AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
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Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Caía la tarde ya en la ciudad francesa y las farolas comenzaban a iluminarse signo de que no era decoroso salir a esas horas acompañada de un hombre, o aún peor, sin compañía alguna. Me cercioré de que mis hermanos estuvieran lo suficiente ocupados aquella semana para gozar de la libertad de ser una auténtica señorita durante el día y las reuniones sociales, pero, también para que cuando cayera el sol pudiera hacer cuanto me placiera, ya fuera leer libros que no estuvieran muy bien vistos o caminar a solas por aquella zona.
¿Por qué había decidido acudir a aquel lugar en vez de a algun lugar concurrido como el teatro o algun café? simple, disfrutaba de la quietud y serenidad que proporcionaban los sonidos de los pájaros, el crujir de las hojas o el sonido del agua... y otra de mis razones era que adoraba darme algún baño a aquella hora en la que el agua estaba lo suficientemente tibia como para no sentir ninguna impresión al adentrarse en sus aguas.
al fín llegué a la explanada de la laguna y, tras cerciorarme de que no había nadie que pudiera verme, dejé el pequeño farol en la hierba y me solté los cabellos. De nuevo, miré a todos lados y sonreí al ver que, estaba en lo cierto, ni un alma habitaba aquel lugar. Lentamente fui desabrochando los botones de mi vestido hasta que éste cayó suavemente a mis pies, a continuación procedí a quitarme el molesto corsé que apenas dejaba pie a mi respiración y lo deposité con cuidado en el suelo. Tras ésto procedí a quitarme los zapatos y las finas medias de seda, hasta que simplemente quedé vestida con una fina enagua. Volví a mirar a todos lados, y viendo que no había nadie caminé hasta la orilla y fui introduciendome en el agua lentamente dando algunas brazadas y dejándome embriagar por aquella sensación de libertad
¿Por qué había decidido acudir a aquel lugar en vez de a algun lugar concurrido como el teatro o algun café? simple, disfrutaba de la quietud y serenidad que proporcionaban los sonidos de los pájaros, el crujir de las hojas o el sonido del agua... y otra de mis razones era que adoraba darme algún baño a aquella hora en la que el agua estaba lo suficientemente tibia como para no sentir ninguna impresión al adentrarse en sus aguas.
al fín llegué a la explanada de la laguna y, tras cerciorarme de que no había nadie que pudiera verme, dejé el pequeño farol en la hierba y me solté los cabellos. De nuevo, miré a todos lados y sonreí al ver que, estaba en lo cierto, ni un alma habitaba aquel lugar. Lentamente fui desabrochando los botones de mi vestido hasta que éste cayó suavemente a mis pies, a continuación procedí a quitarme el molesto corsé que apenas dejaba pie a mi respiración y lo deposité con cuidado en el suelo. Tras ésto procedí a quitarme los zapatos y las finas medias de seda, hasta que simplemente quedé vestida con una fina enagua. Volví a mirar a todos lados, y viendo que no había nadie caminé hasta la orilla y fui introduciendome en el agua lentamente dando algunas brazadas y dejándome embriagar por aquella sensación de libertad
Melinda Chavànnell- Humano Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Otra noche sin dormir y con más razón esta noche. Había sido notificado con un cuento para no dormir, pero había conseguido que aquella noticia fuera la que le robara el sueño del todo. No podía dormir y no querría molestar a su hija a altas horas de la madrugada y despertarla, aunque posiblemente, al haber estado viviendo con ella durante toda su vida, posiblemente estuviera leyendo a la luz de la chimenea y leyendo algún libro de romance del cual llorara y entonces irse a la cama.
Duncan iba caminando por las calles de París y de repente se encontró con la puerta férrea de la entrada de los bosques, derruida y malgastada por el paso del tiempo. Ya nadie echaba de menos los férreos de estas puertas y si se acercara un vendaval, estas puertas podrían aplastar a una persona en mitad de la oscuridad. Duncan pasó con cuidado a través de las puertas que estaban entreabiertas y fue caminando lentamente por los bosques, hasta que se encontró con un único camino que llevaba a un solo encuentro.
Miró al horizonte pues no había nada más interesante a la vista, aunque seguramente la imagen de alguna mujer desnuda podría alegrarle sin duda. Pensó dar media vuelta e ir al burdel, o ir en busca de su única amiga, pero no sabe su ubicación exacta así que solo pensó en tirar hacia delante y dejar que las cosas siguieran su curso.
Comenzó a andar y cuando se quiso dar cuenta, estaba al lado de un lago, el verde oscuro alrededor de una laguna enorme y el agua parecía estar removida por el aire. Duncan fue caminando dentro de la laguna, pero no corría ninguna corriente de aire ni nada. La noche estaba tranquila y no había motivo de alerta por sonidos o movimientos extraños, pero para cuando desvió su mirada hacia las aguas de la laguna, vio algo moverse en la oscuridad del lago.
Se escondió lentamente en un árbol y vio que se trataba de una bella mujer de cabellos rubios hasta la cintura más o menos y tenía una figura bastante esbelta. Al parecer, estaba disfrutando de su baño por lo que no se dio cuenta de su presencia. Duncan sonrió tras pensar en lo que pensó anteriormente de encontrarse una mujer desnuda en mitad del bosque y bingo, había encontrado a una. A veces el destino no sabe lo que te tiene preparado.
Pensó moverse unos centímetros más, pero pensó algo mucho más divertido que podría alegrar la noche. Duncan sonrió maliciosamente y se fue al otro lado. Se bajo en otro lado de la laguna y se desnudó y se metió en la laguna sin hacer ruido. La gélida temperatura del agua no impedía el calor del cuerpo de Duncan y lentamente fue poniendo en marcha su plan. Se puso a nadar y se dirigió hacia donde estaba la mujer. Se pudo de espaldas a ella e hizo como que se limpiaba por su torso con algo de agua.
Duncan iba caminando por las calles de París y de repente se encontró con la puerta férrea de la entrada de los bosques, derruida y malgastada por el paso del tiempo. Ya nadie echaba de menos los férreos de estas puertas y si se acercara un vendaval, estas puertas podrían aplastar a una persona en mitad de la oscuridad. Duncan pasó con cuidado a través de las puertas que estaban entreabiertas y fue caminando lentamente por los bosques, hasta que se encontró con un único camino que llevaba a un solo encuentro.
Miró al horizonte pues no había nada más interesante a la vista, aunque seguramente la imagen de alguna mujer desnuda podría alegrarle sin duda. Pensó dar media vuelta e ir al burdel, o ir en busca de su única amiga, pero no sabe su ubicación exacta así que solo pensó en tirar hacia delante y dejar que las cosas siguieran su curso.
Comenzó a andar y cuando se quiso dar cuenta, estaba al lado de un lago, el verde oscuro alrededor de una laguna enorme y el agua parecía estar removida por el aire. Duncan fue caminando dentro de la laguna, pero no corría ninguna corriente de aire ni nada. La noche estaba tranquila y no había motivo de alerta por sonidos o movimientos extraños, pero para cuando desvió su mirada hacia las aguas de la laguna, vio algo moverse en la oscuridad del lago.
Se escondió lentamente en un árbol y vio que se trataba de una bella mujer de cabellos rubios hasta la cintura más o menos y tenía una figura bastante esbelta. Al parecer, estaba disfrutando de su baño por lo que no se dio cuenta de su presencia. Duncan sonrió tras pensar en lo que pensó anteriormente de encontrarse una mujer desnuda en mitad del bosque y bingo, había encontrado a una. A veces el destino no sabe lo que te tiene preparado.
Pensó moverse unos centímetros más, pero pensó algo mucho más divertido que podría alegrar la noche. Duncan sonrió maliciosamente y se fue al otro lado. Se bajo en otro lado de la laguna y se desnudó y se metió en la laguna sin hacer ruido. La gélida temperatura del agua no impedía el calor del cuerpo de Duncan y lentamente fue poniendo en marcha su plan. Se puso a nadar y se dirigió hacia donde estaba la mujer. Se pudo de espaldas a ella e hizo como que se limpiaba por su torso con algo de agua.
Duncan Paganini- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Nadé lentamente dejando que la sensación del agua invadiera mi sedoso cuerpo. Adoraba sentir mi piel húmeda en contacto con el suave roce de mis largos cabellos, y la verdad, pocas veces tenía la ocasión tan propicia de nadar a is anchas sin esos estrepitosos trajes de baño que hacía pocos meses habían comenzado a comercializarse por numerosas boutiques de París bajo el eslogan de: "tan cómodo como una segunda piel" Cómodo? Mentira, aquello era un tormento!
Rei ligeramente y cerré los ojos dejandome embriagar por cada uno de los sonidos del bosque, un pájaro, una lechuza, el crujir de las hojas y... unas pisadas Unas pisadas?! me incorporé rápidamente cubriendo mi cuerpo con mis suaves y delicadas manos y miré hacia todos lados tratando de buscar de donde provenían aquellas pisadas... parecía que no había nadie más alli excepto yo, por lo que de nuevo volvi a relajarme en aquella quietud.
Me tumbé boca arriba en la laguna dejándome llevar por el agua y notando como mis rubios cabellos se expandían a lo largo de ella.... de nuevo solté aquella ligera risa y cerré los ojos para dar paso a mis labios que comenzaron a cantar casi en un susurro una bella y delicada melodía, mientras mis piernas se movían lentamente llevandome hacia la otra orilla de la laguna...
Me incorporé de nuevo al notar que mi cuerpo se había topado con algo en su camino, mi primer pensamiento fue un troco, luego me di cuenta de que era demasiado alto y pensé en una roca, pero al tocar el cuerpo... me di cuenta de que estaba completmente equivocada, se trataba de un hombre.
Me incoporé a toda prisa no sin antes tragar por accidente algo de agua, por lo que a continuación tosí mientras trataba de cubrir mi cuerpo, poco disimulado por mis ligeras ropas. Miré hacia la orilla tratando de averiguar por sus ropas de qué clase social era aquel hombre.... y de nuevo mis temores lo confirmaron, o realeza o clase alta, sus ropas estaban hechas con finas sedas italianas y pieles de zorro...
-Di...Disculpeme Monseiur no... no le vi y... yo... De veras que lo siento pero... le ruego que no diga a nadie que me ha visto aqui... por favor-
Le miré con cierto temor a los ojos, aquellos ojos que reflejaban una mirada dura y experta. Era un hombre de mediana edad, bastante corpulento y... que según mi ligera impresión me... me estaba mirando lascivamente. Agaché la cabeza algo avergonzada y fue entonces cuando me percaté, que él ni siquiera ese fino pantalón que servía a los hombres de ropa interior, se encontraba desnudo frente a mi, y fue por esto que mi corazón comenzó a latir a un ritmo frenético signo de que estaba aún más nerviosa por estar de esta manera frente a un hombre desnudo, una situación en la que nunca antes me había encontrado
Rei ligeramente y cerré los ojos dejandome embriagar por cada uno de los sonidos del bosque, un pájaro, una lechuza, el crujir de las hojas y... unas pisadas Unas pisadas?! me incorporé rápidamente cubriendo mi cuerpo con mis suaves y delicadas manos y miré hacia todos lados tratando de buscar de donde provenían aquellas pisadas... parecía que no había nadie más alli excepto yo, por lo que de nuevo volvi a relajarme en aquella quietud.
Me tumbé boca arriba en la laguna dejándome llevar por el agua y notando como mis rubios cabellos se expandían a lo largo de ella.... de nuevo solté aquella ligera risa y cerré los ojos para dar paso a mis labios que comenzaron a cantar casi en un susurro una bella y delicada melodía, mientras mis piernas se movían lentamente llevandome hacia la otra orilla de la laguna...
Me incorporé de nuevo al notar que mi cuerpo se había topado con algo en su camino, mi primer pensamiento fue un troco, luego me di cuenta de que era demasiado alto y pensé en una roca, pero al tocar el cuerpo... me di cuenta de que estaba completmente equivocada, se trataba de un hombre.
Me incoporé a toda prisa no sin antes tragar por accidente algo de agua, por lo que a continuación tosí mientras trataba de cubrir mi cuerpo, poco disimulado por mis ligeras ropas. Miré hacia la orilla tratando de averiguar por sus ropas de qué clase social era aquel hombre.... y de nuevo mis temores lo confirmaron, o realeza o clase alta, sus ropas estaban hechas con finas sedas italianas y pieles de zorro...
