Mirar el sol con los ojos cerrados | Libre.

por Invitado Dom Jun 06, 2010 7:42 pm

Días soleados. Mis preferidos.
Y es que, ¿cómo podría alguien resistirse a tanta delicia?
Los rayos se abrían paso entre las diminutas hojas que pendían de las ramas de inmensos árboles que hacían las veces de cúpula vegetal. La cálida luz se grababa en mi piel dándome una sensación maravillosa de alegría.
Era una señal, seguramente. La señal de que estaba viva. ¡Y nada más bello que poder vivir!
Más al norte se encontraba un espacio gigantesco sin tantos árboles, el contraste del césped de un verde vibrante contra el cielo celeste y despejado, cual capa extendida a partir del cuello de un rey brillante: el sol.
Caminé a paso lento hacia aquel lugar. Era mucho más agradable que estar a la sombra de los árboles.
Ese día era especial para estar en la ciudad. Mi padre se encontraba tomando algún aperitivo en algún café mientras yo disfrutaba de la variedad de personas a mi alrededor. Más allá, un poco lejos, se encontraba el conductor de nuestro carruaje. Caminaba lento, sumido en sus pensamientos, o tal vez observándome como un guardián de la niña que vio nacer.
Finalmente, cuando estuve justo debajo del sol, me decidí por un lugarcito en el gran jardín y me senté con delicadeza. No era muy bien visto aquello -al menos no sin una manta que conservase el rico tejido que conformaba mi vestido- pero no me importaba. Me sostuve con ambos brazos, cuyas manos se apoyaron en el césped, centímetros detrás mío y eché la cabeza hacia atrás. Cerré los ojos y dejé que los rayos de sol peinaran mis pestañas. En tan sólo unos instantes perdí la noción de todo lo que sucedía a mi alrededor, enfocada sólo en las caricias del sol sobre mi piel.
Estaba alegre por haber conseguido la oportunidad de pasar un día al aire libre, en París.

por Invitado Dom Jun 06, 2010 8:59 pm

Avía perdido la noción del tiempo en que me encontraba. No me importaba eso. Ahora lo único que deseaba y tanto anhelaba era pasar un tiempo fuera de la casa de mis tíos. No sabia por que tanta preocupación en que llegara a cometer algún suicido con mi propia vida. Creían que con la simple muerte de mis padres yo igual quería pasar esa mala fortuna. No estaba tan loca.
Aun recordando como logre escapar de casa, esperaba que el hermoso vestido de tejidos azules no se allá echo destrozan o alguien lo robara. Eso ahora no importaba. Una gorra que escondía mis cabellos y ropa alterna de una persona normal y no de realeza me daban una pinta de hombre. Incluso así me veía hermosa. Reí por lo dentro. ¿Qué pensaría mi hermano si me viera de esta forma?

Adentrándome en una plaza no esperaba que me tocara el caso en que varias personas lograran reconocer mi rostro. Debían de ser inteligentes aquellas criaturas. Sin que eso me diera algún punto de importancia seguí andando disfrutando de las corrientes de aires y el sol que se impregnaba en mi piel. Mi miraba se dirigía ansiosa a todo mi alrededor buscando algo con que poder divertirme. No era mas que cosas poco parecidas de Inglaterra. Niños jugando torpemente con una pelota lanzándola sin sentido. La observe irse lejos entre unos árboles y un poco mas lejos una chica que se recostaba asía atrás. ¿La abrían golpeado? Me acerque con pasos gráciles y que no mostraban nada de hombría como quería aparentar.
-Disculpe señorita -me agache un poco quedando a su altura. Carraspee un poco mi garganta para dar un tono de voz mas grave. Parecía un chico afeminado, quien diría que las clases servirían de mucho- ¿Qué es que acaso la golpeo un pelota? O solo es que esta con toda tranquilidad solo disfrutando del día

