Un whisky sencillo con cara de doble [Pablo]

por **Antonella Giordano** Lun Abr 11, 2011 11:33 pm

Recuerdo del primer mensaje :

La noche estaba fresca y el día había sido un asco. ¿Qué se supone que uno hace cuando le suceden cosas así? Sale a beber, o al menos yo salía a beber, aunque todo el mundo te mirara con cara de "¿Qué hace una señorita en una taberna?" era lo que mejor se me daba y sin nadie a quién decepcionar, no me importaba lo que me dijeran los demás. Claro que desde la última vez que salí a beber sola a la taberna y casi soy víctima de un vampiro apestoso, prefería no salir sola. ¿Y qué mejor que llevar a mi mejor amigo conmigo? Lo había ido a sacar de su casa con la excusa de que ya no hacíamos nada juntos y no había dejado de molestar hasta que aceptó ir conmigo a la taberna.

Todavía no le había dicho a nadie lo de Jamal, era demasiado bizarro pero sencillamente tenía ganas de desestresarme, tenía la bolsa de dinero, la actitud y a Pablo junto a mí. Era bueno tener a un buen amigo en la ciudad con quién contar en caso de que tu medio hermano te confesara que tenía otra personalidad y te violara en una casa abandonada. O algo así. Chasqueé la lengua por décima vez en la noche mirando a ambos lados de la calle caminando hombro con hombro tan sólo rozándonos. La conversación era nula y a cada cosa que me decía, le contestaba con monosílabos y es que las imágenes de aquella noche me saturaban la cabeza. -No vas a dejarme ahí sola a la primera provocación de cualquier cosa con faldas, ¿verdad?-

Era mejor asegurarse, era odioso que fueras a salir con un amigo y en cuanto le hicieran ojitos parpadeantes saliera corriendo esperando que entendieras que los hombres tenían necesidades. Tenía que tener en claro algo: si salía conmigo, se tenía que guardar sus necesidades porque no iba a dejarlo marchar. En cualquier otra ocasión lo hubiera pasado pero no hoy. Esta noche mi amigo tenía que ser sólo mío y tal vez, sólo tal vez después de unas cuantas copas, le confesara lo que me tenía tan rara últimamente.

por **Antonella Giordano** Mar Abr 19, 2011 9:07 pm

Los sollozos salen sin que y pueda reprimirlos pero de alguna manera me siento mejor, tener encima tantas cosas sin poder contárselas a nadie no es precisamente lo mejor para ser ecuánime. Respiro profundamente un par de veces sintiendo que el aliento se me acaba a la mitad del proceso, aun cuando sé que no está a pnto de soltarme, voy susurrando 'no te vayas' pausados como si supiera que toda la gente que me rodea fuera a salir corriendo en cualquier momento. -Ya te he empapado la camisa Susurro contra su hombro aun cuando él deja salir esa promesa que vale más que todas las promesas de una vida juntas, vale más que todo el dinero que traigo encima y que las joyas de las princesas que habitan aquí y que probablemente estén dando una fiesta para festejar cualquier nimiedad.

Me limpio con las manos las lágrimas de manera desenfadada, sin ningún tipo de orden ni nada y acabo seguramente con los ojos hinchados y la cara mojada del llanto pero eso no me importa, ahora siento que tengo un poco más de fortaleza para afrontar lo que sea que me hubiera pasado, más si lo tenía a él conmigo. Y aun cuando me siento más segura, me quedo abrazada de él colocando mi mejilla contra la parte superior de su pecho intentando recobrar el ritmo pausado de mi respiración y sintiendo todavía lágrimas correr por mis mejillas. -Deberíamos poder sanar rápido de las heridas emocionales también- COmento con aire soñador con las palabras entrecortadas intentando olvidarme de todo. ¿Qué caso tiene recordarlo? Mejor tener amnesia de ese preciso momento en el que una persona tan importante me defraudó tan catastróficamente.

por Invitado Mar Abr 19, 2011 9:42 pm

Poco a poco la intensidad de su llanto se calma, aunque no cesa y cómo quisiera tener el poder mágico de hacerla dejar de llorar, de hacer que le deje de doler, pero no puedo y me siento tan inútil, tan insignificante que me da rabia. Y aún en su dolor y su aflicción se preocupa por mi camisa, mi camisa vieja y roída que carece de valor.