-Di...Disculpeme Monseiur no... no le vi y... yo... De veras que lo siento pero... le ruego que no diga a nadie que me ha visto aqui... por favor-
Le miré con cierto temor a los ojos, aquellos ojos que reflejaban una mirada dura y experta. Era un hombre de mediana edad, bastante corpulento y... que según mi ligera impresión me... me estaba mirando lascivamente. Agaché la cabeza algo avergonzada y fue entonces cuando me percaté, que él ni siquiera ese fino pantalón que servía a los hombres de ropa interior, se encontraba desnudo frente a mi, y fue por esto que mi corazón comenzó a latir a un ritmo frenético signo de que estaba aún más nerviosa por estar de esta manera frente a un hombre desnudo, una situación en la que nunca antes me había encontrado
Melinda Chavànnell- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Duncan reía mientras veía a la mujer desnuda frente a él, como se tapaba los pechos con sus manos y el temor de su mirada le divertía de algún modo. Pero no creyó que la mujer llegara a pensar de ese modo sobre él. Agarró el mentón de la joven e hizo que la mirase a la cara. Duncan miro a sus ojos miel iluminados vagamente por la luz de la luna a través de la densa nube oscura que yacía sobre sus cabezas.
-Señorita, no creo que usted vaya a decir nada tampoco de este encuentro en el lago, así que yo no tengo motivos porque hacer lo contrario-Dijo suavizando aquella voz ronca que tanto le caracterizaba.-Puede estar tranquila, Madame y mi 1’90 de altura puede confundir a cualquiera entre las sombras si llegara a pegarme a usted-Dijo pero vio un cierto pero leve rubor en la joven-Pero no se preocupe, no hare tal cosa por el momento.
Soltó el mentón de la joven y se separo bastante como para dejar un buen espacio entre ambos. El agua estaba en calma y era una buena noche para nadar unos largos. Duncan se disponía a nadar pero se dio cuenta que la joven aún estaba ahí, en el mismo sitio y abrazada a si misma a la vez que se ocultaba su desnuda piel de Duncan. Pero había venido a jugar un poco con la dama y a asustarla un poco, pero la ternura que vio en sus ojos junto con el miedo que notó por los temblores de su cuerpo, le hizo cambiar de opinión.
Miró a la joven con rostro serio y la volvió a mirar de arriba abajo, lentamente recorriendo cada centímetro por su cuerpo, sus hombros, sus brazos, sus caderas y su rostro. La parte inferior seria igual a la de todas las mujeres, un par de piernas con algo escondido entre ellas. Volvió a su rostro y se fijó de nuevo en sus ojos. Marrones al mero rayo de luz, cobraban un tono miel. Lentamente se fue acercando a la mujer y apoyo sus manos en los hombros de ella manteniendo su cuerpo lejos de ella. La acaricio suavemente por sus hombros y brazos pero aún seguía abrazándose a sí misma. La dio la vuelta lentamente y apoyo sus labios cerca de su oído.
-No tiene por qué tener miedo de mi....-Dijo en susurro suave a la vez que la acariciaba con ternura y una sonrisa que ella no podía ver, se dibujaba lascivamente en su rostro.-No es mi estilo el ir violando a dulces jovencitas por los lagos y más si es de noche.-Dijo mientras se acercaba a ella y sus manos recorrían los brazos de ella lentamente con la yema de sus dedos.
Los labios de Duncan fueron directos al cuello de la joven hasta que lo beso lentamente y sus manos acariciaban mas allá de los codos de la joven, envolviéndola en un abrazo y atrayéndola hacia su pecho.-Espero que no me malinterprete, pero con el calor de mi cuerpo, el frio gélido de estas aguas que podría causarle cierta enfermedad pulmonar o un catarro bastante grave, lo aleja con bastante rapidez y usted queda a salvo de una muerte segura.-Dijo terminando en un susurro insinuante.
-Señorita, no creo que usted vaya a decir nada tampoco de este encuentro en el lago, así que yo no tengo motivos porque hacer lo contrario-Dijo suavizando aquella voz ronca que tanto le caracterizaba.-Puede estar tranquila, Madame y mi 1’90 de altura puede confundir a cualquiera entre las sombras si llegara a pegarme a usted-Dijo pero vio un cierto pero leve rubor en la joven-Pero no se preocupe, no hare tal cosa por el momento.
Soltó el mentón de la joven y se separo bastante como para dejar un buen espacio entre ambos. El agua estaba en calma y era una buena noche para nadar unos largos. Duncan se disponía a nadar pero se dio cuenta que la joven aún estaba ahí, en el mismo sitio y abrazada a si misma a la vez que se ocultaba su desnuda piel de Duncan. Pero había venido a jugar un poco con la dama y a asustarla un poco, pero la ternura que vio en sus ojos junto con el miedo que notó por los temblores de su cuerpo, le hizo cambiar de opinión.
Miró a la joven con rostro serio y la volvió a mirar de arriba abajo, lentamente recorriendo cada centímetro por su cuerpo, sus hombros, sus brazos, sus caderas y su rostro. La parte inferior seria igual a la de todas las mujeres, un par de piernas con algo escondido entre ellas. Volvió a su rostro y se fijó de nuevo en sus ojos. Marrones al mero rayo de luz, cobraban un tono miel. Lentamente se fue acercando a la mujer y apoyo sus manos en los hombros de ella manteniendo su cuerpo lejos de ella. La acaricio suavemente por sus hombros y brazos pero aún seguía abrazándose a sí misma. La dio la vuelta lentamente y apoyo sus labios cerca de su oído.
-No tiene por qué tener miedo de mi....-Dijo en susurro suave a la vez que la acariciaba con ternura y una sonrisa que ella no podía ver, se dibujaba lascivamente en su rostro.-No es mi estilo el ir violando a dulces jovencitas por los lagos y más si es de noche.-Dijo mientras se acercaba a ella y sus manos recorrían los brazos de ella lentamente con la yema de sus dedos.
Los labios de Duncan fueron directos al cuello de la joven hasta que lo beso lentamente y sus manos acariciaban mas allá de los codos de la joven, envolviéndola en un abrazo y atrayéndola hacia su pecho.-Espero que no me malinterprete, pero con el calor de mi cuerpo, el frio gélido de estas aguas que podría causarle cierta enfermedad pulmonar o un catarro bastante grave, lo aleja con bastante rapidez y usted queda a salvo de una muerte segura.-Dijo terminando en un susurro insinuante.
Duncan Paganini- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
le miré lentamente tratando de ocultar aquel temor inicial, fruto de la sorpresa de encontrarme a alguien en el lago a aquellas horas y no porque él me asustara. Levanté la mirada clavandola en sus ojos y bajando lentamente mis manos de mis pechos. Su mano se deslizó hasta mi mandíbula, cogiendo mi mentón delicadamente para a continuación pronunciar aquellas palabras, por suerte para mí, no debía conocerme o simplemente no era una de las amistades de l¡mi familia... por suerte, porque si no, era probable que en vez de tomar ese camino y decidir ambos ocltar aquel secreto... hubiera ido a mi padre o a mi hermano y se lo hubiera desvelado todo.
Tan solo segundos después noté como su cálida mano se alejaba de mi ment´n, y con ella él también. Se quedó parado unos instantes para después continuar caminando y disponerse a nadar. Solté toda la respiración que había contenido en aquellos tensos minutos y aproveché para colocar mis cabellos que caían desordenados por mi rostro y por mi torso. Me giré lentamente y para mi sorpresa, allí estaba él de nuevo, y si su anterior mirada me había parecido lasciva, esta parecía serlo aún más. Notaba como sus ojos se posaban en cada parte mi cuerpo, en cada centímetro de mi sedosa piel que yo tanto cuidaba y tan sólo unos segundos después pude notarle tras de mi, abrazándome con aquellos robustos brazos y depositando suaves besos por mi cuello.
No... no tengo miedo de usted Monsiur, creame fue la simple impresión de encontrar a alguien que como yo disfruta bañándose a estas horas con la única compañía de la luna...
Notaba como me aferraba a su pecho, acercándome a él y lo que más me sorprendió era la falta de resistencia que y mostraba pero... tenía un halo de misterio que me fascinaba... Descuide... no malinterpreto, es más se lo agradezco estaba comenzando a morir de frío en estas gélidas aguas... y no sería justo enfermar delante de un caballero no cree? Sería indecoroso para una dama como yo
Rei ligeramente, con cierto atisbo infantil, carcteristica de mi recién adquirida madurez... puede que fuera joven pero sin duda eso no significaba que no pudiera ser tan bella y con formas tan deseables como las de las mujeres que me llevaban algunos años
Tan solo segundos después noté como su cálida mano se alejaba de mi ment´n, y con ella él también. Se quedó parado unos instantes para después continuar caminando y disponerse a nadar. Solté toda la respiración que había contenido en aquellos tensos minutos y aproveché para colocar mis cabellos que caían desordenados por mi rostro y por mi torso. Me giré lentamente y para mi sorpresa, allí estaba él de nuevo, y si su anterior mirada me había parecido lasciva, esta parecía serlo aún más. Notaba como sus ojos se posaban en cada parte mi cuerpo, en cada centímetro de mi sedosa piel que yo tanto cuidaba y tan sólo unos segundos después pude notarle tras de mi, abrazándome con aquellos robustos brazos y depositando suaves besos por mi cuello.
No... no tengo miedo de usted Monsiur, creame fue la simple impresión de encontrar a alguien que como yo disfruta bañándose a estas horas con la única compañía de la luna...
Notaba como me aferraba a su pecho, acercándome a él y lo que más me sorprendió era la falta de resistencia que y mostraba pero... tenía un halo de misterio que me fascinaba... Descuide... no malinterpreto, es más se lo agradezco estaba comenzando a morir de frío en estas gélidas aguas... y no sería justo enfermar delante de un caballero no cree? Sería indecoroso para una dama como yo
Rei ligeramente, con cierto atisbo infantil, carcteristica de mi recién adquirida madurez... puede que fuera joven pero sin duda eso no significaba que no pudiera ser tan bella y con formas tan deseables como las de las mujeres que me llevaban algunos años
Melinda Chavànnell- Humano Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Duncan se rió suavemente mientras mantenía abrazada por detrás a la joven con sus robustos brazos y la mantenía cerca de su pecho, caliente y procurando vencer al frío de las aguas que cubrían sus cuerpos en ese momento. Sus brazos aflojaron el abrazo pero seguía manteniendo a la joven cerca suya, para que no perdiera el calor y lentamente, Duncan fue acariciando ambos lados de su torso, sus caderas e inspeccionando parte de su muslo que estaba debajo del agua sobre una fina enagua. Su cabello cubría sus senos y parte de su torso. Se acercó a su oído lentamente.
-Gracias por no malinterpretar mi buena voluntad, Madame.-Paro un instante y fue dándole la vuelta poco a poco a la vez que la ponía enfrente de él. La cogió en brazos y despacio fue saliendo con ella en brazos de las gélidas aguas de la laguna. Una vez que estuvieron en el verde del campo de la laguna, fue soltándola poco a poco sobre el suelo de hierba y cuando la tuvo de pie frente a él, sonrió besándola en la mejilla suavemente.-Ya no correrá peligro.-Dijo antes de separarse de la joven e ir en busca de las ropas de la joven.
Los pantalones de interior de lino, se le habían pegado a la piel y dejaba entrever su toque viril, así que se despegó los pantalones y la tela ya no apretaba nada. Llegó a lo que parecía un vestido y un corsé y miró a la joven. Miró alrededor y encontró una rama larga. Se fue directo a cogerla y cuando volvió al montón de ropa de la joven, cogió con la rama la tela del vestido y se la acerco poco a poco a la joven.
-Siento que se la acerque así, pero no me gusta tocar las pertenencias de una mujer, me parece algo nada caballeroso.-Dijo mientras aún tenía tendido el vestido enganchado a la vieja rama de madera gastada. Estuvo un rato esperando con la rama en alto con el vestido en vilo, al haberla cogido en brazos, había hecho un esfuerzo de fuerza pues no estaba para estar contento y se sentía cansado. Estuvo un rato más hasta que el brazo se le cansó y la rama cayó justo al lado de ella.-Siento este trato, pero mis brazos están doloridos del cansancio.-Dijo antes de sentarse en la hierba de la laguna. Respiró hondo y miró al horizonte.
Estuvo un rato así hasta que decidió levantarse y mirar a la joven que tenía de repente al lado. Se sobresalto dando un respingo pues no se esperaba encontrársela ahí a su lado. Pudo observar que tenía medio vestido puesto y para su alivio ya no estaba desnuda.
-Vaya...ha salido de repente-Dijo Duncan al verla a su lado. Su cabello rubio le caía en cascada sobre su hombro y se resbaló hasta quedarse prendado en el aire.- ¿Tiene más frio o quiere que le abroche el vestido?-Dijo preguntas para acertar alguna y coincidir con el misterio del silencio que tenía delante.
