Acelera mi corazón... ¿Aún puedes hacerlo latir? [Arianne]

La plática con Magnolia me había dado mucho que pensar, en realidad era en lo único en que podía pensar. Pensaba en una vida fuera del burdel, tal vez sin tener que dar mi cuerpo a extraños pero en cuanto estaba decidida a dejarlo, justo en ese momento me recordaba que necesitaba dinero y que me sería muy difícil dejar mi profesión. Era una cobarde pero por lo menos sería una cobarde con dinero, tocaron a mi puerta acto que me saco de mis pensamientos profundos. Era otra noche…El sol ya se había ocultado y nos tocaba a nosotras…las putas salir a besar y desnudarnos sin el más mínimo dejo de pudor. Deje el cepillo en mi tocador y me aventure hacia el salón principal, podía oler el humo del tabaco y el olor a alcohol incluso escuchaba lo que pasaba en una de las habitaciones. Eso era incomodo por lo menos cuando no eras tú la que estaba adentro.

Siendo sincera conmigo misma, no tenía humor pero necesitaba sacar dinero e incluso aunque me tocara un viejo horrendo mientras tuviera dinero fingiría, que era lo segundo que mejor se me daba. No solo fingía en el trabajo si no casi siempre, amistad, confianza, solidaridad…eso era algo que para mí no existía y en solo pocas personas merecían tener de mí. Crucé el lumbral con una sonrosa todo estaba lleno de humo pero no me impido ver a algunos clientes con otras chicas “Pobres tontas” eran tipos con dinero pero horrendos en la cama, tenías casi que golpearlos para que actuaran. Magnolia me había dicho que escogiera mejor a mis clientes aunque cuando no quedaba de otra pues tenía que arreglármelas. Levante la mano en forma de saludo y comencé a merodear por el salón esperando que por lo menos alguien me invitara a cenar.

Seguí paseándome por el lugar, fingiendo sonrisas a los clientes y levantando la mano a mis compañeras que me llamaban por mi apodo. Muchos de los hombres ahí presentes me invitaban a tomar con ellos pero siempre me negaba, no me gustaba beber alcohol en horas de trabajo. Camine un poco más, hasta que una voz acepto mi atención pero no en la forma que me gustaría, rodé los ojos ¿Quién se creía? Obvio un cliente pero lo cortés no quitaba lo valiente aunque lo pensara alguien que en toda su vida había sido una cobarde y aprovechada. Gire la cabeza ligeramente, como si mi cuello fuera el de una muñeca sin vida la verdad es que la formaba en la que me había hablado no me había gustado nada pero como siempre tenía que aguantarme. Levante ambas cejas y camine hasta él abriendo paso entre mis compañeras que tontamente creyeron que les hablaba a ellas.

Me pare enfrente de él con las manos en la cintura una vez que estuve suficientemente cerca. Una sutil sonrisa irónica se dibujó en mi rostro-¿Si? ¡Oh claro! Mucho gusto-dije con una sonrisa infantil fingida-Mi nombre es Arianne-me mordí el labio y ladee la cabeza, era obvio que usaba sarcasmos y no me importaba si quería a otra, no me gustaba que me trataran mal. Ya lo habían hecho antes y no lo permitirá de nuevo, de ese momento en adelante aunque fuera una puta no me dejaría ni de los clientes que prácticamente me daban la comida de todos los días e incluso algo más. Si, seguramente era grosera pero si quería mis servicios necesitaba ser más amable aunque algo dentro me decía que no sería tan fácil-Puede encontrar a otra chica si así lo prefiere-hice una pequeña reverencia de mala gana y gire sobre mi propio eje para echarme a andar. No necesitaba eso y menos del chico de rasgos hermosos que justamente me había llamado a mi.

De haber sido otro momento seguramente yo me hubiera portado más sumisa e incluso alagada de que alguien me llamara pero no. Mi ánimo ese día o más bien esa noche no estaba para que me trataran así y no me iba a dejar aunque en vez de sexo acabara peleando con aquel joven. La mano del joven no aplico mucha fuerza pero pudo arrastrarme hacia él con facilidad ¿Por qué estaba tan frío? Fuera cual fuera la respuesta no hice por querer complacerlo, parecía que le gustaba tener el control pero no esta vez, si me quería tendría que hacer mucho más que llevarme arriba y tomar mi cuerpo, a mi parecer lo estaba exasperando. Mire hacia el frente, clavando mi mirada en una pared pero sin mirar nada en especial, repase mis dientes con la lengua sin moverme y sin hacer ninguna clase de gesto ante su cercanía. Hice la cabeza a un lado, alejándome lo más que pude de su nariz y de la forma en la que la tenía pegada a mi piel, era muy extraño.

