Acelera mi corazón... ¿Aún puedes hacerlo latir? [Arianne]

¿Era acaso un mandato del destino cerrar los ojos cuando te besaban? La mayoría de las personas lo hacían pero ese beso fue tan frio en un primer instante que no me dieron ni las más mínimas ganas de responderle. Un cadáver tenía mejor temperatura que ese chico de quien aún no sabía el nombre, y eso ya era mucho decir ¿No tenía frío? Cualquier hombre estaría por lo menos a una temperatura ambiente en una situación de tal magnitud, mire la pared bastante aburrida mientras el beso se prolongaba y sentía sus aún más frías manos descender por la piel de mi cuello, hubo un momento en que si cerré los ojos porque la tibieza de mis labios hicieron que su pétrea piel se templara un poco más volviendo ese beso, al final devuelto, algo más cálido.

Una de mis manos camino hasta su codo, tratando inconscientemente de mantenerlo cerca, repode la mano mientras mis dedos golpeaban constantemente el pedazo de tela que me separaba de su piel. Al separar sus labios de los míos, contuve un gran suspiro que salió en forma de aire caliente, si él hubiera sido una ventana el vapor se hubiera impregnado y a los segundos hubiera desaparecido, lo malo o lo bueno es que no era una ventana y me miraba con una sonrisa que indicaba autosatisfacción. No me molestaba en lo más mínimo que todo su peso estuviera en mi incluso me gire un poco para que mis caderas sobresalieran un poco y fueran a encajarse un poco más debajo de las suyas. Levante una ceja fingiendo desagrado-Creo que deberías de confesar que me quieres ver desnuda-me reí pero no tan fuerte, la distancia casi me impedía gritar-¿En serio eso es todo?-negué con la cabeza-Mira sabemos para qué estamos los dos aquí y tú no quieres recoger tu dinero así no creo que sea tan difícil sacar lo mejor de ti ¿O si?-aunque cualquier hombre hubiera tomado esas palabras de forma distinta, era una burla y una especia de reto ese joven-No me estás dando lo que quiero…Y aunque creas que no ganare ya hice lo que quise contigo bueno por lo menos una parte, pero no ganaras porque yo siempre tengo lo que quiero-Era un hombre que no le gustaba que lo cuestionaran y gracias a eso lo empujaba a límites en los que según él no caería.

Deje que la mano que reposaba en su codo se aproximara hasta su cuello para así aproximarlo hasta a mí y pegar mis labios contra los suyos, ya no me molestaba el frío en lo absoluto incluso me gustaba esa sensación rara. Tome su labio inferior entre los míos y succione ligeramente, sin querer dañarlo o quizá solo un poco, mi manos hizo presión sobre su cuello, no quería darle todo solo era un pequeño anzuelo. Me separe lentamente de él tomando su labio entre mis dientes y jalando para soltar a los pocos segundos-¿Ves? No es difícil-,le sonreí infantilmente y deje caer mi brazo sobre su hombro.

Algo dentro de toda esa situación comenzaba a sacarme dudas, preguntas pero sobretodo lograba sacar mi lado más curioso, justamente en ese momento quería averiguar y en realidad no me importaban los límites que pudiera romper con mi meta de aquella noche. Me había tocado tener clientes buenos, malos clientes, clientes raros pero ninguno como él, había cosas sobre él que aún no me quedaban del todo claras pero poco a poco iba haciéndome a la idea de que tal vez las historias que contaban mis compañeras y no solo eso, las historias que se contaban en toda Francia eran ciertas ¿Por qué era tan frió? Eso era raro, yo estuviera muerta pero él ni siquiera parecía tener el más mínimo problema con eso y otra cosa que me tenía con duda era como se había enterado de casi todo lo que pensaba. Seguramente estaba pensando mucho o tal vez las historias de vampiros si fueran ciertas.

