Noche de Teatro [Nephtys Bin Hussein]

por Invitado Sáb Abr 16, 2011 4:07 pm

La noche era fresca y las calles estabas repletas de gente, la aristocracia sale a esas horas a las diversiones que ellos pueden pagar y la clase media jamás soñaría, ya ni decir de aquellos que viven en miseria. Él había decidido dar un paseo y sus pasos, inciertos y vagos, pero calmados y sin prisa, lo llevaron hasta ese sitio que había visto en otras épocas esplendorosas, no era que ahora no lo fuera, sino que lucía distinto y sonrió para sus adentros mirando el lugar y la gente. ¿Entrar?, no había considerado la opción hasta que se vio ahí, pero no supo si hacerlo o no. Le gustaba el teatro pero a veces, aunque el tiempo fuera algo tan infinito para él, no lo había para darse ese tipo de gustos, la última vez que había pisado un teatro había sido en Italia, el teatro Ducale que ahora ni siquiera existía pues el fuego se había encargado de consumirlo.

Era gracioso cómo incluso él lograba sobrepasar en tiempo a algunas edificaciones y no sabía cómo sentirse al respecto, sabía que con las personas, las que no eran como él, eso iba a ser la norma, pero ¿con edificios y monumentos?, era increíble y aún así sucedía.

Veía, pero no miraba, estaba abstraído ahí, a unos metros de la entrada del teatro, pensando en todo aquello, no sabiendo qué obras se presentaban, aún dudando si entrar o no.

por Invitado Sáb Abr 16, 2011 4:44 pm

Oh vampiresa, ¿Vienes del paraíso eterno
Oh! Belleza tan confusa,
O del mismísimo infierno?
¿Bajaste o subiste al mundo?

Mis ojos estaban mirando la hermosura de la luna , la magia de la noche y el vacilo entre las nubes. Lograban alimentar mis fantasías que se enredaban en las estrellas , con una luz propia y reluciente de sus cuerpos celestes. Mi cuerpo se deslizaba con total elegancia y sensualidad sobre las calles de París , saludando con educación las personas de la misma clase que yo, una leve inclinación, una atención que no deseaba otorgar a la humanidad. Los olores que desprendían las calles me incitaban en abandonar la postura de humanidad que poseía en aquellos momentos, volviendo a provocar el caos que tan bien lograba provocar, sin dejar huella alguna. Respire profundamente , ignorando todas aquellas aromas. Había cenado antes, ahora solo me iba a dedicar a pasar el tiempo en el teatro. Era mi perdición, mi pecado , saborear aquellas obras fascinantes de los humanos y luego, cuando la noche y el tiempo me permitía, también conocer a mis victimas con mas facilidad que antes, entre ellos los actores. Mis pasos habían llegado ante la entrada del teatro, entre tantos olores solo uno había captado mi atención. El de un vampiro. Mis labios, delicados y profundos como dagas afiladas , rojas como el cielo sin sol cuando se aleja y se marcha, se abrieron dejando escapar unas palabras – Buenas noches – salude quebrando el silencio. Me paré a su lado, observándole con la maldad y la frialdad que me había acompañado durante siglos enteros.

Deslicé mi brazo con sensualidad, tomando el del hombre - ¿Desea acompañarme? – pregunte con un brillo en mis ojos, destellos del mismo infierno que arden sin pudor alguno ante los placeres de la vida eterna. Le hacía una invitación, disfrutar de mi presencia y de las maravillas del teatro. Se veía nuevo, al igual que yo y eso significaba una sola cosa: el comienzo de la eterna amistad que iba a conllevar . Parpadeé unas cuantas veces mientras sujetaba el abanico en mi otra mano ,manos cubiertas por unos guantes de tela negra que contrastaban con mi vestido rojo oscuro, tal cual la sangre de los humanos, la tentación que poseían y nos incitaba a los seres de la muerte.

por Invitado Sáb Abr 16, 2011 5:07 pm

Parado ahí observando la algarada ajena a mi persona fui tomado por sorpresa por una mujer que exuda sensualidad y me toma del brazo como si de viejos conocidos se tratara, no tomo el acto como un atentado a mi persona. La miro y noto de inmediato que se trata de alguien como yo y le sonrío, sonrío con esa expresión, me han dicho tantas veces, es de un pacifista y no de un vampiro.