por Invitado Lun Jun 07, 2010 10:04 am

Me sorprendió oír una voz un tanto extraña cuando aún permanecía con mis ojos cerrados.
Levanté la cabeza y luego los abrí para encontrarme así con un joven que parecía irreal. Era curioso mirarlo a los ojos, puesto que sus facciones eran muy atractivas de un modo femenino: me recordaba a cualquier amiga que tomara el té conmigo una tarde de verano. Ahora bien, no fue lo único que llamó mi atención, puesto que pude notar cierto nerviosismo en su voz y en su mirada, como que no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo. Por último, además de la tensión que se notaba en él, el timbre de su voz era llamativo por completo, puesto que no era el de un clásico caballero de la sociedad, aunque pensándolo bien, se lo veía bastante joven como para haber desarrollado una voz más importante. Y su francés, perfecto. Aún así en su acento se notaba cierto vestigio de alguna lengua madre que no se relacionaba con la mía.
No había cambiado de posición pero mis labios formaron una línea tensa debido a todos mis cuestionamientos que se dieron lugar en tan sólo segundos. Luego tomé aire con suavidad y bajé un poco más el rostro, miré hacia un costado, para volver a enfocarme al instante en aquel extraño personaje y sonreí.
-¡Oh! No, en verdad no me ha sucedido nada -comenté con tranquilidad, aún con esa sonrisa en mi rostro-. Me encuentro bien, no se preocupe -pausa-. No se preocupe. De todas formas, gracias -finalicé y me quedé sin otras palabras más que una pregunta aún no formulada correctamente, para entender de qué se trataba ese aspecto tan peculiar que llevaba el joven-.
Miré hacia el cielo, buscando algún comentario propicio y estallé en una exclamación que dio a entender que estaba sorprendida por mi poca cortesía.
-¿Quiere sentarse a mi lado? -dije acomodándome, colocando ambos brazos sobre mis piernas- Es un gran día, ¿no le parece? Quizá pueda hacerme compañía un rato, si usted así lo desea, y hablar de algún tema... -mi voz se perdió entre el canto ligero de las aves- De acuerdo, no sé de qué tema -reí-, pero supongo que ya algo se nos ocurrirá.

por Invitado Lun Jun 07, 2010 1:37 pm

Mis parpados parpadearon continuamente cuando note la nata belleza de aquella chica. Sus ojos me inspeccionaban o claramente me analizaban con rapidez. Me encogí de hombros esperando alguna reacción de ella. Su cabello encandilante era de un centellante dorado con perspectiva a la luz, muy parecido al oro, daba una buena combinación con la palidez de su rostro, una piel blanca como la harina o solo era que llevaba maquillaje. Esperando algún movimiento mas expresivo de su cuerpo me di el tiempo para ahora yo analizarla. Manteniendo mi posición inclinada cercas de ella en puntillas, coloque mis manos sobre mis rodillas. Su apariencia era clásica de gente de la alta sociedad. Su ropa lo decía y aquellas personas que se podían ver a lo lejos atentos a lo que yo hacia. Bufe por lo dentro y me gire de nuevo a ella.
Valla si que era hermosa. Me sentía una minoría junto a ella. Si algún día pensaba en cambiar de orientación sexual iría rápidamente con esta chica. Pero… ¿Qué locuras pensaba? Ya me lo estaba tomando muy afondo. Reí por lo dentro. Era una tontería aun así pensar ese alocado pensamiento. Una vez que note movimiento me tense. Se veía bien y no lastimada por algo. Mientras hablaba tan tranquilamente daba las gracias. Entonces si era de la alta sociedad, su comportamiento lo decía. Di en el clavo.

-Me alegro que alguien como usted este bien y no se allá lastimado por culpa de aquellos niños -dije apuntándolos con un movimiento de cabeza reprimiendo casa centímetro de sutileza. El echo de que me invitara a sentarme a su lado era mucho mas conveniente que ir directo a casa. Ahora no estaba para llevarme un regaño, y mucho menos tener que estudiar todos los días como solía hacerlo. Me encogí de hombros y con asentimiento afirmativo con la cabeza acepte de buena gana.- seria todo un placer señorita, sentarse junto a una dama de tal categoría junto a alguien como yo no seria bien visto, pero en este caso seria una completa cortesía para mi -torcí los labios dando una sonrisa de lado como esas que siempre se le veían a mi hermano, tan atractivas que incluso muchas veces me intimidaban. Me eche a su lado con tal gracia y tranquilidad muy bien parecido a un cisne.- pues dígame usted, seguro que tiene aun mas cosas que contar que yo, explíqueme una cosa ¿Cuál es su nombre lady? -tantos años de expriencia ayudaban a que todo me saliera como una perfecta obra de teatro. Quizas ese era mi futuro o solo seguir el ejemplo de mi familia.