En cualquier caso en esos momentos había dejado de sacar conjeturas. Me molestaba que no me creyera capaz de lo que fuera que tuviera en mente-¿Me estas retando? No juegues conmigo amor-dije enfatizando esta última palabra, obviamente yo no lo amaba, si acaso lo deseaba pero nada más-Sabes que te pongo como loco-a veces pecaba de poco modesta pero cuando pecas todos los días de tu vida un poco más en realidad no tenía sentido. Igual yo no creía en dios como los otros estúpidos que le rezaban hasta porque se quedaban sin comida, Dios me había abandonado y pase hambre pero seguía viva y no había rezado, una vez dije las plegarias pero no eran escuchadas así que simplemente deje de creer en eso.

Tuve que oponer fuerza cuando me volvió a besar, lo había hecho de forma diferente, tenía que admitir que me había gustado pero también tenía reconocer que su beso fue tan salvaje que sentí dolor. Me queje mientras respondía el beso, al parecer su jugada era verme suplicando para que no lo hiciera de esa forma pero no suplicaría y esa noche las reglas las ponía yo. Me separe solo para tomar aire y me di cuenta que él ni siquiera se había inmutado, seguramente yo era muy quisquillosa y quería ver algo donde no había nada pero su pulso y respiración no parecían los de una persona excitada…después como si algo me diera con la cabeza recordé que yo ya había vivido algo así “Vampiro” si, yo antes había estado con uno pero simplemente me había dejado ir, todo encajaba, fuerza, temperatura, belleza y lo que hacía con mi mente-Deja de jugar al inocente-me acerque solo a rozar sus labios, mi corazón latía fuertemente estaba enfrente de una de esas leyendas que contaban los franceses y aunque no era el primero sería el primero con que haría algo asi. En todo caso me sentía emocionada y curiosa, con la sangre cargada de adrenalina, sería interesante sacar a uno de ellos de sus casillas aun cuando siempre hubiera un riesgo –Sé que eres y no me asustas-pase las manos hacia el frente de su camisa y sin reparo tire de la tela, desgarrándola para dejar a mi vista su torso-¡Ups! Creo que te quedaste sin una camisa.-

¿Acaso me creía tonta? Inconsciente se lo aceptaba pues el debido a su raza podría matarme y hacerlo parecer como un accidente pero tonta no era y eso me molestaba. Era algo extraño tratar de describir ese momento, no era exactamente lo que hacia todas las noches en primer lugar porque mi cliente no era humano aunque lo parecía y en segundo porque yo no me quería entregar tan fácil sin antes escuchar de su boca dos cosas, primero mi nombre entre ruegos y segundo la confesión de que él era un vampiro. Hice una mueca cuando vi que ni siquiera le importo haberme lastimado, me las pagaría. Casi se me sale el corazón cuando seguía insistiendo aun después de haber sido descubierto pero podía obligarlo, si eso era lo que quería.

Me opuse cuando me tomo en brazos y prácticamente me arrojo en la cama, si hubiera sido el piso me hubiera roto un brazo o por lo menos un buen golpe si me habría llevado, solo por eso agradecí la invención de esa cosa mullida llamada cama. Mis manos inútilmente trataron de alejarse pero solo logre subirme un poco más y no dejar que los pies me colgaran. Lo tenía sobre mí. Saque un brazo de su prisión y lo abofetee aunque a decir verdad pareció como si no le hubiera hecho nada y eso me daba un punto a mí para seguir indagando-Eso fue por el beso…No lo hagas de nuevo ¿Esta bien?-empuje mi cuerpo como si tratara de levantarme pero él no se quitaba. Me quede quita haciendo que el silencio de la habitación solo fuera interrumpido por mi respiración agitada a causa del esfuerzo extra que estaba haciendo-Te recuerdo que puedo hacer muchas cosas, no sé porque te sorprendes-no tenía caso enojarme, seguiría orillándolo hasta que hiciera lo que yo quería.

