Moretones, faldas rotas y tú...¡Lo que me faltaba!

por **Zavannah Dellepiane** Dom Mayo 08, 2011 8:51 pm

Asome la cabeza dentro del recinto. Había visto que muchas personas extrañas entraba y salían, todas tan extrañas que ni siquiera parecían humanos, nadie como yo se acercaba a ese lugar. Seguramente era una clase de recinto privado para aquellos que tenían dinero para pagarlo, yo no tenía a veces ni siquiera en donde dormir pero ahora sabría lo que era estar adentro de uno de esos lugares-¡Oh genial!-susurre de forma traviesa mientras me mordía el labio y daba dos pasitos adelante. No había nadie, suponía que eso era bueno nadie me tacharía de desvergonzada por entrar sin permiso. Me aventure a caminar un poco más e ir paseando por los pasillo que comenzaron a parecerme más lúgubres y sin vida mientras brincaba y bailaba ligeramente. No era normal que un lugar público tuviera tan poca luz y no me refería a la luz de alguna vela. Llamaban raros a los gitanos y los raros en verdad eran ellos Igual un gitano nunca encajaría en ninguna parte del mundo, siempre discriminados por los gadyè.

Me acerque a una pared pues había visto una mancha de algo extraño, como de pintura ¿Cómo demonios se divertían en ese lugar? Mis piernas no pudieron avanzar más pues algo sostenía la falda que llevaba puesta y me impedía seguir mi camino tan bien trazado hasta el momento. Jale una vez pero seguía atorada, jale dos veces más y nada. Me gire y vi la tela atorada entre un espacio de una silla, gire los ojos, siempre me pasaban cosas pero no dejaba que esas cosas me ganaran por nada del mundo. Me hice para adelante y escuche el ruido de la falda rasgarse y después un gran pedazo de tela arrastrar por el piso. Lo peor de todo no fue el ruido ni mi falda fue que gracias al impulso y el poco espacio que había entre uno de los pasillo y la pared mi frente choco y termine con una gran zona rosa en la cara.

Era una salvaje, lo sabía. No podía hacer nada con eso.

por **Kwon Jae Wook** Lun Mayo 09, 2011 8:55 pm

El chico estaba algo más animado luego de aquel reencuentro con aquella mocosa que pecaba de santa. Al final, tal vez si la quería, aunque fuera un poco, pero eso era algo que jamás aceptaría en las narices de aquella mujer. Ni de nadie más. Al menos, no con cualquier hijo de vecino que se topara por delante. Tenía que volver a ser el chico elegante y buen mozo, al que, su padre le buscaba prometida. Y muchos de los otros progenitores de las chicas ricas de su natal Corea, lo querían, -claro, si no amarraban a su hermano mayor- a él, como esposo de sus hijas. De entre todas, ninguna le gustaba en realidad. Hasta prefería pasar su vida con la princesa mimada de la casa imperial Zhang Li de Japón, y con eso, ya lo estaba diciendo todo.

Asi era como ahora se encontraba en las tibias calles de una noche de primavera en Paris. Si, cerca del teatro en el que todos eran como él. Lo encontraba grotesco. Carente de estilo. Pero, en fin, tenía curiosidad, por aquellos humanos que asistían sin saber el peligro que podrían correr. ¿Estarían tan locos como los internos del sanatorio mental? El habia estado alli, y, para ser sincero, el dueño era aún más raro que todos alli, si ese lobo, Kaine… Ese encuentro pintaba para algo bueno, quizás una pequeña pelea de niños. Hasta que apareció el adulto, y extraño hombre aquel. Suspiró. Acomodó su sobrero redondo con pluma.
El saco largo y negro, que le hacia ver como todo un europeo. En casa, era más común verlo en hanbok- era más cómodo y amplio, pero el era un visionario, no le importaba diseñar su propia ropa- Los pantaloncillos del mismo color y el chaleco a cuadros. Hasta parecía la interpretación cómica, si se quería, de un erudito.

El coreano entró en aquel lugar, por alguna de las ventanillas de las buhardillas traseras. Su olfato le indicaba que no habia nadie ya. Perfecto. Se habia perdido la función, y la aparición de aquellos especimenes “peculiares” de humanos. Se limpió con un pañuelo las pocas motas de polvo que se le prendieron a la ropa y siguió avanzando.
Se detuvo al llegar al escenario. Sus pasos no provocaban ruido, estaba acostumbrado a pisar poco fuerte. Y se mantuvo medio oculto por el telón, pero podía ver el resto del lugar, las butacas y pasillos. Seguro que en un teatro normal, ese lugar donde estaba, era aquel por el que las miradas furtivas cargadas de nerviosismo de los actores, espiaban a su público.