-Buenas noches -correspondo y puedo observarla más detenidamente, es una hermosa mujer, y obviamente no es tímida, me agrada, he conocido a tantas personas a lo largo de estos siglos y sin embargo son los extrovertidos los que más escasean y mis favoritos.

-Estaría encantado de acompañarla -le digo con ese tono que uso con todas las damas, no sé cómo explicarlo, pero es una entonación que se mese suave y evita a toda costa la brusquedad.

La belleza de esta mujer es diferente, como la que vi en las hijas de los tuaregs del desierto, y es en efecto fascinante, el exotismo lo es por su cualidad de misterioso y distinto, vuelvo a sonreír, porque una sonrisa es el camino a romper toda incomodidad entre un par de desconocidos.

-Daniil Stravinsky -me presento al tiempo que, ella prendada de mi brazo, comenzamos a caminar hacía el teatro-. No era mi intención entrar, pero con tan grata compañía la noche, estoy seguro, será encantadora.

por Invitado Dom Abr 17, 2011 10:46 am

Observe con mas atención el rostro de mi acompañante a medida que el hablaba y a la misma vez caminábamos transmitiendo la elegancia de nuestra clase social. Su rostro no mostraba ni un poco de maldad o frialdad, y su sonrisa parecía mas agradable comparada con algunas sonrisas humanas, puras y dulces. Me frustraba aquello, me fastidiaba. ¿Por qué un vampiro tenía que ser “bueno”?. Para eso estaban los humanos o los hombres lobos. Como bien había dicho mi mentor, que en paz descanse, nosotros éramos los demonios que destruían la tierra, cometíamos pecados y teníamos las almas podridas y quemadas por el fuego del infierno. No conocía su historia, era por eso que mi curiosidad crecía ante la persona que iba a acompañarme en aquella noche tan maravillosa – Créame, yo estoy mucho mas encantada de tener un acompañante como usted – comenté formando una sonrisa picarona en mis labios a medida que entrábamos al teatro . En la entrada, uno de los actores parecía esperar a alguien, supuestamente un familiar. No deseaba hurgar en su mente para saber el motivo de su presencia antes del espectáculo - Buenas noches madame Bin Hussein, cuanto me alegra verla! – me saludó con una sonrisa de oreja a oreja. Sonreí con arrogancia al escuchar sus palabras. ¿Quién no se alegraba de ver al demonio hermoso sobre la tierra de la humanidad? – Buenas noches,monsieur – salude a mi paso soltando una risita coqueta – Veo que tiene acompañante..- agrego este fulminando con la mirada a Daniel. Nunca me habían gustado las personas que agregaban comentarios sobre quien me acompañaba, por eso mismo di unos pasos estando casi en frente del actor – Si, tengo un acompañante – susurre con frialdad reprimiendo las ganas de clavar mis colmillos en su cuello.

Mis ojos se clavaron en los de el, ojos muertos que delataban la maldad y la muerte . El actor se echó a un lado algo embobado y yo, junto con mi querido acompañante nos dirigimos hacía el balcón, donde una de las zonas estaban siempre privadas por mi y quien me acompañase – Es un placer, monsieur Stravinsky compartir esta noche con usted – musite con sensualidad – Nepthys Bin Hussein – me presente subiendo las escaleras junto con Daniil ,mientras algunas personas no dejaban de mirarnos. Celos, envidia, dos sentimientos que me hacían volar en mi nube egocéntrica, que nunca abandonaba.

por Invitado Dom Abr 17, 2011 2:47 pm

Me sentía afortunado esa noche, si la suerte fuera algo que lo que posara yo mi fe, aquella mujer era preciosa y elegante, claro que también era arrogante pero podía entenderlo, yo mismo he pecado de arrogancia algunas veces, sin querer, claro. En el momento que caminábamos pude olerla a profundidad, olía a ella y a que acababa de comer. El olor de la sangre, no niego mi naturaleza, me parece delicioso. Hay algo en las clases altas, corruptas y educadas que hace que sean mis predilectas a la hora de comer, no me gusta tomar vidas así nada más, en el pasado lo disfruté, pero ya no más, sin embargo tengo que comer para mantenerme sano y he encontrado en la pomposidad del estrato más alto mi predilección, su sabor es balanceado, pues se han alimentado de todo y bastante bien, y se han dado buenas vidas.