-Gracias por no malinterpretar mi buena voluntad, Madame.-Paro un instante y fue dándole la vuelta poco a poco a la vez que la ponía enfrente de él. La cogió en brazos y despacio fue saliendo con ella en brazos de las gélidas aguas de la laguna. Una vez que estuvieron en el verde del campo de la laguna, fue soltándola poco a poco sobre el suelo de hierba y cuando la tuvo de pie frente a él, sonrió besándola en la mejilla suavemente.-Ya no correrá peligro.-Dijo antes de separarse de la joven e ir en busca de las ropas de la joven.
Los pantalones de interior de lino, se le habían pegado a la piel y dejaba entrever su toque viril, así que se despegó los pantalones y la tela ya no apretaba nada. Llegó a lo que parecía un vestido y un corsé y miró a la joven. Miró alrededor y encontró una rama larga. Se fue directo a cogerla y cuando volvió al montón de ropa de la joven, cogió con la rama la tela del vestido y se la acerco poco a poco a la joven.
-Siento que se la acerque así, pero no me gusta tocar las pertenencias de una mujer, me parece algo nada caballeroso.-Dijo mientras aún tenía tendido el vestido enganchado a la vieja rama de madera gastada. Estuvo un rato esperando con la rama en alto con el vestido en vilo, al haberla cogido en brazos, había hecho un esfuerzo de fuerza pues no estaba para estar contento y se sentía cansado. Estuvo un rato más hasta que el brazo se le cansó y la rama cayó justo al lado de ella.-Siento este trato, pero mis brazos están doloridos del cansancio.-Dijo antes de sentarse en la hierba de la laguna. Respiró hondo y miró al horizonte.
Estuvo un rato así hasta que decidió levantarse y mirar a la joven que tenía de repente al lado. Se sobresalto dando un respingo pues no se esperaba encontrársela ahí a su lado. Pudo observar que tenía medio vestido puesto y para su alivio ya no estaba desnuda.
-Vaya...ha salido de repente-Dijo Duncan al verla a su lado. Su cabello rubio le caía en cascada sobre su hombro y se resbaló hasta quedarse prendado en el aire.- ¿Tiene más frio o quiere que le abroche el vestido?-Dijo preguntas para acertar alguna y coincidir con el misterio del silencio que tenía delante.
Duncan Paganini- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Sentí como poco a poco su abrazo se fue volviendo más sutil y delicado, circunstancia que aproveché para pegar mi cuerpo al suyo y apoyar mi cabeza sobre su pecho y cerrar los ojos, para mi sorpresa, su temperatura corporal era bastante alta en comparación con la mía, su pecho estaba cálido y mis mejillas seguramente heladas. Para no incomodarle con el tacto de éstas despegué lentamente mi rostro de su pecho y le miré a los ojos.
No tiene nada que agradecerme pero por favor, tráteme de Mademoiselle, soy demasiado joven para recibir ese calificativo, es más hasta hace poco mi padre seguía llamándome Petit rei ligeramente dejandome embriagar por sus caricias, suaves, delicadas pero insinuantes. Pocos segundos después me encontraba entre sus brazos y Duncan me llevaba a la orilla en volandas como un verdadero caballero Gracias Monseiur, aquí fuera no hace tanto frío como en la laguna
Mordí ligeramente mi rosado labio inferior para a continuación enterrar las yemas de mis dedos entre mis ensortijados cabellos, con la finalidad de escurrir toda aquella agua que ahora retenían. No pude evitar reír ante aquel extraño y caballeroso gesto de Duncan cuando me aproximó mis vestiduras con una rama para luego dejarlas caer. Me giré y lentamente comencé el ritual que suponía para una mujer vestirse, aunque mucho más lento esta vez, pues no me estaba ayudando ninguna de mis doncellas. Fui deslizando las medias lentamente por mis piernas, para a continuación, aprisionarlas con un liguero de encaje negro bastante sugerente. Cuando finalicé, caminé hasta aquel misterioso caballero y me senté a su lado
Digamos que sí... sigo estando algo destemplada pero... el problema no es sólo abrochar el vestido Monseiur... no me gustaría ponerle en una situación incómoda pero... obviamente no puedo apretar las tiras del corsé por mi misma y no me gusta el aspecto infantil que me da el no llevarlo me acerqué hasta su oido algo avergonzada y le susurré lentamente Sería mucha molestia para usted.. hacerlo? suspiré sobre su cuello dejando caer mi pesado y embriagador aroma a cereza mientras me apartaba lentamente rozando casi sus labios, pero sin llegar a tocarlos
No tiene nada que agradecerme pero por favor, tráteme de Mademoiselle, soy demasiado joven para recibir ese calificativo, es más hasta hace poco mi padre seguía llamándome Petit rei ligeramente dejandome embriagar por sus caricias, suaves, delicadas pero insinuantes. Pocos segundos después me encontraba entre sus brazos y Duncan me llevaba a la orilla en volandas como un verdadero caballero Gracias Monseiur, aquí fuera no hace tanto frío como en la laguna
Mordí ligeramente mi rosado labio inferior para a continuación enterrar las yemas de mis dedos entre mis ensortijados cabellos, con la finalidad de escurrir toda aquella agua que ahora retenían. No pude evitar reír ante aquel extraño y caballeroso gesto de Duncan cuando me aproximó mis vestiduras con una rama para luego dejarlas caer. Me giré y lentamente comencé el ritual que suponía para una mujer vestirse, aunque mucho más lento esta vez, pues no me estaba ayudando ninguna de mis doncellas. Fui deslizando las medias lentamente por mis piernas, para a continuación, aprisionarlas con un liguero de encaje negro bastante sugerente. Cuando finalicé, caminé hasta aquel misterioso caballero y me senté a su lado
Digamos que sí... sigo estando algo destemplada pero... el problema no es sólo abrochar el vestido Monseiur... no me gustaría ponerle en una situación incómoda pero... obviamente no puedo apretar las tiras del corsé por mi misma y no me gusta el aspecto infantil que me da el no llevarlo me acerqué hasta su oido algo avergonzada y le susurré lentamente Sería mucha molestia para usted.. hacerlo? suspiré sobre su cuello dejando caer mi pesado y embriagador aroma a cereza mientras me apartaba lentamente rozando casi sus labios, pero sin llegar a tocarlos
Melinda Chavànnell- Humano Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Al escucharla hablar tan directamente lo primero que se le cruzó por la mente es que estaba frente a una cortesana novata y que estaba jugando a un juego poco a poco, pero debido a la calidad de las ropas, descartó esa probabilidad. Se acercó a la joven, arrodillándose detrás de ella y comenzó a atar las tiras de corsé, dejando a la joven cierta cintura de avispa y terminó en un lazo nudo que se quedo remetido por dentro del corsé.
Se separó de la joven y volvió a pensar en nada. De repente se acordó de que sus ropas estaban al otro lado de la laguna y se estaba quedando un poco incomodo con tan solo los pantalones y su torso al desnudo. Vio a la mujer que estaba a su lado y la volvió a mirar de arriba abajo. Reparó en sus ojos y se parecían a los de cierta amiga, una muy querida, suspiró a la vez que se levantaba e iba en busca de su ropa.
-Enseguida vuelvo.-Dijo a la joven para que no se sintiera apartada. Siempre que te despedías así de repente, cualquier mujer se pensaba que la ibas a dejar al desamparo de cualquier degenerado, pero precisamente aquí, en una laguna en la que no había nadie, era meramente imposible de que pudiera haber algún violador o algo parecido. Estaba ya a una larga distancia y cuando echo una mirada hacia atrás donde se encontraba la joven, ya no estaba cerca de la orilla, y para su asombro e incredulidad, le había seguido en silencio y el no se había dado cuenta.
Se rió y se dio más prisa en ir en busca de sus ropas y terminar este juego. Bajó por una pequeña pendiente, se escondió detrás de un arbusto que estaba cerca de sus ropas. Las agarró y se escondió a la vez que se vestía con prisa mientras se preparaba para el susto de la joven. Ahora el susto se lo iba a dar ella en cuanto el saliera de las sombras de los arboles.
Esperó diez segundos hasta que ella se decidía en bajar o no la pendiente y en cuanto la vio acercarse sonrió maliciosamente. Se fue alejando de ella en las sombras y subió de nuevo la pendiente.
-Madmoiselle, aquí arriba-Dijo mientras le alzaba la mano para que la viera en donde estaba. Sonreía maliciosamente al ver que la joven se removía de rabia, pero para Duncan resultaba divertido al ver aquella reacción típica en una mujer. Volvió bajando hacia la mujer lentamente con la presencia altiva hasta que se colocó delante de ella.-No tiene porque ponerse así.-Dijo antes de cogerla al hombro y subir cuesta arriba con la joven en brazos y llegar a tierra firme, justo donde la había encontrado.
La bajó al suelo lentamente, procurando que no cayera al suelo y cuando la puso en el suelo, la agarró junto a él y la mantuvo abrazada muy cerca hasta dejar no mucha distancia entre ambos. Duncan tenía sus labios cerca de ella pero lentamente fue a atacar a su cuello en un beso sostenido a la vez que con sus manos la acariciaba sobre su trasero y de repente Duncan vio que se estaba dejando llevar por su parte animal y separó de golpe a la joven de su piel.
Se separó de la joven y volvió a pensar en nada. De repente se acordó de que sus ropas estaban al otro lado de la laguna y se estaba quedando un poco incomodo con tan solo los pantalones y su torso al desnudo. Vio a la mujer que estaba a su lado y la volvió a mirar de arriba abajo. Reparó en sus ojos y se parecían a los de cierta amiga, una muy querida, suspiró a la vez que se levantaba e iba en busca de su ropa.
-Enseguida vuelvo.-Dijo a la joven para que no se sintiera apartada. Siempre que te despedías así de repente, cualquier mujer se pensaba que la ibas a dejar al desamparo de cualquier degenerado, pero precisamente aquí, en una laguna en la que no había nadie, era meramente imposible de que pudiera haber algún violador o algo parecido. Estaba ya a una larga distancia y cuando echo una mirada hacia atrás donde se encontraba la joven, ya no estaba cerca de la orilla, y para su asombro e incredulidad, le había seguido en silencio y el no se había dado cuenta.
Se rió y se dio más prisa en ir en busca de sus ropas y terminar este juego. Bajó por una pequeña pendiente, se escondió detrás de un arbusto que estaba cerca de sus ropas. Las agarró y se escondió a la vez que se vestía con prisa mientras se preparaba para el susto de la joven. Ahora el susto se lo iba a dar ella en cuanto el saliera de las sombras de los arboles.
Esperó diez segundos hasta que ella se decidía en bajar o no la pendiente y en cuanto la vio acercarse sonrió maliciosamente. Se fue alejando de ella en las sombras y subió de nuevo la pendiente.
-Madmoiselle, aquí arriba-Dijo mientras le alzaba la mano para que la viera en donde estaba. Sonreía maliciosamente al ver que la joven se removía de rabia, pero para Duncan resultaba divertido al ver aquella reacción típica en una mujer. Volvió bajando hacia la mujer lentamente con la presencia altiva hasta que se colocó delante de ella.-No tiene porque ponerse así.-Dijo antes de cogerla al hombro y subir cuesta arriba con la joven en brazos y llegar a tierra firme, justo donde la había encontrado.
La bajó al suelo lentamente, procurando que no cayera al suelo y cuando la puso en el suelo, la agarró junto a él y la mantuvo abrazada muy cerca hasta dejar no mucha distancia entre ambos. Duncan tenía sus labios cerca de ella pero lentamente fue a atacar a su cuello en un beso sostenido a la vez que con sus manos la acariciaba sobre su trasero y de repente Duncan vio que se estaba dejando llevar por su parte animal y separó de golpe a la joven de su piel.
Duncan Paganini- Licántropo Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Retiré cuidadosamente mis sedosos cabellos echándolos a un lado de mis hombros, para así facilitarle la tarea a Duncan de abrochar aquel molesto corsé. Alguna que otra vez pegué un pequeño respingo al notar como las estrechas tiras hacían que el corsé quedara pegado a mi cuerpo adheriendose como una segunda piel. Escuché aquellas palabras a las que al principio, hice caso omiso, aprovechando así para vestirme al fin decorosamente. Una vez me había puesto el vestido me giré y entonces comprendí las palabras de Duncan "ahora vuelvo" miré hacia todos lados tratando de adivinar hacia donde se había dirigido, pues la verdad no me hacía especial ilusión quedarme sola en aquella laguna...
Me levanté y tras vacilar unos segundos sin saber qué ruta coger me decanté por una rodeada de arbustos, caminé unos pasos y al fin pude divisarle a lo lejos sin ningún tipo de problema. No quise acercarme demasiado, pues no quería incomodarle o que pensara que le estaba acosando pero... andaba lo suficientemente rápido como para no perderle de vista. Genial ahora bajaba una pendiente... cuando demonios se darían cuenta los hombres de que caminar cuesta abajo con zapatos de mujer no era precisamente algo confortable?