-No importa -le digo riendo con amargura y la mantengo a mi lado, abrazándola, quisiera poder quedarme así, quisiera que este fuera su lugar más seguro para estar, sé que no podemos, y sé que no es así, que a pesar de ser su amigo y estar con ella en cualquier momento que me necesite, seguridad no es algo que pueda transmitir con facilidad.

De un bolsillo saco un pañuelo que utilizo en la cabeza mientras toco en las calles y hace mucho calor, no es muy fino, pero es mío y es lo que le ofrezco. Se lo doy para que limpie su rostro, Nell es hermosa y no merece estar así, no merece esa expresión de congoja terrible.

-Deberíamos -le digo como respuesta, estoy de acuerdo, al menos como licántropos nos ahorraríamos muchas penas si tuviéramos tal habilidad-, lamentablemente esas tardan más, pero ya verás, sanarás... yo te ayudo -luego me atrevo a añadir aquello de forma cándida.

por **Antonella Giordano** Mar Abr 19, 2011 10:40 pm

Tal vez no me había dado cuenta conscientemente de que estaba tan abrazada a él, aunque es cierto que sería al único hombre al que podría colgarme así sin tener ningún tipo de remordimiento. El no me juzgaba, sólo me sostenía para hacerme sentir mejor y eso era mucho más de lo que yo creía merecer pero aún así me sostuve ahí, sin importarme que los meseros pasaran y nos miraran, sin importarme si llevaba ahí en esa misma posición una hora o unos minutos, tan sólo esperando a que mi cuerpo dejara de temblar por completo y a que las lágrimas dejaran de salir.

Me incorporé cuando me pasó su pañuelo para limpiarme y separándome un poquito de él sin romper el contacto, dejando una de mis manos agarrada a su camisa en un costado de su torso, un contacto que me permitía saber que ahí seguía. Pude haberle dedicado una sonrisa pero en ese momento no me salía ni siquiera una mueca, era casi imposible. Lo miro mientras me limpio con la mano libre las mejillas y con su forma de darme su ayuda se me hacen agua los ojos otra vez. Después de tantas cosas, siempre podía encontrarme con él para sentirme mejor. Sólo esperaba que yo fuera el mismo apoyo para él. -Si no fuera por ti, a saber dónde estaría ahora-

Se lo dije con la convicción de que así era suspirando fuertemente antes de buscar mi vaso de whisky para beber un poco volviendo a sentir que me inundaba la zozobra. Cielos, ya bastaba de llorar. Mi mano seguía aferrando su camisa sin que yo me diera cuenta y con la otra me limpiaba las mejillas ya secas desde hacía un rato con la esperanza de que así me limpiara incluso las lágrimas que estaban por salir. -Se nos arruinó la noche, ¿No? Y yo que quería salir con él a divertirme y a olvidar.

por Invitado Miér Abr 20, 2011 9:18 pm

La mayoría de las veces no me siento capaz, ni fuerte, pero pocas personas como Nell me hacen desearlo, desear ser capaz y fuerte, y me hacen serlo también, a medida de mis posibilidades. Si yo fuera ella no depositaría tanta confianza en mi, porque lo mío es fracasar, pero la amo por eso, por creer en mi cuando yo no lo hago. Normalmente ella es la fuerte, es fuerte por los dos, pero esta vez tengo que ser yo y el reto me abruma, pero debo hacerlo, por ella.

-No digas eso -le sonrío, quiero verla sonreír-, lo mismo podría decirte, hacer amigos no es algo que se me de fácil -esa es mi forma de decirle lo mismo, sin ella no sería yo nada y no me importa nada, sólo el hecho que me da su amistad tan incondicionalmente, no importa que tan dura sea la tempestad, los dos juntos nos sostenemos para no caer.