Oí como los huesos de mi cuello tronaron, un gesto casi gracioso dado el momento como si a mi cuerpo le pareciera gracioso todo eso y de cierto modo comenzaba divertirme el hecho de sacar a alguien de sus casillas-¿Y si le dijera que yo no quiero nada con usted? ¿Qué va a hacer? ¿Acusarme?-hice un puchero y gire la cabeza para verlo. La distancia en esta posición se había acortado pero no lo besaría, ni aunque internamente admitiera que era demasiado hermoso para ser verdad. Jale el brazo del que me tenía agarrada fuertemente, haciendo que la distancia entre nosotros se hiciera grande. Le sostuve la mirada, lo rete descaradamente sin importarme después lo que me pudieran decir.

Me relamí los labios y la verdad es que no pude evitar sonreír cuando empezó a decir toda aquella letanía que más que odio me causaba risa. Arrugue la nariz disfrutando de aquel momento, la verdad es que me sorprendía los límites a los que podía empujar a una persona-Tienes razón-negué con la cabeza de forma divertida-Si, necesito el dinero-camine lentamente, formando in circulo alrededor de él-Pero no necesariamente necesito tú dinero-me coloque detrás de él y me acerque a su oído, susurrando tan cerca que mis labios rozaron con su lóbulo igual de frio que sus manos, cosa rara y más aún en ese lugar en donde el simple acto del sexo hacia que la atmosfera se tornara un tanto pesada. Todo lo que le decía era verdad, podía conseguir el dinero de cualquier hombre en ese prostíbulo incluso podría lograr que dejaran a mis compañeras plantadas y se fueran conmigo a la cama, para mi nada tenía límites. Me aleje, retrocedí contoneándome de forma divertida, casi como una niña.

-Y déjame te aclaro…-me reí mientras-Que este lugar no es el único en Paris y por ende puede morir en otro burdel…Tú no te preocupes-le guiñe un ojo divertida ¿Desde cuándo me había vuelto así? Seguramente desde que Magnolia me dijo que no debía dejarme de nadie, ya varios habían hecho de mi lo que querían pero no más. Estaba decidida, lo haríamos a mi manera o simplemente no se haría-Ya te dije, tienes más chicas de donde elegir…Son más aburridas…si quieres te presento a algunas-mi mirada se clavó en la suya, incitándolo de nuevo, era muy gracioso sacarlo de sus casillas “Vamos ¿Y ahora qué? ¿Te quedaras ahí?”-¿No quieres?-levante las cejas fingiendo importancia-Bueno-me encogí de hombros y me fui a recargar en una mesa vacía que estaba retirada de donde él estaba.

No había esbozado sonrisa alguna desde que comenzó a hablar pues de cierto modo era verdad que de los hombres que estaba ahí él era el único que en verdad llamaba mi atención ¿Tensión sexual? Si seguramente pero como ya me lo había propuesto no me dejaría de él por muy guapo y adinerado que fuera. Aquel chico había escogido una mala noche conmigo, aunque acabara revolcándose en mi cama al final de cuentas no dejaría de tratarlo como hasta ahora, aun cuando yo aceptara irme con él a la cama esperaba internamente que no me hiciera hacer más cosas. Esas clase de cosas como quedarte en la cama después de haber cumplido y hablar de lo que nos gustas y lo que no, si pasaba quería que se fuera cuanto antes-Se nota que no frecuentas lugares como este ¿No es así?-me reí de forma aburrida-¿Ves a ese señor?-señale un tipo viejo, con bigote y con cara de depravado que estaba con una de mis compañeras la cual parecía encantada y si yo fuera como ella igual lo estaría pues no tendría la fortuna de que un joven como el que yo tenía a lado insistiera tanto que incluso me diera un poco de pena.

-¿Adivina que?-enarque una ceja-Ya estuve con él y ¡Mira! Aquí sigo, así que no te creas tan importante-apoye todo mi peso en ambas manos, adoptando una pose despreocupada como si no estuviera hablando con una persona-¿Tu? ¿Mi príncipe azul?-reí-Déjame decirte que no creo en cuentos de hadas-espete ya cansada de esa conversación que si por un momento me resulto entretenida ahora estaba sacándome de mis casillas ¿Quién se creía? ¿Acaso era un acosador de prostitutas?-[color=deeppink¿Sabes qué? Como sea que te llames[/color]-le dije groseramente sin caminar hacia él y sin mostrar un ápice de simpatía-Creo que en verdad me deseas esta noche porque sigues aquí ¿Me quieres contigo verdad?-me reí pero la sonrisa se borró de mis rostro cuando se atrevió acercarse a mí.