Muy en el fondo mi lado noble y humano como el de cualquier otra mujer quería estar con él, obviamente solo para sexo ocasional me contuve, retardaría el momento lo más que pudiera. Mis dedos se deslizaron por su mejilla y bajaron hasta uno de los costados de su tronco, reposaron ahí sin hacer nada. Me reí descaradamente en su cara mientras giraba la cabeza de un lado dejando al descubierto esa zona en donde estaba la arteria, si mordía ahí, moriría pero no lo creía capaz de hacer eso por lo menos no antes de cobrar por lo que había pagado-'Qué vas a hacer? ¿Castigarme? ¿O hacer que te compre otra? Porque ahi esta el dinero, puedes tomar lo que quieras-me tape la boca con las manos para disimular la risa pero volví a mirarlo y dejar caer los brazos a los costados de mi cuerpo-¿Se supone que debo sentir aterrada o excitada con eso? ¿Cómo podría? Eres tan cobarde que no aceptas tu condición, no aceptas que te topaste con alguien que te descubrió…vampiro-susurre esto último y articulando lo más que pude-Muéstrame que me equivoco, muéstrame que no eres un cobarde…Vamos…no tienes nada que perder…igual ya lo sé y solo quiero una muestra de tu supuesta hombría.-no sabia como reaccionaria con eso, tal vez me golpearía, se reiría, tal vez decidiría que no quería acostarse conmigo.

Me acomode en la cama mientras lo escuchaba hablar. Creo que no había entendido a que me refería, no era el beso en si, sino la forma en que lo había hecho, aunque me había gustado no le permitiría que lo hiciera así de fácil incluso siendo hombre y un hombre ya muerto, un vampiro. Lo mire con cara aburrida como el mismo acto de tratar de tener sexo me resultara algo cansado y sin mucho chiste. Nos habíamos topados con una persona que tenía tanto ego que se desataría una guerra, la verdad es que era lo que me espere desde el momento en que le dije que podría escoger a alguien pero o yo le gustaba mucho y si me quería con él o simplemente era la forma de probar que con dinero incluso podía tener mi vida.

Si, era bastante tonta, estaba con alguien que podía matarme pero a estas alturas no podía retractarme de todo lo dicho, seguramente y si hubiera sido buena ya hubieras acabado el negocio y el se estuviera largando pero no, mi boca lo arruino. Ahora tenía que acabar con lo que había empezado, no me importaba si lo que quería era sexo o mi sangre o mi exclusiva, esta última no la tendría no dejaría que me retara. Colé una de mis manos por la piel de su espalda, ya ni siquiera me parecía tan fría su piel, tanto tiempo sobre mí había hecho que nuestras temperaturas se mezclaran y ambos tomáramos cierto calor corporal diferente, ni muy frio ni tan cálido como el mío, comencé a acariciar con los dedos esa zona, la que tenía a mi alcancé sin mostrar ninguna emoción en la cara-Te dije que me mostraras lo contrario, muéstrame que me puedo excitar por tenerte en mi cama-susurre casi rozando nuestros labios, estar más cerca era imposible pero el extrañamente lograba mantenerme contra la cama sin ningún centímetro de distancia entre nosotros.

¿Me mordería? Bueno si se suponía que con eso le rogaría que no lo hiciera estaba tomando una decisión errónea, me moví solo un poco, dejando mi cuello al descubierto, girándolo para que pudiera verlo-¡Hazlo!-le demande sintiendo sus dientes sobre mi piel, con la mano con la que no lo acariciaba tome su cabeza e hice un poco de presión-Hazlo y así me probaras que siempre ganó, porque estarás haciendo lo que yo quiero, te iras con otra chica mientras yo soy tu cena-me reí ligeramente-No me interesa, en serio es más me harías un favor….llevo repitiendo que no soy la chica que buscas para eso-arrastre la última palabra de forma melosa y al mismo tiempo sufrida ¿Cómo reaccionaría con eso? Quería ver si me mordía, hasta cierto punto me merecía que después de cenarme y acostarse con otra me fuera a acusar, me había portado mal ¿Pero que podía hacerle? Estaría muerta o si me dejaba viva ya estaría pagando mi culpa.

