Los asesinos que se olvidaron de matar ~Privado~

-Susurros...susurros...susurros...la gente de Paris ignoraba su presencia aunque ellos no les podían ignorar, hablaba de los muertos que confesando sus pecados bajo el cielo azul seguían a las personas señalandolas de traidoras o señalandolas de amores perdidos, los dedos apuntaban tambien al brujo que estaba presumiendo de sonrisa enfermiza. Su olor era varonil pero misterioso aunque no llevaba perfume su olor era suficiente para atraer las miradas pero era sino la magia de encandilamiento que le era beneficiosa incluso si no deseaba sacarla a la luz- Debes de ser más cuidadosa mujer ellos no pueden verte

-Recriminó a una mujer que tenía un cuchillo clavado en el pecho y sangre en la boca, su tez era pálida y sus pies caminaban por el suelo sin pisarlo desvaneciendose en ese suspiro alrededor de la gente- ¿Quien te ha matado? -Debia de ser una mujer recien asesinada porque su reflejo de ira estaba siendo mayor que el de las otras personas ya que se las podia distinguir de distintas maneras "espiritus furiosos" los que poseian un aura fuerte, realmente fuerte y maligna como los "espiritus en calma" que su aura era mas suave aunque de aquellos la mayoria estaban solo llorando o forzando una sonrisa-

Enseñame tu cuerpo -Pidio como una orden atrayendo al espiritu, asi de ese modo ese alma le transmitiría algunos recuerdos a su mente, la mujer vió a alguien señalandola justamente a ella. Aetos vió eso como una falta de tiempo pero dirigió la mirada a donde ella estaba señalando, era una mujer bastante hermosa, creia que seria la asesina pero no miraba como si lo fuera a lo mejor er auna amiga o conocida que sabia se dirigió hacia la mujer con aspecto sereno colocandose en frente de ella- Hola.

-Los cabellos del alma de esa mujer escondian su rostro entre un espectaculo realmente penoso porque la sangre parecia derramarse por su boca con pésimo sentido de la orientacion algunas veces cayendo al suelo que no manchaba en cambio otras en el vestido corto y rasgado que traía encima, los espiritus podian hablar pero la ira era la que los enmudecia o les hacia hablar extrañas lenguas que muy pocas veces podía entender ya que era el idioma de la muerte, no se fijó más en el grotesco espectáculo de la muerte por el momento mirando a aquella mujer que de tan buena gana le habia saludado ¿cortesana? dudaria cualquiera que ese fuera su trabajo real- Narcisa Belacqua -sin esperar respuesta se sentó a su lado notando los tirones, como le estaba señalando fieramente el espiritu-

¿Conoces a Loretta Delakroic? -esa era el nombre del espiritu, no sabia la historia al completo porque la chica estaba tan emocionada de haber encontrado a una compañera que todo ese aura maldita habia aumentado pero a la vez se habia distorsionado en busqueda de querer salvarla del peligro que estaría viviendo en breves momentos, se tomó un descanso, un respiro de todo ese mundo de espiritus que tan loco tenia a su portador- Cafe por favor - lo dijo con modales aunque no tendia a usarlos porque entonces no seria él mismo...miró fijamente a la mujer notando las vueltas que el espiritu ahora furico estaba dando ya que si, queria que su asunto se diera ahora, ahora ahora, esa palabra parecia ser vocalizada de vez en cuando por esa persona-

Me temo que ha muerto -si, esa charla para la que ya estaba mentalizado en donde se reían de él porque podia jugar con los muertos, en Paris muchas personas creían pero otras no en su mayoria eran los no creyentes asi que siempre que decia algunas palabras era evidente que le miraban como si estuviera loco a pesar de que ya sabia muy bien lo qu epasaba por su cabeza, no era precisamente locura. El café llego como un invitado inesperado que se hizo hueco con un sordo ruido que desapareció en segundos, tomó el café solo como le gustaba ignorando el azucar que estaba derramando una azucarera aunque el espiritu poco a poco iba abriendo los labios escuchando los sonidos que salian de su boca, colocó el dedo en los labios- Shhh, ella no puede oirte -su voz sonó fría, de ultratumba con un eco que paso desapercibido por los demás mortales, solo de ese modo podia comunicarse con los espiritus retorcidos que querían algo del mundo al que ya no pertenecian-