Apreté mi mano derecha, cerrándola en puño y la apoye contra su pecho, no serviría de nada pues parecía ser más fuerte que yo pero no podía armar un escándalo en ese preciso lugar. Apreté los dientes, logrando que rechinaran pero no desvié mi mirada, sostuve la suya ¿Me quería? ¡Que me ganara!. Mi pregunta fue contestada y no pude sentir más que mi corazón bombear de satisfacción, en verdad le gustaba pero eso no era suficiente para mí esa noche-¿Vas a obligarme? ¿Qué vas a hacer? ¡Quiero verlo!-le demande-Quiero ver cómo me obligas ¿O te vas a quedar ahí? ¡Vamos haz algo!-le susurre mordazmente acortando un poco más la distancia para después quitar mi cara de sus manos y alejarla de su rostro.

Según yo al parecer a él también le parecía divertido ese momento aunque yo poco a poco había ido perdiendo el sentido del humor. Me quede observándolo, sabía que no debía comportarme así, que debía ser linda y cortes ¡Al carajo eso! No quería, él había empezado y descansaría hasta que estuviera gritando mi nombre y me estuviera rogando, relaje la mandíbula al parecer a nadie le importaba la pequeña discusión que tenía con el chico de nombre desconocido. Me hice para atrás pero mi cuerpo se topó con la mesita en la que estaba recargada, por mucho que quería huir él era un hombre y con más fuerza, no me dejaría escapar ¿Y si gritaba? Nadie me creería, pensarían que estaba cumpliendo con algún rol enfermo que a veces nos pedían.

No bajaría la guardia, no con él-Hace dos minutos dijiste que no te tomara por alguien caprichoso y por cierto ¿Quién te dijo que me tendrías así de fácil-le recordé burlándome…¿De él¡ ¡Si de él!-No quiero saber tu nombre eso tenlo por seguro-lo empuje ligeramente pero este apenas se movió lo que me causo una gran impotencia, arrugue el ceño derrotada. Tal vez si le gritaba a alguno de los clientes vendrían a ayudarme ¿Estaba huyendo? ¡No Arianne! Quería guerra, guerra tendría. ¡Qué diablos! No, no pasaría. Cuando me levanto y me cargo llevándome en su hombro trate de hacer fuerza para que me soltara pero era como luchar contra una montaña, no se inmutaba, parecía que yo era una pluma a su lado.

-¿Quieres pelea? Te voy a demostrar que todo lo que puedas hacer tú yo lo hago y lo hago mucho mejor-le dije lo más bajo que pude, no quería que Madame me escuchara y luego me hicera subir a la tarima como las nuevas, me molestaba no tener el control al igual que él yo era una luchadora y no dejaría que me venciera, no él-Te recomiendo que me bajes-advertí una vez mientras seguíamos avanzando. No esperaba que lo hiciera pero así mucho menos me tendría yaciendo a su lado tampoco esperaba que me dopara o me violara ¿O si? No, no parecía tan desgraciado como para hacer eso.

-Maldito bastardo-aun con todo el dinero que pudiera tener y por mucho que a mí me gustara el dinero no me sometería y no sería nada amable, lo sacaría de sus casillas y haría que me rogara. ¿Qué se creía? No sabía lo que había dicho en su idioma pero seguramente era algo malo y por e tono confirmaba que era algo malo. Apreté la mandíbula hasta el grado de cansarme, estaba bastante furioso pero si eso me servía para sacarlo de sus casillas lo aprovecharía, me quede quieta sin moverme solo dejando todo mi peso sobre de él y con la cabeza ladeada para no darme en la nariz con su espalda, no quería que me castigaran así que mientras estuviera cerca de Madame me portaría bien, incluso llegaría hasta los pasillos con mi aire de insulsa pero de que me las pagaría si me las pagaría.

Me quede callada cuando menciono la cosa llamada matrimonio, solté una risita genuina ¿Yo? ¿Casada? Primero muerta y desollada aviva antes de casarme con alguien, si no salía del burdel era porque me gustaba ser una puta y sí, me gusta el dinero fácil-Eres tan cobarde que no te atreverías a hacer algo así-solté en tono divertido sin mostrar rastro de enojo, planeando lo que haría y lo que no-No te tengo miedo-acaso le tenía enojo pero miedo no ¿Acaso me creía tan tonta como para tenerle miedo? ¿Quién subestimaba a quien ahora? Levante un poco la cabeza para ver como estábamos a pocos metros de Madame quien estaba platicando o tratando de platicar con un borracho, la escena se me hizo graciosa tanto que incluso ya no me parecía tan malo que tratara de tomar el control mi nuevo “cliente”.