La miró aún en mi regazo y me alegra verla más tranquila.

-Una noche contigo jamás se verá arruinada -le guiño un ojo-, y todavía queda mucho whisky -señalo la botella

por **Antonella Giordano** Jue Abr 21, 2011 8:20 pm

En realidad eso no era cierto, lo que pasaba ahí era que él nunca dejaba que la gente lo conociera, porque si lo hiciera, miles de chicas y chicos caerían a sus pies así como yo. Si bien era cierto que a veces nos peleábamos cuando los dos estábamos de mal humor, y otras veces necesitábamos estar solos, la verdad es que él era el único hombre que podía estar a mi lado día y noche sin que yo quisiera sacarlo a patadas de mi vida. Un verdadero amigo como los que te sacaban de la cárcel y te acompañaban en el hospital. -Me tienes a mi- ¿Qué importaba si nadie se daba cuenta de la persona que tenían enfrente? Yo siempre estaría ahí para él como él estaba ahí ahora mismo para mi.

Suspiro sin saber cómo cambiar de tema o algo así porque me siento tan sucia aun cuando me he bañado mil veces y no quiero que tenga esa expresión de preocupación en el rostro, no me gusta. Iba a ser de verdad que Lenneth tenía razón. Si que necesitaba protección. Bufé molesta. -Una chica se ofreció para protegerme, ¿puedes creerlo? Suponía que ahora si se lo imaginaba pero a mi las mujeres o me temían o me huían, sólo unas cuantas se acercaban y después de un encuentro entre sábanas se iban sin dejar rastro. Hice una mueca sin moverme de mi lugar. -Ahora creo que si soy un poco débil- Sonreí. Fue una especie de regalo para él en ese momento tan bizarro. Sostenía su pañuelo en mi mano apretada en un puño y la respiración se iba calmando despacito y las ganas de llorar se iban poco a poco. Ya había pasado, ¿no? -Cielos, me siento tan... Dejé el asunto así porque no sabía cómo me sentía, era todo tan confuso. -No te vayas nunca, ¿vale?

por Invitado Vie Abr 22, 2011 5:51 pm

A veces me encuentro tan encerrado en mis problemas que no me doy cuenta que no soy el único que sufre, incluso ella que es tan decidida y segura ahora mismo se quiebra y entonces me doy cuenta que claro, tengo problemas como todos pero que no debería enfocarme tanto en ellos.

-Y tú para mi es más que suficiente -es la verdad, con ella a mi lado qué puede faltarme, me escucha y me regaña cuando lo merezco, me apoya en mi locura de ser un músico reconocido, y me da mi espacio cuando lo necesito. Le sonrío porque entonces está claro, nos tenemos mutuamente.

-¿Protegerte? -arqueo una ceja-, ¿quién y con qué intenciones? -uno nunca puede estar seguro, se debe confiar en la gente pero no falta quien abuse de ello-. Aceptar que no puedes hacer todo sola no es debilidad -le digo, para mi ella, con todo y lo sucedido, sigue siendo la persona más fuerte que conozco, tal vez un poco terca.

Vuelve a intentar quebrarse, seguimos abrazados así que la aprieto un poco.

-Nunca me voy a ir, es una promesa.

por **Antonella Giordano** Sáb Abr 23, 2011 9:34 pm

Le doy un apretón rápido por las cosas tan dulces que me dice. A veces creo que tiene escondido un manual sobre cómo tratar a Antonella Giordano que se lee en las noches porque siempre acierta en lo que dice para hacerme sentir mejor o simplemente para que enderece el rumbo. Me separo y le obsequio una sonrisa cuando me separo un poquito de él sin extinguir del todo el contacto escuchando su pregunta. Vale, yo puedo hacer esto, dejar un momento el problema de lado y concentrarme en las cosas importantes. Aunque la cara de Jamal seguía atormentándome en mi mente. Diablos. De pronto me siento más cansada que nunca, me pesan las piernas, las manos, la cabeza, el cuerpo entero. -Lenneth, es lo único que sé. Es como de la realeza o algo así... la salvé de un vampiro o ella me salvó a mi- Lo tenía confuso sinceramente, lo cual hizo que hiciera una mueca y me encogí de hombros al mismo tiempo. Sus intenciones parecían honorables pero a saber. -Y quiere ser mi amiga, ¿me imaginas con una amiga?- Yo no. Punto final.