¡¿Qué?! No, él tenía que hacerlo, yo no podía perder y menos con un vampiro. Aun así me regocijaba, sabía que se había enojado pues todo lo que había dicho era verdad si lo hacía yo ganaría pero no me quería rendir solo así, nada más porque el dijera que no me iba a morder. Apreté los ojos ahogando un suspiros al sentir su lengua fría sobre la vena de la que se perdería, los abrí a los poco segundos cuando sentí sus manos entre mi cabello y sus dedos presionando en mi cuero cabelludo-¿Crees que tendrás otra oportunidad así?-le susurre lentamente sintiendo como la piel de mis labios apenas rozaba la suya de mi mejilla-Esta amor fue tu única oportunidad, no tendrás a algo parecido en mucho tiempo…Si soy una ramera ¿Y qué?-me reí cerca de su oído guiando mis dedos hasta ese hueco que se formaba por la posición de su espalda, recorrí su columna vertebral una y otra vez con dos de mis dedos, apenas rozando esa piel que ya no me molestaba ni un poco si acaso solo la quería más cerca-No me puedes negar que no has visto a alguien como yo en tu triste vida, lo sabes, ni siquiera las damas de alta sociedad son como yo…sabes que por eso en este mismo momento y desde que llegaste te llame la atención-no podía creer el autocontrol que en ese momento el ejercía, simplemente para alguien como él era de aplaudirse.

-Solo admite que te gusto, eres orgulloso pero puedes hacerlo-podía sentir el subir y bajar de mi pecho a causa de la respiración y la presión que no solo era ejercida por la última parte del corsé sino también por el cuerpo del vampiro. Detuve su mano en el acto, no dejaría que llegara más allá antes de que escuchara lo que yo quería huir, y si no lo hacía bueno siempre había mas clientes que estarían dispuestos a arrodillarse y decirme lo hermosa que era. Lo dejaría ir muy a mi pesar aunque si eso pasaba lo que más me dolería era el dinero aunque.

¡Perra cruel. Maldita y asquerosa! Sí, eso era y mucho más pero lo mejor de todo eso era que me gustaba serlo. Me gustaba ver cómo me respondía, como trataba de que mis palabras no hirieran su ego más de lo que ya estaba herido, me gustaba ver como de una u otro forma el vampiro caprichoso se fue enredando solo en la red que yo había tejido. Lo tenía en mis manos, había jugado con él y lo seguía haciendo, solo esperaba que hasta cierto punto no me aburriera decidiera simplemente dejar que me mordiera, que eso era lo que quería, y después se fuera. No me importaban muchas cosas de él, solo lo que podía hacerme y no precisamente me refería al acto sexual. Sus palabras en vez de herirme o lastimarme hacían que me regocijara internamente, hacían que simplemente me dieran ganas de seguir jugando con él como si yo fuera un gato y él una bolita de estambre.

Puse una cara de niña regañaba y ofendida mientras escuchaba toda esa estupidez que sus labios soltaban-¿Crees que no lo sé? ¿Crees que no sé qué soy una puta? Pero para tu información querida soy la mejor puta de todo Paris y tú ahora, en mi cama simplemente me lo acabas de reiterar, no me importa que no me amen de hecho no me importa el amor en lo absoluto y tampoco me importa que le alimentes de mi como el animal que eres-era una desgraciada por encararlo de esa forma, sabía que no le gustaban mis palabras y que al mismo tiempo las amaba-¿Crees que me importa morir? ¿En serio? Querido no creas que eres el único vampiro aquí, para la próxima vez que quieras verme seguramente me encontraras desgarrando la garganta de alguien más-lo rete, clavando mi mirada en la suya esperando que entendiera el contexto y trasfondo de mis palabras-Puedes beberme ahora y una vez más demostraras mi poder sobre ti-levante los hombros y los deje caer de nuevo, relajando todo mi peso en la mullida cama que nunca antes había sentido tan cómoda como en ese momento.