Apenas tuve tiempo para percatarme del dinero que dejo en la mesa que estaba justo en frente de Madame, era mucho dinero, seguramente era una táctica para que yo cayera fácilmente o uno de los tantos indicios que me decían que ese chico debía estar completamente loco por verme desnuda. Cualquiera que fuera la situación esperaba que fuera lo suficientemente inteligente para saber que es noche no fuera a ser linda. El estómago se me revolvió cuando salimos del salón principal y entramos a lo que eran los pasillos de las habitaciones, una de mis piernas se encogió de solo pensar que me había llevado hasta ahí sin mucho preámbulo. Mis pies tocaron el piso y mi primer instinto fue jalarme lejos de él pero su estado de hombría impido cualquier acto, me volvió a cargar pero no de la misma forma que antes, ahora yo parecía su hija enferma. Mi rostro estaba serio apenas con una sonrisa o mueca insinuante, sin mucho chiste. Desvié la mirada encaprichada que seguramente tenía en esos momentos, no quería ver su rostro, era demasiado hermoso-No te lo diré-mire a lo largo del pasillo-Oblígame o tómame aquí igual ya pagaste no creo que te importe-pase un brazo alrededor de su cuello y me encogí de hombros. No era bueno jugar conmigo y mucho menos tentarme.

Estúpido ¿Me quería ver gritando y a sus pies? Tendría que hacer muchas cosas para verme así, me relamí los labios y los mordí continuamente dándole poca importancia a lo que decía incluso ignorando el hecho que me había dicho poco inteligente, jugué con la lengua en uno de mis colmillos mientras movía una de las piernas que caían gracias que él me sostenía. Deje caer la cabeza hacia atrás dándome un aire de desinteresada pero poco me duro el gusto ya que el había dicho que sabía dónde era mi habitación, entrecerré los ojos cuando vi cómo se acercaba a la puerta que hace no más de veinte minutos había dejado atrás ¿Qué? ¿Cómo? ¡Qué diablos! La garganta se me seco así que tuve que tragar saliva de forma dolorosa. Ok, al parecer había descubierto mi escondite secreto pero eso no quería decir nada, pestañee varias veces dejando que la tranquilidad volviera a apoderarse de mi cuerpo.

¿Por qué había apagado la luz? Volví a tocar el piso y lo primero que hice fue caminar hasta la cama y sentarme con una pierna cruzada y con ambos brazos recargado en el colchón ¿Qué estaría pensando? Lo mire fijamente, examinándolo de arriba hacia abajo con todo el descaro que poseía-¿Y bien?-enarque una ceja-¿Qué harás? Te dije que había chicas dispuestas a entregarse a ti fácilmente pero no me hiciste caso-hice un puchero arrugando la boca, comencé a pasar un dedo por las sabanas de la cama formando pequeños remolinos-Creo que esta vez no tendrás suerte-otra vez la situación se tornaba divertida quería ver hasta qué punto era capaz de llegar por mí y su supuesta obsesión

¡Qué guerra! Ninguno de los dos parecía ceder pero lo que él no sabía es que yo siempre gana, no importaba que situación fuera “Si yo quería, yo obtenía” así de fácil, asentí con la cabeza dándole importancia a sus palabras, pensando sobre negociar con él, claro que no lo haría simplemente me parecía interesante ver como reaccionaba-Entonces puedes intentar todo lo que se te ocurra, yo no te quiero-mire como se quitaba el saco, un escalofrío recorrió mi espalda, volvía a pensar en que clase hombre podía saber donde dormía sin obligarme a decirle nada. Me hice a un lado cuando se sentó en la cama, sus palabras fueron como una brisa, pequeña y nada atemorizante, suspire profundamente y me deje caer sobre la cama pensando en esos últimos minutos que había pasado con él. Cerré los ojos solo unos momentos mientras repasaba todo en mi mente solté una carcajada cuando todo en mi cabeza tuvo orden y claridad. Se me había hecho muy extraño que primero fuera el hombre más “temible” del mundo y que después, en ese cuarto fuera un chico que me preguntaba si tenía hambre.