por Invitado Lun Jun 07, 2010 6:35 pm

El joven pareció calmarse de a poco y finalizó aceptando mi propuesta.
Era extraño que alguien se acercara a mí en aquellos paseos ya que todos se veían acompañados por gente conocida, y a veces, yo estaba en ese grupo de personas que caminaban por allí disfrutando de una charla con alguien cercano.
No. Definitivamente, no era algo que sucedía todos los días, y por eso me agradaba. Porque era una maravillosa forma de conocer a alguien, de entablar una amistad o pasar el rato. Estaba acostumbrada a esas amistades que uno consigue en fiestas atestadas de familias de la misma clase social a la que yo pertenecía, con los mismos gustos y costumbres, las mismas historias y modales.
Aquello era nuevo. Y me gustaba. Estaba hablando con un perfecto -y misterioso- desconocido en el medio del parque, bajo el sol...

Negué con la cabeza cuando volvió a mencionar el hecho de haber sido agredida por un simple juego de niños: en verdad me encontraba a la perfección.
Y luego, habló de ese tema tan gastado, el tema de las apariencias y modales y demás. No me gustaba, así que reprobé sus palabras cerrando los ojos y sacudiendo mi mano en forma negativa como para hacer que se olvidara de ello.
Yo era una persona un tanto peculiar en ese sentido. Sí, era educada y podía ser semejante a una muñequita de porcelana propia de una princesa pero eso partía de las costumbres y la educación que había recibido, pero nada de eso hizo que mi personalidad y mi alma, mi corazón, cambiasen. Me gustaba lo nuevo, me gustaba relacionarme, me gustaba disfrutar de todo lo que la vida me presentaba. Nada más.
Rechazar, entonces, al joven, sería ir en contra de mi propia naturaleza.
-Me llamo Francine -contesté con tranquilidad, mirándolo a los ojos, aún con ese análisis en marcha viendo qué era lo que hacía tan extraño a mi compañero-. ¿Y el suyo? ¿Es usted de aquí? Su francés es perfecto pero aún tiene vestigios de algún acento extraño, ¿puede ser? -suspiré- ¡Oh! Quizás soy un poco inoportuna y me comporto incorrectamente, disculpe si le hago sentir incómodo, puede creer tranquilo que no es mi intención -me disculpé-. Suelo ser demasiado curiosa... -callé un instante- Además, es sólo para iniciar una agradable conversación -reí-.

por Invitado Lun Jun 07, 2010 7:17 pm

Mis análisis cesaron y suspire observando asía el cielo. No era un punto en especifico, solo pesaba mi mirada por todos lados sin que el sol lastimara mis ojos. Cada día que transcurría empezaban a suceder cosas diferentes. Y no hababa sobre la nueva vida con mis tíos, nada que ver, ahora solo era un poco mas de libertad y “rebeldía” como me ah llegado a mencionar Margareth varias veces. Ahora esta chica que se encontraba a mi lado podía que lograra ser la excepción de nivel de amistad. Se le veía agradable y aunque su atuendo fue lujoso su personalidad podría ser el de una persona como otra que no le interesa mas que pasar un buen rato. Me alegraba por eso, no era como una novela de ficción o alguna romántica donde la amistad triunfa sobre todas las cosas, este seria u cambio y los mas probable era que la juventud haría todo su trabajo. Pero aun era demasiado temprano para sacar propias conclusiones. Moví mi cabeza exuberante de cómo hablaba. Sonreí abiertamente mostrando algo de mis dientes que se diferenciaban por mi color de piel. Empecé a mover un pie con ritmo como si fuera algún baile, era solo diversión.

-Excelente nombre para usted -exclame dando un aplauso. No avía tomado mucho interés la pregunta que me avía echo, me gustaba mucho mas saber de las personas a resaltar la mía propia, pero era descortés y llevaba a solo la misma pregunta.- Cath.. -hice una pausa; metí la pata- me dicen en ingles varias veces, ya debe de saber como son los amigos y todo eso -suspire- pero me llamo Charles, puede llamarme como guste señorita Francine -me incline asía el frente acomodando mis manos entre mis rodillas y recargando mi suave mentón sobre ellas volviendo la vista a ella- no soy de aquí, provengo de Inglaterra y lo del Francés quizás sea por que muchos tienen un poco mas de habilidad nata que otros -respondí no sin antes pasarme esa respuesta por la cabeza. ¿Cómo pudo llegar tan rápido? Reí levemente por lo que decía y volví a sonreí para tranquilizarla- no puede incomodo a nadie, esa personalidad me gusta, todos tienen una parte curiosa, solo míreme -toma el cuello de la camiseta y la jale asía el frente volviendo a mi antigua postura- todo mundo sabe lo que hace y por lo visto debe saber lo que dice ¿No? En ese caso no lo hubiera dicho