Tal vez éramos iguales en principio, pero a detalle éramos dispares, siempre me ha gustado conocer gente que no comparte mucho en común conmigo, es de quien más aprende, por eso me parecía un deleite estar al lado de esta mujer.

Mientras caminábamos un hombre, actor creo que era, la saludó y me limité a escuchar, medí cuenta que era envidiado esa noche por tan deslumbrante compañía.

-Es usted muy popular -comenté a modo de cumplido, qué me importan los motivos, deben ser interesantes como sea. La noté reprimir su instinto y lo único que hice fue afianzar su brazo sobre el mío.

Llegamos al balcón, reservado para ella y sonreí, un viejo amigo decía que detrás de mi sonrisa buena y pura había un dejo de autosuficiencia que odiaba, y lo odiaba no por lo que era, sino porque no era capaz de ser descaradamente presuntuoso; no sé qué tanto haya de cierto en todo eso, pero es la única sonrisa que tengo.

-Maravillosos lugares, señorita Bin Hussein -comenté sabiendo ya su nombre-, es un nombre interesante -apunté tratando de saber su origen, he escuchado y conocido nombres de tales tesituras en tierras de sultanes.

por Invitado Lun Abr 25, 2011 4:48 pm

Me senté con elegancia sobre una de las butacas ,esperando que mi acompañante hiciera lo mismo. Solté una pequeña risita traviesa pero con el sabor maléfico que siempre me acompañaba. Por supuesto que era una persona popular. Mi belleza y mi sensualidad era lo primero que llamaban la atención, seguidamente mi acento árabe el cual era muy delicado y marcado con cada palabra que salía de mis carnosos labios . No llevaba mucho tiempo en Paris, tal vez mi estancia no iba a ser duradera por el caos que solía provocar en cada región que mis pies pisaban. Me gustaba crear, sufrimiento, dolor, guerra, hambre, muerte en cada lado de la tierra. Hasta disfrutaba ver como dos animales se devoraban entre ellos. Había nacido con el don de hacer mal e iba a utilizarlo como me daba la gana, como mi frío corazón deseaba . Abrí el abanico con suavidad, comenzando a hacerme aire teatralmente, pareciendo una autentica humana. Mientras movía mi muñeca con agilidad y elegancia comenté – Es uno de mis preferidos – sonreí enseñando mis colmillos sin miedo de que la gente pudiera verme. Lo dudaba, la zona estaba semi oscura , apenas lograban verme en totalidad.

Mi nombre era interesante, obviamente. Proveniente de la realeza de las tierras exóticas , leyes demasiado duras con las mujeres. Ahora, pensándolo mejor, no tenía ni la menor idea quien iba a reinar en aquella ciudad o quien reinaba. Tal vez una visita no hacía mal a nadie, volviendo a revivir noches eróticas solo observando las habitaciones donde yo misma solía vivirlas con ambos hermanos. No pude dejar de sonreír de una manera malvada, casi endemoniada , solo en pensar aquellos tiempos y las desgracias que había traído las noches lujuriosas – Me sorprende que no se hubiera dado cuenta de que apellido se trate , monsieur .Tal vez Sergey Bin Hussein no era tan conocido como solía alardear – dije el último comentario mas para mi misma que para el hombre. Solía alardear de lo conocido que era, 400 mas o menos habían pasado desde la muerte de “mi familia”. “Que desgracia” pensé poniendo los ojos en blanco - ¿Usted de donde provine? – pregunté girando mi cuello para observarle mejor. Seguramente no tenía mas de 400 años o tal vez me estaba engañando. Los vampiros, nosotros, solíamos calcular la edad mediante el contacto visual , no era fácil pero tampoco difícil. Seguía haciendo unos aires suaves , esperando la respuesta de mi acompañante elegante. La obra aun no comenzaba, tal vez porque el actor estaba en la entrada y no donde debería estar.