Subí lentamente el bajo de mi vestido y bajé con cuidado la pequeña colina buscando a Duncan con la mirada sin poder encontrarle Mon... Monseiur? le ruego no se esconda por favor...ya es bastante dificil seguirle como para que ahora usted me obligue también a encontrar... AHHH! Grité sorprendida al verle salir detrás de uno de los numerosos arbustos No me de esos sustos se lo ruego, o me provocará una taquicardia
Fruncí levemente el ceño, pero este gesto duró a penas unos escasos segundos, pues, sin saber cómo, me encontraba entre sus brazos, sus robustos brazos, yendo de nuevo hacia al lugar en el que hacía unos minutos se encontraban mis ropas. Cuando me soltó pude notar como lentamente se acercaba a mi, por unos instantes cerré los ojos esperando su próximo movimiento que no tardó mucho en hacerse notorio lentamente comenzó a depositar besos sobre mi cuello, pero no unos besos cualquiera, unos besos y unas caricias que de nuevo volvían a ser lascivos, unos besos y unas caricias que nunca antes nadie me había dado... - Monseiur por favor...
dije con cierto miedo, no por su actitud sino por poder haberle dado a entender que probablemente no sería la primera vez que me encontraba en esa situación, pero no era así... ni siquiera antes me había quedado a solas con un hombre.... y ahora no sabía muy bien por qué tenía que luchar casi por apartarme de aquel hombre que probablemente me doblara la edad - Yo... creame... puede que le haya dado una imagen equivocada de mi... no soy una cortesana es más... estaba tan ruborizada que no sabía ni como responderle o como actuar... Mi padre y mi hermano... no me han permitido tener contacto con hombres a no ser que fuera en compañía de mi hermana... lo que significa que...
No sabía el que me había sorprendido más, si mi patético intento de contestacón, o que siendo él el que parecía deseoso de seguir dejandose llevar por unos instintos animales, se apartara de mi lado. Le miré extrañada con mis almendrados ojos sin saber qué hacer... era obvio que él debería haberme visto como algo divertido... era mayor que yo y debía haber sabido de mi inexperiencia desde que me había tapado el pecho en a laguna... tenía la atracción de una niña pero no la de una mujer
Me levanté y tras vacilar unos segundos sin saber qué ruta coger me decanté por una rodeada de arbustos, caminé unos pasos y al fin pude divisarle a lo lejos sin ningún tipo de problema. No quise acercarme demasiado, pues no quería incomodarle o que pensara que le estaba acosando pero... andaba lo suficientemente rápido como para no perderle de vista. Genial ahora bajaba una pendiente... cuando demonios se darían cuenta los hombres de que caminar cuesta abajo con zapatos de mujer no era precisamente algo confortable?
Subí lentamente el bajo de mi vestido y bajé con cuidado la pequeña colina buscando a Duncan con la mirada sin poder encontrarle Mon... Monseiur? le ruego no se esconda por favor...ya es bastante dificil seguirle como para que ahora usted me obligue también a encontrar... AHHH! Grité sorprendida al verle salir detrás de uno de los numerosos arbustos No me de esos sustos se lo ruego, o me provocará una taquicardia
Fruncí levemente el ceño, pero este gesto duró a penas unos escasos segundos, pues, sin saber cómo, me encontraba entre sus brazos, sus robustos brazos, yendo de nuevo hacia al lugar en el que hacía unos minutos se encontraban mis ropas. Cuando me soltó pude notar como lentamente se acercaba a mi, por unos instantes cerré los ojos esperando su próximo movimiento que no tardó mucho en hacerse notorio lentamente comenzó a depositar besos sobre mi cuello, pero no unos besos cualquiera, unos besos y unas caricias que de nuevo volvían a ser lascivos, unos besos y unas caricias que nunca antes nadie me había dado... - Monseiur por favor...
dije con cierto miedo, no por su actitud sino por poder haberle dado a entender que probablemente no sería la primera vez que me encontraba en esa situación, pero no era así... ni siquiera antes me había quedado a solas con un hombre.... y ahora no sabía muy bien por qué tenía que luchar casi por apartarme de aquel hombre que probablemente me doblara la edad - Yo... creame... puede que le haya dado una imagen equivocada de mi... no soy una cortesana es más... estaba tan ruborizada que no sabía ni como responderle o como actuar... Mi padre y mi hermano... no me han permitido tener contacto con hombres a no ser que fuera en compañía de mi hermana... lo que significa que...
No sabía el que me había sorprendido más, si mi patético intento de contestacón, o que siendo él el que parecía deseoso de seguir dejandose llevar por unos instintos animales, se apartara de mi lado. Le miré extrañada con mis almendrados ojos sin saber qué hacer... era obvio que él debería haberme visto como algo divertido... era mayor que yo y debía haber sabido de mi inexperiencia desde que me había tapado el pecho en a laguna... tenía la atracción de una niña pero no la de una mujer
Melinda Chavànnell- Humano Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Duncan se apartó por ser fiel a su corazón pues sus instintos animales le estaban haciendo pasar una mala jugada. Amaba a su mujer ahora difunta, pero cuando llegó a París, había conocido a una encantadora joven que estaba apoderándose de su conciencia, de su corazón y de sus actos, pero ahora que estaba solo con su hija, no tenía a quien acudir y ahora solo tenía la compañía de ella aquella joven que era de su misma raza, de su....eran muchas cosas las que podría explicar de ella, pero tendría que escribir un libro para ello. Se rió al pensar en su querida pues cuando veía a la joven que tenía delante, le recordaba a ella y le entraban ganas de estar a su lado.
Volvió a la laguna envuelta de la noche y con otra bella dama más delante de sus ojos. Duncan sonrió al pensar que nunca al llegar a París iba resultar tener atractivo y todo. Pero al parecer atraía a las damas y de qué manera. Duncan escuchó las palabras de la joven y la miró fijamente.
-No pretendía sobrepasarme con vos debido a que ya amo a alguien, pero fue simplemente-Dijo mientras se acercaba a ella y se quedaba a un centímetro de ella.-por mis instintos los cuales intento controlar ante bellezas puras como lo sois las jóvenes de hoy en día.-Dijo a la vez que la abrazaba por su cintura y esta vez la apoyaba en el suelo. Duncan se tumbó a su lado, con la camisa medio desabrochada y el pantalón apretado.
El chaleco estaba desabrochado pero le quedaba realmente sexy.-Así que, si no es mucha molestia, debo interpretar que estoy “jugando” con usted, dado que nos están vigilando.-Disimuladamente se fue directo a besar su cuello a la vez que apoyaba ambas manos a los lados de su cabeza. Fue haciendo que la besaba y llevó una mano a su hombro y fue deslizándolo por su brazo.
Pasó un ratito y la incomodidad de alerta que sintió Duncan desapareció. Al final se separó con rapidez de la joven que estaba en el suelo. Agarró suavemente la mano de la joven y la levanto con suavidad, lentamente hasta que estuvo de pie sobre el suelo de hierba. La miró avergonzado mientras Duncan se iba a un rincón lejos para dar espacio y tranquilidad a la dama. Se puso a pensar quien había estado espiándoles, pero por el olor que desprendía ese espía, parecía el de un hombre de orgullo en cara y de alto ego.
Lo podía oler y el olor fue desapareciendo poco a poco y cuando miró a la mujer que estaba donde antes, vio que se había sentado en el suelo pensativa, pero más bien preocupada. Se había pasado, seguro, pero al menos habría alejado a la amenaza que les estaba vigilando. Se acercó a paso lento hacia donde estaba la dama mientras pensaba en la disculpa que tendría que decirle a la dama.
-Disculpe si le he ofendido...solo pretendía...alejar lo que pudíera haber estado vigilándonos.-Dijo con temor a recibir un bofetón, pero podría ser eso lo que se mereciera, después de haberla tratado como una muñeca sin más.
Volvió a la laguna envuelta de la noche y con otra bella dama más delante de sus ojos. Duncan sonrió al pensar que nunca al llegar a París iba resultar tener atractivo y todo. Pero al parecer atraía a las damas y de qué manera. Duncan escuchó las palabras de la joven y la miró fijamente.
-No pretendía sobrepasarme con vos debido a que ya amo a alguien, pero fue simplemente-Dijo mientras se acercaba a ella y se quedaba a un centímetro de ella.-por mis instintos los cuales intento controlar ante bellezas puras como lo sois las jóvenes de hoy en día.-Dijo a la vez que la abrazaba por su cintura y esta vez la apoyaba en el suelo. Duncan se tumbó a su lado, con la camisa medio desabrochada y el pantalón apretado.
El chaleco estaba desabrochado pero le quedaba realmente sexy.-Así que, si no es mucha molestia, debo interpretar que estoy “jugando” con usted, dado que nos están vigilando.-Disimuladamente se fue directo a besar su cuello a la vez que apoyaba ambas manos a los lados de su cabeza. Fue haciendo que la besaba y llevó una mano a su hombro y fue deslizándolo por su brazo.
Pasó un ratito y la incomodidad de alerta que sintió Duncan desapareció. Al final se separó con rapidez de la joven que estaba en el suelo. Agarró suavemente la mano de la joven y la levanto con suavidad, lentamente hasta que estuvo de pie sobre el suelo de hierba. La miró avergonzado mientras Duncan se iba a un rincón lejos para dar espacio y tranquilidad a la dama. Se puso a pensar quien había estado espiándoles, pero por el olor que desprendía ese espía, parecía el de un hombre de orgullo en cara y de alto ego.
Lo podía oler y el olor fue desapareciendo poco a poco y cuando miró a la mujer que estaba donde antes, vio que se había sentado en el suelo pensativa, pero más bien preocupada. Se había pasado, seguro, pero al menos habría alejado a la amenaza que les estaba vigilando. Se acercó a paso lento hacia donde estaba la dama mientras pensaba en la disculpa que tendría que decirle a la dama.
-Disculpe si le he ofendido...solo pretendía...alejar lo que pudíera haber estado vigilándonos.-Dijo con temor a recibir un bofetón, pero podría ser eso lo que se mereciera, después de haberla tratado como una muñeca sin más.
Duncan Paganini- Licántropo Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Observé su expresión melancólica, meditabunda, sus ojos podían revelar tantas cosas pasadas... sus ojos reflejaban amor, pero al mismo tiempo tenían cierto tinte de sufrimiento y melancolía... ¿qué sería aquello que lo atormentaba? lo desconocía, y francamente, creo que nunca lo sabría, pues sería sumamente raro que él contara sus secretos a una joven a la que apenas conocía. Escuché sus palabras, dulces, tranquilas... y noté como sus robustas manos se tornaban ahora suaves para tumbarme delicadamente en el suelo. Se nota que amais a alguien Monsieur... lo puedo divisar en sus ojos cuando os miro... sin duda debe ser una mujer de extraordinaria belleza
Soonreí ligeramente apoyando mi cabeza sobre una de mis manos, quedando así, dulce e infantil, mientras le miraba con una sonrisa en los labios. Me parecía ciertamente curioso... había algo en él que, a pesar de su avanzada edad para mí, te envolvía, queriéndote no despegar de él... quizá eran sus cambios de actos... de pasar de ser todo un caballero a un caballero deseoso de una mujer... o quizá simplemente su naturaleza... una naturaleza que se me antojaba extraña. Apenas había acabado con mis pensamientos cuando escuché aquellas palabras, nos estaban vigilando ¿qué demonios pasaba, por qué llevaba ya algunas ocasiones en las que alguien me espiaba?
Interpretar Monsieur?... qué clase de... No tuve que continuar con mis susurros para averiguar la respuesta, pues Duncan había lanzado sus labios directamente a mi cuello, haciendome notar de nuevo aquella deliciosa sensación que minutos antes había experimentado. Con cierto miedo a que descubrieran nuestra farsa deslicé mis manos a su espalda, acariciándola de manera sutil.
Tras un rato, pude notar como los musculos de Duncan abandonaban aquella tensión y sus labios se despegaban de mi cuello para dar paso a un Duncan avergonzado y arrepentido que jamás había visto en toda nuestra estancia juntos en aquel lago. Se alejó de mi lado buscando a alguien a quien yo no podía escuchar o ver y en mis ojos se reflejó cierta preocupación, bien por el miedo de ser vigilada por alguien o bien por no esperarme aquella interpretación por parte de Duncan. Me incorporé lentamente, colocándome el empiece del vestido que ahora caía sugerentemente por mi hombro y sonreí ante la disculpa de aquel caballero.
He de reconocer que nunca me había visto en una situación Monsieur pero no debe usted disculparse, es más debería yo agradecerle por haberme librado de ese peligro sea cual fuera... Y de todas formas... ha sido agradable notar el tacto de sus labios en mi cuello
Le miré desde abajo, señalandole el suelo como ofrecimiento a sentarse o tumbarse a mi lado tal y como lo habíamos estado haciendo hasta minutos antes de que aquella persona nos interrumpiera nuestra conversación sin apenas palabras... Creo que aún no nos hemos presentado. Soy Melinda Chavànnell aunque dudo que conozca quien soy Monsieur señalé inclinando la cabeza tal y como mandaba el protocolo francés
Soonreí ligeramente apoyando mi cabeza sobre una de mis manos, quedando así, dulce e infantil, mientras le miraba con una sonrisa en los labios. Me parecía ciertamente curioso... había algo en él que, a pesar de su avanzada edad para mí, te envolvía, queriéndote no despegar de él... quizá eran sus cambios de actos... de pasar de ser todo un caballero a un caballero deseoso de una mujer... o quizá simplemente su naturaleza... una naturaleza que se me antojaba extraña. Apenas había acabado con mis pensamientos cuando escuché aquellas palabras, nos estaban vigilando ¿qué demonios pasaba, por qué llevaba ya algunas ocasiones en las que alguien me espiaba?
Interpretar Monsieur?... qué clase de... No tuve que continuar con mis susurros para averiguar la respuesta, pues Duncan había lanzado sus labios directamente a mi cuello, haciendome notar de nuevo aquella deliciosa sensación que minutos antes había experimentado. Con cierto miedo a que descubrieran nuestra farsa deslicé mis manos a su espalda, acariciándola de manera sutil.
Tras un rato, pude notar como los musculos de Duncan abandonaban aquella tensión y sus labios se despegaban de mi cuello para dar paso a un Duncan avergonzado y arrepentido que jamás había visto en toda nuestra estancia juntos en aquel lago. Se alejó de mi lado buscando a alguien a quien yo no podía escuchar o ver y en mis ojos se reflejó cierta preocupación, bien por el miedo de ser vigilada por alguien o bien por no esperarme aquella interpretación por parte de Duncan. Me incorporé lentamente, colocándome el empiece del vestido que ahora caía sugerentemente por mi hombro y sonreí ante la disculpa de aquel caballero.
He de reconocer que nunca me había visto en una situación Monsieur pero no debe usted disculparse, es más debería yo agradecerle por haberme librado de ese peligro sea cual fuera... Y de todas formas... ha sido agradable notar el tacto de sus labios en mi cuello
Le miré desde abajo, señalandole el suelo como ofrecimiento a sentarse o tumbarse a mi lado tal y como lo habíamos estado haciendo hasta minutos antes de que aquella persona nos interrumpiera nuestra conversación sin apenas palabras... Creo que aún no nos hemos presentado. Soy Melinda Chavànnell aunque dudo que conozca quien soy Monsieur señalé inclinando la cabeza tal y como mandaba el protocolo francés
Melinda Chavànnell- Humano Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Duncan respiraba finalmente aliviado tras escuchar las palabras de ¿Melinda? Asintió con lentitud y se sentó poco a poco cerca de ella pero lo suficiente para parecer distante. La miró y la sonrió una vez estando sentado sobre el suelo de hierba. El hecho de ser un caballero junto a Melinda, le hacía sentirse atrapado entre un muro por delante y por detrás que no le dejaba ser él mismo.
Al llegar a París, Duncan era frío, calculador, prudente y todo lo contrario a lo que se estaba convirtiendo últimamente, un blando. Él siempre protegería a una dama ante el peligro, y a la que le ha robado el corazón la protegería con su vida aún más. Pero, ¿Dónde estaba aquél Duncan solitario que estudiaba horas y horas en su cueva entre libros y apuntes? Cuando Llegó a París, pensó en rendirse pues había viajado medio mundo en busca de su hija y en compañía de su difunta mujer y al final, encontró en París a su hija perdida. Y un día de tarde del mediodía, conoció a una mujer de bellos rostros, cabello dorado y ojos verdes. Aquella mirada le atrapó desde el primer momento en que la vio. El tenía con su mujer una amplia relación, pues las infidelidades entraban en sus relaciones pero en un hecho positivo.
Debido a la naturaleza reciente de su mujer, la cual ya no estaba al lado de él, era ser esclava de la noche y de tener que hacerse pasar por cortesana, así podía cazar a sus presas de la noche en oscuros callejones de París a la vez que intentaba sobrevivir. Después llegaba al lado de Duncan y desde hace dos semanas su mujer desapareció sin dejar rastro alguno. Fue un golpe bastante duro para él y su hija. La relación en la familia parecía estar uniéndose de nuevo, pero debido al repentino secuestro la distancia fue sustituyendo a su mujer, cuando de repente un día, se entero que la muerte cortejo a su mujer y se la llevo con él. Apartó por el momento su mente de su corazón y se concentró en la dama que tenía al lado.
-Puede llamarme Duncan.-Dijo con un tono grave. - ¿Y estaba usted por aquí o se había perdido?- Preguntó al recordar a Melinda sola en la laguna. No había rastro de ningún otro hombre por los lares de la laguna y solo se había encontrado a Melinda, con sus ropas en la orilla y nadie más alrededor. Posiblemente estuviera huyendo de alguien y para mal augurio, le tocaba a él hacer de niñera. Pero al parecer por el carácter que intuía de Melinda, no tendría porque hacer tal cargo el cual no le correspondía en absoluto.
Observé a Melinda de arriba abajo y pude notar a través de mi vista térmica que el cuerpo y temperatura de Melinda estaban calentándose poco a poco. Duncan reprimió la risa, que de repente le invadía, pero sería un gesto grosero ante la dama y no querría que Melinda se llevara una idea equivocada de él. Así que se mantuvo en su sitio y no hizo nada más que observar el rostro de Melinda, pero sus instintos le iban a traicionar y no atendería a palabras ni a empujones, pues la fuerza era mayor que la de Melinda.
Decidió separarse de momento un poco más y comenzó a respirar despacio, pues tendría que controlarse debido a su poder de atracción sobre el género femenino desde luego. Miró a la dama un segundo y vio que estaba a su lado de nuevo, pegado a él. Se quedó un rato analizando la situación y lo único que pudo hacer era quedarse quieto. Las mujeres parisinas tenían el listón demasiado alto en lo que se refería a la seducción, pues algunas lo lograban o no.
Al llegar a París, Duncan era frío, calculador, prudente y todo lo contrario a lo que se estaba convirtiendo últimamente, un blando. Él siempre protegería a una dama ante el peligro, y a la que le ha robado el corazón la protegería con su vida aún más. Pero, ¿Dónde estaba aquél Duncan solitario que estudiaba horas y horas en su cueva entre libros y apuntes? Cuando Llegó a París, pensó en rendirse pues había viajado medio mundo en busca de su hija y en compañía de su difunta mujer y al final, encontró en París a su hija perdida. Y un día de tarde del mediodía, conoció a una mujer de bellos rostros, cabello dorado y ojos verdes. Aquella mirada le atrapó desde el primer momento en que la vio. El tenía con su mujer una amplia relación, pues las infidelidades entraban en sus relaciones pero en un hecho positivo.
Debido a la naturaleza reciente de su mujer, la cual ya no estaba al lado de él, era ser esclava de la noche y de tener que hacerse pasar por cortesana, así podía cazar a sus presas de la noche en oscuros callejones de París a la vez que intentaba sobrevivir. Después llegaba al lado de Duncan y desde hace dos semanas su mujer desapareció sin dejar rastro alguno. Fue un golpe bastante duro para él y su hija. La relación en la familia parecía estar uniéndose de nuevo, pero debido al repentino secuestro la distancia fue sustituyendo a su mujer, cuando de repente un día, se entero que la muerte cortejo a su mujer y se la llevo con él. Apartó por el momento su mente de su corazón y se concentró en la dama que tenía al lado.
-Puede llamarme Duncan.-Dijo con un tono grave. - ¿Y estaba usted por aquí o se había perdido?- Preguntó al recordar a Melinda sola en la laguna. No había rastro de ningún otro hombre por los lares de la laguna y solo se había encontrado a Melinda, con sus ropas en la orilla y nadie más alrededor. Posiblemente estuviera huyendo de alguien y para mal augurio, le tocaba a él hacer de niñera. Pero al parecer por el carácter que intuía de Melinda, no tendría porque hacer tal cargo el cual no le correspondía en absoluto.
Observé a Melinda de arriba abajo y pude notar a través de mi vista térmica que el cuerpo y temperatura de Melinda estaban calentándose poco a poco. Duncan reprimió la risa, que de repente le invadía, pero sería un gesto grosero ante la dama y no querría que Melinda se llevara una idea equivocada de él. Así que se mantuvo en su sitio y no hizo nada más que observar el rostro de Melinda, pero sus instintos le iban a traicionar y no atendería a palabras ni a empujones, pues la fuerza era mayor que la de Melinda.
Decidió separarse de momento un poco más y comenzó a respirar despacio, pues tendría que controlarse debido a su poder de atracción sobre el género femenino desde luego. Miró a la dama un segundo y vio que estaba a su lado de nuevo, pegado a él. Se quedó un rato analizando la situación y lo único que pudo hacer era quedarse quieto. Las mujeres parisinas tenían el listón demasiado alto en lo que se refería a la seducción, pues algunas lo lograban o no.
Duncan Paganini- Licántropo Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Me ofende Duncan, no, no me he perdido... éste ha sido mi refugio desde que era una niña... trato de ser la perfecta dama con todas mis fuerzas para agradar a mi padre y mi hermano pero... se podría decir que soy un pájaro enjaulado ansioso de libertad... y en cuanto teno la más mínima oportunidad escapo de mi casa y acudo aquí, ya sea para escribir, contemplar el paisaje, darme un baño, dibujar o estudiar un rato le sonreí tiernamente apoyando mi espalda sobre un árbol recostándome en él y cerrando los ojos... reflexionando acerca de sus palabras.
El amor qué bello sentimiento debía ser aquel, sin duda ansiaba el día en que pudiera encontrar a alguien que me amara apasionadamente sin temores, sin prejuicios, sin miedos... pero al parecer los únicos interesados en mí eran los interesados en mi futuro patrimonio y mi cuantiosa dote... cuán triste podía ser aquello.
Noté como de nuevo su mirada recorría mi anatomía pero esta vez de forma diferente, una forma que no podría adivinar cuál era su objetivo. La distancia entre nosotros se hizo más notoria, como si él estuviera incómodo en mi presencia... una pequeña mueca se dibujó en mis rosados y delicados labios y me acerqué de nuevo a él
Monsieur he dicho algo que haya podido incomodarle? No... no era mi intención en absoluto... mordí levemente mi labio inferior esperando su respuesta con impaciencia, tratando de descifrar lo que podía pasar por su mente en aquellos instantes. Deslicé mi mano hasta su pecho, preocupada por si en vez de haberle incomodado se sentía indispuesto Se encuentra bien Duncan? Le noto algo extraño conmigo... de acuerdo que probablemente no sea lo más agradable a la vista que usted haya podido contemplar pero... espero no pecar de soberbia diciendole que tampoco soy tan fea como para que se ponga así dije jovialmente tratando de romper aquella tensión tan cortante como el filo de un cuchillo
Clavé mis almendrados ojos en él, esperando su respuesta al tiempo que notaba que, de nuevo, un travieso mechón de mis cabellos escapaba rebelde de las proximidades de los otros y caía sobre mi rostro
El amor qué bello sentimiento debía ser aquel, sin duda ansiaba el día en que pudiera encontrar a alguien que me amara apasionadamente sin temores, sin prejuicios, sin miedos... pero al parecer los únicos interesados en mí eran los interesados en mi futuro patrimonio y mi cuantiosa dote... cuán triste podía ser aquello.