por Invitado Lun Jun 07, 2010 7:47 pm

Reí asintiendo con la cabeza cuando mencionó lo de su nombre relacionado con sus amigos. Y lo comprendía, no sólo con respecto a las amistades sino a cualquier otra persona, como por ejemplo, en mi caso, mi padre jamás me llamaba "Francine" sino que utilizaba millones de otras maneras para llamarme. Cath. Me agradaba, porque nunca podría adjudicar esa palabra a un nombre como Charles, pero seguro que él tendría sus razones.
Le dediqué una mueca de sorpresa y a la vez entendimiento cuando explicó que era inglés, y en verdad me emocionó saberlo. Conocía a muchos ingleses ya que los había tenido incluso como huéspedes en mi residencia, por lo cual no debía emocionarme, pero cuando escuché que aquel joven en especial era inglés, me dio alegría. ¿Por qué? Ni yo lo sabía, quizás se trataba de un nuevo amigo sin relación previa con mi familia, que provenía de Inglaterra y que podría contarme de su país refiriéndose a otros aspectos y no al clásico ámbito adinerado, donde había miles de géneros del estilo de decoración inglesa y sus diferencias con la francesa o temas políticos o económicos. Cath o Charles, me permitiría conocer otro punto de vista de su bello país.
Volví a asentir cuando acabaron sus palabras y me mantuve en silencio, volviendo a mirarlo a los ojos. ¡Aún no descubría su secreto! No lo recuerdo muy bien, pero es probable que haya entrecerrado los ojos para agudizar mi vista y ver lo que en verdad lo hacía diferente.
¿Por qué me llamas tanto la atención?
-Seguramente. Más allá de mis disculpas por sonar un poco atrevida con mi avalancha de preguntas, estoy segura de que esta conversación se trata de una nave que puede llegar a un buen puerto cuando alguno de los dos deba marcharse -dije con tranquilidad-. Quién sabe, tal vez lleguemos a descubrir muchas cosas a partir de las palabras del otro -reí-. ¿Qué lo trajo a París? -pregunté sin mucho preámbulo- No me diga nada. Es obvio. París tiene un sol espléndido -volví a hacer escuchar mi risa que sonaba como campanas tintineando al cielo-. Me han comentado que en Inglaterra, o al menos en Londres, no hay mucho sol, ¿es verdad? -indagué con mucha curiosidad, casi a punto de acercarme a él como en un acto de complicidad- Aún así -retomé-, me gustaría viajar a su país algún día, aunque detesto los días sin sol, pero claro que me encantaría... ¡Me han hablado maravillas! Incluso podría ser mi guía, si no le es mucha molestia -aclaré para no sonar muy atrevida-. Supongo, de todas formas, que a usted le encanta la idea, ya que es un caballero y que no sería capaz de negarse a mi petición -di por sentado el hecho entre risas, evidenciando que no hablaba muy en serio, aunque en el fondo deseaba eso: un amigo fuera del ámbito al cual estaba acostumbrada-.

por Invitado Lun Jun 07, 2010 9:28 pm

Se echo a reír a causa de lo que avía mencionado sobre ese apodo. No cabía duda que en eso no mentía. Mi familia solía decirme Cath por el echo de que Catherina era la forma para acortarlo y algo aun mas gracioso era que me llamaban gato, en el idioma español, a causa de que era el nombrecito para el lindo animal en ingles. Pero a diferencia de eso… no se me pudo ocurrir mejor cosa que eso. ¿Qué tenia que ver Cath con Charles? Absolutamente nada. La única razón que se me ocurriría seria solo un seudo minio para avergonzar a alguien como suelen hacerlo respecto a las habilidades ya sean buenas o no. Un brillo apareció en sus ojos. La emocionaba o algo parecido en que yo fuera inglesa o mas bien dicho… Charles fuera un ingles. En que lió me avía metido. La observe volviendo a analizándome. Ya se abría dado cuneta en verdad de quien era. No. Espero que no. Aunque odiara mentirle a alguien esta vez necesitaba darme algo de ayuda a mi misma, siempre eran los demas. Pero siempre fracasaba. Me encogí un poco mas de hombros como si me fuera a hundir en ellos en una mar profundo.