Pude ver como la línea de su mandíbula se tensaba, en definitiva no le había gustado que yo detuviera su mano sobre mi piel pero simplemente me encantaba ver como no se rendía ante el hecho de tener el control del momento pero hasta ese momento dudaba que pudiera recuperarlo, ya alguien tenía la situación controlada y esa era yo. Por primera vez le dejaría hacer una mínima parte de lo que en todo ese tiempo no hizo, deje que se separa solo un poco y que me tomara en brazos como una muñeca de trapo…lástima que el hizo que le durara poco el gusto. Desde lo más profundo de mi garganta una carcajada salió por entre mis labios, mi espalda se curvo simplemente por el placer de lo que estaba escuchando-Que buen chico-dije una vez que termine de reírme-Y no, no estoy contenta, estoy extasiada ¿Sabes solo por eso tal vez te bese? Pero lo que no pienso hacer es acostarme contigo, me aburriste hasta morir.-empuje, quería ir de esa habitación, ya me había divertido y aburrido. No había nada que pudiera querer más que una buena noche con un hombre que si lo fuera.

Sus palabras simplemente no me hacían más feliz porque explotaría, una mezcla de placer y seguridad se apoderaron de mi cuerpo mientras lo escuchaba hablar como a un niño dolido a quien no le cumplen lo que le prometen, con mucha lastima yo no le había prometido nada, ni siquiera unas lindas palabras-¿Hasta cuándo vas a aprender que tus palabras no me tocan? Es más…-me quede callada para tomar aire mientras me regocijaba en la cama-…tus palabras me importan poco y tú mismo lo dijiste, solo sirvo para abrir las piernas como la zorra que soy pero aquí estás como perro hambriento entre mis piernas y si quiero seguir usando el tiempo de él es muy mi problema-flexione las piernas ligeramente sintiendo el frío del lugar y de su piel que aun con toda esa ropa encima seguía siendo como la de un muerto. Si en algún momento me había excitado ahora me daba asco, sería como tener sexo como un cadáver y definitivamente era lo último que quería así haya pagado y gastado lo que no tenía-Escucha sanguijuela…Este monstruo y su lindo empaque son lo que más deseas justo ahora y digas lo que digas eso no va a cambiar.-

El muy estúpido seguía sin entender que todo lo que yo hiciera lo tenía ahí, y tampoco entendía que nada de lo que yo pensaba era cien por ciento seguro. Leer mi mente y lo que en verdad quería era un problema, fuera un chupasangre o no. Estar y no estar, morderla o no, él nunca sabría que cualquiera de las cosas que decidiera solo lo llevaban a estar más en mis manos. Aunque seguramente en ese mismo instante la que parecía un pajarito atrapado era yo, sentí un dolor extraño en la nuca debido al movimiento que mi cuerpo hizo contra la cama ¿Estaba rota? ¡Diablos, eso sí era un problema!-Me deseas tanto que ni siquiera puedes ocultarlo-dije entre dientes pues el dolor de sus manos en mi espalda, encerradas por su muñeca era nefasto. De todas formas él no se saldría con la suya, hiciera lo que hiciera, me golpeara otra vez o no. No ganaría-¿Cómo sabes que quiero vivir o morir?-solté una risita aviando el hecho de que lo tenía encima de mí, en esa posición en donde poca imaginación quedaba.

Y lo que nunca creí que pasaría pasó. Sentí sus colmillos sobre mi cuello y un dolor agudo hizo que escondiera la cara entre las cobijas pero no grite, simplemente me queje hasta donde el asco me dejo quejarme. Podía sentir el líquido rojo fluir hacia su boca y como este succionaba como un recién nacido succionaba el pecho de su madre, tuve unas ganas inmensas de vomitar, no por él si no por la sangre que tanto odiaba, poco a poco fui perdiendo la razón de lo que pasaba, simplemente seguía sintiendo ese dolor que poco a poco desaparecia.