Noté como de nuevo su mirada recorría mi anatomía pero esta vez de forma diferente, una forma que no podría adivinar cuál era su objetivo. La distancia entre nosotros se hizo más notoria, como si él estuviera incómodo en mi presencia... una pequeña mueca se dibujó en mis rosados y delicados labios y me acerqué de nuevo a él
Monsieur he dicho algo que haya podido incomodarle? No... no era mi intención en absoluto... mordí levemente mi labio inferior esperando su respuesta con impaciencia, tratando de descifrar lo que podía pasar por su mente en aquellos instantes. Deslicé mi mano hasta su pecho, preocupada por si en vez de haberle incomodado se sentía indispuesto Se encuentra bien Duncan? Le noto algo extraño conmigo... de acuerdo que probablemente no sea lo más agradable a la vista que usted haya podido contemplar pero... espero no pecar de soberbia diciendole que tampoco soy tan fea como para que se ponga así dije jovialmente tratando de romper aquella tensión tan cortante como el filo de un cuchillo
Clavé mis almendrados ojos en él, esperando su respuesta al tiempo que notaba que, de nuevo, un travieso mechón de mis cabellos escapaba rebelde de las proximidades de los otros y caía sobre mi rostro
Melinda Chavànnell- Humano Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Duncan negó al escuchar si le ofendía, pues apenas mucha gente lo conseguía. Notó la mano de Melinda sobre su pecho y mientras decia aquella frase con soberbia ya la tenía casi encima. Duncan intentó apartarse pero el cuerpo no le respondía en ese momento. O ya era por la fragancia de Melinda el que lo paralizaba. ¿Ahora el inquieto y chico nervioso era él? Duncan agarró suavemente los brazos a Melinda y la separó de él, pero para cuando se iba a levantar, la mano de Melinda le agarró del bajo de la camisa a medio abrochar. Se sentó de nuevo a la vez que rodaba los ojos procurando que no le viera Melinda y para cuando la miró ella se estaba mordiendo el labio inferior.
-Me encuentro perfectamente, gracias Madmoiselle, pero no creo que sea apropiado que dos personas que no se conocen, no tienen que estar tan juntas la una a la otra.-Al menos eso era lo que se pretendía cuando estabas cerca de un extraño, no acercarse tanto a esa persona y bueno, Duncan la estaba viendo un poco lanzada para lo que su imagen quería hacerle creer. Se volvió a separar unos centímetros de ella pero ella volvió a pegarse a él y esta vez aún más cerca.- ¿Acaso le parece adecuado para una señorita refinada como usted, acercarse de ese modo?-Si Melinda seguía en ese modo, las intenciones carnales que Duncan intentaba controlar con todas sus fuerzas se irían al garete y entonces Melinda tendría que arrepentirse de haber tenido que ser tan cercana a él.
La laguna estaba tranquila aparte la tensión que crecía entre Duncan y Melinda. Una sonrisa sin sentido al caso, se dibujo en la cara de Duncan y agarró los brazos de Melinda y la acostó sobre la hierba mojada.-Le aconsejo que me abofetee antes de que me arrepienta de hacer algo que no quiero hacer con usted-paró un instante-Es usted una fémina muy catalogada para cautivar a cualquier hombre y el que quiera usted, pero creo que mi interés por usted es solo amistoso.-Se relajo y la soltó a la vez que apoyaba sus manos en la hierba.-Es...son mis impulsos, Madmoiselle, debe disculparme, aún los intento controlar.-Dijo un poco avergonzado pero aun sobre Melinda. Movió una pierna y la doblo para apoyarse en el suelo, pero la mano que estaba utilizando de apoyo resbaló y Duncan cayó sobre los labios de Melinda.
Duncan se separó enseguida y al parecer el destino le estaba haciendo jugarretas y para cuando tenía a alguien, este aparecía. Se quedo de pies y juró que por un instante le iban a volver a arrebatar lo que el amaba simplemente por un dichoso juego caprichoso del destino.
-Me encuentro perfectamente, gracias Madmoiselle, pero no creo que sea apropiado que dos personas que no se conocen, no tienen que estar tan juntas la una a la otra.-Al menos eso era lo que se pretendía cuando estabas cerca de un extraño, no acercarse tanto a esa persona y bueno, Duncan la estaba viendo un poco lanzada para lo que su imagen quería hacerle creer. Se volvió a separar unos centímetros de ella pero ella volvió a pegarse a él y esta vez aún más cerca.- ¿Acaso le parece adecuado para una señorita refinada como usted, acercarse de ese modo?-Si Melinda seguía en ese modo, las intenciones carnales que Duncan intentaba controlar con todas sus fuerzas se irían al garete y entonces Melinda tendría que arrepentirse de haber tenido que ser tan cercana a él.
La laguna estaba tranquila aparte la tensión que crecía entre Duncan y Melinda. Una sonrisa sin sentido al caso, se dibujo en la cara de Duncan y agarró los brazos de Melinda y la acostó sobre la hierba mojada.-Le aconsejo que me abofetee antes de que me arrepienta de hacer algo que no quiero hacer con usted-paró un instante-Es usted una fémina muy catalogada para cautivar a cualquier hombre y el que quiera usted, pero creo que mi interés por usted es solo amistoso.-Se relajo y la soltó a la vez que apoyaba sus manos en la hierba.-Es...son mis impulsos, Madmoiselle, debe disculparme, aún los intento controlar.-Dijo un poco avergonzado pero aun sobre Melinda. Movió una pierna y la doblo para apoyarse en el suelo, pero la mano que estaba utilizando de apoyo resbaló y Duncan cayó sobre los labios de Melinda.
Duncan se separó enseguida y al parecer el destino le estaba haciendo jugarretas y para cuando tenía a alguien, este aparecía. Se quedo de pies y juró que por un instante le iban a volver a arrebatar lo que el amaba simplemente por un dichoso juego caprichoso del destino.
Duncan Paganini- Licántropo Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
No pude evitar reir al observar el nerviosisimo en su rostro, parecía que al fin y al cabo todos aquellos que protegían su corazos tras unos sólidos muros de piedra podían resquebrajarse con una pequeña grieta en un buen sitio. Agaché la cabeza ante su afirmación, era cierto, me había aventurado demasiado y estabamos a una distancia muy cercana, casi indecorosa, me acerqué simlemente para observar una piedra negra que me resultó curiosa dejando a Duncan con la palabra en los labios mientras mis cabellos rozaban su cuerpo Tiene razón creo que me he excedido con el trato... no sé supongo qe simplemente me inspiró confianza Monsieur
De nuevo él volvió a separarse y yo no se lo impedí hasta que una punzada de dolor agudo agitó mi cabeza y me aproximé más aún a él. El caprichoso destino estaba empeñado en hacerme una vulgar señoritinga a los ojos de Duncan al acercarme de esa manera a él, pero qué podía hacer yo si un mechón de mis largos cabellos se había quedado enganchado al botón de su chaleco?
Tate de extender la mano para librar los cabellos de su dolorosa prisión cuando sentí otro tiron aún más fuerte, cerré los ojos, y cuando los abrí vi a Duncan sobre mi, podía notar su respiración agitada ¿la cula de estar al lado de una mujer mientras su esposa, amante o prometida le esperaba en casa? escuché sus palabras asintiendo con la cabeza, claro que yo tampoco tenía ningún interés romántico con él!
Le entiendo Monsieur pero creame que... no pude continuar con mi frase, los labios de Duncan se posaron sobre los míos, para segundos después apartarse. Por suerte, ese beso había conseguido liberar mis cabellos. Me incorporé enojada y caminé hasta donde estaba Duncan y cuando quedé frente a él le propiné un tortazo Desvergonzado! Se puede saber qué demonios trama? Si antes me pegaba tanto a usted era porque mis cabellos se habían enganchado en su botón! me dice que no tiene interés romántico conmigo y me besa?
De nuevo él volvió a separarse y yo no se lo impedí hasta que una punzada de dolor agudo agitó mi cabeza y me aproximé más aún a él. El caprichoso destino estaba empeñado en hacerme una vulgar señoritinga a los ojos de Duncan al acercarme de esa manera a él, pero qué podía hacer yo si un mechón de mis largos cabellos se había quedado enganchado al botón de su chaleco?
Tate de extender la mano para librar los cabellos de su dolorosa prisión cuando sentí otro tiron aún más fuerte, cerré los ojos, y cuando los abrí vi a Duncan sobre mi, podía notar su respiración agitada ¿la cula de estar al lado de una mujer mientras su esposa, amante o prometida le esperaba en casa? escuché sus palabras asintiendo con la cabeza, claro que yo tampoco tenía ningún interés romántico con él!
Le entiendo Monsieur pero creame que... no pude continuar con mi frase, los labios de Duncan se posaron sobre los míos, para segundos después apartarse. Por suerte, ese beso había conseguido liberar mis cabellos. Me incorporé enojada y caminé hasta donde estaba Duncan y cuando quedé frente a él le propiné un tortazo Desvergonzado! Se puede saber qué demonios trama? Si antes me pegaba tanto a usted era porque mis cabellos se habían enganchado en su botón! me dice que no tiene interés romántico conmigo y me besa?
Melinda Chavànnell- Humano Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Al recibir el sopapo de Melinda Duncan se rió mientras miraba burlón al suelo. Dirigió su mirada con una sonrisa malévola a Melinda mientras se acercaba a ella lentamente y la atrapaba entre sus robustos brazos a Melinda y la apoyaba en la corteza de un árbol, apoyando su cuerpo encima del de ella. Duncan comenzó a besar el cuello de Melinda con lascivia.- ¿Desvergonzado, dice?-Duncan se reía con seguridad mientras jugaba con ambas manos y las movía por los costados de Melinda y terminaron deslizándose por detrás de su espalda.
-No tengo ningún interés en absoluto en usted, Madmoiselle debido a que no completa los requisitos adecuados.-Dijo mientras una de sus manos se apoyaba en el pecho de Melinda y lo estrujaba con diversión.-Solo...-Dijo antes de besarla el lóbulo de la oreja suavemente y hacerla temblar por un momento- El suelo estaba demasiado húmedo como para apoyarme firmemente y resbale y acabe besándola por accidente, pero.-La miro cara a cara-Pude notar que le gustó en demasía me parece a mí aquel beso accidentado-Dijo con aire triunfante y seguridad. La vio temblando y se apartó de ella y se mantuvo bien lejos con el rostro serio, mientras pensaba en lo único que le importaba.
Estaba demasiado ofendido como para intercambiar saludos amables. Desvergonzado dijo, eso quisiera ella. El era decente y educado, refinado y caballeroso, solamente cuando salía su impulso animal, no se controlaba pero de todas maneras, no era así y frunció el ceño, arrugando su frente y lo siguiente que hizo fue secarse el sudor con la camisa blanca de fino algodón.
Se sento en la hierba y comenzo a observar alrededor. Cuando giró su cabeza a su derecha, observo que la mujer permanecía quieta en el mismo lugar que antes. Al parecer le habia cogido miedo, pues bién, le daba igual pues siempre ha estado solo, siempre estudiando en rincones de la biblioteca de casa o de la escuela, no salia, no tenia amigos hasta que entró en la hermandad de licantropos y entonces todo cambió. Pero cuando todo va deprisa, no te da tiempo a verlo todo, ni nada, en cambio su vida iba poco a poco cambiando pero mas lentamente.
La noche envidiosa le comenzaba a inquietar a Duncan y se levantó de un brinco y se iba hacia lo que parecía un camino de tierra. Pero se paró al notar un agarre de su brazo. Giro la mirada y era Melinda que le sujetaba su brazo en señal que no le dejara a solas.
-No tengo ningún interés en absoluto en usted, Madmoiselle debido a que no completa los requisitos adecuados.-Dijo mientras una de sus manos se apoyaba en el pecho de Melinda y lo estrujaba con diversión.-Solo...-Dijo antes de besarla el lóbulo de la oreja suavemente y hacerla temblar por un momento- El suelo estaba demasiado húmedo como para apoyarme firmemente y resbale y acabe besándola por accidente, pero.-La miro cara a cara-Pude notar que le gustó en demasía me parece a mí aquel beso accidentado-Dijo con aire triunfante y seguridad. La vio temblando y se apartó de ella y se mantuvo bien lejos con el rostro serio, mientras pensaba en lo único que le importaba.
Estaba demasiado ofendido como para intercambiar saludos amables. Desvergonzado dijo, eso quisiera ella. El era decente y educado, refinado y caballeroso, solamente cuando salía su impulso animal, no se controlaba pero de todas maneras, no era así y frunció el ceño, arrugando su frente y lo siguiente que hizo fue secarse el sudor con la camisa blanca de fino algodón.
Se sento en la hierba y comenzo a observar alrededor. Cuando giró su cabeza a su derecha, observo que la mujer permanecía quieta en el mismo lugar que antes. Al parecer le habia cogido miedo, pues bién, le daba igual pues siempre ha estado solo, siempre estudiando en rincones de la biblioteca de casa o de la escuela, no salia, no tenia amigos hasta que entró en la hermandad de licantropos y entonces todo cambió. Pero cuando todo va deprisa, no te da tiempo a verlo todo, ni nada, en cambio su vida iba poco a poco cambiando pero mas lentamente.
La noche envidiosa le comenzaba a inquietar a Duncan y se levantó de un brinco y se iba hacia lo que parecía un camino de tierra. Pero se paró al notar un agarre de su brazo. Giro la mirada y era Melinda que le sujetaba su brazo en señal que no le dejara a solas.
