpian desarrollado mas que los de cualquier otra persona... y por eso sabía que no estaba sola, dentro de su inocencia no se dió cabida a imaginar que alguien le haría daño, que la noche no era hora para que una jovencita como ella anduviera sola, que la obscuridad... esconde demasiados secretos.

-Buenas noches...
Su voz salió en murmullo, imitando a aquella voz masculina que le hablaba, giró lentamente sobre la punta de sus pies para darle la cara -Me haría el favor de hablar mas fuerte... no logro decifrar su ubicación ¡Oh! y encima de todo, le dejas ver al extraño tu defecto, tu debilidad... bueno, nada que por si solo no notaría. Ladeó un poco la cara mordiendose el labio inferior y frotando sus pies bajo la tela del vestido ¿nerviosa? podría decirse, aunque realmente... no sabía el porque.

por **Alvaro Santillana** Mar Abr 12, 2011 1:42 pm

Y parecía que aquella silueta, se iba dibujando cada vez con mayor calidad... como un lienzo en la noche, adornando aún más aquel jardín si acaso era posible, un saludo cordial como el suyo se dejó oír entre los ruidos nocturnos, suave y se atrevería decir que hasta melodioso, aquella voz pertenecía a una mujer, se giró todo lo posible para intentar observarla mejor y allí estaba, aquel cabello rubio podía distinguirse a la perfección y unos ojos muy claros parecían dar luz...
Álvaro, carraspeó para alzar un tanto la voz y hacerse ver mejor , se encontraba bajo un gran árbol y daba tanta sombra que era imposible vislumbrarlo.

También se podía decir que su sonrisa inundaba todo aquel jardín, fresca y seductora como era la noche, le gustó sentir como la pequeña brisa, traía aquellos olores tan característico, mezclados entre el aroma de las flores, los diferentes árboles y... el olor de aquella mujer, no podía dejar de observarla... parecía realmente irreal, no supo porqué pero desde que pudo verla más de cerca sabía que tenía algo de especial e iba a averiguar el qué...

Álvaro acortó los pasos hasta ella, quedando a escasos metros de ella, permitiendo una distancia prudencial entre ambos, no iba a permitir que ella fuese la que se desplazara hasta él, ya iba , puesto que la curiosidad le podía más que todo, diablo curioso y malvado... sonrió a medidas, dedicándole la más cortés de las sonrisas, una breve reverencia con la cabeza...eso sí, aquellos ojos pardos que podían leerte no se despegaron de ella...no infundía precisamente miedo.

-Señorita, perdone mi intromisión, no creía que a estas horas alguien tuviese la misma loca idea de querer pasear bajo la luna y perderse entre los mil rincones de este jardín...-desvió un tanto la mirada hacia el lugar en concreto, aún conservaba aquel gesto de morderse el labio inferior el cual le contagió. Su tono era un tanto más elevado...se medio giró para señalar y mostrarle todo lo que él veía desde su posición sin ser consciente de lo si ella había observado o no, aquel jardín que incluso te hacía transportarte a algún lugar que realmente no podrías creer que existiese.

-Pero antes de nada, tengo que hacer la pregunta típica que se suele hacer en estos casos ¿qué haceis en estos lares, sola y tan adentrada la noche? Como dije, sois un alma viajera... más que viajera, aventurera.

La miró de reojo con una breve sonrisa... de lo más reconfortante.

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