¿Seria muy difícil ser actor? El podría hacerlo, claro esta. El era un chico con enorme estrella y carisma. Una sonrisa, y le crees todo, asi te este convenciendo que el infierno es el lugar que realmente es bueno para tu alma. Un olor delicioso le llegó hasta la nariz. Entrecerró sus ojos, mientras con los brazos cruzados sobre el pecho, miraba aquella mujer de largos cabellos castaños entrar. Era un bocadillo prometedor. Pero… no, la dejaría con vida, quería ver que hacía alli. Lo que siguió a continuación, dejó al vampiro anonadado y con una mueca de incredulidad en la cara. ¿Como se podía nacer tan torpe?
Le recordó a aquella mujer, Lee Hyun Rin, una chica que estaba obsesionada con su hermano mayor, y que el a menudo decia que tenía “la elegancia de un vaca” y que por nada del mundo, se casaría con ella. Al final, Bae, no llegó a desposar a nadie…

Aplaudió, desde detrás del telón, caminando despacio hacia la escalerilla que servía de “puente” entre el escenario y el área del públicoBravo, bravo! Que actuación tan más “sublime”… ¿Buscabas, querida, el premio a la caída más ridicula? Felicidades! --Dijo, con su acento extranjero, que sonaba tan particular, y lo hacía sentirse más que orgulloso de sus raíces, terminando de aplaudir, hasta llegar a un espacio del pasillo, que estaba medianamente iluminado por un par de velas raquíticas

Spoiler:

por **Zavannah Dellepiane** Mar Mayo 10, 2011 8:21 pm

Me lleve los dedos a la frente para sentir con total perfección como me ardía la zona en donde cuando me enojaba se formaban arruguitas. La falda acabo por rasgarse completamente cuando me gire, el pedazo de tela seguía atorado, había destruido ropa por nada, pude haber pedido ayuda pero no, yo y mis grandes ideas. Con las dos manos jale y la tela acabo por ceder, había diseñado un nuevo atuendo, más corto eso no importaba de seguro que combinaría con mi frente morada. Era todo un caos de persona, muchos no entendían como es que podía ser bailarina en el circo, seguramente se preguntaban que alguien con dos pies izquierdos al caminar tendría los mismos dos pies al bailar pero afortunadamente en eso había nacido bastante diestra. El corazón me dio un golpe en el pecho cuando de la nada un chico por demás grosero se acercó burlándose de lo tonta que había disido al atorarme, eso no estaba bien. La única que podía llamarse tonta a si misma era yo y nadie más, ni aunque estuviera implícito.

Retrocedí a una distancia prudente. No era occidental, ni balcánico y tampoco era árabe. Yo conocía muy bien esas razas pues viajaba mucho al ser “errante”, no parecía muy buen bailador como para ser árabe, como sea que fuera tenia rasgos muy extraños y no pensaba en sus ojos o en su acento sino más bien en su piel, parecía una almohada de mármol bastante cómoda, me acordé del pecho de Vasilisco pero el mismo pensamiento me trajo de regreso. Una almohada era cómoda, según decían y el mármol era duro no podían estar dos cosas tan opuestas juntas, pero así se veía para mi extrañamente cómodo, era pequeña y fea a su lado y no me gustara yo estaba muy arriba de los sentimientos banales de las chicas de mi edad simplemente me parecía que sus genes debían ser muy buenos para tener tanto atractivo-¡Gracias!-comenté sarcástica poniendo las palmas de las manos juntas y fingiendo alegría-¿Y tú qué premio buscabas? ¿El premio al acosador chismoso del año?-crucé las mano delante de mi pecho y gire los ojos poniendo mucho énfasis en las últimas palabras-¡Déjame te digo algo…Ganaste!-inclusive yo tenía más educación que él y eso que no vivía con lujos.

Las personas de alta alcurnia no husmeaban, siempre había una excepción a la regla y era el desdichado que decidió burlarse. No me intimidaba, parecía de mi edad y yo podía ser tan peligrosa como una mujer celosa. Pase por su lado, rozando mi hombro son su brazo solo un poco eso era un definitivo “No te tengo miedo y mucho menos a contestarte”, había sido un contacto impertinente y rebelde, no digno para alguien como él ¿Pero quién lo decía aparte del dinero que obviamente él tenía y yo no? Tenía dos ojos, dos orejas, una boca…un corazón. Podía no ser tan blanca como él, o tan bonita cosa que me venia valiendo muy poco porque sabía que de delicada y femenina no tenia nada pero estaba segura de que tenia el derecho de ser tratada si no con honores por lo menos cordialmente.