Respiro profundamente empujando el dolor y todo lo demás hacia el fondo de mis recuerdos y arrinconándolo en un cajón de mi subconsciente para que me atormente una vez que quiera dormir. Ya suficiente he arruinado la noche pero el sentimiento de vulnerabilidad me atacaba, me hacía sentir la peor mujer independiente del planeta y me hacía querer esconderme bajo mi cama por días y días. -Ay... Una queja se escapó de mis labios mientras servía whisky en ambos vasos, sabía qe si me ponía muy mal él me llevaría a un lugar seguro, de eso no cabía duda. Evité mirarlo un momento pero sonreí ante su promesa. -Yo tampoco me iré nunca-

por Invitado Sáb Abr 23, 2011 11:34 pm

Trato de continuar la charla sobre esa persona que se ofreció a protegerla aunque siga sin gustarme del todo, lo que realmente quiero es alejar sus pensamientos de lo que le sucedió, quiero distraerla, sé que es imposible, pero por un momento que no piense en eso será un descanso, debe estar agotada, físicamente pero sobretodo emocionalmente.

Me explica sobre esta mujer, su voz es pesada, está agotada. Asiento escuchando pero sigue sin sonarme bien.

-¿No te dijo por qué? -era obvio que no-, es decir -carraspeo -una persona no muestra interés por otra de la nada, y ¿cómo que la salvaste o ella a ti?, ¿no te acuerdas?, ¿fue en luna llena? -tal vez la estoy abrumando con mis preguntas y hago una pausa prolongada.

-La verdad no, no te veo con una amiga -bromeo -pero tampoco te cierres a la posibilidad -le digo, no digo que esta desconocida de nombre Lenneth sea la ideal, pero una amiga... ¿por qué no?

Sirve dos vasos más de whisky pero sus ojos están soñolientos y entiendo, le doy un trago largo a mi bebida y luego la miro.

-Si quieres vámonos, tienes que descansar -ha sido un día difícil para ella.

por **Antonella Giordano** Sáb Abr 23, 2011 11:46 pm

Bebo un poco del whisky sintiendo el sabor a feliz desconexión bajar por mi garganta, quema pero es una quemadura que sé que sanará y que además me hará sentir mejos, una quemadura familiar. Fijo mi vista en el vaso cuando lo bajo de nuevo a la mesa negando a su pregunta y luego chasqueando la lengua. Necesitamos un resumen. -Fui a... Miro alrededor dándome cuenta de que es justamente en este mismo lugar donde estábamos las dos cuando ocurrió así que solamente hago un gesto señalando donde estamos. -Un vampiro la perseguía y no... no fue en luna llena, el asunto es que de pronto la atacaron y me llamó por mi nombre- Eso sonaba algo terrorífico así que más valía explicar las cosas bien. Un suspiro se me escapó de los labios. -Yo ya me había presentado antes.. y en ese momento tuve que ayudarla, el vampiro era astuto y al final ella le clavó una estaca mientras yo lo inmobilizaba- Maldita sea con el trabajo en equipo.

-Luego dijo que veía algo en mi que la hacía querer protegerme... y me llevó a casa en su carruaje y... ya... Era bizarro pero eso era lo que había sucedido. De pronto había días en que me pasaban cosas de lo más bizarras sin darme tregua siquiera a analizar las cosas. Arrugo la nariz en un gesto un poco infantil cuando me da la razón sobre la imagen de una Nell con amigas, yo el único amigo que había tenido era Pablo, no sabía más. -Le dije que no sabía tener amigas- Esa parte me hace reír, era la verdad y ella se lo tomó en serio pero yo estaba impactada por todo lo que nos había pasado. Me hace reir tanto que de pronto no sé si es de verdad tan gracioso. A lo mejor si que estaba cansada y eso me afectaba más de lo que yo creía, por eso me estaba riendo como tonta. ¿O sería que por el estado anímico en el que estaba, el alcohol había llegado más rápido a mi torrente sanguíneo? -¿Nos llevamos esto y seguimos en otro lado? Otro lado donde pudiera acostarme y cerrar los ojos y olvidarme hasta de mi nombre.