Mis músculos poco a poco se iban relajando, no tenía caso pelear puesto que él de cierta forma ya había hecho lo que yo había querido, el orgullo seguía latente por mi victoria, dolía y sentí un poco de sangre correr, también conocía el olor por lo que deje de respirar unos momento y tomaba aire cuando era necesario, lo único bueno de toda esa situación era que no veía la sangre como tal, de otra forma no hubiera estado casi consciente de lo que pudiera hacerme esa noche. Ser vampiro tenía muchas ventajas, sobre todo cuando te llevabas a la cama a una cortesana que era humana, los humanos éramos frágiles algunos más que otros pero yo definitivamente era diferente pues había arrollado a la sanguijuela a un punto de quiebre que ni siquiera se había imaginado. Había jugado con él. Me había burlado y me había divertido con él pero sobretodo lo había manipulado ¡Yo! Quera solo era hueso y carne contra él que definitivamente tenía la fuerza de su lado. Ese regocijo me quedaba en el interior ahora que estaba medio adormilada.

El dolor me hizo abrir los ojos, como si me hubieran dado una descarga de adrenalina. Un dolor incluso más agudo que el primero hizo que me encogiera del dolor pero como la puta orgullosa que era no me queje, ni un pequeño sonido salió de mi boca. Estaba un poco molesta si acaso, los moretones y la recuperación de aquellas costillas le costarían mucho dinero al burdel sobretodo porque era una de las prostitutas más caras, pero lastima para él que me lo había hecho y peor aún él había estado haciéndome su víctima. Daba igual, era hermosa y por eso el vampiro estaba ahí. Al estúpido no le importaba haber quebrado como muñeca, ahora me mordía la espalda, a esas alturas no estaba segura de salir caminando o arrastrándome, apreté los ojos tratando de hacer a un lado el dolor y no pensar en cómo se me habían astillado los huesos. Era insoportable pero de un momento a otro lo había logrado desfasar de mi cuerpo, el dolor había salido pero seguía notorio-Atrévete estúpido y te volverás otro más de mis juguetes, enséñame que puedes hacer más que regocijarte y hablar como niña-no me podía mover mucho pero algo era algo. Sentí su rodilla entre mis piernas, no era la primera vez que me hacían algo así pero en eso había algo más-No dejes de hacer el trabajo sucio ¡Vamos hazlo!-le grite demandante fingiendo que me de alguna forma lo odiaba por eso pero me hacia sentir poderosa en realidad-Eso te gusta ¿No?-me burle, era bastante perra, jugaba con fuego pero no le temía al fuego y a quemarme mucho menos. Aunque me dejara más lisiada de lo que ya estaba.

¡Hijo de perra! ¿Qué quería? ¿Destrozarme el cuerpo? Bueno estaba haciendo su trabajo bastante bien, hasta ese momento era lo único bueno que me había demostrado ¡Podía ser un cobarde de primera! Me mordí la lengua cuando hizo esa presión y me volvió a golpear, era obvio que quedara muy marcada después de eso, era un vampiro pero él quería algo más ¿Quería sentirse hombre? Por mi estaba perfecto, lo haría sentir hombre y poderoso, controlaba el dolor que mi mente dejaba pasar y eso me funcionaría por un buen rato. Si la violación era el único medio por el cual se excitaba por mi estaba perfecto, jugaría un poco más con él y le daría lo que tanto quería. Solté un grito de dolor y dos gruesas lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, dejando huella a lo largo de mi cuello y topándose con las sabanas en las que me tenía restregada-¡Por favor! ¡Para! Haré…haré lo que quieras lo juro-sollocé hundiendo mi cara en el colchón de la cama-Me duele ¡Basta!-le pedí entre lágrimas y gritos de dolor insoportable. Sentía comezón en las partes de mi piel que había decidido morder y succionar, esta se hizo peor cuando tiro de mi cabello y no pude escudarme más entre la tela. ¡Lo había hecho! Y lo había hecho de una forma bastante cruel.