-No se preocupe, la entiendo completamente -dije asintiendo con la cabeza. Me mordí la lengua para no decir alguna tontería, debía de pensarme bien las cosas ya que era experta en ese tema- pues a Paris me trajo no solo el sol deslumbrador, no, si no que igual… como decirlo, se podría decir que no me soportaban en casa y así fue como fui a terminar aquí -suspire. Me recosté en el pasto con los ojos cerrados tratando de no desacomodarme la gorra. Pase mis manos por mi nuca disfrutando de cómo el sol se inyectaba en mi piel y el aire le daba un toque calido- pues estaría mintiendo si digiera lo contrario, Londres es una ciudad muy cambiante pero usualmente suele estar con climas frescos, y seria una muy buena idea darle un paseo por toda Inglaterra, son al menos unos 30 minutos en coche -abrí los ojos y la mire de reojo los volví a cerrar y acomodando la gorra en forma en que tapara mis ojos me aclare la garganta- ¿Qué tanto me mira usted? ¿Qué es acaso que le gusto? -le pregunte divertida y con tono infantil. Solo lo avía dicho para que dejara de verme con esa mirada que me ponía nerviosa.

por Invitado Mar Jun 08, 2010 8:58 pm

Lo escuché con atención. El joven era interesante. ¿Acaso se trataba del misterio que despertaba en mí? ¿Eran sus palabras tan importantes como para mantenerme a su lado esperando más? No sabía muy bien cuál era la opción correcta, pero yo me inclinaba por la primera.
Lo miré alerta cuando escuché aquello de que no lo soportaban en su casa. ¿Qué clase de familia tenía el chico? ¿Era posible eso? Me asombraba que alguien no pudiera querer a su propio hijo y permitir así que éste se marchara a gusto o algo así. Y luego trató de cambiar de tema -o daba la impresión- con su descripción de Inglaterra. Me daban muchas mas ganas de visitarla.

Reí sonoramente puesto que me había parecido gracioso su último comentario. Me atreví a darle apenas un golpecito en el brazo como para regañarlo por su broma.
-¡No es así! -negué aún entre risas- Aunque no puedo negar que me despierta cierta curiosidad -confesé con los ojos entrecerrados-. No se ofenda por ese último comentario, no es una crítica con ánimos de serle desagradable sino que parece que es usted todo un misterio -mencioné-. Bueno y además debo admitir que me gusta la gorra que lleva puesta -incliné levemente la cabeza hacia un lado mientras intentaba borrar una sonrisa traviesa que se asomaba sin mi consentimiento-. Le diré un secreto: -me acerqué un poco a él- no tengo idea de lo que se siente llevar tal accesorio; he llevado muchos sombreros pero no uno como ese. De hecho, toda la vestimenta masculina es un misterio para mí.

por Invitado Miér Jun 09, 2010 3:05 pm

Yo misma n me creía de lo que yo avía mencionaba. Preguntarle tal cosa a una chica que podría conocerme. Y era la gorra que evitaba todo eso. Bendita sea la gorra. Pensé divertida poniéndolos ojos en blanco sin que se vieran a causa del accesorio bendecido hace unos instantes. Recibí por tal causa unos toquecitos que me pusieron alerta de un momento para otro. El caso en que le daba curiosidad era completamente divertido y extraño. Mis risitas se escuchaban en mi cabeza libremente. Era toda una magia todo esto. Tenia un montón de definiciones para lo que mi cabeza quería que digiera. Pero la ignore haciéndola a un lado. La escuche un poco mas cercas diciéndome según ella un secreto. Era… algo nada común. Aun así yo avía utilizado tal ropa y no por estas cuestiones por la cual ocultaba mi persona, si no que era un simple juego que teníamos en casa con todos mis hermanos antes de que fueran partidarios del parlamento.