-En realidad no…Gracias-solté irónica mientras giraba de lado en donde él se encontraba y descansaba mi cabeza en la palma de mi mano-¿Nunca has estado con ninguna prostituta verdad?-insistí con la mirada mientras hacía de dos de mis dedos piernas que caminaban de forma divertida hasta uno de sus muslos, obviamente el que tenía más cerca, ahora sentía un poco de pena por haberlo tratado de mal pero me estaba divirtiendo y la pena se disipo tan rápido como llego-No perdón la pregunta es ¿No has estado con ninguna mujer? ¿Verdad?-me reí y deje de jugar en su pierna, era interesante lo que descubrías trabajando en ese negocio y honestamente no había hecho mucho. Yo que pensaba que el sexo de esa noche iba a ser interesante ahora me temía que sería un poco aburrido y tedioso, él le había quitado toda la diversión al acto carnal…solo me quedaría enseñarle.

Poco sentido del humor y ahora aburrida, definitivamente me había quitado las ganas de seguir molestándolo y ver romper su punto limite igual me parecía que no era virgen, tal vez era de amor libre y en realidad eso no me molestaba lo que me molestaba era que pensara que yo no me daría cuenta y que ahora me dejara sin algo bueno que hacer-¡Dios mío!-susurre tapándome la cara y levantando poco a poco mi cuerpo de la cama-Te dije-me volví a reír pero esta vez le sonreí mostrando mis dientes frontales-No soy lo que buscas esta noche-me detuve en el pequeño tocador en donde tenía la luz que nos bañaba ligeramente. Me recargue en la puerta haciendo una señal de que le daba de nuevo la oportunidad de irse o demostrarme que podía despertar en interés y las ganas en mi interior.

La verdad es que me estaba divirtiendo de lo lindo, cada cosa que decía, que hacía y que yo descubría simplemente me llenaban de regocijo-¡Oh!-exclame divertida-Hasta donde yo sabía este era mi habitación y no un establecimiento de comida, supongo que te debo dar crédito de sacar comida en donde no se encuentra nada más que la cama…por cierto siempre puede recoger tu dinero por mal servicio-apreté la boca, haciendo de mis labios naturalmente hinchados un puchero gracioso e infantil. Al parecer había tocado un punto sensible en el ser de ese chico, cada días me sorprendía más mientras muchas se hacían más viejas y gastadas yo parecía que me quedaba en una capsula de tiempo y lo mejor de eso era que mi sentido intuitivo siempre daba en el blanco.

Lo fulmine con la mirada, no entendía como era posible que el supiera exactamente lo que pensaba, eso admitiendo todo lo bueno de mi persona que quitaba ventaja o tal vez no. Me sentí feliz cuando vi que se levantaba y caminaba hacia mí, en cualquier otro momento y si el chico no me pareciera fascinante y entretenido yo me hubiera quitado, habría salido por la puerta y seguramente convencería a alguna tonta para que se acostara con él pero no. Incluso él, el chico que no quería aceptar mis órdenes y propuestas, ese que no quería caer en mi juego lo había hecho. Había reaccionado ante mi mala actitud y ahora lo tenía demostrándome lo que sabía hacer o lo que no. Estaba dicho…yo siempre ganaba, no había hombre que se me resistiera pero mi juego aún no estaba completo.

Recargue la espalda en la puerta, sin quitarle la mirada de encima, sin perderme ningún detalle de cómo avanzaba y como se hacía más obvio su participación en mi pequeño jueguito, me mordí el labio pero no mostré emoción alguna en el rostro, parecía congelada en el tiempo, tal vez solo le mire altanera cuando estuvo tan cerca que nuestros alientos se mezclaron. Su piel era fría, cualquier humano estaría muerto pero él no, caminaba y hablaba. Logro estremecer cuando su lengua paso por mi garganta, pude sentir incluso la sangre correr más rápido pero no hice ningún sonido-Mmm…no sé….tal vez buscas un chico en lugar de una chica, alguien más fácil de llevarse a la cama-hice la cabeza a un lado por unos segundos pero la regrese mientras empujaba un poco en la zona de su pecho-¿Es todo lo que tienes? -pregunte groseramente-Creo que…-me acerque a su oído y la lamí toda la orilla de su oreja-No eres tan bueno como presumes, lo haces bien pero lo podrías hacer mejor-me aguante las ganas de hacer algo más, reí solo para hacerlo enojar. Mi peso volvió a quedar completamente en la puerta-Ya te dije y te repito que no creo ser lo que deseas-sabía que el chico era mejor eso pero quería ver su punto limite, ya me había divertido bastante pero un poco más no le haría daño a nadie.