Entre ceda, satín y tul [Privado]

por Invitado Lun Abr 18, 2011 11:00 pm

El golpe en la puerta resonaba en las paredes de la habitación del hotel, tenía gran pereza que me impedía levantarme, pero el sonido era incesante. TOC- TOC… TOC-TOC…. No me quedo otra que levantarme de los brazos de Morfeo, cubrí mi cuerpo con una bata de ceda verde, pase de la habitación donde dormía a la que tenía una amplio espacio donde habían unos sofás y una mesa de té. Abrí la puerta y me encontré con la mucama que con una gran sonrisa me dejaba casi perpleja – Su desayuno Madeimoselle – me dijo con un tono de voz bien fino, la hice pasar mientras pensaba en cuantas horas le había dedicado a dormir, suspire esperando que dejara todo sobre la mesa luego le di 5 francos y aquella mucama desapareció del lugar cerrando suavemente la puerta tras su espalda. Me senté en una silla acolchada y los aromas de aquel festín me envolvía poco a poco, café vienes, juego de naranja, un trozo de torta de chocolate y unos panecillos tostados con crema de queso. Dedique mi tiempo para simplemente disfrutar de aquella comida, mi festín matinal.

Alguien toco la puerta y toda mi tranquilidad se vio desbaratada según mis sentidos un corazón latía con algo de ansiedad, la respiración era controlada y no había peligro alguno allegar a la puerta vi un sobre amarillento que seguramente tiraron por la rendija superior de la puerta, abrí sin cuidado y saque mi cabeza para ver de quien se había tratado todo esto pero ya no había nadie por los pasillos del hotel. Abrí el sobre y comencé a leer, era una invitación para la exhibición de telas, trajes y vestidos de alta costura que se expondrían en el salón principal del hotel. – Interesante. Hoy tendré trajes nuevos – dije en voz alta mientras me dirigía a la mesa para terminar mi desayuno.

Me vestí con un traje color violeta y encajes en negro ajustado a mi tronco y dando paso a un abundante faldón del mismo tono violeta y con unos zapatos de pequeño tacón acompañados con un bolso negro de encaje ya estaba lista. Salí de la habitación y baje al gran salón donde había una gran cantidad de damas y varones observando las telas, los vestidos y todo tipo de accesorios una verdadera fiesta para los consumistas como yo. Comencé mi trayecto caminando a paso lento tenía todo el día para hacer compras y lo primero que vi fue un gran mesón lleno de sombreros, guantes y máscaras mis ojos brillaron sintiendo una leve excitación correr por mis venas tome una máscara probando que me quedara perfectamente me dirigí hasta quedar frente a un gran espejo que había cerca modelando no una sino seis mascaras que comencé a intercambiar una de la otra hasta quedarme con la que combinaba perfectamente con mi atuendo.

máscara: