Si has de mirar atrás que sea lento...-Libre-

por **Mar Santini** Jue Sep 15, 2011 7:19 am

*Las gotas de sangre se resbalaban pausadamente encomiándose a un futuro incierto a medida que goteaban de manera cada vez más débil, no era lo mismo que la respiracion de la mujer que a medida al principio inducía a error pues era tan agitada que podría haber significado otra cosa debido a la especial mirada de las ropas que llevaba, un sencillo vestido que dibujaba su cuerpo con maestría haciendo especial impetu en las caderas anchas de Mar* Te lo habia dicho bastardo *Era una guerrera inexperta a juzgar por los movimientos, tardó en incorporarse percatándose de que el silencio que habia alrededor era una buena señal para continuar se sujetó la marea pelirroja de rizos definidos entre una cascada pelirroja sujetándose los cabellos en un moño disimulando tambien el arma del crimen.

Una vulgar prostituta habia matado a alguien eso en cualquier lugar del mundo sería penado por la muerte todos lo sabian pero ella tenia una respuesta diferente para ello, la tentación, el corazon de juglar que rompía las barreras de la diferencia entre hombres y mujeres, pecadores y libres, todo era para ella cuestion de dar unos pasos y traspasar las barreras como siempre habia hecho desde su pasado hasta su presente reorganizando finalmente sus ideas. Sangre fría era necesaria eso sin duda lo poseía para seguir andando dejando al cadaver desangrado en plena calle para que los carroñeros deshacieran cualquier prueba que pudiera señalarla, como el perfume que rozaba su piel sentenciándola con parsimonia...sabía que no le cogerían era cuestion de tiempo que un asesino rondase por paris enmascarado de una sola noche tal puede que dos pero nunca tres pues ya pondría muchas pistas a su alrededor* Buenos días tenga señor * Saludó con inocencia fingida a un hombre de barriga prominente que le dedicó una sonrisa coqueta antes de volver a esperar a quien era su esposa.

Mar estaba acostumbrada a caminar como una vagabunda por el lugar menos indicado a la hora menos indicada, era sencillo que el vaivénd e su pecho se calmase a medida que sus pasos iban cesando dirigiendo una mirada hacia atrás, esa mirada para muchos debería contener arrepentimiento, esa palabra que quemaría a cualquiera desnudándole y haciendo de carnaza para los infiernos, ardería bajo la mano de Dios y sus siete pecados capitales que quebrantaba tantas veces como respiraciones se dibujaban en sus labios; Pero de su boca salió una sonrisa que más que cruel parecia pura, una risita fue suficiente para zanjar el asunto sirviéndose de la indiferencia de los parisinos comenzó su caminar a uno de los callejones moviendo sus caderas, incitando pues a futuros clientes*

por **Ivonne Schiavone** Vie Sep 16, 2011 4:05 pm

Con la indiferencia de mis años y naturaleza, a lo lejos observaba todo lo sucedido en aquel sucio y rastrero callejón, lleno de muerte y asquerosidad, mas no precisamente por lo que actualmente se desarrollaba en sus negras y mohosas paredes. El tardo silencio era testigo del último suspiro de vida de aquel malnacido, pues a juzgar por la visible torpeza en algunos de sus movimientos, la mujer no era precisamente una asesina a sueldo o psicópata en busca del almíbar escarlata que ahora se dejaba derramar de aquel cuerpo sin vida, disfrutando del éxtasis de sentir la muerte en tus manos, sintiéndote Dios al tener la decisión del elixir de la vida.
Con toda la tranquilidad del caso, mas no precisamente de éste, se alejó sin mirar atrás apartándose de aquel despojo de carne y huesos a la disposición de la carroña de Paris. El aroma de la sangre podría quizás endulzar la garganta de cualquiera que compartiera mi maldición, pero no precisamente la mía, ésta era fétida, desagradable a mi olfato y no quería ni pensar el desagradable sabor que enlodaría mi garganta si me rebajara a tomar de ella. Además estaba segura que no aquella mujer no había dejado “su” cadáver a vampiros carroñeros y por favor, había que decirlo, era muy exigente en mis gustos, en todos ellos.
Sin embargo la actitud de la mujer intrigaba mi mente y deseaba, no solo saber el motivo, sino el encantamiento de su fría actitud embrujó mi curiosidad.
Con paso lento, a metros de ella caminaba atenta a cada uno de sus pasos, el cadencioso movimiento de su cadera, la sonrisa de su rostro al mirar aquel regordete hombre, de aspecto soez e insípido. Me extrañó la sonrisa que le regalara, qué mujer en su sano juicio le daría tal demostración a un hombre de dicho aspecto. Solo una al parecer, reconocí. Mas eso no me importaba, solo algo me hacía seguirla y no era el hecho de juzgar sus gustos.
Su ágil y al mismo tiempo grácil caminata la alejaba de mi, tenía que hacer algo para impedirlo. Tomando un atajo por uno de los callejos solitarios del sector, corrí inhumanamente, dejando solo la estela de mi aroma y la ráfaga del viento que levantaba mi veloz carrera. Cerqué caminos acercándome a mi objetivo, el efluvio de su aroma cada vez más cerca avivaba mis “pasos”. Al dar vuelta, mis ojos se toparon con coches guiados por finos o toscos caballo, mujeres y hombres ataviados en las telas más finas de Paris conjugando con las mas insulsas y sin gracia.
Y con altiva decisión me permití no dilatar mas mi “encuentro” con aquella misteriosa mujer. Apresuré mi andar hasta quedar a su lado, igualando ahora su velocidad al caminar.

-Siempre me he preguntado cuál sería el placer siguiente después de haber hecho de Dios al decidir sobre la vida y la muerte. ¿Cree usted, bella dama, qué podría darme algún consejo, para tal cuestión? -

por **Mar Santini** Vie Sep 30, 2011 3:51 am

*no habian sido erroneos sus cálculos acerca de que alguien le habia estado siguiendo, el hormigueo que le habia recorrido momentos antes indicaba que su alegria acerca de que no hubiesen testigos habia sido inútil pero ¿porque ser el cobarde que miraba y esperaba que el valiente diese la cara? solo hizo eso una vez disgustándole profusamente haberlo hecho* ¿Hablais vos de algo que no sepa? *Su rostro se volvió al de la mujer, hermosa, su bisexualidad bastante acelerada le dijo que era una de las pocas mujeres bellas que valia la pena mirar dos veces; Habia dos tipos de mujeres que siempre sobresalían pues unas se sienten y saben bellas hasta el punto que es realmente irritante convivir con las mismas pues su belleza es artificial que se debia a articulos de moda, cremas, productos de belleza que integraban dosis de rejuvenecimiento que no llevarían a nada más que a retrasar unos años el tiempo de las arrugas, otras, las que eran hermosas y no lo eran, las campesinas por ejemplo eran bastante atractivas a los ojos de Mar pero lo que quería llegar a decir era que el olor y la hermosura que desprendían no eran humanas, bien conocía a las mujeres e igual a los vampiros por el trato que tenia con uno de ellos siendo la espía de las calles de Paris y su informante para lo que se requisiera su ayuda y servicio además que, sus ropas ya dejaban claro a que otra profesion se dedicaba*

Como ha visto es fácil tomarla a placer, un hombre que no valora a la mujer debería ser juzgado no por otro hombre...no se si me entiende hermosa desconocida *Indirectamente le estaba pidiendo el nombre, sus pasos se detuvieron sosteniendo en sus dedos un mechón de pelo pues a lo lejos se escuchó el grito de una mujer, curiosos corrían, los mercaderes querian enterarse de lo que habia sucedido pero tambien temian perder clientela porque la única diversion en las calles eran los contados -y a veces molestos- chismes que todos contaban* ¿Que ha pasado buen señor?

Hombre: *Respiro asfixiado* han asesinado a alguien *volvio a correr como si el ver a un muerto fuera parte de un acontecimiento único*

*Suspiró dejando que la gente -la mas curiosa sobretodo- se marchase hacia atrás dejandole con las manos en la espalda, dejando una sonrisa en los labios igual de sensual como de concisa desviando una vez más su mirada hacia la de su hermosa acompañante sin apartarla pareciendo que conocia donde pisaba y los obstáculos incluso pues no dedicaba ni una mirada al suelo u a los hombres o mujeres que pasaban por alli lo cual era cierto pues no tropezaba ni debia de mirar a regañedientes a lo que pisaba en el caso de que no conociese muy bien a donde dirigirse, lo poco que habia estado en Paris habia hecho ya un mapa mental en su cabeza de lo que pisaba pues de ese modo podia andar sin preocuparse de que fuese vista ya que a veces, debido al peligro si debia de tener la vista en otro lado y no precisamente para preocuparse donde pisaba*

por Contenido patrocinado

Si has de mirar atrás que sea lento...-Libre-

Si has de mirar atrás que sea lento...-Libre-

Re: Si has de mirar atrás que sea lento...-Libre-

Re: Si has de mirar atrás que sea lento...-Libre-

Re: Si has de mirar atrás que sea lento...-Libre-