Ella está impaciente,Narcisa, impaciente por que le escuches -el tono amable, habia adquirido tintes de diversión porque no era el unico que queria advertir algo, se tomaba esto como un juego porque disfrutaba de ver el rostro de los humanos al ver a sus seres queridos o de comprobar que el escepticismo era todo una falsedad, el aire frio recorría solamente esa mesa y fue justo cuando la sonrisa de Aetos se notó, sencilla, clara, pero tambien como la de un verdugo-

Dice que si soy enviado de su padre -El tiempo se hechaba atrás pèro las personas no eran las mismas porque ese mismo instante lo había reescrito el brujo con su propia sangre en otras ocasiones, en 1797 una mujer cuya hija habia sido asesinada por sus propias manos estaba siendo atormentada la sacó de su ignorancia una noche de invierno espiando su rutina porque esa alma le habia robado el corazón pero tambien le habia prometido lealtad para su uso si le permitía que esa mujer se enterase de su existencia, esa fue una noche fructífera con un suicidio y dos almas más para su colección de juegos. La muerta conocida como Loretta negaba con rapidez dando la sensación que hasta la cabeza le daba vueltas pero era un detalle que prefería obviar ahora mismo-Responde que nunca conocio en persona a vuestro padre pero que no soy un enviado suyo -El vaso en las manos de Aetos tembló.

Loretta se estaba impacientando porque no le habia creido la que era una de sus amigas, sentimientos nulos tenian los fantasmas pero tan enamorados estaban de la vida anterior que eran capaces de provocarlos como una madre que sueña con un bebe que nunca va a tener que se provoca mentalmente todos los síntomas, asi eran los espiritus capaces de todo con tal de que fueran notados aunque otros se conformaban simplemente con estar-Es cierto no me he presentado aun cuando no tengo tarjeta de visita...bueno, mi nombre es Aetos -Las fases de la aceptacion eran ironicas porque primer iba la negación, el no creer nada de lo que la otra persona te decia ¡ah! tan sabias palabras, cuando dijo su nombre pudo dar un sorbo a la bebida que habia pedido sin que Loretta interrumpiese entendiendo que eso debia de decirse.

¿Podia verla? no, ella se habia puesto detrás de mi, luego rodeaba la mesa llenando nuestro alrededor de un hilo plateado como si fuera una telaraña de sangre color plata, negó con respecto a ser de la familia, un siseo frio acarició la nuca de Narcisa produciendo en el brujo una sensacion parecida a la impaciencioa solo porque ese espiritu no paraba de moverse pero era el dia a dia al que se habia acostumbrado- Loretta se está enfadando -Extendió la mano cerrando los ojos de la nada un vaho apareció en su boca marcando su respiración mientras en la palma habia aparecido una cosa, primero parecia un objeto sin color u forma luego fué tomando el aspecto de una invitación donde las letras se iban escribiendo una a una mientras Narcisa se habia levantado colocandose aquella prenda- ¿Es este el hombre que os ha contratado?

-Antes de que se fuera le entregó aquella invitacion, tenia un tacto completamente frío, marcado por el color rojo, negro, lo colocó en las manos de Narcisa para que ella lo leyese...al instante nada más posar aquella invitacion en su mano la voz de loretta se empezó a escuchar solo para ambos, desde la izquierda, la derecha, arriba, abajo, en un oido, en otro siempre repitiendo el nombre de aquella mujer- Lo surrealista mademoiselle puede salvarte la vida si es que no lo estamos intentando ya, ella quiere hablarte...sino le atiendes será demasiado tarde para ti porque ella no tiene nada que perder -Lo dijo claro, su figura era alta mucho mas alta que la de la mujer asi que no le incomodo demasiado con su presencia habia una linea muy corta, el no se encargaba de salvar vidas sino de velar a los muertos despues de todo, pero aquel espiritu se negaba a que su amiga sufriera el mismo destino que élla-