-Entonces, quizás un día le regale una gorra como la mía -musite- y a lo que avía dicho sobre la curiosidad quizás sea solo esto… -hice un movimiento con la gorra con mucho cuidado de no quitármela- y misterioso, el serlo es mi personalidad -destape mis ojos que centellaron con la luz del sol. Me recargue en mis codos acercándome un poco a ella en un movimiento grácil y lento- considéreme como a alguien a que se le puede conocer a fondo si se lo proponen, claro esta -reí levemente- ¿Qué le parece si ahora yo le cuento un secreto? Pero si promete no gritarme de cosas y correrme del lugar aunque advierto que es algo difícil de hacer con migo -no parecía el tipo de chica quien lo tomaría demasiado enserio, quizás me llevaría algunos insultos o llamados como una depravadora. Ahora solo esperaba que me diera alguna respuesta con tanto misterio que me traía en mano.

por Invitado Miér Jun 09, 2010 6:40 pm

Se me iluminó la mirada en cuanto dijo que podría regalarme una gorra como la suya. Un accesorio de hombre. Eso era realmente extraño. ¿Y si en vez de comprarme una nueva me regalara alguna suya? Sería de un hombre, un hombre de verdad, tendría su aroma, sus recuerdos. Sonreí cuando pensé aquello. Me era nuevo todo eso. Jamás había imaginado la posibilidad de entablar una relación con un joven, una relación tan entrañable como para que me regalase algo: un objeto que me recordara su compañía. Su amistad.
Y atendi cuando mostró la llave para llegar a su corazón. Presté mucha atención. Me interesaba, quizás hasta explicaría el por qué me intrigaba tanto.
¿Por qué tenía tanta fascinación por un joven que apenas conocía? Porque era la primera persona que conocía fuera de casa. Era la primera persona que se me había acercado con nervios, sí, pero sin interés en nada. Era el primer joven que me ofrecía su amistad, su tiempo. Eso me gustaba, esa nueva experiencia, esa nueva paz de verme con una persona desinteresada que era capaz de darme un poco de alegría con su mera presencia, con su amistad.
¿Un secreto? Eso me atrapó más aún.
Levanté el rostro un poco más y lo miré a los ojos con cierta complicidad. Le dediqué un intento de sonrisa mientras pesaba cada pensamiento que se apoderaba de mi mente. ¿Qué sería lo correcto? ¿Aceptar la posibilidad de llevar conmigo un secreto ajeno? ¿Negarme, con diplomacia, explicando que no era capaz de atreverme a entrometerme en su vida?
No lo pensé mucho más: -¿Un secreto? ¿Qué clase de secreto? -había caído en la trampa como un ratoncito hambriento. Hice una pausa y volví a atender a mi consciencia- Oh, disculpe, soy muy entrometida -desvié la vista, pero sólo por un segundo, al instante decidí devolverle la mirada, ansiosa por escuchar lo que quería decir-, pero en verdad quiero que usted sepa que aquí tiene una cómplice de lo que desee -le sonreí para darle confianza-, cuando lo desee. Puede confiar en mí, si necesita desahogarse, pues hágalo -asentí con la cabeza y lo miré fijamente a los ojos para pedirle que no tuviera vergüenza-. Ahora bien, si lo que quiere es cambiar de tema podemos volver a observar con detenimiento los detalles de su gorra -reí para disminuír la tensión-.

por Invitado Vie Jun 11, 2010 6:57 pm

Se formo una suave sonrisa al parecer por lo que lograba observar en su rostro. Ahora me tendría que conseguir una. Siendo de la realeza no seria tan complicado como dirían otros. Pero… en mi caso si pidiera tal cosa quedaría castigada por un tiempo y ya me avía artado de esos libros, repasarlos una y otra vez. Esta situación era una escena de lo mas rara y nada común que pueda tener. Yo una buena y divertida platica sin tener ningún honor por mi nombre. Solo como si fuera una persona diferente, solo en el aspecto y pocas cosas en la personalidad. Las ganas que traía ahora eran magnificas, esa solemne energía tan divertida, emoción pura.
Entrelace mis manos y me agarre de ellas con ayuda de mis rodillas flexionadas. La miraba divertida esperando no le incomodara mucho que fuera una chica. Respecto si yo estuviera en mi logar si me incomodaría pero lo ignoraría completamente, no es algo que digiera: ¡Oh, valla! Una depravada. No. Lo tomaría a la ligera.