por **Kwon Jae Wook** Miér Mayo 11, 2011 11:30 am

El coreano tenía esa mala costumbre. En realidad, le salía sin querer. Puedo haberse echado a reir con más ganas. Ella si sabia. El no debía su enorme atractivo a la sangre maldita que se le habia añadido al cuerpo de una mala manera, por la misma que él se habia convertido en asesino por primera vez, claro, que ese acto habia sido justificado. Una venganza tardía, pero, al final, su conciencia estaba tranquila por que lo habia hecho por el honor de su familia. Años de gloria desde las épocas más remotas, en que eran un simple pueblecillo a expensas del imperio chino, si, el ahora cargaba con ello, por que era el único de la rama principal de su familia que aún caminaba por la tierra. Los primos segundos no contaban.

Como fuera, se estaba yendo lejos del pensamiento que le importaba. Ella notaba que no era como los demás, pero su forma de pensar parecía más simple. Como si entre todas las ratas que se encontraba por la ciudad, ella fuera la que pensaba de manera más practica.

Al escuchar sus palabras, no se mostró molesto ni ofendido. Es más hasta se permitió regalarle un sonrisa de medio lado, ocultando sus pequeños caninos delatores. Esa humana tenía ángel.... Pero nada de elegancia o estilo. Era como una piedra burda. Y el, el diamante que brilla a su lado.
Su piel cálida lo rozó... Entrecerró los ojos. Dio gracias a tener el abrigo largo puesto, asi no se percataría de su temperatura antinatural...
-Yo ya estaba aquí. Has sido tu la que se ha metido sin permiso en este lugar. Asi que, me temo, querida, que no puedo aceptar el premio...-suspiró y puso cara de fingida aflicción. El también estaba alli sin permiso, pero eso no se lo diria. Era tan guapo y listo, que si le decía que trabaja alli, le creería sin ninguna duda... Le detuvo por la cintura con cuidado, giandola en su dirección--¿Sabe que puede estar en problemas por hacerlo? Que le parecería una noche en los calabozos, eh?

por **Zavannah Dellepiane** Miér Mayo 11, 2011 9:52 pm

Irritable. Esa era la palabra que comúnmente me definía y en ese momento no podía estar mucho más molesta o aturdida por la voz de aquel chico, podían llamarme antisocial yo le decía “Ten cuidado” era como una especia de prueba o caparazón que me ayudaba a escoger mejor a las personas de las que me rodeaba. Pocos eran los que en realidad me veían fuera de mi anarquismo social. El chico a pesar de tener cara de ángel me daba la misma confianza que los que se hacían llamar reales…nada. Sus facciones no concordaban con cómo se mostraba, ni siquiera esa aura que lo rodeaba me era del todo clara, no era una energía alegre sino más bien carente de todo color, como gris como si dentro de aquel pecho no hubiera más que huesos y un corazón que casi no quería latir pero yo no era bruja ni mucho menos para saber todas esas cosas que en realidad no me interesaban porque él no me interesaba.

Hice una mueca. ¿Por qué seguía insistiendo en hablar conmigo? ¿No le había dejado claro ya que no quería hablar con él ni con nadie? No era como la mayoría de las chica de hoy en día que iban a fiestas de sus ramas reales y coqueteaban con todo aquel que se les cruzara enfrente, tampoco me gustaba hacerme la tonta para gustarle a un chico, ni siquiera necesitaba eso porque yo nunca le gustaba a nadie, tampoco soñaba con casarme aunque varias veces mi tía había arreglado varios matrimonios el caso era que a mí no me gustaba nada de eso, ni con un gitano…era una pérdida de tiempo mayor porque solo te ilusionaban y al final acababas olvidando-No se trata de quien llego primero si no de quien espiaba a quien, creo que de haber querido hubieras mostrado tu rostro desde mucho antes-comencé a hacer caras de desagrado mientras le daba la espalda-Y por cierto las reglas no me interesan y no me trago tú cara de santo-avancé dos pasos más pero sus manos me detuvieron.

¡No lo había hecho! Sentí como se me congelaba la sangre, me había tocado eso no estaba bien. Pero era incluso más fuerte de lo normal, como un pequeño conejo que es obligado a saltar por el bosque me gire a su dirección con los labios juntos formando pequeñas líneas en ellos-¿En serio?-pregunte empujando hacia abajo sus manos, no me gustaba que me tocaran, simplemente era algo que no soportaba-Bueno…-me encogí de hombros para seguir hablando-en ese caso seríamos dos los cautivos, en mi caso no me asusta una o dos noches en el calabozo-era verdad, difícilmente me asustaba, había pasado por peores cosas como la persecución de los míos, un calabozo era como una buena habitación de hotel-pero supongo que para ti debe de ser bastante malo ¿Cara de que me ves niño?-camine hasta uno de los pasillos, no había nada que ver y acabaría con un agudo dolor de cabeza si seguía así-hasta yo sé que entraste clandestinamente-enarque una ceja y la baje segundos después. El chico creía que me chupaba el dedo, se decía que las chicas bonitas podían tenerlo todo yo tenía una cosa que se llamaba astucia y no me gustaba que fuera reconocida pero en esos momento si me sentía bastante superior en intelecto.