por Invitado Lun Abr 25, 2011 6:10 pm

Asentí al momento que ella tomaba asiento, luego la imité y sentí la brisa que provocaba con su abanico, miré hacia abajo con curiosidad, nada era fuera de lo común excepto que dos vampiros estaban en ese sitio privilegiado en las alturas, me giré para verla con una sonrisa ladeada falsamente inocente. Mi expresión de "niño bueno" que contrasta con la obvia malicia de Nephtys.

Sergey Bin Hussein, repito el nombre mentalmente y creo que lo había escuchado hace años, muchos, demasiados, acababa de ser convertido creo, llevaba pocos lustros a cuestas como vampiro y nunca crucé caminos con él, por eso no me sonaba de primera mano, y hace mucho que no voy hasta el Este medio, no sé más, pero que mejor informante que mi acompañante.

-Lo era -le digo-, sólo que nunca me topé con él -respondo con la verdad y me quedo callado.

-Provengo de Rusia, posiblemente no sea tan interesante como el lugar de donde usted viene -Arabia Saudita, más exótico y desconocido para este lado del mundo, le sonrío y me sorprende un poco que mis requiebros no la intimiden, supongo que es más difícil hacerlo con un vampiro como yo que con los mortales (las mortales, quiero decir)

-Y dígame, ¿lleva mucho tiempo en París? -trato de seguir la conversación, somos tan diferentes, puedo verlo y sentirlo, que sin duda una plática con ella será atrayende y vertiginosa.

por Invitado Miér Mayo 25, 2011 3:41 pm

Mi risa armonica pero a la misma vez engañadora, se hizo resonar en el palco provocando que varias miradas fueran dirigidas hacia nosotros. El motivo de mi risa había sido el comentario que mi acompañante había dejado escapar. Obviamente, “mi padre” había sido un hombre conocido, pero hasta tal punto. No me sorprendía en absoluto que Daniil hubiese escuchado aquel nombre noble. Seguí moviendo mi muñeca con elegancia , aireándome con la misma sensualidad con la que solía hablar – Seguramente si se hubiera topado con el , acabaría convirtiéndose en su cena – susurré con un tono divertido. Optaba por no agregar “ como se convirtió en la mía” , mi confianza en Daniil no era plena. Con la vista en mi acompañante, escuche de donde provenía . Mi país, a simple vista era un país exótico pero dentro de ella se escondían muchos mas secretos que en Paris. Sonreí perspicaz , coqueta, parpadeando con cierta elegancia en mis gestos sin agregar comentario alguno sobre el tema de mi país. Misterioso, así optaba la gente por nombrarlo ..y si era misterioso, no entendía por que yo debía cambiar aquello.

- No, un tiempo necesario – respondí sin ninguna respuesta que pudiera evidenciar mi estancia concreta. Tal vez solo era cuestión de meses en seguir viviendo en Paris, hasta que alguien o el caos que provocaba a mi paso, me obligarían de nuevo en retirarme para provocar misericordia en otras partes de la tierra. El mundo era grande, inexplorado, maldito y repleto de aromas. Aromas que me había propuesto saborear a mi paso, sin nadie que pudiese pararme - ¿Y usted, querido Stravinsky? – pregunté clavando mis ojos en los de el. Igual de marrones, color café, derritiéndose en los suyos con la dulzura falsa que parecía envolverme. Había ejercido una atención especial en su personalidad, me llamaba la atención , siendo un vampiro con tantos años , se mostraba pasivo, elegante y educado. Era distinto de los nuestros, al igual que yo, cada uno teníamos algo que nos favorecía. Yo aportaba la maldad y el…la imagen del niño que no había roto un plato en su vida.

{Perdona la tardanza X.x e tenido abandonada a mi vampirita xD recién la e sacado del armario (? }

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