-Le digo que es algo -hice una pausa- ¿Cómo definirlo? Raro -puse una mano en mi cabeza tomando de la gorra- pero le recuerdo que no se enoje con migo aun así no eh matado a nadie, solo unas cuantas personas pero no es nada para que preocuparse -murmure en broma acercándome a ella con una mano cercas de mi boca. Reí levemente y me encogí de hombros- antes que nada ¿Qué pensaría de mi si fuera una chica? Digo, el mundo es completamente extraño como para que no pudiera serlo

off: perdon por la tardanza y lo corto, andaba ocupadita .____.

por Invitado Sáb Jun 12, 2010 8:59 pm

Off: no te preocupes, está genialoso *-*

Lo alenté para que comenzara con su confesión asintiendo varias veces con la cabeza. Estaba ansiosa. Quería saber de qué se trataba y ver si se animaba a contarle un secreto a una completa desconocida. Creo que yo sería capaz de ello, pero que otra persona pudiera hacerlo me parecía extraño, después de todo, ¿quién era yo para escuchar sus confidencias? Sospeché que tal vez quisiera una amiga, una persona en quien confiar, y bueno, para ser sincera yo estaba encantada de poder escucharlo.
Reí cuando me dijo que no había matado a alguien y callé de golpe cuando comentó que sólo habían sido unas pocas víctimas y que no debía preocuparme. De acuerdo, me había atrapado. Volví a reír para liberar tensiones, con una risilla estruendosa y lo miré de soslayo pensando en que todo se volvía un poco extraño, aunque claro que no creía que fuera asesino, pero su broma me había tomado desprevenida.
Y luego, lanzó el dardo. Con dirección, con velocidad, con seguridad. Así. Rápidamente. Me detuve en un gesto lleno de sorpresa, con los labios entreabiertos y los ojos como dos platos. Inmóvil pensé en alguna respuesta, pero todo lo que había escuchado hacía eco en mi mente impidiéndome cualquier otra cosa.
Estaba bien. Yo era bastante ingenua, según decían, pero tampoco creía que fuese para tanto. ¿Una chica? ¿Una muchacha? ¿Una mujer? ¿De verdad? ¿Una dama como yo? ¿Una joven que debería llevar vestido y maquillarse y tener femeninos modales? ¿Acaso Cath, Charles, era una mujer? Digo, él lo había mencionado por algo, ¿verdad?
Tuve la necesidad de recapacitar. Lo analicé nuevamente con la mirada. Sí. Era extraño y siempre me había parecido así. Un misterio. Tenía un misterio. Escondía algo, pero, ¿qué era eso que escondía?
Sonreí incrédula volviendo a respirar. Eché una risita y luego me mordí el labio inferior.
¿Qué pensaría de él si me explicase que es... ella? Lo pensé. Miles de veces en un segundo.
-Dice que... ¿es usted una joven? ¿Estoy comprendiéndole? -pregunté aún perpleja- ¿Es lo que quiere decirme? -me acerqué a él o... a ella- ¿Eso es? -negué con el dedo índice antes de que comenzara a responder- No. No conteste. Aún no. Déjeme que me explique, que explique mi confusión y mi sorpresa -sabía que si no contestaba su pregunta no confesaría la verdad-: supongo que de enterarme que el joven que me ha estado acompañando hace varios minutos es en realidad una bella joven... sería sorprendente. Extraño. No podría creerlo sin pruebas. Desde que usted se sentó aquí tuve sospechas pues si es un hombre no es del estereotipo que conozco, pero tampoco pude descifrarlo y sigo sin hacerlo aunque usted me haya dado una pista -pausa-. Aún así, perpleja y todo como me encuentro, supongo que aceptaría su decisión porque me imagino que una joven debe tener razones de más como para salir a la calle como si se tratase de un joven -suspiré y desvié la mirada-. Creo que incluso... -tímidamente proseguí- me gustaría saber que ha tenido el valor de hacer algo que nadie haría, me gustaría saber que he conocido a una persona que hace lo que desea y es distinta a los demás, con sus propias reglas -comenté con un poco de tristeza: yo no me atrevería a tal cosa-.