por Invitado Dom Abr 24, 2011 11:14 pm

La escucho con atención mientras me cuenta su encuentro con aquella mujer, arqueo una cejar ante toda la historia, aunque suena a algo que a Nell le pasaría, y me alegro que esté bien después de haber matado a un vampiro. Una cosa sale de su lugar en primera instancia... ¿ella trabajó en equipo con alguien más?, si a mi me costaba trabajo ponerme de acuerdo con ella para muchas cosas, me imaginó que fue la situación extrema lo que la hizo cooperar con una extraña. Luego de ese detalle viene lo interesante, ¿Nell... necesita protección?, debe ser una broma, a veces creo que ella es la que me protege a mi cuando debería ser a la inversa.

-Es... -trato de buscar la palabra adecuada -extraño, ¿no? -no puedo describir lo que me dice de otro modo-. Sólo la ayudaste contra un vampiro... de dónde sacó todo lo demás -bufé un poco, no lo entendía y al parecer Nell tampoco lo hacía del todo. Por qué esa mujer se había tomado la consideración de llevarla hasta su casa, en todo caso el agradecimiento debía ser mutuo.

-No sé porque dices eso, tal vez no tienes amigas pero me tienes a mi, y has sabido sobrellevarme -porque sé que a veces no soy la persona más fácil.

Me quedo pensando en todo lo que me ha dicho, creo que sin ella nada interesante me sucedería a mi, es como un imán de cosas fuera de lo común, y aunque no siempre estamos juntos, creo que algo de ese magnetismo se me ha pegado, antes mi vida transcurría en relativa calma.

Suelto una risa sincera cuando me hace la propuesta de seguir bebiendo en otro lado, esa es mi amiga.

-Si quieres -le sonrío, me da igual mientras tenga su compañía.

por **Antonella Giordano** Lun Abr 25, 2011 10:39 pm

Me quedo pensando en lo que pasó y en lo que yo dije después porque al fin y al cabo le había contestado que si quería ser su amiga aunque no tuviera idea de qué significaba eso. -Es bastante ridículo- Y esperaba no haber cometido ningún tipo de error como el que había cometido con Jamal. Jamal. Otra vez Jamal. Sacudí la cabeza cuando otra vez volvía el ciclo en el que volvía a romperme por todo y volvía a llorar. Me miré las uñas para distraerme de lo que estaba pensando y me encogí de hombros frunciendo el ceño y levantando la vista hacia él. -No sé... si te soy sincera aun cuando estaba debajo del estúpido vampiro apestoso, creí que iba a lograr deshacerme de él... Si hubiera podido era totalmente diferente.

Me quedé pensando de nuevo pero estaba con tantas ganas de olvidarme de todo que no quería ni acordarme de todo lo que no fuera estar aquí y ahora con él. Era demasiado agotador intentar encontrar segundas intenciones en las palabras de todo el mundo. Sonreí agradecida con eso de saber sobrellevarlo, ¿cómo podía no hacerlo? yo estaba muy segura de que de los dos, yo era la más imposible. Tuve que reirme. -Boh, si ya sabes que eres mi hombre favorito- Alcé las cejas sutilmente queriendo ser sugerente pero sin lograrlo demasiado. Eran muchas cosas encima todavía. De todas maneras no pierdo el tiempo y engancho mi brazo con el suyo después de poner la paga de la botella sobre la mesa. -Vámonos entonces- Un brazo unido a él, el otro sosteniendo en la mano la botella que ahora era nuestra y nos dirigimos hacia la puerta saliendo ambos de la taberna.

Rol Finalizado

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