por **Kwon Jae Wook** Dom Jun 19, 2011 11:46 pm

Habia estado pensando un poco, solo un poco más antes de actuar, luego de esa noche en que perdió los papeles y se rebajo a tal grado… de cometer un acto terrible. No habia vuelto a verla, y dudaba que lo hiciera, más que nada, solo por la vergüenza de haber caido en su juego. Pero, a pesar de todo, no sentía coraje contra ella, sino contra el mismo.
Muy dentro de él, deseo que las palabras que le dijo, la hicieran pensar un poco. Alguien como ella no merecía pasar su vida abriendo las piernas para hombres lujuriosos. Como el mismo.
Otro punto y aparte, era esa reverenda estupidez de hacer valido aquel compromiso. Y eso lo divertía. Por que, para el era un juego y nada más… No… o si? Quizás solo… solo sintiera las ganas de estar molestando a alguien, que le hubiera conocido en esa ciudad, cuando aun era humano. Alguien que supiera que no siempre fue un ser orgulloso y altanero. Un personaje soberbio, no. El habia sido un buen chico, una pena…
Y ahora, por abrir su gran bocota, tendría que cumplir como hombre. Pero no podria… no podría darle un heredero. La sola idea de que su familia moriria con él, era un golpe duro. No habria más descendientes de su legendaria estirpe. Y, a pesar de que e casa de los Zhang Li, culparían, como la tradición marcaba, a su propia sangre, a Sakura. Pero, Jae Wook, sabia que no sería asi. Como fuera, esos problemas quedaban en punto y aparte, ahora que tenía a esa muchacho frente a él.
Una mente curiosa, si, eso era lo que tenía delante. El coreano la miró con al ceja arqueada sin disimular ni lo más mino su sonrisa de superioridad. ¿Cómo no podía creerle? ¿Por qué no caia ante su encanto natural?
Habia dos posibilidades ,la primera, era ciega, la segunda, era tonta, rematadamente, además. ¿Tenerlo a él delante y desconfiar? ¿Mostrarle esas caras?

De seguir asi, ni siquiera conseguiría un buen marido. Pobre del imbécil que se fijara en un esperpento como ese. El muchacho rio para sus adentros. Si, eso, es, deja que esos sentimientos de llenen y hagan a tus preocupaciones irte. Esta noche, ella puede ser tu cena… O tu juguete. O simplemente, alguien con quien divertirte. A quien molestar.
Oh… mirando de nuevo en la mente de la chica. A si que a ella no le interesaba casarse ni nada de esas cosas. AH! Niña ¿acaso no habia nunca conocido el amor? Y el, Jae Wook? El si, y no era ni nunca sería Sakura. Ese secreto habia muerto con su vida humana.

Yo no te espiaba. No confundas, observar con espiar, mocosa. Si no me mostré ante ti, fue por que.. pensé que eras alguna de las que limpia el teatro.. o algún tipo de asistente que se rezago… -Le dijo con un tono seco, casi arrastrando las palabras, en respuesta a esas caras de simio que le hacia. Y aún más a su grosería de mostrarle la parte posterior de su cuerpo.

Jae sonrio apenas, asi que no era crédula… Eso le gusto. Notó el coreano que ella se tenso, pero no la soltó. Por lo contrario, sujeto con más fuerza. Y se hecho a reir cuando escucho eso de dos o tres noches. Vaya niña más rara
-no soy un niño, soy todo un hombre, y yo no iría a parar a semejantes lugares, no soy gentuza como tu. Y déjame de decirte, que un calabozo no es bonito… pueden olvidar que estas alli, y serías alimento de las ratas. Una muerte o una violación… serían poca cosa. No te confíes de que solo son muros frios y suelos sucios… -Susurró, en tono frio, sin borrar la sonrisa altanera de sus labios, Mirandole por encima del hombro. No eran iguales La dejo alejarse-Yo no entré asi, no tienes pruebas, boba-El chico rio aun mas fuerte, doblándose por la cintura, hasta dejarse caer sobre una de las butacas.--Hasta un ratón es más listo que tu, Zavanna

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Moretones, faldas rotas y tú...¡Lo que me faltaba!

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