por Invitado Dom Jun 13, 2010 7:48 pm

Mientras ella deba un discurso de lo que le avía preguntado no deje de examinarla fugazmente como mi primo avía echo con migo antes. Abrí un poco la boca para yo contestarle a ella pero se negó moviendo su dedo. Dando pequeños asentimientos con la cabeza alzaba mis cejas con expectación e incredulidad. Sonreí de lado cuando dijo pruebas.
Aunque fuera rápido me dio la impresión de que ella se lo pensaba la pregunta que le avía echo. Aunque esperaba a que ella digiera otra cosa diferente aun seguía esperando esos gritos fastidiosos que al parecer no se dieron a conocer. Buena sorpresa. Pensé rápidamente. Me encogí ligeramente de hombros y sin pensarlo un poco lleve una mano a la gorra. Titubee un poco haciendo una mueca y sin mas que pensar me deshice del accesorio que me ayudaba a cubrir mi identidad. Los mechones cayeron en forma de cascada por los hombros y aunque estas cosas despeinaran mi peinado que siempre llevaba se mantenía intacto en su lugar. Me di a conocer mi verdadera forma real de la cual nunca se la mostraba a nadie, solo mi primo Michel logro reconocerme de una manera tan rápida y fugaz. Era de esperarse de una persona como el, ¿No? Así, que ella era la primera persona de la cual la Catherina se mostraba sin tener que usas uno de esos frondosos vestidos o tener que usar maquillaje ya que según mis padres fallecidos decían que yo no lo necesitaba.
-Creo que esa son suficientes pruebas como para que usted lo crea ¿No? -murmure con mi propia voz, ya mas refinada y británica, completamente dulce y suave como terciopelo- ah tenido la razón en todo, igual yo hubiera tenido sospechas de alguien así como… Charles, un aspecto tan femenino como el de el seria extraño en Paris y no seria tan bien visto al menos para lo hombres, seguro que para las mujeres seria un dios completo -acerque una mano a mi boca y tras esta una risita resonó. Al desviar mi mirada una amargura me empezó a llenar a fondo. Tome su mentón delicadamente y moví su cabeza para mirarla a los ojos con una sincronía de amistad- yo tengo demasiadas reglas que seguir, pero no las sigo todas al pie de la letra, señorita Francine -enarque una ceja y quite mi mano de su rostro- le aseguro que si usted desea hacer algo que no es debido, claro, bajo una supervisión de su persona, seria muy conforme como para poder vivir feliz. Muchas veces hay que hacer lo posible para hacer algo que cambie la vida de cada quien.

por Invitado Jue Jun 17, 2010 12:01 pm

Quedé atónita al ver su sedoso cabello sobre sus hombros. No podía explicar la sorpresa. ¿Cómo se atrevía a semejante cosa? ¿Cómo una dama podría darse el lujo de romper todas las reglas morales? ¡Eso era una mujer de verdad! Ella hacía lo que quería.
Yo nunca había pensado en la posibilidad de tomar la identidad de un muchacho, pero al fin de cuentas era la prueba de que una mujer podía hacer lo que deseara sin pedirle permiso a nadie. Sí, yo era traviesa y caprichosa, y cuando quería algo lo conseguía a cualquier precio, pero tenía mis límites, seguía siendo una débil muchacha incapaz de ir en contra del mundo. Eso, de mi compañera, era lo más fascinante.
-Ya lo creo -dije con voz lenta y dubitativa-.
Le atendí cuando posó su mano sobre mi rostro. Escuché sus palabras. Las saboreé y las guardé en mi corazón. Esa sería un consejo para toda la vida. Me había ofrecido cierta información que sería de ayuda durante toda mi existencia. Sonreí sin poder creerlo aún y le dediqué una mirada con un brillo de alegría.
De repente, noté que no estábamos solas. No. Estábamos en un lugar publico y...
-¡Oh! ¡Ponte la gorra! -comenté alarmada mientras tomaba el accesorio e intentaba colocárselo- Todos comenzarán a molestarte sino -expliqué con un tono de voz más bajo-.
Aún no podía quitarme la idea de la cabeza de que sería un escándalo mostrarse así frente a todos. No por mí ni por los demás, sino por ella. Hubo un silencio. Suspiré.
-Entonces, ¿cuál es su nombre? -pregunté intrigada y eché a reír para disminuir la tensión- Dios. Esto es increíble. ¡Es usted una muchacha! -me tapé la cara con ambas manos- Realmente le admiro -aseguré mientras posaba mi mano sobre su rodilla con cierta complicidad-. Ahora bien, ¿acaso todo lo que dijo con anterioridad fue verdad o sólo se trataba de la historia de... Charles?

Off: perdón perdón perdónnnnn por la tardanza x.x

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