Quiere latir por Ti {Privado}

Una mañana cálida como todas las mañanas de primavera, hoy quise deshacerme de mi saco, tome el cuchillo de mi carroza y dirigí mis pasos hacia la salida tome el pedazo de cuero que colgaba de una mesa que contenía carne de becerro, lo corte en pedazos para poder envolverlos. Había veces que cazaba para saciar ese deseo de matar a alguien, si mis asesinatos eran constantes sabrían que algo raro pasaba, había arremangado mi camisa hasta los codos para no manchar esa blancura con el color carmesí del animal, al terminar acomode cada paquete, lave mis manos con las sales compradas en el mercado ambulante para que las manchas desaparecieran, guarde mi navaja en el pantalón, tome mi caballo recién adquirido gracias a una de mis tantas víctimas y me dirigí al pueblo hacia diferentes carnicerías. Una buena cuartada era esa, vender las carne de los animales que mataba y de uno que otro humano ¿qué mejor manera de deshacerse de la evidencia?

El caballo quedo a la entrada del pueblo, deje cada pedido en su respectivo lugar… digo después de todo puedo tener una vida “normal” y ganarme la vida de esa forma tan miserable que no deja satisfacción alguna. La cafetería de la plaza principal estaba llena pero aun así me quede a tomar un café ya era casi medio día cuando salí del lugar. Hoy estaba neutral, comportándome como cualquier otra persona, como un gitano común y corriente que pase por el parque sin preocupaciones mayores solo que, a pesar de mi buen humor aquel rostro sin expresión alguna y mirada fría no se inmuto.

La plaza tertre siempre está llena a esta hora del día y este no fue la excepción. En este momento me di cuenta que parís no era un lugar pequeño además que contenía gran variedad de ciudadanos, la miseria no se respira en este lugar es como sacado de un cuento de hadas donde la gente es feliz y el mal del mundo no les afecta, incluso yo, allí estaba paseando por ese lugar como si fuera uno más de ellos, como si mis manos no estuvieran manchadas de sangre, como si mi corazón aun latiera por estar vivo en lugar de que lata por mera inercia. Chasquee la lengua y lamí mis labios al darme cuenta de lo que estaba haciendo, me pare en seco guardando mis manos en los bolsillos del pantalón quedándome quieto como si de una estatua se tratase.

Mi mente comenzó a divagar hace tiempo que no lo hacía, hace tiempo que no utilizaba ese extraño… llamémosle “poder” “habilidad” algo que me hacer recordar, vivir el pasado tan perfectamente como si en verdad estuviera allí. Aquella mente ingrata fue hacía un punto de mi infancia no supe si era fortuna o algo parecido pero me había perdido en una plaza similar (puede que por eso este recuerdo vino a mí tan vívidamente) había caminado por los alrededores del lugar y toda persona que se dignaba a mirarme lo hacía con un deje de reproche, como si mi mera presencia ensuciara tan perfecto lugar un extranjero sucio y desaliñado para colmo gitano, eso era una vergüenza pero fueron las horas más felices de mi patética vida. Una infancia como tal nunca poseí viví de trabajos forzados, de constantes golpes, maltratos verbales y corporales, no comía como era debido mientras es malditos se tragaban todo un cerdo, un desterrado por así decirlo, por eso cada recuerdo de mi pasado me resulta repugnante ya que eso era yo un ser repugnante que se dio cuenta que tenía el poder de todo mucho después.

Este tipo de pensamientos, reflexiones o como quiera que se llamen las tengo cada que me detengo de la nada de esta misma manera. La compasión no es una de mis virtudes y dudo que pueda poseerla ya no es parte de mi naturaleza, aquella familia mato lo bueno que aun quedaba en mi interior, me mato y por eso toda persona que encuentre debe sufrir un castigo similar, todo el mundo es mi enemigo y mi enemigo es todo el mundo. Mi mente volvió a la normalidad tras unos segundos de haber pensado bastante el por qué paseaba como si fuera uno más de la multitud, sus pies comenzaron a moverse sin dirigirse a ningún lugar, solo caminaba desconectado de los sonidos exteriores no quería escuchar a nadie, no quería ver a nadie solo quería estar yo, yo y yo. Mis ojos deslumbraron una pequeña mota azul que se movía pero mis sentidos aún seguían desconectados de la realidad y entrone mi vista en ese punto azul, poco a poco se aclaró dejando ver una pequeña cabellera rubia aquella pequeña tenía en sus manos una muñeca, jugaba con ella pero qué demonios… NO mi interior sonrío al verle como si en verdad fuera una escena tierna, sus padres estaría aquí vigilándola (no es que me importase pero derramar sangre frente a tanta gente no es mi fuerte y mucho menos cuando gritan como locos) recargue mi cuerpo en el árbol más cercano a mí con la miraba busque a alguien que la estuviese vigilando pero nada, nadie dejaba a un niño solo de esa manera… bueno a mí me lo hacían pero ella era una pequeña y si quisieran comercializar con ella, alguien ya se hubiera dado cuenta de mi presencia y mi constante mirar por la motita azul que paseaba sola en ese lugar.

____________________LENEA____________________

El lloriqueo y su inútil intento de calmar esa molesta tristeza me irrito un poco, pero era una niña ¿qué más da? no aun así es sumamente molesto pero allí estoy parado junto a ella viendo esos rulos rubios tan brillantes como el sol, unas mejillas un tanto rosada (tal vez provocadas por el llanto) y aquellos ojos azules bañados en agua, un suspiro pesado salió de mi ser negué con la cabeza por una extraña razón y role los ojos como diciendo “¿Qué más da?” en un segundo me coloque en cuclillas tome el rostro de la pequeña fijando mis ojos negros en los azules de la pequeña – No pasará nada, volverás a ver a tu madre – le guiñe el ojo… sí increíble pero cierto. Yo Takeshi pude mostrarle una sonrisa para después besar su frente.

La calidez recorrió mi cuerpo por ese motivo no me gustaban los niños, por los odiaba tanto no debía haber tenido contacto con ella, con la pequeña… estaba sola no podía dejarla sola, n quería que algo malo le pasase aun es linda y pura, sin maldad en su interior tiene alguien que la ama. Pensamientos absurdos y una tonta batalla librada por mi conciencia contra pedazos de un corazón marchito y roto. Una debilidad muy absurda de la cual no puedo escapar es lo único bueno que tengo en mi ser, ver a un niño sufrir es demasiado para mí el interior me arde mientras mi pecho comienza a doler pensado que ellos pueden tener la misma suerte que yo tuve hace mucho tiempo ya – El cielo se refleja en tus ojos – una cuantas lágrimas derramadas por sus mejillas provoco una mueca en mí –Dime ¿cómo te llamas? – le limpie con mi pañuelo el cual solo utilizaba para secas aquellas manos manchadas de sangre.

El eco de unos pasos a gran velocidad alertaron mis sentidos poniéndome de pie y girándome para ver al dueño de semejante ruido, aquella expresión fría regreso junto con el porte arrogante. Examino a la “madre” de la niña de arriba abajo sin hacer caso a esa “dulce y tierna” escena que provoco asco en mí, tanta dulzura y belleza en realidad me ponen mal. Una ceja arqueada junto con mi inexpresividad fue lo que recibió de respuesta ante su mirada de odio –Creo que no le interesa… – me di la media vuelta preparado para marcharme –Madame… para la próxima debería cuidar muy bien a su pequeña – gire solo mi cabeza para poder ver sus ojos– No sea que alguien quiera robársela – mostré una sonrisa un tanto macabra.