Apreté la mandíbula mientras lo escuchaba e intentaba separar el hecho de que seguía con el afán de romperme más que dos costillas. Ya me había cansado, pensé que con eso por lo menos me iba a humedecer un poco pero nada en cambio sentía la frigidez en mi cuerpo y las ganas de soltar la carcajada. Gracias a sus palabras y a sus intentos pude hacerlo, me eche a reír con todo la fuerza que las costillas quebradas me dejaban-¿En serio crees que te voy a pedir perdón? ¡Jodete!-había sido gracioso haber fingido para él, lágrimas y dolor, bueno eso último no tanto porque si me dolía y mucho-¿Querías hacerme tuya? Vamos sigue así, vas muy bien ¿Quieres que jadee para ti?-me sostuve de donde pude, su fuerza era bestial. Una punzada de dolor me llego de un costado, era fuerte y orgullosa no dejaría que me venciera pero a esas alturas ya ni siquiera oponía resistencia simplemente lo dejaba hacer, mientras mi cuerpo se iba vagando por toda la habitación.

No sabía hasta qué punto el dolor se había hecho tan insoportable que poco a poco iba dejando que mi mente se desvaneciera. Ya no me importaba ni siquiera un poco fingir y gritarle lo poco hombre que era, lo poco o mucho que pudo atraerme se fue cuando decidió hacerme tanto daño, no lo odiaba, no cabía ese sentimiento en mi pues no conocía a ese hombre solo quería que terminara, que me pagara y que se fuera e una vez por todas. El dolor que ocasionaba en mi era poco ya, con tantos actos de violencia en realidad un poco más era nada y lo mismo, sobreviviría si, y de suerte pero bueno mientras dejara una ganancia, apoye mi rostro en las sabanas sintiendo sus movimientos rápidos, secos y cargados de rencor hacia mí. Me sentía extrañamente orgullosa de mi hazaña del día, yo dominando a un vampiro ¿Pero a qué hombre no? Todos acababan cayendo por mí y el querido chupasangres no había sido la excepción, quisiera o no había hecho lo que yo quería y así sería porque desde ese momento la que lo perseguiría en sueños, en pensamientos era yo, yo entraría en su mente y le haría recordarme al grado que volvería por remordimiento o quién sabe si por algo más.

Gemí inconscientemente por el dolor cuando hizo que me girara, no le bastaba ya pero bueno la venganza era dulce y él era un pequeño juguete que me hacía ganar poder. Solo por esta ocasión se lo pasaría. A pesar de que no tenía control sobre al asunto y mi persona parecía haber quedado en el olvido lo mire a los ojos mancillados por las lágrimas ¿Quiere verme mientras lo hacía? ¿Bien! Que me viera…El pequeño vampiro se había dado por vencido, era tan triste la situación, me fije en él cuando salió de mi interior, no era tan duro ni tan hombre como había dicho pero la diferencia es que yo si era difícil. Pude respirar un poco más cuando dejo de someterme, me retorcí un poco buscando una posición en la cual el dolor se mitigara y lo escuche-¿Te vas a ir después de esto? Creí que eras más valiente-jadee arrastrándome hasta un extremo de la cama, me costaba y mucho-¡Vete! Y no quiero tú estúpido dinero, mejores clientes me han llevado a la cama… ¡Anda vete ya!-tome una sábana y me cubrí, necesitaba un respiro. Con la pierna empuje las monedas que había dejado caer, no necesitaba su dinero tenía algo mucho mejor con lo que podía sobrevivir.

Me acurruque en la cama y me quede mirando la puerta esperando el momento en que se largara, con la respiración inconstante y rota lo obligaba, contaba los segundos que se tardaba para salir.