Duncan Paganini- Licántropo Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Escuché su risa, cosa que no me produjo la más mínima gracia, es más en cierto modo me asustó el modo en que se río. Observé atentamente como se iba acercando a mi tratando de escabullirme andando hacia atrás aunque topé con el tronco de un árbol. Le miré con rabia a los ojos y más aún cuando se acercó lentamente a mi cuello, besándolo lascivamente. No paraba de mover éste con intención de apartarme de él, pero sus robustos brazos me impedían la única salida que tenía por lo que, me dediqué, inútilmente, a darle puñetazos en el pecho que para él serían leves cosquillas debido a mi ausencia de fuerza.
Sí, Duncan es usted un desvergonzado, así que dejeme ir y deje de besarme el cuello si no quiere que su esposa, prometida, concubina o lo que quiera que sea esa mujer se entere Le miré con odio y no pude salir de mi asombro cuando llevó su mano a mi pecho, estrujándolo lo que hizo que intentara más aún safarme de su abrazo Como seatreve a tocarme de esa manera? se supone que... de nuevo uno de sus odiosos actos me impidió continuar la frase, ¿acaso se encontraba besando mi oreja?
Sí, eso me temía, aunque la verdad no sé por qué mi cuerpo se estremeció con el simple contacto de sus labios sobre mi oreja y eso me hacía verle como alguien incluso más odioso. Al fín se apartó de mi lado y le observé en la lejanía aprovechando para colocar mi vestido que caía ligeramente por mi hombro, como la vez anterior. No entendía como alguien podía pasar de ser tan educado y gentil a ser un hombre desalmado que se dejaba llevar por sus más bajos instintos.
Escuché un ruido, un búho quizás, o quizás algun otro depravado. Mi mirada se deslizó a un lado y a otro de la laguna, y a lo lejos pudo distinguir como Duncan se alejaba por un camino de tierra. Me levanté el vestido y corrí hacia él con el pelo ondeando al viento asustada. Cogí con suavidad su mano y le miré con una mirada aterrorizada a sus almendrados ojos No... me no me deje sola se lo ruego Duncan... disculpeme por haber sido tan grosera con usted pero... no me deje sola
Sí, Duncan es usted un desvergonzado, así que dejeme ir y deje de besarme el cuello si no quiere que su esposa, prometida, concubina o lo que quiera que sea esa mujer se entere Le miré con odio y no pude salir de mi asombro cuando llevó su mano a mi pecho, estrujándolo lo que hizo que intentara más aún safarme de su abrazo Como seatreve a tocarme de esa manera? se supone que... de nuevo uno de sus odiosos actos me impidió continuar la frase, ¿acaso se encontraba besando mi oreja?
Sí, eso me temía, aunque la verdad no sé por qué mi cuerpo se estremeció con el simple contacto de sus labios sobre mi oreja y eso me hacía verle como alguien incluso más odioso. Al fín se apartó de mi lado y le observé en la lejanía aprovechando para colocar mi vestido que caía ligeramente por mi hombro, como la vez anterior. No entendía como alguien podía pasar de ser tan educado y gentil a ser un hombre desalmado que se dejaba llevar por sus más bajos instintos.
Escuché un ruido, un búho quizás, o quizás algun otro depravado. Mi mirada se deslizó a un lado y a otro de la laguna, y a lo lejos pudo distinguir como Duncan se alejaba por un camino de tierra. Me levanté el vestido y corrí hacia él con el pelo ondeando al viento asustada. Cogí con suavidad su mano y le miré con una mirada aterrorizada a sus almendrados ojos No... me no me deje sola se lo ruego Duncan... disculpeme por haber sido tan grosera con usted pero... no me deje sola
Melinda Chavànnell- Humano Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Comenzó a acariciarla con los ojos a media distancia. Ella se agarraba a su brazo con fuerza y la mirada de Duncan mirada destilaba ofensa. Palabras sin sentido habían salido de sus rosados labios a modo de contra-ataque. Si no le hubiera detenido, la hubiera dejado sola y desamparada, que por lo menos seria el mismo trato con el que ha insultado a su amada. Pero no lo iba a hacer, pues no queria ser descortes y que luego lo tachara de cruel y vil, pero en cualquier caso, esas eran sus principales carasteristicas.
La observo y recapacitó en Melinda. La había encontrado sola y sin nadie alrededor y ahora probablemente, querria a alguien para pasar el rato hablando, cosa que no sabia como hacer, pues nunca se relacionaba lo suficiente con mujeres pues el preferia la compañia de un buen puro y una charla entre hombres civilizada. La noche podria salir mal y todo se deberia a su comportamiento irascible y descortes con ella, pues al haberla puesto contra el árbol, probablemente la hubiera intimidado demasiado.
Se zafó suavemente del agarre de Melinda y se fue a un lado de la laguna, lejos de Melinda para respirar y pensar en lo que habia hecho, en lo que no habia hecho. Se sentó en el cesped y estuvo un rato en silencio. Miro a Melinda y ahi estaba, quieta, obervandole detenidamente sin quitarle ojo alguno. Un sonido comenzo a resonar en la maleza del bosque, justo al lado de la laguna cuando Duncan se levantaba e iba a pedir disculpas a Melinda, pero ahora el sonido que escucho entre los arbustos era mas removido y se movió rápido al lado de Melinda. La protegió con cuidado, poniéndose delante de ella y espero a ver que le esperaba entre aquellas plantas salvajes.
Un tirón de su camisa, le hizo saber que Melinda le estaba agarrando fuerte a causa del suspense del momento. Era normal, que una dama en apuros sintiera tal temor en este instante, pero Duncan estaba quieto, con la mirada atenta y sin perder la alerta de sus cinco agudizados sentidos. El movimiento cesó y poco a poco salió de las sombras de la maleza, una pequeña criatura, compuesta de hocico lobuno y peluda piel grisacea, degradando a tonos oscuros. Duncan sonrió dulcemente al ver a la criatura acercarse a él poco a poco. Se fué separando de Melinda y se arrodillo enfrente de la criatura. La miró detenidamente y comenzo a acercarse hasta que su abrazó cubrió a la criatura que estaba herida de una pata. Sentía bajo su abrazo el cuerpo lobuno de la criatura temblar sin parar a causa del frío. Se quito el chaleco junto con la camisa e hizo un ovillo con las prendas, colocandolas después cerca de la criatura.
Cogió en brazos a la criatura con cuidado y la tumbó para observarla mejor. Tenía un gran mordisco en la pata delantera y el pelo grisaceó era de color negro. Cogió de la derecha de la criatura un trozo de camisa, rasgando la tela con facilidad, pues no le costaba demasiado, y fué limpiando la sangre aún húmeda del cachorro. Duncan dejó el trapo ensangrentado a un lado y junto ambas manos. Comenzo a escupir saliva y fue poco a poco colocándola sobre el arañazo de la criatura. Poco a poco, como si fuera mágia, el mordisco que recibio en la pata, fué desapareciendo hasta quedarse en una estúpida cicatriz. Miró a la criatura y escucho el grito de Melinda a su izquierda. Duncan giró su mirada y se lanzó hacia donde estaba Melinda poniendose entre ella y la madre del cachorro. Ambos animales, tanto como el hombre o el animal, comenzaron a gruñir en ladridos de lobos en pelea. Duncan se puso en defensa a la vez que protegía a Melinda y señalo con el brazo izquierdo hacia el cachorro a salvo de la muerte.
La loba volteó su mirada acercandose a la criatura con afecto y amor y para cuando estuvo a su lado, observo a Duncan. El miraba a la loba y la loba a él, estando un buen rato sin pestañear y con la mirada fija entre uno y otro. La loba cedió haciendo un intento de una reverencia bajando su hocio al suelo a modo de agradecimiento. Duncan seguía protegiendo a Melinda pero aún estaba con la mirada puesta en la loba. Vió el cariño de la madre hacia su cachorro y le recordó a su mujer que ahora se encontraba descansando en paz, pero al ver a la pareja en un momento tan tierno quiso estar con quien el ahora amaba. Recordó el olor de Melinda y vió que la tenía a su lado. Se dio la vuelta, mientras la envolvia en un abrazo y la sonrio.
-¿Estás bien?-Pregunto a Melinda suavemente. Volteó la mirada a la loba y esta estaba a su lado, agachada con las patas delanteras estiradas. Rozó su hocico cinco veces con sus zapatos y se fué al lado de su cachorro. Después de un rato, vino un lobo de piel negra como el azabache y ayudó a su "esposa" a llevar el cuerpo de su cachorro que había sido salvado por Duncan. Desaparecieron entre la maleza del bosque, disipandose en las sombras hasta que ya no se sentian los pasos de los animales.-Tranquila, ya todo esta bién.
La observo y recapacitó en Melinda. La había encontrado sola y sin nadie alrededor y ahora probablemente, querria a alguien para pasar el rato hablando, cosa que no sabia como hacer, pues nunca se relacionaba lo suficiente con mujeres pues el preferia la compañia de un buen puro y una charla entre hombres civilizada. La noche podria salir mal y todo se deberia a su comportamiento irascible y descortes con ella, pues al haberla puesto contra el árbol, probablemente la hubiera intimidado demasiado.
Se zafó suavemente del agarre de Melinda y se fue a un lado de la laguna, lejos de Melinda para respirar y pensar en lo que habia hecho, en lo que no habia hecho. Se sentó en el cesped y estuvo un rato en silencio. Miro a Melinda y ahi estaba, quieta, obervandole detenidamente sin quitarle ojo alguno. Un sonido comenzo a resonar en la maleza del bosque, justo al lado de la laguna cuando Duncan se levantaba e iba a pedir disculpas a Melinda, pero ahora el sonido que escucho entre los arbustos era mas removido y se movió rápido al lado de Melinda. La protegió con cuidado, poniéndose delante de ella y espero a ver que le esperaba entre aquellas plantas salvajes.
Un tirón de su camisa, le hizo saber que Melinda le estaba agarrando fuerte a causa del suspense del momento. Era normal, que una dama en apuros sintiera tal temor en este instante, pero Duncan estaba quieto, con la mirada atenta y sin perder la alerta de sus cinco agudizados sentidos. El movimiento cesó y poco a poco salió de las sombras de la maleza, una pequeña criatura, compuesta de hocico lobuno y peluda piel grisacea, degradando a tonos oscuros. Duncan sonrió dulcemente al ver a la criatura acercarse a él poco a poco. Se fué separando de Melinda y se arrodillo enfrente de la criatura. La miró detenidamente y comenzo a acercarse hasta que su abrazó cubrió a la criatura que estaba herida de una pata. Sentía bajo su abrazo el cuerpo lobuno de la criatura temblar sin parar a causa del frío. Se quito el chaleco junto con la camisa e hizo un ovillo con las prendas, colocandolas después cerca de la criatura.
Cogió en brazos a la criatura con cuidado y la tumbó para observarla mejor. Tenía un gran mordisco en la pata delantera y el pelo grisaceó era de color negro. Cogió de la derecha de la criatura un trozo de camisa, rasgando la tela con facilidad, pues no le costaba demasiado, y fué limpiando la sangre aún húmeda del cachorro. Duncan dejó el trapo ensangrentado a un lado y junto ambas manos. Comenzo a escupir saliva y fue poco a poco colocándola sobre el arañazo de la criatura. Poco a poco, como si fuera mágia, el mordisco que recibio en la pata, fué desapareciendo hasta quedarse en una estúpida cicatriz. Miró a la criatura y escucho el grito de Melinda a su izquierda. Duncan giró su mirada y se lanzó hacia donde estaba Melinda poniendose entre ella y la madre del cachorro. Ambos animales, tanto como el hombre o el animal, comenzaron a gruñir en ladridos de lobos en pelea. Duncan se puso en defensa a la vez que protegía a Melinda y señalo con el brazo izquierdo hacia el cachorro a salvo de la muerte.
La loba volteó su mirada acercandose a la criatura con afecto y amor y para cuando estuvo a su lado, observo a Duncan. El miraba a la loba y la loba a él, estando un buen rato sin pestañear y con la mirada fija entre uno y otro. La loba cedió haciendo un intento de una reverencia bajando su hocio al suelo a modo de agradecimiento. Duncan seguía protegiendo a Melinda pero aún estaba con la mirada puesta en la loba. Vió el cariño de la madre hacia su cachorro y le recordó a su mujer que ahora se encontraba descansando en paz, pero al ver a la pareja en un momento tan tierno quiso estar con quien el ahora amaba. Recordó el olor de Melinda y vió que la tenía a su lado. Se dio la vuelta, mientras la envolvia en un abrazo y la sonrio.
-¿Estás bien?-Pregunto a Melinda suavemente. Volteó la mirada a la loba y esta estaba a su lado, agachada con las patas delanteras estiradas. Rozó su hocico cinco veces con sus zapatos y se fué al lado de su cachorro. Después de un rato, vino un lobo de piel negra como el azabache y ayudó a su "esposa" a llevar el cuerpo de su cachorro que había sido salvado por Duncan. Desaparecieron entre la maleza del bosque, disipandose en las sombras hasta que ya no se sentian los pasos de los animales.-Tranquila, ya todo esta bién.
Duncan Paganini- Licántropo Clase Alta
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
Me rechazó, rechazó mis discupas, podía notar que estaba molesto y no le culpaba, me había comportado de una manera incorrecta y seguramente aquel comentario que hice sobre la persona a la cual él quería había sido la gota que había colmado el vaso.
Traté de coger su mano y volverme a disculpar por mi agrio carácter pero él se partó dejándome sola en aquella lúgubre laguna. Me abracé a mi misma tratando de reducir aquel frío que tenía en aquellos momentos y no un frío debido a las bajas temperaturas o la gélida humedad... un frío interior que me alertaba de algo que no sabía qué era.
Giré mi rostro y escuché la procedencia de los ruidos, unos pequeños arbustos de maleza salvaje a un lateral de la laguna. Sin saber cómo, percibí que Duncan estaba frente a mi y en un impulso de cobardía mis manos se enterraron entre los pliegues de su camisa buscando la más mínima protección que él pudiera darme. Podía notar como los vellos se me tornaban de punta por culpa de aquel miedo irrefrenable que sentía ¿qué sería aquello que se escondía tras la maleza? Una serpiente, más me valía que no porque entonces si que caería desmayada lo que sería una vergüenza.
Un cachorro de lobo, de eso se trataba, mi respiración se relajó y mis músculos también, dejando al fin mis dedos en libertad la camisa de Duncan. Un gesto de asombro se dibujó en mi rostro al ver como Duncan inspeccionaba al cachorro y curaba sus heridas rompiendo sus caros ropajes... lo estaba tratando como... como si fuera un bebé y nisiquiera era un animal de compañía, sin duda esto escapaba a mi entendimiento.
Me giré para apoyarme en uno de los múltiples troncos de árboles que por allí había para seguir contemplando aquella pintoresca y enternecedora escena de Duncan y el cachorro pero unos brillantes ojos miel me lo impiedieron. La madre del cachorro se encontraba frente a mi y no dudó ni un segundo en mostrarme sus afilados dientes... Fui retrocediendo lentamente, no sin antes haber soltado un pequeño grito por mis labios, lo suficientemente alto para alertar a Duncan pero a la vez, lo suficientemente bajo como para no enfurecer a la madre de la criatura y que ésta me atacara.
Antes si quiera de que pudiera darme cuenta o reaccionar Duncan se encontraba a mi lado, tomando parte de lo que parecía una pequeña batalla entre dos lobos para mantener el territorio o mantener a salvo a las crias. Lo extraño de aquella situación era que, pese a no ser un lobo (obviamente) parecía comportarse como ellos gruñendo y arqueando el cuerpo para delante como si en cualquier momento fuera a saltar si era preciso sobre la madre de aquel lobo.
Por suerte para mi la anecdótica "pelea" se quedó en eso, una simple anécdota de la que nadie salió herido.
Los brazos de Duncan me rodearon en un abrazo cordial y mis brazos hicieron lo mismo. Cerré los ojos y descansé mi cabeza sobre su regazo escuchando sus palabras y notando a su vez el olor de Duncan... ese olor.... lo había olido ya en algún sitio... aquella noche para ser más precisos. Era el mismo olor que el de la madre del cachorro. Me aparté de entre sus brazos algo asustada
Estoy bien... pero... por qué hueles como ellos, por qué gruñes como ellos... y sobre todo... por qué cuando te has enfrentado a la madre daba la sensación de que erais dos lobos protegiendo el territorio? dije asustada mientras me iba alejando discretamente
Traté de coger su mano y volverme a disculpar por mi agrio carácter pero él se partó dejándome sola en aquella lúgubre laguna. Me abracé a mi misma tratando de reducir aquel frío que tenía en aquellos momentos y no un frío debido a las bajas temperaturas o la gélida humedad... un frío interior que me alertaba de algo que no sabía qué era.
Giré mi rostro y escuché la procedencia de los ruidos, unos pequeños arbustos de maleza salvaje a un lateral de la laguna. Sin saber cómo, percibí que Duncan estaba frente a mi y en un impulso de cobardía mis manos se enterraron entre los pliegues de su camisa buscando la más mínima protección que él pudiera darme. Podía notar como los vellos se me tornaban de punta por culpa de aquel miedo irrefrenable que sentía ¿qué sería aquello que se escondía tras la maleza? Una serpiente, más me valía que no porque entonces si que caería desmayada lo que sería una vergüenza.
Un cachorro de lobo, de eso se trataba, mi respiración se relajó y mis músculos también, dejando al fin mis dedos en libertad la camisa de Duncan. Un gesto de asombro se dibujó en mi rostro al ver como Duncan inspeccionaba al cachorro y curaba sus heridas rompiendo sus caros ropajes... lo estaba tratando como... como si fuera un bebé y nisiquiera era un animal de compañía, sin duda esto escapaba a mi entendimiento.
Me giré para apoyarme en uno de los múltiples troncos de árboles que por allí había para seguir contemplando aquella pintoresca y enternecedora escena de Duncan y el cachorro pero unos brillantes ojos miel me lo impiedieron. La madre del cachorro se encontraba frente a mi y no dudó ni un segundo en mostrarme sus afilados dientes... Fui retrocediendo lentamente, no sin antes haber soltado un pequeño grito por mis labios, lo suficientemente alto para alertar a Duncan pero a la vez, lo suficientemente bajo como para no enfurecer a la madre de la criatura y que ésta me atacara.
Antes si quiera de que pudiera darme cuenta o reaccionar Duncan se encontraba a mi lado, tomando parte de lo que parecía una pequeña batalla entre dos lobos para mantener el territorio o mantener a salvo a las crias. Lo extraño de aquella situación era que, pese a no ser un lobo (obviamente) parecía comportarse como ellos gruñendo y arqueando el cuerpo para delante como si en cualquier momento fuera a saltar si era preciso sobre la madre de aquel lobo.
Por suerte para mi la anecdótica "pelea" se quedó en eso, una simple anécdota de la que nadie salió herido.
Los brazos de Duncan me rodearon en un abrazo cordial y mis brazos hicieron lo mismo. Cerré los ojos y descansé mi cabeza sobre su regazo escuchando sus palabras y notando a su vez el olor de Duncan... ese olor.... lo había olido ya en algún sitio... aquella noche para ser más precisos. Era el mismo olor que el de la madre del cachorro. Me aparté de entre sus brazos algo asustada
Estoy bien... pero... por qué hueles como ellos, por qué gruñes como ellos... y sobre todo... por qué cuando te has enfrentado a la madre daba la sensación de que erais dos lobos protegiendo el territorio? dije asustada mientras me iba alejando discretamente
Melinda Chavànnell- Humano Clase Alta
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Localización : Perdida en tu mirada
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Re: Escapada nocturna... All can happen here [Duncan]
De repente al escuchar sus palabras interrogativas, el cuerpo le comenzo a temblar sobre el suelo. Adopto una postura seria y tranquila para que no se diera cuenta de que estaba a punto de descubrirle. Se mantuvo calmado hasta que por fin pudo mandar sobre si mismo. La miró a los ojos y en su cara solo habia miedo a que fuera uno de ellos. Sonrio vacilante y con toda seguridad se postro ante ella altivo y señorial.
-En la escuela donde practicamente me crie, nos mandaban durante el tercer año, todo el mes de mayo hasta agosto, solos y sin comida para llevarnos a la boca. La vida era muy dificil a principios de mayo para unos alumnos de tercer curso, tirados en la madre naturaleza y en busca de sobrevivir con nada en el estomago. Tenia a tres compañeros que por suerte acabaron muertos de hambre y sin energias con las que continuar a pie.-Dijo con tranquilidad, pero serio en cada una de sus palabras
-Solo yo junto con un compañero logramos sobrevivir y enfrentarnos a la prueba final, la cual dependia de un gran esfuerzo. Aprendi a diferencia de mi compañero, que en la vida hay que usar la astucia y aliarte con el enemigo, pues podría salir perdiendo o ganando. Pero tuve suerte y sali ganando. En cambio mi compañero salió huyendo y se convirtió en cena de unos lobos hambrientos.-Comenzo a andar hacia Melinda pues veía en su rostro atencion y seriedad.
Se acerco a ella pero para cuando estuvo a un milimetro de ella, se cayo boca arriba en la suavidad del suelo de cesped, y fue moviendose con ambas manos hacia atrás. Duncan se agachó sin camisa, pero con los pantalones aún puestos, se fué acercando a Melinda hasta quedarse encima de ella entre sus piernas. Agarró las manos para que dejara de huir y se acerco a su cara.-Pero yo supe manejar la situación....-miro lascivamente a Melinda de arriba a abajo y la miro a su rostro asustado.-en la que me encontraba....-Sus manos fueron deslizandose por su lado y llegó hasta su muslo izquierdo mientras llegó al bajo del vestido y fue arrastrandolo hasta su cadera poco a poco, dejando a la vista sus muslos desnudos. Apoyo sus manos debajo de su muslo y lo atrajo hacia el mientras empujaba su miembro bajo los pantalones contra el sexo de Melinda.
Miró a Melinda sonriendo de lado y se acerco a ella-Y pude salir con vida a pesar de lo que habia ocurrido. Hay que tener sangre fría para manejar la situación y que vean quien manda, simplemente eso es todo ¿Acaso se asustaria? Yo la veía más...-fué separandose de ella poco a poco y para cuando se levantó, se quedo mirándola -Brava- Terminó por sonreir con vacilacion. Se volvio a acercar a ella y como vió que sabia que estaba en shock, le cogió del bajo de la falda y fue cubriendola poco a poco sus muslos desnudos, pero para cuando iba por la pantorrila, notó a la sombra de Melinda cerca de él y una mano le paraba su muñeca con la que le estaba cubriendo de nuevo la pierna.
-En la escuela donde practicamente me crie, nos mandaban durante el tercer año, todo el mes de mayo hasta agosto, solos y sin comida para llevarnos a la boca. La vida era muy dificil a principios de mayo para unos alumnos de tercer curso, tirados en la madre naturaleza y en busca de sobrevivir con nada en el estomago. Tenia a tres compañeros que por suerte acabaron muertos de hambre y sin energias con las que continuar a pie.-Dijo con tranquilidad, pero serio en cada una de sus palabras
-Solo yo junto con un compañero logramos sobrevivir y enfrentarnos a la prueba final, la cual dependia de un gran esfuerzo. Aprendi a diferencia de mi compañero, que en la vida hay que usar la astucia y aliarte con el enemigo, pues podría salir perdiendo o ganando. Pero tuve suerte y sali ganando. En cambio mi compañero salió huyendo y se convirtió en cena de unos lobos hambrientos.-Comenzo a andar hacia Melinda pues veía en su rostro atencion y seriedad.
Se acerco a ella pero para cuando estuvo a un milimetro de ella, se cayo boca arriba en la suavidad del suelo de cesped, y fue moviendose con ambas manos hacia atrás. Duncan se agachó sin camisa, pero con los pantalones aún puestos, se fué acercando a Melinda hasta quedarse encima de ella entre sus piernas. Agarró las manos para que dejara de huir y se acerco a su cara.-Pero yo supe manejar la situación....-miro lascivamente a Melinda de arriba a abajo y la miro a su rostro asustado.-en la que me encontraba....-Sus manos fueron deslizandose por su lado y llegó hasta su muslo izquierdo mientras llegó al bajo del vestido y fue arrastrandolo hasta su cadera poco a poco, dejando a la vista sus muslos desnudos. Apoyo sus manos debajo de su muslo y lo atrajo hacia el mientras empujaba su miembro bajo los pantalones contra el sexo de Melinda.
Miró a Melinda sonriendo de lado y se acerco a ella-Y pude salir con vida a pesar de lo que habia ocurrido. Hay que tener sangre fría para manejar la situación y que vean quien manda, simplemente eso es todo ¿Acaso se asustaria? Yo la veía más...-fué separandose de ella poco a poco y para cuando se levantó, se quedo mirándola -Brava- Terminó por sonreir con vacilacion. Se volvio a acercar a ella y como vió que sabia que estaba en shock, le cogió del bajo de la falda y fue cubriendola poco a poco sus muslos desnudos, pero para cuando iba por la pantorrila, notó a la sombra de Melinda cerca de él y una mano le paraba su muñeca con la que le estaba cubriendo de nuevo la pierna.
Duncan Paganini- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/04/2011
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